Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)
El anuncio de los resultados en las elecciones nacionales celebradas el domingo 4 de febrero en El Salvador, solo confirmó la inminencia de un proceso a todas luces particular, por no decir otra cosa.
Se ha confirmado que Nayib Bukele, presidente en funciones y candidato plenipotenciario de su partido Nuevas Ideas, ha triunfado con un 82,66%, una de las cifras más demoledoras y contundentes de la historia de ese país. Cualquier lector medio interpretaría este porcentaje como un espaldarazo voluntario del pueblo que eligió en un segundo periodo a aquel que no asistió a un solo debate ni presentó una nueva propuesta de plan de gobierno, centrándose en solo un tema: la seguridad, es decir, el mantenimiento del régimen de excepción que ha instalado como política pública en su país.
Razón tendrá ese lector promedio en su interpretación. Razón a medias.
Con un discurso único relacionado con la disminución visible de la tasa de homicidios en el que otrora fuera uno de los países más violentos del mundo, Bukele basó su estrategia de ir por encima de los argumentos constitucionales acerca de la reelección, para lograr presentarse ante el electorado salvadoreño como la salvación posible.
Las dudas sobre la validez del proceso electoral del domingo 4 de febrero son muchas y evidentes. La autoproclamación del triunfo aún sin conocer las versiones oficiales del órgano electoral solo alimenta la sospecha de un proceso amañado y falto de sustento. Las denuncias sobre material electoral adulterado son incontables.
Llevarle la contraria al presidente del tweet puede ser contraproducente. Cientos de personas civiles, profesionales y de actividad laboral comprobada, han sido detenidas y confinadas por “sospechas”, dados sus atributos físicos, tatuajes de por medio, entre otras raras causas para el confinamiento.
Hoy, desaparecidos, engrosan tal vez la lista de ingresados en esa vergüenza de centro de detención que Bukele y sus secuaces políticos y académicos tanto en El Salvador como en otros países de la región, defienden como una cárcel modelo, para acabar con el flagelo de la violencia en este país.
El mismo día de las elecciones, miembros de sociedad civil, académicos comprometidos y desafectos con el gobierno bukelista y organizaciones sociales, artísticas y políticas denunciaron la detención ilegítima del ciudadano canadiense-salvadoreño Carlos Bucio Borja, por aparentemente haber cometido desacato por leer de forma pública y en un centro de votación los seis artículos de la constitución salvadoreña que prohíben y penalizan la reelección.
Cuando la democracia tiene precio y está ofrecida a la carta, como en el caso salvadoreño, poca esperanza queda. Aún no es posible dimensionar las millonarias ganancias que se han granjeado las industrias carcelarias de naturaleza pública y privada que han sido favorecidas con la política de cero violencia, impulsadas por Bukele.
Los populismos tienen la peligrosa acción de marear a las mayorías con ideas básicas pero bien hilvanadas. Despertar una respuesta colectiva y contundente es un imperativo y urgencia, en una sociedad que está pagando muy cara su opción por esos peligrosos populismos.
Luis Gilberto Martínez Sandoval MBA Lic. Bach. Académico Universitario Titular Carreras Comercio Exterior, Administración Aduanera Sede Central UTN www.utn.ac.cr Especialista en Relaciones Económicas y Políticas Internacionales, MBA Administrador de Empresas énfasis Mercados Globales y Negocios Internacionales. Ex Funcionario Banco Mundial IFC – Ecuador- y, América Latina, Escritor, Directivo JD SSN ANEP UTN, Científico Social Contácteme: luis.martinez.sandoval@gmail.com Cel. 506 62 76 41 33
Los indiferentes
En una bella carta de Antonio Gramsci publicada el 11 de febrero de 1917 en medio del “(…) nuevo estallido revolucionario en Rusia que propició el final de la monarquía zarista y allanó el camino para que los bolcheviques tomaran el poder y su triunfo supuso la creación de la URSS, el primer Estado comunista de la historia.”
Gramsci nos legó esta hermosa carta que transcribo textualmente: “Odio a los indiferentes. Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano – guerrillero léase-. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son cobardía, no vida. Por eso odio a los indiferentes. La indiferencia es el peso muerto de la historia. La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia. Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, acontece porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, permite la promulgación de leyes, que sólo la revuelta podrá derogar; consiente el acceso al poder de hombres, que sólo un amotinamiento conseguirá luego derrocar. La masa ignora por despreocupación; y entonces parece cosa de la fatalidad que todo y a todos atropella: al que consiente, lo mismo que al que disiente, al que sabía, lo mismo que al que no sabía, al activo, lo mismo que al indiferente. Algunos lloriquean piadosamente, otros blasfeman obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan: ¿si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, habría pasado lo que ha pasado?Odio a los indiferentestambién por esto: porque me fastidia su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos: cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, qué han hecho, y especialmente, qué no han hecho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas. Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la conciencia de los de mi parte el pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos. Vivo, soy partidista. Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes.”
Gramsci, tenía razón la indiferencia es ausencia de empatía. La indiferencia genera personas “neutrales” ni positivos ni negativos. A los indiferentes les despreocupa todo. Un indiferente que no está interesado no comparte intereses comunes no aporta. Flota en el espacio. En las organizaciones privadas y públicas abundan los indiferentes. Por eso, Antonio Gramsci – Filósofo, Político, Sociólogo y Periodista italiano- y luchador desde su partido político contra el dictador fascista Benito Mussolini en 1926- nos decía «Odio a los indiferentes”.
2. Los oportunistas
Hay algo muy sui géneris – nos decía Raymond Aron- que se gesta en los momentos críticos históricos de conflicto o violencia, de tensión creativa o lucha por el poder o lucha por frenar la corrupción organizacional. En estos momentos surgen algunos individuos que sin haber sido parte nunca de la luchaque otros han librado aparecen queriendo liderar. ¡Esos son los oportunistas!
¿Qué es un oportunista? Es aquella persona que busca en la oportunidad – léase que él no ha construido– aprovechar al máximo las circunstancias que otros han construido para sacar mayor beneficio posible para sí mismo.
“Por su capacidad de manipular y aparentar lo que no son, ni están en capacidad de hacer, los oportunistas se pueden detectar analizando su comportamiento voluble y su falta de coherencia entre lo que dicen y hacen. Cambian de opinión y criterio cada vez que sus intereses lo requieran.” “El oportunista no piensa en la organización sea pública o privada. Actúa como un camaleón ya que se adapta a cada situación y en función de quien sea “la víctima seleccionada” actúa en consecuencia.” En el reino de los seres humanos es GOLLUMo SMÉAGOL -figura central de la novela fantástica épica de El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien- dado el ruido que hace con la garganta que busca para si el anillo único del poder. Su personalidad es repulsiva.
3. La convocatoria a elecciones del TEUTN
Con el anuncio del TEUTN de la convocatoria para elecciones universitarias han aparecido los oportunistas. Bien descrito por el pensador italo – argentino José Ingenieros como un hombre mediocre que es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. Sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y así se vuelva parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. Siguiendo con Ingenieros el oportunista – mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. Los mediocres no son genios, ni héroes, ni santos. En concreto el oportunista es un hombre mediocre que no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición. Como hombre mediocre entra en una lucha por envidia, intenta opacar desesperadamente toda acción noble. Estos individuos – oportunistas- buscan el poder por el poder sin tener logros ni resultados concretos, medibles y tangibles. Ni estudios universitarios del más alto nivel que mostrar. Son individuos que han hecho de la vagancia un oficio y en sus historiales profesionales abundan los expedientes de acosadores y hostigadores laborales, perseguidores y beligerantes sindicales – ayer sindicalistas confesos- – Y hoy p.ej. 3 Órganos Dirección se abrieron a 3 lideres sindicales en nuestra alma mater guiados por 3 oportunistas de Sede Central-. Estos individuos-oportunistas no conocen de la ética pública. Dada su mediocridad carecen de conexiones y vínculos nacionales e internacionales. ¡Nadie los conoce! Adicionalmente, nunca han escrito artículos periodísticos o ensayos científicos o libros indexados dado que nunca han publicado en la academia absolutamente nada. Sin experiencia gerencial o conocimiento demostrado sobre dirección estratégica en sectores públicos o privados… ¡Aspiran a cargos públicos en nuestra alma mater! Se debe estar poco loco para seguirles siendo esta una organización que produce pensamiento y se guía por el método científico. Y lo más grave de la noche a la mañana y sin ninguna vergüenza – dado que son mediocres y oportunistas – pretenden asumir el rol de líderes modelos y éticos o pacificadores a seguir en nuestra alma mater que esta sumerja en un conflicto ético intrauniversitario.
En conclusión, la lucha por el poder y hacia cargos de autoridades superiores universitaria (Rectoría, Vicerrectorías y Decanatos) con la convocatoria del TEUTN cuya inscripción finaliza éste 19 de febrero 2024 en nuestra alma mater la deberán pelear otros candidatos y candidatas (hombres, mujeres) que emergerán con mayor experiencia y mejores competencias humanas, personales y profesionales dado que lo que está en juego es construir bajo un liderazgo visionario experimentado y un equipo de alto nivel internacional (p.ej. Ex NASA) una Universidad de Clase Mundial guiada por el Humanismo, Ciencia, Técnica, Tecnología, el respeto a los derechos laborales y el desarrollo social y sus principios orientadores: “a) La libertad de pensamiento y de expresión. b) El pluralismo, el respeto a la diversidad y a la dignidad de las personas. c) La participación democrática de sus miembros en la vida institucional y en el gobierno de la Universidad. d) La formación con excelencia académica y con sentido ético, cívico y de solidaridad social. e) El papel de la educación como instrumento básico para el mejoramiento de la cohesión social y la movilidad social ascendente. f) La conservación y el mejoramiento del medio ambiente y el fomento del desarrollo sostenible. g) El respeto a la igualdad de género y la equidad para el acceso a los diferentes cargos.”
El programa «Elecciones en El Salvador, claroscuros de una democracia burlada» de La Mesa Redonda Con Sergio Marin Cornavaca, aborda diversos aspectos relacionados con las elecciones en El Salvador y las municipales de Costa Rica. La conversación tiene un enfoque crítico sobre los resultados y las acciones de los involucrados, particularmente del presidente Nayib Bukele. Se cuenta con la participación de el historiador costarricense Vladimir de la Cruz.
Primero se señala la controversia en torno a los resultados de las elecciones, donde el magistrado del tribunal electoral no había declarado oficial el triunfo de Bukele, a pesar de que el sitio web del tribunal reportara una clara ventaja del oficialismo con más de un millón de votos, y Bukele ya anunciara su gane. Esta discrepancia entre los datos reportados y la declaración oficial genera cierta desconfianza sobre la transparencia del proceso electoral y la legitimidad de los resultados.
Los expositores abordan la gestión de Bukele para controlar las maras en El Salvador y como esta ha sido un factor clave en su creciente popularidad. Sin embargo, esta estrategia también ha generado preocupaciones sobre un posible autoritarismo en su gobierno. Y aunque se reconoce la necesidad de abordar la delincuencia y la inseguridad, existe el riesgo de que las medidas implementadas por Bukele para combatir las pandillas pueda llegar a erosionar las instituciones democráticas del país.
Se realiza un análisis comparativo con la historia política de Costa Rica, se resalta la tradición de reelección de presidentes en el siglo XIX y los cambios constitucionales que han moldeado el sistema político del país. Se mencionan casos de reelección exitosa y los desafíos enfrentados por los gobiernos en términos de legitimidad y poder político.
Este programa de La Mesa Redonda Con Sergio Marin Cornavaca ofrece una reflexión crítica sobre las elecciones en El Salvador, destacando las ambigüedades y desafíos en el proceso electoral, así como las implicaciones políticas y sociales de los resultados. La comparación con la historia política de Costa Rica permite enriquecer dicho análisis y proporciona perspectivas históricas para entender mejor el contexto político actual en El Salvador.
Ciertamente en política nada está escrito, pero si por la víspera de saca el día, Joe Biden, actual presidente de Estados Unidos y Donald Trump, exmandatario en el periodo 2017-2021, volverían a encontrarse frente a frente en las elecciones del 5 de noviembre próximo.
Así ocurrió en las votaciones del 2020 cuando en aquella ocasión Biden, del partido Demócrata, se impuso a Trump, del partido Republicano. La historia puede repetirse y así lo vaticinan expertos de la Universidad Nacional (UNA), a pesar de un primer semestre del 2024 en el que Donald Trump deberá alternar su participación electoral con una serie de juicios y acusaciones que lo sentarán en el banquillo de los acusados.
Los fuegos electorales ya se abrieron en el estado de Iowa, cuando este lunes se realizó el caucus que determinó el triunfo de Trump. Le sigue ahora las primarias en New Hampshire el próximo 23 de enero, aunque sin duda, el evento que tiene todos los focos de atención es el supermartes del 5 de marzo, cuando 15 estados votarán por su candidato republicano.
La expectativa es aún mayor, pues apenas un día antes del supermartes arrancará, en Washington, el juicio donde el magnate está acusado de subversión por los acontecimientos del 6 de enero del 2021 en el Capitolio, cuando partidarios de Trump irrumpieron violentamente en la sede del Congreso por no reconocer el triunfo de Joe Biden.
El equipo legal de Trump trata, a toda costa, que el juicio se traslade al 2026, en un intento claro por postergar el proceso y que de esta manera no entorpezca sus aspiraciones presidenciales.
Mientras esto ocurre, está por verse qué decide la Corte Suprema de EE.UU., luego de que las cortes de los estados de Colorado y Maine emitieran un fallo donde determinaron la improcedencia de la nominación de Trump, justamente por la insurrección del 6 de enero del 2021.
“La defensa de Trump alega que él es inmune a cualquier demanda penal o civil porque los actos los hizo siendo él presidente y eso está ventilándose en una Corte de Apelaciones en Washington, donde es probable que termine escalando a la Corte Suprema, en la que tres de sus miembros han sido nombrados por el expresidente republicano”, explicó el analista internacional, Carlos Cascante.
Tanto Cascante como el analista Gerald Solano, de la Escuela de Relaciones Internacionales de la UNA, ven poco probable que las gestiones judiciales saquen a Trump de la nominación presidencial. “Se ha manejado con mucha cautela por parte de las propias autoridades. Los jueces saben que la decisión que se tome puede tener connotaciones distintas y en un escenario donde a él se le prohíba la candidatura, puede cuestionar al propio sistema judicial, apoyado por movimientos que le dan el apoyo”, detalló Solano.
Además del juicio por la subversión en el Capitolio, la agenda del exmandatario está plagada de procesos judiciales, unos civiles y otros penales: presunto fraude por parte de sus empresas en el estado de Nueva York, incriminación por manifestaciones difamatorias contra una escritora, pagos a una estrella porno a cambio de guardar silencio por una relación extramarital y retención de material clasificado luego de que abandonara la Casa Blanca. Todos tiene previsto iniciarse en el primer semestre.
Lo anterior hará que el nombre de Trump resuene mediáticamente en este periodo de primarias republicanas. Junto con él, el nombre de Nikky Haley se ha posicionado con más fuerza como una contendiente en el bando republicano, situación a la que deberá prestársele atención.
Por el lado demócrata, Joe Biden parece tener el camino más claro de cara a la nominación que se oficializará entre el 19 y el 22 de agosto.
¿Por qué Trump y Biden?
Se hace llamativo el hecho de que Trump (77 años) y Biden (80 años) puedan repetir el enfrentamiento electoral. Para Carlos Cascante, desde la década de los setenta EE.UU. ha sufrido un proceso de fragmentación política en temas económicos y culturales por temas como el aborto, derechos civiles en el ámbito de las migraciones, así como en la educación, lo que ha conllevado a los partidos políticos a formar coaliciones electorales.
“El republicano fue tendiendo a ser nativista, conservador, se acercó a una ideología de derecha evangélica propia del medio oeste de EE.UU. y es ahí donde sobresale la figura de Trump. Él tiene la capacidad de hacer una conexión con el electorado a partir de su discurso, además de que es una figura conocida”, manifestó Cascante.
En el caso de Joe Biden, el experto asegura que ha sabido granjearse la posición de un político más moderado, que tiene la capacidad de liderar y alcanzar acuerdos y ser una figura ecuánime para enfrentar a Trump. En ese sentido—asegura Cascante—“ha creado una campaña de vote por mí y no por Trump, porque él es peor que yo y en esa lógica el aspirante más moderado para conjuntar las diversas facciones es Biden”.
Los temas
En el listón sobresalen algunos temas que parecieran ser los que van a predominar el debate entre los dos eventuales candidatos.
Para el analista Gerald Solano, el tema de la migración será capital en la próxima contienda. Solo en el mes de diciembre pasado intentaron cruzar la frontera hacia Estados Unidos, provenientes de México, 235.000 personas entre mujeres, hombres y niños; un promedio de 7.580 diarios, de acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
“Aunque Biden no ha hecho nada radicalmente distinto a Trump en materia migratoria, la cantidad de personas que tratan de ingresar a diario es un tema complicado para Biden, que tratará de aprovechar su contendiente. Tanto fue así que recientemente el secretario de Estado, Anthony Blinken, visitó México para llegar a acuerdos”, manifestó Solano.
En segundo orden de prioridades, Gerald Solano ubica el tema de la seguridad y el desempeño de la economía. “Los números en cuanto a empleo e inflación parecen favorecer a Biden, pero Trump puede que se refiera al tipo de trabajos que se están generando y a la dificultad de algunos sectores para encontrarlo”.
Por su parte, Cascante coincide en que el tema de la migración será central, aunque no tanto los conflictos en Ucrania y en Oriente Próximo. “En EE.UU. lo internacional no pesa tanto como lo local. Veo más probable que el debate se centre en el manejo de la economía, los asuntos vinculados con derechos humanos, principalmente el aborto”.
Para Solano, el tema de los conflictos geopolíticos sí tendrá un peso relevante, principalmente porque del bando republicano han sido más proclives a la ayuda militar. Lo mismo considera que ocurrirá con el tema de China, donde las desavenencias han sido notorias.
Ambos expertos también dan crédito al hecho de que el tema de la edad sea debatido, principalmente de parte de Trump contra Biden. “Trump siempre ha sido un showman y no es descartable que, al igual que en ocasiones anteriores, se refiera a las capacidades físicas de su oponente”, indicó Solano.
Carlos Cascante añade otro argumento al respecto: “La idea de la presidencia en Estados Unidos, como comandante en jefe, siempre ha estado vinculada con la figura de un presidente fuerte y eso es parte del imaginario entre el elector norteamericano, y a Biden ya se le nota su edad. Trump, aunque se le acerca, luce, en definitiva, más vital”.
Las fichas del juego electoral están sobre la mesa. Lo que ocurra hacia adelante centrará la atención del mundo entero en un 2024, donde los estadounidenses decidirán entre el continuismo de las políticas demócratas u optarán por el regreso al poder de los republicanos, en apariencia, de la mano con la controvertida figura que representa Donald Trump.
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
En medio de una delicada coyuntura política, se llevaron a cabo elecciones en Taiwán el pasado 13 de enero. Lai Ching-te fue electo como nuevo presidente, sin embargo, su partido, el Partido Democrático Progresista (PDP), no logró mantener la mayoría en el Parlamento, obteniendo 51 escaños pero perdiendo 11, haciendo que su partido pierda la mayoría parlamentaria. Para el profesor Liu Guoshen director del Centro de Innovación Colaborativa para el Desarrollo Pacífico de las Relaciones en el Estrecho de la Universidad de Xiamen, el espacio de gobernanza para el partido de Lai será muy limitado en los próximos cuatro años, por lo que le será muy difícil implementar su agenda política.
Este resultado, lejos de ser un simple cambio de liderazgo, ha desencadenado preocupaciones debido a la estrategia de Lai Ching-te de confiar plenamente en Estados Unidos y resistir a China, colocando a la isla en una situación innecesaria al borde de una posible confrontación que podría salirse de control en cualquier momento y con posibilidad de una escalada global.
La apuesta extrema y peligrosa de Lai Ching-te de depender en gran medida de Estados Unidos como aliado estratégico y resistir activamente a China no ha pasado desapercibida, poniendo al mundo entero en constante tensión. Este enfoque, aunque puede tener sus fundamentos para algunos en occidente, no deja de recordar los riesgos que implica confiar ciegamente en ciertos socios, quienes primero empoderan y encantan con sus promesas, y luego abandonan. Ucrania es el mejor ejemplo de ello.
La pérdida de 11 escaños por parte del PDP podría ser interpretada como una reacción a la postura confrontativa de Lai Ching-te, especialmente cuando se observan los eventos geopolíticos recientes en otras partes del mundo. La dinámica política en Taiwán se vuelve aún más compleja con la aparición de una nueva fuerza política, el Partido Popular de Taiwán, que nace en 2019 y ha emergido como la tercera fuerza más votada en la isla. Tras obtener 3,69 millones de votos y una tasa de votación del 26,46%, este partido ha logrado un impacto significativo en el escenario político taiwanés.
Es interesante observar que este fenómeno se tradujo en una disminución en las tasas de votación de los candidatos de los dos partidos principales, el Kuomintang y el Partido Democrático Progresista (PDP), en comparación con las elecciones de 2020. Sin embargo, es crucial señalar que la base de seguidores del Partido Popular está compuesta principalmente por personas que no están satisfechas con el Kuomintang y el Partido Democrático Progresista. Estos votantes, en su mayoría pertenecientes a la generación más joven y con ideologías más progresistas, han demostrado ser cruciales para el ascenso de esta nueva fuerza política. Su creciente apoyo refleja una tendencia hacia posturas más verdes e ideológicamente diversas, desafiando las líneas tradicionales de la política taiwanesa.
Frente a este nuevo panorama, Lai Ching-te tendrá que reconsiderar algunas de sus posturas extremas respecto a China. Sería prudente que las nuevas autoridades taiwanesas reconsideren su enfoque y busquen vías para el diálogo y la cooperación, en lugar de alimentar tensiones que podrían tener consecuencias graves para la región y más allá. La estabilidad y la paz se construyen con sabiduría, diplomacia y un compromiso genuino con la resolución pacífica de las diferencias donde la filosofía del beneficio compartido sea la hoja de ruta para todos.
La República Popular China ha dejado claro que la reunificación pacífica es el camino para la paz y que considera este asunto como un asunto interno de su país. Ya ha sido advertido por Pekín, que existe una línea roja que de ninguna manera van a permitir que se sobrepase y ante la cual está dispuesta a usar la fuerza como último recurso, esa línea roja está legalmente delimitada en la Ley Anti Secesión del país. Atizar las diferencias de manera innecesaria, motivadas por intereses ajenos a la estabilidad regional, representa una actitud irresponsable que viola los principios fundamentales de la convivencia pacífica y el derecho internacional.
Las elecciones recientes en Taiwán han reflejado no solo la insatisfacción de una parte significativa de la población con los partidos establecidos, sino también la imperiosa necesidad de prestar una mayor atención a las aspiraciones y demandas de la generación más joven. Ha sido evidente que el PDP no representa ya la opinión pública mayoritaria de la isla. Esta nueva realidad se manifiesta en un contexto marcado por las crecientes tensiones geopolíticas globales y el enfrentamiento económico-comercial entre Estados Unidos y China.
La sorpresiva reunión entre los presidentes Xi Jinping y Biden en noviembre pasado podría servir como un atenuante de las tensiones en la isla, sugiriendo la posibilidad de un diálogo más constructivo entre las potencias por un lado, y las autoridades de Taiwán con el gobierno chino por otro. En este escenario, resulta esencial que las autoridades taiwanesas consideren la importancia de abordar no sólo las cuestiones internas, sino también de navegar hábilmente en el complejo entorno geopolítico para garantizar la estabilidad y el bienestar de su población. Aquí se pondrá a prueba el liderazgo, la madurez y la capacidad de las nuevas autoridades de la isla.
Desde la enorme variedad de papeletas por imprimir hasta el convencimiento para que la población se acerque a las urnas, los desafíos de las elecciones municipales son mayúsculos
La Constitución de Cádiz estableció, en su artículo 309, un “gobierno interior” conformado por alcalde, regidores y procurador síndico; esos cargos fueron de elección popular. Esa estructura política se denominó “ayuntamiento” y nuestros ancestros eligieron a sus autoridades a finales de 1812 (Sibaja, 2013). El retorno de Fernando VII al trono español (al derrotarse el imperio napoleónico) hizo que, entre 1814 y 1820, se disolvieran los ayuntamientos, los cuales se reestablecieron a inicios de la década del veinte del siglo XIX (Rodríguez, 2020).
Independientes de la Corona Española, los constituyentes costarricenses de 1825 rebautizaron los gobiernos locales llamándolos municipalidades y estas mantuvieron su condición de “electas popularmente”. La Ley de Bases y Garantías (1841), elaborada bajo la lógica de Braulio Carrillo de fortalecer el espíritu nacional, eliminó las municipalidades, pero pocos años después fueron restituidas.
Las elecciones municipales anteceden a la fundación del Estado y la República, han estado presentes en la historia patria por más de doscientos años; sin embargo, es poca la identificación que tiene la ciudadanía con esos comicios.
A menos de un mes de que concurramos a las urnas para decidir quiénes ocuparán los puestos de autoridad de las municipalidades, importa reflexionar acerca de por qué estas elecciones son las más complejas que nos ha tocado vivir.
Número de circunscripciones. Con los cantonatos de Monteverde (ley n.° 10019) y Puerto Jiménez (ley n.° 10195), el país llega a 84 gobiernos locales. El número de cantones más alto de nuestra historia.
Recordemos que cuatro años atrás Río Cuarto debutó como cantón, modificándose la histórica cifra de 81 municipalidades que se había mantenido invariable desde 1980.
Cantidad de puestos a elegir. En 2022, el país eligió 60 cargos del gobierno nacional: la fórmula presidencial (presidencia y dos vicepresidencias) y 57 diputaciones. En los comicios de este año, los puestos en disputa son 6 212, distribuidos en dos grandes grupos: cargos uninominales y cargos plurinominales.
En la primera categoría se encuentran las 84 alcaldías con sus vicealcaldías primeras y segundas (igualmente 84 de cada tipo), 491 sindicaturas propietarias (con igual número de suplencias) y 7 intendencias (con su respectiva viceintendencia). En los puestos plurinominales están las regidurías, las concejalías y las concejalías municipales de distrito.
Nuevas reglas. En el proceso municipal 2024, se estrenará la ley que limita la reelección de las autoridades locales (ley n.° 10.183), disposición que impide, a más de la mitad de las alcaldías del país, optar por un nuevo mandato.
Como consecuencia de la sentencia de la Sala Constitucional n.° 2023-002951, el TSE estableció que, en todos los tipos de papeletas, se debería aplicar la paridad horizontal. Cada agrupación política debía garantizar que, en su oferta política, hubiera igual cantidad de hombres y de mujeres en los primeros lugares de las listas (salvo excepciones puntuales).
La definición de esos encabezamientos complicó el proceso de selección de candidaturas a lo interno de los partidos, los cuales, adicionalmente, debieron hacer una renovación de sus estructuras, como requisito de inscripción de sus nóminas. Esa intensa actividad partidaria implicó la supervisión de cerca de tres millares de asambleas por parte de la Dirección General del Registro Electoral.
Candidaturas. De las 161 agrupaciones políticas inscritas, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) recibió nóminas de 73 partidos políticos y de 4 coaliciones, listas que, en su conjunto, representan 39 734 candidaturas.
Los plazos de presentación, revisión y resolución final sobre las candidaturas son los mismos desde el nacimiento de la Segunda República, momento en el que el país tenía una cantidad mucho menor de partidos y los puestos por elegir también eran menos. Esas particularidades hacen que los tiempos, en la práctica, se hayan acortado sustancialmente, aunque la letra de las normas que los regulan no varíen.
Concluir con prontitud la revisión de las postulaciones es fundamental para el diseño y la producción de las papeletas. Además, la ciudadanía debe saber cuál es la oferta electoral definitiva para poder informarse.
Tipos e impresión de papeletas. Las elecciones municipales obligan a la confección de 666 diseños de papeletas, pues, para cada tipo de cargo y para cada circunscripción, hay que elaborar una boleta de votación distinta.
Deben diseñarse 84 diferentes papeletas tratándose de las alcaldías e igual número para las regidurías; se requieren 7 diseños para las intendencias y 491 para las sindicaturas y concejalías de distrito (estos dos tipos de cargo se eligen en la misma papeleta).
Esa documentación debe imprimirse en aproximadamente un mes, puesto que debe empacarse y su envío debe hacerse hacia finales de la segunda semana de enero: “por lo menos quince días antes de la fecha fijada para las elecciones, el Registro Electoral tendrá que haber enviado el material y la documentación electorales a las juntas cantonales…” (artículo 158 del Código Electoral).
Financiamiento de las agrupaciones políticas. Una de las constantes observaciones de los organismos de veeduría internacional es que Costa Rica tiene un modelo de financiamiento altamente inequitativo. La inexistencia de formas de financiamiento indirecto llevan a que los partidos políticos, durante el período de campaña, deban buscar el dinero en fuentes privadas.
Esa dependencia de capitales privados aumenta la tentación de buscar recursos en fuentes lícitas, contexto riesgoso que se acrecienta en los comicios municipales en los que no aplican los certificados de cesión (llamados bonos de deuda) y no hay posibilidad de acceder a la contribución adelantada.
Desafección de la ciudadanía. El Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP), en su Informe de Resultados de la Encuesta de Opinión Pública de setiembre de 2023, reportaba que el 78.6% de las personas consultadas no simpatizaban con ningún partido político. En el informe de noviembre de ese año, se hacía ver cómo solo la mitad de quienes participaron en el ejercicio de medición tenían mucho o algún interés de participar en los comicios municipales.
Esa falta de identificación de los electores con las agrupaciones políticas incide en la organización de las votaciones, ya que, por ejemplo, las juntas receptoras de votos -para tenerse por integradas- requieren de, al menos, 3 miembros de partidos políticos; sin embargo, según lo conoció el TSE en la sesión n.° 2-2024, 5 072 mesas (de las casi 6 500 que funcionarán el 4 de febrero próximo) solo tienen dos o menos representantes partidarios. El quórum de esos organismos electorales deberá suplementarse con auxiliares electorales designados por el Tribunal.
En el título se afirma que nos enfrentamos a la elección más compleja “hasta ahora”, señalamiento que no es casual. Las nuevas formas de hacer campaña, los cambios en el sistema de partidos y la evolución misma del electorado irán complejizando las dinámicas socioculturales vinculadas con los actos relativos al sufragio.
Debemos estar a la altura de los tiempos, debemos seguir apostando por la institucionalidad, debemos concurrir a las urnas. Como lo señala la Carta Democrática Interamericana, “La democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico” y los pueblos del hemisferio tenemos derecho a ella. La democracia es más que elecciones, es una forma de vida, pero las votaciones son parte de la savia que nutre esa manera de ser y de estar en el mundo.
Andrei Cambronero Torres
Coordinador de la Cátedra de Investigación Jurídica de la Facultad de Derecho, UCR
Carlos Gutiérrez Vargas, estudiante de la Facultad de Derecho, UCR.
A propósito de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad
Las ciudadanías disminuidas pasan de ser un concepto a una realidad cuando no se garantiza la independencia de las personas sordas con medidas proaccesibilidad en procesos electorales
Se aproximan las elecciones municipales en Costa Rica y, lamentablemente, no existe ni una persona con discapacidad auditiva participando en cualquiera de las opciones electorales que brindan los partidos políticos costarricenses. Soy una persona sorda. Por este motivo, mi primera lengua es la lengua de señas costarricense y el español es mi segunda lengua. Escribo este artículo pensando en la perspectiva de las personas sordas, considerando que es importante en relación con los derechos políticos de las personas con discapacidad, específicamente de las personas sordas que están siendo invisibilizadas por el Estado, así como su perspectiva histórica al no ser consideradas como personas politizadas.
Leyendo con admiración un reportaje noticioso acerca de Shirley Pinto, una mujer sorda que tuvo la oportunidad de ejercer su derecho a la participación política como legisladora en el Parlamento de la nación de Israel, me llevó a la reflexión sobre uno de los objetivos primordiales que establece la Convención sobre los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad con respecto a la participación política de las personas con discapacidad, la cual forma parte de los derechos políticos que reconocen y garantizan a la ciudadanía a participar en la toma de decisiones públicas. Desde la visión de los derechos humanos, los derechos políticos contribuyen a la promoción y consolidación de la democracia en la construcción de un Estado democrático de derecho. A continuación, analizaré el derecho a la participación política de las personas sordas.
De acuerdo con los estudios estadísticos presentados por el Banco Mundial, existen 85 millones de personas en situación de discapacidad que viven en América Latina y el Caribe. Las Naciones Unidas declaró el 23 de setiembre como el Día Internacional de la Lengua de Señas. Para conmemorar esta fecha, la Organización citó en su página web las cifras de la Federación Mundial de Sordos, la cual estima que, hasta el presente momento, hay 70 millones de personas sordas en el mundo, y el 80 % de esta población vive en países en vías de desarrollo, utilizando en forma global más de 300 lenguas de señas. De ahí la importancia de destacar la lengua de señas como elemento clave de las personas sordas en su lucha por el derecho a la participación política.
Generalmente, las personas con discapacidad se encuentran con barreras en el ejercicio de su derecho al sufragio. Por ejemplo, existen impedimentos para acceder en forma física a los centros electorales, lo que implica una discriminación, ya que no pueden acceder en condiciones de igualdad que los demás ciudadanos.
Con respecto a las personas sordas, el enfoque previsto en este artículo son las barreras de accesibilidad comunicacional que enfrentamos, las cuales no solo se presentan en Costa Rica, sino en todo el ámbito latinoamericano. De estas barreras, mencionamos el acceso a la información y la comunicación en los procesos electorales.
Sobre el derecho a elegir, surge una barrera que se da en la mayoría de los procesos electorales donde se emiten mensajes y contenidos informativos que sirven de guía a la formación de criterios del ciudadano para decidir y razonar su voto. Precisamente, para este fin se utilizan medios de comunicación como la televisión y las redes sociales para emitir videos informativos, debates entre candidatos a la presidencia, entre otros. Sin embargo, no suelen contar con el recuadro del intérprete de la lengua de señas y el subtitulado, por lo tanto, sin estos recursos de apoyo a la accesibilidad, las personas sordas se quedan desinformadas sobre los procesos electorales y las propuestas de las distintas formaciones políticas, lesionando su derecho al voto.
En cuanto al derecho a ser elegido como candidato, se presenta una limitación muy seria, porque las personas sordas no tienen garantías de recibir apoyos, como un intérprete de la lengua de señas, en caso de que decidan participar de alguna forma en el proceso electoral. Este tipo de recursos son imprescindibles para disputar en igualdad de condiciones por los puestos de síndico, alcalde, diputado, etcétera.
Estas barreras implican un menoscabo a la libertad, a la igualdad y a la no discriminación conforme al modelo de los derechos humanos de las personas en situación de discapacidad. Las ciudadanías disminuidas pasan de ser un concepto a una realidad cuando no se garantiza la independencia de las personas sordas con medidas proaccesibilidad en procesos electorales, lo cual afecta su derecho a la vida independiente.
Otra limitación patente contra la población sorda, en particular, y contra las personas con discapacidad, en general, es no poder manifestar su voz en asuntos claves de su interés. Simplemente son invisibilizadas en el debate público. Por ejemplo, no somos tomados en cuenta en las propuestas específicas que presentan los candidatos inscritos en procesos electorales. Asimismo, los canales para escucharnos son muy limitados. En síntesis, la pluralidad del debate y la democracia se ven afectadas al existir grupos invisibilizados, como el colectivo de las personas con discapacidad.
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad es el primer instrumento de derechos humanos establecido en el siglo XXI y fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 13 de diciembre de 2006. Es sumamente necesaria la existencia de este tratado específico por la insuficiencia de otros instrumentos para proteger los derechos de las personas con discapacidad y sirve para poder visibilizar al colectivo de las personas con discapacidad, entre ellos los sordos. Por ende, hay una identidad política y un grupo que se moviliza en torno al tema y, además, permite tener mecanismos específicos para casos de violaciones de derechos, por ejemplo, quejas ante el Comité.
Para comprender la idea principal del artículo, necesitamos conceptualizar el término discapacidad. La discapacidad es el resultado de la interacción entre ciertas características de las personas, las cuales son comprendidas como deficiencias, pero que no lo son, según mi criterio, sino que son condiciones inherentes a la diversidad humana y a las barreras del entorno.
La Convención reconoce el derecho a la participación política de las personas con discapacidad en su artículo 29. Una lectura analítica del artículo permite comprender cómo aborda la Convención las barreras que enfrentan las personas con discapacidad en el ejercicio de sus derechos, ya que se identifica en el texto las obligaciones específicas que tienen los Estados partes para erradicarlas. Desde la perspectiva de la igualdad, la no discriminación y la autonomía se da el reconocimiento del derecho al sufragio en forma activa y pasiva, así como el derecho de participación, ya sea en titularidad como en ejercicio.
Entre las obligaciones de los Estados, la Convención establece que deben asegurar los derechos políticos de las personas sordas de las siguientes formas:
Garantizar que los procedimientos, instalaciones y materiales electorales sean adecuados, accesibles y fáciles de entender y utilizar.
La protección del derecho de las personas con discapacidad a emitir su voto en secreto, en elecciones y referéndums públicos, sin ningún tipo de intimidación, y a presentarse efectivamente como candidatas en las elecciones, a ejercer cargos y desempeñar cualquier función pública en todos los niveles de gobierno, facilitando el uso de nuevas tecnologías de apoyo cuando proceda.
La garantía de la libre expresión de la voluntad de las personas con discapacidad como electores. Para este fin, cuando sea necesario y a petición de ellas, permitir que una persona de su elección les preste asistencia para votar.
Además, el reconocimiento a la capacidad jurídica de las personas con discapacidad establecido en el artículo 12 tiene una estrecha relación con el derecho de la participación política, en tanto el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (que se conocerá en adelante como Comité CDPD) comprende que no se puede negar el derecho al voto de las personas con discapacidad, independientemente de que pueda necesitar mecanismos de apoyo a su capacidad jurídica.
En la Observación General N.º 1, el Comité CDPD establece aquellos aspectos que afectan al derecho de participación política desde el punto de vista de la accesibilidad, que es una cuestión que se debe asegurar, proteger y respetar. Además, las medidas de austeridad o la poca atención de los Estados partes en el aseguramiento de recursos presupuestarios para garantizar la accesibilidad en los procesos electorales no pueden constituir un argumento para demorar la implementación gradual de la accesibilidad, ya que es de aplicación inmediata.
Constituye un deber del Estado promover la garantía de los derechos políticos de las personas sordas en aras de que puedan gozar de ellos en igualdad de condiciones que los demás ciudadanos. En el caso de Costa Rica, este rol lo puede asumir el Tribunal Supremo de Elecciones, como organismo nacional encargado de la organización de los procesos electorales. En caso de no haber acciones concretas que posibiliten el cumplimiento de estos derechos, entraría en la escena el rol de los organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuya función principal es promover la observancia y la defensa de los derechos humanos de las personas sordas en el ámbito de la participación política, exhortando al Estado a asumir su responsabilidad en la garantía de estos derechos, además de promover el reconocimiento legal de la lengua de señas en cada país latinoamericano, procurando asegurar que las personas sordas puedan tener acceso a la participación en la vida política y pública en forma conjunta con la sociedad, ya sea directamente o mediante la elección de representantes libremente elegidos, inclusive, el derecho y la posibilidad de las personas sordas a votar y ser elegidas.
El artículo 9 de la Convención aborda la obligación que tienen los Estados partes de adoptar medidas para asegurar la accesibilidad de las personas con discapacidad al entorno de la información y la comunicación, además de otros aspectos. En relación con el contexto de las personas sordas, se pretende garantizar que los procedimientos, las instalaciones y los materiales empleados en procesos electorales sean adecuados para ser accesibles a ellas, como la capacitación de guías electorales en el uso de la lengua de señas y el uso de intérpretes de la lengua de señas y el subtitulado en mensajes y contenidos informativos. Esto, en plena concordancia con el reconocimiento de la lengua de señas, un componente fundamental de la comunidad sorda comprendida como minoría lingüística-cultural.
Es importante tener en cuenta que la lengua de señas varía en cada país de Latinoamérica. Es decir, cada uno tiene su propia lengua de señas, comprendida como sistema lingüístico que tiene componentes visuales, gestuales y manuales.
Es fundamental destacar cómo se ha abordado gradualmente el reconocimiento legal de la lengua de señas en cada país latinoamericano. En un comunicado de prensa la Comisión Interamericana de Derechos Humanos instó a los países miembros a reconocer oficialmente la lengua de señas en sus legislaciones, además de promover medidas positivas que garanticen la accesibilidad mediante el uso de la lengua de señas en diferentes ámbitos de la sociedad.
En los Estados existen comunidades sordas de distintos tamaños y, precisamente, la lengua de señas es el principal vehículo lingüístico que emplean para comunicarse. Los trece Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos que han reconocido la lengua de señas como lengua oficial de la comunidad de personas sordas en su normativa son Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela. Pero solo dos países han reconocido la lengua de señas en sus constituciones políticas: Ecuador y Venezuela.
A modo de conclusión, podemos afirmar que, a partir del análisis de la realidad fáctica, legal y jurisprudencial, el derecho de participación política para la población sorda está limitada por la falta de adaptación normativa y la aplicación insuficiente de la normativa en América Latina, teniendo por efecto la vulneración de este derecho y su ejercicio.
Muestra de ello es la falta de accesibilidad en la promulgación de materiales de carácter electoral, como la inclusión de intérpretes de la lengua de señas en debates con candidatos presidenciales, así como la carencia de cupos asignados para la participación de personas con discapacidad en los sistemas electorales, tanto a nivel municipal como para los puestos de elección nacional.
En esta línea, se debe respetar en todos los extremos de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, la cual reconoce desde la perspectiva de la igualdad, la autonomía de las personas sordas y su no discriminación, por medio del reconocimiento de la lengua de señas como parte del derecho de participación política, con el fin de asegurar el derecho de participación en el proceso electoral.
Carlos Gutiérrez Vargas Estudiante de la Facultad de Derecho, UCR
El peligroso Milei la tiene difícil para lograr aprobar sus descabelladas propuestas, pues tiene menos del 15% en bancas de diputados (37), y menos del 10% en el senado (7).
Para alcanzar el quórum necesario, necesita superar en ambas cámaras, el 50% (129 y 37) por lo que está muy lejos de lograrlo.
Por su parte, ante la debilidad parlamentaria de La Libertad Avanza, el peronismo seguirá siendo la primera minoría en ambas Cámaras. En el Senado estará apenas a dos bancas del quórum y en Diputados, a 21, por lo cual su poder de veto es altamente significativo.
La situación es tal, que al no contar Milei con 2/3 de apoyo legislativo, podría verse envuelto en un juicio político con muchas posibilidades de avanzar. Creemos que según sean «las locuras» que pretenda hacer desde la Casa Rosada, esa alternativa podría activarse en defensa de Argentina, la democracia y la razón.
Ahora gobernara Milei junto con Macri. Esto generará algunos cambios cosméticos en relación con la economía. Lo cual no infiere nada de ingenuidad para el balance más profundo y profesional.
Los poderes fácticos reales le doblaron el brazo Fernández, el presidente. Le pasó lo de Carlos Alvarado en Tiquicia, no se animó jamás a enfrentarlos en ningún espacio.
Tristemente célebre el presidente Fernández. Esto ayudó a Milei sin duda.
La ultraderecha y derecha construyeron el escenario político y económico (140% de inflación), para el triunfo de Milei.
Massa es de centro derecha, nunca lo ocultó y su programa así lo establecía.
Cristina Fernández alejada por razones obvias, un fraccionamiento del Peronismo y Kirchnerismo, un elemento nada menor a favor de Milei.
La ultraderecha mediática construyó además el personaje romántico de Milei y lo convirtió en el salvador, el outsider mesiánico y ganaron la BATALLA CULTURAL.
Y así GANÓ LA DEMOCRACIA EMOCIONAL
Se ven venir escenarios complicados en Argentina y para el continente.
Está en desarrollo una estrategia de EEUU por la disputa hegemónica del Sur global enmarcada en esa disputa global que aspira a salvar o dar un respiro al capitalismo decadente.
Esa disputa por mercados y recursos naturales pasa por el tema genocidio en GAZA y el gas ahí descubierto. Ruta de la seda versus el otro corredor de negocios que Netanyahu explicó en la ONU, días antes de los ataques reprochables también de HAMAS.
Tenemos el bloque EUA, Israel, Europa y el bloque China-Rusia-Irán, ahí está la disputa por los mercados, los recursos naturales y semiconductores.
América (el Sur global), está en esa disputa y Argentina ahora entra en una etapa hipercompleja y de alto riesgo pues existen actores neofascistas y neonazis en los partidos que ganaron las elecciones.
No es posible que en la tierra del CHE, se pisoteen tan brutalmente la memoria de Juan Domingo y Evita Perón… Digámoslo de manera menos dolorosa. A veces la memoria colectiva traiciona a nuestros pueblos y el discurso mesiánico, se nos vuelve más terrenal, más tangible y horriblemente peligroso. Me sumo a este luto de nuestra Patria Grande. Lloro, y las milongas golpean mi alma . Una brutal sangría en los Derechos Humanos y un sinsabor al dolor de las Madres de Plaza de Mayo. Se olvidaron de un solo golpe de la Noche de los Lápices. Hoy se vuelve a reescribir la historia con los Mártires de las Malvinas, la sangre de los torturados y el dolor de los desaparecidos. Una sombra del neofascismo cubre la pampa y el mate es intensamente más amargo. PARTIDO VANGUARDIA POPULAR.