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Etiqueta: empatía

Día Escolar de la No Violencia y la Paz

30 de enero

El hogar y la escuela juntos enseñan la paz

El día 30 de enero se celebra el Día Escolar de la No Violencia y la Paz y se conmemora el aniversario de la muerte del Mahatma Gandhi (India, 1869-1948). Gandhi fue un líder pacifista que defendió y promovió la no violencia al rechazar de forma tajante, cualquier tipo de violencia o maltrato contra los seres vivos y desdichadamente, fue asesinado por defender estas ideas.

El objetivo de recordar este día, es que todos los centros educativos de nuestros niños, niñas y adolescentes promuevan ambientes defensores de la paz e incentiven dentro de sus aulas una cultura dedicada a la no violencia en ninguna de sus formas, sea tanto física como verbal.

En la actualidad, hablar con nuestros niños sobre la importancia de fomentar la paz, es fundamental. Estamos viviendo situaciones que sólo hace unos pocos años llegamos a considerar que serían impensables. Entre ellas, el desarrollo de la guerra Rusia versus Ucrania y numerosas situaciones trágicas ocurridas en años recientes donde niños inocentes pierden la vida ante el uso de violencia desmedida dentro de un ambiente seguro como su propia escuela. El ejemplo más reciente, es lo ocurrido en EUA donde un niño de sólo 6 años le disparó a su maestra por haber tenido un desacuerdo con ella: ¿Cómo puede ser esto posible? Sin duda, como adultos responsables del cuidado de nuestros niños debemos preocuparnos y analizar más allá: ¿Qué estamos haciendo mal como sociedad?

La paz no solamente se siembra en las escuelas, más importante aún, se siembra en el seno de cada uno de nuestros hogares. Mientras el niño crece, es dentro de su familia donde el niño aprende cómo comunicarse con otros niños y con los adultos, cómo comportarse durante las diferentes circunstancias de la vida (sean experiencias positivas o negativas) y cómo interactuar con los demás para ser parte de una sociedad. Debemos recordar que cuando el niño inicia ya el primer año de la escuela, cerca de los 6 años, está madurando y desarrollándose como persona pues imita las acciones de socialización de los padres e incorpora los valores morales trasmitidos. Es por esta razón que la responsabilidad de los adultos que cuidan a los niños durante estos primeros años de la infancia es tan importante. Sin duda alguna, la paz inicia y termina en casa.

Una educación inspirada en una cultura de la no violencia y paz, permite que los niños adquieran los conocimientos, actitudes y competencias que refuercen su desarrollo como ciudadanos globales críticos y comprometidos con sus derechos y los de otras personas (UNICEF, 2020).  Enseñar a nuestros niños y adolescentes herramientas valiosas para una adecuada convivencia, no sólo les ayudará a aprender a vivir en armonía con los demás, sino también en el desarrollo de su vida profesional a futuro. Entre ellas, están las habilidades blandas, también conocidas como “habilidades de las personas” o bien “habilidades interpersonales”. Al contrario de las habilidades duras, las habilidades blandas son una combinación de habilidades humanas, subjetivas y no cuantificables que juegan un papel esencial en la forma que nos relacionamos e interactuamos con otras personas.

En conmemoración de esta fecha, deseo destacar 5 habilidades blandas que si las enseñamos y fomentamos en nuestros niños y adolescentes, tanto en el hogar como en la escuela, serán “semillas de la paz” para las futuras generaciones:

  1. Empatía: Permite ver las cosas desde la perspectiva del otro en vez de la nuestra, es la habilidad de aprender a “ponerse en los pies del otro”. Es enseñar a los niños sobre el significado de desarrollar el valor de la sensibilidad para con los demás, que interioricen y apliquen en su forma de vivir la frase de Confucio que una y otra vez, nos decía mi papá cuando éramos pequeños: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.
  2. Habilidades de comunicación:En estos tiempos donde existe tanta globalización y la comunicación es tan diversa gracias a los medios tecnológicos y digitales, el saber comunicarse de forma asertiva es primordial. Enseñar a los niños a escuchar activamente a los demás y a que desarrollen estrategias de negociación durante las diferentes circunstancias de la vida, les dará un mundo abierto a un sin fin de posibilidades de crecimiento y a nunca dejar de aprender.
  3. Tolerancia: Es promover el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás, aunque sean diferentes o contrarias a las nuestras. Es un derecho de la infancia y de toda la humanidad el lograr desarrollar un adecuado entendimiento entre personas de distinta procedencia y modos de pensar. El lograr que nuestros niños y adolescentes desarrollen habilidades pacíficas de resolución de conflictos hará sin duda que el uso de la violencia no forme nunca parte de sus vidas.
  4. Respetar los derechos de los demás: Los derechos humanos son normas que reconocen y protegen la dignidad de todos los seres humanos. Estos derechos rigen la manera en que los individuos viven en sociedad y se relacionan entre sí, al igual que sus relaciones con el Estado y las obligaciones del Estado hacia ellos. Las personas también tienen responsabilidades; así como hacen valer sus derechos, deben respetar los derechos de los demás. Ningún gobierno, grupo o persona individual tiene derecho a llevar a cabo ningún acto que vulnere los derechos de los demás (UNICEF, 2015). Es enseñarle a los niños y adolescentes la frase del filósofo Jean-Paul Sartre: «Mi libertad se termina dónde empieza la de los demás”.
  5. Trabajo en equipo: Aprender a ser un líder positivo y saber trabajar en equipo son hoy en día habilidades indispensables para todos. En 1964, Robert Greenleaf fundó el llamado “liderazgo servicial” o  “liderazgo compasivo”, el cual es un enfoque de liderazgo en el que ayudar a los demás está por encima de todas las demás prioridades. En lugar de gestionar para obtener resultados, un líder servicial se centra en crear un entorno en el que su equipo pueda prosperar y realizar su labor de la mejor forma posible. Por el contrario, si enseñamos a nuestros niños y adolescentes a ser individualistas, difícilmente serán líderes serviciales. El promover el conocimiento, la comprensión y la práctica de la importancia del trabajo en equipo en nuestros niños y adolescentes, sea con sus propios hermanos como con sus amigos y compañeros de clase, fomentará la búsqueda de objetivos comunes, el sentido de lealtad, seguridad y alta autoestima. Lo anterior, llevará a que se esfuercen por mantener relaciones positivas dentro y fuera de sus grupos de pares y siempre serán voces que mitiguen las expresiones o acciones negativas dirigidas hacia los demás.

Como madres, padres, hermanos, cuidadores, maestros y educadores los invito a construir con los niños y adolescentes el camino hacia la paz y la no violencia y así hacer un mundo mejor para aquellos que vendrán detrás. Como una vez dijo Mahatma Ghandi: «Nosotros tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo.»

Dra. Hazel M. Gutiérrez Ramírez

Pediatra. Especialista en Cuidado Paliativo Pediátrico y Bioeticista

Invitada de ACANAMED

 

Imagen ilustrativa.

Sobre pertinencias y empatías

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Hace unas semanas asistí a un taller organizado por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) de Costa Rica, sobre el tema de la pertinencia de las carreras que se ofrecen en la educación superior pública del país.

Sobre la discusión desarrollada y el concepto discutido, debo decir que intuyo que las instituciones de Educación superior pública del país hemos caído en la trampa de la racionalidad del mercado y la búsqueda del éxito económico, sobre cualquier saber o conocimiento compartido.

Me preocupó que ninguna carrera relacionada con el arte fuera referenciada porque en el fondo “no produce”. De igual manera las Ciencias Sociales fueron exiguamente visibilizadas, dada su escasa relación con la competitividad y eso que casi míticamente ha empezado a llamarse la cultura (o la religión) STEAM.

Esta reflexión la comparto hoy que debemos preguntarnos qué es lo verdaderamente pertinente en una sociedad que aún a tientas trata de sobreponerse a una de sus peores crisis civilizatorias de la historia. Pareciera que esa racionalidad instrumental que antepone los criterios mercantilistas a lo demás se ha impuesto como proceso sociocultural.

Y en esa imposición pulveriza la empatía como acción humana fundamental.

Leo con estupor en los diarios costarricenses una noticia de la cual no termino de asombrarme: la ex ministra de educación costarricense Sonia Marta Mora fue condenada al pago de una multa por haber autorizado a una funcionaria de su Ministerio a tomar una licencia para cuidar a su esposo enfermo en fase terminal. Eso pasó hace unos años.

El criterio institucional, la racionalidad administrativista que ha supuesto la gestión de lo público en los últimos 40 años, consideró improcedente el actuar de la exjerarca y la condenó al pago de una multa.

Excesivo.

Increíble y excesiva la forma como la institucionalidad salda sus cuentas dejando en segundos planos lo verdaderamente importante en su accionar: los seres humanos. De esta entronización de la racionalidad capitalista en las esferas estatales ya había dado cuenta la economista costarricense María Eugenia Trejos en un agudo análisis sobre el tránsito de la racionalidad neoliberal en el marco del estado costarricense.

Entre lo que el pensamiento racional considera como pertinente y la ausencia de empatía ante el dolor, se nos muestra el lado más odioso de la promesa neoliberal.

Dicho esto, se impone urgentemente humanizar las políticas públicas, dotarlas de nuevas formas de sensibilidad, de nuevo músculo en el que el ser humano retorne a su centro, pensarlas con el corazón, actuarlas con el corazón.

Familias sobreviviendo el femicidio

SURCOS comparte:

San José, 11 de enero 2021

Ante los groseros, desalmados e inhumanos comentarios y expresiones de diferentes personas en redes sociales y medios, el Grupo de Familias Sobreviviendo el Femicidio desea expresar su absoluta solidaridad y empatía con la familia de Alisson Bonilla Vásquez. Estas expresiones mezquinas de odio irracional y mofa no son nuevas y todos nosotros las hemos recibido y las seguimos recibiendo. Por esto declaramos:

Exigimos a los medios de comunicación un papel más activo de filtro a las expresiones injustificadas de odio y rencor. Propias de gente desalmada. Los medios tienen una responsabilidad de educar y direccionar el tono y el fondo de las discusiones que genera y que favorece en sus foros de opinión.

Imploramos a los dueños de los medios y sus juntas directivas a reconocer el problema del enfoque mediático en torno a los casos de femicidio. No queremos que nuestras hijas y madres sean un producto comercial, que sirva para vender o posicionar medios.

Pedimos a los anunciantes que tengan una actitud crítica y reflexiva con respecto en que medios y canales van a poner su inversión publicitaria. Lamentablemente al ser un problema de espectacularización y comercialización del femicidio y la violencia contra mujeres y niñas, los dineros de los anunciantes son premio a estas conductas y enfoques. Creemos que es hora de que los anunciantes asuman su responsabilidad en este discurso de odio y misoginia.

Consideramos que la pérdida irreparable y evitable de nuestras madres e hijas en una sociedad sana y solidaria, debería de generar empatía y llamados a la justicia y reparación de las familias que han pasado por este amargo evento. Nosotros como grupo procederemos a buscar las vías legales y administrativas para impedir que la memoria de nuestras víctimas sea mancillada y que algunos energúmenos proyecten su odio abyecto contra nosotros.

Finalizamos agradeciendo la solidaridad, la empatía, el amor y el cariño que recibimos de la gran mayoría de la población. Gracias a ustedes, nuestra lucha por justicia continúa firme y fuerte.

No más femicidios. No más impunidad. Nunca olvidar.