Skip to main content

Etiqueta: envejecimiento

Taller virtual: “El arte de envejecer con gracia”

En octubre, mes dedicado a la persona adulta mayor, el Colegio de Profesionales en Sociología de Costa Rica extiende una invitación al “Taller virtual: El arte de envejecer con gracia”, organizado por la Fundación Pedagógica Nuestramérica. Este evento contará con la participación de las doctoras Anne Robert y Fabiola Bernal Acevedo, y se llevará a cabo el 9 de octubre de 2024, de 6:30 p.m. a 8:00 p.m., a través de la plataforma Zoom. El taller está dirigido a personas colegiadas y sus familiares mayores de 50 años.

Para confirmar su asistencia y la de sus familiares, se debe contactar a Isabel Cristina Muñoz al correo eventoscpscr@gmail.com o al WhatsApp 8722-8899.

¡Les esperamos!

29 de mayo Día Nacional de las Personas con Discapacidad

Los productos de asistencia: requisito indispensable para la integración social.

Dr. Federico Montero Mejía
Especialista en Medicina Física y Rehabilitación
Miembro de Número de ACANAMED

Durante los últimos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado varios documentos que resultan muy importantes, para convencer y ayudar a las autoridades de salud de todos los países, acerca de la importancia de los productos de asistencia.

Uno de los documentos es el llamado “Lista de Productos de Apoyo Prioritarios”, con el propósito de “mejorar el acceso a ayudas técnicas de calidad y a un precio asequible, en todos los países”. Dicha lista, al igual que la lista de medicamentos esenciales, es una guía que puede ser aprovechada por los sistemas de salud y servicios sociales de todo el mundo, con el fin de garantizar servicios integrales y equitativos a sus habitantes. El otro documento relevante, es el “Reporte Global sobre Tecnología de Asistencia”. En este reporte se señala que:

  • La tecnología de asistencia incluye a todos los sistemas y servicios relacionados con la utilización de productos de asistencia y la prestación de servicios que los proveen y los distribuyen.
  • Los productos de asistencia sirven para mantener o mejorar la autonomía de una persona y su capacidad para manejarse, con lo que promueven su bienestar.
  • Audífonos, sillas de ruedas, elementos de apoyo a la comunicación, gafas, prótesis, pastilleros o recordatorios son algunos ejemplos de productos de asistencia.
  • En todo el mundo hay más de 2500 millones de personas que necesitan por lo menos un producto de asistencia.
  • Tomando en cuenta el envejecimiento de la población mundial y el aumento de las enfermedades no transmisibles, para 2050 habrá más de 3500 millones de personas que necesiten como mínimo un producto de asistencia, y muchas personas mayores a las que hagan falta 2 o más.

De acuerdo con la OMS, la tecnología de asistencia permite a las personas llevar una vida sana, productiva, independiente y digna y tomar parte en la educación, el mercado laboral y la vida social. La tecnología de asistencia reduce la necesidad de servicios oficiales de salud y apoyo y de atención crónica, así como la carga de trabajo que recae en los cuidadores. La falta de acceso a esta tecnología, ocasiona que muchas personas queden excluidas y aisladas de las actividades de la sociedad, llevándoles muchas veces a tener que vivir en la pobreza. Esto obviamente empeora las consecuencias de una enfermedad o discapacidad para la propia persona, su familia y la sociedad en general, pues aumenta significativamente los gastos por parte de los servicios de salud y otros servicios.

En la presentación del informe, el Director General de la OMS, expresa que “La tecnología de asistencia cambia la vida: abre la puerta a la educación para niños con discapacidad, el empleo y la interacción social para adultos que viven con discapacidad, y una vida independiente y digna para las personas mayores”.

Pero es importante saber que los productos de asistencia, no son requeridos solamente por aquellos a quienes nosotros generalmente conocemos como “personas con discapacidad”. También son requeridos por

  • las personas mayores;
  • las personas con enfermedades no transmisibles como diabetes;
  • las personas con condiciones de salud mental como la demencia o el autismo;
  • las personas afectadas de deterioro funcional progresivo;
  • por muchos niños con dificultades de aprendizaje, pues en la actualidad existen una gran cantidad de productos de asistencia que facilitan los procesos educativos.

La legislación nacional como la Ley 7600 principalmente en sus Artículos 3, 4, 5, así como la legislación internacional como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que en nuestro país fue promulgada como Ley No. 8661, obliga a que las instituciones públicas que proporcionan servicios de salud y otros, garanticen la provisión de los productos de asistencia para todas las personas que los requieran.

Pero lamentablemente, a pesar de esta legislación que el Estado en general y el gobierno en particular tienen la obligación de respetar, vemos como recientemente el gobierno  propone gravar con un 2% de impuesto a las sillas de ruedas y otros productos de asistencia, lo cual obviamente no solo refleja desconocimiento acerca de la situación socio-económica de las personas que las requieren, sino que ignora las recomendaciones de la OMS que hemos mencionado, y la legislación que tiene la obligación de cumplir.

Se olvida también, que la pandemia que hemos vivido con muchos dolores y angustias, ha provocado un aumento muy significativo de la pobreza y de la pobreza extrema en el mundo entero. Y las personas con limitaciones funcionales de todo tipo han sido uno de los sectores de la sociedad más severamente afectados, por lo que no podrían adquirir estos productos a más alto costo de que ya de por sí tienen. Sabemos que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no satisface todas las necesidades de la población en la provisión de estos productos, lo cual obliga a muchas personas a sufragarlas por cuenta propia.

Busquemos entre todos las mejores soluciones para que “nadie se quede atrás”, y que el acceso a los productos de asistencia sea posible para todas las personas que los necesiten. Eso es posible.

Dr. Fernando Morales: »Las personas adultas mayores no la están pasando nada bien»

Ante los desafíos que viven las personas adultas mayores en Costa Rica, la UCR inaugura un nuevo Observatorio del Envejecimiento que trabajará para incidir en política pública

“A propósito de la pandemia en el 2020, hace un año yo comenté una situación de una adulta mayor, de 86 años, que me llama y me dice: mis familiares me dejan la comida en una palangana”.

De esa manera el rector de la Universidad de Costa Rica (UCR), el Dr. Gustavo Gutiérrez Espeleta, retrató uno de los escenarios de violencia y maltrato que viven muchas personas adultas mayores en Costa Rica, mismos que hoy siguen pasando desapercibidos entre el desconocimiento, el desinterés y la falta de datos actualizados, suficientes y confiables.

En ese sentido, el decano de la Facultad de Medicina de la UCR, el Dr. Fernando Morales Martínez, no tardó en coincidir con el rector y, además, enfatizó que en estos momentos “las personas adultas mayores no la están pasando nada bien”, poseen “una inseguridad financiera fatal”, de la mano con una serie de situaciones vinculadas “al abuso, maltrato, abandono y negligencia que son parte de un capítulo abandonado por el país”.

Ante esa situación, y para afrontar esa compleja realidad, nace por primera vez en Costa Rica el Observatorio del Envejecimiento, una iniciativa creada desde la Cátedra “Envejecimiento y Sociedad” (de la Facultad de Medicina) en conjunto con el Observatorio del Desarrollo (CIOdD); ambas de la UCR.

De acuerdo con el Dr. Carlos Murillo Zamora, director del CIOdD-UCR, los observatorios son modelos que surgieron como instancias para la gestión, el análisis, la generación y la presentación de información a los tomadores de decisiones y a la comunidad en general sobre una temática específica.

Uno de los objetivos es incidir en política pública mediante la formulación de planes y programas. También, proponer temas de investigación, servir como una herramienta de seguimiento y monitoreo de las diferentes acciones que el país adopta, así como evidenciar los vacíos de información. Vacíos que, en el caso del tema de vejez y envejecimiento en Costa Rica, están muy presentes. Para comprobarlo, solo basta con echarle un vistazo a las actuales políticas públicas.

“La estrategia nacional para un envejecimiento saludable basado en el curso de vida venció hace tres años y a la fecha no se ha generado una nueva estrategia. El reciente Plan Nacional de Desarrollo de Inversión Pública 2023-2026, Rogelio Fernández Güell, solo aborda la población adulta mayor en dos metas. Una es disminuir el plazo promedio de días de espera para cirugías de catarata en la Caja Costarricense de Seguro Social; y dos, mejorar la cobertura de la población económicamente activa para su protección económica y social ante los riesgos de invalidez, vejez y muerte. Y no hay otras metas en el Plan Nacional de Desarrollo”, comentó el Dr. Murillo.

La principal meta del Observatorio consiste en suministrar evidencia veraz, oportuna y confiable que permita promover políticas públicas que favorezcan una vida digna, autónoma e independiente para todas las personas adultas mayores de Costa Rica.

Deudas pendientes

Para el director del CIOdD-UCR es claro que Costa Rica “tiene grandes rezagos y deudas con esta población que crece cada vez más en número, en cantidad y en años para disfrutar de la vida”. Dicho crecimiento es fácilmente verificable al leer las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).

Según ese Instituto, para el año 2025, el 79 % de las personas adultas estará en proceso de envejecimiento y un 13 % estará en la categoría de vejez. Además, se espera que para el año 2050 la población adulta mayor represente el 20 % de la población total del país, lo que implica retos importantes en la formulación de políticas públicas y de servicios de salud adecuados para atender las necesidades de este grupo etario.

Con esos datos disponibles la pregunta ahora es: ¿se ha hecho lo suficiente para afrontar esa explosión sociodemográfica que se avecina? Para los especialistas la respuesta es clara: no. No se ha hecho todo lo necesario y falta más para afrontar el escenario que se aproxima, si lo que se busca es no exacerbar los desafíos que hoy se ven.

¿Algunos de esos desafíos? La violencia, el maltrato y el abandono, acompañado de una serie de brechas relacionadas con la dependencia, la necesidad, las pobres relaciones familiares, los pocos espacios de convivencia, las desigualdades y las condiciones de vida poco dignas, muchas veces, ocasionados por ingresos mínimos e insuficientes.

En esos ámbitos, el Observatorio del Envejecimiento de la UCR dará un aporte invaluable para analizar la situación del país y proponer soluciones ante una etapa de la vida que, como bien lo dijo el Dr. Morales, “todos vamos a llegar. La juventud no es eterna”.

“Costa Rica se caracteriza por ser un país con un significativo registro de información estadística. Esto es fundamental para la toma de decisiones en todos los ámbitos, tanto públicos como privados. Sin embargo, en el caso de las personas adultas mayores, esas estadísticas están dispersas en numerosas instituciones públicas, lo cual agrava el problema de las brechas que mencioné. Por eso se requiere sistematizar toda esa información dispersa, analizarla y presentar informes que contribuyan a la formulación de políticas públicas apropiadas”, manifestó el director del CIOdD-UCR.

“Esas políticas públicas son necesarias para que guíen las acciones nacionales en pro de una sociedad más sensible y propositiva en el abordaje de los problemas prioritarios relacionados con el envejecimiento poblacional y del bienestar de la población adulta mayor. Pero, sobre todo, que se contemple una nueva visión del envejecimiento, de tal manera que se promueva la inclusión de las personas adultas mayores en las sociedades, se ofrezcan bienes y servicios de calidad, y se dé cuenta de su contribución al desarrollo”, amplió el Dr. Morales.

El plan de trabajo

El Observatorio del Envejecimiento procurará abordar las aristas más importantes que en este momento exige el país. Uno de ellos es el tema de la inseguridad alimentaria, un elemento que se vio fuertemente reflejado en la pandemia del COVID-19.

“¿Por qué este tema? Porque la pandemia hizo evidente que la alimentación fue una experiencia realmente dramática. Muchas personas no tenían quién le llevara los alimentos a la casa, cómo tenerlos a mano y, muchas veces, no tenían cómo pagarlos. Imagine lo que es no tener cómo alimentarse adecuadamente. Esto es una Costa Rica desconocida y aquí el Observatorio tiene una tarea muy grande. No le podemos quedar mal al país ni a los adultos mayores”, exaltó el Dr. Morales.

En este marco, ya se han mantenido reuniones técnicas de trabajo con diferentes autoridades para avanzar en distintos procesos que ayuden a contribuir en ese y otros campos más. Entre esos está la meta de generar más conocimiento sobre los determinantes del envejecimiento y las condiciones de vida a las personas adultas mayores en Costa Rica. El segundo es analizar las categorías asociadas al envejecimiento activo y saludable exitoso.

El tercero se enfoca en promover que el país continúe con los procesos iniciados en el 2015 y 2016 relacionados con la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.

El cuarto punto es monitorear el proceso de envejecimiento de la población costarricense. Este es especialmente importante porque, desde la opinión del Dr. Morales, desde la pandemia hubo un importante desmejoramiento de las condiciones de vida de esta población.

“Antes de la pandemia no era que las personas mayores estaban en una posición de flores, pero ahora se disparó. Por lo tanto, se debe poner el acento en las acciones que vienen, así como generar respuestas urgentes y oportunas a sus múltiples necesidades”, dijo el Dr. Morales.

Tanto el rector de la UCR como el decano de la Facultad de Medicina están seguros de que el Observatorio se constituirá muy pronto como un punto de referencia nacional e, incluso, internacional. El tan solo hecho de tener un espacio de análisis y de discusión científica que antes no existía en nuestro país, abre una puerta trascendental hacia la generación de nueva información.

“Aprovechemos esta enorme oportunidad que tenemos para mejorar las condiciones de vida de las personas adultas mayores, así como para transmitir a los más jóvenes la enorme necesidad de prepararse para la vejez, sobre cómo vivir más pero también mejor, mediante un envejecimiento activo con hábitos, actitudes y comportamientos que propicien no solo una vida más larga, sino también una vida de bienestar. Debemos celebrar en grande este paso firme que estamos dando por el bien de las personas adultas mayores en nuestro país. Yo agradezco profundamente a todas las personas implicadas que, en tan poco tiempo, hicieron de esto una realidad”, concluyó el rector de la UCR.

 

Jenniffer Jiménez Córdoba

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

UCR, Voz experta: Sobre la solvencia de la CCSS y el desfinanciamiento del Seguro IVM

M. Sc. Rodrigo Arias López, actuario matemático y docente pensionado de la UCR.

Especial: El envejecimiento en Costa Rica

El mal manejo de fondos y reservas del Seguro Social amenaza el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte. Y el excedente de casi un billón de colones del Seguro Social es usado por la CCSS para financiar programas de salud que son responsabilidad del Estado

Si las juntas directivas de la Caja Costarricense de Seguro Social (gerentes y mandos medios), los gobiernos de turno y los ministros de Hacienda hubiesen respetado el ordenamiento constitucional y legal en la gestión de los seguros y programas de seguridad social que dirigen y administran, la Caja tendría hoy una enorme solidez financiera. Para ser exactos, más de ₡58 billones en reservas del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) y una holgada postura financiera en el Seguro de Salud (SEM). Solo como ejemplo:

  1. La Ley 7374 de 1993 trasladó del Ministerio de Salud a la Caja diez programas de atención primaria que le cuestan a la CCSS ₡400 000 millones por año. Sin embargo, la CCSS solo le cobra al Estado una quinceava parte de ese monto. A esto se suma que los Gobiernos se han negado a pagar tal deuda, a pesar de que la misma ley ordena su pago total mensualmente.
  2. La Ley 5905 de 1976 le ordenó a la Caja brindar atención médica (prestación de servicios de salud) a todos los pensionados del país, que hoy son más de 500 000. Esta normativa disponía que, si faltaba dinero para esta atención, este debía ser aportado por el Estado. Hasta la fecha, los políticos de la CCSS se han negado a facturarle al Estado un monto anual de ₡200 000 millones de déficit que tiene dicho régimen de salud. Si alguien tiene dudas, puede preguntarle a su gerente financiero, Gustavo Picado Chacón, si eso se le cobra al Estado.
  3. La Ley 5349 de 1973 (entre otras) obligó a la CCSS a atender a todas las personas sin seguro (cobertura médica). Para esto, trasladó también las fuentes de financiamiento para que no se tocaran los fondos y reservas del Seguro Social (seguro de salud y pensiones de los trabajadores asalariados asegurados y sus familias), tal y como lo ordena el artículo 73 de la Constitución Política. Sin embargo, la CCSS invierte un monto anual de ₡500 000 millones en este programa de salud (Ley 5349), aunque solo recibe del Gobierno ₡240 000 millones de ingresos anuales, que no son ni la mitad.

El camino cómodo e irresponsable que encontraron los políticos de la Caja y de los Gobiernos fue tomar los fondos y reservas del Seguro Social, lo cual viola el artículo 73 de la Carta Magna y los artículos 32 y 43 de la Ley Constitutiva de la CCSS. No les importó que eso llevara a la quiebra al Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), cuya reserva actual es de apenas ₡3 billones, y que esto afectara a tres millones de afiliados y pensionados del IVM.

Estos ruines, en su afán de equilibrar a toda costa los gastos de IVM con los ingresos sin detener el desvío de fondos, se confiaron en que podrían seguir mintiendo, culpando a las personas por vivir unos años más. Por eso, planearon las siguientes acciones:

  1. Aumentar las edades de retiro —como ya lo hicieron— con vigencia a partir del año 2024 y con la advertencia de que lo tendrán que repetir en el mediano plazo.
  2. Bajar los poquitos beneficios que les quedaban a los cotizantes de IVM, algo que también hicieron recientemente y lo volverán a hacer.
  3. Permitir que las pensiones pierdan su valor adquisitivo, como lo vienen haciendo desde el 2019 (más de 150 000 personas beneficiadas con el IVM reciben una pequeña pensión de ₡142 000, ya devaluada un 12 %).
  4. Seguir aumentando las tasas de cotización, principalmente de trabajadores asalariados, como lo hicieron en el 2017 y lo repetirán en los próximos años.

Todo lo anterior permitió que el Estado se diera el lujo de acumular una deuda con la CCSS de casi ₡3 billones, sin contar los ₡6 billones en disputa de la Ley 7374. Con esto, se sacrifica a los pensionados, a los que están próximos a pensionarse y hasta a las nuevas generaciones de cotizantes.

En el siguiente cuadro, elaborado con cifras del último estudio actuarial oficialmente conocido del Seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM) hecho por la Caja, el monto de ₡1 767 724 millones de ingresos corresponde a un 15 % sobre la masa salarial de los trabajadores asalariados (del total de sueldos reportados por patronos públicos y privados) que cobra la CCSS. Empero, para este fin solo se requieren ₡842 877 millones, el excedente de ₡924 987 millones lo debieron ingresar a la reserva de IVM. Pero no lo hicieron, sino que lo utilizaron para cubrir obligaciones del Estado antes anotadas, acción con la cual vulneran la Constitución y la Ley Constitutiva de la Caja.

Cuadro 1. Balance del SEM, año 2018, en millones de colones

Modalidad de aseguramiento

Ingresos

Gastos

Excedente

Asalariados

1 767 724

842 877

924 847

Pensionados

273 873

452 275

178 403

Estado y no asegurados

248 975

513 949

264 974

Independientes y voluntarios

199 180

246 696

47 515

Total

2 489 752

2 055 797

433 955

Reitero, en el 2018, el excedente de ₡924 847 millones debió corresponder al Seguro IVM y representó ni más ni menos que un 7,89 % sobre los salarios, según la estimación oficial de la CCSS. Como es conocido, la Caja recauda para el Seguro Social de patronos, trabajadores y Estado un 25,66 % sobre la planilla de salarios, que según la Ley N°17 debe dividirse con criterio actuarial en 7,11 % para el SEM y 18,55 % para el IVM. Sin embargo, la CCSS traslada solo un 15 % al SEM y un 10,66 % al IVM, lo que explica la crisis de este seguro.

El gerente de Pensiones Jaime Barrantes Espinoza y los nueve directores de la Junta Directiva de la CCSS, presuntamente, no se enteraron de que ese excedente debió reforzar la raquítica reserva de IVM. Los abogados de la Dirección Jurídica de la CCSS, entre ellos Mariana Ovares Aguilar, Luis Guillermo Mata Campos y Gilbert Alfaro Morales, niegan conocer ese «elefante», a pesar de que “la Dirección Jurídica de la CCSS es el órgano superior consultivo responsable de la atención de asuntos en materia legal”. Entonces, cuando “en país de ciegos, el tuerto es rey”, es muy probable que solo Gustavo Picado Chacón y Luis Guillermo López Vargas, gurúes de las finanzas de la Caja, sean los únicos que conocen al paquidermo; pero también se hacen los «zorros» o los «rusos», como decimos los ticos.

El desvío histórico promedio de fondos del IVM equivale a un 7,5 % sobre los salarios y ocurre desde hace más de 50 años. En la década de 1970 no solo desviaban los ingresos de las cuotas del IVM hacia el Seguro de Salud, sino también las reservas ya constituidas, y se terminaba prestando al Estado los saldos sin intereses o a tasas reales negativas (empeorando el cuadro). Todas estas acciones, entre otras, ocasionaron que el IVM no disponga hoy de casi ₡59 billones en su reserva.

Cuadro 2. Monto de reservas que no pudo obtener el IVM

Concepto o rubro

Millones

Desvío de fondos del seguro IVM

₡ 43 344 772

Malas inversiones realizadas en el período 1975-1991

₡ 5 207 730

Artículo 9 de la Ley 7374 (el costo en salud sería inferior al 7,11 %)

₡ 5 211 351

Incumplimiento y reducción de la base mínima contributiva

₡ 3 595 584

Artículo 78 de la Ley de Protección al Trabajador

₡ 973 713

Deuda del Estado con IVM (oficio GF-DFC-0901-2021)

₡ 420 586

Total

₡ 58 753 736

No faltará quienes argumenten que ese gigantesco monto no ingresado al IVM era necesario para ayudar a la debilitada situación fiscal del Estado. Sin embargo, se puede observar que la deuda pública estatal es cancelada puntualmente, incluyendo cada centavo del monto principal e intereses.

Asimismo, vimos la fiesta que se ha creado con dineros públicos, lo cual ha generado regímenes de pensiones de lujo, con retiro juvenil desde la edad de 40 años y con el 100 % del salario más alto como pensión.

También observamos cómo establecieron subsidios y beneficios a grandes cafetaleros, arroceros, exportadores y otros grupos, así como les permiten o facilitan a empresarios y a trabajadores independientes evadir más de ₡2 billones de impuestos por año, mientras reducen cada vez más los fondos de los programas sociales que ayudan a la población más vulnerable de nuestro país.

 

M. Sc. Rodrigo Arias López
Actuario matemático y docente pensionado de la UCR

Saber Vivir

El próximo lunes 04 de abril de 8:00 a.m. a 9:00 a.m. se realizará una actividad sobre “Características del Envejecimiento en las Personas Sexualmente Diversas”. 

El programa está bajo la dirección de la Licda. Gloriana Rodriguez, con Marco Castillo de la Junta Directiva de la OIDHCR y Msc. Willy Chaves Cortés de la Fundación Munakuy.

La Fundación Munakuy tiene un hogar para personas mayores interseccionales.

Se transmitirá a través de la plataforma Facebook Live de la Organización Interseccional Pro Derechos Humanos (OIDHCR).

Información de contacto:

WhatsApp: 8694-1745

Redes Sociales:

Facebook: https://www.facebook.com/oidhcr/ 

Twitter: https://twitter.com/oidhcr 

¿Existe el CENARE?

Dr. Federico Montero Mejía. Exdirector del CENARE

¿Es ético y cierto afirmar que el Centro Nacional de Rehabilitación (CENARE) está funcionando, como lo afirman repetidamente autoridades de oficinas centrales de la CCSS y del CENARE en diferentes medios de comunicación? Yo digo que no lo es, porque lo que era el CENARE está siendo utilizado en gran parte para la hospitalización de personas con Covid-19 y como bodega o inutilizada otra parte. Además, se llama CEACO, y aunque se diga que “el hábito no hace al monje”, en el caso del CENARE sí, porque lo que allí se hacía para proporcionar rehabilitación integral y de calidad, no se puede garantizar en otro sitio que no sea ese. Los profesionales de rehabilitación que laboraban en lo que era el CENARE, ahora desarrollan sus actividades en diferentes espacios físicos de los alrededores y en condiciones que no en todos los casos son las más adecuadas, para ellos o para los pacientes.

Nadie pregunta ni hace referencia al perjuicio que esto ha ocasionado a muchas personas con discapacidad, incluyendo el desalojo que también han sufrido para la atención de Covid-19 otros servicios de rehabilitación como los de los hospitales de Liberia, San Ramón, San Carlos, Heredia, Alajuela. En el Hospital de San Carlos el gimnasio de terapia física es ocupado por ginecología porque ginecología es para pacientes con Covid-19, en el de Heredia el área de consultorios y espacios de terapia es para Covid, en el de Alajuela, el Hospital de día es ahora bodega de camillas, en el Hospital de las Mujeres gimnasio de rehabilitación permanece cerrado. Tampoco existe una sola cama en ningún hospital del país, disponible para la atención de personas con lesiones o enfermedades agudas que ocasionan discapacidad y exigen atención a nivel de hospitalización.

Pienso que la verdadera realidad no se ha discutido a profundidad ni las cosas se han dicho con la claridad y sinceridad que se requiere. Sigue poniéndose de manifiesto en las autoridades, la incapacidad para comprender la importancia y la necesidad de garantizar servicios de rehabilitación integrales en todas las regiones del país, como lo establece la normativa nacional e internacional, y también se hace evidente en ellas la subvaloración que hacen de las personas con discapacidad y de la necesidad de la rehabilitación.

Se sigue ignorando que en el Siglo XXI el mundo se enfrenta a un conjunto de retos como por ejemplo el rápido envejecimiento de la población acompañado con un aumento de las condiciones crónicas y de multimorbilidad. La población mayor de 60 años proyecta duplicarse para el año 2050, en tanto que la prevalencia de enfermedades no trasmisibles se ha incrementado en un 18% en los últimos 10 años. Igualmente no hay plena conciencia de que las condiciones crónicas no solo son responsables de una significativa proporción de muertes prematuras, sino que además son causa de número significativo de discapacidades y que la rehabilitación tiene un papel crítico en la prevención y reducción las limitaciones en el funcionamiento (e,g, movilidad, cognición, respiración, visión, comunicación) asociadas con el envejecimiento y condiciones crónicas.

Tomar en cuenta las limitaciones de funcionamiento de las personas, ayuda a minimizar el impacto sobre la salud y las condiciones sociales y económicas de esta, y mejorar el bienestar (Rehabilitación 20-30 / OMS).

En un reciente estudio realizado por la OMS y el Instituto de Métricas en Evaluación en Salud, de la Universidad de Washington y publicado en línea en la revista The Lancet del 20 de diciembre, 2020; se demuestra que un tercio de la población mundial vive con una condición de salud que se beneficiaría de la rehabilitación. La lectura y el análisis de esta y otra información, quizá contribuyan a mejorar el criterio de las autoridades CCSS, en relación con la necesidad y prioridad de los servicios de rehabilitación en nuestro país.

UNA: Envejecimiento de la población costarricense: un reto para el futuro

Fabiola Quirós Segura (*)

Las discusiones en torno al envejecimiento de la población, a nivel Latinoamericano, se vienen gestando con fuerza desde hace algunos años, ello debido a las transformaciones económico-sociales que traerá consigo la inversión de la pirámide poblacional.

Según datos publicados en el informe Panorama de envejecimiento y dependencia en América Latina y el Caribe a inicios de 2018, por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), actualmente, un 11 % de la población de esta región supera los 60 años; mientras que las proyecciones indican que en el 2030 llegará a un 17 %, y en 2050, al 40 %.

En el caso costarricense, el crecimiento de la población adulta mayor se debe, en gran medida, al aumento de la esperanza de vida al nacer y al descenso de la tasa de la natalidad, cuyas tasas, en el 2018, se ubican en 4,5 % y 14,5 % respectivamente. Se estima que, en el 2025, dichas tasas se ubicarán en un 5,0 % y un 12,7 %, según los datos de la Estrategia nacional para un envejecimiento saludable, documento publicado a inicios de 2018 por el Ministerio de Salud, en coordinación con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Lo anterior, supone un aumento en la población adulta mayor y una disminución en la población joven; en este sentido, los datos del documento en mención, sostienen que para el 2040 la cantidad de adultos mayores será igual a la de menores de 15 años y, se estima que en 2045 los adultos de más de 70 años se encontrarán en la franja más notoria de la pirámide poblacional costarricense, por lo que para el 2050 una cuarta parte de la población estará compuesta por adultos con más de 60 años. Aunado a lo anterior, se sostiene que el índice de envejecimiento (relación entre la cantidad de personas adultas mayores y la cantidad de niños y jóvenes) variará entre el 2000 y el 2025 en un 220,8 %.

Según los resultados de la Encuesta Continua de empleo (ECE), para el tercer trimestre del 2018, Costa Rica cuenta con un total de 792 511 personas de 60 años o más, de las que sólo una pequeña parte (206 873, equivalente a un 26%), se encuentran insertas dentro de la fuerza de trabajo. La tasa promedio de desempleo abierto para dicho grupo poblacional es de un 4,8 %, (para los hombres dicha tasa es de un 4,6% y para las mujeres es de 4,9 %).

A su vez, la tasa promedio de empleo formal es del 26 % (por sexo, esta es del 28 % para los hombres, y de 20% para las mujeres). Mientras que la tasa promedio de empleo informal para este mismo grupo, es del 74 % (una tasa muy alta; entre los hombres ronda el 72 %, y entre las mujeres el 80 %). Adicionalmente, es importante señalar que del total de ocupados informales de 60 años o más, el 61 % posee un empleo independiente, mientras que el 39 % trabaja de forma dependiente.

Lo anterior indica que, si bien, la participación de las personas adultas mayores en el mercado laboral es baja, lo cierto es que los que se ven obligados a trabajar, lo hacen en su mayoría dentro de la informalidad y con empleo independiente. A su vez, las estadísticas indican que las mujeres son las que se encuentran en mayor vulnerabilidad, ya que la tasa de desempleo y de informalidad son más altas con respecto a las de los hombres.

En resumen, resulta prioritario para el diseño de las políticas públicas del país, a mediano y largo plazo, considerar el envejecimiento de la población, debido a las implicaciones que esto tiene para los sistemas de seguridad social. Además, a nivel familiar el envejecimiento también implica cambios, ya que estas personas cada vez demandarán más tiempo de cuidado y gastos en manutención (muchas personas no han cotizado para la seguridad social), lo que obliga a las familias a estar preparadas y a tomar las medidas pertinentes.

 

(*) Observatorio Económico y Social, Escuela de Economía UNA.

Imagen con fines ilustrativos tomada de la nota: Estudio identifica afecto positivo alto en costarricenses con envejecimiento saludable

Enviado UNA Comunicación.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Foro UNA: Envejecimiento positivo y longevidad saludable

  • Encuentro Mundial de Zonas Azules

 

Durante los días 16 y 17 de noviembre se llevó a cabo en Nicoya, Guanacaste, Costa Rica el primer Encuentro Mundial de Zonas Azules, Nicoya 2017,

El objetivo de la actividad académica es promover la investigación y el intercambio de conocimiento en temas comunes y particularidades de las Zonas Azules, que incorpore el abordaje de los factores protectores del envejecimiento saludable y la longevidad, para conformar una red nacional e internacional dedicada a estudiar estos temas, a fin de dar sostenibilidad a la calidad de vida alcanzada y promocionar entre los pueblos las experiencias exitosas.

Para los organizadores el Encuentro Mundial de Zonas Azules marca una referencia importante que debe de ser profundizada, y apropiada tanto por la Comisión Organizadora, como por las subcomisiones de trabajo establecidas para el éxito del encuentro.

Este encuentro, plantea la necesidad de aproximar una discusión conceptual en relación a los principales referentes del tema central “Envejecimiento activo, positivo y Zonas Azules desde el enfoque de longevidad sana”.

Para desarrollar dicha discusión se consideró oportuno compartir aspectos conceptuales tales como:

  • Salud como producto social
  • Nueva lógica de promoción de la salud
  • Envejecimiento activo, saludable y positivo
  • Zonas Azules y longevidad saludable

La longevidad es una palabra compuesta de origen latino, integrada por el adjetivo “longus” que tiene el significado de “largo” y por “aevum” sustantivo que hace referencia al tiempo o edad de un ser vivo. La longevidad (esperanza de vida) es un concepto que corresponde a los estudios demográficos, pero no se trata sólo de dicho aspecto sociológico. Se relaciona con la duración de vida de un ser humano o de un organismo biológico y se utiliza con más frecuencia en referencia a la ancianidad o la edad de un ser vivo.

A partir del 2005, diferentes estudios y científicos han determinado territorios o zonas en el planeta conocidas como “Zonas Azules”. Estas son regiones donde las personas son más longevas, superando los 90 años de edad. Los científicos encontraron que las características específicas locales y las prácticas cotidianas han contribuido a que las personas logren mayor longevidad.

Por esa razón, se plantea en la actualidad el desafío de que las Zonas Azules dejen de formar reductos y puedan extenderse poblacionalmente, dado que al ser áreas en las que la población disfruta de una alta longevidad, con buenas condiciones de salud, y que no depende de factores económicos o tecnológicos.

Según recoge el portal revolutionhealth.com, Buettner basó sus conclusiones en el trabajo de un equipo de demógrafos y científicos que exploró durante siete años los lugares donde su población vive más y mejor y lo plasmó en su libro The blue zones.

Aunque las Zonas Azules se hallan en sitios tan alejados geográficamente y tan diferentes culturalmente tienen algunas características en común. Todos ellos dedican tiempo al descanso en su rutina diaria, construyen grandes amistades y fortalecen los lazos familiares, tienen una alimentación y nutrición considerable saludable y dan importancia al desarrollo y crecimiento espiritual.

A partir de esta conceptualización nace el Encuentro de Zonas Azules y el Foro: Envejecimiento saludable y longevidad organizado por varias instituciones entre las cuales participa la Universidad Nacional, que pretenden promover los factores protectores y de autosuficiencia del envejecimiento saludable y el intercambio de conocimientos y experiencias de la vida cotidiana entre diferentes actores de las “Zonas Azules” del Mundo en la Península de Nicoya, para posicionar las poblaciones, sus características y particularidades a nivel local, nacional e internacional.

 

Colaboración:

Nelly López- IDESPO UNA

 

Enviado por MSc. Efraín Cavallini Acuña, Asesor Comunicación, Rectoría, UNA.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Desde 1986 la UCR promueve el derecho a la educación de los adultos mayores

  • Programa Institucional para la Persona Adulta y Adulta Mayor (PIAM)

 

María Encarnación Peña Bonilla,

Periodista Oficina de Divulgación e Información, UCR

Desde 1986 la UCR promueve el derecho a la educacion de los adultos mayores
El PIAM se enmarca en la orientación de la educación permanente, concebida como un proceso que dura toda la vida, donde las personas adquieren y acumulan conocimientos y habilidades para su vida cotidiana.

Con la creación del Programa Integral para la persona Adulta Mayor (PIAM) en 1986 la Universidad de Costa Rica abrió sus puertas a las personas mayores de 50 años y pensionadas bajo los enfoques de envejecimiento exitoso, género y derechos humanos, dignidad humana y justicia social, para contribuir así con la calidad de vida de esta población.

El PIAM tiene como claro objetivo brindar oportunidades a este sector de la población para que continúen aprendiendo y puedan compartir con las generaciones más jóvenes sus experiencias y conocimientos. Desde su creación la UCR ha orientado su trabajo académico hacia la formación integral de las personas, fundamentada en una visión humanista de la vida; en un claro compromiso con una acción universitaria dentro de la cual el PIAM resulta pertinente, por su concordancia con la política universitaria de establecer vínculos con el sector externo con el fin de promover el desarrollo a escala nacional de una cultura de respeto.

Este programa se gestó en la década de los 80, producto de la I Asamblea Mundial del Envejecimiento celebrada en Viena en 1982, donde se plantea que: “el envejecimiento es un proceso que dura toda la vida y deberá reconocerse como tal, la formación de la población para las etapas posteriores de la vida deberá ser parte integrante de las políticas sociales y abarcar factores físicos, psicológicos, culturales, religiosos, espirituales, y económicos”.

El programa inició con la modalidad de cursos regulares en 1986, los cuales son ofrecidos por las Unidades Académicas de la Universidad. En éstos las personas mayores comparten con los estudiantes empadronados en las diferentes carreras. Hay cursos de historia, geografía, arquitectura, filosofía, sociología, trabajo social, lenguas modernas, ciencias políticas, comunicación colectiva, entre otras.

Población PIAM se incluye en cursos regulares

Estos cursos regulares no pretenden profesionalizar, titular o certificar el conocimiento de las y los estudiantes del PIAM, sino más bien aportar a su actualización de conocimientos, al desarrollo de nuevas habilidades y destrezas, así como potenciar el intercambio entre las generaciones que confluyen en el aula. Los estudiantes del PIAM no están obligados a cumplir con todos los requisitos para la evaluación de los cursos (exámenes, trabajo en grupos, presentaciones orales, etc), por lo tanto pueden “negociar” con el docente su participación. Generalmente les gusta hacer trabajos en grupo, participar de las giras educativas y las exposiciones de temas específicos, y por supuesto, compartir sus experiencias en la clase.

La valoración de esta oferta de cursos siempre es positiva por la oportunidad que brinda a las personas mayores de participar en espacios inter generacionales de intercambio de conocimientos, pues en los cursos regulares se juntan tanto personas jóvenes como adultas y adultas mayores para compartir experiencias, establecer lazos de amistad, de cooperación e intercambio cultural; esto proporciona sistemas de apoyo positivo que ayudan a mantener el bienestar y la seguridad de las generaciones jóvenes y mayores.

sesión adulto mayor
El ritmo de vida actual dificulta el encuentro entre jóvenes y mayores. En cuanto las personas mayores son percibidas como dependientes en lugar de agentes activos de la sociedad, suele crearse un distanciamiento que perjudica a ambos colectivos. Este hecho generalizado ocurre incluso dentro de las propias familias. Fotografía: muestra un retrato de persona adulta mayor con mujer joven al lado. Archivo ODI.

Para las personas estudiantes del PIAM es fundamental el reconocimiento de los otros, sobre todo de los estudiantes jóvenes, es decir, estar visibles en el contexto universitario que es predominantemente un espacio de gente joven, genera mucha satisfacción a las personas mayores. Cada semestre lectivo el PIAM gestiona la apertura de cupos en los cursos regulares. Estos cursos se incluyen en la “guía de cursos y horarios ”propia, y están disponibles para matricular según el número de cupos habilitados.

La demanda de matrícula en el Programa ha crecido progresivamente y este año se entregaron 3.000 citas de matrícula a estudiantes que optaban por un espacio. La universidad tiene casi 5.000 cupos habilitados para esta población adulta mayor. También está la posibilidad de solicitar espacio en cursos regulares no ofertados y talleres intensivos que varían entre las 2 y las 8 semanas de duración.

En este 2017 el PIAM cuenta con una variada oferta de talleres intensivos, cursos y grupos culturales. En total, las personas estudiantes del PIAM pueden ser parte de 180 cursos diferentes y en 14 diferentes unidades académicas de la Universidad se abren cursos a estudiantes del PIAM para que sean parte de una experiencia inter generacional.

De acuerdo con las proyecciones dentro de 40 años el rango que más va a crecer dentro de la estructura de la población costarricense es el de las personas de 65 años y más; para entonces el 20% de la población nacional estará conformado por adultos mayores.

La próxima matricula de estudiantes a este programa será en febrero 2018. La información se publica en el PIAM

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Analista de la UNA: Estancamiento en la tasa de desempleo esconde un problema mayor

Greivin Salazar Álvarez*

 

Días atrás el Instituto de Estadística y Censos (INEC) dio a conocer los resultados de la última Encuesta Continua de Empleo (abril – junio 2016), con material de provecho para “optimistas” y “pesimistas”.

Primero, ¿qué paso con la tasa de desempleo?, de junio del año anterior a junio de este año se redujo de un 9,5% a un 9,4%, es decir, por cada 1.000 personas de 15 años y más que buscaron activamente un empleo, anteriormente 95 no encontraban trabajo, mientras que ahora son “sólo” 94.

¿Qué dirían los optimistas? Que el resultado es satisfactorio, se redujo la tasa de desempleo y además, la cantidad de personas que no encontraban trabajo (desempleadas) se redujo, en ese periodo, en cerca de 15.000, al pasar de 217.933 a 202.563. ¿Y los pesimistas? Argumentarían que el panorama es alarmante, que en cuestión de un año se perdieron 132.000 puestos de trabajo, ya que en junio del 2015 habían cerca de 2.087.000 personas con trabajo y ahora sólo 1.955.000.

Con estos datos, parece que alguno de los dos está mintiendo ¿optimistas o pesimistas? En realidad ambos están en lo correcto, la tasa de desempleo abierto disminuyó, la cantidad de desempleados también y, además, se perdieron puestos de empleo. ¡Toda una paradoja!

Para aclarar esta situación, se tiene el siguiente ejemplo: José, Pedro, María, Pablo y Ana, todas estas cinco personas desean trabajar, las primeras tres encuentran trabajo, pero las dos últimas no (Pablo y Ana), en consecuencia, la tasa de desempleo abierto sería de un hipotético 40% (dos de cinco). Sin embargo, tiempo después, Pablo, una de las dos personas desempleadas, desmotivado por su situación, decide no seguir buscando trabajo; por su parte, María, quien sí se encontraba empleada, por alguna circunstancia deja su puesto y ya no desea laborar, se sale del mercado laboral.

Por tanto, ahora son sólo tres las personas que desean trabajar (José, Pedro y Ana) y de éstas una no encuentra en que laborar (Ana), en consecuencia, la tasa de desempleo se reduce a un 33% (uno de tres), esto a pesar de que existen menos personas empleadas (dos, ya no tres como antes) pero también, menos personas desempleadas (una, ya no dos como antes).

Así las cosas, existe una pregunta obligatoria ¿qué pasó con Pablo y María? Bueno, técnicamente son personas que no desean trabajar, es decir están “Fuera de la Fuerza de Trabajo”; en el caso de Pablo, su nivel de desmotivación llegó a tal punto, que ahora no busca trabajo, no estudia y piensa vivir “de lo que pueda” (sí, literalmente). En cambio María, con una mejor visión, retomó sus estudios universitarios con la firme idea de que más adelante cuando los concluya, podrá obtener un mejor puesto de trabajo en comparación al que ostentaba hasta hace poco. La diferencia entre ambas decisiones es abismal.

Ahora bien, la realidad nacional no dista mucho del ejemplo anterior y en consecuencia esconde un problema mayor. Es así que la disminución en la tasa de desempleo abierto en el último año se debe a una contracción de la fuerza de trabajo y no a una mayor cantidad de personas ocupadas en el país. En el último año, la cantidad de personas en edad de trabajar -de 15 años y más- pero que por alguna razón no desean hacerlo (están “fuera de la fuerza de trabajo”), aumentó en cerca de 210 mil, en su mayoría adultos mayores y jóvenes, por cuanto de estas 210 mil personas, 68 mil son mayores de 60 años (el 32%) y 57 mil son jóvenes entre los 15 y 24 años (el 27%).

¿Y por qué razones podrían estar saliendo algunas personas del mercado laboral?

  • Una respuesta estaría relacionada con el proceso de envejecimiento de la población que ha hecho que una parte de la fuerza de trabajo acuda a su jubilación, presionando aún más los sistemas de pensiones (otro gran tema país).
  • Otra respuesta podría ser la dificultad que tienen muchas personas de encontrar un empleo en una economía que a pesar de que genera puestos de trabajo, estos requieren cierto nivel de cualificación y/o especialización. Problemas estructurales.
  • Y por último, siendo esta la razón que se desea enfatizar, porque hay una mayor cantidad de jóvenes que se dedican sólo a estudiar, lo cual desde luego está muy bien (en el último año la cantidad de jóvenes entre 15 y 24 años que sólo estudian aumentó en cerca 31.000); pero también, porque hay un aumento en la cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan (23.292 jóvenes más en el último año).

En síntesis, la mejora relativa en algunos indicadores del mercado laboral responde a una reducción en el tamaño de la fuerza de trabajo, lo que esconde un problema de gran importancia, como es el incremento en la cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan, ya que de mantenerse este panorama, el país está empeñando seriamente su futuro y desde luego el de todos estos jóvenes; así como propiciando el caldo de cultivo para acrecentar las desigualdades sociales.

*Observatorio de la Coyuntura Económica y Social, Escuela de Economía UNA.

 

Imagen con fines ilustrativos tomada de www.centralamericalink.com

Enviado a SURCOS Digital por Oficina de Comunicación, UNA.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/