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Etiqueta: hegemonía

En Homenaje A Carlos Lanz: Estrategia Comunicativa Integral

Lic. José A. Amesty R.

En homenaje y reconocimiento al camarada y profesor Carlos Lanz Rodríguez, artífice de la Formación Sociopolítica, conjuntamente con un equipo interdisciplinario, quienes nos dimos a la tarea de Facilitar los Talleres de Formación Sociopolítica, por todo el territorio venezolano, compuesta por varios Ejes Temáticos, y continuamos este recorrido por ellos con el Estrategia Comunicativa Integral.

Presentación del Eje Temático

La Comunicación en este Eje se concibe desde la Nueva Racionalidad Comunicativa, a través de la cual se promueve la autodeterminación consciente, planteándose la construcción de herramientas para el desarrollo de capacidades que permitan asumir crítica y conscientemente cualquier proceso comunicativo, tanto a nivel intersubjetivo que implica la relación dialógica con el otro, hasta el abordaje de los diferentes medios para la comunicación. A partir de este Eje se plantea la caracterización de un sujeto que se encuentra con el otro, en acuerdo mutuo usando los elementos integrales de la comunicación para superar la relación de poder que impone la dominación. Se asume una postura libertaria, democrática y participativa que apunte a desmontar las opiniones mediáticas que no se validan públicamente, sino que las construyen desde las mesas de los laboratorios de los grandes consorcios y que se heredan en los títulos de comunicadores sociales, publicistas, actores, actrices y en cada uno de los profesionales, (salvando excepciones que se destacan por sus propios trabajos) que participan del hecho comunicativo de los Medios. Insistimos en un Núcleo de Desarrollo Endógeno (NUDE) convertido en un espacio donde el enfoque de comunicación asumido sea libre de coerción y manipulación, transparente y horizontal, favoreciendo la relación dialógica entre los sujetos, es decir, compartiendo lo que somos y sabemos. La comunicación en el NUDE debe favorecer el consenso semántico, es decir, llamar cada cosa por su nombre, estando todos de acuerdo con la fuerza del argumento, la democracia participativa y el debate en colectivo.

Contenidos

A continuación, estaremos revisando aportes que en materia de comunicación nos hace el método Invedecor y la Escuela de Frankfurt para develar y sustituir la comunicación de la dominación por una libertaria y por otro lado nos planteamos algunas herramientas para desmontar la manipulación de los medios de comunicación privados y apuntar hacia un sistema de comunicación popular en el marco de la Democratización de la Comunicación.

Comunicación

A continuación se presentan diferentes conceptos de comunicación para establecer un marco de referencia para el desarrollo de este Eje Temático: Comunicación: del latín “comunicare” Compartir; tener comunicaciones con alguien. … La Comunicación se concibe como una interdependencia consciente establecida,… (De los partidarios de la Teoría de la Comunicación. Diccionario Filosófico ROSENTAL–IUDIN, 1997). “A pesar de que el acto de la comunicación se dio desde muchos siglos antes, el primer intento por definir el proceso más elemental de este suceso se debe a Aristóteles hacia el año 300 a.m. y es el siguiente: “quién dice qué a quien” (GONZÁLEZ, C. 1984)

“..En todo proceso de comunicación, por complicado o sofisticado que sea, habrá siempre tres elementos fundamentales: “el emisor, el mensaje y el receptor.” (GONZÁLEZ, C. 1984). “La comunicación se puede considerar un proceso, debido a que está en movimiento y es dinámica.” (UNESR.-Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez-. Lecturas Complementarias, 1982).

Al analizar los diferentes conceptos de la comunicación se pudiera afirmar que en ellos se oculta las relaciones de dominación presentes a lo largo de la historia, desde el modelo clásico de la comunicación (emisor-mensaje-receptor), hasta el modelo más sofisticado del que se desprende la plataforma global de la comunicación actual y además profundiza la brecha entre quien comunica y quien es comunicado. Esto nos brinda la posibilidad de identificar elementos para desenmarañar los propósitos subyacentes u ocultos de la comunicación que posterior a la definición de Aristóteles han surgido y poder abordar una crítica que dé paso a la identificación o construcción de una alternativa emancipadora.

Comunicación Vs. Reproducción de la Dominación

Las siguientes líneas tienen la intención de despertar la conciencia y rechazar cualquier concepto “aséptico o neutral” que nos distraiga encaminándonos consciente o inconscientemente a reproducir la dominación, por tal motivo a continuación mostramos algunos aspectos develadores para el debate en torno a una comunicación consciente y emancipadora. Un elemento clave para identificar la dominación se expresa en la unidireccionalidad de la comunicación (comunicación en una sola dirección), que justifica el statu quo y fortalece a las clases dominantes, quienes en un proceso deformador de la comunicación imponen la ideología, manipulan la conciencia y las voluntades de aquellos sectores excluidos históricamente. Con esta condición estos sujetos terminan siendo depositarios de la información y niega la posibilidad de la reciprocidad de la comunicación excluyendo el diálogo como elemento fundamental. Otro elemento de la dominación lo podemos identificar en la Pseudo-participación, expresada en espacios con sujetos, que por no estar formados críticamente, ni poseer independencia de criterios, son tutelados y monitoreados intelectualmente por cualquier “centro emisor” a decir de Carlos Lanz, llámese Caudillo, profesor, diputado, director de programas, y podríamos agregar nosotros: candidato, Coordinador o cualquier otro emisor que se abrogue la fuente absoluta del saber.

Esto implica que no existe la participación verdadera sí no existe una relación dialógica, es decir, intercambio de saberes desde la autonomía cognitiva y la razón crítica para pensar con cabeza propia y poner en duda la realidad para develarla. Sin pretender que estos son los únicos elementos expresados como dominación queremos plantear uno muy emblemático, identificado con el mito de la Hiperespecialización en la Comunicación. En el marco de los medios con alta incidencia en la reproducción de las relaciones sociales capitalistas, tales como: Radio, Televisión, cine, prensa escrita, etc., se niega la posibilidad a quien no ha sido especializado en las áreas profesionales establecidas por el modelo actual de la comunicación, el derecho al espacio de la “opinión pública”. (Ver modelos en las lecturas complementarias). Esto convoca a una lucha por establecer criterios de aprehensión, apropiación y construcción de ambientes, en los cuales, la opinión sea legitimada por espacios públicos de debate, cuyas conclusiones y acuerdos se socialicen a través de instrumentos de divulgación tales como: Radio y televisión comunitarias y/o alternativas, periódicos, carteleras, volantes, etc. Estos deben responder a los intereses colectivos, incorporando al especialista en el marco de un ambiente de formación permanente que socialice su saber para que la información llegue con las voces e imágenes propias de quienes han decidido no permitir continuar siendo solo depósitos de información, sino protagonistas de su propia historia; que la piensan, la debaten, la planifican, la divulgan y más aún,… la viven. Ante estos elementos caracterizadores y develadores de la dominación, han surgido planteamientos tales como: La Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt, La Relación Dialógica de Freire y La Racionalidad Comunicativa de Habermas, por tanto, es necesario consensuar un marco referencial que nos permita construir, desde una postura emancipatoria, la defensa integral contra la imposición capitalista y sus modelos y medios de comunicación.

De la Crítica a la Nueva Racionalidad Comunicativa

En este momento histórico de Refundación de la República y Profundización de la Revolución Bolivariana, es menester de este Plan de Formación, definir el marco referencial para la puesta en común de herramientas emancipatorias en un enfoque distinto y que planteamos para el debate sea: la Nueva Racionalidad Comunicativa. Para introducir este enfoque de la comunicación es necesario dar un paseo por el origen o la génesis de éste y los sujetos que fundan la propuesta. Nos permitimos utilizar información recopilada de distintas páginas de Internet de (© 2001, Cándido Pérez Gállego Página creada y actualizada por grupo «mmm». © a.r.e.a./ Dr. Vicente Forés López) que se identifican con letra cursiva con algunas consideraciones que el equipo de formación y acompañamiento nacional incorporan para introducir el paradigma crítico de la comunicación, cuyo origen se encuentra en las reflexiones de la Escuela de Frankfurt.

La Escuela de Frankfurt

La Escuela de Frankfurt, importante movimiento que surge a partir de los años 20 con la fundación del Instituto de Investigación Social con sede en la ciudad alemana de Frankfurt. La primera generación comienza su deambular en torno a 1922 y desarrolla sus trabajos hasta 1933 en que se produce la diáspora como consecuencia de la llegada del nazismo alemán, lo que obliga al exilio a la mayoría. A esa primera generación pertenecen Horkheimer, Adorno, Benjamín y Marcuse, entre otros. Entre los objetivos de este grupo se encuentran el desarrollo de una Teoría Crítica, cuyas características son las siguientes:

Crítica a la ciencia: Denuncia la objetividad científica que se pone al servicio de los sectores dominantes y en nombre de una supuesta neutralidad hasta son capaces de inventar la Bomba Atómica. Crítica a la filosofía Teórica Tradicional por su abstracción y pura especulación, es decir por hallarse al margen del cualquier contexto histórico-social y de las condiciones materiales que la sustenta. Esta escuela asume la Filosofía Del Compromiso Social de la mano del marxismo como teoría, lo que supone un tipo pensamiento basado en la relación teoría-praxis con vistas a la finalidad última y la transformación de la sociedad. Para ello se deberá partir de las condiciones materiales (socioeconómicas) e histórico-sociales que enmarcan tanto el pensamiento como la acción de los individuos. La propuesta concebida por La Escuela de Frankfurt es una invitación a ser protagonistas y participantes de todo cuanto acontezca, por lo tanto, requerimos de un nuevo modelo de participación y por ende una nueva forma de interactuar y dejar de ser sujetos aislados para estar interconectados por los principios de una Comunicación distinta, que nos permita reconocernos en una Nueva Racionalidad Comunicativa.

Racionalidad Comunicativa en el Método Invedecor

Invedecor es un método de acción política en construcción, que permite articular las estrategias de Investigar, Educar, Comunicar y Organizar, a partir del reconocimiento de los saberes previos de los sujetos. Implica procesos de investigación, bajo premisas de una nueva racionalidad comunicativa y socialización de los procesos investigados para transformar la realidad desde la concepción del poder popular. El Método Invedecor como estrategia de articulación persigue afectar las relaciones de producción capitalistas y desmontar la división social del trabajo para construir hegemonía antiimperialista y antimonopólica, por la unión de la teoría y la práctica, del saber y el hacer para vivir en solidaridad, cooperación y con desarrollo endógeno. Tal y como se plantea el uso de Invedecor como metodología para la profundización de la Revolución, si desarrollamos procesos de indagación pertinentes es el uso de La Racionalidad Comunicativa de Habermas la llamada a establecer espacios de acuerdos colectivos, por tal motivo tomamos de -Carlos Lanz Rodríguez y El Poder en la Escuela- para plantear este enfoque. Habermas plantea la existencia de unas normas de racionalidad en la teoría crítica, las cuales se asocian al discurso y al lenguaje ordinario. La competencia comunicativa, donde se incorpora al habla y al discurso métodos de discusión y los ideales transformadores de justicia, libertad, solidaridad, como signos de autorrealización y de una ética comunicativa.

Este ideal del habla y del discurso sostiene que la única compulsión que se puede permitir es la fuerza del argumento, y en consecuencia, se puede hablar de una comunicación libre de coerción, cuando no hay presiones psicológicas, bloqueos o silencios, violencia verbal o semiológica, todo ello expresado en el estilo descalificador y de cliché, el corrillo y la maledicencia (hablar mal de …). Los postulados de racionalidad y de validez en el habla son para Habermas los siguientes:

-Lo que se dice es verdad -Lo dicho es entendible.

-También es sincero -El hablante está en su razón.

Tenemos derecho a decir lo que queramos solo debemos asegurarnos que sea verificable, entendible, transparente y responsables. Es decir que la comunicación es un derecho intransferible e indeclinable, tenemos derecho a decir lo que pensamos y sentimos pero afrontando éticamente que somos libres y además responsables de lo que comunicamos. El consenso que se logra a través de esta discusión auténtica es un consenso activo, verdadero, siendo la verdad un resultado del debate y la confrontación, lo cual permite que emerjan los verdaderos intereses de los participantes. La libre discusión conceptuada por Habermas como “situación ideal del habla” demanda de un clima democrático que admita las discrepancias y el libre juego de las tendencias, igualmente la libre circulación de las ideas, rechazando las amenazas, censuras, manipulaciones y controles. Esta racionalidad comunicativa posee puentes y bisagras con una epistemología o forma de producir conocimiento de manera constructivista:

         La producción de saberes es un proceso, no hay verdades hechas, lo real no viene dado, se construye. También posee nexos con la problemática de la organización y los métodos de dirección política:

         Teoría democrática de la acción política y de la organización por libre asociación, compromiso real, profilaxis antiburocrática”.

Al plantear con claridad La Nueva Racionalidad Comunicativa es posible entrar a comprender cualquier realidad que articule procesos de comunicación, desde nuestra cotidianidad hasta la más sofisticada expresión de la comunicación en la dominación como son los Medios de Comunicación masiva. Esta nueva apreciación crítica nos permite abordar desde otra perspectiva la información, que a través de dichos medios, llegan a cada uno de nuestros ciudadanos y ciudadanas. En tal sentido, podríamos estar preparados para comenzar o más bien reforzar y/o consolidar el proceso de Democratización de la Comunicación.

Democratización de la Comunicación

Para ser coherentes con: el proceso de participación que impulsa esta revolución bolivariana, los planteamientos nuestros sobre la organización participativa y más específicamente La Nueva Racionalidad Comunicativa de Habermas, es necesario analizar desde esta perspectiva, la opinión pública en el paradigma de la comunicación de masas y su gran capacidad de manipulación informativa, desde los medios y su Infraestructura como mecanismos para potenciar la dominación. Y desde esta crítica entonces acercarnos a modelos y experiencias concretas que en materia de comunicación alternativa existen en nuestro País y de ser posible en América Latina. Para problematizar en materia de medios de comunicación es necesario establecer nuestras referencias previas y citamos a la Prof.: Margarita Boladeras Cucurella Profesora de la Universidad de Barcelona, quien plantea lo siguiente:

 “Habermas delimita el concepto de «opinión pública» con relación al «espacio público»: Por espacio público entendemos un ámbito de nuestra vida social, en el que se puede construir algo así como opinión pública. Los ciudadanos se comportan como público, cuando se reúnen y conciertan libremente, sin presiones y con la garantía de poder manifestar y publicar libremente su opinión, sobre las oportunidades de actuar según intereses generales”.

En los casos de un público amplio, esta comunicación requiere medios precisos de transferencia e influencia: periódicos y revistas, radio y televisión son hoy tales medios del espacio público. Aquí se hace hincapié en el carácter constitutivo de cualquier grupo de diálogo y de todo tipo de público en la formación de la trama de «lo público» y en la generación de opinión en torno a cuestiones muy diversas en las que distintas personas pueden tener intereses comunes. En este sentido, no es un espacio político sino ciudadano, civil, del «mundo de la vida» y no de un determinado sistema o estructura social. Partimos de este párrafo como referencia y entonces es muy fácil identificar cómo los medios han estado secuestrando la opinión pública, y en nombre de una supuesta protección de la fuente, pretenden convertirse en origen inagotable del saber. Acto seguido, los medios en su intento por dirigir el pensamiento y la opinión de todos han confundido el ser propietarios de la infraestructura apuntando hacia la privatización ilegal y sublime del espectro radioeléctrico, el espacio público y por ende de la opinión. Recordemos la manipulación mediática de: ¡Con mis medios no te metas! Por esta razón Bienvenida La Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (Ley RESORTE) y continuemos develando la trampa e identifiquemos la manipulación y su infraestructura.

Identificando la Manipulación Mediática y su Infraestructura

Después de los hechos del Paro empresarial, El saboteo a PDVSA, el Golpe de Estado del 2002 y la presión mediática, nacional e internacional ejercida desde Estados Unidos y los grandes consorcios de la comunicación internacional, cuya expresión en Venezuela se llaman: Radio Caracas Televisión, Venevisión, Globovisión, Televen, Radio Caracas Radio, El Universal, El Nacional, y uno que otro medio regional, ponemos en duda que en este país no se tenga una idea de cómo los medios han manipulado la información con la fallida intención de crear una tendencia contra el Presidente, contra la Revolución Bolivariana y finalmente contra los sectores populares.

Sin embargo, no estaría demás tomar las dos características más emblemáticas de manipulación en el juego mediático como lo son: Presentación de una visión parcial y descontextualizada de la realidad y que su mayor expresión fue lo acontecido en el Puente Llaguno durante el día 11 de Abril de 2002 y el tratamiento distraccionista que se le da a la presentación de la información y que se expresa en la Cadena Informativa CNN que mientras asesinan al Pueblo de Irak, la cadena se esmera en informar lo bien alimentado y pulcramente vestidos que están los soldados Estadounidenses gracias a la Empresa Halley Burton. Toda esta información posee una infraestructura para el desarrollo del plan de manipulación que sería importante identificar para establecer mecanismos de defensa contra el ataque mediático-comunicacional. Esta infraestructura está identificada en el libro “El Poder en la Escuela” de Carlos Lanz Rodríguez.

“Instrumentos utilizados para inducir el consenso pasivo”

Según; Camilo Taufic, en su obra Periodismo y lucha de clase. La variedad de los medios que se emplean hoy en día, desde la voz natural hasta los artificios y sofisticados satélites de comunicación y otras máquinas cibernéticas, es tan extensa, coexistiendo los más adelantados con los más atrasados, los más simples con los más complejos. A saber:

  • La voz: en conversación, oratoria, canción.
  • La vía pública: la plaza, las calles y los locales públicos, siempre han servido para el intercambio de ideas o sentimientos, para que se Revisten las formas de manifestaciones multitudinarias
  • Otros instrumentos propios de la vía pública: los lienzos, los carteles, las vallas, los afiches, la pintura mural, los volantes, las octavillas, el perifoneo, las exposiciones y hasta los desfiles militares.

El efecto organizador sobre el ambiente social que tienen los diarios, se complementa con la acción de la radio, las revistas o la televisión, y en el mismo se entrelaza con el de las películas cinematográficas, los libros y los carteles, letreros, volantes, y otras formas de difusión en la vía pública. En Venezuela sería importante identificar: “El sector más fuerte esta agrupado en torno al Consejo Venezolano de Publicidad, que está formado por los anunciantes, agencias publicitarias y propietarios de medios: ANDA, FEVAP, Cámara de Radio, Bloque de Prensa, Asociación de Publicistas Industriales, otros”.

Carlos Lanz continúa diciendo en su libro “El Poder en la Escuela”, “Estos sectores están vinculados por lazos económicos, familiares y políticos y son en síntesis el poder económico e ideológico que permite imprimirle sello a la opinión pública”.

Una vez identificada, la infraestructura, el modelo, los elementos y los sujetos que profundizan en los mecanismos comunicacionales de la dominación, pasaríamos entonces a identificar también lo que en materia de alternativa de comunicación popular se ha venido desarrollando para construirlo, impulsarlo y protegerlo, desde una visión más clara contra la realidad comunicativa que nos imponen, pero desde La Racionalidad Comunicativa que nos Libera.

De la Comunicación de la Dominación a la Comunicación Popular Liberadora

“Tal como Freire había dicho «no más educadores y educandos sino educadores/educandos y educandos/educadores, diríamos hoy, no más emisores y receptores sino EMIRECS; no más locutores y oyentes sino -inter-locutores”. (Mario Kaplún). “El modelo de comunicación que se desprende de esta concepción podría ser elementalmente graficado en dos o más EMIRECS intercambiando mensaje en un ciclo bidireccional y permanente”. (Mario Kaplún).

Esta parte del material reconoce las coincidencias que con Mario Kaplún se ha desarrollado en materia de Comunicación Popular, comunitaria, alternativa y/o emergente. Aquí podríamos hacer un Inventario de las concreciones y posibilidades de los recursos ancestrales que en materia de comunicación tiene como acervo el Pueblo Venezolano. Debemos entonces identificar los ambientes de encuentros comunitarios locales y hablamos del barrio, del pueblo, de la calle como espacio de lucha. También Identificamos la palabra, los gestos, colores, sonidos, silencios,… como herramientas comunicativas para la organización popular. Y el medio Comunitario, libre y alternativo como concreciones colectivas para el encuentro. Hablamos de Radio y televisión comunitaria, de periódicos populares (de obreros, de mujeres de niños, niñas y adolescentes), pero también hablamos de los tambores que a distancia usaban nuestros amigos afrodescendientes, a quienes hubiésemos preferido invitar a venir y quedarse, pero que fueron esclavizados. Hablamos del fuego y particularmente del humo utilizado por la etnia Pemón para avisarles a sus vecinos, una pronta visita. Y hablamos de los pitos que en la defensa integral del territorio nuestras comunidades podrían utilizar para salvar las vidas y los casas en barrios organizados, de quienes no entienden que las cosas pueden ser de todos si no intentan arrebatarlo.

La Comunicación Popular y sus Historias Concretas

Sin organización no hay revolución.

La Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos surge en junio de 2002 para dar respuesta colectiva a una gran diversidad de obstáculos que han comenzado a surgir en el seno del movimiento de medios comunitarios en Venezuela. La escasez de recursos, la necesidad de fomentar más ampliamente la creación de medios en las comunidades, el ataque continúo por parte de los grandes medios comerciales, la posibilidad cada vez más cercana de librar una dura batalla por la democratización del espacio radioeléctrico nacional, son sólo algunos de ellos. En este sentido, La Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos es apenas el comienzo por consolidar una instancia organizativa que fomente, articule y defienda los diversos procesos de comunicación comunitaria, libre y alternativa que experimentan hoy un fuerte desarrollo. Para fomentar el uso de estos nuevos medios por parte de las comunidades organizadas, se ha hecho necesaria una ardua labor de formación y organización que desmitifique la tecnología como un saber oscuro destinado sólo a especialistas y la producción de información como un coto cerrado de «profesionales», en fin, que desmitifique la comunicación como área exclusiva de los «medios» tradicionales.

Esto nos conduce a la promoción de un nuevo modelo de comunicación social, en el cual la comunicación deje de ser usada como mercancía y vuelva a convertirse en la humana facultad de intercambiarse afectos y deseos, conocimientos. Una comunicación que sea expresión de la multitud, de la diversidad, de la libertad. Por eso, más allá de los procesos comunicacionales locales que apuntan a transformar las profundas desigualdades sociales en cada comunidad y a lograr su pleno desarrollo, se hace imperativo unificar esfuerzos para ampliar al máximo el derecho a la información y a la libertad de expresión. En tal sentido, la democratización del acceso a los medios de información, así como del espectro radioeléctrico constituye el objetivo fundamental para todo el movimiento de comunicación comunitaria, libre y alternativa. Esto sólo será posible mediante la organización y articulación de esfuerzos colectivos que promuevan un amplio debate nacional sobre la comunicación en Venezuela, al tiempo que fomente la conformación de nuevos medios en manos de comunidades y la solidaridad y ayuda mutua entre éstos.

ANMCLA – Una Fuerza Comunicacional Revolucionaria

El rescate de nuestras imágenes, sonidos, gestos y palabras. Partimos del principio estratégico que los gobiernos no hacen revoluciones, que la revoluciones las hacen los pueblos y, por tanto, son tarea de los revolucionarios. Es así como en la Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos nos constituimos en una fuerza comunicacional revolucionaria frente a las gigantescas tareas planteadas en este campo y asumimos la necesidad de la construcción de un sistema público de comunicación, en manos del pueblo, capaz de unir comunicación, producción, vida social y defensa en forma de proximidad y cooperación cada vez más intensas. Para entender esta integralidad indisoluble, en nuestro andar las hemos catalogado como plataformas que están definidas desde el sujeto Comunidad en lucha, como contexto y escala integral de la clase, para la reintegración de sus luchas, acervos y resistencias y la construcción integral de la conciencia de clase y de la hegemonía popular. Las plataformas se definen y se escalan desde la comunidad y se integran en la vida para poner a la comunidad al mando.

 

Imagen: https://www.resumenlatinoamericano.org/

El otro Navas

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En los últimos días la industria futbolística que mueve miles de millones de dólares en todo el planeta mostró como hazaña la actuación de Keylor Navas en el partido de la Champions League escenificado en París, entre el equipo local y el flamante F.C. Barcelona, de España. Una y otra vez los medios televisivos globales reprodujeron el episodio entre el arquero costarricense y el que para muchos es considerado todavía hoy en día el mejor jugador de futbol del planeta, el argentino Lionel Messi.

Una y otra vez, las imágenes replican una gesta más del jugador costarricense, originario de Pérez Zeledón, según la prensa costarricense y mundial. El argentino se apresta a cobrar una falta de penal y el costarricense espera. El desenlace resulta en una estirada absoluta del arquero y la desviación del gol inminente. Ni el VAR por presunto movimiento irregular detuvieron el resultado: un penal desviado al mejor jugador de futbol del mundo.

Titulares de medios de comunicación reconocidos a nivel europeo como L’Equipe, Marca y Diario Sport, ubicaron la figura de Navas como trascendental en la clasificación del equipo parisino a los cuartos de final de la contienda futbolística por clubes más mediática a nivel global.

Sin embargo, las referencias de la prensa europea a Navas en términos positivos no han sido permanentes. Sus primeros pasos por el Club Real Madrid estuvieron salpicados siempre de constantes alusiones a su origen centroamericano. Un temprano artículo publicado por el sitio digital español «La Galerna» en el año 2015 titulado » Keylor Navas y la xenofobia de la prensa» señalaba que algunos medios españoles construían argumentos para lograr que la titularidad de la portería madridista fuera asumida por un arquero español.

El autor del artículo, Jesús Bengoechea, indicaba que no hacía falta proferir insultos racistas o construir argumentos directamente discriminatorios para considerar un discurso periodístico como xenofóbico. Aseguraba que incluso un periodista de uno de los medios se había preguntado (en privado) cómo un equipo como el Real Madrid estaba considerando dejar la responsabilidad de su arco en un «tipo» de un país como Costa Rica.

Luego de ese artículo, como recordaremos, muchas cosas pasaron con Keylor Navas y su desempeño en el Real Madrid, incluidas tres copas de la Champions League que difícilmente sean emuladas en lo inmediato por jugador alguno del entorno de CONCAFAF (Confederación Norte, Centroamérica y del Caribe de Futbol).

Pero también muchas cosas pasaron en la sociedad española luego de ese texto. Bengoechea señalaba que no podía atribuirse como generalización el que dicha sociedad fuera toda xenofóbica. Decía que la inexistencia de un partido político de corte racista o xenófobo con respaldo popular podría disuadir la prevalencia de tales actitudes. Ya todos sabemos cómo en los últimos años surgieron en aquel país iniciativas políticas con claros referentes nacionalistas como VOX y sus agendas claramente antiinmigrantes, por señalar solo un ejemplo.

La figura de Keylor Navas en el tema es central. Cuando la prensa costarricense habla de su desempeño como futbolista de élite en el contexto global, acostumbra siempre a referirse a su origen, buscando quizá un guiño con esas historias sobre el muchacho que nació en un lugar alejado del centro del país, que lo dejó todo para seguir sus sueños y cuyo sacrificio individual lo llevó a ubicarse en un escenario de exposición mediática, ingresos económicos altos y reconocimientos a su labor dentro y fuera de las canchas.

Sin embargo, esa referencia no pasa de Pérez Zeledón, cantón ubicado al sureste de la provincia de San José. Lo que no se dice, es el pasado Térraba de sus familiares directos, en particular su padre y su abuelo. No se señala tampoco esa relación entre rasgos físicos claramente contrahegemónicos que presenta Navas en relación con el resto de personas costarricenses auto adscritas como blancas en el último censo de población.

El pueblo Térraba tiene, por cierto, «otros navas» que libran quizá partidos más importantes que los que organiza la industria mediática y deportiva global. Al escribirse las notas finales de este artículo, se conoce de nuevos episodios de tensión entre personas recuperadoras de sus territorios ancestrales y personas no indígenas, usurpadoras, que contando con la complacencia de autoridades de seguridad y la inoperancia estatal a su favor, violentan, amedrentan y discriminan el derecho de los pueblos originarios costarricense a permanecer en sus territorios.

Quizá sea buen momento para recordar cada vez que se hable de Navas, el ídolo, que no es solo originario de Pérez Zeledón. Que su pasado y su presente está determinado por su ancestralidad térraba, que es imposible borrar sus marcas corporales, blanquear su identidad a través de discursos homogenizadores.

Pero sobre todo, recordar que otros Navas se enfrentan hoy a una lucha sin retorno: el reconocimiento de sus derechos por el territorio y por su autodeterminación. De ese partido, todos y todas deberíamos estar pendientes. Siempre.

Volver al mito ¿y a la comunidad?

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

No es posible aún dimensionar si ese regresar progresivamente a la presencialidad en la educación costarricense forme parte de una necesaria excepcionalidad, que ya poco se sostiene entre tanta desigualdad, violencia, exclusión y descrédito de su sistema político.

El mito fundante de una sociedad igualitaria, “igualitica” (Sojo, 2011) que sustituye soldados por maestros, ejércitos por estudiantes, armas por lápices, volvió a ser reestablecido con urgencia pero también con fines instrumentales bien definidos.

La forma mediante la cual el sistema educativo costarricense tanto público como privado (tan desiguales entre ellos) fue levantado de la raíz de su propio confinamiento para regresar a la “normalidad”, motiva algunas reflexiones sobre ese regreso, ese volver a una experiencia colectiva que daba muestras de deterioro, de distanciamiento sociocultural aun antes de la pandemia.

Durante este disruptivo 2020 aprendimos a tonificar la distancia, modular las gotas de saliva, casi que a pronunciarlas en un nuevo alfabeto dibujado por el miedo, pero no pudimos entender como sociedad que los desarreglos que mostramos a lo largo de los meses y que hicieron aumentar exponencialmente los casos positivos venían de adentro y no de los cuerpos extraños que tanto señalaron aquellos para quienes la otredad sigue siendo un misterio.

Cuando en Costa Rica los casos positivos empezaron a tener expresión pobre y excluida, los discursos y las prácticas elevaron a concilio militar el blindaje de las fronteras. Había que contener a toda costa ese cuerpo extraño, mantenerlo fuera de nuestra casa para que permaneciera protegida, higiénica, saludable, blanca.

En medio de estas elucubraciones de una excepcionalidad desgastada, los medios de comunicación hegemónicos costarricenses, la institucionalidad y la sociedad en general se percataron sorprendidas que los 900 millones de dólares anuales que le genera la piña a Costa Rica se deben en mucho a la explotación intensiva de una fuerza de trabajo migrante proveniente de Nicaragua.

También se percataron con asombro primerizo que en la capital existían dispositivos de sobrevivencia llamados cuarterías donde si, vivían personas migrantes y si, también eran mayoritariamente nicaragüenses.

Este año que se fue ha sido el año de la graduación para las discriminaciones, dada la racializacion de la pandemia: clase, nacionalidad y espacialidad se conjugaron como argumentos para desplegar una peligrosa maquinaria de rechazo que aún hoy continúa moviendo sus engranajes. Mientras se escriben estas reflexiones se da a conocer qué un grupo de turistas franceses que arribaron a Costa Rica fueron diagnosticados positivamente con el virus. Para ellos la ecuación clave, nacionalidad y espacialidad no fue aplicada ni en medios ni en redes sociales.

En este contexto, el regreso progresivo a la presencialidad en escuelas y colegios no sólo ha mostrado la profunda desigualdad entre el sistema público y privado en sus condiciones materiales. También ha encendido las luces de precaución ante un funcionamiento simbólico de la educación costarricense. Una vez más, como tantas veces, este sector se vuelve a accionar como un sobrio aparato ideológico desde el cual despunta nuevamente esa construcción de sentido colectivo, tan conveniente para los intereses hegemónicos.

Sobre este rol del sistema educativo costarricense se sugieren algunas interrogantes.

¿Podrá este poderoso aparato ideológico restituir desde el campo de lo pedagogico, el gran vacío creado en el afecto social por la idea profunda de que el distanciamiento físico es en realidad la conformación de un distanciamiento social que siempre se ha construido alrededor de ciertas poblaciones migrantes?

¿Cómo volver a la socialización y la convivencia sin el rubor de la sospecha?

¿Será posible un nuevo pacto sociocultural que deje atrás las décadas de temor y exclusión que fueron construyendo un otro social hasta el día de hoy?

Si era tan urgente mostrar normalidad con el regreso a la presencialidad, es aún más necesario que ese poderoso aparato ideológico trabaje en una pronta refundación sociocultural con sus estudiantes, en la que el afecto y el reconocimiento sean materias obligadas en los procesos didácticos y sociales durante y en la postpandemia.

 

Foto: https://eurosocial.eu

En los bordes del abismo de la irracionalidad

Rogelio Cedeño Castro, catedrático UNA

Nunca como ahora, y a lo largo de las dos décadas transcurridas desde que dio inicio el nuevo siglo, habíamos experimentado con tal grado de intensidad, ansiedad e incluso terror, el profundo desencuentro entre los sobrevalorados logros materiales de la civilización en la que vivimos y los requerimientos efectivos del ser humano de carne y hueso para alcanzar una existencia digna y creadora, tanto en términos de la cultura como de las condiciones materiales que deberían permitirla, las que se encuentran hoy amenazadas por ese desencuentro tan dramático, que se ha visto acelerado por la hegemonía de fuerzas totalitarias y deshumanizantes, cuyas únicas metas están regidas por la religión secular del mercado, a la que se unen con mucha más frecuencia de la que pudiéramos imaginar, las versiones más degradadas de las viejas religiones monoteístas salvacionistas, en especial el cristianismo (Darcy Ribeiro), hoy convertidas en mecanismos de una cultura de muerte y degradación, aunque sus portavoces más visibles aseguren estar actuando en nombre de los más elevados valores, otorgados por una deidad suprema.

La lógica intrínseca del mecanismo insondable que nos conduce hacia la destrucción como una nave al parecer sin control alguno, operando dentro de unas presuntas metas supremas que sólo buscan el crecimiento económico per se y el enriquecimiento de unos pocos, negando en los hechos el bienestar, y hasta la salud de los seres humanos, conforman el desiderátum de una civilización desbocada, que más allá de sus oropeles no logra ocultar siquiera un poco, su intencionalidad a ratos homicida, e incluso suicida en tiempos del Covid 19.

La tenaz, heroica, y casi siempre solitaria resistencia de los pueblos originarios de este continente, como uno de los pocos grupos humanos que parecen darse cuenta, o presienten las consecuencias finales de la destructividad de esta civilización, tanto como de sus aceleradas dinámicas de irracionalidad, es algo contrastante en medio del desenfreno de la ya anunciada cuarta revolución industrial, como una especie de muerte piadosa para miles de trabajadores. Frente a esa resistencia tenaz de mapuches en Chile y Argentina, aymaras o quechuas en los altiplanos perubolivianos, bribris o cabécares en Costa Rica, paez en Colombia e innumerables etnias en Brasil, en Panamá, Honduras, Guatemala y México entre otros países, nos encontramos con que esta maquinaria, ha respondido asesinándolos literalmente, o acelerando los procesos etnocidas que implican su destrucción cultural, como un paso previo a su conversión postrera.

Tampoco este orden de cosas se concilia con el funcionamiento de una democracia efectiva, con participación de sectores amplios de la ciudadanía en los procesos de toma de decisiones, la que ha sido siempre algo mítico o utópico en el mal sentido del término en los países de la región, pues para las élites del poder es algo más grave que una herejía. Sucede que la democracia opera con un doble standard, de tal manera que por un lado resulta un estorbo para los poderes fácticos interesados en dar el asalto final al estado social en derecho en países como Costa Rica, pero por el otro su sola enunciación opera como un conjuro mágico para acallar las voces disidentes que reclaman la necesidad de su existencia efectiva.

El totalitarismo ramplón en el que se mueven ciertas élites de nuestros días les exige controlar o disminuir la cultura o lo cultural hasta la insignificancia, tanto como la producción de conocimiento científico libre de las ataduras de los poderes fácticos, de ahí el ataque frontal a la autonomía universitaria disfrazado de preocupaciones presupuestarias e incluso, al parecer éticas, llegando a asegurar que les interesan las investigaciones científicas y el acceso de la población joven a la educación superior. El grado de violencia de estas expresiones del neofascismo ha alcanzado un rango ya muy elevado, sólo necesitan pasar de la violencia simbólica a la violencia física, tomemos nota.

 

*Imagen de cabecera: https://como-funciona.com

Lecciones de un microbio

Hernán Alvarado

            La tragedia COVID-19 suma más de 182.000 fallecidos y contando. El 17 de marzo, el senador colombiano Gustavo Petro afirmó que solo hay dos medidas efectivas contra esta pandemia:

            «a) Confinar drásticamente a la población en sus casas y

    b) Aumentar sustancialmente la capacidad hospitalaria».

            La primera es más importante dada la debilidad de los sistemas de salud, mas no cabe descuidar la segunda. Tal la enseñanza de otras virosis, así que obviarla configura un «genocidio por omisión». Tómese en cuenta para evaluar las diferentes respuestas gubernamentales. Este microbio sacude nuestras certezas y sin decir nada cambia los términos del debate ideológico, al desnudar las aberrantes desigualdades que la globalización neoliberal ha auspiciado. Asimismo, facilita una expansión de conciencia que presagia aprendizajes significativos.

  1. El mercado es de cristal opaco

            En el mercado, la mercancía preñada de ganancia representa el valor en su máximo esplendor, aunque la inversión pasa por su momento más crítico. Ahí el valor parece sólido, pero su dueño lo necesita líquido. Por lo demás, el dinero es un invento fabuloso, como medio de cálculo e intercambio facilita la distribución del producto social; pero cuando se convierte en un fin, como en la usura, resulta tan peligroso que debiera vigilarse como una central atómica.

            En cuanto todo transcurre normalmente el mercado luce tan útil como una columna, pero se hace añicos en las crisis. Además, su falsa transparencia oculta la desigual distribución de riqueza, es decir, el mecanismo mediante el cual pocos se enriquecen cada vez más, mientras la gran mayoría se empobrece. Pese a que Jeffrey Sachs mostró, en 2005, cómo se puede conseguir El fin de la pobreza, Costa Rica es ahora uno de los diez países más desiguales del mundo.

  1. La crisis como modus operandi

            El Subcomandante Marcos denunció, desde el año 2000, que la crisis es el modus operandi del neoliberalismo.[1] En rigor, así opera el capitalismo para concentrar la riqueza. En la crisis, el pez grande se come al chico, mientras la clase trabajadora se encarga de los desempleados vía solidaridad familiar. En realidad, la crisis es una fase necesaria y cíclica de la acumulación capitalista mediante la cual se aumenta la productividad promedio, o sea, la innovación del capital es tan destructiva como su desarrollo.

            La crisis no se origina en el sistema financiero, pero se incuba ahí, por eso resulta su principal protagonista. Mediante maniobras monetarias y crediticias genera las condiciones para ese sorprendente fenómeno que es la desaparición del dinero. Entonces, ramas enteras de la producción colapsan y reestructuran. De carambola, los negocios mejoran su rentabilidad empeorando las condiciones laborales. De hecho, esta crisis ya había sido anunciada, el Covid-19 la desencadenó y hará más dura la reactivación.

  1. Una economía para la vida

            Entre otros efectos, este microorganismo contrasta esa economía para la concentración de riqueza con la alternativa que sería para la vida. Además de condenar a millones de personas a la pobreza, esa economía letal ha eliminado a millones de especies vivas, cuyos beneficios potenciales, ecológicos y económicos, ni siquiera fueron explorados.

            Pero ahora ha quedado claro que el motor de la economía son las personas que trabajan, producen y consumen. Sin personas las empresas son meras ficciones jurídicas; la producción de riqueza se detiene cuando ellas no trabajan, la ganancia se congela si no compran. En una cuarentena, el capital se muere de sed, como un vampiro en su cueva.

            Paradójicamente, una economía para la vida debe superar primero el antropocentrismo, puesto que el ser humano no sobrevive sin el ecosistema. Edgar Morin ha mostrado el camino en La vida de la vida, donde el sujeto no es el ser humano sino la vida misma. Al destruir su ecología el Homo Sapiens cava su propia tumba o, como dice Franz Hinkelammert, corta la rama en la que está sentado. Sin embargo, la economía para la muerte contamina el aire, recalienta la Tierra, contamina los ríos y ensucia los océanos; pareciéndole solo un daño colateral del desarrollo.

  1. Huelga general de compras

            Según Zygmund Bauman (1925-2017), en la post modernidad el trabajador ha sido licuado como consumidor, en rigor como comprador; del mismo modo el productor ha sido licuado como inversionista. La mayoría son consumidores, la minoría inversionistas. Si las huelgas de trabajadores públicos se restringen y el sector privado no admite más sindicato que el de los empresarios (UCAEP), al pueblo todavía le queda la huelga de compras.

            Ahora los compradores finales saben que la producción responde a su demanda y que muchas cosas son más publicitarias que necesarias. Podrían abandonar entonces lo que arruina su salud o daña a la Madre Tierra. Ese poder de compra puede usarse, por ejemplo, para reducir la ingesta de animales y el uso de plásticos. Solo los compradores detendrán el consumismo voraz que conduce al colapso planetario. Eso viene sucediendo espontáneamente, verbigracia el caso del petróleo. No comprar es más potente que cualquier acción; de hecho no puede reprimirse, no infringe la ley y detiene la codicia más irresponsable. Como esta crisis revela, el capitalismo es una máquina ciega que debe ser conducida mediante una coordinación facilitada por la tecnología colaborativa. Según Manuel Castells, la política es hoy fundamentalmente comunicación.

  1. El Estado no basta

            Existe un impulso irrefrenable hacia la comunidad y la solidaridad, cual instinto de especie o de «manada» que se manifiesta en el cuerpo médico, los empleados públicos y las miles de personas que se quedan voluntariamente en casa. Además, como escribiera Alan Woods, nada puede reprimir el «deseo inconsciente» de transformar el mundo preservado en la clase trabajadora. A la vez, hay una resistencia tenaz al trato indiferenciado que la política pública impone como parte de la reacción inmunitaria revelada por Roberto Esposito (Véase: Communitas e Inmunitas). Esto significa que el éxito de una política pública depende sobre todo de la colaboración de sus destinatarios.

            El poder real radica en los ciudadanos que mueven las ruedas del mundo cotidianamente y no, como pareciera, en sus delegados. Quienes gobiernan ostentan el poder formal, como ilusión de élite sostenida por la creencia mayoritaria en ficciones del tipo Estado y empresa; fenómeno destacado por Harari en Homo Deus. Por eso, al final depende del monopolio de la violencia legítima. Pero separado del representado, el poder del representante deviene fetiche que oculta en vano su ejercicio ilegítimo; según lo ha revelado Enrique Dussel en sus 10 tesis de política. Ese poder «legal» pero ilegítimo es una bomba de tiempo. Poder formal cada vez más difícil de alcanzar, ejercer y sostener, según lo descrito por Moisés Naím en el Fin del poder. En realidad, el poder formal parece sólido solo mientras el Soberano está silente.

            Además, el Estado costarricense existe en el Gran Área Metropolitana, pero conforme se aleja del centro se va desdibujando, hasta que en lugares remotos, como fronteras y costas, se reduce a la policía. Hay comunidades que ni cuentan con eso, como se sufre particularmente en el sur, donde se asesinan dirigentes sociales en territorio indígena.

            En el mar patrimonial el Estado prácticamente no existe; ahí yace buena parte de la riqueza de la nación, pero es coto de caza de atuneros y narcotraficantes. Una gestión de desarrollo de espaldas al mar significa que se ha abandonado el 92% del territorio nacional (574.725 km²) mientras las comunidades pesqueras se convierten en las más vulneradas. Alguna vez la burguesía costarricense fue patriótica, pero ha dejado de serlo, salvo honrosas excepciones. Tal vez comenzó a desnacionalizarse desde que fusilaron a Juanito Mora (1814-1860), cuyo cadáver quisieron arrojar al estero de Puntarenas.

  1. La democracia representativa no es suficiente

            La democracia representativa pasa por su peor crisis, a despecho del Fin de la historia y el último hombre, anunciado por Francis Fukuyama. Los ciudadanos creen cada vez menos en la «clase» política, en sus partidos de pacotilla y en las instituciones que dirige. Hasta las judiciales se están desprestigiando porque su independencia es una aspiración más que una realidad. En América Latina, según Manuel Castell, alrededor del 80% de la población no se siente representada por sus gobernantes.[2]

            Aunque sea claro que las elecciones limpias y transparentes son necesarias, también lo es que no son suficientes. De hecho, los representantes ganan con «mayorías» reglamentarias, no de verdad, y rápido su legitimidad se erosiona. Los ciudadanos tampoco creen en los medios de comunicación, por su servilismo a mezquinos intereses económicos. Esa crisis crónica de gobernabilidad es en términos de Antonio Grasmci (1891-1937) una crisis de hegemonía moral y cultural.

            En suma, sin una renovación radical la democracia representativa se seguirá desplomando como los glaciares por el cambio climático. La oligarquía, menos del 1% de la población, se ha vuelto su peor enemiga porque boicotea sistemáticamente el Estado de derecho y la institucionalidad pública, dejando de pagar sus impuestos y sus contribuciones a la seguridad social, exportando sus ganancias a los paraísos fiscales, cabildeando para obtener cuantiosas exenciones y amnistías, incidiendo en el poder judicial, haciendo campañas truculentas para disimular su evasión tributaria y cargando sobre los hombros del pueblo los costos hundidos de todas sus crisis. A la vez que usufructúa de la deuda, la inversión y los servicios públicos. Su liberalismo in extremis conduce al caos o al fascismo y desemboca, en el mejor de los casos, en la indignación y la movilización general.

  1. La renovación democrática impostergable

            En 2003, la Asamblea Legislativa aprobó la reforma constitucional más importante después de la abolición del ejército. Consistió en una modificación aparentemente inocua que a algunos les pareció redundante y muchos ni se dieron por enterados. El artículo 9 describe nada menos que las características del gobierno: popular, representativo, responsable y alternativo. La reforma agregó «participativo» significando que el gobierno es ejercido por el pueblo junto a tres Poderes independientes. A la letra dice:

El Gobierno de la República es popular, representativo, participativo, alternativo y responsable. Lo ejercen el pueblo y tres Poderes distintos e independientes entre sí. El Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial (…).[3]

            O sea, renovar la democracia es un imperativo constitucional desde hace 17 años, pero se ha avanzado poco o nada. Al respecto, la Asamblea Legislativa ha pecado por omisión, incumpliéndole al Soberano que ya debería haber sido apoderado. Eso hubiera sido más digno de su investidura que dedicarse a confiscar pensiones a personas adultas mayores, cohonestando la violencia simbólica del estigma difamatorio que se ha usado contra ellas cual caballo de Troya.

            Tal reforma política es urgente e indispensable porque ninguna democracia puede llamarse realmente representativa si no es participativa y ningún gobierno puede decirse popular y responsable sin una ciudadanía activa. Ella implica formas de participación, directas e indirectas, en todas las instituciones de los tres Poderes. Asimismo, se trata de garantizar que los reguladores de servicios públicos no sean capturados por los proveedores. Toda la institucionalidad pública debe hacer efectivo ese gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, simplemente por ser un mandato superior. En cuyo caso ¿cuántos desfalcos, confiscaciones, evasiones y extorsiones dejarían de ser viables? Además supone la aprobación de mecanismos como el plebiscito revocatorio de mandato de todos los representantes, incluyendo diputados. Así como prácticas regulares de rendición de cuentas, como la patrocinada, ejemplarmente, por el «Movimiento Territorios Seguros».

            Por su parte, los tres Poderes deben ser independientes entre sí para que el diseño de Estado funcione, si no se pierde el contrapeso. A la Asamblea Legislativa le toca una oposición visionaria ante el Ejecutivo y al Judicial parar los abusos de ambos. Sin embargo, esos Poderes lucen hoy confundidos, configurando un tipo de gobierno antidemocrático. En consecuencia, ya no debieran valerse esas leyes que un grupito de iluminados aprueba a espaldas de la ciudadanía, aplaudidos únicamente por la prensa desprestigiada, como fue el «plan fiscal» y la ley 9796 contra el derecho a una pensión digna. En contraste, pese a ser inmoral e ilegal, los diputados no se han atrevido a poner fin a la usura, lo cual no se limita a poner un tope de verdad a la tasa de interés. Alguien debiera recordarles que un gobierno de los ricos y para los ricos no solo es ilegitimo, además es anticonstitucional.

  1. Refundar la República del bicentenario

            Por eso, la responsabilidad debe asumirla ahora, directamente, el pueblo de Costa Rica. Cuando existan las condiciones este debe impulsar una reforma integral de la Constitución de 1949, que sería la forma más seria de honrar el bicentenario de la independencia. Dicha reforma debería girar alrededor de tres ejes temáticos preliminares:

A. Transformación de la democracia representativa en democracia participativa, según el artículo 9 ya reformado. Eso implica revisar críticamente el sistema electoral y garantizar la independencia absoluta de los tres Poderes respecto a cualquier presión externa política o económica. De igual manera, consolidar y ampliar las autonomías institucionales y territoriales. Asimismo, supone la gestión soberana, participativa, integral, descentralizada, sustentable e inclusiva de la totalidad del territorio nacional, incluyendo el mar en toda su extensión.

B. Garantías jurídicas para un avance progresivo de los derechos humanos de todos los habitantes: personas, poblaciones, culturas, etnias, naciones, comunidades, géneros, edades y condiciones, incluso más allá de las convenciones internacionales ratificadas.

C. Principios de una economía para la vida que implica, por ejemplo, un ingreso digno y universal para cada habitante, de acuerdo con el artículo 50 sobre el «bienestar de todos» y el «reparto de la riqueza»; dignidad y libertad del trabajo que no puede ser degradado, según artículo 50, «a simple mercancía»; reforma tributaria justa y progresiva (que los ricos paguen como ricos y los pobres como pobres); y, de acuerdo con los derechos de la Naturaleza, incentivar la generación de negocios realmente sustentables, socialmente responsables y solidarios.

            La meta mínima debe ser que la Constitución se cumpla sin interpretaciones antojadizas o acomodaticias. El programa mínimo implica avanzar sobre el eje A, que no es negociable. Sin una determinación férrea y unitaria de quienes constituyen la polifonía del Soberano, el futuro de la patria seguirá en manos de cuatro gatos cuya astucia ideológica les permite caer siempre parados al ser fieles a los intereses foráneos.

[1] Hoy Subcomandante Galeano del EZLN de México.

[2] Ruptura fue publicado en 2017 con el subtítulo: La crisis de la democracia liberal, como el libro de Rodolfo Cerdas de 1972 sobre el caso de Costa Rica.

[3] Constitución de la República de Costa Rica, artículo 9. Así reformado en 2003.

El fenómeno Trump

ALAI AMLATINA, 09/06/2016.- EEUU es un país con 300 millones de habitantes, con la economía más grande del mundo, moviliza las fuerzas armadas más poderosas sobre la tierra y tiene la ‘máquina’ propagandística-cultural más rica en la historia de la humanidad. Para manejar este enorme poderío ha tejido a lo largo de décadas, más de dos siglos, un aparato político capaz de enfrentar retos y movilizar millones de personas. El sofisticado engranaje es la llamada democracia.

El núcleo central de este complejo sistema lo controla un conjunto de instituciones e individuos que en EEUU es identificado como el “establishment”. Son los guardianes del orden establecido y son los responsables de mantener la hegemonía sobre los diferentes sectores del país de tal manera que los cambios no perjudiquen los intereses creados. Cada cuatro años convocan elecciones para elegir líderes políticos, incluyendo al presidente de EEUU.

El proceso es supervisado por el establishment para garantizar que no se produzcan sorpresas y no sean elegidos candidatos que se salgan de las normas aceptadas.

Entre las normas, la más importante es garantizar la reproducción del sistema que protege los resortes económicos de propiedad y represión (violencia). Para lograr este fin, el establishment cuenta con dos partidos políticos: uno más conservador (Republicano) y el otro más liberal (Demócrata).

En la campaña electoral de 2016 salió a relucir dentro del Partido Republicano una masa electoral que respaldó al candidato menos comprometido con el orden tradicional: Donald J. Trump. Su mensaje se dirige a una población electoral de hombres ‘blancos’ frustrados sin empleo, sin vivienda propia y sin seguridad social. Esa masa sorprendió a los ‘expertos’ y arrasó en las primarias. Le dio a Trump los delegados que lo van a coronar candidato Republicano.

Los ‘conservadores’ que planteaban políticas de austeridad fiscal, así como servicios de salud y educación privados fueron desplazados por Trump. El candidato multimillonario de Nueva York no le hizo caso a los postulados del segmento conservador del Partido Republicano. Incluso, durante las primarias, fue ambiguo en muchos puntos sacrosantos para las iglesias evangélicas (aliadas estratégicas del Partido Republicano). En cambio, Trump arremetió contra los migrantes mexicanos, los afronorteamericanos, las mujeres y los musulmanes. Prometió acabar con los tratados de libre comercio, destruir militarmente al ‘Estado Islámico’ y “rescatar nuevamente la grandeza de EEUU”.

Trump parece entender que las capas medias norteamericanas que constituían la base de los partidos políticos de EEUU, durante la segunda mitad del siglo XX, en la práctica han desaparecido. Logró conectar con el votante medio norteamericano que quiere rescatar un imaginario del pasado que pareciera mejor. Este sector del electorado cree que los migrantes, las mujeres y los musulmanes son sus enemigos.

El mensaje de Trump logró despertar este sector de la derecha política que no tenía un abanderado. Rechazan, igual que Trump, a los empresarios que exportaron sus empleos a otros países. Durante las primarias Trump desplazó el centro tradicional de la derecha norteamericana a posiciones más radicales. La estrategia de Trump será, a partir de junio, atraer a los jóvenes frustrados del Partido Demócrata que apoyan al senador Bernie Sanders. Cree que éstos no apoyarán a la candidata demócrata Hilary Clinton, que consideran demasiada comprometida con el status quo.

Si Trump gana las elecciones, cuenta con el apoyo estratégico de un relativamente pequeño pero poderoso sector del establishment que ha sido marginado del poder desde los tiempos de Nixon. Se trata de los antiguos capitanes de la industria norteamericana desplazados por el sector financiero ‘globalizado’. En política exterior, Trump es ‘alumno’ de Henry Kissinger quien promueve un acercamiento a Rusia, contrario a la posición prevaleciente en los círculos dominantes de EEUU.

Trump quiere convertir a Rusia en un aliado “subordinado” igual que las otras antiguas potencias europeas. Incluso, visualiza a la OTAN moviendo sus tropas del centro de Europa hasta las fronteras de China. Es la política de ‘contención’ tan acariciada por Kissinger en sus buenos tiempos.

Ideológicamente, Trump es un populista de derecha, que movilizará a los norteamericanos contra los partidos políticos como una táctica para las elecciones, pero no creará un movimiento político capaz de retar el establishment. En este sentido, Trump no tiene una agenda política fascista, aunque su discurso lo aparenta.

Si llega a la Presidencia, Trump dice que sus proyectos serán pagados por trabajadores extranjeros. Sin embargo, serán los trabajadores norteamericanos que llevarán la mayor parte de la carga (incremento de impuestos y pérdida de más empleos) para financiar sus proyectos de expansión y ‘grandeza’ que promete en sus arengas.

Panamá, 9 de junio de 2016.

*Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA)

www.marcoagandasegui14.blogspot.com

 

*Imagen tomada de Wikipedia.

Fuente original http://www.alainet.org/es/articulo/178016

Enviado a SURCOS Digital por Graciela Blanco.

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Hacia el Multipolarismo

Por Arnoldo Mora

Arnoldo Mora
Arnoldo Mora

 

El mundo actual experimenta una vertiginosa e irreversible revolución en la hegemonía política, que se manifiesta en los movimientos que, a manera de un inmenso iceberg, se dan en el inmenso océano de la geopolítica actual. En la segunda mitad del siglo pasado las  superpotencias, grandes  triunfadoras de la II Guerra Mundial, la URSS y USA se disputaron el mundo. Formaron en torno suyo  sendos bloques, en cuyas fronteras la guerra fría se convertía en caliente; con ello  invertían la producción de armas.  Ambas basaban su economía en  la industria pesada, es decir, en la  producción de armamentos y  acrecentaban su ya descomunal poderío Sin embargo, ambas superpotencias al finalizar el siglo (URSS) y al iniciar el siguiente (USA) entrarían en una vertiginosa e irreversible decadencia.  El “campo socialista” en Europa de Este se derrumba y arrastra en su caída a la propia URSS. Europa, que ya había perdido sus colonias, busca unirse a regañadientes. Por su parte,  los Estados Unidos deben reconocer, por un elemental realismo, a la Revolución Cubana, mientras América Latina exige tener un papel protagónico en la escena mundial como un bloque autónomo y no como traspatio del imperio del Norte. Con ello aflora como fenómeno, uno de los mas significativos de la escena política mundial, una tendencia incontenible hacia la conformación de múltiples bloques de naciones, unidas por la geografía, la cultura, la historia, la religión y, a la base de todo,  por los intereses económicos y las necesidades sociales de las mayorías.

La razón de que la hegemonía de las súper potencias del siglo pasado se haya desmoronado en el presente  tiene las mismas causas: sus contradicciones internas, de origen político en el caso del socialismo histórico, de raíz económica en el mundo occidental . Los países de Europa del Este, cuyo “socialismo” provino no de una revolución doméstica sino de la ocupación del Ejército Rojo que heroicamente los había liberado del terror nazi, se sacudieron de los regímenes autodenominados “repúblicas populares”, al igual que los rusos lo hicieron con la URSS. En el otro lado,  ya en el siglo XXI  el sistema capitalista en sus actuales estertores se basa en el corrupto  poder del capital financiero especulativo (“capitalismo salvaje” de Juan Pablo II) que domina a Occidente, también se derrumba. Como consecuencia, hoy se forman bloques político-económicos como el BRICS, que podría llegar a ser un polo de poder mundial a pesar de sus inocultables contradicciones internas.  Respondiendo a esa tendencia que anima a la escena mundial, ha surgido como genial idea del desaparecido líder venezolano Hugo Chávez, la CELAC, cuya tercera cumbre acaba de realizarse en Costa Rica. Se plasma así el  ideal de Bolívar y Martí, de ver una América Nuestra unida y fraternal  con voz propia en el concierto de naciones del mundo, mas allà de sus diferencias reales. Por eso en nuestra política exterior  se debe priorizar el latinoamericanismo para honra de la Patria de Juanito Mora y Joaquín García Monge.

 

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