El otro Navas

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En los últimos días la industria futbolística que mueve miles de millones de dólares en todo el planeta mostró como hazaña la actuación de Keylor Navas en el partido de la Champions League escenificado en París, entre el equipo local y el flamante F.C. Barcelona, de España. Una y otra vez los medios televisivos globales reprodujeron el episodio entre el arquero costarricense y el que para muchos es considerado todavía hoy en día el mejor jugador de futbol del planeta, el argentino Lionel Messi.

Una y otra vez, las imágenes replican una gesta más del jugador costarricense, originario de Pérez Zeledón, según la prensa costarricense y mundial. El argentino se apresta a cobrar una falta de penal y el costarricense espera. El desenlace resulta en una estirada absoluta del arquero y la desviación del gol inminente. Ni el VAR por presunto movimiento irregular detuvieron el resultado: un penal desviado al mejor jugador de futbol del mundo.

Titulares de medios de comunicación reconocidos a nivel europeo como L’Equipe, Marca y Diario Sport, ubicaron la figura de Navas como trascendental en la clasificación del equipo parisino a los cuartos de final de la contienda futbolística por clubes más mediática a nivel global.

Sin embargo, las referencias de la prensa europea a Navas en términos positivos no han sido permanentes. Sus primeros pasos por el Club Real Madrid estuvieron salpicados siempre de constantes alusiones a su origen centroamericano. Un temprano artículo publicado por el sitio digital español «La Galerna» en el año 2015 titulado » Keylor Navas y la xenofobia de la prensa» señalaba que algunos medios españoles construían argumentos para lograr que la titularidad de la portería madridista fuera asumida por un arquero español.

El autor del artículo, Jesús Bengoechea, indicaba que no hacía falta proferir insultos racistas o construir argumentos directamente discriminatorios para considerar un discurso periodístico como xenofóbico. Aseguraba que incluso un periodista de uno de los medios se había preguntado (en privado) cómo un equipo como el Real Madrid estaba considerando dejar la responsabilidad de su arco en un «tipo» de un país como Costa Rica.

Luego de ese artículo, como recordaremos, muchas cosas pasaron con Keylor Navas y su desempeño en el Real Madrid, incluidas tres copas de la Champions League que difícilmente sean emuladas en lo inmediato por jugador alguno del entorno de CONCAFAF (Confederación Norte, Centroamérica y del Caribe de Futbol).

Pero también muchas cosas pasaron en la sociedad española luego de ese texto. Bengoechea señalaba que no podía atribuirse como generalización el que dicha sociedad fuera toda xenofóbica. Decía que la inexistencia de un partido político de corte racista o xenófobo con respaldo popular podría disuadir la prevalencia de tales actitudes. Ya todos sabemos cómo en los últimos años surgieron en aquel país iniciativas políticas con claros referentes nacionalistas como VOX y sus agendas claramente antiinmigrantes, por señalar solo un ejemplo.

La figura de Keylor Navas en el tema es central. Cuando la prensa costarricense habla de su desempeño como futbolista de élite en el contexto global, acostumbra siempre a referirse a su origen, buscando quizá un guiño con esas historias sobre el muchacho que nació en un lugar alejado del centro del país, que lo dejó todo para seguir sus sueños y cuyo sacrificio individual lo llevó a ubicarse en un escenario de exposición mediática, ingresos económicos altos y reconocimientos a su labor dentro y fuera de las canchas.

Sin embargo, esa referencia no pasa de Pérez Zeledón, cantón ubicado al sureste de la provincia de San José. Lo que no se dice, es el pasado Térraba de sus familiares directos, en particular su padre y su abuelo. No se señala tampoco esa relación entre rasgos físicos claramente contrahegemónicos que presenta Navas en relación con el resto de personas costarricenses auto adscritas como blancas en el último censo de población.

El pueblo Térraba tiene, por cierto, «otros navas» que libran quizá partidos más importantes que los que organiza la industria mediática y deportiva global. Al escribirse las notas finales de este artículo, se conoce de nuevos episodios de tensión entre personas recuperadoras de sus territorios ancestrales y personas no indígenas, usurpadoras, que contando con la complacencia de autoridades de seguridad y la inoperancia estatal a su favor, violentan, amedrentan y discriminan el derecho de los pueblos originarios costarricense a permanecer en sus territorios.

Quizá sea buen momento para recordar cada vez que se hable de Navas, el ídolo, que no es solo originario de Pérez Zeledón. Que su pasado y su presente está determinado por su ancestralidad térraba, que es imposible borrar sus marcas corporales, blanquear su identidad a través de discursos homogenizadores.

Pero sobre todo, recordar que otros Navas se enfrentan hoy a una lucha sin retorno: el reconocimiento de sus derechos por el territorio y por su autodeterminación. De ese partido, todos y todas deberíamos estar pendientes. Siempre.