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Etiqueta: “ideología de género”

Resaca electoral: La sociedad negadora – 1

Luis Andrés Sanabria Zaniboni

“Cuando unos pocos se apropian de aquello que no puede ser suyo más que haciendo que no sea de los otros e impidiendo que los otros puedan servirse de lo que tienen derecho, estamos ante la negación del Bien Común” –  Ignacio Ellacuría

Ante el impulso de los aires de “cambio” propuestos por el gobierno entrante, y siguiendo las voces que solicitan el tiempo y prudencia para valorar las intenciones-acciones de este. Dejando este espacio de “oportunidad” vale la pena preguntarnos ¿Cuál es la sociedad dominante que sale de la pandemia en nuestro país?

Han pasado 40 años de aquellas intervenciones que realizó el padre Ignacio Ellacuría, en donde nos invitó a reflexionar sobre la violencia en sociedades divididas. Pasado este tiempo, resulta importante retomar el hilo de su pensamiento, y plantearnos una primera idea: la sociedad negadora.

Ellacuría nos recuerda que como opción radical y crítica se hace necesario volver nuestra mirada a la negación de la vida que es producto de las relaciones dominantes situadas en nuestros contextos históricos, es decir la gravedad de la violación o de la privación que puede padecer una determinada mayoría.

Esta negatividad, sólo puede ser sostenida en el tanto exista esa “positividad” que es asumida y disfrutada por una minoría de esa sociedad determinada, una minoría que cuenta con las formas y modos que niegan o impiden  aquello que podría o debería ser y por otro lado es el sostén de esa realidad negadora (dimensiones clasistas, coloniales, racistas, patriarcales, etc.).

Nos quedamos por ahora en esta primera aproximación, y como ejercicio nos aventuramos a pensar en torno a esa sociedad que ha sido fortalecida y legitimada simbólicamente a través de los mecanismos electorales (no hay que olvidar que cuantitativamente el abstencionismo sigue siendo el que manda).

Basta observar y escuchar las políticas “estrella” que justifican el supuesto sentido de cambio de gobierno propuesto, les compartimos un breve resumen: los ecologistas como enemigos de la empresa privada, el carpetazo al Acuerdo de Escazú, desregulación de agroquímicos, exploración de gas natural, la urgencia de la ley de jornada 4/3, la misión de erradicar la “ideología de género” del sistema educativo y para sellar la jornada la revisión de la norma del aborto terapéutico.

Volvemos a nuestra pregunta ¿Qué forma de sociedad delinea lo anterior? Por un lado, el avance del neoextractivismo como actividad económica, pero también como política institucional, es importante señalar la persistencia de la impunidad de las violencias que sufren las recuperaciones en territorios indígenas, que sigue privilegiando un Estado racista y colonial, el apoyo al sector agroindustrial cuando legitima el discurso antiecologista y promueve la desregulación de la normativa ambiental, en este caso exploración de gas natural y la apertura a sustancias químicas.

En un segundo acto, privilegiando la posición de las cámaras industriales al refrendar la necesidad de desregular la jornada laboral, al impulsar la modificación de la jornada de 8 horas, por una de 12 horas en 4 días, esto no sólo perjudica en la desaparición “camuflada” de las horas extras, sino que sumerge a la persona trabajadora a una situación de desprotección y desgaste, ya que este tipo de jornadas representan una desventaja, ya que existe una desigualdad de hecho de la relación patrón-trabajador, y esto lleva que no sea una opción individual, sino de interés de la empresa, además erosiona las condiciones para aquellas personas que estudian, con familia o con personas a cargo, ni hablar de los espacios de recreación.

Sumado a todo esto, el frente abierto contra la mal llamada “ideología de género”, que no es más que una forma “sofisticada” de cuestionar y deslegitimar los derechos de las mujeres, los derechos sexuales y reproductivos y de las diversidades sexuales. Inicialmente vemos esta ofensiva en dos dimensiones, una primera acción sobre el sistema educativo público, procurando el retiro de los planes de estudio de estos contenidos, y una segunda acción, la remoción de los tímidos avances presentes en la política y reglamentación del país, esto lo vemos en la solicitada “revisión” a la norma del aborto terapéutico.

Luego de esto, si tuviéramos que perfilar que tipo de sociedad negadora se configura a través de los relatos dominantes de este gobierno, podríamos señalar algunas características: neoextractivista, antiobrera y conservadora.

Ante este escenario, Ellacuría nos recordaba lo complejo que significa incidir en sociedades desiguales, en donde precisamente la política no está al servicio de la ampliación de los derechos de las personas, sino impulsada en la defensa de los intereses y privilegios de unos u otros grupos. Como un primer aporte, el padre Ignacio nos recordaba que la discusión y disputa de este escenario debe tener tres pies: en lo que tiene de verdadero-falso, justo-injusto y lo que tiene de ajustado o desajustado, desde la corporalidad, crítica y negación de esa mayoría que padece el poder.

En una próxima entrega, volveremos sobre esa sociedad que padece el poder, o cómo podríamos llamar la sociedad negada.

¿Ideología de género?

Carta abierta del Movimiento Diversidad Abelardo Araya a los candidatos presidenciales Figueres Olsen y Chaves Robles

(18 de marzo de 2022)

Lamentamos y rechazamos con indignación las declaraciones de los dos señores candidatos, cuando hacen suyo el falaz concepto de “ideología de género”, para, sobre esa base, comprometerse a intervenciones en el Ministerio de Educación, y a la realización de cambios diversos, no precisados, en los programas educativos, para, presuntamente, eliminar esa tal “ideología”. Es llamativo que ninguno de los dos candidatos haya explicado qué significado atribuyen a ese concepto, pero, en cambio, si se muestran deseosos de “suprimirlo”. Reconocemos que el señor Figueres Olsen, ha intentado rectificar su posición, pero advertimos que sus ambigüedades y contradicciones siembran muchas dudas, y hacen necesario mantener una actitud de alerta y vigilancia permanentes. Al momento de escribir esta nota, desconocemos si el señor Chaves Robles ha brindado alguna aclaración en relación con sus afirmaciones, las cuales fueron de tono muy fuerte.

En relación con todo este penoso asunto, manifestamos lo siguiente:

  • Es educar en materia de derechos humanos. De lo que se trata es de promover una educación que promueva una comprensión clara y una cabal aplicación de los derechos humanos, reivindicando, en particular, que la mayor riqueza del género humano es su diversidad y heterogeneidad. Lo cual atiende no solo a las diversidades sexuales y de género -que es evidentemente lo que perturba a los representantes religiosos- sino también, e igual de importantes, a cuestiones tales como la fe religiosa, el color de la piel, la etnia, la condición socioeconómica, la tradición cultural, las situaciones de discapacidad, rasgos físicos particulares, etc. La educación en derechos humanos, es una educación para el cultivo del respeto y la paz, es aprender a convivir reconociendo la dignidad de cada ser humano, inclusive en relación con aquello que, de alguna forma, marca una diferencia respecto del grupo mayoritario o de la cultura hegemónica.
  • Es educar, asimismo, para una sexualidad basada en el respeto mutuo y la responsabilidad compartida. La sexualidad humana envuelve múltiples facetas: afectivas, espirituales, emocionales, médicas, biológicas y anatómicas. También sociológicas y culturales. La educación sexual debe integrar, en forma balanceada, todos esos aspectos. Pero también es obligatorio reconocer que, por muchas razones que transcienden la institución educativa, las personas jóvenes inician su vida sexual a edades cada vez más tempranas. Por lo tanto, es sobre todo necesario educar para el respeto mutuo y la responsabilidad compartida.
  • ¿Es tan difícil entenderlo? Decepciona e indigna que, en vez de entrar en consideraciones de fondo, en relación con asuntos tan fundamentales, los candidatos se dejen arrastrar por un concepto falaz, un distractor que impide trabajar en lo realmente importante, y el cual pone en riesgo la observancia de los derechos humanos, y la vigencia de una educación sexual seria e integral, que, inspirada en los mismos principios de los derechos humanos, reivindique la dignidad fundamental inherente a toda persona humana.
  • La discriminación y la violencia contra las poblaciones LGBTIQ+ siguen vivas y continúan causando mucho daño y sufrimiento. Al asumir acríticamente el concepto de “ideología de género”, los candidatos, por ignorancia o de forma deliberada, se pliegan a una agenda que niega los derechos humanos de esta población, y que, por ello mismo, perpetúa y consolida las múltiples formas de violencia y discriminación que la siguen afectando:
  1. Sigue habiendo violencia y discriminación en el ámbito laboral.
  2. Las hay también en los espacios educativos.
  3. Se vive esa violencia incluso, y con mucha más frecuencia de la que mucha gente imagina, en la propia familia.
  4. También en las calles y en los espacios públicos.
  5. Se siguen enfrentando limitadas oportunidades educativas y laborales, lo cual es especialmente grave en el caso de las personas trans.
  6. La libre vivencia del amor y la afectividad, así como de la identidad de género asumida, siguen enfrentando intolerancia y rechazo.
  • Y resta mucho más por trabajar. Los anteriores son asuntos mencionados y discutidos con cierta frecuencia. Hay algunos otros que muy raramente reciben atención, pero que son igual de importantes:
  1. Se carece de políticas públicas para la prevención del VIH, el cual causa devastación entre la población gay y trans (como también entre hombres que tiene prácticas homosexuales más o menos ocasionales, con grave riesgo para su esposa o compañera).
  2. Se ha lanzado un manto de invisibilidad y silencio sobre la situación de las personas LGBTIQ que son adultas mayores, y que enfrentan una vejez amenazada por la soledad y el abandono, y por renovadas formas de discriminación.
  3. Los crímenes de odio, que hoy, como a lo largo de décadas, se siguen presentando con más o menos regularidad, y permanecen invisibilizados, cubiertos por un manto de negación y ocultamiento.
  4. No se presta atención a las situaciones, especialmente desventajosa, de quienes viven en zonas rurales, alejadas de los centros urbanos.
  5. Tampoco se le da importancia a la situación de quienes se desenvuelven en ámbitos laborales (como la construcción o las plantaciones agroindustriales), donde se viven ambientes especialmente violentos y tóxicos.
  6. Las oportunidades para la participación en el mundo de la política son casi nulas.
  7. En otros ámbitos, como el deportivo, continúan vigentes la violencia y la exclusión.
  • Nuestra lucha es por TODOS los derechos humanos, no solo los de las poblaciones LGBTIQ+. Y al decir esto, debemos llamar la atención sobre los retrocesos que en los últimos años se vienen manifestando en diversos ámbitos:
  1. La violencia sistemática contra los pueblos indígenas, el despojo de que son víctimas y la inacción del Estado, en general, y, en particular, de la policía y el Poder Judicial, lo que alienta la impunidad.
  2. Los limitados derechos conquistados por las mujeres, se ven empañados por grandes déficits -en el mundo laboral, empresarial y político, por ejemplo- y todavía más en virtud de la persistente violencia que, en la multiplicidad de sus manifestaciones, lástima su dignidad y les roba la tranquilidad a que tienen derecho, y cuya expresión más dramática y extrema, se da en la terrible recurrencia de los femicidios.
  3. Hay violencia contra los derechos humanos en legislaciones de reciente aprobación:
  • La regla fiscal, incorporada en la Ley N° 9.635 (Fortalecimiento de las Finanzas Públicas), violenta múltiples derechos humanos de la población costarricense.
  • La Ley N° 10.159 (Ley Marco del Empleo Público), hace violencia directa sobre derechos laborales fundamentales, que han sido reconocidos como derechos humanos en el pleno sentido del concepto, según deja claramente sentada la reciente opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).
  • La ley N° 9808 (Ley para brindar seguridad jurídica sobre la huelga y sus procedimientos), claramente atenta contra el derecho ciudadano a protestar y expresar su disgusto y malestar.
  • Somos una organización comprometida con la democracia y el Estado de derecho. Por eso denunciamos con mucha preocupación, la forma como la citada Ley Marco del Empleo Público, violenta tanto el principio democrático fundamental de la división de poderes, como las autonomías constitucionalmente definidas. Con verdadera alarma observamos cómo se reescribe la Constitución y se debilitan los pilares fundamentales de la democracia y el Estado de derecho.

Estos son los temas que deberían preocupar a los candidatos presidenciales, en vez de dejarse llevar por la retórica falaz de la tal “ideología de género”. Es su responsabilidad clarificar su posición sobre estos asuntos, en forma seria, fundamentada y transparente. Les solicitamos, de forma respetuosa y muy encarecida, que así lo hagan. Es lo que corresponde, por un imperativo de respeto hacia la ciudadanía costarricense.

Por el Movimiento Diversidad Abelardo Araya

Luis Paulino Vargas Solís                                              Erika Susana León Rey  

Cédula 2-0327-0373                                                          Cédula 108710011            

 

Víctor Hugo Monge Aguilar

Cédula 1 0432 0270

 

Compartido por Luis Paulino Vargas.