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Etiqueta: institucionalidad pública

CHIVOS EXPIATORIOS

José Manuel Arroyo Gutiérrez

¿Quién es el culpable de los problemas que el sistema no logra resolver? En el nacional-socialismo alemán, principalmente la minoría judía; el odio en su contra atizó y movilizó a un pueblo por otra parte culto, cumbre de la filosofía, la literatura, la música, la teoría jurídica y política… hasta convertirlo en una horda delirante y genocida. En la Costa Rica actual, se señala como culpable a la minoría que integra el sector público, sus asalariados y jubilados, y por arrastre, instituciones claves para la democracia: la independencia judicial y la autonomía universitaria, entre otras. La estrategia es la misma: repetir hasta el cansancio verdades a medias o abiertas mentiras y fomentar el odio contra el chivo expiatorio. Será culpable todo lo que huela a Estado Social de Derecho; a regulación de la ley de la selva y el sálvese quien pueda; todo lo que tenga que ver con aportes solidarios para asistir a los trabajadores que enferman o darles condiciones de vida dignas en la vejez; todo el que no pueda costearse una educación de calidad; en fin, culpable será ese otro, quien no tiene idea de los que significa la palabra offshore y no puede refugiarse en un paraíso fiscal.

Y no me vengan a decir que los casos no admiten comparación. Pregúntenle a un joven chileno que para estudiar tiene que hipotecar a una vulgar financiera todo su futuro. Pregúntenle a un viejo, también chileno, que tiene que escoger entre comer o comprar las medicinas. Demuéstrenme que estas no son sólo formas más sofisticadas de exterminio.

Voto de Consulta Legislativa Exp 21-011713-0007-CO – Empleo Público

Compartimos el documento con el Voto de Consulta Legislativa Exp 21-011713-0007-CO – Empleo Público.

Puede descargarlo en el enlace que ofrecemos después de la vista previa:

También puede leerlo en línea siguiendo este vínculo:https://surcosdigital.com/wp-content/uploads/2021/09/Voto-de-Consulta-Legislativa-Exp-21-011713-0007-CO-Empleo-Publico.pdf

Servidor público sin poder servir…

Miguel Ureña Cascante

Servidor público sin poder servir…sometido a cargas de trabajo que no permiten planificar adecuadamente el diario quehacer, sometido al reproche social porque ahora resulta que los impuestos que algunos pagan es lo que permite que mi salario llegue cada quincena basado en un estatuto que data de 1949 y no permite que se ajuste con la realidad nacional.

Servidor público deficitario y carente de motivación porque muchos jefes piensan que lo que está al frente es un privilegiado, y los que están por encima, piensan que son máquinas que se incorporan a un grupo de funcionarios llamado sindicato, y esto, ya es un problema porque empieza a exigir derechos y garantías que sólo las argollas tienen y resulta una amenaza porque ya no es sólo él:.son varios acuerpándolo.

Es un servidor público que debe adaptarse al sistema… las argollas predominan y serán los más calificados para ascender. Ellos serán los perdedores…los que suplen nuestros objetivos los mantendremos a la distancia, no estudian, no aportan, los inteligentes son otros tipos de servidores que tienen acceso a la toma de decisiones y tienen cientos de subalternos, y ellos, se catalogan como ejecutivos a quienes se les aprueban leyes, pero nunca en favor del servicio público que usted se merece.

Esas leyes van en deterioro y hacia reducir la planilla de servidores públicos que usted requiere, por eso no se podrán contratar más servidores en salud ..no se podrán contratar más servidores en seguridad (los que ya entraron los exponen al narco con rifles chochos), no se contratarán más servidores en educación; en general, no se contratarán más servidores porque “los que hay son muchos y son una carga” para el Estado.

Es decir, ya ser servidor es excluyente de la tierra que le da sustento. No somos ya parte del Estado… ser servidor público es carecer de sensibilidad ante tanta demanda porque si se le asigna un trabajo debe cumplirlo sin importar la limitación de recursos a que se expone.

Ser servidor público es no contar con derechos universales … ser servidor público se sataniza tal cual delincuente…ser servidor público es menos que el delincuente entre rejas porque a ese lo alimentan y conceden derechos, mientras que el servidor público debe ganarlos.

Ver un servidor público le desagrada a muchos burócratas… pero ser servidor público hoy es distinto de ser servidor público antes, porque muchos se sirvieron del servicio público.

Ser servidor público hoy es estar inmerso en un mundo de cabezas pensantes que justifican sus salarios con simples reuniones mensuales.

Por eso, si usted ve un servidor público hoy …verifique su nivel y quizás ahí podrá discernir qué tipo de servidor público es.

Recuerde que los diputados son servidores públicos, el presidente y sus ministros también…

Estos llegan a dirigir un país por delegación democrática, de tal manera, debemos tener más cuidado por quien votamos…serán servidores públicos, quizás, o se servirán con su consentimiento.

La extinción de una democracia inacabada

Juan Huaylupo

La democracia que se reconoce oficialmente es el resultado de un proceso electoral, a través de la emisión del voto individual de las personas con derecho. El acto de votar o el tomar en cuenta la voluntad de cada persona, fue una conquista de las colectividades y pueblos del mundo, en distintas épocas de la historia, ante las tiranías que se arrogaban la capacidad para imponer sus intereses a las personas y pueblos bajo su dominio.

Indudablemente las elecciones fue un logro de cada sociedad y tiempo particular, fue una ruptura significativa, no obstante, sabemos que no existen verdades eternas, lo bueno del pasado, no lo son necesariamente para el presente, por el cambio de las condiciones que rodean e implican los conocimientos que se validaron en otros tiempos.

Así, en la actualidad hay una necesidad urgente de reflexionar sobre las elecciones y la democracia, que nacían contra las tiranías, pero se han convertido, en casos, en legitimadoras de dictaduras autocráticas, lo que relativiza la significación política de las elecciones, que descalifican y caricaturizan la significación de la democracia. Es antagónico a la democracia hacen de los procesos electorales, actos para designar a quien supuestamente decidirá por todos, mientras se les niega la facultad de decidir y participar directamente por un destino común.

El voto individual ciudadano plasmado en las elecciones, no representa el interés común de una sociedad heterogénea y desigual como la costarricense, menos aún, cuando solo se funda en el conocimiento, criterio o creencia individual, la cual puede estar influida por la publicidad parcializada de los medios mercantilizados y las ideologías, así como por tradiciones, incluso por influencias corruptas o fraudes. No obstante, la democracia no es un asunto individualizado ni está relacionado con la sumatoria de votos de la heterogénea preferencia de las personas, por el contrario, la democracia no es una magnitud, es la voluntad, decisión y acción colectiva de la sociedad civil sobre el devenir de asuntos que son públicos o común a todos.

Las elecciones solo son actos administrativos y técnicos, que no son neutrales, que condicionan el proceso electoral, aun cuando la democracia trasciende dicho proceso. En nuestra realidad las elecciones no son actos democráticos, se les valida por intereses generalmente relacionados con una gestión oficial comprometida, con disposiciones administrativas y legales, sin participación ciudadana. Los resultados electorales inesperados ante los compromisos sociales y políticos con las poblaciones pobres, han resultado verdaderas conmociones políticas y mediáticas de los poderes prevalecientes en algunas sociedades latinoamericanas, como ocurrió en Bolivia y recientemente en el Perú, porque son cuestionamientos al orden elitista y racista de los dueños de negocios y gobernantes que se imaginan pertenecer a una casta política o monarquía.

En Costa Rica elegimos a un Presidente de la República de un partido, que designó ministros y autoridades liberales de otros partidos políticos; un elegido que incumple las promesas de campaña; que traiciona los principios, derechos y reivindicaciones de los trabajadores; que gobierna para los empresarios, que miente con aparentes prácticas participativas que cínica e inmoralmente irrespeta; que expresa la ignorancia de su función e ignora lo que es democracia.

El gobierno de todos para todos, solo representa a pocos empresarios para despreciar a muchos trabajadores y pobres. Hoy, los mismos de siempre, conservan privilegios, que sobreexplotan y despiden trabajadores con el amparo estatal y ahora incluso son quienes deciden las medidas genocidas de sanidad pública y de las teatrales y risibles restricciones preventivas con la absurda e inexplicable anuencia de las autoridades sanitarias.

El Presidente electo liquidó las políticas públicas, lo que no lograron los liberales con los programas de ajustes estructurales ni el tratado de libre comercio, una traición a las conquistas logradas en nuestro pasado que inauguró en Estado Social, para instaurar ahora un Estado privativo de empresarios y financistas. El uso político de la pandemia es evidente, porque con el miedo a la enfermedad y muerte, se ha eliminado las protestas ciudadanas ante las diversas transgresiones contra la población vulnerable, además de haberla usado como medio para desmantelar la institucionalidad pública y hacer de la atención sanitaria pública un negocio privado para los mercaderes de la salud.

El Fondo Monetario Internacional, una vez más, el ente representante internacional del liberalismo, acompaña al gobierno financiando y chantajeando por la privatización de la función pública y la destrucción de los resquicios del Estado Social.

Este gobierno ha empobrecido a los pobres y sectores medios del país, con medidas económicas directas de hambre y muerte contra la población trabajadora. Las elecciones eligieron a una persona que engañó, corrompió y traicionó a la ciudadanía, con una institucionalidad estatal cómplice en razón de intereses privativos propios y ajenos, inmunes e impunes, pero nunca públicos ni democráticos.

Primera dosis de la vacuna contra el COVID-19

Por Marcos Chinchilla Montes

Mi agradecimiento

Finalmente, vacunado con la primera dosis se comienza uno a sentir medianamente más tranquilo, sin aflojar en ninguna de las medidas. Esto es de vida o muerte.

Pero la vacunación no solamente es ese momento de aplicación.

En los años 40 del siglo pasado, fruto de importantes movilizaciones sociales, nuestro país fue desarrollando un vigoroso modelo de seguridad social que nos cobija hasta el presente; así que mi agradecimiento a mis abuelos, a Manuel Mora, a Carmen Lyra, a Calufa, a Luisa González, a Calderón Guardia, a Monseñor Sanabria, a los miles de mujeres y hombres que materializaron la institucionalidad pública que hoy tenemos y que ha sido clave para atender a la población en esta compleja coyuntura. A casi 80 años de esas conquistas, aquella generación ni se imaginaba que la semilla que estaban sembrando, sería un día fundamental para atender esta pandemia.

Mi agradecimiento sincero también a personas como Mario Devandas o Marita Arce, entre otros miles de personas, que fueron claves para que la Caja Costarricense del Seguro Social no fuera privatizada por los intereses de la burguesía neoliberal costarricense.

Honrar la memoria de quienes no llegaron a esta etapa de vacunación, son casi 4 mil las personas muertas; mi solidaridad con los otros miles que padecen de COVID-19 largo y que posiblemente nunca lo superen.

Mi indignación absoluta para con aquellos políticos y cámaras empresariales que nunca pensaron en clave de solidaridad y si de voracidad; poco les importó el valor de la vida humana, prefirieron ver a empleados y clientes contagiarse, antes que perder la oportunidad de llevarse un colón a la bolsa. A ellos le debemos buena parte de esa tragedia que vive nuestra sociedad.

Dios todo lo ve, y las cámaras de video también

Marcos Chinchilla Montes

¿A ver si entendí bien?

La diputada Marolín Azofeifa le insinuó al policía de tránsito que ella tenía fuero -dijo foro, quizás por ignorancia o por la indignación del momento- para que ella y su conductor se brincaran la luz roja del semáforo, y de paso no atender las instrucciones que ese mismo cuerpo policial le daban. Lástima que el fuero que la protege no lo utilice para hacer control político, y de paso denunciar a ese montón de tagarotes que lucran con la institucionalidad pública, o la misma incapacidad del gobierno para atender temas ambientales o la problemática indígena.

Mirar el video con la intervención policial pone en evidencia al menos tres aspectos muy grotescos: el desconocimiento de la legislación nacional, la soberbia y el abuso del poder.

Entonces como soy diputada, mi chofer puede no solamente circular en un vehículo sin placas, sino que también puede brincarse un semáforo en rojo; desde esa misma lógica el ser diputada me autoriza para cometer quién sabe cuántas otras ocurrencias al margen de la ley.

No satisfecha con eso, la señora diputada se arroga el derecho no solo de amenazar al oficial, sino que dejando de lado su moral cristiana, se niega a reconocer que el conductor cometió un error, error que ella respalda sin mayor miramiento; aunque una vez que se divulga el video, pide disculpas.

Cuidado y no, el ser diputada, y además fervorosa devota cristiana, me convierte en una persona con privilegios que puede cambiar y torcer la legislación. Respeto, la diputada exige respeto a su investidura.

Soy funcionario público desde 1994; los recursos que me ha tocado administrar, siempre los he manejado con enorme celo; hasta utilizaba los tuquitos de tiza de 2 cms porque sabía que eran recursos públicos. De mi bolsa he pagado peajes por temas laborales, de mi bolsa he puesto combustible que nunca he cobrado; y nunca he utilizado mi figura como docente universitario para beneficiarme o recibir alguna prebenda. Incluso ser funcionario público creo que me ha hecho más cuidadoso pues las consecuencias de un traspié me pueden afectar laboralmente y legalmente, y de paso comprometer el prestigio de toda la institucionalidad pública.

Luego de una alharaca superior a los 10 minutos, la diputada y su comitiva pudieron seguir su recorrido, paradójicamente, parece que habían olvidado que iban a atender una situación de salud a esas horas.

Por el momento, parece que la señora diputada ya logró sus 15 minutos de fama, y lamentablemente, no precisamente en la Asamblea Legislativa. Puede que la historia finalmente la termine recordando por ese vergonzoso hecho.

PD: Por aquello del “que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, vale la pena comentar que tengo una infracción por circular un día que tenía prohibición, pero ni chisté, más bien me sonrojé.

 

Imagen tomada de: https://www.mopt.go.cr/

Respuesta a Editorial de La Nación

Por Yamileth González García, ex rectora UCR

El martes 2 de marzo, frente a un conocido diario, recordaba otros tiempos en que daba gusto leer a buenos periodistas en la prensa nacional, y cómo hoy es deplorable la calidad o falta de ella en que han caído algunos de estos medios. Leyendo el editorial del que, hasta hace unos pocos años, era un diario, y aunque no participáramos muchas veces de sus ideas, reconocíamos que se comportaba de manera bastante profesional en cuanto a la seriedad de las fuentes en que se apoyaba. Lamentablemente, de un tiempo para acá, no solo ha perdido en lo profesional sino, inclusive, en lo ético.

El editorial en mención (La Nación, 2 de marzo) se basa en la opinión sesgada y mal intencionada de un actor que, dicho sea de paso, formaba parte del gabinete de la administración que luego intentó criticar. Opinión, además, descontextualizada dado que él omitió tendenciosamente la información completa de los estudios actuariales y otros documentos y eso es lo que aprovecha el editorialista con igual actitud. Todo eso hace poco confiable la opinión que, además, proviene de quien es responsable de una desacreditada administración.

De todos es bien conocida la campaña que este periódico viene emprendiendo contra la institucionalidad pública, la cual le ha dado al país importantes condiciones que sobresalen en el contexto latinoamericano, y de esa campaña no han escapado las universidades públicas, cobijadas bajo el fuero constitucional de la autonomía, un logro esencial para su importante misión.

Se afirma, en ese editorial, que las medidas que se tomaron, en el año 2010, en la Universidad de Costa Rica (UCR) y que aumentaron la anualidad al 5,5% se hicieron sin estudios técnicos, y eso es absolutamente falso: el incremento de la anualidad no fue una ocurrencia peregrina, estuvo sustentada en sólidos estudios técnicos, jurídicos y financieros. Y ya sea que la memoria falla, o por mala intención, es bueno recordar que ese incremento se inicia por una resolución (2007-000760) de la Sala Segunda de la Corte de Justicia (10/10/2007) que obligó a la UCR a subir la anualidad al 5,5% al personal de la Facultad de Odontología que había interpuesto el recurso para exigir el cumplimiento de la Ley de Incentivos a los Profesionales en Ciencias Médicas y que tuvieron que ser reconocidos de manera retroactiva al 7 de junio de 1982. Tratar de detener esa aprobación en los tribunales fue una lucha de casi 25 años, de quienes estuvimos al frente de la institución. La resolución sentó un precedente que obligó a su implementación, ya que cualquier funcionario del área de salud podía presentar el mismo recurso con la seguridad de reclamar pago retroactivo y de costas a la UCR.

La disposición de la Sala, además, provocaba una injustificada desigualdad en las remuneraciones salariales. El análisis jurídico hacía ver que la Constitución Política, en su artículo 57, establece que “… el salario será siempre igual para trabajo igual en idénticas condiciones de eficiencia”. Así el fallo de la Sala generaba injusticia y, paradójicamente, de alguna manera, también inconstitucionalidad, al darse un trato salarial desigual para el resto de los funcionarios de la institución y abría la posibilidad de que cualquier persona que trabajara en la UCR y que no recibiera ese incentivo podía interponer un recurso alegando la violación de sus principios y derechos constitucionales y laborales. Como se desprende, el análisis legal estuvo en la base del proceso de toma de decisiones que llevó a la aprobación del aumento de la anualidad.

La decisión estuvo acompañada por otros estudios, entre ellos, uno de la Oficina de Planificación Universitaria (Oplau) sobre el impacto y la sostenibilidad financiera que tendría ese aumento (“Costos proyectados de la relación de puestos 2010-2049, con la aplicación del incremento de la anualidad de un 3% a un 5,5%”). Sobre la base de este estudio, Oplau concluía que la aprobación de ese cambio de anualidad era sostenible financieramente. Al mismo tiempo se hicieron dos estudios actuariales: el primero lo realizó el reconocido actuario Rodrigo Arias, profesor de la Escuela de Matemáticas, “Modelo de proyección de ingresos y gastos para determinar la sostenibilidad del gasto salarial de la Universidad de Costa Rica” (2010), y el segundo estudio, basado en el mismo modelo pero ampliando el número de escenarios, lo realizó Arias en conjunto con los economistas Max Soto Jiménez y Pablo Sauma Fiatt del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas.

Es claro que la medida no fue ilegítima, como lo pretende el editorialista: fue aprobada por el Consejo Universitario, sin objeciones de la Oficina Jurídica, Contraloría Universitaria, ni de la Contraloría General de la República cuando aprobó el presupuesto. En ese tiempo, la UCR seguía teniendo un rezago salarial en relación con las demás instituciones autónomas, como lo demostró un estudio de aquella época de la Contraloría General de la República, que indicaba que el salario promedio de la UCR era el más bajo de las entidades públicas que había analizado.

Una vez más puedo afirmar con toda certeza que las medidas implementadas durante mi administración estuvieron sustentadas en los criterios técnicos de los estudios actuariales, financieros y jurídicos para respetar el bloque de legalidad que nos regula y el precepto estructurador del equilibrio financiero institucional.

Si bien es cierto los datos muestran un peso creciente de la anualidad sobre el salario base, se logra una estructura salarial que mantiene en proporción creciente el reajuste por régimen de mérito frente al salario base y también, que se sigue estando muy por debajo de la relación 80/20, un porcentaje que es considerado como el garante de un sano equilibrio financiero para las instituciones de educación superior. Ahora, si recordamos un poco de historia, el régimen de mérito o reajuste por carrera académica viene creciendo desde el 2008, cuando los salarios estaban estancados y eran los más bajos de los profesionales del sector público costarricense. Recordemos que, como su designación lo dice, los pasos para recibir estos reajustes están basados en el mérito y son acordes a criterios de excelencia académica, reconocidos por las universidades en el mundo.

No puedo dejar de resaltar que, en ese incremento de la anualidad, suman muchos otros factores externos a las decisiones universitarias, como son el Voto Constitucional No. 15460-08, que eliminó el tope de anualidad en el Sector Público y la Ley No. 8096, art. 85 que establece un reconocimiento del riesgo policial con un 18% adicional, entre otras.

Es bueno recordar, también, que la toma de decisiones con respecto al equilibrio financiero de una universidad requiere de análisis rigurosos y periódicos sobre los diferentes componentes del gasto institucional, lo que además de salarios comprende inversiones, becas y deuda, entre otros, junto con las expectativas de ingreso relacionadas con el financiamiento del FEES, y un principio estructurador del equilibrio financiero institucional que es la llamada relación 80/20; es decir, el parámetro fundamental que impone una contención del crecimiento en salarios y la operación de la institución.

Por otra parte, una obligación de las instituciones de educación superior en el mundo es mantener un talento humano de primera calidad, altamente formado e internacionalmente vinculado a redes de colaboración de primer orden y vigilar constantemente que esta comunidad de académicos tenga las condiciones de equipo y materiales para realizar sus labores de docencia, investigación y acción social. En la historia de nuestra universidad este principio ha guiado las decisiones de la política salarial universitaria.

En conclusión, después de estudiar los informes financieros, se demuestra que no está la Universidad en una situación deficitaria, contrario a lo que se ha señalado en múltiples ocasiones, desde diversos frentes y que la relación 80/20 no se ha visto afectada: los datos actualizados muestran decrecimiento del peso salarial en relación con los otros gastos institucionales (inversión, endeudamiento, becas y los gastos de operación) para el 2017 y el 2018 y un crecimiento moderado en el 2019 y 2020 pero inferior al 80%; un porcentaje, repito, garante de un sano equilibrio financiero para las instituciones de educación superior. Estos datos nos permiten destacar que el principio estructurador de la relación 80/20, que se mide regularmente en forma semestral por política de equilibrio financiero institucional, alerta una serie de mecanismos y controles actuariales, técnicos, financieros y jurídicos que sustentan las evaluaciones periódicas de la política salarial institucional, tal y como se refleja en los informes semestrales y en las diversas instancias universitarias y, esto, en la UCR, desde hace al menos tres décadas.

Al observar estos datos y el comportamiento de la masa salarial se evidencia que el equilibrio financiero institucional debe ser abordado considerando otros dos componentes fundamentales de la ecuación: por un lado la meta de que el FEES llegara, en 2015, al 1,5% del PIB y el mandato constitucional de ser quinquenal (pero ninguno de los dos elementos lo ha cumplido el Gobierno: el FEES no ha llegado, aún al 1,5% del PIB y no se han vuelto a firmar de manera quinquenal, desde 2010) única forma de garantizar un proceso de planificación racional de la inversión en educación superior pública y, por otro lado, los compromisos de inversión y de endeudamiento que afectan en el largo plazo ese equilibrio financiero.

Las universidades públicas están conscientes, como lo han asegurado sus autoridades actuales, de la conveniencia de analizar, corregir, mejorar cualquier situación que lo amerite, incluida, desde luego, una propuesta de empleo universitario, eso sí, dentro de las mismas condiciones que el mandato constitucional les otorga y les exige sin peligrosas injerencias ajenas, a veces desconocedoras de su imporatnte Misión.

Si de veras los que se han empeñado en esta campaña, como el susodicho periódico, entendieran y quisieran favorecer a las universidades públicas y su indiscutible servicio al país, no deberían proponer que estén “a expensas de decisiones políticas, sin sustento técnico” como dice el editorialista, permitiendo que intereses políticos, económicos y empresariales ajenos al verdadero espíritu de ellas las pongan “en la ruta al despeñadero”, como han dado al traste con el desempeño de algunas universidades, principalmente en el contexto latinoamericano.

 

Imagen ilustrativa, UCR.

 

Publicado en https://semanariouniversidad.com/

Encuentro multisectorial contra el Proyecto de Empleo Público y por la Defensa del Estado Social

Información de BUSSCO

El pasado 25 de febrero se llevó a cabo un encuentro multisectorial que tenía como finalidad establecer estrategias de acción para la defensa del Estado Social. Contó con la participación del movimiento sociales y algunos funcionarios de instituciones públicas del país, el objetivo general de este programa es conocer el Proyecto de Ley de Empleo Público, la forma en la que está propuesto con respecto a la institucionalidad pública y la forma en la que se maneja la gestión laboral.

En esta reunión de carácter multisectorial se establecieron propuestas y planes de acción para la defensa del Estado Social, entre ellas destacan acciones movilización y propaganda:

  • Manifestaciones en horario no laboral contra el FMI y Proyecto de Ley de Empleo Público. (viernes 05 de marzo a las 5:00pm)
  • Piquetes en la Asamblea Legislativa (1-5 de marzo)
  • Movilización Nacional contra el FMI y Proyecto de Ley de Empleo Público. (sábado 13 de marzo)
  • Preparación de materiales de concientización por parte de organizaciones. (mes de marzo)
  • Campaña audiovisual con videos contundentes, alianzas con oficinas audiovisuales universitarias y organizaciones asociadas.
  • Conversatorios virtuales públicos sobre Empleo Público y acuerdo con el FMI en horarios no laborales (mes de marzo).
  • Definir reuniones periódicas de coordinación y planificación de acciones.

A continuación, compartimos algunas fotografías del evento:

¡En defensa de la institucionalidad pública!

Federación de Estudiantes de la UCR:

Se convoca a una concentración en la Asamblea Legislativa este miércoles 24 de febrero a las 10:00am.

Esta manifestación presenta los siguientes ejes de discusión:

  1. Reforma al empleo público responsable.
  2. Garantías otorgadas a la institucionalidad pública.
  3. Derechos laborales.
  4. Soluciones alternativas.

Nota importante: Se está coordinando desde las sedes y recintos el habilitamiento del transporte que facilitará la participación.

Adjuntamos invitación formal: