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Etiqueta: Joe Biden

“Estados Unidos debe retirar a Cuba de la lista de supuestos patrocinadores del terrorismo” – Casa de las Américas

Comunicado

Casa de las Américas respalda la carta abierta del periodista franco-español Ignacio Ramonet dirigida al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en la cual exige retirar a Cuba de la lista de supuestos patrocinadores del terrorismo.

La institución cultural habanera invita a apoyar “esta noble iniciativa con su firma a escritores, artistas, promotores culturales, académicos, activistas y luchadores sociales, integrantes de organizaciones no gubernamentales y personas sensibles ante el sufrimiento cotidiano del pueblo cubano”.

Para adherirse, les rogamos que lo hagan a través del correo: casadelasamericas2024@gmail.com.

En su carta, el también escritor y analista político solicita al mandatario estadounidense que repare la “profunda injusticia cometida el 12 de enero de 2021 por su predecesor, Donald Trump, cuando, a unas semanas de abandonar la Casa Blanca, decidió -sin bases legales reales- reinscribir a Cuba en la infame lista de Estados patrocinadores del terrorismo (lista SSOT, por sus iniciales en inglés)”.

Ramonet recuerda además cuando la administración del presidente Barack Obama retiró al país caribeño de esa deshonrosa lista en 2015, “lo cual representó un paso muy positivo para forjar, por fin, una relación más constructiva con La Habana”.

Desde hace 65 años, a pesar de las tensiones que han podido existir entre Estados Unidos y Cuba, no se puede citar un solo caso de acción violenta ocurrida en territorio estadounidense que haya sido apadrinado, directa o indirectamente, por La Habana. ¡Ni un solo caso!, precisó el eminente intelectual.

Las consecuencias más atroces se derivan del riesgo asociado a cualquier tipo de ayuda humanitaria, negocio, inversión y comercio que implique a Cuba y, por extensión, a sus ciudadanos, añadió.

Todo ello sumado a “las terribles consecuencias del cruel e ilegal bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba que el Gobierno de su país mantiene desde hace más de 60 años”.

La ola migratoria actual de expatriados cubanos hacia Estados Unidos, inédita en su magnitud, es quizás el ejemplo más ilustrativo del impacto devastador y el sufrimiento provocado por las medidas extremas y brutales contra la economía cubana, aseguró.

Señor presidente, esa situación tiene que terminar, solicitó Ramonet. Usted lo sabe, no hay ni un sólo argumento válido y razonable para acusar a Cuba y mantener a su población bajo un castigo colectivo ilegal e inhumano.

Usted tiene autoridad para, antes de abandonar la Casa Blanca, corregir tan cruel absurdo y sacar a Cuba de la lista SSOT. ¡Hágalo ya!, indicó el destacado intelectual al término de su carta, con la esperanza de que Joe Biden sepa estar a la altura de este momento histórico.

Orden de arresto de Netanyahu

Félix Madariaga Leiva

Félix Madariaga Leiva
Periodista

El rol de la Corte Penal Internacional (CPI), también conocida como Tribunal Penal Internacional (TPI), debería ser el de un tribunal internacional permanente e independiente, cuya misión es el enjuiciamiento de graves crímenes internacionales, como el genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad. La CPI tiene personalidad jurídica internacional, y no forma parte de las Naciones Unidas, aunque se relaciona con ella en los términos que señala el Estatuto de Roma, su norma fundacional.

La Corte Penal Internacional sólo investiga a individuos, y sólo actúa si una persona es sospechosa de ser responsable de uno de los cuatro crímenes establecidos: genocidio, crímenes de guerra graves, crímenes contra la humanidad o una guerra de agresión. De hecho, la CPI ha estado investigando presuntos crímenes de guerra contra los posibles responsables de Israel desde el año 2021.

Hace poco más de un mes la Corte Penal Internacional, ha solicitado órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu y su ministro de Defensa, Joav Galant, por posibles crímenes de guerra en el conflicto en Gaza. Ellos han sido imputados de esos cargos, y bien vale recordar que desde hace varios años el Primer Ministro Israelí es acusado de fraude, soborno y abuso de confianza en ese país. El proceso, que comenzó el año 2020, se había suspendido desde los ataques de Hamás a Israel el 7 de octubre, pero fue reanudado en diciembre de 2023, a cargo del Tribunal del Distrito de Jerusalén.

En tanto, en unas vergonzosas palabras de respaldo, Joe Biden, presidente de Estados Unidos, calificó de escandalosa la orden de detención contra Netanyahu emitida por la Corte Penal Internacional. Además, declaró que lo que está ocurriendo en Gaza no es un genocidio y dio todo su apoyo a Israel, un apoyo lamentable, cuando siguen atacando impunemente al pueblo Palestino, destruyendo escuelas, hospitales e infraestructura básica para la subsistencia de la población.

Contradicciones desde el imperio

Llama la atención la evidente contradicción del mundo occidental, con una balanza siempre inclinada hacia un lado y casi nunca equilibrada. Mientras desde el país del norte las voces que aplaudían y justificaban la decisión de la CPI de perseguir con órdenes de arresto al Presidente de la Federación Rusa Vladimir Putin y a la comisionada Presidencial para los Derechos de los Niños, Maria Lvova-Belova, esas mismas voces hoy susurran afónicamente y prefieren el silencio frente a la orden de arresto del Primer Ministro Israelí y su ministro de defensa.

El crimen del que se acusó a las autoridades rusas fue grave, gravísimo: el traslado forzoso de niños. Hoy, algunos meses después de iniciada la caza de brujas, la acusación parece caerse a pedazos. Según informa EFE, durante la reunión que sostuvieron en abril en Catar representantes de Moscú y Kiev para debatir la devolución de menores separados de sus familias por el conflicto entre esos países, la delegada rusa se refirió a la situación de 29 niños residentes en Rusia y 11 en Ucrania que esperan reunirse con sus familiares. Claramente las cifras de niños deportados de las que se habló no corresponden a la realidad.

Aún más, según la portavoz de Exteriores, María Zajárova, Kiev y Occidente, están utilizando con fines políticos el destino de los niños ucranianos: “Todo esto es falso, son maquinaciones e intrigas políticas, un montaje más (…) Tras toda estas pseudoiniciativas, dirigidas en realidad a conseguir sus propios intereses egoístas, se pierden los problemas reales de los niños. A nadie en Occidente ni Ucrania le interesa el destino real de estos niños”, afirmando que “los ciudadanos ucranianos que perdieron la esperanza de recuperar a sus hijos, literalmente perdidos en la UE, solicitan ayuda a las instituciones diplomáticas rusas, ya que las embajadas de Ucrania les niegan apoyo”, y agregó que en Alemania fueron hallados 161 niños ucranianos que, según Ucrania, habían sido deportados a Rusia.

Y surge claramente una nueva pregunta, ¿el mundo occidental y la CPI levantará su voz e iniciará acciones concretas frente a los crímenes de Israel? ¿O continuará guardando un silencio cómplice?, lo que es aún más grave si consideramos que, como señala el investigador jurídico y abogado internacional Ahmed Abofoul “la CPI tiene el mandato no sólo de investigar crímenes, sino también de emitir declaraciones preventivas”, lo que no está haciendo de manera reiterada y con acciones comunicacionales ofensivas como lo hizo contra Vladimir Putin en 2023.

Según vociferaba Estados Unidos y los gobiernos europeos, Moscú estaba llevando a cabo un plan para deportar por la fuerza a miles de niños ucranianos a Rusia, a menudo a una red de campos de reeducación política. Usaron abiertamente fakes, como una estrategia comunicacional, lo que ya ha sido desmentido, ya que esos niños fueron protegidos de los bombardeos y llevados a lugares donde estuvieron a salvo, para posteriormente ser devueltos a sus familias, y eso es lo que no está haciendo Israel, que a pesar de los miles de llamados al cese al fuego, continua atacando a la población civil indefensa e intentando destruir los cimientos de un pueblo que SI tiene derecho a existir.

Las críticas que se han alzado a lo largo del planeta contra la CPI no es por su función, es por el doble estándar que utiliza en su actuar cuando se trata de tomar decisiones, sobre todo hacia aquellos sindicados como enemigos de Occidente.

De esta forma, Netanyahu continúa actuando en completa impunidad, desde que decidió bombardear Palestina y hacer una de las guerras más espantosas que hemos vivido en los últimos años, con miles de niñas y niños muertos y heridos. La CPI dice muy poco y nada al respecto. Nos avergonzamos al escuchar a Joe Biden en su declaración de apoyo a Netanyahu, ya que ni siquiera toma en cuenta las denuncias hechas ante la CPI por parte de organismos internacionales que exponen claramente los crímenes de guerra y lesa humanidad ejecutados por Israel.

Mientras nosotros nos quedamos con datos de la Unicef en que denuncian que los niños que huyen de la guerra de Ucrania corren un mayor riesgo de ser víctimas de trata y explotación, y llama a los gobiernos a endurecer las medidas de protección para los niños y niñas que cruzan las fronteras desde Ucrania a otros países. Esto pareciera no importar a Volodomir Zelenski y sus aliados, ya que no hemos escuchado nada al respecto. Pero podemos imaginarnos que si cruzaran la frontera hacia Rusia ya estarían denunciando a la comunidad internacional al presidente Vladimir Putin de secuestro. Cuesta imaginarnos también que la CPI denunciará algunos cargos judiciales al presidente de Ucrania por el desamparo en que quedan estos niñas y niñas que cruzan las fronteras.

Fuentes:

https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/ninos-huyen-guerra-ucrania-corren-mayor-riesgo-victimas-trata-explotacion

https://www.larazon.es/internacional/rusia-ucrania-celebran-primeras-negociaciones-devolucion-menores-ucranianos_20240425662a7923c18d4000018748d3.html

https://efe.com/mundo/2024-04-25/rusia-ucrania-negociaciones-devolucion-menores/

https://www.youtube.com/watch?v=G16Mnq93qL0

https://www.elciudadano.com/actualidad/cpi-una-entidad-sometida-a-los-intereses-de-occidente/04/26/

La asesoría de EEUU y su diplomacia en el conflicto Gaza-Israel es inepta, cínica e hipócrita

Mg. José A. Amesty Rivera

El asesoramiento en política, es una herramienta bastante común que ha sido utilizada desde la antigüedad, por la mayoría de profesionales de la política o agrupaciones políticas.

Un asesor/a político es un profesional que proporciona orientación, análisis y recomendaciones a líderes, lideresas, políticos/as, candidatos/as, partidos políticos u otras organizaciones en el ámbito político y otros. Su función principal es ayudar a tomar decisiones informadas y estratégicas que les permitan alcanzar sus objetivos políticos u otros.

Básicamente, este es el perfil de un buen asesor político. Lamentablemente, EEUU y específicamente el presidente Joe Biden, juntamente con sus asesores para Oriente Medio, y más específicamente aún, para el conflicto Israel-Gaza, está muy lejos de alcanzar los mínimos estándares, rayando en la incompetencia y la confusión.

Según Chris Hedges, en su artículo «los cuatro jinetes del apocalipsis de Gaza«, señala: «El círculo íntimo de estrategas de Joe Biden para Oriente Medio, tienen poca comprensión del mundo musulmán y una profunda animadversión hacia los movimientos de resistencia islámicos. Consideran que Europa, Estados Unidos e Israel están involucrados en un choque de civilizaciones entre el Occidente ilustrado y un Oriente Medio bárbaro. Creen que la violencia puede doblegar a los palestinos y otros árabes a su voluntad. Defienden la abrumadora potencia de fuego de los militares estadounidenses e israelíes como la clave para la estabilidad regional, una ilusión que alimenta las llamas de la guerra regional y perpetúa el genocidio en Gaza».

Agregando, «están dotados del presunto poder conferido al Poder Ejecutivo para eludir al Congreso, proporcionar armas a Israel y llevar a cabo ataques militares en Yemen e Irak. Este círculo interno de verdaderos creyentes descarta los consejos más matizados e informados del Departamento de Estado y las comunidades de inteligencia».

Los mal llamados «estrategas» de Biden-EEUU, son: Antony Blinken, Jake Sullivan y Brett McGurk, pero ¿quiénes son estos personajes?, veamos al primero de ellos.

Por ejemplo, Antony Blinken, ante la acusación de genocidio, por parte de Israel hacia Gaza, presentada por Sudáfrica en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), ha calificado las acusaciones sudafricanas de infundadas y su campaña ha sido intensa al respecto.

 A su vez, el cinismo y la hipocresía en las palabras de Blinken es manifiesta, por ejemplo, cuando, insiste en que está tratando de detener lo que, según su propia admisión, es el bombardeo indiscriminado de palestinos por parte de Israel, mientras pasa por alto al Congreso, para acelerar el suministro de armas a Israel, incluidas las bombas no dirigidas. Insiste en que quiere poner fin a los combates en Gaza, mientras veta las resoluciones de alto el fuego en la ONU. Insiste en que defiende el Estado de derecho, mientras subvierte el mecanismo legal que puede detener el genocidio.

También, las visitas de Blinken a Jerusalén y a Ramalà, que se han dado, son complicadas para él, ya que se dan en medio de una escalada e intensificación de la violencia de Israel contra Palestina.

Sigamos viendo el proceder de Blinken. En las reiteradas visitas a Israel Blinken, ha «pedido» que el régimen sionista proteja a los civiles, pero a la vez, se ha negado a establecer condiciones que alterarían los 3.800 millones de dólares, que Israel recibe en asistencia militar anual o el paquete de ayuda suplementaria de 14.300 millones de dólares de EEUU y sus aliados.

En cuanto a la estrategia de Israel contra Gaza, Blinken ha estado de acuerdo de repetir con Israel la frase comunicativa «Hamás es ISIS» y «Hamás es peor que ISIS», ante lo falso en tal afirmación.

En general, Blinken, ha desempeñado un papel fundamental en la coordinación con Israel, participando abiertamente en las reuniones de su gabinete y encabezando las negociaciones diplomáticas en nombre de Tel Aviv.

En fin, Blinken, ha tomado partido en la crisis Israel-Gaza, cuando aterrizó en Israel tras los ataques de Hamás, y otros grupos de resistencia el 7 de octubre, anunciando en una conferencia de prensa, con el Primer Ministro Benjamín Netanyahu: «Me presento ante ustedes no únicamente como Secretario de Estado de los Estados Unidos, sino también como judío», e intentó, en nombre de Israel, presionar a los líderes árabes, para que aceptaran a los 2,3 millones de refugiados palestinos, que Israel pretende limpiar étnicamente de Gaza, una solicitud que provocó indignación entre los líderes árabes.

En el caso de, Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Biden, y Brett McGurk, son oportunistas consumados, burócratas falaces que atienden a los centros de poder reinantes, incluido el lobby de Israel, y que se podrían informar de muchas de sus tretas.

Finalmente, podemos afirmar que, hasta este momento que, lo que inició como una cuestión de política exterior (Israel derrotando a Hamás), se ha convertido en una importante crisis interna, tanto en EEUU como en Israel. El descontento dentro de Estados Unidos por la conducción de la guerra por parte de Israel, está alimentando el crecimiento de importantes movimientos de protesta. ¿Quién puede creer realmente que un nuevo viaje de Blinken a la región solucionará algo a estas alturas? Nadie. Es muy difícil anticipar cómo estarán las cosas en la región dentro de un par de meses. Hemos entrado de lleno en un período de colapso, de violencia. Y las fuerzas en conflicto están desmantelando el antiguo statu quo de ambas naciones.

Trump vs Biden: todo indica que se volverán a enfrentar

Ciertamente en política nada está escrito, pero si por la víspera de saca el día, Joe Biden, actual presidente de Estados Unidos y Donald Trump, exmandatario en el periodo 2017-2021, volverían a encontrarse frente a frente en las elecciones del 5 de noviembre próximo.

Así ocurrió en las votaciones del 2020 cuando en aquella ocasión Biden, del partido Demócrata, se impuso a Trump, del partido Republicano. La historia puede repetirse y así lo vaticinan expertos de la Universidad Nacional (UNA), a pesar de un primer semestre del 2024 en el que Donald Trump deberá alternar su participación electoral con una serie de juicios y acusaciones que lo sentarán en el banquillo de los acusados.

Los fuegos electorales ya se abrieron en el estado de Iowa, cuando este lunes se realizó el caucus que determinó el triunfo de Trump. Le sigue ahora las primarias en New Hampshire el próximo 23 de enero, aunque sin duda, el evento que tiene todos los focos de atención es el supermartes del 5 de marzo, cuando 15 estados votarán por su candidato republicano.

La expectativa es aún mayor, pues apenas un día antes del supermartes arrancará, en Washington, el juicio donde el magnate está acusado de subversión por los acontecimientos del 6 de enero del 2021 en el Capitolio, cuando partidarios de Trump irrumpieron violentamente en la sede del Congreso por no reconocer el triunfo de Joe Biden.

El equipo legal de Trump trata, a toda costa, que el juicio se traslade al 2026, en un intento claro por postergar el proceso y que de esta manera no entorpezca sus aspiraciones presidenciales.

Mientras esto ocurre, está por verse qué decide la Corte Suprema de EE.UU., luego de que las cortes de los estados de Colorado y Maine emitieran un fallo donde determinaron la improcedencia de la nominación de Trump, justamente por la insurrección del 6 de enero del 2021.

“La defensa de Trump alega que él es inmune a cualquier demanda penal o civil porque los actos los hizo siendo él presidente y eso está ventilándose en una Corte de Apelaciones en Washington, donde es probable que termine escalando a la Corte Suprema, en la que tres de sus miembros han sido nombrados por el expresidente republicano”, explicó el analista internacional, Carlos Cascante.

Tanto Cascante como el analista Gerald Solano, de la Escuela de Relaciones Internacionales de la UNA, ven poco probable que las gestiones judiciales saquen a Trump de la nominación presidencial. “Se ha manejado con mucha cautela por parte de las propias autoridades. Los jueces saben que la decisión que se tome puede tener connotaciones distintas y en un escenario donde a él se le prohíba la candidatura, puede cuestionar al propio sistema judicial, apoyado por movimientos que le dan el apoyo”, detalló Solano.

Además del juicio por la subversión en el Capitolio, la agenda del exmandatario está plagada de procesos judiciales, unos civiles y otros penales: presunto fraude por parte de sus empresas en el estado de Nueva York, incriminación por manifestaciones difamatorias contra una escritora, pagos a una estrella porno a cambio de guardar silencio por una relación extramarital y retención de material clasificado luego de que abandonara la Casa Blanca. Todos tiene previsto iniciarse en el primer semestre.

Lo anterior hará que el nombre de Trump resuene mediáticamente en este periodo de primarias republicanas. Junto con él, el nombre de Nikky Haley se ha posicionado con más fuerza como una contendiente en el bando republicano, situación a la que deberá prestársele atención.

Por el lado demócrata, Joe Biden parece tener el camino más claro de cara a la nominación que se oficializará entre el 19 y el 22 de agosto.

¿Por qué Trump y Biden?

Se hace llamativo el hecho de que Trump (77 años) y Biden (80 años) puedan repetir el enfrentamiento electoral. Para Carlos Cascante, desde la década de los setenta EE.UU. ha sufrido un proceso de fragmentación política en temas económicos y culturales por temas como el aborto, derechos civiles en el ámbito de las migraciones, así como en la educación, lo que ha conllevado a los partidos políticos a formar coaliciones electorales.

“El republicano fue tendiendo a ser nativista, conservador, se acercó a una ideología de derecha evangélica propia del medio oeste de EE.UU. y es ahí donde sobresale la figura de Trump. Él tiene la capacidad de hacer una conexión con el electorado a partir de su discurso, además de que es una figura conocida”, manifestó Cascante.

En el caso de Joe Biden, el experto asegura que ha sabido granjearse la posición de un político más moderado, que tiene la capacidad de liderar y alcanzar acuerdos y ser una figura ecuánime para enfrentar a Trump. En ese sentido—asegura Cascante—“ha creado una campaña de vote por mí y no por Trump, porque él es peor que yo y en esa lógica el aspirante más moderado para conjuntar las diversas facciones es Biden”.

Los temas

En el listón sobresalen algunos temas que parecieran ser los que van a predominar el debate entre los dos eventuales candidatos.

Para el analista Gerald Solano, el tema de la migración será capital en la próxima contienda. Solo en el mes de diciembre pasado intentaron cruzar la frontera hacia Estados Unidos, provenientes de México, 235.000 personas entre mujeres, hombres y niños; un promedio de 7.580 diarios, de acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

“Aunque Biden no ha hecho nada radicalmente distinto a Trump en materia migratoria, la cantidad de personas que tratan de ingresar a diario es un tema complicado para Biden, que tratará de aprovechar su contendiente. Tanto fue así que recientemente el secretario de Estado, Anthony Blinken, visitó México para llegar a acuerdos”, manifestó Solano.

En segundo orden de prioridades, Gerald Solano ubica el tema de la seguridad y el desempeño de la economía. “Los números en cuanto a empleo e inflación parecen favorecer a Biden, pero Trump puede que se refiera al tipo de trabajos que se están generando y a la dificultad de algunos sectores para encontrarlo”.

Por su parte, Cascante coincide en que el tema de la migración será central, aunque no tanto los conflictos en Ucrania y en Oriente Próximo. “En EE.UU. lo internacional no pesa tanto como lo local. Veo más probable que el debate se centre en el manejo de la economía, los asuntos vinculados con derechos humanos, principalmente el aborto”.

Para Solano, el tema de los conflictos geopolíticos sí tendrá un peso relevante, principalmente porque del bando republicano han sido más proclives a la ayuda militar. Lo mismo considera que ocurrirá con el tema de China, donde las desavenencias han sido notorias.

Ambos expertos también dan crédito al hecho de que el tema de la edad sea debatido, principalmente de parte de Trump contra Biden. “Trump siempre ha sido un showman y no es descartable que, al igual que en ocasiones anteriores, se refiera a las capacidades físicas de su oponente”, indicó Solano.

Carlos Cascante añade otro argumento al respecto: “La idea de la presidencia en Estados Unidos, como comandante en jefe, siempre ha estado vinculada con la figura de un presidente fuerte y eso es parte del imaginario entre el elector norteamericano, y a Biden ya se le nota su edad. Trump, aunque se le acerca, luce, en definitiva, más vital”.

Las fichas del juego electoral están sobre la mesa. Lo que ocurra hacia adelante centrará la atención del mundo entero en un 2024, donde los estadounidenses decidirán entre el continuismo de las políticas demócratas u optarán por el regreso al poder de los republicanos, en apariencia, de la mano con la controvertida figura que representa Donald Trump.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Política exterior de Joe Biden-EEUU hacia América Latina: Te ignoro

Mg. José A. Amesty Rivera

Todas las administraciones, gestiones de EEUU y sus gobiernos de turno, no han sido iguales con relación a América Latina, unas han sido más agresivas y otras menos. El caso de la administración Biden, la veremos en este capítulo, resaltando sus matices, desatenciones e indiferencias.

Recordemos que durante la campaña de Biden, este hizo múltiples promesas, según él, para emprender, por ejemplo, las causas de la migración latinoamericana, y más específicamente, la centroamericana; buscar un enfoque efectivo contra Venezuela; y propiciar su estilo «democrático» en Latinoamérica.

Pero, los factores que impulsan la migración no han cambiado mucho, Venezuela sigue su camino de libre determinación de los pueblos y muchas «democracias», según ellos, siguen oscilando.

Más bien, el enfoque de esta Era Biden, producto de la guerra en Ucrania y ahora el conflicto Gaza-Israel, ha unido a EEUU con Europa occidental y Medio Oriente, con lo cual Biden ha tenido más suerte con los aliados europeos, que con los problemas de drogas y migraciones de América Latina.

El equipo diplomático de Joe Biden se ha pasado la mayor parte de su primer mandato, tratando de reconstruir alianzas con Europa, Medio Oriente y Asia. Solo recientemente han comenzado a mostrar atención hacia América Latina, pero legisladores y empresarios, por igual, manifiestan que estos esfuerzos son escasos, por lo que están perdiendo la paciencia.

La administración gringa dice que tiene un plan. El año pasado anuncio la Asociación de las Américas para la Prosperidad Económica (APEP), pero sus críticos dicen que hoy la APEP, es poco más que sus iniciales. Las compañías están frustradas por no tener la oportunidad de expresar al gobierno sus anhelos con relación al acuerdo propuesto. Se dijo que habría negociaciones a finales de 2022 o inicios de 2023, pero nada ha sucedido en realidad.

Hasta los aliados de Biden están preocupados porque que, si no hay progresos rápidos, EEUU estará más atrás que China en la carrera por la influencia económica en América Latina y el Caribe, donde Beijing ya cuenta con 20 naciones miembros en su iniciativa económica de la Franja y la Ruta de la Seda.

Si la oferta de China es, no demandamos reformas, solo estamos ofreciendo algún dinero; ahí hay una inversión. Si la oferta de EEUU es, una vez que los ayudemos a mejorar todos estos aspectos (imposiciones políticas, sociales y económicas) estaremos abiertos al intercambio; EEUU estará cada vez más detrás.

En fin, las presiones políticas y sanciones económicas de la administración Biden y los gobiernos de EEUU hacia los países de América Latina y el Caribe, traerán como consecuencia que estos se vean obligados a profundizar sus relaciones políticas y económicas con China y Rusia, con el ejemplo más reciente, la adhesión de Argentina al bloque de los BRICS.

Por otro lado, y en el mismo orden de ideas, los principales candidatos republicanos, de cara a las elecciones de 2025, abogan por revivir los acuerdos de países seguros de Latinoamérica de la era Trump, presionando a estos países, para que impidan la migración, además de, fortalecer sanciones contra Cuba, Venezuela y otros; siendo esto último una prioridad para los votantes influyentes del Sur de Florida.

De allí que, si la Casa Blanca cambia de gestión en 2025, cambia el foco de atención de su política exterior, del Atlántico a América Latina.

Este desinterés, como lo hemos insinuado, de Biden y su política exterior hacia Latinoamérica, se evidencia, por ejemplo, en que, de 14 viajes internacionales a 21 países como presidente, Biden solo ha estado en América Latina una vez, y solo por 48 horas.

Con esto no queremos decir que las propuestas demócratas y republicanas de EEUU, resolverán la crisis del hemisferio occidental, sino todo lo contrario, es más, estas nos pueden llevar al desastre, si no es que en algunos países ya no lo están.

En fin, demócratas y republicanos, cada día viven más en mundos diferentes, por eso no es ninguna sorpresa que articulen políticas exteriores tan divergentes. Por eso es que, adoptar medidas con enfoque republicano, puede aumentar las simpatías de la administración Biden entre los votantes, que piensan que las principales preocupaciones de EEUU, en materia de política exterior, están más cerca de casa y no de Europa, Asia y Medio Oriente.

Si volvemos a nuestro patio, México y su problema actual con el fentanilo como droga destructiva en EEUU, este debe valorar que México es un socioeconómico importante y no debe tensar las relaciones, y una intervención conllevaría un alto costo económico para los estadounidenses comunes.

Ningún tipo de disuasión, no importa lo brutal que sea, frenara la inmigración y el tráfico de drogas.

Al fin, ninguna intimidación o acoso hará que los gobiernos latinoamericanos se alineen con Washington. Aunque no se oirá de los candidatos republicanos, EEUU ya no es el hegemónico todopoderoso del hemisferio.

Un caso en particular es Cuba, donde en este ignorar de Biden, este realizo varias promesas de campaña en lo que se refiere a revisar las relaciones con Cuba, pero ha mantenido la política de su predecesor Trump. Sin embargo, esta política no ha logrado sus objetivos y tiende a aislar más a EEUU; la isla fue elegida como miembro de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, siendo el país más votado de América Latina, y por trigésima ocasión los países miembros de la ONU, casi de manera unánime votaron contra el bloqueo.

La política de EEUU contra Cuba, limita los derechos de los propios ciudadanos y empresarios estadounidenses, que están perdiendo oportunidades de negocio en medio de una crisis económica global.

Si la política exterior de EEUU hacia América Latina y el Caribe no cambia, recogerá los mismos frutos que hoy cosecha Francia, con su política hacia los países de África, quienes han recibido un mejor tratamiento por parte de China, y Rusia, con quienes perciben relaciones políticas y económicas más viables.

A tres años de su elección como presidente, Biden ha sido errático en desarrollar una agenda propia hacia América Latina y el Caribe. Se equivocó al calcular que mantener el enfoque republicano hacia la región, contribuiría a que afiliados de esa denominación política voten por los demócratas en las próximas elecciones. América Latina se aleja cada vez más de EEUU, y el Estado de Florida, en un tiempo estado cambiante, hoy es un bastión republicano.

¿Cambio de la Administración Biden respecto a Cuba?

Germán Gorraiz López – Analista político

El anacrónico Bloqueo de Estados Unidos contra Cuba instaurado por Kennedy en 1.962 aunado con la irrupción de la pandemia del coronavirus habría abocado al pueblo cubano a una asfixia económica sin precedentes desde la crisis vivida en el llamado “período especial” de inicios de los 90.

Cuba y la Guerra Fría 2.0

Los cambios propuestos por la Administración Trump tenían la intención de aumentar las regulaciones y la supervisión para dificultar a las empresas estadounidenses rubricar acuerdos con Cuba y que los ciudadanos estadounidenses continúen viajando al país. Estas decisiones fueron fruto de la extenuante presión de los destacados representantes cubanoamericanos Marco Rubio y Mario Díaz-Balart, ambos republicanos. Según un estudio realizado por Engage Cuba, la nueva política “le costaría 6.600 millones de dólares a la economía estadounidense y afectaría 12.295 empleos durante el primer mandato de Trump”. Por su parte, el exvicepresidente Mike Pence anunció la implementación de nuevas medidas contra dos compañías que transportan crudo venezolano hasta Cuba así como contra los 34 buques que utiliza PDVSA para tal cometido, con el objetivo confeso de provocar la “asfixia energética de Cuba” mediante la amputación del cordón umbilical que unen a Venezuela y Cuba, siguiendo la teoría kentiana del “palo y la zanahoria”, expuesta por Sherman Kent en su libro “Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana” (1949) y como traca de despedida, Trump volvió a incluir a Cuba en la lista de “Estados Patrocinadores del Terrorismo” hasta completar la cifra récord de 243 sanciones contra la Isla.

El objetivo confeso de EEUU era que la Isla se viera abocada a una asfixia de resultados imprevisibles tras el hundimiento del turismo provocado por la irrupción en la Isla de la pandemia del coronavirus. Así, en el paroxismo de la insolidaridad, EEUU bloqueó las compras y entregas de mascarillas, jeringas, ventiladores pulmonares y demás insumos sanitarios básicos para el tratamiento de pacientes con Covid-19, pues el objetivo último de EEUU sería conseguir el desabastecimiento total de petróleo, alimentos e insumos sanitarios vitales para hacer tambalear el actual status quo de la Isla.

Cambio geopolítico de la Administración Biden

A pesar de las esperanzadoras declaraciones de Joe Biden sobre su intención de reconducir las relaciones con Cuba, en una entrevista concedida a la CNN, el asesor de Joe Biden para América Latina, el colombiano Juan González , descartó un nuevo deshielo con Cuba y aseguró que “Joe Biden no es Barck Obama en la política hacia la Isla” al tiempo que añadió que “el momento político ha cambiado de forma importante”. Dichas afirmaciones se habrían visto corroboradas con el apoyo expreso de Biden a las recientes asonadas populares que serían la punta del iceberg de la nueva Revolución de Colores impulsada por la CIA al declarar que “nos unimos al pueblo cubano y a su clamoroso llamado por la libertad”, asonadas que terminaron diluyéndose en la nada.

La decisión de Biden de continuar con el endemismo del Bloqueo e imponer nuevas sanciones a destacados dirigentes cubanos podría generar un vacío de resultados imprevisibles en plena Guerra Fría 2.0 entre EEUU y Rusia que podría terminar por dibujar una nueva cartografía geopolítica en el Caribe y el conflicto en Ucrania habría sido el detonante del cambio de la percepción geopolítica de la Administración Biden para descartar una posible reedición de la Crisis de los misiles en Cuba y podríamos estar en la antesala de un nuevo período histórico en el que el papel geopolítico de la Isla se vería reforzada.

Así, asistimos al inicio de una época de deshielo en las relaciones Cuba-EEUU que aunque no alteran la cruda realidad de un embargo anacrónico, significan la flexibilización de ciertas medidas implementadas por la Administración Trump, como la reanudación de vuelos comerciales a varias ciudades cubana, la suspensión del límite de 1.000 dólares en el envío de remesas así como la ampliación de visas y el apoyo a un amplio acceso universal de Internet en la Isla, medidas calificadas pro el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano como “ un paso limitado en la dirección correcta” y se verán reforzadas por la pronta salida de Cuba de la Lista de “Estados Patrocinadores del Terrorismo” que impedían al Gobierno cubano acceder a ayudas económicas de organismo internacionales como el Fondo Monetario Internacional.

Con las alas rotas

Rafael A. Ugalde Quirós.*

Síntesis: La insaciable Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) instrumentalizó a su favor las Naciones Unidas, durante el surgimiento de los grandes conflictos bélicos en el mundo, desde finales del siglo pasado cuando la fuerza bruta de los militares desplazó el derecho internacional.

Ya a las 18 horas locales del fatídico 24 de marzo los trabajadores regresan a sus casas con la jornada laboral cumplida. No faltaron curiosos que desde las ventanas de los ómnibuses divisaran las orillas de las vías cundidas de “robles austriacos” reventando florecillas moradas y rosadas en primavera, invitada fija de la capital yugoslava desde tiempos inmemoriales. Y es que esa tarde- noche el teatro de Belgrado vestía de lujo, precisamente, para celebrar la llegada de los días primaverales, cuatro días atrás. Las butacas ya tenían dueño para la Opera, pues los boletos estaban vendidos una semana antes, mientras en el interior del bello inmueble de gruesa columnas sonaba tristón un violín y un nostálgico saxofón, como presintiendo algo fatal en pleno desarrollo, al mismo tiempo la señal era inequívoca esa noche: la batuta descartaba error alguno, por pequeño que fuese. Por eso hubo tiempo suficiente para que el director del coliseo ordenara arreglos especiales en la entrada del edificio con filas de lirios blancos, al lado derecho, y a la izquierda, con ramos de cerezos frescos. No hubo sitio del teatro sin perfumarse.

Pero los belgradeses, orgullosos siempre de su histórica ciudad, embriagados además porque atrás dejaban el crudo frío yugoslavo, nunca imaginaron que solo dos horas luego sus vidas cambiarían para siempre, como pareciera presagiaron con su Do Sostenido lanzado al aire por el tristón violín y el Fa de pecho gritado desesperadamente por el nostálgico saxofón “Made in USA”. El mundo quedaría entonces horrorizado, boquiabierto y de cabeza hacia abajo. Efectivamente, al ser las 20 horas en punto del 24 de marzo de 1999 la Organización del Atlántico Norte (OTAN) rompió las alas de las Naciones Unidas (ONU) – quién sabe por cuántos años más-, lanzando a diestra y siniestra y ningún acuerdo jurídico bombas de quinientas libras sobre Yugoslavia. Paradójicamente, llenó también de tanques las calles de Belgrado y de aviones de combate el despejado cielo yugoslavo, a nombre de la paz, según su comunicado oficial, y para resolver el viejo “problema albanés”. Ya las naciones ex soviéticas de Polonia, República Checa y Hungría habían ingresado a la OTAN, abriendo así el camino para que esta alianza militar se extendiera sin control alguno sobre Europa del Este, desafiando a “Raimundo y a todo el mundo” y llenando de bases militares los países vecinos del Mar Báltico. De esta manera, Europa Occidental y su brazo armado desempolvarían la vieja tesis de principio del siglo pasado, en torno a que, si dejan avanzar a Rusia por la llamada Eurasia, los días para el oeste están contados como imperio. Este término de Eurasia fue acuñado por el economista británico a principio de 1904, Halford John Mackinder, (“Britain and british seas”) quien tiene aún hoy numerosos seguidores – especialmente en Alemania y Gran Bretaña -sobre sus sentencias geopolíticas de “quien domina Asia Central y domine Eurasia será dueño del mundo”. Allí están las grandes extensiones de tierras fértiles, enormes reservorios de agua, gas natural y petróleo, asimismo depósitos de carbón, oro, hierro y enormes cantidades de bosques vírgenes etc.

Así fue como – este 24 de marzo de 2022 se cumplieron 23 años de la invasión a la antigua Yugoslavia- la OTAN inició la desintegración territorial de una supuesta nación soberana, borrándose de paso y de un plumazo los postulados de todo el derecho internacional público, las reglas humanitarias sobre la guerra; frente a la negligencia de la ONU, el visto bueno de Europa y la suplantación, hasta hoy, del dialogo por el rugir de los cañones y el aullido de los aviones cazas.

Se cree que durante 78 días de invasión mataron entre 1.200 y 5.000 personas, se lanzaron más de 9.000 toneladas de bombas, de las cuales entre 15 y 45 de ellas contenían uranio empobrecido, por primera vez en un acontecimiento bélico. La “civilizada” Europa Occidental dando lecciones, siempre, sobre “actos civilatorios”.

Efectos del bombardeo de la OTAN sobre el Ministerio de Defensa en Belgrado foto WIKIPEDIA

GUERRA OTAN EN UCRANIA

Seis mil sanciones comerciales y financieras a Rusia y la entrega masiva a Ucrania de misiles de toda clase, envíos de innumerables tanques recogidos de la era soviética, moderna municiones, cohetes contra blindados, aviones no tripulados (drones de fabricación turca) y cientos de “soldados de fortuna”( “mercenarios”, para unos, y “voluntarios” para otros), por parte de países miembros de la OTAN, evidencian que la presencia rusa en Ucrania escaló hacia un conflicto entre rusos y la Alianza Atlántica, encabezada por Estados Unidos, de pronósticos bastantes reservados. Por eso, el presidente estadounidense, Joe Biden, acaba de girar $800 millones a Ucrania (anteriormente había girado $ 350 millones), más otros envíos de tecnología militar de punta, para enfrentar, dijo en conferencia de prensa, las tropas del “carnicero Putin”. El masivo armamento procedente de la OTAN para su protegido ucraniano, el presidente Volodimir Zelenski – un afamado actor de teatro quien no mueve un dedo sin permiso de la Casa Blanca – ingresa por la fronteriza Polonia en convoyes nocturnos; nación esa que, junto a Rumania, tienen la asignación de abastecer de armas a las brigadas de valientes “nacionalistas”, según la matriz mediática vendida desde Londres, París, Madrid y Washington. A la vez dan refugio a más de tres millones de ucranianos con la clara intención de prolongar cuánto se pueda el conflicto bélico y buscar luego una “crisis humanitaria” que permita la intervención del bloque Oeste; con el visto bueno de una ONU que ni en Yugoslavia, Irak o Yemen, etc., “picó leña, ni prestó el hacha”. Estos refugiados tienen a su favor para ser “bienvenidos” por los gobiernos polaco y rumano ser “personas blancas y ojos azules”, como apuntó recientemente un telenoticiero español. Este “importante” detalle reseñado por la prensa española, en torno a la piel y los ojos de los refugiados ucranianos, va dirigido a contrastar como los europeos y estadounidenses perciben a otros emigrantes procedentes de Afganistán, Irak, Libia, Siria, República Árabe Saharaui y naciones latinoamericanas como Haití, Honduras, Guatemala, entre otros, todos ellos de piel oscura y destartalada por la miseria. Para proteger la gente de “piel blanca” y “ojos azules” piden la intervención de la Corte Penal Internacional y cuánta organización de derechos humanos existe, pero el doble rasero del fascismo que vivimos no solicitó ese tribunal para los crímenes de lesa humanidad cuando se encierra en jaulas a los niños migrantes en la frontera de Estados Unidos ni para castigar los asesinatos masivos de civiles en Afganistán, Irak o Libia. La gente de piel oscura de esos países es de “raza inferior” por no ser “arios”.

La negativa de la OTAN a comprometerse a detener su acelerada ampliación al este de Europa, en las propias barbas de Rusia, así como la renuncia expresa de Ucrania a pertenecer a esa Alianza, ni atacar más la cultura y la ciudadanía de ascendencia rusa en el Dombas (este ucraniano con un área estimada en 600 mil kilómetros), mantiene un pulso en torno a sí el mundo se dirige a un gobierno planetario único, o por el contrario, el multilateralismo se impondrá.

Pie de foto.Putin: OTAN se pasó de la línea roja.

Dependiendo cómo concluya la crisis por la presencia no tan indirecta de la OTAN en Ucrania (sus soldados no están presentes físicamente, pero la presencia de la alianza es ineludible en cuanto a tecnología militar), estaremos frente a novedades pocas veces vistas en el planeta. Por un lado, la humanidad sabrá sí el neofascismo y el nazismo de nuevo cuño, disfrazados de falsos “nacionalistas” (este término no me pertenece, lo utilizó la CNN para referirse a los “ejemplares” luchadores del “batallón Azov” ucraniano, considerado nazista), son erradicados definitivamente del orbe como sustento ideológico del neoliberalismo, traducido a capitalismo salvaje y depredador de pueblos enteros. Por otra parte, veremos si la llamada Europa Occidental logra librarse en algún momento de la tutela de Washington en el campo político, financiero, militar y energético. Estados Unidos son los verdaderos ganadores hasta ahora en la llamada “crisis ucraniana”, pues puso de rodillas diplomáticamente a la Unión Europea, pasó a controlar el consumo de hidrocarburos en el viejo continente sin disparar un tiro y ha inundado de armas el mundo. Por el momento Biden redondea además su otro gran negocio. Saca del ojo de la tormenta a su hijo Hunter, implicado en recibir ilegalmente comisiones millonarias en China como “asesor” de negocios, así como presunto encargado de más de 30 laboratorios clandestinos en Ucrania para usar virus y aves migratorias en la dispersión de enfermedades y plagas, con fines militares. Según informaciones periodísticas, Estados Unidos hizo de Ucrania el mayor centro de pruebas para la guerra bacteriológica, en violación de la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas (CABT), sostuvo el microbiólogo Ígor Nikulin, exmiembro de la Comisión de la ONU para las armas biológicas y químicas (ELPAIS.cr 12/3/2022). El diario digital costarricense consignó, además, citando a dicho científico, que desde 2014 en ese país se registraron brotes de varias enfermedades e incluso epidemias locales.
«Surgieron la peste neumónica, el ántrax y enfermedades exóticas como la fiebre Q (…) Estamos ante una violación a gran escala de la Convención para la Prohibición de las Armas Bacteriológicas y las Toxínicas por parte de Estados Unidos y Ucrania. Esos países desarrollaron, produjeron y almacenaron nuevos tipos de armas, infringiendo los tres pilares de la convención», informó el periódico tico.

Otras novedades en el horizonte son la segura crisis alimentaria a mediano plazo en las naciones satélites y los problemas por los altos precios de la energía, así como el debilitamiento del dólar estadounidense en importantes metrópolis, como moneda de pago internacional, frente a monedas locales como el rublo ruso, la rupia de la India y el yuan chino. Ucrania es uno de los grandes productores agrícolas (trigo y maíz) y de fertilizantes del este de Europa; además coloca en el mundo grandes cantidades de aluminio, acero, níquel, paladio, cobre y platino; mientras Rusia abastece con un 9,8% de trigo el mercado del planeta y aporta el 40% de gas para los hogares de Europa Comunitaria, con un 40% más barato que el importado desde Estados Unidos. (Diario “El Economista” 31/01/2022).

El presidente Biden y su polémico hijo Hunter, implicado en laboratorios clandestinos en Ucrania.

De esta manera, este nacimiento de un nuevo sistema de monedas pareciera encaminado a obtener a mediano plazo «activos tangibles», capaces de golpear la “guerra hibrida” del capitalismo rapaz, con sus significativos embargos económicos, como el padecido por Cuba desde hace 60 años, así como el robo y confiscación de oro, dólares o euros de las naciones “desobedientes”, depositados en bancos de Occidente. El caso de Cuba merece mención especial por el cinismo que ofrecen sus adversarios. Seis décadas con la soga al cuello en cuanto no tiene derecho de comerciar libremente, ni a obtener dólares honestamente, ni medicinas ni tecnología; pero cuando alguien queda ciego por faltas de gotas oftálmicas o muere por falta de un medicamento, entonces eso es por culpa “del régimen”.

El uso del dólar y el euro con fines guerreristas, como el desplegado contra Rusia, Irán o Venezuela (y de sumisión total de la humanidad a las familias dueñas de la Reserva Federal de Estados Unidos y el banco europeo, gracias al control ejercido por el llamado “monstruo sionista”), pareciera sufrió un serio revés con la guerra en Ucrania, aunque mucho dependerá del papel que asuma China en los próximos meses. Este nuevo orden financiero llevaría a monedas como el yuan, el rublo, el peso cubano, la rupia o el bolívar venezolano, etc. y etc., a respaldarse en “reservas reales” conforme a su producción de comida, petróleo, oro, gas, plata, tierra, agua, flora, fauna etc. Todos estos recursos serían avales que garantizarían independencia y soberanía en el nuevo orden económico mundial dejados por Ucrania y Rusia. Por el momento, cada vez más, las naciones del Movimiento de Países no Alineados y el poderoso grupo G 20 van configurando su propio «swift” (código de identificación de una transacción financiera internacional) para el comercio soberano entre algunos de ellos, siendo precisamente India, Rusia y China quienes encabezan esta iniciativa y desafían el dólar y el euro. En América Latina y el Caribe la configuración de nuevos gobiernos con otras concepciones sobre la independencia y la soberanía de los pueblos como el encabezado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con directa repercusión dentro de la CELAC, parecieran se fortalecerían tras el conflicto en Europa del Este. Hay convencimiento que el multilateralismo y la autodeterminación de los pueblos terminarán por imponerse, dejando atrás, quizá, los saqueos inmisericordes, millares de muertos inocentes y la desaparición de naciones enteras, en pleno Siglo XXI.

¡Esa noche no hubo opera en Belgrado!

 

*Es diplomado en Geopolítica y Petróleo; periodista, abogado y notario por la U.C.R. Especial para Surcos.

“No nos maten”

Rafael Ángel Ugalde Quirós*

Síntesis: La expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el Este de Europa precipitó la guerra entre Rusia y Ucrania, aunque el conflicto armado esconde el problema de fondo referente al crecimiento incontrolado del fascismo y el nacismo en Occidente, que rechaza un Nuevo Orden Mundial.

El 2 de mayo cuando iban a matarlos en los muros cercanos a la “Casa de los Sindicatos” el sol cae verticalmente con sus cálidos rayos sobre la cabeza de centenares de niños de las manos de sus padres, jóvenes, mujeres y adultos mayores, pidiendo los dejasen, por amor a dios, hablar y educarse conforme a su lengua materna y tradiciones. El bullicio de la gente espanta el tufo a muerte que vaga por las calles de la ciudad día y noche. Odessa, en el sur de Ucrania, como de costumbre, amanece impregnada de salitre traído en ráfagas desde el Mar Negro, mientras su temperatura oscila entre los 22 y 31 grados centígrados; haciendo de esta manifestación por “los que luchan” una fiesta popular, semejante a la convivencia mundial vivida por los trabajadores del mundo el primero de mayo, celebrado el día anterior. De pronto todo cambia. Una banda nazi de los “PravySekto irrumpe contra la multitud con armas de grueso calibre, mayoritariamente fusiles de asalto Ar 15 y Ak 47, obligando a las personas a correr despavoridos hacia la “Casa de los Sindicatos” para tratar de ponerse a salvo de la ira de los fascistas y nazis promovidos desde Kiev, capital de Ucrania. La diplomacia cada vez más se ve disminuida para la solución del ensayo político que se lleva a cabo en la nación de la antigua Unión Soviética. La expansión de la OTAN por el Este de Europa sume en violencia y exterminio las llamadas República Popular de Lugansk (RPL) y la República Popular de Donetsk (RPD) de descendencia rusa. Durante más de 30 años, Rusia pide al eje OTAN, Comunidad Europea y Estados Unidos detener su expansión hasta las mismas barbas del Kremlin. No sólo el eje mencionado rechaza las preocupaciones rusas en materia de seguridad, sino que los bombardeos contra la población de Donbass ( en el este de Ucrania) recrudecieron en los últimos meses por parte del ejército ucraniano, controlado por las milicias neonazis – fascistas y alimentado de moderno armamento proveniente desde Estados Unidos y otros países miembros de la OTAN. Solo el pasado fin de semana llegaron a Kiev 17.000 municiones antitanque “made in USA”, a fin de enfrentar la maquinaria rusa. El conflicto que vive hoy Ucrania, por tanto, viene encubándose desde hace ocho años, con la trascendencia de poner a la humanidad al borde de una guerra termonuclear. A los pueblos de Lugansk y Donetsk no solo se les mantiene sin agua, sin electricidad, sino además tienen prohibición expresa de comunicarse en ruso. Además, viven bajo constante asedio por parte de las bandas nazis desde que anunciaron su deseo de independencia. En 1991 cuando se desintegró la Unión Soviética Estados Unidos, la OTAN y la Comunidad Europea prometieron a los rusos “no avanzar ni un centímetro hacia el Este europeo”; sin embargo, 30 años después, pasaron de 12 países originalmente a 30 naciones en 2022. La mayoría de las naciones ex soviéticas no solo fueron incorporadas a la OTAN, sino que están llenas de bases militares rodeando a los rusos.

Los enfurecidos nazis (nacionalistas para CNN y otras cadenas de noticias) llegan ese 2 de mayo hasta la “Casa de los Sindicatos gritando consignas contra el referendo en Donetsk y Lugansk, realizado en 2014, aproximadamente una semana antes. De nada valieron, los llantos de los asustados niños, los gritos despavoridos de ¡no nos maten” de la mujeres sollozando. ¡La suerte está echada! La masacre deja 7 mujeres y 41 varones muertos a tiros, 214 heridos, 172 detenidos y la casa sindical incendiada. La televisión mundial exhibe poco después cadáveres tirados por todos lados como sí se tratase de la Gestapo de Hitler. Como se recuerda, Occidente propició el golpe de Estado contra el presidente Víktor Yanukóvich, en 2014, mediante una de esas “Revoluciones de colores” inventadas por los servicios secretos de Gran Bretaña y Estados Unidos para deponer gobernantes y reconocer otros, tal como ha vivido América Latina con el ejemplo del venezolano Juan Guaidó, que si bien no controla ni siquiera la cuadra en que vive, es el “ presidente encargado” de Estados Unidos para asuntos de Venezuela. Desde entonces arde el Este y el Sur ucraniano. Cuentan que la guerra deja ya 14 mil seres retirados para siempre de este “mundanal ruido” y las urbes citadas retornan a la época medieval de recurrir a los “serenos” y las campanas de las iglesias para alertar la ciudad cuando las bandas de “nacionalistas” vienen a “pedir cuenta” a los pro rusos. Metafóricamente se dice que los bombardeos ordenados por Kiev son tan prolongados que los gatos traídos desde Rusia a estas ciudades ya no chillan en los tejados, porque perecieron por las bombas; y todos los perros mascotas viven debajo de la cama de sus amos. Los pajarillos, otras horas dueños de los parques, no cantan ni cortejan a sus novias, ni revolotean de rama en rama. Es la crueldad de la guerra durante los últimos ocho años.

VIENEN LOS RUSOS

“Vamos a convertirlo en paria”, dijo esa tarde Joe Biden, comandante supremo del mayor ejercito del mundo, así como jefe “sombreado” de la OTAN, al decretar una cascada de sanciones contra Rusia por la llamada “operación especial” desplegada en Ucrania desde el pasado 24 de febrero. Las medidas contra los rusos son variadas y van desde el bloqueo bancario mundial, pasando por la suspensión de la compra de petróleo y carbón.

Los biógrafos de Biden sostienen que él es “hombre de paz y leyes”. Nunca asistió a un conflicto bélico más allá de aplaudir la invasión a Libia (2011) y saltar de gozo por el ahorcamiento de Sadam Hussein (2006), siendo de justicia entonces, pasar a la historia por crear su propio Vietnam, en el Este de Europa, en pleno siglo XXI. Quizá, entonces, desde OTAN, un “coronel” tenga quien le escriba a Biden sobre el alza del precio del barril de petróleo, el hambre que causará en el mundo dichas sanciones, el hallazgo de laboratorios clandestinos para la guerra bacteriológica y las dificultades de Alemania para prescindir de los hidrocarburos rusos. Diplomáticos chinos acreditados ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) acaban de exigir explicaciones a Estados Unidos acerca de los 300 laboratorios clandestinos alrededor del mundo – en Ucrania habían 10- usando patógenos como Antra, Ebola, la Peste Bubónica y el Cólera, entre otros, a fin de experimentar con humanos.

(Foto Reuter. Fascistas ucranianos prenden fuego a la Casa de los Sindicatos).

Tirando a un lado el derechista diario de la mañana, el viejo Enrique Calero, curtido dirigente sindical de la década de los ochenta, exclama: “Es el peor pasquín del mundo. Da como cierto el bombardeo de un hospital materno infantil en Ucrania y no dice a sus lectores que, desde febrero, los nazistas sacaron el personal médico hacia otro lado”. Frente de su casa del Barrio de “El Carmen” de Puntarenas la chiquillada juega al fútbol en la plaza de Los Caites; Calero mete el dedo gordo del pie derecho en la roída Kan Lung y, levantándose, de improviso de su poltrona con respaldar de cuerina roja, sostiene que “el capitalismo salvaje” trata de “jugársela” con una Tercera Guerra Mundial. “El viejo imperialismo europeo y norteamericano no quieren resignarse a que en el mundo hay otros actores capitalistas que les disputa la hegemonía. Por eso echaron andar la Tercera Guerra Mundial, reduciéndola, de momento, a sanciones”.

Tras las sanciones decretadas por Biden y los europeos Rusia batió el récord de haberle impuesto 5.500 restricciones, mientras el segundo lugar lo ocupa Irán. El exdirigente sindical de los muelleros sostiene que las sanciones comerciales a Rusia suponen un ensayo de esta Tercera Guerra Mundial, “que ojalá no llegue a la etapa nuclear, porque nos jodemos todos”. Mientras me invita al interior de su vieja casa de madera a “tomarnos el cafecito negro de rigor”, apenas para que lo oyera, balbucea diciéndome que, los rusos superarán las sanciones impuestas por Estados Unidos, Europa y los miembros de la OTAN “Putin tiene ocho años de prepararse para este momento”. Se refiere a los $ 600 mil millones en reservas dentro del Banco Central ruso, a fin de blindar la economía doméstica y el intercambio comercial con otras naciones también sancionadas. “Biden es el principal ganador de esta crisis por Ucrania porque reactiva su industria militar e intenta levantar su alicaída popularidad en su primer año de gestión”, dice en tanto me hace una señal para que me siente en una de las seis sillas que hay alrededor de la larga de mesa en madera de Pochote.

– ¡Marina, llama a su esposa, “tráele un cafecito! Este porteño trabajó conmigo en el Muelle Grande, antes que el gobierno se lo diera a los colombianos. ¡Qué tiempos más lindos eran esos! ¿Te acuerdas del Negro Grijalba?”, agrega.

– Salíamos apenas de la dolorosa guerra en Vietnam, repliqué.

– Fue una guerra bestial donde no solo se probaron nuevas maneras de matar pueblos enteros, sino también camuflar a nombre de la ciencia las epidemias inventadas en los laboratorios. Desde entonces la “Gran Farma” está presente en los acontecimientos bélicos, sentencia.

Y efectivamente así es. La invasión estadounidense en el sudeste asiático fue brutal. Se experimentó con el “agente” naranja como quemador de todo. Contaminaron ríos con nuevos productos tóxicos. Cada ocho minutos lanzaban una bomba. Los aviones de Estados Unidos realizaron más de 580.344 misiones de bombardeo y lanzaron 260 millones de bombas. La mayor parte eran bombas racimo prohibidas, como siempre, por el Derecho Internacional, Durante tres años se gastaron más de $190 millones para retirar explosivos, que aún quedan.

Esto explica que durante esta guerra la frase más escuchada, por lingüistas de todo el orbe, fue “no nos maten”, cada que vez que aparecía un soldado estadounidense o del Vietcong.

El general survietnamita Nguyen Ngoc Loan ejecuta en plena calle a un guerrillero del Vietcong, en Saigón, el 1 de febrero de 1968./ AP/Eddie Adams.

Calero caminó unos pasos hacia el trinchante que está en el comedor de la casa, escarbó unos segundos sus viejos cuadernos y ya de regreso a la mesa, exclamó entre enojado y sarcástico: “ya nadie habla de las invasiones a Vietnam, Guatemala, Cuba o Panamá”:

INVASIONES ESTADOUNIDENSE EN EL MUNDO A PARTIR DE 1900.

México (1914-1917)

Haití (1915)

República Dominicana (1916)

Nicaragua (1926).

Corea y China (1950).

Guatemala (1954).

Argentina (1955).

Indonesia (1958).

Cuba (1959-1961).

Panamá (1964).

República Dominicana (1965).

Guatemala (1967-1969).

Congo (1964).

Laos (1964-73).

Vietnam (1961-1973).

Camboya (1969-1970).

Guatemala (1967-1969).

Granada (1983).

Líbano (1983 y 1984).

Libia (1986).

El Salvador (1980).

Nicaragua (1980).

Irán (1987).

Panamá (1989).

Irak (1991 guerra del Golfo Pérsico).

Kuwait (1991).

Somalia (1993-1994).

Bosnia (1994-1995).

Sudan (1998).

Afganistán (1998).

Yugoslavia (1999).

Afganistán (2001-2021).

Filipinas( 2002).

Yemen (2020).

Irak (1991- 2003).Irak (2003-2015 Alianza OTAN).

Afganistán (2001-2015).

Pakistán 2007-2015).

Somalia (2007-2008 y 2011).

Yemen (2009 y 2011).

(Libia (2011 y 2015).

Siria (2014, 2018).

**Lista realizada bajo responsabilidad del autor. Estados Unidos ha realizado 59 intervenciones militares alrededor del orbe desde 1775. Este cuadro hace referencia a partir de 1900, no incluyéndose, por tanto, la anexión de los territorios de México entre 1846 y1848.

Sin que nos viera el Ministerio de Salud nos fundimos en un abrazo de despedida sin mascarilla ni lavado de manos. De regreso a casa, mientras esperaba el bus que me traería a la capital, en el televisor ubicado en el restaurante del chino, la noticia internacional era que “Europa prohibió a los veterinarios dar asistencia a los gatos traídos desde Rusia por refugiados de Ucrania.”

  • Periodista, abogado y notario por la U.C.R.

En los preludios de la tercera guerra mundial ¿sí o no?

“Una vez más, los medios de comunicación –incluyendo las redes sociales- actuaron de forma alevosa para generar un conflicto que sólo puede beneficiar a los vendedores de armas, las petroleras trasnacionales, que son los que han atizado el conflicto. La verdad es la primera víctima de la guerra, decía el griego Esquilo hace más de 2.500 años. Hoy sabemos que la mentira es un arma de guerra.” Aram Aharonian La Mentira, principal arma de guerra en Ucrania – Rebelión 28/02/22.

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

Estamos ante una inmensa tragedia que pudo ser evitada por la vía de la negociación diplomática y el compromiso de no agresión entre las superpotencias, sin sacrificar al peón ucraniano cuyos líderes se prestaron al juego de las potencias occidentales, lo que se ha hecho cada vez más evidente con el paso de las horas abriéndole las puertas a un conflicto que podría ser prolongado y podría asumir proporciones incalculables en todos los órdenes de las convivencia pacífica entre las naciones.

Por otra parte, el triunfo de una Ucrania fascista nos pondría al borde la Tercera Guerra Mundial como un resultado del escalamiento ad infinitum de un conflicto bélico, eso es algo que Rusia no permitirá jamás. Hoy más que nunca urge una solución pacífica entre las partes involucradas, de manera directa, para ello es preciso que se sienten a negociar para garantizar la convivencia pacífica de dos pueblos eslavos que tienen una larga historia en común, dejando de lado la agresiva expansión de la OTAN hacia el este europeo, la que ha venido rompiendo peligrosamente los equilibrios de poder entre las dos superpotencias más importantes del planeta.

Un siglo atrás, los líderes revolucionarios bolcheviques Vladimir Lenin y León Trotsky, ruso el primero y ucraniano el segundo, se pronunciaron a favor de la autodeterminación de los diversos pueblos que hasta la revolución de 1917 conformaban el gran imperio zarista, por lo que se puede afirmar que ellos fueron los fundadores de la Ucrania moderna. Por desgracia el proyecto de Lenin para fundar la Unión Soviética en 1922 fue derrotado por el de Stalin, quien aprovechando la enfermedad de Lenin terminó por imponer el suyo, más centralista y autoritario, según el historiador Moshe Lewin en su obra EL SIGLO SOVIÉTICO.

Para Lewin los dos programas se oponen frontalmente en 1922-1923, a propósito del debate sobre la conformación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), un combate que termina con la enfermedad y la muerte de Lenin, en enero de 1924.

Puede decirse que había nacido el estalinismo, propiamente tal a partir de la definición del nuevo régimen, en los términos del chauvinismo gran ruso y el control centralizado del poder, mientras que el poder de las nuevas repúblicas soviéticas quedará reducido a una condición puramente nominal, lo que se contrapone a la propuesta original de Lenin y otros bolcheviques como Trotsky y Zinoviev, aún y cuando este último se coaligará contra el primero de ellos a la muerte de Vladimir Lenin. Como bien se dice, ya eso es historia pasada, pero una que sería una gran torpeza ignorar.

Volviendo a la grave encrucijada histórica en que nos encontramos, lo cierto es que los Estados Unidos y los países de la OTAN le han declarado la guerra a la Rusia postsoviética, llevándola a reaccionar militarmente en Ucrania: estamos ya en la antesala de la Tercera guerra mundial, dada la manifiesta intencionalidad de esas potencias de someter a Rusia a su dominio, so pena de destrucción de toda la estructura del comercio internacional que nos va a afectar a todos, al sacarla del sistema SWIFT que sirve para agilizar los pagos en el intercambio entre estados de bienes y servicios. Ha comenzado el bloqueo del gigante euroasiático con el cierre aéreo, al negársele el acceso al espacio aéreo europeo y al marítimo de sus buques a los puertos de los países de la Unión Europea.

Además, el envío de armas al régimen de Kiev, anunciado en horas de la tarde del domingo 27 de febrero nos pone al borde del abismo. Lo peor de toda esta pesadilla, es que mucha gente no percibe la gravedad de la situación, pues desde la crisis de los cohetes soviéticos en Cuba y el bloqueo naval estadounidense, en octubre de 1962, nunca hemos estado tan cerca de una hecatombe nuclear, la que aconteció cuando la gran mayoría de la población actual no había nacido.

Es aquí donde la realpolitik y la geopolítica con sus vastos alcances nos plantean otras vías o formas de análisis de las ominosas consecuencias que nos traerá este escalamiento bélico, con el inicio de las operaciones efectivas de combate iniciadas por las fuerzas militares rusas, a partir de la madrugada o la noche del jueves 24 de febrero, destinadas a proteger a las repúblicas populares de Donietsk y Lugansk, pero que ya venía manifestándose como una guerra de cuarta generación caracterizada por una violenta inaudita contra esas poblaciones rusófonas del Dombass y de todo el este de ese país, sobre todo a partir de los violentos acontecimientos del año 2014, con la llamada rebelión de Maidan (octubre 2013-febrero 2014) cuando los Estados Unidos promovieron el desplazamiento del presidente electo de Ucrania, Víktor Yanukóvich, quien era proclive a un entendimiento con la Federación Rusa, y al logro de una salida política democrática a la crisis de entonces, la que si bien estaba planteada entre los mismos ucranianos se distorsionó por la interferencia de las agencias de inteligencia de los Estados Unidos, como un hecho que resultó fatal para todos ellos.

Después de ocho años de una guerra de cuarta generación ¿estará dispuesto el establishment estadounidense a llevarnos a la Tercera Guerra Mundial, con sus temibles efectos, para salvar al senil presidente Joe Biden que busca garantizar así su reelección? De ser así, estaríamos metiéndonos en un callejón sin salida y el precio a pagar sería demasiado alto y casi sin remisión posible, todo en procura de alcanzar un objetivo tan banal, en medio de la corrupción reinante entre los centros de poder de la Casa Blanca estadounidense, conformados por unas gentes que nos quieren sacrificar en el altar de sus turbios negocios.

Estamos avisados de los alcances de lo que se nos viene encima a todos, mientras tanto el aparato mediático occidental continúa su labor destructora y disociadora, confundiendo a toda clase de gentes que no logran que establecer ¿qué está en juego en este conflicto bélico, y sobre todo en su peligroso escalamiento?, pues si bien es hasta ahora, en los últimos días de este mes de febrero de 2022, cuando que ha entrado en su fase bélica en estricto sentido, con todas sus dolorosas consecuencias, tal y como hemos venido indicando, este escalamiento del conflicto no deja de ser el resultado de una prolongada campaña mediática de hostigamiento y satanización hacia la parte rusa, lo que aún si no asumiéramos posición en favor de alguna de las partes enfrentadas, deja de ser un hecho evidente en sí mismo.