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Etiqueta: Liberación Nacional

Cantón de Desamparados pierde más de 36 millones para proyectos de desarrollo en sus distritos

El pasado martes 24 de septiembre de 2024, se llevó a cabo una sesión ordinaria del Consejo Municipal del cantón de Desamparados. Durante la misma fue presentada una moción destinada a generar importantes beneficios para diversos proyectos del cantón, abarcando desde infraestructura hasta programas sociales, todos con el objetivo de mejorar y fortalecer la comunidad.

La moción presentada tenía como objetivo la ejecución de la distribución de partidas específicas para el año 2025 de la municipalidad, la cual recibiría un monto aproximado de 36.307.086 colones (treinta y seis millones trescientos siete mil ochenta y seis colones) por parte del gobierno central. Dicho monto sería distribuido entre los distritos de la siguiente manera: San Miguel 5.570.610 colones, Desamparados 4.416.692, San Juan de Dios 3.094.317, San Rafael Arriba 3.517.526, San Antonio 1.514.213, Frailes 1.462.909, Patarrá 2.331.178, San Cristóbal 1.584.786, Rosario 1.436.689, Damas 2.109.424, San Rafael Abajo 3.167.062, Gravillas 2.279.997 y Los Guidos 3.821.678 colones.

En la misma proposición se recordó a los miembros del consejo municipal, las regidurías y los síndicos, que para dicha distribución sólo debían actuar conforme a lo estipulado en la Ley 7755 y el Decreto Ejecutivo 27814-H-MP-PLAN, los cuales exigen una distribución adecuada y eficiente de los fondos. Por ello, se otorgaría un plazo hasta el 6 de octubre para que cada representante de distrito presente el desglose de los proyectos, especificando el propósito y el monto destinado, con el fin de garantizar la mayor transparencia posible.

Una vez presentados estos lineamientos, se llevó a cabo la votación. Sin embargo, los partidos Liberación Nacional y Liberal Progresista decidieron no respaldar la moción, lo que resultó en su rechazo y la eliminación del tema, fue así como esta decisión provocó que el cantón perdiera los fondos asignados. Una situación realmente lamentable, ya que la ausencia de votos de estas regidurías fue determinante, porque requerían ocho votos para alcanzar la mayoría, y sólo faltó uno, dado que el grupo de las siete regidurías restantes apoyó la moción. Esta acción fue lo que llevó a la pérdida de lo que podría haber sido un avance significativo para los habitantes de Desamparados.

Unos minutos después de este acontecimiento y para finalizar, las siete regidurías que sí apoyaban la propuesta realizaron un llamado a la comunidad a través de un video, instando a los ciudadanos a criticar y analizar esta situación, y muchas otras situaciones de desinterés que se reflejan en las sesiones que se vienen dando. Se reconoce que es la primera vez en mucho tiempo que la municipalidad se esfuerza por hacer un buen trabajo, y que estos esfuerzos se reflejan en proyectos concretos, sin embargo, los miembros del consejo que tienden a ser los más apreciados por la comunidad están obstaculizando este progreso, y se les recrimina que solo tenían que «levantar la mano» para comenzar a trabajar en esos 36 millones de colones, fondos que provenían directamente del gobierno de la República y que no representarían un gasto en los recursos que la municipalidad ya estaba administrando.

Le invitamos a escuchar de parte de las distintas representaciones partidarias presentes en el Concejo Municipal de Desamparados la explicación:

Ni tan demócratas ni tan hermaniticos

De Rogelio Cedeño Castro
Sociólogo y escritor costarricense

“Si no puedo ver por mí mismo la liberación de este pueblo, la veré a través de mis ideas” Juan Bosch.

Uno de los episodios más vergonzosos (en el supuesto caso de que la moral tenga algo que ver con los juegos de la política) de la historia política latinoamericana, durante la segunda mitad del siglo pasado, fue la traición y el abandono de que fueron objeto el profesor Juan Bosch (1909-2001, un latinoamericano de grata memoria) y el Partido Revolucionario Dominicano, por parte de sus supuestos partidos “hermanos”: Liberación Nacional de Costa Rica y Acción Democrática de Venezuela, los que se encontraban en el poder cuando el presidente gringo Lyndon Johnson envió cuarenta y dos mil marinos para sofocar la revolución constitucionalista de abril de 1965, un episodio histórico que había estallado el día 24 de ese mes, con el propósito de restablecer la vigencia de la constitución dominicana de 1963 (una de las más avanzadas de que se tenga memoria en la región), y el regreso del único presidente democrático de verdad que conoció la República Dominicana en su historia, durante los meses comprendidos entre el 27 de febrero y el 25 de septiembre de 1963, fecha esta última cuando Juan Bosch fue derrocado por un golpe militar de factura trujillista, con el apoyo de la Embajada Estadounidense.

En este caso de los partidos hermanos de la llamada “izquierda democrática” latinoamericana del siglo pasado, cabe destacar el valiente gesto del directorio nacional de la Juventud Liberacionista, que dio a conocer un pronunciamiento en el que condenaba la intervención militar yanki en la República Dominicana, durante los primeros días del mes de mayo de 1965. No se si los jóvenes liberacionistas de entonces, a quienes conocí en esos años juveniles, se habrán vuelto a referir a este coyuntura tan singular que me impactó mucho en esa época, algunos como Manuel López Trigo, Gerardo Trejos Salas, Rafael Ángel Rojas y los hermanos Jorge y Ricardo Salazar Solís ya fallecieron sin dejar o publicar sus memorias políticas o testimoniales de esa época, a pesar de que Manuel López Trigo se desempeñó como diplomático en la República Dominicana, mientras que otros como Manuel Carballo Quintana, Óscar Soley Soler y Ángel Edmundo Solano que aún viven tampoco lo han hecho, a diferencia de ellos Rolando Araya Monge en su libro “Testigo de Excepción” y Armando Vargas Araya en “Costa Rica en Juan Bosch”, si han hecho referencias generales al tema dominicano y a la revolución constitucionalista de 1965, que aparece como un tema tangencial o una especie de “error político” de menor cuantía.

El hecho levantó censuras pudibundas en el gobierno, y hacia el interior del PLN, cuyo directorio político terminó sacando un ambiguo comunicado, cuando ya el presidente Francisco Orlich (1962-1966) estaba mandando veinte policías a la República Dominicana para apoyar a los invasores, aunque fue mucho peor el paraguas que le brindó la OEA, o ministerio de colonias de USA para América Latina, al envío de un importante número de efectivos militares latinoamericanos, bajo la denominación de “Fuerza interamericana de Paz”.

Fue entonces cuando Venezuela y Costa Rica, gobernadas por “partidos hermanos” del PRD dominicano, apuñalaron por la espalda a la revolución constitucionalista de 1965, votando en la OEA por el envío de esa fuerza, y mandando Costa Rica 20 policías a la República Dominicana, cuando no había transcurrido ni un mes desde que Francisco Orlich, el entonces presidente de Costa Rica, había manifestado su apoyo a los revolucionarios dominicanos (un hecho del que fui testigo directo, junto con Guillermo Villegas Hoffmeister y Adrián Vega Aguiar, en la vieja casa presidencial del Parque Nacional).

Acabo de ver en “you tube” el documental de la toma de posesión del profesor Juan Bosch, como presidente de la República Dominicana, el día 27 de febrero de 1963, en el que aparecen Rómulo Betancourt, Francisco Orlich y José Figueres Ferrer, este último un poco atrás. Tengo la impresión de que se ganaron un lugar en la galería de traidores y cómplices del imperialismo norteamericano, el verdadero enemigo de la democracia en esta parte del mundo, pues Washington siempre nos obligó a soportar dictadores criminales y gobernantes marionetas al servicio de sus intereses, además de asustar a los pueblos con el cuento de un “comunismo” que nunca fue, con la activa complicidad del Partido Liberación Nacional de Costa Rica (y otros similares en países vecinos) que nunca fueron capaces de desobedecer las órdenes de la Casa Blanca, a pesar de las protestas bajo cuerda de José Figueres Ferrer ante Lyndon Johnson por la invasión en sí misma, alegando que en la capital dominicana no había “comunismo” sino hambre (Rolando Araya Monge “Testigo de Excepción” Cultura Producciones San José Costa Rica 2014 p. 134) o más bien del presidente estadounidense procurando justificar lo injustificable, a través de figuras como el propio José Figueres Ferrer.

Uno de los grandes traidores y marionetas de entonces fue el venezolano José Antonio Mayobre, en su calidad de embajador de Venezuela en la tristemente célebre OEA, instrumento colonialista de ayer y de siempre, por su abierta complicidad con el imperialismo norteamericano, quien viajó por todos los países de la región tratando de aminorar o justificar incluso la invasión a un país soberano.

Ya es tiempo de honrar la memoria de los combatientes constitucionalistas dominicanos de 1965, entre ellos el coronel Tomás Rafael Fernández Domínguez, el coronel Francisco Caamaño Deñó presidente de la República Dominicana en armas, el coronel Juan María Lora Fernández, jefe del estado mayor del Ejército Constitucionalista, a Manolo Tavares, Juan Miguel Román y a toda la militancia y combatientes del Movimiento 14 de Junio, del Movimiento Popular Dominicano, del Partido Socialista Popular y del Partido Revolucionario Social Cristiano, como parte de aquella juventud dominicana cívica y militar de entonces, que derramó su sangre generosa por una patria siempre arrebatada por las garras imperiales. ¿Para cuándo tendremos verdaderas democracias en esta parte del mundo?, un dilema o un desafío que nunca se pudo resolver y que Juan Bosch dejó planteado en su obra LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA DE AMÉRICA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA, de 1966.

Al profesor Juan Bosch, a quien la oligarquía dominicana y el imperialismo estadounidense le permitieron gobernar solamente seis meses(entre febrero y septiembre de 1963, cuando fue derrocado con la complicidad del Pentágono y la Casa Blanca de los EEUU, a pesar de la hipócrita profesión de fe democrática, que pretendió vender John. F. Kennedy, razón por la que el profesor Bosch llegó a decir ante el inmenso drama de su patria, cuando sus adversarios los llamaban «comunistas», un espantajo de que siempre se valieron la derecha y las oligarquías de la región para hundirnos en la más abyecta miseria y degradante tiranía, (cuando les respondió a unos periodistas estadounidenses sus necias preguntas al respecto) que el problema no era el tal comunismo, sino el hecho de que la  democracia verdadera en América Latina nunca funcionó como tal (democracy is not a  really whitin us).

Los países como Costa Rica vendieron una imagen de una democracia impoluta y se prestaron para hablar de una «izquierda democrática» para contraponerla a la otra izquierda: la de los comunistas y socialistas de otros países (siempre dentro del problema de las otredades, como un tema recurrente, absurdo y lleno de ambigüedades y asimetrías de todo tipo), la que estuvo formada por partidos como el Partido Liberación Nacional PLN de Costa Rica, Acción Democrática de Venezuela, el APRA del Perú, el MNR de Bolivia y otros que con el paso del tiempo viraron hacia posiciones cada vez más conservadoras. Cuando llegó la hora de la verdad, en abril de 1965, le dieron la espalda al Partido Revolucionario Dominicano de Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez (ambos de grata memoria, y en ese momento de 1965, los líderes más representativos del PRD), con el concurso del presidente «liberacionista» Francisco Orlich (uno de los traidores que estuvo en la toma de posesión de Juan Bosch) quien, como habíamos indicado supra se prestó para darle cobertura a la nueva invasión yanki a la República Dominicana (de 1916 a 1924 los marines habían ocupado la República Dominicana, un hecho olvidado), enviando una pequeña fuerza policial para apoyar la labor «terapéutica» de los marines yankis, consagrados a extirpar el peligro del «comunismo» y prestándose a los juegos imperiales en la OEA, junto con la Venezuela de Acción Democrática y otros países, para tomar el acuerdo de enviar una «fuerza interamericana de paz», conformada por militares de las dictaduras argentina, brasileña y paraguaya, más los tombillos o policías de la democrática Costa Rica, la que se rebajó más que Venezuela, un país cuyos gobernantes a lo mejor sintieron asco de juntar sus militares con de aquellas dictaduras. Hasta entre los traidores hay jerarquías, como sucede con el palo en que se acuestan las gallinas para dormir, una notable analogía con esa fauna política regional que tenemos y las jerarquías que existen dentro de ella.

Remembranzas fúnebres que me evocan los partidos Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana

Vladimir de la Cruz

Mi bisabuelo materno Adolfo De Lemos vivió en la avenida 10, a 200 metros del Cementerio General, a 300 del Cementerio Obrero y a 100 metros de la Iglesia de las Animas. La casa estaba donde ahora hay un enorme templo religioso cristiano no católico.

El Cementerio Obrero fue el resultado de una lucha social, de la década de 1910, cuando los trabajadores fortalecían su conciencia social y de clase, e iniciaban sus luchas sindicales y del Primero de Mayo. Como resultado de todo esto se estableció dicho camposanto a la par del Cementerio General, Heredia.

La vía de autos y de buses en las décadas del 1950, 1960 y 1970, en lo que recuerdo, porque visitaba con frecuencia los domingos a mi bisabuelo, era de este a oeste, de manera que los entierros, todavía con carruajes tirados por caballos, acompañados por autos, o simplemente a pie, se dirigían hacia el oeste, en ruta a la Iglesia de Las Animas o directamente al cementerio que correspondiera, y pasaban obligadamente al frente de la casa de mi bisabuelo.

Mi tío abuelo Carlos, que allí vivía, ya mayor y soltero, quien me enseñó a manejar a los 18 años, usualmente se paraba en la puerta para ver el movimiento callejero, pero, especialmente, los entierros que por ahí pasaban. Cerca de mi actual casa, en San Ramón de Tres Ríos, hay personas mayores que también se sientan en las orillas de sus casas, frente a la carretera, para ver el movimiento callejero de autos y autobuses, que es intenso.

Frente a la casa de los De Lemos pasaban entierros de ricos y entierros de pobres. Los de ricos eran grandes numéricamente, con muchos dolientes, y acompañantes, con trajes oscuros en ocasiones con filas de carros. Los de pobres eran de pocas personas, sencillamente vestidas, evidenciando su dolor o luto, generalmente todos a pie, y muchas veces, así los vi, tan pocas personas que seguramente eran sus más cercanos parientes, que no pasaban de una fila de caminantes detrás del féretro, que también muchas veces se llevaba en hombros.

Mi tío abuelo Carlos de Lemos, cuando había estos entierros de pobres, se sumaba solidariamente a los dolientes o pocos caminantes. Un día le pregunté por qué lo hacía. Sencillamente, me dijo que le daba lástima que el fallecido tuviera tan pocos acompañantes en ese último paso hacia la Iglesia, y hacia el cementerio, para su descanso eterno y en paz, según las tradiciones religiosas.

Los cementerios antes de 1884 eran administrados por la Iglesia y en ellos no se podían depositar cuerpos de no creyentes, de creyentes de otras religiones, ni de suicidas o muertos en duelo, entre otras razones. Las Leyes liberales de 1884, en razón de que la Iglesia no quiso enterrar a un Ministro muerto en duelo, y a un agente diplomático no católico fallecido, pasaron la administración de los cementerios a la administración pública no religiosa, de manera que en ellos se pudiera enterrar personas de cualquier credo religioso, sin tomar en cuenta la religiosidad o no de los fallecidos.

En el Cementerio General se usaba, a modo de una Necrópolis, o una ciudad de muertos, poner monumentos, bustos, o hacer criptas grandes y lujosas, que exhibían el valor simbólico político, económico y social de los fallecidos y sus familias.

No hay en Costa Rica un Panteón Nacional, un Cementerio Nacional donde reposen los restos de las grandes personalidades políticas y culturales de la nación costarricense, como hay en algunos países. En el Cementerio General hay un espacio que así se desarrolló. Cuando se creó uno de los primeros cementerios privados que se establecieron se trató de hacer algo parecido con algunos expresidentes.

Las necrópolis surgieron desde la época antigua, con motivo de las prohibiciones que se iban estableciendo de no enterrar muertos o cadáveres en áreas urbanas. Por ello se establecieron los cementerios en los suburbios urbanos, fuera de las ciudades. El de San José, por ejemplo, se empezó a mediados del siglo XIX, al sur de la ciudad, un poco alejado del Hospital san Juan de Dios que se estaba construyendo e inaugurando a mediados de ese siglo. En general, todos los cementerios en el país, especialmente los del Valle Central, se hicieron al sur de las ciudades; además por el movimiento de los vientos, para evitar seguramente “malos olores”, por la descomposición de los cuerpos, en caso de que no se enterraran bien. Las necrópolis antiguas lo fueron para reyes, faraones, emperadores, gobernantes, con sus grandes edificios o galerías subterráneas, o para los enterramientos de algunos caciques en la América Antigua.

Esta traída a la memoria de aquellos días de infancia y adolescencia, ligada a estos entierros, cuando visitaba en compañía de mi madre, a mi bisabuelo Adolfo, me trae al presente el estar casi viendo, a la par de mi tío abuelo, Carlos, como llevan al cementerio político los entierros de los partidos Liberación Nacional y de la Unidad Social Cristiana, dos personajes políticos muy importantes en la historia del país, uno más viejo que otro. Liberación Nacional con 72 años y la Unidad Social Cristiana, con 40 años.

Hay cementerios de distinto tipo. Los hay nacionales, municipales, privados, públicos, religiosos, históricos, de extranjeros, de judíos. Privados o públicos, todos bajo controles legales públicos. Administrados por personas jurídicas, sociedades anónimas, juntas administrativas institucionales. También los hay Políticos.

Los cementerios políticos son aquellos que recogen en el olvido a partidos políticos, a dirigentes políticos, a gobernantes que pasan desapercibidos para la memoria histórica, líderes y partidos políticos de distinto tipo, líderes culturales, de asociaciones, de dirigentes sociales en general.

Podemos entender que por la edad y la decrepitud de sus facultades físicas, mentales y sicológicas, Liberación Nacional ya no tiene nada que ofrecer a la familia costarricense. No tiene que ver solo con la edad. A los 72 años muchos ciudadanos son muy activos intelectualmente, y algunos muy políticamente activos.

En la familia liberacionista, en su hogar, en lo que significa su Partido, en el Balcón Verde, al oeste de la ciudad, cercano al Cementerio General, hay gente que tiene suficiente capacidad; que fueron los que le dieron pensamiento a ese Partido, que todavía no han muerto, pero ya los tienen en capilla ardiente, como cadáveres “vivos” sin ninguna honra ni tributo, metidos en un columbario político.

Sin embargo, desde hace ya bastante tiempo este partido ha bajado sus banderas socialdemócratas de lucha, ha bajado sus banderas sociales y democráticas, ha dejado de lado sus sectores sociales antes organizados por sindicatos, cooperativas, jóvenes, mujeres. Igualmente ha colocado en el osario del Balcón Verde las figuras socialdemócratas sin ninguna placa que los recuerde y exalte en su pensamiento y obras.

Su decadencia y ruina política no es solo la que se exhibe por tres derrotas electorales, después de haber realizado 9 gobiernos desde 1953. Es la ruina intelectual de haber perdido sus capacidades mentales, su memoria histórica y la memoria de sus principales progenitores y gobernantes.

La gente joven que se ha elegido para dirigir ese partido, tratando de dar una nueva imagen, es lo más falso que se haya hecho. Jóvenes por edad, pero sin ideas jóvenes, ni siquiera socialdemócratas. Mentalmente sin ideario político. Pareciera que padecen de Alzheimer político, con una memoria política destruida y sin capacidad de pensar para este tiempo que vivimos. El Alzheimer que es una enfermedad cuyos síntomas aparecen a edades avanzadas, en la juventud y en algunos sectores liberacionistas pareciera que les ha aparecido tempranamente.

Los aniversarios del partido, cada 12 de octubre, han dejado de recordarse, de exaltarse. La última celebración importante que se hizo fue cuando el entonces Secretario General, Luis Guillermo Solís Rivera, en el año 2003, publicó una página completa de periódico haciendo público jolgorio de los 50 años de realizaciones por el país.

A ello ha contribuido que en ese partido se hayan desarrollado clanes políticos de menor jerarquía, que se han enfrentado a los líderes históricos, desautorizando su papel. Clanes que más parecen tribus, como reunión de grupos internos, alejados de esos dirigentes históricos a quienes desprecian y hacen responsables de la mala imagen que tiene el partido. Igualmente, que se hayan desarrollado sindicatos, a modo de los de la mafia en Estados Unidos, y no de los trabajadores, que han hecho de ese partido un escenario de lucha por cuotas, por puestos, por intereses personales, y por control de espacios que generen mejores dividendos no solo políticos, ha sido el resultado de disminuir el peso del Comité Político del partido, de hacer que este comité no trace ninguna línea sobre sus adherentes ni sus diputados, y que éstos de hecho, dirijan fragmentariamente desde sus curules la vida interna y pública del partido.

En estos últimos 20 años, algunas de sus principales figuras políticas internas han sido un desastre, hasta vinculadas a redes de narcotráfico. Recientemente, el Presidente Chaves la relaciona a escándalos de corrupción o mala administración en instituciones del Estado, con lo cual el Presidente Chaves trata de doblegar el ánimo y el espinazo, del actual dirigente liberacionista Ricardo Sancho. Ni que decir del anterior, Viales. Los principales dirigentes partidarios y políticos de Liberación Nacional se vinculan más a los intereses neoliberales y a las políticas antinacionales.

Las fracciones parlamentarias de Liberación Nacional han venido debilitando el Estado Social de Derecho que se desarrolló, en mucho, con la participación de Liberación Nacional hasta 1990.

Tampoco Liberación Nacional recuerda la muerte de sus principales líderes políticos y expresidentes de la República. Se han ido desvaneciendo en el ideario político nacional, han ido pasando a personajes sin pena ni gloria…

En los cementerios existe lo que se llama el columbario, que son los espacios o nichos donde se depositan las cenizas en un muro, que se asocia a la imagen de los palomares; de allí su nombre; donde si acaso se les pone una plaquita con su nombre, o se escribe el nombre del ocupante de ese nicho. En el Balcón Verde el columbario está en el retrato de algunos de sus principales dirigentes. Todo el Balcón Verde hoy es un columbario y un osario a la vez. Muertos vivientes son los que lo dirigen… Deberían verse en los partidos políticos europeos y cómo sus principales figuras participan de la vida política y el debate nacional.

En la Asamblea Legislativa su actual jefe parlamentario, el pasado primero de mayo dio lástima en su discurso. Refleja muy bien lo que representa hoy ese partido político.

Los costarricenses, los sectores populares y de trabajadores poco pueden esperar del Partido Liberación Nacional si por este camino continúa. Creo que muy poco puede dar…

En el caso del partido Unidad Social Cristiana, con 40 años de fundado, ya entró en artículo mortis. Está a punto de fallecer. Fundado en 1983 con 10 campañas electorales, y tres gobiernos en su espalda, ha perdido los últimos 5 procesos electorales.

Sin dirigentes históricos asociados a las grandes reformas sociales hicieron de estas sus banderas, rescatando por la forma, nada más, la imagen del Dr. Calderón Guardia, y al hijo del Dr. Calderón Guardia como una señal lejana de aquella reforma social. Exceptuando al Gobierno de Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, 1998-2002, que desarrolló y fortaleció en el campo laboral esa reforma social, el partido Social Cristiano no tiene casi nada que exhibir. Ahora, ni siquiera el ideario social cristiano.

Políticamente, el partido Unidad Social Cristiana se ha colocado a la derecha del espectro político nacional, es decir se ha colocado con los grupos más conservadores, los más enfrentados a los intereses sociales de los trabajadores y los intereses populares. Más vinculado a las políticas neoliberales.

El partido Unidad Social Cristiana, desdibujado de su antagónico Liberación Nacional, compite por ver cuál se presenta como más conservador, más a la derecha, más antinacional y al servicio de los intereses extranjeros, por ver cual alquila mejor el país y sus instituciones. En este último sentido el actual gobernante lleva la delantera en ver cómo les gana en alquilar el país a intereses extranjeros.

El actual jefe parlamentario, el pasado primero de mayo muy claramente dijo que él representa al Partido Unidad Social Cristiana como un partido de “centro derecha”. Lo de “centro” fue como un adorno en su dicho. E hizo alarde de que ese conjunto de partidos son los que están ahora en forma mayoritaria en la Asamblea Legislativa, donde no tienen en nada de qué distinguirse con el actual gobierno, a cuya cola van en los principales proyectos de ley que se impulsarán, entre ellos el de las jornadas de trabajo de 12 horas diarias, enfrentándose a la Reforma Social del Dr. Calderón Guardia y a la Ley del Trabajador de Miguel Ángel Rodríguez.

También se enfrentan a la Reforma Social y al ideario del Dr. Calderón Guardia en debilitar la Caja Costarricense del Seguro Social, en intentar privatizarla por la forma como se está tratando el tema de seguridad social, y de debilitar las universidades públicas que se deben al Dr. Calderón Guardia y al Partido Liberación Nacional, en los gobiernos de 1970 a 1978.

La nueva dirección política, del Partido Unidad Social Cristiana, ha tratado de recuperar la organización interna del sindicato municipal que se había impuesto como grupo director. Todavía les falta. Sin embargo, han empezado a hablar de la nueva organización política que tratan de lanzar o de presentar. La llaman Nuevo Partido UNIDAD, casi recordando la coalición que llevó a Rodrigo Carazo a la Presidencia de la República.

Lo que queda claro es que, con esta nueva definición del Partido, han renunciado a su condición “social cristiana”.

Con la renuncia al socialcristianismo, los nuevos dirigentes del partido lo que han hecho es evidenciar su gran viraje hacia la derecha más recalcitrante. El socialcristianismo como concepto les vinculaba a la tradición social cristiana de la Iglesia Católica, que viene desde 1891, con la Encíclica Rerum Novarum…

Han renunciado con ello también a entender, como parte de esa doctrina, al ser humano como el centro de su quehacer y de su preocupación. Es claro. Los intereses actuales de la Unidad Social cristiana son los del gran capital transnacional en el país. No los intereses nacionales. No los intereses de los trabajadores a quienes quieren poner a trabajar 12 horas diarias, violando la Constitución Política, el Código de Trabajo y las Reformas Sociales que el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia contribuyó a impulsar, en un pacto verdaderamente nacional, con Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez y con Manuel Mora Valverde.

Asistimos a la marcha que lleva a Liberación Nacional y a la Unidad Social Cristiana a depositar sus restos mortales, o sus cadáveres políticos, al panteón nacional del olvido político. Tal vez los entierren con un tubito y un hilo, atado a una campanita afuera, por si sufrieran una muerte catatónica. En ese estado biológico se produce una aparente muerte, debido a la inmovilidad, la no apariencia de signos vitales, mudez, tiesura o rigidez muscular, cuerpos sin reacción alguna, pero con conciencia, lo que en algún momento los puede hacer reaccionar. Y allí, en el sarcófago, bajo tierra, con el hilito pueden mover y hacer sonar la campana, con lo cual podrían exclamar sus seguidores… “Los salvó la campana…!!!”

¿Liberación Nacional en la encrucijada?

Vladimir de la Cruz

La alianza interna que han realizado en el Partido Liberación Nacional José María Figueres Olsen, Antonio Álvarez Desanti, Fernando Zamora Castellanos y Rolando González, alrededor de José María, alborotó el panal nacional electoral. Y ha contribuido a irle dando forma.

Dentro del mismo Liberación Nacional se afianzó la inscripción como precandidato del diputado Thompson, ex alcalde de Alajuela, luego la declaración del politólogo y comunicador Claudio Alpízar de que se inscribirá, y de manera parecida Rolando Araya, exministro, excandidato presidencial de Liberación en el 2002, con lo cual es evidente que el Partido Liberación Nacional no podrá evitar la realización de la Convención abierta para escoger su Candidato Presidencial, como ya tiene establecido.

La alianza dicha ha tenido los embates de quienes buscan pelos en la sopa. En lugar de valorar la importancia política que pueda tener un suceso como ese, se empeñan en buscar las contradicciones entre los aliados, contradicciones del pasado, decires del pasado, con ánimo más de impulsar su disolución, desunión o desencuentro político, o de intentar producir una imagen de división constante, de alianza meramente electorera, o de intereses espurios personales, sin entender que la política es un arte también de convenios, de negociaciones, de acuerdos, nos gusten o no. En este sentido todos los candidatos tienen pasado político electoral discutible. O, como hacen otras personas, interesados en buscar, como algunos han especulado, sobre los detalles meramente electorales de si en el acuerdo se tomaron decisiones sobre futuras candidaturas a diputados o ministros, como se ha corrido la bola de la hija de Antonio Álvarez Desanti, de paso una muchacha joven, capaz, inteligente, bien preparada profesionalmente, que de ser cierto ese acuerdo, bien le haría a la Asamblea Legislativa tener diputadas con su preparación. Si fuera cierto este rumor para mí es válido el acuerdo porque en todos los partidos políticos, en todos los del espectro político nacional, sin distinciones, se hacen ese tipo de acuerdos y de amarres. Negarlo es hipócrita, como se han hecho acuerdos en el pasado para decidir también candidaturas y puestos en las listas electorales de diputados.

En este caso para mí lo publicado como resultado del Acuerdo alrededor de José María es muy general pero esboza los elementos básicos y las directrices fundamentales de esa alianza, que es lo que corresponde a este momento de la campaña.

La salida de Rodrigo Arias apoyando la precandidatura del expresidente legislativo y diputado Carlos Ricardo Benavides, a quien también apoya la Presidenta Laura Chinchilla, lo que más evidencia es el alejamiento de Oscar Arias, que ya había formulado una candidata, como posibilidad de consenso para ese partido, candidatura que la misma postulada rechazó aunque la agradeció.

El arismo, como corriente interna en Liberación Nacional está dividido. Por un lado Rodrigo Arias y Carlos Ricardo Benavides, por otro el Presidente Arias, aparentemente solo, y aristas como Francisco Morales, Fabio Molina, Guillermo Zúñiga, Fernando Berrocal, Lina Barrantes, Olman Segura, Javier Flores, Ziany Villalobos, y otros de iguales quilates, con José María Figueres.

En ningún acuerdo de este tipo se puede poner, para decirlo de esa manera, todo el Plan de Gobierno o de la Plataforma de agitación electoral, menos en este momento de la campaña cuando todavía no están decididos ni escogidos los candidatos de todos los partidos, ni se sabe con certeza cuántos van a participar, ni de si habrá coaliciones electorales que muestren ante el electorado al menos la fuerza que ya tiene la que se formó en Liberación Nacional.

Al Partido Liberación Nacional le queda enfrentar, con toda la fuerza del caso, la situación que le ha reventado con uno de sus alcaldes en la zona sur, y con su Secretario General, diputado, y miembro por tres años consecutivos de la Comisión Antinarco de la Asamblea Legislativa, donde le vinculan a situaciones “engorrosas” en esta materia, siendo él también uno de los diputados que ha luchado porque se reduzca el presupuesto nacional de financiamiento de campañas políticas, lo que abre las puertas al narcofinanciamiento de candidatos y partidos.

La lucha contra el narcotráfico y la narco política tiene que ser enfrentada en toda la línea. Para un Partido como Liberación Nacional con más razón. Ya han tenido escándalos parecidos en el pasado, incluso en el seno mismo de la Asamblea Legislativa, cuando quisieron poner allí un Presidente Legislativo, que resultó después comprometido en esos asuntos. Para José María Figueres y su grupo político interno esta es una tarea política de primer orden. NO pueden apoyar ni defender a nadie que esté comprometido en estos asuntos, que estén ligados o cuestionados, y sujetos de investigación por estos vínculos. Es el Partido mismo el que debería estar dando esa lucha porque se esclarezca cuanto antes este asunto. Si se convierte en tema de elecciones en el segundo semestre puede producir más chispas de la cuenta.

Cuando en Liberación Nacional se exigen 30 millones de colones y en la Unidad Social Cristiana 40 millones para inscribir candidaturas presidenciales, es mucha plata, que no es fácil tenerla a la vista ni a disposición de ofrecerla solo para inscribirse y darle movimiento al dinero.

Los órganos policiales y de inteligencia, como los de Hacienda bien podrían investigar el origen de esos dineros, con apoyo del Tribunal Supremo de Elecciones. Si se ponen cifras para inscripciones de diputados hay que estar atentos a estos movimientos económicos de los postulantes, si tienen la capacidad de poderlos justificar. Esto también es tarea de los mismos partidos políticos para no verse en posibles escándalos. Esto ayuda a entender también la importancia del financiamiento público de las campañas electorales.

La situación de la zona sur de desarrollarse escandalosamente puede poner a Liberación Nacional y a su principal candidato en una peligrosa encrucijada.

El diputado Viales mientras está la investigación, al menos al momento de escribir esta columna, si no lo ha hecho ya, debería separarse de su alto cargo partidario por su propia iniciativa o a petición del Directorio Político de Liberación Nacional, y si no es por ellos, al menos por presión de los precandidatos de ese partido… sería lo menos…

En el Partido Unidad Social Cristiana sigo pensando que hay poco qué hacer, política y electoralmente, con lo que tienen a la vista, ante el próximo proceso electoral.

El retorno eventual a Costa Rica de Rodolfo Piza Rocafort, quien fue el último candidato presidencial, en las anteriores dos campañas, por ese Partido, que fue quien le dio aire a esa tienda política, que le dio de nuevo visión de gobernabilidad, que es importante por el peso político que él tiene y significa, que rescató a ese Partido, con su posible retorno agitó las aguas electorales al interior y fuera de la Unidad Social Cristiana. Al interior porque saben que si Rodolfo Piza se lanza por otro partido menos tienen qué hacer.

Pero, es claro, como lo ha dicho Rodolfo Piza, que no viene a integrarse a la Unidad Social Cristiana, por cuanto sus estructuras partidarias son deficientes para atender la campaña electoral de acuerdo a la posibilidad de su candidatura presidencial, que en ese partido significaría la de un simple monigote que no tiene opción alguna de proponer y escoger algunos candidatos a diputados, como se acostumbraba antes, por los candidatos presidenciales en los partidos políticos mayoritarios, debido a que en este partido lo hacen las asambleas provinciales, así como la renuncia del partido a posibilitar coaliciones electorales, como lo sugirió el Expresidente Miguel Ángel Rodríguez, uno de los líderes políticos e ideológicos más importantes de ese Partido.

En esta perspectiva, ¿dónde puede encajar Rodolfo Piza? Sinceramente no lo tengo claro todavía. Por sus expresiones de que debe constituirse un frente electoral humanista, progresista, liberal, socialdemócrata, socialcristiano y cristiano, lo que expresa el abanico amplio de posiciones, renunciando a definirse de centro derecha o de derecha, podría ser que se esté incubando alrededor de su gran figura política, esa unidad de fuerzas alternativas frente al Partido Acción Ciudadana, en el Gobierno, y al mismo Liberación Nacional, como la principal fuerza opositora en perspectiva.

¿Estaría Rodolfo Piza, en esta posibilidad de reunir alrededor suyo a figuras como Eli Feinzag, Natalia Díaz, Rodrigo Chávez, el mismo Miguel Ángel Rodríguez apoyando? Sin lugar a dudas la posible candidatura de Rodolfo Piza cuenta con apoyos políticos nacionales fuertes.

El llamado subliminal de Rodolfo Piza a los socialdemócratas es a aquellos que no están muy de acuerdo, o en desacuerdo, con la alianza que ya se estructuró dentro de Liberación Nacional.

En el caso del Partido Acción Ciudadana está claro que siguen sin definir públicamente sus posibles precandidatos internos. Se mueve este partido a punta de rumores. A los ya conocidos precandidatos de rumor se sacaron de la manga al ex ministro de Educación, Edgar Mora, que no es, que yo sepa, militante del Partido Acción Ciudadana, que lo sigue siendo de Curridabat Siglo XXI.

La candidatura de Edgar Mora, talentoso, inteligente, diligente, buen funcionario municipal, cuestionado ministro, es aparentemente el as de la manga del Presidente Carlos Alvarado, de quien se dice que es su candidato frente a los que se impulsan desde la Comisión Política del Partido Acción Ciudadana, y de su sector de izquierda, y frente a los que promueven la candidatura de la Embajadora en España, Ana Helena Chacón Echeverría.

La sorpresa de la semana fue la candidatura del exviceministro y ex diputado, líder del movimiento cooperativista, Oscar Campos, por un partido, Encuentro Nacional, que está en proceso de inscripción, que aparentemente responde a las necesidades del movimiento cooperativo nacional, que tienen una gran masa de afiliados, que de distinta manera responden también a los distintos partidos políticos del país. Pero, si es una fuerza del cooperativismo como tal sería interesante ver cómo se desarrolla.

El resto de los partidos no se mueven en estas agitadas aguas electorales, parecieran hasta ahora anclados, antes que a la deriva.

Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana ante el arranque de las elecciones

Vladimir de la Cruz

Los partidos Unidad Social Cristiana y Liberación Nacional han tomado la iniciativa de la carrera electoral. El primero con su convocatoria a la Asamblea Nacional para tratar de definir la forma cómo han de escoger sus candidatos, principalmente diputadiles, si por decisión de las Asambleas Provinciales, como lo han venido haciendo o si por la Asamblea Nacional, o en convención. Además, para tratar de definir una estrategia ante una eventual coalición. Al menos en este sentido la Asamblea deberá autorizar al Comité Político, o a su Comité Ejecutivo, para que indague lo que corresponda y realice las reuniones pertinentes. Este camino tiene dificultades por el interés de un diputado, de Pedro Muñoz, de ser el candidato oficial de ese Partido, lo que es ponerle trabas a la eventual coalición. Si de eso se tratara, a mi parecer, el mejor candidato, de los que suenan hoy, para esa posible coalición podría ser Mario Redondo, ex diputado, ex Presidente de la Asamblea Legislativa y actual Alcalde de Cartago, donde está realizando una buena labor.

Suenan en la Unidad Social Cristiana otros dos precandidatos, a mi modo de ver más débiles que Pedro Muñoz. No sé porque aún no se ha hecho público que la Unidad Social Cristiana exija de inscripción de candidaturas, como ha hecho Liberación Nacional, un monto, para asegurar cualquier proceso interno que tengan que realizar para resolver esta candidatura oficial.

Al contrario, en Liberación Nacional hay muchos precandidatos, lo que es bastante normal en este partido. Algunos son distractores de los principales. Otros lo son porque lanzando su nombre se ubican en posiciones de esperar posibles nombramientos en posiciones de elección de las papeletas de diputados, o en puestos de ministros o de juntas directivas de las instituciones del Estado, en caso de que llegaren a ganar las elecciones del 2022. Cínica y desvergonzadamente participan de esa manera sabiendo que es una forma de medir y asentar cuotas de poder interno, lo que al final tienen que alinear con el candidato que en Liberación Nacional gane la Convención que ya está convocada.

Su papel real en esta disputa se verá cuando tengan que pagar la cuota de participación de 25 millones de colones. Por ahora lo que hay a la vista es parte del elenco de viejos liberacionistas, de viejos militantes. Todos ellos tienen más de 25 años de militancia y pertenencia a ese partido, algunos tienen más años.

Allí, ni en la Unidad Social Cristiana, hay caras nuevas, aunque haya precandidatos nuevos. Eso no es malo para el PLN, ni para el PUSC, porque apunta a la experiencia partidaria que es importante, al compromiso político con esos partidos o con sus idearios programáticos. En el caso de Liberación Nacional la mayoría apuesta a la experiencia política de haber desempeñado puestos públicos y de elección popular.

Esa cantidad de precandidatos, en el caso de Liberación Nacional le da un aire de partido democrático, por el número de aspirantes a la candidatura, pero también demuestra la falta de los grandes líderes que carece, que desde hace mucho tiempo no tiene, y de la debilidad orgánica que padece. Esta falta de liderazgo nacional, político, de peso, es más fuerte aún en la Unidad Social Cristiana.

La cantidad de precandidatos, en Liberación Nacional, muestra la ausencia y carencia de una Dirección Política Nacional que antes sí tenía Liberación Nacional, igual que el PUSC que la tenía, y ahora ni se siente, y refleja el archipiélago de grupos que hoy conforma a Liberación Nacional, así como la orfandad que muestra la Unidad Social Cristiana que busca desesperadamente la posibilidad de una coalición, casi como la única alternativa de su mejor participación, lo que se ha acentuado con las presencias provincialistas y cantonalistas, en ambos partidos, que han ido acaparando sus espacios políticos internos matando a esos Partidos. Lo cierto es que en el caso de Liberación Nacional la totalidad de precandidatos no llegará a la Convención.

Liberación Nacional hace mucho tiempo perdió sus grandes líderes partidarios. Igual le sucedió a la Unidad Social Cristiana. Su mejor líder nacional, de las últimas dos campañas, Rodolfo Piza, ni se le oye respirar como posible precandidato presidencial, más se oye su nombre para encabezar la Provincia de San José como diputado.

Como partidos ninguno de los dos se siente, no tienen presencia nacional, no participan de la discusión de los grandes temas nacionales. Sus Comités Políticos Nacionales han sido relegados, desde hace mucho, por las Fracciones legislativas Parlamentarias, como ha sucedido con casi todos los partidos que tienen diputados., que es como si la cola de perro moviera al perro y no su cabeza. Son partidos descabezados, para no decir descerebrados.

Los miembros de los Comités Políticos, de estos partidos, son bastante ignorados, desconocidos. El caso más patético es de Liberación Nacional, que, como partido político, borró su Historia política, su peso e importancia en la Historia Nacional. Lo más importante, es que borró su aporte al desarrollo del Estado Social de Derecho, renunció a esa Historia, renunció a las clases medias que siempre representó, así como a otros sectores sociales que organizaba.

Cuando los nuevos aspirantes a puestos de elección popular, dentro de Liberación Nacional, especialmente, a partir de las elecciones del 2010, empezaron a “matar” la imagen y la memoria de sus grandes dirigentes y Expresidentes de la República, como líderes naturales de ese Partido se pegaron ellos mismos un tiro, se auto inmolaron.

Los partidos políticos como tales deben tener líderes con los cuales la gente y los miembros de esos partidos se identifiquen, se enamoren, confíen en ellos y depositen sus sueños y esperanzas en ellos. Hoy Liberación y la Unidad Social Cristiana, como partidos no los tienen. En el caso de la Unidad Social Cristiana como un Quijote ha salido, en esta dirección, con buen tino, dando orientaciones políticas nacionales y partidarias del qué hacer, el ex Presidente Miguel Ángel Rodríguez, quien es quizá la figura más destacada, importante, clara y emblemática, sin que esté aspirando a nada político electoral, más que su partido tenga un papel decoroso en el escenario nacional, y en el plano interno hoy de este partido.

Muchos de los candidatos presidenciales últimos han sido de “ocasión”, ad hoc, para la campaña. Algunos actuando como floreros de mesa, como centros de mesa y hasta como los muertos de la vela.

Hoy se necesitan candidatos que produzcan visión de futuro, confianza de estadistas, líderes que alrededor suyo unifiquen fuertemente al Partido, a sus bases, a sus electores, a sus diversos grupos. Dentro de lo que se exhibe de precandidatos hay quienes pueden dar esta sensación.

Si como resultado de las Convenciones de los partidos se impone un candidato sin unificar al resto, Liberación y la Unidad Social Cristiana pueden cantar “viajera”. Más Liberación Nacional que sortearía una tercera derrota electoral continua.

La Historia electoral del país ha mostrado desde 1953 que un mismo Partido político solo dos veces gobierna consecutivamente. Así ha sido con Liberación Nacional, con la Unidad Social Cristiana y ahora con Acción Ciudadana. El pueblo electoral no ha dado confianza, hasta hoy, de tres gobiernos seguidos para estos partidos políticos. Esto vale para Acción Ciudadana mientras no se produzcan las elecciones del 2022, que es su prueba, de posibilitad de reelección consecutiva.

La Historia electoral ha mostrado la fortaleza de los partidos que han gobernado y pierden gobierno y lo vuelven a recuperar, lo que ha sucedido especialmente para Liberación Nacional, más que para la Unidad Social Cristiana.

Lo que no se ha dado en el país es que Liberación Nacional pierda tres campañas electorales seguidas. Ese es su gran reto. Si eso sucede empezará a debilitarse de tal forma que llegará a ser un partido que no definirá procesos electorales, como le ha sucedido a la Unidad Social Cristiana, y reduzca su tamaño, sus electores, sus áreas de influencia, pierda su rastro histórico, y desaparezca como la gran fuerza política y electoral que fue.

Que no existan nuevos personajes políticos en el interior de Liberación Nacional no es un problema de renovación política de dirigentes para un Partido que tiene casi 70 años de existencia. Este año los cumple. La renovación de Liberación Nacional solo puede descansar si de nuevo levantan banderas de carácter social, defienden las clases medias y populares, rescatan los niveles de vida, de salarios, de pensiones, y de poder adquisitivo de las grandes mayorías. Lo que ya se ha hecho, en el campo económico, para los grandes ricos, con el apoyo de Liberación Nacional y de la Unidad Social Cristiana es más que suficiente. Ahora urge gobernar, con acciones eficaces y reales, para las grandes mayorías, urge una política progresista social. ¿Están los precandidatos de Liberación Nacional y de la Unidad Social Cristiana con esta agenda? ¿Están en capacidad de impulsar una agenda progresista social? Ese es su dilema como partidos y el de sus precandidatos.

En el caso de la Unidad Social Cristiana han renunciado a las banderas de la Reforma Social y del Gobierno del Gran Reformador Social de Costa Rica, el Dr. Calderón Guardia que no temió aliarse a los comunistas en 1943, en medio de la crisis nacional que tenía el país. Los actuales socialcristianos que impulsan la coalición de “centro derecha”, para el 2022, si vivieran aquellos años probablemente se hubieran aliado emocionalmente a Hitler, a Mussolini y a los dictadores que imperaban en la América y en Centroamérica. No lo hacen a Trump porque en este m omento no significa nada político para ellos, en el escenario nacional norteamericano ni internacional.

Esto es lo que vamos viendo en este arranque de año hacia los procesos internos electorales de los grandes partidos políticos del país.

Conversatorio: Mecanismos para la implementación de la paridad Horizontal en el partido Liberación Nacional

 

En el marco de los “Retos y Desafíos para la Democracia Paritaria de los Partidos Políticos: Implementación de la paridad horizontal”, se invita al lll Conversatorio que se realizará el 18 de mayo a las 6:00 pm en el Salón de Expresidentes y Expresidentas de la Asamblea Legislativa.

En esta oportunidad corresponderá tratar el tema de: Mecanismos para la implementación de la paridad Horizontal en el partido Liberación Nacional; en fechas próximas se realizarán de los demás partidos políticos.

Estas actividades son abiertas a grupos de la sociedad civil y público en general.

Mecanismos para la implementacion de la paridad Horizontal2

Enviado a SURCOS Digital por Maritza Arias Chaves, Asesora UTIEG.

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