Desde la lucha contra el Combo ICE se hicieron evidentes desacuerdos entre ecologistas, que se han ensanchado abismal e irreconciliablemente a raíz de los proyectos de ley sobre la gestión del recurso hídrico, promovidos casi todos por el Banco Mundial y su agencia privatizadora del agua, la Global Water Partnership (GWP).
Recientemente el foro «Criminalización de la protesta social: el caso de Costa Rica», organizado en la Universidad de Costa Rica, desató las protestas de un sector ambientalista, debido a que el Foro ofrecía como comentarista a la señora Eva Carazo, quien con su actuación, negando espacios de participación ciudadana, mereció la fuerte crítica de ese sector, para quien el mensaje es claro: “prohibido pensar diferente”. No hay tolerancia, se irrespetan los Derechos Humanos y la Libertad de Expresión de los que piensan distinto y esto está muy cerca al neofascismo… ¿neofascismo académico?… ¡peligro!
Dos veces al mes, Eva Carazo y Ciska Raventós, dirigen el programa Desayunos de la Radio Universidad de Costa Rica, que se nutre con los fondos del pueblo de Costa Rica, desde donde ignoraron la solicitud de respuesta, febrero 2015, solicitada por un grupo de ecologistas que mantienen una posición crítica sobre la promulgación de una nueva Ley de Aguas impulsada por el Banco Mundial. En ese programa radial, se había dado a conocer la posición de la Presidenta Ejecutiva del AyA Yamileth Astorga y CEDARENA, pero no se permitió que se presentaran argumentos contra del proyecto de ley de aguas por los grupos opositores, entre los que destacan CONCEVERDE, el Colectivo Agua es Vida y No Mercancía, la Asociación Conservacionista Yiski, el Comité Ambiental de Miramar, entre otros. Tampoco abrieron espacios a distintas personas como el Lic. José Fco. Alfaro, la abogada Leda Méndez, la educadora y diputada Ligia Fallas, la empresaria Flora Fernández, la extensionista María Elena Fournier, el biólogo Freddy Pacheco y la forestal Sonia Torres.
Algo similar ocurrió en el programa de televisión Era Verde, donde su directora Laura Chinchilla, solo luego de reiterados reclamos, abrió espacio a dos participantes del sector crítico de la nueva ley de aguas. Sin embargo, al mejor estilo de los medios de comunicación privada, con un guión impuesto… ¡así no se vale!
Se pone en evidencia la doble moral de las personas encargadas de programas radiales y televisivos universitarios, convertidas en “terratenientes” de medios de comunicación públicos, violentando derechos de algunos movimientos o colectivos ambientalistas porque no se coinciden en las posiciones. Se utilizan esos medios como vitrinas, escaparates y “tarimas” electoreras, para mantenerse vigentes, con la mirada fija en la Asamblea Legislativa.
De manera que la criminalización de la protesta social, trasciende los garrotes, golpes, detenciones y juicios contra la gente que protesta, ya que en su concepción más amplia, se reconoce la criminalización también como la negación de los espacios de participación en radioemisoras, televisoras, foros, talleres, reuniones, consultas y cualquier espacio donde se confronten ideas distintas en el marco del respeto mutuo.
A raíz de estas violaciones, en procura de la construcción de Universidades inclusivas, respetuosas de procesos democráticos, transparentes, donde priven la libertad de expresión y la libertad de información, proponemos que tanto en la Radio como la T.V. de la Universidad de Costa Rica y cualquier otra, se permita el manejo de espacios, una o dos veces al mes, del otro sector ambiental de este país, actualmente ignorado e irrespetado por quienes ostentan el poder mediático financiado con recursos del pueblo de Costa Rica.
*Imagen con fines ilustrativos tomada de www.taringa.net
En I Foro Institucional 2017: Costa Rica reflexiona sobre tarea pendiente en materia de libertad de expresión, comunicación y democracia en un momento clave para el país
Gabriela Mayorga López y redacción ODI-UCR,
Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR
En las puertas de entrada a la televisión digital la pregunta sobre qué tipo de televisión queremos, es ahora más pertinente que nunca. Costa Rica se despide de la TV por aire en un contexto de concentración mediática y derechos mermados en materia de expresión e información. – foto Karla Richmond.
¿Qué tipo de democracia tenemos en Costa Rica? Es una que crece con la crítica constructiva, que es inclusiva y deliberativa. No.
Por el contrario, la Dra. Nora Garita Bonilla, catedrática de la Escuela de Sociología, cree que se trata de una que no tolera el disenso, que no es deliberativa y que no muestra la exclusión. Afirma que hay prácticas de discriminación, exclusión y omisión que aplican los medios de comunicación y que ocultan que realmente vivimos en una sociedad atravesada por la desigualdad. En ese contexto Costa Rica dará el paso a la televisión digital.
Para analizar el tema, la Universidad de Costa Rica realizó del 6 al 28 de junio el I Foro Institucional del 2017 que se dedicó a la libertad de expresión, comunicación y democracia. En total se realizaron ocho mesas redondas que convocaron a más de 30 voces expertas y opiniones diversas que evidenciaron una realidad mediática deslucida y en deuda con la calidad democrática.
Los críticos foristas tuvieron el reto de mostrar opciones de ruta para construir opinión y activar acciones que fortalezcan la democracia costarricense, el foro fue un intento por hacer un alto en el camino y provocar una reflexión necesaria, para poder retomar tareas, ojalá en la dirección correcta.
El próximo 15 de diciembre, será el apagón analógico y nacerá la televisión digital (TVD), lo que supone el fin de la televisión por aire y la promesa de una mejora de la calidad de imagen y sonido, pero además este paso también debería garantizar pluralismo ideológico y diversidad cultural.
Sin embargo, la definición de un modelo televisivo depende más allá de la tecnología, de las relaciones políticas, económicas, sociales y culturales. Entonces la respuesta a la pregunta ¿Cuál televisión queremos en Costa Rica? hoy más que nunca es definitoria.
Concentración de medios y mala información
La concentración de medios en Costa Rica “es un tema complejo, políticamente muy delicado, casi intocable, pues los grandes empresas mediáticas tienen sus agentes y sus condicionantes y sus silencios también”, señaló en la apertura del Foro Institucional el Dr. Fernando Cruz Castro, magistrado de la Sala Constitucional.
La voz del magistrado Cruz fue inaugural para el debate al cual se unieron investigaciones, datos y conclusiones: el sistema de medios de comunicación no es plural ni diverso, además es “excluyente, absolutamente comercial y discriminatorio” agregó la Lic. Giselle Boza, del Programa de Libertad de Expresión, Derecho a la Información y Opinión Pública (Proledi) de la UCR.
Para el 2016 la mayor concentración de las frecuencias en radio y televisión disponibles, la tiene la firma Representaciones Televisivas (Repretel) que posee ocho canales de televisión y 13 frecuencias de radio.
Además, la iglesia católica y otras cristianas, junto con dos firmas internacionales, Otoche SRL y The Worldwide University Network Radio concentran la mayor cantidad de frecuencias y canales.
El tema de la concentración de medios se agravaría en el momento que entre a funcionar la televisión digital en Costa Rica, pues este permite el aumento en la cantidad de canales de televisión disponible ¿A quién se los darán?
La M.Sc. Luisa Ochoa Chaves afirmó que los vacíos legales que presenta la actual “Ley de radio”, creada en 1954, impide que se reconozca la participación de los medios locales y comunitarios, mientras “permite el traspaso y venta de frecuencias”.
De momento, el plan nacional de asignación de frecuencias ofrece un permiso provisional experimental de prueba de televisión digital, esas mismas asignaciones funcionarán luego del paso a la televisión digital, según explicó el investigador del Prosic-UCR Roberto Cruz Romero.
Falsa conciencia: es cuando conscientemente se ofrece una interpretación errónea de la realidad.
Una misma voz en muchos canales supone un riesgo para la democracia, pues niega el derecho de libertad de expresión e información a quienes no tienen los medios para hablar. No garantizar un conjunto de medios de comunicación plural, sería debilitar la democracia, la transparencia y la rendición de cuentas en un país.
Empero por sobre la estructura mediática con la que convivimos a diario, la queja también es sobre la calidad del contenido que se nos ofrece. Al respecto la M.Sc. Carolina Carazo, comunicadora, docente e investigadora de la UCR recordó que los medios de comunicación construyen diariamente la realidad social y opinión pública al visibilizar ciertas realidades o actores en su agenda de contenidos.
Estas coberturas noticiosas responden de forma permanente a los intereses económicos y políticos de los medios de comunicación, pero lejos de plantear posturas editoriales claras, aprovechan su credibilidad para legitimar tratamientos intencionados frente a las audiencias.
Lo anterior es aun más grave en el contexto de las campañas electorales. El M.Sc. Fernando Zeledón afirmó que los medios de comunicación apuestan cada vez más por el desarrollo de un “tratamiento marginal de la política”.
Zeledón lamentó que lejos de desarrollar un debate profundo de las propuestas que realiza cada partido político, las agendas de los medios de comunicación reproducen “lo que dice la gente de lo que se debate, más que lo debatido”.
En general la omisión y exclusión de ciertos temas y actores de la agenda informativa costarricense preocupa a académicos.
“Muy a menudo lo más importante que dicen los medios es lo que no dicen” señaló el Dr. Carlos Sandoval García, académico de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva e investigador, con esta frase lanzó la llamada de atención para hacer una lectura crítica de la agenda informativa de los medios y su impacto en la construcción del espacio público y el ejercicio de la democracia.
Además recordó otros usos y tratamientos informativos como la distorsión deliberada de ideas y conceptos, la banalización de los hechos, el aumento del infoentretenimiento y la falsa conciencia.
Todo lo anterior se replica en las plataformas tradicionales y en las digitales, donde aprovechando su credibilidad se favorece la viralización de ese discurso.
Falsa conciencia: es cuando conscientemente se ofrece una interpretación errónea de la realidad.
UCR pide proteger el derecho a la libre expresión
Además del paso a la TV digital y la distribución de frecuencias, la Universidad de Costa Rica abordó el tema del derecho a la libre expresión, comunicación y democracia; también para evidenciar debilidades en el sistema costarricense que deben ser atendidas.
A la ciudadanía, el I Foro Institucional UCR 2017 advirtió que el derecho a la libertad de expresión no se circunscribe únicamente a la emisión de opinión o pensamiento, también comprende manifestaciones artísticas, libertad de manifestaciones de cariño en público o privado (referido a comunidad LGBTI), colegiatura obligatoria o no para emitir criterio, la posibilidad de exigir a los medios derechos de respuesta, el derecho de libre expresión de los mismos periodistas dentro de los propios medios donde trabajan, protesta social, derechos de los ciudadanos frente a la publicidad engañosa y educación sexual distinta a concepciones religiosas.
Ese fue el criterio de la M.Sc. Rosaura Chinchilla Calderón, jueza de la República y coordinadora de la Maestría en Ciencias Penales de la Universidad de Costa Rica, quien abordó el tema del entorno legal y la jurisprudencia de la libertad de expresión en Costa Rica.
Banalización: se comete cuando un tema que es trascendente se trivializa. Sucede cuando se le dan cualidades humanas a los objetos. Ejemplo tomado de la presentación del académico Carlos Sandoval García sobre «Causas y formas de discriminación y exclusión social en las agendas de los medios» En la imagen: anuncio de vehículo en prensa escrita de la marca Isuzu indica «Llegó el semental, el del pelo en pecho, el que no pide permiso, el mal amansado, llegó papi».
El girasol se voltea hacia la luz
Es necesario crear espacios para la libertad de pensamiento por medio de políticas públicas que promuevan el pensamiento crítico y una “ciudadanía de personas, no de individuos”, concluía el Magistrado Fernando Cruz.
Luego de ocho mesas redondas y 30 voces expertas, entre investigadores, docentes, invitados de la empresa privada y Gobierno, quedó claro que el marco jurídico costarricense referido a la libertad de expresión y comunicación, debe robustecerse para propiciar el pluralismo, la diversidad de actores, evitar la concentración de medios y dar espacios a medios comerciales, comunitarios y públicos.
También, como generadores todos de contenido en la sociedad de la información y el conocimiento, la academia pide reflexionar sobre la democracia que queremos y el rol de los medios en esta construcción. Así como cuestionar si las redes sociales realmente son la vía de expresión ciudadana democrática o si por el contrario, están jugando como factores de desmovilización social.
“No percibo ninguna voluntad política para tener esa nueva ley de medios, y no la percibo ni en la Asamblea Legislativa ni en el Poder Ejecutivo” con esas palabras el pasado 28 de junio el rector Henning Jensen Pennington señaló la apatía política para reformar la Ley de Radio que data de 1954 – cuando en Costa Rica aún no existían siquiera las televisoras –, y sigue siendo la única normativa que regula el funcionamiento de medios de comunicación en el país y que tiene grande vacíos.
Al cerrar el I Foro Institucional del 2017 queda en claro que: hay necesidad de crear políticas públicas que promuevan el pensamiento crítico; que se debe reforzar la legislación que regula el derecho de expresión e información, especialmente en el contexto del paso a la TV digital y la distribución de frecuencias; que es importante que la ciudadanía sea vigilante y garante de sus derechos frente a la agenda mediática, el sistema educativo, la represión de la protesta y otros casos.
La Universidad de Costa Rica realiza desde el 2009 los foros institucionales que abordan temas en los que la universidad considera necesario abrir un espacio de reflexión para abordar temas nacionales que ameritan una pausa.
Cada año la UCR realiza dos espacios de este tipo y ha abordado temas como: funcionamiento del Estado para un desarrollo con equidad, la Universidad de Costa Rica como aporte al Estado Social de Derecho, planificación del recurso hídrico, el desarrollo eléctrico en Costa Rica, fortalecimiento del sistema educativo y cómo se dibuja el futuro de Costa Rica, entre otros.