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Etiqueta: manipulación

ECLIPSES

Daniel Lara

En el largo recorrido de la historia, en sus inicios y bien andado algún tiempo, el movimiento de los astros, de planetas, estrellas, meteoros y el sin fin de materia observable, motivaba las más distintas interpretaciones y explicaciones. Las religiones primitivas y no tan primitivas les adosaban a los fenómenos celestes causales de orden divino, ya fuera la voluntad de dioses vengativos o benévolos. La realidad empezó a eclipsarse desde entonces como cuando la luna se interpone ante la luminosidad del sol. La realidad eclipsada por lo mágico, por la fe y desde luego por los intereses de algunos sacerdotes o chamanes que sacaban provecho de su clarividencia y lograban poner a sus pies a esos otros humanos. A esos otros que Platón escenifico en su caverna, tributarios del engaño, víctimas ingenuas una razón exigua. La razón de entonces.

Por aquellos tiempos remotos los eclipses naturales se asumían gracias a las interpretaciones interesadas de voceros revestidos de poder. Otros fenómenos de la convivencia humana fueron ocultados o mimetizados. La esclavitud devino en voluntad de los dioses, la apropiación de las cosechas y del agua obedecía también a esos criterios, el poder de dar muerte a otros era bendición y se obtenían regalías y ascensos obedeciendo el mandato de lo construido simbólicamente.

Pasaron siglos, milenios, para que de a poco cayeran los velos y las personas salieran de la ignorancia inducida por el juego y fuego de la caverna. Salieron y lograron ver el sol, las cosas tal cual y las sombras que proyectaban. Empezaba a develarse el mito y fue surgiendo la ciencia, la astronomía, una racionalidad que disputaba la narrativa de los iluminados por la fe. Un buen día, gracias a lentes y mentes lúcidas se descubrieron las órbitas de nuestros elementos celestiales más cercanos: la luna, el sol, las estrellas, cometas y otras fuentes de luz. Se calcularon trayectorias, tiempos y recurrencias. Los navegantes y la agricultura se favorecieron de los nuevos conocimientos. Avanzamos un poquito, pero tan solo unos pasos. Surgirían nuevos eclipses, nuevos sacerdotes, nuevas explicaciones, otras mentiras y otras víctimas.

Las distintas verdades, construidas y sostenidas por privilegiados ordenaban el mundo, confiscaban el trabajo de todos haciendo del reparto algo también de orden divino. La ciencia explicó lo natural físico en un principio y de a poco metió narices en los fenómenos sociales. Se descubrieron cosas como la fetichización del mundo, el movimiento de la economía y el trabajo como fuente de la riqueza. Pero lo descubierto por las ciencias sociales permanece en buena medida eclipsado por la narrativa de los dioses que vigilan el mundo desde la cumbre de nuevas pirámides. Los nuevos sacerdotes, al igual que sus predecesores, hacen de lado el conocimiento y nos repiten hasta el cansancio que la pobreza y la desigualdad devine de la voluntad de cada quien. Es voluntad de dios que unos coman y otros subsistan. En todo caso su suerte es la suya porque los sacerdotes sin sotana de hoy ocultan un nosotros y magnifican un Yo. Los altares de hoy difieren en forma, ayer en montículos de piedra tallado, los de hoy desde oficinas lujosas con aires acondicionados y computadores que siguen el curso del divino mercado. Nos dicen hoy que la violencia delincuencial se combate con balas, cárcel y leyes draconianas. Su versión oscurece y logra tapar las causas de la violencia desbordada, televisada y manoseada. La desigualdad, la inmensa pobreza y la exclusión que sufren las mayorías son vilmente tergiversadas y tapadas por el engaño de una narrativa egoísta. El disfrute material y espiritual que les daría goce y libertad a muchos quedan ocultas por el paso del astro de la política perversa. El dios mercado y los ángeles de la competencia y el egoísmo están en los nuevos cielos.

Acontecen los eclipses por doquier, las aguas envenenadas de Fukushima vertidas a los océanos no son televisadas, la inversión de víctimas y victimarios en Palestina hacen de una cárcel a cielo abierto una tragedia que debería enlutar al mundo, pero triunfa la mentira de los países cómplices y poderosos. Nos dicen que el litio es la panacea y la superación de los hidrocarburos, otra mentira cruel, no nos dicen del agua para su proceso ni que se hará con los desperdicios. Algunos ganan y otros pierden en este nuevo eclipse tecnológico. Valen más las tetas de Megan Fox que las escuálidas mamas de una madre sudanesa o haitiana. Las bellas deseadas y las otras eclipsadas por el marketing y la promoción de todos los valores banales de una propuesta de sociedad asentada en la explotación, la crueldad y el consumo inútil de cuanta chuchería pueden inventar los dioses de las industrias.  Salimos de unas cavernas y nos sumergieron en otras. Vemos proyectado un mundo y sufrimos otro.

Los eclipses de sol o de luna ocurren muy de vez en cuando, se dan en los tiempos del Universo que son mayores a los tiempos de nuestro efímero tránsito de vida. Sin embargo, los eclipses de la sociedad humana se suscitan todos los días, a toda hora, a cada minuto. En un instante millones sufren hambre, enfermedad, guerra y lo más trágico: indiferencia.

Es el mediodía de un catorce de octubre del año dos mil veintitrés, ha oscurecido, dejo la computadora y salgo a la calle, mis vecinos miran al cielo, ríen, se asombran y comentan entre ellos la maravilla celestial gracias a sus anteojos comprados en La Universal. A unos pasos un indigente escarba las bolsas de basura, pero nadie lo ve, el eclipse lo oculta. Las razones de hoy no alcanzan para decir que abandonamos para siempre la oscuridad de la caverna y sus imágenes proyectadas.

Imagen: UCR

El show quemado

Jiddu Rojas Jiménez

¿Se nos fue Costa Rica? ¿Se nos va el Estado Social de Derecho, nuestras conquistas sociales y laborales, y hasta la Democracia?

Lamentable. Pero más lamentable sería no denunciar, callar y no luchar. Por eso escribo esto, casi como un imperativo más que moral, existencial.

Recientemente, por ejemplo, nos deleitaron con el Show Legislativo de Doña «Pilarsh», producido por el mentado «Malacrianza», «also starring by»: Mr. Baruch (y no Spinoza) y La Nación, SA., y los diferentes sectores empresariales en disputa y rapiña.

En esta guerra interna entre diferentes cúpulas empresariales, — pocas con sentido de Patria y Solidaridad —, el nivel de sus operadores políticos tránsfugas, ha decaído aceleradamente. Sobre todo, para el oficialismo acostumbrado al populismo neocón, más irracional.

¿Todo se vale para el gobierno actual cuando sale a comunicar algo? ¿Es acaso como un gran «Vodevil» barato televisado y de muy mal gusto? ¿Es un sueño, un delirio, una pesadilla totalitaria tropicalizada?

Sin embargo, su «rating» además, objetivamente, está bajando aceleradamente, frente a la ferocidad de la crisis real.

¿Sarcasmo aparte, será de verdad entonces que la Casa Presidencial de Zapote, se convirtió en la Plaza de Toros?

Repasemos por si fuese poco, el anterior contexto de desesperanza y caos social construido nacionalmente, frente a esta especie «teatro- político» del mal gusto:

Los troles, los ramashekos, los fanáticos, la corrupción normalizada, la demagogia vil, el estilo comunicativo de «matón» del Ejecutivo, y el cinismo en la propaganda. La crisis nacional tiene historia.

Los «logros» concretos del Gobierno actual son apabullantes:

El ataque permanente a la Caja (CCSS), la venta del BCR, al AYA y ASADAS, al ICE, al INA, al MEP, el ataque al FEES y a la universidad pública; la intensa destrucción del sector agro, y el sabotaje a la posibilidad de soberanía alimentaria, más la fracasada «Ruta del Arroz» en beneficio de los amigos importadores; la desigualdad creciente; las amenazas a sindicalistas; el narco; el sabotaje a la credibilidad del Poder Judicial; el atribuirse logros de otras administraciones (v.gr., el nuevo tramo de la circunvalación); los escándalos de nombramientos de funcionarios no idóneos y las renuncias subsecuentes; la insólita huelga de policías; la crisis económica eterna; la inseguridad ciudadana; la miope receta neoliberal contra el sector público; etc. La lista crece y crece.

Mientras, el discurso de odio y la confusión siguen creciendo, ¿qué más seguirá?

¿Más polarización, más desinformación sostenida, más fanatismo, más manipulación, más prejuicios, más mentiras, hasta llegar a la violencia política?

Persiste la cínica estrategia del oficialismo y sus medios, de la llamada «Inversión Axiológica» (Franz Hinkelammert): Presentar a la «víctima» como el «victimario», y viceversa.

¿Es como si se alimentaran sólo del caos organizado, de la discordia gratuita, de la ignorancia sostenida, del miedo provocado, de la mentira permanente, de la hipocresía descarada, del dolor social, o sea, del «Tánatos» colectivo?

Muy triste nuestro panorama político y general, como República.

Anunciado estaba. Desgraciadamente, no nos equivocamos. Lo advertimos incluso.

En consecuencia faltan tres años de resistencia, de hacer posible lo imposible, de construir la articulación de nuestras diferencias, para una más amplia unidad democrática y popular; sobre todo es hora para la creatividad, para la educación política, para la formación ciudadana, para la movilización inteligente, para pensar la política ontológicamente desde la «Esperanza Concreta» (Ernst Bloch), y sobre todo, para reconstruir el amor por el prójimo, para la verdadera fraternidad, y para volver a soñar con la Igualdad social con Libertad.

Pero… «Caute», reza el epitafio del gran filósofo Baruch Spinoza. ¡Cuidado!

El riesgo de un discurso infundado 

Por Memo Acuña (escritor y sociólogo costarricense)

Hace poco un medio de comunicación nacional me preguntaba mi opinión sobre el tránsito de personas por el paso fronterizo entre Colombia y Panamá denominado Tapón del Darién y las implicaciones para el país de una posible afluencia masiva de migrantes una vez superado ese duro trance.

Mi respuesta fue ubicar el sentido de dinámica de la movilidad en la que las personas en tránsito no buscan quedarse en el país sino más bien generarse las condiciones requeridas para continuar su camino.

Es un proceso con varias dimensiones concatenadas y no puede ser reducido a un asunto de hipervisibilización o aumento de la inseguridad provocada por el paso de tales movilidades.

Trabajar en argumentar desde una idea como estas, contribuye a desmontar la noción difundida de una crisis migratoria que el país debe atender con sus escasos recursos.

La crisis, lo hemos dicho en innumerables ocasiones, no la producen quienes migran sino los sistemas institucionales, económicos y sociales que crean las condiciones causales a las que se adiciona la implementación de políticas migratorias basadas en el enfoque securitario.

Un aspecto que adiciona a la fabricación de las crisis migratorias es la socialización de informaciones distorsionadas o que den la impresión de que la situación no puede controlarse. Justamente el presidente de la República, Rodrigo Chaves emitió recientemente una opinión en la que señalaba el costo ( SIC) de mantener a poblaciones migrantes en el país dotándolas de servicios como educación y salud.

Si el enfoque es el costo, algo anda mal en la posición gubernamental y denota ciertamente un uso instrumental del tema para seguir generando núcleos duros de apoyo con temas sensibles. Bien es sabido que en regímenes populistas, los gobiernos se granjean el apoyo popular estableciendo posiciones que la mayoría desea escuchar. La migración es uno de ellos.

Hubiera sido necesario que antes de emitir tales declaraciones, el mandatorio dedicara un par de horas de su intensa agenda para leer con detalle el informe de la OCDE-OIT de 2018 sobre la contribución de as migraciones al desarrollo económico del país. Sabría que por ejemplo esa contribución fue estimada en cerca de un 12% del Producto Interno Bruto, aporte para nada menor en las circunstancias de la economía global y nacional.

La reciente designación de una nueva jerarca de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) indica dos aspectos a señalar: la inconsistencia que ha caracterizado el liderazgo del sector en los últimos años y su ubicación como parte del ámbito de seguridad, gobernación y policía.

En la actualidad se discute una nueva política migratoria por entrar en vigencia a partir de 2024. Convendría discutir con seriedad si la Institucionalidad que gestiona las migraciones en el país debe seguir ubicada bajo el alero de los esquemas securitarios que, entre otras cosas, se nutren con fuerza de opiniones orientadas a construir una corriente de opinión contraria a la gestión de tales procesos, basada en el respeto irrestricto a los derechos humanos.

El país se enfrenta a uno más de sus actuales desafíos. Las migraciones no pueden ser problematizadas de la forma en que la sociedad lo ha hecho hasta el momento. Es necesario un golpe de timón histórico que incluya decencia, conocimiento y oficio para acabar con las percepciones negativas y los peligros de opiniones que luego se conviertan en acciones de intolerancia, discriminación y rechazo.

La necesidad de un “streamer”

Oscar Madrigal

Me decía mi hija un día de estos: voy a explicarle, primero, qué es un “streamer” para que entienda la noticia, lo cual era cierto. El “streamer” es quien usa, me decía, alguna plataforma para hacer trasmisiones ya sea en vivo o en diferido. Hay streamer muy famosos, algunos ganan millones de dólares y los más famosos de los famosos son aquellos que trasmiten y explican videojuegos. Pues bien, me dice, la noticia es que AMLO, Andrés Manuel López Obrador, el presidente de Méjico ocupó la posición número 6 entre todos los “streamers” de habla Hispana. Y están furiosos, porque lo desconocen como parte del gremio. AMLO contesta preguntas en “vivo” o en directo y explica muchas veces partes de la historia mejicana y mundial.

Este hecho me trajo a la memoria cuando fui a grabar unas conferencias a la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE) creyendo que lo haríamos probablemente con una camarita. Sin embargo, me encontré con un estudio digno o mejor que el de muchas televisoras que conocemos. Y con un personal que proviene, incluso, de Canal 7 y un equipo creativo muy competente.

Me imagino que otros sindicatos, especialmente del Magisterio, tendrán estudios de igual magnitud o mejores. Y cualquiera se pregunta, ¿por qué no se unen para crear un “streamer” colectivo?

La lucha por ganar la conciencia de la opinión pública, la conciencia de la clase trabajadora es una necesidad impostergable como lo estamos viendo en el país. Hay que combatir la mentira y el miedo y eso solo se puede hacer con programas que orienten, informen y formen y desmonten las falsedades o bulos del gobierno y las cámaras empresariales. Creímos que las redes sociales democratizarían la opinión pública pero -como se demuestra hasta la saciedad actualmente- otras multinacionales y multimillonarios grupos, controlan y manipulan la opinión y el criterio de las gentes ya sea a través de troles o de fake news, noticias falsas.

En países como España, el grupo Podemos ha creado un canal para enfrentar la desinformación, con excelentes resultados. Igualmente, en otros países las fuerzas progresistas tratan de romper el bloqueo informático.

En Costa Rica gente como Héctor Ferlini con SURCOS hace un ingente esfuerzo ya de muchos años por dar voz a los movimientos populares. Y de seguro igual ocurre en muchos otros sectores y lugares.

El movimiento popular, encabezado por los sindicatos, pueden darle unidad a todos esos esfuerzos. La creación de un canal de televisión alternativo o algo parecido, puede ser el instrumento que una y fortalezca al pueblo.

A ver si creamos un “streamer” colectivo, un Canal que promueva la verdad y enfrente la mentira de los medios, las Cámaras y el Gobierno. Solo hace falta voluntad.

El presidente, la ministra, las conjeturas y la imagen del gobierno

José Luis Pacheco Murillo

El anuncio del presidente de la República, en el sentido de que está preparando una conferencia de prensa para este lunes 9 sobre el tema de la ministra de Salud, ha disparado las conjeturas sobre si la quitará o no como ministra.

Pareciera que la presión pública en contra de la ministra, que desde el principio del gobierno se ha dado y que aumentó con el tema de los troles, hizo que el señor Chaves Robles tuviera que manifestarse sobre el asunto.

La forma como se ha anunciado la conferencia de prensa ha generado mucho “morbo”, y a pesar de que posiblemente tanto presidente como ministra han dialogado y saben lo que ocurrirá, para el pueblo es toda una expectativa.

Considero que las actuaciones de la ministra han demostrado su inexperiencia y su falta de conocimiento para el ejercicio del cargo, y si el tema de los troles es cierto y según la prensa ella confesó que lo hizo, aunque con otro propósito, lo prudente y lo lógico para la buena imagen del gobierno es que ella deje su cargo, y lo prudente y lo lógico para la buena imagen de ella es que ya haya renunciado y sea esa la información que dé el presidente.

Toda una incógnita creada en torno a dos figuras que se notan cercanas y con deseos de defenderse una a la otra, pero que bajo las circunstancias el señor presidente no debe arriesgarse más a costo de su propia imagen.

Esperaremos para ver el resultado de esta “fabula” montada alrededor de la ministra de Salud.

Dios quiera que sea lo Mejor para Costa Rica.

TROLES y gobernantes

Freddy Pacheco León

LA COBARDÍA que exhiben los mensajes anónimos por redes sociales mal usadas, se concentran cual esencia, en los troles.

Esos tipos deleznables, asquerosos que nadan en aguas inmorales. Y siendo así, es inaceptable, por imprudente y escaso de ética, que persona alguna le pague a un trol para que, por su medio, pueda lanzar acusaciones vulgares, falsas, sucias.

Y si esa persona es además miembro de algún poder de la República, es incalificable acción tan ruin, tan despreciable, porque los cimientos mismos del sistema republicano son erosionados por quien así se comporta. Y es que, más allá del Juramento por cumplir la Constitución y las leyes, el a veces desdeñado componente moral, adquiere superior relevancia.

El contrato con un trol puede incluir una paga, o no, eso es indiferente. Lo detestable es que se establezca esa relación gobernante-trol, aunque fuese tangencial, circunstancial o «de oportunidad», pues exhibe la estatura ética del servidor público que así se comporta. Y como consecuencia, degrada la estructura democrática que más bien ha de ser fortalecida por el soberano y sus gobernantes.

¡No es un asunto menor! y por ello, y más, tal delito ha de ser sancionado por autoridades judiciales y electorales, como un esfuerzo por devolver la confianza a un pueblo abatido, que poco a poco va perdiendo la esperanza por ser testigo de un renacer robusto de su Patria, bajo la mirada de don Juanito Mora.

Chaves, los troles y el Día de los Inocentes

Por José Luis Amador

Me llama poderosamente la atención la forma en que el gobierno del señor Chaves viene manejando la información y la manera ingenua en que la población la consume.

Siempre he creído que los gobiernos deben tener mecanismos eficientes de información para divulgar su obra. Aquí el asunto va más allá de eso. Lo que el señor Chaves hace es propaganda pura y dura.

Recuerdo cuando el gobierno Alvarado intentaba divulgar su obra y como se le recortaba el presupuesto y se hacían alharacas por parte de los diputados de oposición para que no pudiera hacerlo.

Considero que incluso las instituciones estatales deben dar a conocer lo que están haciendo. No solo porque es un derecho del ciudadano estar informado, sino porque es fácil golpear instituciones que la gente desconoce: la peor agresión contra un gobierno o una institución estatal es cultivar la ignorancia y el desconocimiento respecto a su obra.

Sin embargo, la propaganda simplemente adulatoria, el engrandecimiento vano, el bluf no es sano. Es el mismo fenómeno que vemos en El Salvador con el presidente Bukele. Basta con abrir YouTube para encontrar la propaganda a favor de este señor, presancochada y destinada a bukelizar su país y allá ellos. Pero igualmente nos está ocurriendo aquí con el señor Chaves.

Recientemente ha trascendido el testimonio de un troll que asegura que se le ha pagado dinero del Estado por engrandecer y magnificar la imagen del señor Chaves y de la señora ministra de Salud, y al mismo tiempo empañar y denigrar la imagen de sus adversarios políticos y periodísticos. Incluso asegura este señor, que se le ha pagado para atacar al anterior partido de Chaves y favorecer la imagen del nuevo partido, que los amigos de Chaves están fundando. ¡Vaya usted a saber!

Este manejo tan deshonesto de la información y de los medios no tiene nada de nuevo. Es la manera en que han actuado siempre ciertos partidos políticos, pero se ha puesto de moda en los últimos tiempos bajo el elegante nombre de post-verdad, como un cáncer y una aberración que enferma nuestra democracia.

En México, por ejemplo, se denunció la existencia de casas actuando de manera oculta en la campaña contra López Obrador. En estas casas operaban oficinas con editores con diseñadores gráficos para elaborar memes escritores a sueldo contratados para tal fin. Toda una fábrica de información de masas para movilizar a una nación, pero especialmente a los sectores más vulnerables y menos avezados en el manejo de información política. Aquellos para quienes un chiste o un chisme, es toda la información necesaria para decidir la suerte de un país.

En nuestro país era obvio la existencia de baterías solapadas de desinformación, desfigurando y atacando la imagen del gobierno y la persona de Carlos Alvarado. Lo paradójico es que mientras Alvarado hacía un trabajo favorable a la derecha, con impuestos y leyes antihuelgas y antilaborales, en las redes electrónicas y en algunas emisoras de radio, los troles le construían una imagen de izquierdista vinculado a Cuba y Venezuela. Imagen que todavía hoy consumen sectores de bajo nivel académico, en donde arraiga bien este tipo de trabajo desinformativo.

Siempre en nuestro país, me llamó la atención observar que, coincidiendo con el triunfo de Chaves, algunos pequeños comunicadores rurales de la zona sur, o de la zona norte, muy conocidos en los disturbios contra Alvarado o contra el Covid, aparecieran de pronto formando un coro de pequeños comunicadores, todos haciendo propaganda a favor del nuevo gobierno, muy posiblemente reclutados y alineados. Los vemos divulgando notas de apoyo al gobierno, fragmentos de las ruedas de prensa, participando activamente ellos mismos en tales eventos, reproduciendo manifestaciones favorables a Chaves, atacando a los eventuales críticos al gobierno y etc. Nótese que esto ocurría al mismo tiempo que se anulaba a la Gran Prensa, la prensa comercial tradicional, la “prensa canalla”.

Obviamente existe una intencionalidad, una inteligencia al respecto y una lógica de comunicación estructurada, no por coincidencia, a favor del gobierno y es entonces fácil de entender cómo se sostiene el alto rating de simpatía y de inocencia, a favor del gobierno y del Señor Presidente de la República.

Lo que llama poderosamente la atención es la falta de estudios, y el silencio de los periodistas profesionales, así como el silencio de las escuelas de comunicación del país. Me extraña. Será porque vengo de una época y de una generación donde estos fenómenos sociales, eran objeto de análisis y denuncia, aunque no fuera más que por desahogo y ejercicio académico.

Por lo pronto sigamos celebrando EL DÍA DE LOS INOCENTES, por algunos meses más.

FELIZ DÍA DE LA INOCENCIA, PARA USTED TAMBIÉN.

Desprendámonos de la sociedad del desatino

Lorena Rodríguez. Filóloga, máster en lingüística y en educación.

Mucho hemos escuchado la frase: “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”, sin embargo, me atrevo a replantearla así: “en cada época, los pueblos tendrán el gobierno propio de su momento histórico”.

Ajenos, como solemos estar la enorme mayoría de los ciudadanos, de los constructos y los grandes movimientos sociológicos generadores de cambio, especularé un poco al respecto. En Costa Rica, hoy, en pleno siglo XXI, momento hacia el que se dirigían anhelantes nuestras miradas desamparadas de la centuria anterior, después de haberse desangrado en dos penosas guerras mundiales, enormes conflictos políticos e impensables cambios socioeconómicos, fue como llegamos a una meseta colmada de desatinos, y en el caso que me ocupa, tal desatino desembocó en la elección del actual gobierno. Es entonces cuando delibero sobre una época en la que tenemos un grupo gobernante propio de este momento histórico, un momento y un lugar en el cual nos encontramos en el desamparo ideológico, hijo, no solo de la demagogia sino de lo que bien se ha denominado por los estudiosos “el ilusionismo mental”, nefasto para cualquier sociedad.

Hemos hecho oídos sordos, a través de muchos años, de profesionales de alto nivel que han hecho gala de su claro menosprecio hacia temas éticos fundamentales y nos hemos reído de ello, como si se tratara de una comedia que se acaba al caer el telón.

Hemos sido testigos de la caída libre del crecimiento intelectual por generaciones, las cuales han crecido y se han desarrollado sin la dirección exacta de una auténtica formación en el campo del saber como tal, engreídas todas por la posesión de una cantidad cada vez más abrumadora de simple información. El conocimiento, al cual se accede por el duro camino de la reflexión y la profundización de las cuestiones fundamentales y decisivas de la vida, ha sido sustituido por la instrucción y el entusiasmo por la expresión personal que los convierten en verdaderos intrusos en el campo del discernimiento, y se lanzan, cual aves enceguecidas y empoderadas, al vacío. Hoy obtenemos una clase gobernante a la medida de nuestras banalidades.

Producto de este declive bochornoso en la formación ética y religiosa, jóvenes y no tanto, se adueñan de las redes sociales que, cual serpiente que se come la cola, es fuente y receptáculo de incontables despropósitos. Ahí declaran todo tipo de opiniones con fuertes deficiencias de conocimiento histórico, económico y político, aferrados a una intuición espontánea e instintiva, creyéndose dueños de un poder que en realidad no tienen y sin reconocerse víctimas de una manipulación continuada. De esta manera, se construyen argumentaciones falaces, aceptadas y repetidas por otros, incapaces de reconocerlas; se normalizan las conductas inmorales por una supuesta existencia común; se copian y se reproducen escenarios delictivos al ser presentados como resultado de pensamientos audaces y voluntades férreas; se aborrece a los intensos que muevan a la reflexión y a todo escrutinio que requiera tiempo y dedicación, ya que “después de la pandemia”, lo que antes era pereza, hoy es “espacio personal”.

Entonces, ¿qué esperar de unos gobernantes cuyas ocurrencias son aclamadas por una multitud de frívolos, cuya triste estulticia es producto directo del descuido intelectual de sus mayores? ¿Qué esperar de quienes, por miedo al micrófono, lo ceden a quien, por sus años de experiencia usándolo, se adueña, a su vez, de una voz que hace resonar como LA voz? No, muy triste, pero debo subrayar que este es el resultado de décadas de abandono en la educación, de intentos fallidos y replanteamientos a través de los cuáles se introdujeron cambios interesantes como el estudio de la Lógica (la cual pocos entendieron), para luego eliminarlos. Hoy, ya exhaustos, nos abandonamos a programas foráneos que buscan la construcción de una identidad multinacional, cuando en realidad significa borrar los Estudios Sociales y la Cívica, sendos pilares de la significación y el cuidado de lo nuestro.

Todo esto se trata, pues, de una culpa colectiva y, por lo tanto, no existen inocentes.

Los que estamos no podemos decir que no hemos estado y, para no faltar a la verdad, debo decir que también muchos dilectos costarricenses se han alejado de nuestras fronteras por estas y otras razones. Gran parte de ellos han forjado carreras exitosas en el extranjero, producto en su mayoría de una universidad sencilla, nacida del regazo de Santo Tomás y que ha ido creciendo vigorosa, para situarse entre las mejores de Latinoamérica: la Universidad de Costa Rica. Ahora, estos necios descendientes del infortunio, hijos de la inmediatez y hoy llegados al poder, buscan cercenarla. En la búsqueda de nuevos horizontes, sin embargo otros que también se fueron y volvieron, no vieron nuestra gloria, sino que aprendieron a despreciar la robustez de una democracia que, fácilmente, puede declararse descendiente dilecta de la época de oro de Pericles, a quien debemos la frase “Decídanse, porque la felicidad depende de ser libres y la libertad depende de ser valientes”. Entiendo que, en estos momentos, hasta citar esta frase resulte peligroso. Sin el debido entendimiento, cualquiera puede adueñarse de ella para justificar sus desatinos y disfrazarlos de valentía, por eso, ojo, compatriotas, el camino fácil nunca conduce a buenos lugares. Es hora de ponerse serios para que la comodidad de nuestros sitios de trabajo y de nuestros hogares no se convierta en los asientos de platea desde los cuales observamos cómo nuestra institucionalidad y nuestros derechos son lanzados a los leones por una simple señal del dedo pulgar desde la silla presidencial.

Imagen: culturacolectiva.com

Justificar con el engaño para atacar la educación

Abelardo Morales Gamboa

Abelardo Morales Gamboa.

Piden los ministros en las negociaciones de los fondos para la educación superior que las universidades no engañen a sus estudiantes y que no es su propósito provocar un enfrentamiento dentro de la educación pública. Pero, basados en información falsa, eso es lo que hacen ellos y el gobierno. Pretender un recorte en la educación superior poniendo como justificación los problemas de la educación primaria y secundaria y las necesidades del “apagón” educativo, además de la poquedad del argumento, es absurdo.

Si hay conceptos burdos, uno de esos ha sido el de apagón educativo, pues se presta para que en términos semióticos se le reduzca a las simplificaciones entre lo blanco y lo negro y, con ello, se vuelve fácil término para las manipulaciones. Pintar a toda la educación como un desastre es un desastre. En todo caso, el empobrecimiento de la calidad de la educación no está determinado y no se resuelve con infraestructura o no depende de esta a secas. Con ese enfoque se reduce el problema de la calidad a  un fenómeno estético. La gente no va a salir de la pobreza y de la ignorancia llevándola a vivir a casas bonitas. Se puede y debe dotarles de viviendas con buena infraestructura, pero hay que ayudarles a transformar sus condiciones de vida. Lo mismo debe hacerse con la educación, hay que cambiar las condiciones que afectan la calidad de la enseñanza y de la educación.

No es cierto que el financiamiento de las universidades afecte el presupuesto para infraestructura de escuelas y colegios. Está demostrado que los recursos para infraestructura del Ministerio de Educación Pública no llegan a la fase de ejecución, son objeto de múltiples entrabamientos, se invierten mal y no están sujetos a una adecuada fiscalización porque el área de infraestructura del Ministerio, desde hace muchos gobiernos, está controlada por un segmento de la burocracia a la cual muchos ministros le han temido. Por eso, ese es un pésimo argumento para decir que hay que recortar el financiamiento de las universidades.

Por otra parte, la mala calidad de la enseñanza se viene arrastrando como consecuencia de la mala formación de maestros y profesores, también desde hace muchas décadas. En eso tienen responsabilidad las escuelas y facultades de educación de las universidades públicas, pero solo en parte; porque el origen principal de la mala preparación de los docentes no es ni más ni menos que la pésima calidad de los programas de educación de las universidades privadas que se convirtieron en un mercado fácil para el “tituladero” de profesionales que llegan a las aulas sin conocimientos y sin vocación docente. Casualmente las universidades privadas son el negocio de la familia de la ministra de educación. Son un negocio por los elevados cánones que cobran a los estudiantes y los pésimos salarios que pagan a sus profesores.

En efecto, tienen razón los ministros cuando aseguran que la educación pública enfrenta actualmente grandes dilemas; pero han escogido mal porque optaron, contrario a lo que proponen, por provocar artificiales enfrentamientos entre sectores de la educación y en especial de la educación pública. La transformación de la educación requiere de políticas educativas que no las tiene este gobierno, no de burdas decisiones fiscales. Justificar con el engaño es todo lo contrario al sentido de la educación. Las instituciones educativas y la cultura han transformado a este país desde que se hicieron las reformas educativas en el siglo XIX y puedo demostrar que, como muchos otros millones de costarricenses, yo he sido uno de sus herederos (P. Bourdieu y J.C. Passeron, Los herederos. Los estudiantes y la cultura). En fin, vamos a tener que defender a la institución de la educación y de la cultura, como bienes públicos, con todas las armas que una sociedad civilizada y educada nos permita.

La acometida de la ignorancia

Dr. Luis Paulino Vargas

En un video difundido el día de ayer, y dirigido a las universidades públicas, Katharina Müller, ministra de educación, incurre en múltiples falacias, tergiversaciones, contradicciones…y también mentiras.

La señora manipula, para tratar de crear un conflicto artificial: sistema educativo de niveles primario y secundario contra las universidades; estudiantes de primaria y secundaria contra estudiantes de la educación superior; docentes de primaria y secundaria contra docentes del nivel superior.

Por ignorancia, arbitrariedad, o ambas cosas, pero es obvio que Müller no comprende lo que es distintivo de las universidades, no solo en Costa Rica sino en cualquier país del mundo. Pero, en fin, si ni siquiera comprende por qué es importante la enseñanza de las matemáticas, difícilmente podría entender el papel que les toca desempeñar a las universidades. De ahí, las disparatadas comparaciones a las que apela.

Primero, la formación profesional de nivel terciario es mucho más cara que la formación que se brinda en niveles inferiores, por lo que comparar lo uno con lo otro es absurdo. Piénsese los costos que conlleva la formación de una médica, un ingeniero, una informática, un farmacéutico, una geóloga, un químico. Piénsese en el alto costo asociado a los estudios de posgrado (especialidades, maestrías, doctorados), que necesariamente deben aspirar a niveles muy altos de rigor académico y científico.

Segundo, a lo largo de la historia, las universidades son, por excelencia, centros generadores de pensamiento crítico, como, asimismo, fuerzas impulsoras importantes para el cultivo de una sensibilidad superior, en todo lo cual juegan un papel fundamental, las ciencias sociales, la filosofía, el arte y, en general, las humanidades.

Tercero, de las universidades depende, en grado muy significativo, el desarrollo de la investigación científica y tecnológica, la cual es necesariamente cara.

Cuarto, restringir la investigación científica a lo que sea “útil”, o sea, rentable, es, no solo una visión muy estrecha y mezquina, sino, y a decir verdad, una palmaria muestra de ignorancia. Acontece que sin investigación básica no hay desarrollo tecnológico posible. No comprender esto, es lo propio de una mentalidad encadenada al subdesarrollo.

Las universidades públicas, tienen muchos logros como también múltiples defectos. Lo reconozco: han sido remolonas cuando de corregir esos defectos se trata. Y, sin embargo, sigue siendo cierto que cumplen un papel fundamental, que absolutamente nadie más cumplirá en Costa Rica. Destruirlas, como busca hacerlo este gobierno, no es el camino correcto.

Compartido con SURCOS por Juan Carlos Cruz Barrientos.