La falta del factor clave dentro del MAS – IPSP
Por Vladimir Huarachi Copa
El conflicto fratricida dentro del Movimiento Al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS – IPSP), protagonizado por las facciones “evista” y “arcista”, parece intensificarse sin dejar heridos ni prisioneros visibles, o al menos así lo retratan los medios de comunicación en los últimos días. Las acusaciones mutuas, muchas veces cargadas de doble moral, se han convertido en una constante que refleja la normalización de estos enfrentamientos en la cultura política boliviana. Sin embargo, en medio de esta pugna interna, ninguna de las partes ofrece señales claras de un relevo generacional dentro del MAS – IPSP, un cambio que podría facilitar la reconstrucción de la unidad en la diversidad, promoviendo la inclusión y la igualdad entre las distintas corrientes.
¿Por qué es importante este relevo generacional en el MAS – IPSP? Este cambio parece ser la única vía posible para que el partido supere, aunque sea parcialmente, la crisis que enfrenta, una crisis provocada por los intereses personales de una generación de políticos cuyo proyecto de país ha quedado obsoleto. Esta visión, en su momento alineada con los principios de la última Constitución Política del Estado, hoy parece agotada. A pesar de que existen jóvenes políticos dentro del MAS que defienden la unidad y una renovación del liderazgo, las estructuras orgánicas del partido y su dinámica interna parecen ser el principal obstáculo para que estos jóvenes puedan ejercer una influencia real. Si bien muchos de ellos poseen una idea clara del país que aspiran construir, su rol dentro del partido se limita a ser simples peldaños para los líderes tradicionales.
En este contexto, las juventudes, que deberían ser actores clave en la resolución de la crisis interna del MAS – IPSP, han quedado relegadas a un segundo plano, perdiendo la posibilidad de influir de manera significativa en los recientes acontecimientos. Esta exclusión podría afectar la capacidad del partido para enfrentar con éxito las elecciones presidenciales de 2025. No obstante, su exclusión no significa que estén ajenos a los problemas que les ha legado la generación anterior. La doble moral, característica de la pugna actual, no es exclusiva de un solo grupo político; permea todo el tejido militante y simpatizante del instrumento político, extendiendo así el conflicto más allá de las facciones enfrentadas.
Frente a este escenario adverso, la capacidad de reorganización del MAS – IPSP emerge como un factor decisivo para encarar los nuevos desafíos, tanto internos como externos. Un ejemplo de resiliencia es el liderazgo demostrado por Andrónico Rodríguez, presidente de la Cámara de Senadores, quien ha tenido un rol fundamental en momentos críticos para el país. Su liderazgo se evidenció tras la crisis política de las elecciones de 2019, en la gestión de la Ley de Emergencia Sanitaria durante la pandemia de COVID-19, en las tensiones sobre la Ley 1386 y el paro cívico de 2021, así como en los debates sobre las reformas judiciales y los conflictos con el Poder Judicial.