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Etiqueta: matrimonio igualitario

Movimiento Nacional por el Matrimonio Igualitario defiende reconocimiento de sus derechos

Frente a la Sala Constitucional

  • Por inminente resolución sobre el matrimonio igualitario y de las uniones de hecho entre parejas del mismo sexo
  • Organizaciones y colectivos convocan a manifestación pacífica y entregan carta a Tribunal Constitucional

 

Más de 25 organizaciones y colectivos de las poblaciones LGBTIQ+ se han unido bajo el “Movimiento Nacional por el Matrimonio Igualitario” para defender el reconocimiento de sus derechos ante la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.

Como parte de sus acciones, el Movimiento convoca a la concentración “#LlenemosLaCorteDeAmor” este sábado 4 de agosto, en la Plaza de la Justicia de la Corte Suprema de Justicia, a partir de las 10:00 a.m.

Esto, ya que el Tribunal Constitucional anunció que resolverá -en la primera quincena de agosto- dos asuntos en donde se reconocerían el matrimonio igualitario y las uniones de hecho entre parejas del mismo sexo. Esos procedimientos se tramitan en esa sede judicial desde el 2015 y 2013, respectivamente.

“Con esta manifestación queremos hacer un respetuoso llamado a las señoras y señores Magistrados para que cumplan con las obligaciones internacionales para proteger a todas las familias” mencionó Nisa Sanz, vocera del Movimiento.

Lo anterior, dado que esa Corte internacional determinó, en la Opinión Consultiva n.° OC-24/17, que el Estado de Costa Rica debe reconocer a las parejas del mismo sexo las figuras jurídicas que existen para las uniones entre personas de distinto sexo, incluido el matrimonio. El Tribunal argumentó que la creación de cualquier otra figura diferente sería “estigmatizante” en contra de las poblaciones LGTBIQ+.

“Además, como Movimiento, entregaremos un escrito a la Sala Constitucional, solicitando que respete la jurisprudencia en defensa del Derecho Internacional y los Derechos Humanos que ha mantenido desde 1995, donde estableció que las opiniones consultivas son vinculantes para Costa Rica” añadió Larissa Arroyo, vocera del Movimiento.

Esa carta, suscrita por representantes de todas las organizaciones y colectivos que conforman el Movimiento Nacional por el Matrimonio Igualitario, también hace un llamado para que sean los argumentos técnico-jurídicos los que imperen en la resolución de esos asuntos por parte de la Sala.

“El próximo año la Sala Constitucional, órgano fundamental de la democracia costarricense, cumple 30 años. Es momento de que salve la deuda histórica que ha mantiene con las parejas del mismo sexo y no evite su responsabilidad en la defensa de los Derechos Humanos de todas las poblaciones del país”, mencionó Luis Paulino Vargas, vocero de las organizaciones y colectivos.

Vocerías del Movimiento Nacional por el Matrimonio Igualitario

Nisa Sanz (8400-4579) * Edgardo García (8849-6112) * Alice Castillo (8352-5573) * Luis Paulino Vargas (8362-6681) * Larissa Arroyo (8822-1364).

Comunicado-MNMI

 

Enviado por Luis Paulino Vargas.

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Movimiento Nacional por el Matrimonio Igualitario inicia acciones

La Sala Constitucional anunció que en la primera quincena del mes de agosto resolverá dos asuntos pendientes sobre matrimonio igualitario y reconocimiento de las uniones de hecho entre parejas del mismo sexo.

Definido como una unión de la enorme mayoría de organizaciones y colectivos LGBTIQ del país, surge el Movimiento Nacional por el Matrimonio Igualitario.

Para realizar importantes anuncios, este movimiento convoca a una conferencia de prensa este martes 31 de julio en el Restaurante Árbol de Seda en Barrio Escalante a las 8 a.m.

Movimiento Nacional por el Matrimonio Igualitario inicia acciones

 

Imagen de portada con fines ilustrativos.

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Pronunciamiento sobre decisión de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa

Pronunciamiento del Movimiento Diversidad Abelardo Araya ante decisión de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa en relación con la consulta del proyecto de ley sobre Matrimonio Igualitario (Expediente 19.852).

Ingrese en el siguiente enlace para leer el pronunciamiento:

Pronunciamiento sobre decisión de Comisión DH AsambleaLegislativa

 

Imagen tomada de http://talcualdigital.com

Enviado por Luis Paulino Vargas Solís.

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Pronunciamiento CICDE-UNED: Por la superación de la homo-lesbo-trans-fobias

La “opinión consultiva” de la CIDH y las reivindicaciones de los movimientos LGBTI de Costa Rica: la urgencia de una pronta resolución favorable

En el día por la superación de la homo-lesbo-trans-fobias

Pronunciamiento del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE) Universidad Estatal a Distancia (UNED) -Acuerdo del Consejo Científico del CICDE- (17 de mayo de 2018)

1. La sociedad costarricense vive procesos de acelerado y complejo cambio sociocultural, lo cual provoca mucho desconcierto y perplejidad, incluso temor y, a veces, reacciones de rechazo e intolerancia.

2. La pasada campaña política visibilizó de forma dramática lo que ello significa, ya que el país se vio ante la disyuntiva excepcional de elegir entre la preservación de las instituciones democráticas y republicanas heredades del iluminismo, la ilustración y el liberalismo político, o su rechazo desde una propuesta política de inspiración religiosa, regida por principios muy conservadores e intolerantes.

3. Estas instituciones democráticas y republicanas, aunque limitadas y defectuosas, constituyen uno de los avances civilizatorios más importantes de la modernidad. Es deber ineludible avanzar hacia su perfeccionando, imbuyéndolas de contenidos sustantivos que hagan que la participación en democracia, las libertades y derechos civiles, los principios de igualdad entre todas las personas, los derechos humanos en todas sus expresiones, la superación de los lastres de la pobreza, el respeto a la dignidad humana y la justicia social, sean realidades vivas para cada persona habitante de Costa Rica, sin distingo alguno.

4. La “opinión consultiva” emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en relación con reivindicaciones fundamentales enarboladas por los movimientos y organizaciones LGBTI, en particular la identidad y expresión de género y el matrimonio igualitario, deben ser interpretada como un importante paso adelante en el proceso de construcción de una sociedad costarricense que, al reconocerse diversa, heterogénea y multicultural, reconoce asimismo la urgencia de reivindicar esa diversidad y de vivirla con respeto y en paz, protegiendo plenamente la dignidad humana inherente a cada persona.

5. Recalcamos el carácter sin duda vinculante que tiene esa “opinión consultiva”, como lo ha reconocido ampliamente la jurisprudencia emanada de la propia Sala Constitucional, y así reafirmado por el pronunciamiento reciente dado a conocer por la Procuraduría General de la República.

6. Celebramos que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) reconozca el derecho de cada persona a decidir libremente su identidad de género y el nombre con el cual quiera ser conocida. Advertimos acerca de la importante omisión cometida al no reconocer el derecho –que debería ser simétrico– de cada persona a decidir libremente el sexo con el cual aparece registrada por nacimiento.

7. Consideramos, sin embargo, que la resolución del TSE sobre el matrimonio igualitario crea una situación contradictoria y problemática que introduce un alto grado de inseguridad jurídica en perjuicio de las parejas del mismo sexo.

8. Lamentamos la demora de la Sala Constitucional para pronunciarse sobre el matrimonio igualitario. Hay recursos que datan de aproximadamente tres años y que, después de tan largo período, siguen sin resolverse. En los marcos de la “opinión consultiva” de la CIDH, esta demora pone a Costa Rica en situación de incumplimiento.

9. Dado el contexto que plantea la mencionada “opinión consultiva”, no hay razón alguna para que la Sala Constitucional no se pronuncie a la mayor brevedad sobre este particular, siendo perfectamente claro que su pronunciamiento debe acatar lo dispuesto por la CIDH.

10. Desde el Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE) de la UNED hacemos un llamado respetuoso pero muy vehemente a la Sala Constitucional, al TSE y a los demás órganos del Estado, para que resuelvan, con la prontitud con que la justicia debe hacerse efectiva, los diversos asuntos pendientes, en acatamiento a lo indicado por la CIDH.

11. La opción por la democracia, los principios republicanos y los derechos humanos, de la que Costa Rica se enorgullece, y que es uno de sus más importantes cartas de presentación ante el mundo, así lo exige. Debemos reconocer que hay insuficiencias y omisiones, que afectan tanto a la población LGBTI como también a los pueblos indígenas y las personas migrantes, entre otros sectores perjudicados. En este caso particular, cumplir con lo dispuesto por la CIDH significará un avance valioso en el siempre arduo proceso de superación de tales déficits. Cualquier otra cosa, lanzaría una sombra de duda sobre esos valores y compromisos que proclamamos con tanto énfasis.

Dr. Luis Paulino Vargas Solís

Director CICDE-UNED

 

Enviado por Luis Paulino Vargas Solís.

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¿Costa Rica la nueva Sodoma y Gomorra? O más bien en una democracia

Carlos José Cabezas Mora

 

Cuando cualquier se atreve a hablar del tema de la homosexualidad, parece ser obligatorio primero decir que se es heterosexual, pues quienes leen de inmediato piensan que el redactor defiende una posición porque es gay o lesbiana, lo cual considero un atrevimiento, pues implica que si uno no es negro o no es mujer no puede defenderlos contra la discriminación social, que en algunos países llega en pleno siglo XXI a ser hasta esclavismo.

El segundo elemento, gústeme o no, es que el planteamiento que se argumenta generalmente con aspectos religiosos como fundamento para prohibir de manera legal cualquier cosa que se considere “pecado”, lo extraño es que, siendo humanos, según este mismo enfoque, cometeremos multiplicidad de pecados, de diferentes tamaños, colores y sabores. Para algunas fes religiosas unos serán imperdonables y otros se podrán perdonar, sin embargo, eso no quiere decir que en nuestros tiempos, todos los pecados están prohibidos por ley, eso solo suceden en países fundamentalistas, donde la unión entre Estado y religión no se da.

La resolución de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos que concluyó que a los homosexuales se les deben dar los mismos derechos que a los otros ciudadanos, haciendo referencia específica al matrimonio, ha causado tal revuelo en nuestro país, supongo que también en el resto del continente que están bajo la jurisdicción de ese organismo de la Organización de Estados Americanos, que ha sacado a la luz todas las opiniones cargadas de odio, desprecio y desde lujo prejuicio, igual que cuando muchos se opusieron décadas atrás al matrimonio interracial.

En todos los grupos virtuales, Facebook donde estoy de gentiles personas, incluso dulces “almas” inteligentes, las que empiezan diciendo algo como “yo no soy homofóbico, ni condeno ni juzgo,  incluso tengo amigos gay pero…” han salido los sapos y culebras (aquella expresión del cuento infantil) así de la boca de familiares, compañeros de trabajo, dirigentes sindicales, excompañeros de escuela de colegio, “expertos” en derecho, todos condenando lo resuelto incluso cuestionando la validez legal de la resolución de la Corte Interamericana, incluso demandando respeto a la soberanía o a salirse del sistema interamericano de derechos humanos.

Hemos leído también una especie de advertencia apocalíptica que culminará primero con la destrucción de la familia y posteriormente la prohibición del ejercicio de la fe religiosa, incluso una internauta que advirtiendo que “correrá sangre”, hasta han dicho que nos van a “homosexualizar a todos, se acabará el mundo por falta de hijos.

Nos encontramos ante una discusión que mezcla los temas religiosos con los derechos civiles, quizás es así por tener una Estado Confesional cuya religión oficial es la católica, apostólica y romana, algo así como que el Estado costarricense fuera una persona real -no jurídica- con alma que puede profesar una religión, aunque respeta la libertad de culto.

En este tema puntualizo:

  1. Todos tienen derecho a pensar y expresarse libremente, pero esto tiene límites pues hay opiniones xenofóbicas, racistas, homofóbicas, machistas, las cuales no se deben respetar.
  2. Cada pareja tiene derecho a las prácticas sexuales consensuadas que desee y no puede ni debe ser condenado menos restringido.
  3. Todos los ciudadanos tienen derecho a un trato igualitario, aunque eso sea considerado pecado por cualquiera de las religiones, pues la fe es una decisión privada no pública.
  4. El país ha reconocido que existen todo tipo de familias, no solo la familia de mamá, papá e hijos.
  5. La jurisdicción de la Corte Interamericana de derechos humanos es incuestionable, así lo ha dicho la Sala Constitucional aunque el país se saliera de esa convención, las sentencias previas seguirán siendo obligatorias, lo que procede al Gobierno de la República, es acatarlo de inmediato, de implementarlo a la mayor urgencia posible en lo que corresponda desde la Administración, el Registro Civil y el aparato consular, como desde la Institucionalidad pública, para asegurar el desarrollo de los Derechos que allí se han reconocido.
  6. No podemos atar la vida democrática a las creencias de ninguna religión pues de ser así, el divorcio no se permitiría, estaría prohibido el matrimonio por segundas nupcias, la unión libre posiblemente sería delictiva, la educación estaría dirigida por una religión que pondría en duda los avances científicos que entren en contradicción con sus postulados y los cementerios, quizás serían todavía católicos y no podríamos enterrar a quienes no son de esa fe, etc.
  7. Debemos aprender a incorporar los valores de la tolerancia y respeto por los demás, aunque eso le incomode a cualquiera, es imperativo superarlo para vivir en una sociedad democrática.

Publicación1

Enviado por el autor.

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FIV, aborto y matrimonios igualitarios

FIV, abortos y matrimonio igualitario

Luis Ángel Salazar

Como librepensador que soy, opinaré sin prejuicio alguno sobre estos temas que han desatado una anacrónica reacción de parte de oportunistas liderzuelos, por dicha minoritarios de nuestra población, que vistiendo atuendos medievales y «torquemadeanos» -en alusión al tristemente célebre inquisidor español- han hecho de sus tesis caducas un trampolín olímpico para aterrizar en nuestra Asamblea Legislativa.

Como Pueblo costarricense y gracias a la evolución integral de nuestra sociedad, hemos venido adquiriendo niveles cualitativa y cuantitativamente superiores de análisis, que nos permiten entender que los temas que titulan este artículo deben ser desmenuzados racional y objetivamente, en el contexto de los nuevos tiempos que permiten superar los prejuicios, los oscurantismos y los fanatismos vernáculos para justipreciar los temas en cuestión y emitir y definir criterios, que le permitan a los actuales y futuros habitantes de nuestra Patria disfrutar, fortalecer y ampliar los Derechos Humanos (DDHH) en sus vigentes y futuras generaciones.

Debemos tener presente siempre que los DDHH son, entre muchas otras concepciones, los espacios y condiciones generales fundamentales -económicas, sociales, políticas, culturales, espirituales, ambientales, etc.- que requerimos los seres humanos para desarrollarnos individual, colectiva e integralmente en armonía con nuestra madre Naturaleza, en fin, la atmósfera sin la cual los humanos solamente vegetamos sin alcanzar jamás nuestra realización plena personal y colectiva. Estos espacios, estas condiciones, deben ampliarse y enriquecerse siempre pues, como queda claro, el ser humano es, como el universo mismo, devenir, es decir un proceso dialéctico y, por ende, en constante evolución hacia etapas superiores también esencialmente dinámicas.

Me preocupa y ocupa -por eso estamos siempre en la lucha- que, en nuestra Patria, después de más de medio siglo de vigencia jurídica de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ninguno se cumpla plenamente a pesar de lo que, demagógicamente, los «líderes» politiqueros que nos han gobernado proclamen «urbi et orbi» todo lo contrario. Si no me creen hagan la prueba comparando lo que significan profundamente cada uno de los Derechos planteados con lo que vivimos cotidianamente, y eso que esta Declaración sólo recoge la primera generación y ya vamos por la tercera. ¡Lo repetiré constantemente hasta que realmente se logren materializar por completo los DDHH en nuestro cotidiano vivir! Valga la reflexión anterior pues el correcto abordaje de los tres temas propuestos supra involucra de una u otra forma a los DDHH.

La Fecundación In Vitro es un aporte científico, que cada día se perfecciona más, que se pone a disposición de quienes, padeciendo de infertilidad y habiendo probado todos los recursos médicos existentes, no han conseguido superar ese problema y siguen deseando traer al mundo a sus hijos. No es, como irresponsablemente comunican algunos detractores de esta técnica, una salida fácil a este problema que se emplea caprichosamente, ni mucho menos un irresponsable acto de «jugar a dios» decidiendo alegremente a cual de mis hijos mato y a cual no, ni un tratamiento que arruinaría a la CCSS, ni el fomentar negocios fabulosos, ni una práctica irresponsable que fomentaría la contratación de «vientres de alquiler» o la venta de niños. Todo lo contrario, es una cuidadosa forma ética, científica y legalmente concebida para, como último recurso, permitirle a los seres humanos su derecho fundamental e inalienable de traer, crear y amar a sus hijos e hijas.

En el resto del mundo, científicos, bioéticos y juristas humanistas perfeccionan constantemente este delicado tratamiento integral para reducir al mínimo cualquier peligro de violar el sagrado derecho a la vida por lo que, en nuestra Patria, lo menos que podemos hacer es abrir plenamente las puertas al debate y a la toma de decisiones muy seriamente meditadas y seleccionadas -en defensa plena de los DDHH- que finalmente sean aprobadas por la mayoría en las instancias legislativas constitucionalmente definidas como legales y, sin boicot alguno por parte de las minorías. En lo personal no soporto tipo alguno de «filibusterismo parlamentario».

El aborto se nos presenta como una realidad ineludible a estudiar y analizar desde, al menos, dos perspectivas que, de una u otra forma abarcan la casi totalidad constitutiva de ese delicado asunto: la ética y la jurídica. Estas guías fundamentales del quehacer humano, deben ser abordadas en este delicado asunto de manera tal que se deban evitar todo tipo de criterios fanáticos, subjetivos, caprichosos o movidos por bastardos intereses económicos o de trasnochadas capillas fundamentalistas y, por ende, irracionales. Por eso considero que la Ética, como rama de la Axiología, a la vez derivada de la Filosofía y, por lo tanto, creadora racional de valores determinadores de nuestras conductas a partir de las circunstancias económicas, sociales, políticas, culturales, ecológicas, etc, en medio de las cuales crecemos individual y socialmente, y la realidad jurídica vigente que, fundamentada en pilares éticos, y generada por el análisis de los factores precitados pero en particular a partir de consideraciones y decisiones políticas -este es uno, sino el principal factor que la ubica en un plano inferior al ético-, conforman, reitero, el marco desde el cual se debe analizar la problemática del aborto que se ubica en el campo de los Derechos Humanos, a mi entender, desde cuatro perspectivas: la de la madre, la del padre, la del nuevo ser humano y la de la sociedad que debe velar por los derechos de los tres.

Intentaré brevemente aportar, a título personal, algunas reflexiones para lo cual creo conveniente aclarar -por si alguien me otorga la cortesía de leerme por primera vez- que soy totalmente ateo por lo que no se me puede endilgar la pertenencia a ningún credo de ese tipo: He escuchado algunas mujeres defendiendo el aborto desde su derecho de imperio sobre su cuerpo, «mi cuerpo me pertenece, por lo tanto, yo decido sobre él y sobre mi derecho a abortar». Yo respeto el poder que tiene la mujeres sobre su cuerpo pero, el niño que al embarazarse lleva en sus entrañas, es un ser humano nuevo, con pleno derecho a existir y sobre el cual la madre lo que tiene es la obligación de darle la mayor protección posible. El padre de la criatura nueva también tiene como tal, todo el deber de proteger integralmente al nuevo ser en su natural y libre desarrollo y, de inmediato, se me hace necesario referirme al nuevo, ser que tiene, y aquí si seré radical e inamovible en mi posición sea cual sea el calificativo que se me dé, pleno derecho a ser protegido desde el momento en que el óvulo es fecundado por el espermatozoide, dicho esto desde la elemental biología genética y no, reitero, desde alguna posición religiosa. Sí, a partir de ese instante la madre, el padre y la sociedad humana adquieren el compromiso de darle las mejores condiciones posibles, para que el nuevo ser se realice como tal en todas sus posibilidades humanas.

Vale aclarar que esta posición la mantengo aún en el caso en que el embarazo sea producto de una violación pues, de nuevo, el niño así concebido no tiene culpa alguna de lo sucedido y adquiere, como cualquier otro procreado en diferentes circunstancias, el derecho de nacer, crecer y realizar todas sus facultades en el mejor ambiente posible. Bajo el riesgo de recibir toda clase de críticas planteo aquí la tesis de que el mismo violador, que obviamente deberá pagar su infame delito tal como lo defina el respectivo juicio, tiene en su proceso de reforma, la obligación y posibilidad de reivindicarse ante el ser que concibió, dándole todos los recursos que posibiliten su desarrollo como persona en goce de su bienestar total. Por ende y aunque suene descabellado, ese padre debe exigir que la vida nueva sea protegida integralmente. Creo entonces que el aborto sólo podrá realizarse en caso de que, mediante un riguroso estudio científico se demuestre que la vida de la madre está en total peligro o que, de igual manera, se demuestre que el nuevo ser sufre patologías u otro tipo de afecciones que hacen imposible su progreso, caso contrario ¡a darle las mejores condiciones y derechos al nuevo ser para que viva plenamente su vida! Debo aclarar, además, que no pretendo imponer mi posición sino plantearla como una más a debatir, si luego del debate que deber ser libre, vigoroso, objetivo, inteligente y desapasionado, las demás personas deciden seguir abortando, respetaré esa actitud y, eso sí, mantendré la mía hasta que se me haya demostrado claramente que es incorrecta. Si mi tesis no va a triunfar, jamás le pondré obstáculos a la toma de una decisión mayoritaria en contra. La mayoría en democracia se respeta.

¿Matrimonios entre pares o igualitarios u homosexuales? ¡Adelante! ¡Quienes lo deseen tienen todo su derecho a casarse con quienes gusten! El amor es, de alguna manera, como una oferta de variados sabores frutales: a unos les gusta de piña, a otros de naranja, a otros de limón…de igual manera sucede con la escogencia de su compañía matrimonial: blanca, negra, amarilla, de diferente sexo, igual, es cuestión de gustos. Sólo recomiendo que el matrimonio signifique un acto libre, reflexionado, asumido con absoluta responsabilidad, con todos los recursos económicos, sociales, culturales, etc, para desarrollar esa nueva vida en conjunto en sus mejores potencialidades. Es maravilloso que en medio de un mundo absurdo, de odios irracionalmente destilados y esparcidos por todo lado, florezca, como revitalizador elixir de vida y esperanza, el amor en cualquiera de sus positivas manifestaciones.

Estos tres temas deben ser discutidos, reitero, abierta, clara y rigurosamente en todos los ámbitos nacionales y, en particular, en nuestra Asamblea Legislativa, por lo tanto resulta realmente vergonzoso para nuestro país que, en pleno Siglo XXI, por concepciones fanáticas y anacrónicas religiosas, movidas por intereses económicos y politiqueros oportunistas muy alejados del auténtico cristianismo que es sabiamente tolerante, dialogal, confraternizador, solidario y humanista, el Gobierno de la República no envíe en el período legislativo que le corresponde, estos expedientes para su discusión, aprobación o rechazo.

Ilustración: http://apdhe.org/

 

Enviado a SURCOS Digital por el autor.

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