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Etiqueta: memoria

Mensaje de la Asociación Americana de Juristas (AAJ) ante la triste noticia del fallecimiento de Nora “Norita” Cortiñas

La AAJ se une a las expresiones de dolor y lamenta profundamente el fallecimiento de Nora “Norita” Cortiñas, madre, hermana y compañera solidaria de todas las justas causas. Expresamos nuestro agradecimiento por su incansable lucha, sus enseñanzas y liderato en la defensa de los derechos humanos en Argentina, y su solidaridad con los derechos de los trabajadores, mujeres, jóvenes, comunidades indígenas, y el pueblo palestino, entre muchos otros.

Integró Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, donde siempre mantuvo valientemente el reclamo de juicio y castigo para los genocidas de la última dictadura en Argentina. Mantuvo siempre en alto la bandera de los 30 mil desaparecidos. Su hijo, Gustavo Cortiñas, fue secuestrado el 15 de abril de 1977 y Nora Cortiñas nunca supo lo que hizo la dictadura con su hijo.

Norita nos continuará inspirando, iluminando y guiando por el camino de la búsqueda de la memoria, verdad, justicia, y la no repetición.

Nos unimos en este momento de dolor a sus familiares, compañeros y compañeras, y honramos su memoria y legado.

¡Nora Cortiñas, presente! ¡Hasta la victoria siempre!

A 1 de junio de 2024

Vanessa Ramos. Presidenta AAJ Continental
Luis Carlos Moro. Secretario General

Mayo, mes de la memoria en Uruguay

Ronald Salamano
Médico uruguayo

Cada 20 de mayo, la principal avenida de la ciudad de Montevideo, acoge a cientos de miles de ciudadanos de diferentes partidos políticos, religiones, etnias, etc. Que en estruendoso silencio recorren esta avenida teniendo en su cabecera la foto de los desaparecidos del período dictatorial (1973-1985). Al final de la marcha, de ese estruendoso silencio emerge un Presente ¡¡¡ multitudinario a medida que se nombran a cada uno de los desaparecidos, finalizando el evento con la entonación del himno nacional. Diversas actividades de memoria prologan en los días previos esta manifestación final.

El 20 de mayo de 1976 en la ciudad de Buenos Aires eran secuestrados, torturados, asesinados y sus cuerpos mutilados, el senador de la República Zelmar Michelini perteneciente al Frente Amplio y el presidente de la cámara de diputados Martín Gutiérrez perteneciente al partido Blanco, junto a ellos aparecieron también en las mismas condiciones una pareja de jóvenes militantes.

Estas dos personalidades políticas se encontraban refugiadas en la capital argentina organizando la resistencia contra la dictadura militar que en junio de 1973 había dado un golpe de estado. La responsabilidad de esta monstruosidad recayó en agentes militares uruguayos que actuaron con total impunidad, secundados por patotas represivas argentinas.

Cobijados por el plan Cóndor, este fue el inicio del secuestro y desaparición de cientos de uruguayos en la vecina orilla, siendo decenas los desaparecidos en nuestro país. Miles fueron encerrados en prisiones políticas con hostigamientos permanentes, previamente a ser torturados antes de su prisión. En esta década infame de los 70, tuvimos el “honor” de ser el país con más presos políticos de acuerdo a la densidad de población.

Por eso, todos los 20 de mayo, los uruguayos salimos ordenadamente, sin violencia urbana a preguntar: ¿Dónde están?, queremos verdad y justicia para aquellos que cometieron delitos de lesa humanidad y que caiga por una vez y para siempre, la impunidad que gozaron para perpetrar dichos crímenes.

Quizás con la intención de diluir en el tiempo estas responsabilidades, los responsables pretenden que olvidemos, pero el tiempo en una mágica intervención acrecienta año a año la voz de ancianos, adultos y jóvenes que suman voluntades para que el Uruguay pueda restañar sus heridas y proyectarse hacia el futuro como lo que fue y debe ser, un ejemplo de democracia para el mundo.

Conversatorio Carmen Lyra, 75 años de su muerte

El 14 de mayo a las 4:pm en el Instituto Cultural de México se realizará el conversatorio, Carmen Lyra: 75 años de su muerte, memoria y legado, México y Costa Rica, en el que participan: Isabel Ducca Durán, Carlos Rubio Torres, Macarena Barahona Riera, Leonardo Sancho Dobles, con la intervención teatral de Colectivo Las Hartas y la exhibición de afiches Carmen Lyra por Carolina Parra Thompson.

Información compartida con SURCOS por Lenin Chacón.

Invitación a las actividades de conmemoración del 5to año del asesinato de Sergio Rojas

Desde el Observatorio para la Acción Contra el Racismo (OBCRA) les invitamos a las actividades de conmemoración del 5to año del asesinato de Sergio Rojas, indígena del Territorio de Salitre, Costa Rica.

Exposición:

Justicia y pueblos indígenas en la Costa Rica actual: en memoria de la vida y el pensamiento de Sergio Rojas Ortiz.

Lunes 18 de marzo, hora 4:00pm: exposición y conversatorio en la Facultad de Ciencias Sociales de la UCR.

Lugar: 1° piso, Facultad de Ciencias Sociales Ciudad de la Investigación. San Pedro Montes de Oca

Con la presencia de:

La señora Roxana Figueroa Calderón.

El señor Carlos Estiven Vargas Figueroa, del territorio indígena de Salitre.

La señora Danny Nájera Díaz, del territorio indígena de Térraba.

Conversatorio

Pueblos indígenas: reflexiones sobre la impunidad en el caso de Sergio Rojas Ortiz.

Lunes 18 de marzo, hora 5:00 pm.  

Lugar: Sala de audiovisuales, Facultad de Ciencias Sociales Ciudad de la Investigación. San Pedro Montes de Oca.

Participantes:

Dra. Marcela Moreno Buján.

M. Sc. Álvaro Paniagua Núñez.

Lic. Oscar Retana Montenegro.

Dra. Denia Román Solano (moderadora).

Licda. Nathalia Ulloa Castillo.

Programa de radio.

Programa de radio 870AM-UCR «Conversando sobre el racismo», organizado por el Observatorio para la Acción Contra el Racismo (OBCRA).

Martes 19 de marzo, 2024.

Hora: 8:00 am.

Con el tema: La lucha de Sergio Rojas y la de una comunidad: justicia y memoria.

Con la participación de:

 La señora Roxana Figueroa Calderón.

El señor Carlos Estiven Vargas Figueroa, del territorio indígena de Salitre.

La señora Danny Nájera Díaz, del territorio indígena de Térraba.

Un agradecimiento a Gloriana Rodríguez Corrales, presentadora del programa Saber Vivir.  

¡Memoria y justicia!

Para que el olvido no sea costumbre

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En el mes de setiembre de 2019 el XXXVI Festival de Coreógrafos Graciela Moreno fue dedicado a trabajar el tema de la exclusión y el olvido. Fui invitado a impartir una charla sobre ese tema a grupos de estudiantes de secundaria.

Titulé mi conferencia FIERRO, MEMORIA, EXCLUSION:
LAS PROFUNDAS MARCAS DEL OLVIDO EN LA COSTA RICA DESIGUAL, dedicada a pensar en la memoria como una herramienta de resistencia frente a los intentos de la historia hegemónica de borrar acontecimientos, fechas y coyunturas que desnudan esta implacable desigualdad, exclusión y violencia que nos ha caracterizado como sociedad.

En mi intervención, invité a los asistentes a pensar en retrospectiva sobre una fecha específica y un hecho que marcaría la historia reciente de las comunidades originarias y su derecho a permanecer en los territorios que ancestralmente les ha sido otorgados. Comparto un fragmento de esa intervención.

“Una mañana de junio de 2014

Poca gente en el país, por no decir nadie, recuerda lo verdaderamente importante ocurrido la mañana del domingo 29 de junio de 2014. Quisiera preguntar: ¿Recuerdan que ocurrió ese día? ¿les impactó lo ocurrido? ¿Cómo? ¿Dónde estaban? ¿Que hacían en horas de la mañana?

Si les digo Navas, penal, celebración, su memoria recuperará un pasaje feliz, una fecha determinada y fijada para el recuerdo en el deporte nacional. Probablemente una sonrisa se dibujará en su rostro al rememorar los momentos épicos y de gloria alcanzados ese día por la selección nacional de futbol en el Mundial de Brasil; casi al instante podrán decir qué hicieron para celebrar, donde estuvieron, la felicidad de sus familias. Se inscribirá así una fecha difícilmente borrable en la historia nacional, al conseguir una clasificación impensable a octavos de final en un campeonato mundial del futbol.

Pero si digo Salitre, Sergio Rojas, desplazamientos forzados de población indígena costarricense, probablemente no significará nada para ustedes. El olvido y la exclusión son precisamente dos hechos que necesitamos superar, si queremos construirnos como un país igualitario y justo.

La misma mañana del domingo 29 de junio, mientras seguramente la mitad de un país autoproclamado blanco en el último censo nacional de población, celebraba eufórico el rito futbolístico ya comentado, decenas de pobladores indígenas de la comunidad de Salitre ubicada al sur del país, sufrían las consecuencias de graves hechos contra sus cuerpos, sus viviendas y sus bienes. Fueron desplazados de sus casas-ranchos por hordas de hombres blancos, borrachos y descontrolados, eufóricos y enfundados en un sentido de apropiación sustentado en rasgos de colonialismo y racismo interno.

Nadie recuerda los procesos de violencia física, simbólica y patrimonial a los que fueron sometidos las y los pobladores indígenas de Salitre, al ser prácticamente expulsados con saña por parte de terratenientes blancos que demandaban la apropiación de sus tierras. Las primeras justificaciones daban cuenta del alto consumo de alcohol como consecuencia del partido, realizado en horas de la mañana de ese día; la razón fundamental tenía que ver con conflictos por la propiedad de las tierras en aquella zona.

En una misión independiente de derechos humanos que acompañamos a los territorios días después de ese hecho, pudimos conversar con algunos pobladores y notamos cómo habían sido marcados en sus cuerpos con fierros calientes, como si fueran ganado, golpeados hasta el miedo. Expulsados de sus tierras, sometidos a la exclusión. Sobre este hecho, un reportaje del Semanario Universidad días después, decía lo siguiente:

El pueblo de Salitre amanece cansado y tenso. Durante el fin de semana la violencia y los enfrentamientos fueron protagonistas en esta comunidad ubicada al sur del país, a causa de un conflicto por la tierra entre familias indígenas bribris y grupos de finqueros.

La quema de varios ranchos de indígenas, la persecución, las agresiones y las amenazas han estado a la orden del día, en esta zona donde el conflicto tiene ya varios años.

El sábado, según confirmó la Fuerza Pública y los pobladores de Salitre, grupos de personas no indígenas arremetieron contra los pobladores bribris que están ocupando las fincas con campamentos que habitan unas 10 familias.

Heylin Figueroa, indígena de la zona indicó que los finqueros ingresaron a dos de las fincas ocupadas: una de Pindeco y otra arrendada por Coopeagri y quemaron sus ranchos, los amenazaron y los persiguieron por la montaña. “Nos dieron cacería, como a cualquier animal. Tenemos tres noches de andar huyendo, de estar escondidos, porque estamos amenazados todo el día”.

Pese a la profundidad y el drama conocidos, olvidamos este acontecimiento, porque en el recuerdo preferimos la fecha feliz, el hecho colectivo, la autocomplacencia. Más aún, ya hemos olvidado seguramente que este mismo año, el 18 de marzo, el líder indígena Sergio Rojas, dirigente importante en la recuperación de tierras para los pobladores de Salitre y de otras localidades indígenas, fue asesinado sin que hasta el momento haya sido esclarecido quién o quiénes lo mandaron a matar y cuáles fueron los motivos.

Un país que se comporta así, tiene problemas de memoria y de identidad. No sabe quién es. No recuerda quién es. Permite que múltiples pobladores en contextos sociales, económicos y culturales, permanezcan en la exclusión y esa es una condición primaria para que el olvido se manifieste. Por ello es necesario acompañar una reflexión sobre el olvido y la exclusión desde una mirada crítica y amplificada, para comprender en adelante sus implicaciones”

Cuatro años después, en un acto de olvido absoluto y de desatino de un sistema jurídico complaciente e injusto, se conoció que una de las posibilidades que existen sobre los autores intelectuales y materiales del asesinato de Sergio Rojas es su total sobreseimiento. La espera, una vez más, será interminable.

Es necesario nombrar, apalabrar desde la memoria para que el olvido no se instale como política del miedo y de la impunidad en un país que poco a poco se desdibuja como el reducto defensor de los derechos humanos. Es necesario no olvidar. Esa es la tarea.

Chomes con intenso programa cultural este fin de semana

La Universidad de Costa Rica en conjunto con Francis Leonardo Cordero Mojica, en el marco de la línea estratégica «Tejiendo redes: Diálogos en las regiones», perteneciente a la Vicerrectoría de Acción Social, llevará acabo la realización de una Peña Cultural en la que participarán diversos grupos artísticos, agrupaciones musicales, emprendedores y organizaciones comunitarias de la región de Chomes.

Esta iniciativa busca mantener y fortalecer los lazos entre la sociedad y la universidad, así como promover la pertinencia de la acción social como una actividad esencial.

Con este propósito se llevará a cabo una serie de eventos programados para el viernes 22 de setiembre desde la 4:00 p.m. hasta las 9:30 p.m., y sábado 23 de setiembre desde las 6:00 a.m. hasta las 9:00 pm.

El viernes se tiene planeado realizar un conversatorio cultural con miembros de la comunidad, seguido de la proyección del documental Ríos: Memoria que Fluye, finalmente se realizará un cine foro dirigido a la población infantil.

Para el sábado se ha organizado una Peña Cultural en la que participarán diversos grupos artísticos, agrupaciones musicales, emprendedores y organizaciones comunitarias de la región, así como agrupaciones invitadas de otras zonas del país.

Compartimos la información gráfica detallada para que pueda participar e invitar a otras personas.

«100 Guitarras para Víctor Jara»

El Exilio Chileno en Costa Rica (Chileniticxs) y Newen Producciones, en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado civil militar en Chile, le invita a unirse a este acto de memoria, solidaridad: «100 Guitarras para Víctor Jara», evento que busca rendir un homenaje a la vida y obra del inigualable cantor popular chileno.

Este concierto tiene un significado especial, pues está enmarcado en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile rindiendo tributo a la memoria de Víctor Jara, cuyo legado resiste en la historia y en nuestros compromisos sociales y latinoamericanos. Sus letras profundas y melodías envolventes son un símbolo de resistencia y valentía, no sólo para el pueblo chileno, sino para cualquier país que luche por sus derechos sociales conculcados.

La primera presentación se realizó el pasado sábado 9 de septiembre, en el aula Magna, Ciudad de la Investigación de la UCR.

La siguiente se realizará el próximo sábado 23 septiembre, a las 5:00 pm, en el Anfiteatro Municipal de Cartago.

La entrada al concierto es totalmente gratuita y abierta a todas las personas amantes de la música comprometida y defensoras de los derechos humanos. Por favor, confirme su participación en: https://forms.gle/s1kbBnvkpmVhhaX57

Artistas por la Memoria – Perú

Comunicado

Más de treinta artistas peruanos nos hemos unido para hacer memoria y honrar a los 60 fallecidos durante este gobierno. La canción se llama “PRESENTES” y cuenta con la interpretación de Laurita Pacheco, Susana Baca, Consuelo Jerí, Lunandina, entre muchos otros.

El videoclip cuenta también con la participación de la actriz Ana Correa, de Hildy Quintanilla (Mashara Teatra – Qinti) y la artivista Micaela Távara Asimismo, la portada de la canción es el retablo “Yawarniky waqachiwan” del artista ayacuchano Reynaldo Quispe quien ha querido sumar su arte a este proyecto colectivo. El videoclip cuenta con imágenes de las manifestaciones en diversos puntos del Perú y cuenta con material proporcionado a muchas manos y articulado en un único mensaje bajo la dirección de Gustavo de la Torre (Pasaje 18).

Lo que los grandes medios callan, nuestro arte lo canta. Ayúdanos a que este mensaje suene muy fuerte.

Se puede ver el vídeo aquí:

Compartido con SURCOS por Óscar Jara Holliday.

Por un hipocampo colectivo de dignidad y amor

Por Mauricio Álvarez Mora, docente UCR-UNA y ecologista.

Hace 28 años, el 7 de diciembre, Óscar Fallas Baldí, Jaime Bustamante Montaño y María del Mar Cordero Fernández, murieron en su casa destruida por un incendio, del que nadie pudo escapar. Es extraño que no pudieran salir, María del Mar -guerrera defensora del golfo Dulce- luchó hasta el final y pereció tratando de abrir la puerta, sin llave y con los rasguños cercanos a la cerradura que evidencia que la puerta no abrió o alguien no lo permitió. Óscar y Jaime murieron en unas camas.

Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), no hubo resultado de las investigaciones que indicaran mano criminal; no obstante, tampoco se pudo hallar otra causa del incendio. Todo se enrareció y se justificó con la práctica del fumando y la bohemia.

Sin embargo, como ecologistas, veníamos de una importante campaña contra la transnacional Stone Conteiner, justamente tres días antes del incendio celebramos la victoria en conjunto con la gente de las comunidades del Golfo Dulce en Puerto Jiménez.  Una campaña que en menos de dos años logró articular a las comunidades con organizaciones nacionales y hasta redes globales como Greenpeace, otras europeas y de Estados Unidos, por la defensa del valioso ecosistema del pacífico sur de Costa Rica que alberga patrimonio natural y cultural para la humanidad como los es el Humedal Térraba-Sierpe y el Parque Nacional Corcovado , contra la intención de construir un muelle industrial para procesar y exportar astillas para hacer papel de las plantaciones de melina que invadió la zona. 

Durante la campaña persona ecologistas recibimos amenazas y actos de violencia, como  el hecho de aflojarle las tuercas a las llantas del vehículo de la AECO (Asociación Ecologista Costarricense) y se recibieron llamadas anónimas a la oficina después, de lo que consideramos, el asesinato de Oscar, Jaime y María del Mar, diciéndonos “la lista no ha terminado”, amenaza que cumplida meses después, cuando apareció muerto el compañero David Maradiaga. 

Tantos años después la memoria sigue vida, a veces se nubla, se evapora pero vuelve a condensarse para dar paso a momentos elegidos, que se amontonan desordenadamente y como una tonada sin rima se activan por reflejos,  se gatillan en un juego de estímulos inesperados: un aroma, un lugar, una frase o una gota de agua en la espalda desde donde puede emerger la memoria de lo sencillo, lo trivial de los mejores momentos y también los de gran dolor. Así han venido siempre los recuerdos durante 28 años continuos, con el empuje de los vientos alisios y los atardeceres de bronce.

El hipocampo es el lugar del cerebro que alberga la memoria, la de episodios pasados y la memoria espacial. Su nombre proviene de agregar los términos griegos «hippos» y «kampos», que significan respectivamente «caballo» y «monstruo», debido a su parecido con un caballito de mar. Entre las principales funciones del hipocampo estan en la generación y recuperación de recuerdos, por lo que es clave en nuestros aprendizajes y la generación del conocimiento. También está implicado en las emociones, debido los sentimientos que nos generan los recuerdo. Además, es el lugar donde se enquista la enfermedad del Alzheimer provocando la pérdida de memoria y desorientación.

¿Qué activa las conexiones de las neuronas que nos devuelven los recuerdos?, ¿cómo los mezclamos con los sueños, deseos, pasiones y dolencias para sembrar la memoria en nuestro hipocampo? ¿dónde y cómo constituir un hipocampo colectivo si no intencionamos, escribimos y reivindicamos cada 7 de diciembre?

Ya pasaron muchos años y sigue la necesidad de escribir todos los años para recordar, para vencer el olvido y la impunidad. ¿Cómo contar algo que no está nombrado y llorado?, ¿cómo puede la memoria ser una duda torturante, un recuerdo de amor, miedo y sufrimiento?, ¿cómo aliviar el peso de nuestro hipocampo con uno más colectivo para distribuir los sufrimientos?

La vida nos va llevando por otros senderos de tiempos y espacios que van y vuelven cíclicamente, vamos cambiando y con ello algunos sentimientos se atenúan, otros tienden a desplomarse, los que están atorados o incendiados nos causan las mismas sensaciones, los mismo fríos y dolores.

En todos estos años, donde se ha sumado más violencia a las estadísticas, he percibido una especie de efecto Coriolis, no la rotación de un cuerpo en movimiento en distintos hemisferios, es otro efecto humano de indiferencia, lo he observado cuando he expuesto sobre la criminalización y la violencia política , la respuesta es desviar la mirada a la derecha o a la izquierda según su lado de cuerpo dominante o “diestricidad”, una vez vuelta la mirada, dejan de escuchar y cortan la atención. No sé si sea alguna reacción del lenguaje corporal o simple mecanismo de evasión o negación, pero cuando uno cuenta algo doloroso, la gente comunica muchos gestos de empatía, solidaridad, incredulidad, descalificación y el peor de todas es la Coriolis emocional. ¿Cuál será el gesto suyo a esta altura de texto?

Para el excepcionalismo tico y cuento de país verde y feliz, estos hechos son una distorsión, un error en la postal, donde el futuro nos alcanza y una amenaza a nuestro papel en la debacle ambiental del planeta. Nuestro país siempre ha jugado a ser esa esperanza, ese papel de vitrina, de laboratorio de cuentos tan buenos y curados que los termínanos creyendo, repitiendo y hasta reproduciendo. Es así, pero a veces quisiera hacer Coriolis y desconectar el interruptor para mal vivir con la misma indiferencia. Para mantener el excepcionalismo hay que castrar la memoria e invisibilizar todos los errores del guion.  

Para la región latinoamericana la pérdida de Oscar, María, Jaime y David inauguró una oleada de represión y criminalización algo distinta, pareciendo menos masiva y más selectiva que el saldo de las dictaduras y ejército con su masivo y sangriento monopolio del terrorismo de Estado. Sólo parece distinta pues se privatizó parte del monopolio de la violencia y ahora los intereses trasnacionales y privados han perpetrado más directamente la represión en la última tres décadas contra personas activistas, indígenas, mujeres y campesinas defensores de la tierra.

Para muestra las 1733 personas defensoras de tierra y derechos humanos en todo el mundo que han sido asesinadas en los últimos diez años (2012-2022), esto de acuerdo con el informe más reciente de Global Witness (setiembre 2022), organización que desde 2012 documenta este tipo de violencias. El 68 % de esos ataques se han registrado en países de América Latina. Las comunidades indígenas concentran el 39 % de los ataques registrados, pese a que representan menos del 5 % de la población mundial. Las mujeres como María del Mar Cordero suman 11 % de esta inmunda lista en 10 años.

A pesar de que Oscar, María, Jaime ni David estan en esa estadística, si lo están Jairo Mora, Diego Saborío, Sergio Rojas y Jhery Rivera, casos casi todos conocidos y la mayoría en la impunidad. Todas estas cifras y números estan además subregistrados y son la superficie de un ciclo de violencia en cuyas aristas hay amenazas de muertes, atentados, agresiones, judicializaciones y muchas otras formas de violencia que no siempre terminan en la estadística por terror al terror.

La impunidad, miedo y olvido son el Alzheimer que carcome nuestro hipocampo social, oxida toda la estructura de evasión, tiñe todo el pacto social de indiferencia, para dar paso zonas grises llenas de consumismo narcotizante, donde se extingue la vida y el fututo del planeta.

El año pasado 2021 al menos 200 personas defensoras de tierra y derechos humanos fueron asesinadas, por estas y todas las personas activistas asesinadas, sus familias y los tejidos comunitario rotos y por la naturaleza que también muere con ellas, extendemos un abrazo colectivo de justicia y verdad para hacer entre todas y todos un hipocampo colectivo donde recordemos con amor y dignidad a las personas que ponen el cuerpo y la vida para defender el planeta y otros futuros posibles.

Nota: Gracias a la edición de Rebeca Arguedas Ramírez

94 años de la masacre de las bananeras

Adela Torres, secretaria general de Sintrainagro | Foto: Alexandra Muñoz.

¡Prohibido olvidar!

Este 5 y 6 de diciembre el movimiento sindical recuerda los 94 años de la masacre de las bananeras, un acontecimiento que la historia colombiana intentó, sin éxito, disimular.

Gerardo Iglesias

En noviembre de 1928, más de 30.000 trabajadores de la compañía estadounidense United Fruit Company (hoy Chiquita Brands) estaban en huelga en la zona bananera del Magdalena.

La empresa se había negado a estudiar un pliego petitorio que solicitaba celebrar contratos de trabajo, aumento salarial, el pago de los sueldos en dinero y no en vales, y el cierre de los comisariatos de la compañía bananera.

Nada muy extravagante, pero el gobierno conservador de Miguel Abadía Méndez calificó a esos trabajadores como malhechores e insurrectos, declarando el estado de sitio y el toque de queda.

El 6 de diciembre de 1928, en la estación de ferrocarril de Ciénaga, donde había reunidos más de 7.000 trabajadores, el ejército colombiano abrió fuego contra los huelguistas.

En la represión murieron casi 4.000 trabajadores.

Este lunes 5, en esa misma localidad, el Sintrainagro participa del Foro Nacional sobre la desmitificación de los hechos ocurridos en 1928, reivindicando la memoria de quienes los antecedieron en la lucha por mejores condiciones de vida para los trabajadores y trabajadoras bananeros.

¡Prohibido olvidar!