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Etiqueta: movimiento religioso

UNIVERSALIS por una República Bicentenaria Incluyente

En compromiso con nuestros valores humanistas y en coherencia con lo establecido en el artículo 114 b del Estatuto orgánico de la Universidad de Costa Rica, y el Reglamento de la Escuela de Estudios Generales en su artículo 2, los aquí presentes docentes de la Escuela de Estudios Generales hacemos un llamado vehemente a reflexionar y votar en esta segunda ronda contra toda acción, expresión, o manifestación de intolerancia o exclusión a la diversidad y riqueza que conforma el género humano en sus diversas posibilidades de existencia (1).

Hacemos una llamada de atención al Tribunal Supremo de Elecciones para que, en su función de interpretar las disposiciones constitucionales y legales en material electoral e investigar las denuncias sobre el irrespeto al artículo 28 de la Constitución Política y al artículo 136 del Código Electoral —en los cuales se prohíbe explícitamente hacer propaganda electoral valiéndose de motivos religiosos o invocando creencias religiosas para promover la adhesión a un partido político—, hagan valer los derechos y garantías individuales establecidos en la Constitución Política de Costa Rica.

Es por lo anterior, que la autonomía universitaria y la institucionalidad del país deben mantenerse incólumes sobre todo ante la amenaza de una supuesta restauración de valores o principios alineados con sectores específicos de un movimiento religioso neo-pentecostal de corte teocrático. Ante esto, la educación humanista en la Universidad de Costa Rica necesariamente tiene que defender los logros alcanzados a lo largo de la historia social del conocimiento. El aporte de nuestra institución es invaluable para el ejercicio democrático y la defensa a la pluralidad en nuestro país.

Asimismo, quienes acá firmamos hacemos un llamado vehemente a toda la ciudadanía y demás habitantes de la República de Costa Rica a ser partícipes responsables de su presente. A lo largo de casi 200 años hemos podido conformar, con sus alcances y limitaciones, una de las democracias mejor equilibradas en la región latinoamericana. Esto gracias, a que en este tiempo se lograron grandes avances en el estado de derecho, los derechos humanos, la legalidad, la universalización del voto, la universalización de la educación, la universalización de la salud, la abolición del ejército y otras formas de violencia; estas son conquistas que nos han permitido forjar un destino propio, en el cual la inclusión y la paz para todos los habitantes del territorio han sido uno de los triunfos más destacables. Convocamos a la sociedad costarricense a ejercer su derecho al voto, no solamente un voto informado, sino un voto educado, un voto con amor al prójimo, incluso con amor hacia los que defienden, sin percatarse de ello, este movimiento religioso liderado por un candidato a la Presidencia de la República. A ellos les manifestamos nuestra cordial bienvenida al mundo de la política, a debatir y a pensar en el futuro de Costa Rica; pero no en esos términos, no enturbiando la política con la religión, no confundiendo al predicador con el candidato. Nuestra democracia bicentenaria no debe convertirse en una competencia por el dominio, sino en un ejercicio democrático de los deberes y derechos del ciudadano.

Sería lamentable y peligrosa la sola posibilidad de que el destino de la nación sea dirigido por un gobierno que no respete los derechos humanos, la libertad de información ni la transparencia —y que además realice alianzas con sectores económicamente poderosos, hechos que atentan contra los sectores más empobrecidos del país, sobre los cuales cae con mayor fuerza el peso de la manipulación política.

Desaprobamos las acciones contra el derecho internacional y aquellas prácticas que adversen la constitución política de nuestra República. El gran progreso de las Repúblicas democráticas del siglo XXI ha sido la comprensión de la condición diversa y universal de todos los habitantes del planeta.

Finalmente reafirmamos nuestro compromiso por una Costa Rica en la que todos podamos conmemorar dos siglos de un gran esfuerzo por sostener el modelo democrático; con la mirada puesta en el horizonte de un futuro incluyente, instamos al voto por un país debidamente incorporado en el mundo del siglo XXI, que pueda continuar siendo ejemplo de tolerancia y tenacidad contra las fórmulas políticas antidemocráticas o inconstitucionales.

 

Guiselle Marín Araya, Asdrúbal Marín Murillo, Ricardo Soto Espinoza, Diana Martínez Alpízar, Jerry Espinoza Rivera, Flor Eug. Solano Montenegro, Pablo Rodríguez Solano, Liliana Ureña Cascante, Ricardo Vargas Durán, Esteban Sánchez Solano, Melvin Campos Ocampo, Teresa Fallas Arias, Jorge Barrientos Valverde, Ileana D´alolio Sánchez, Jairol Núñez Moya, Abileny Soto Arguedas, Oscar Alvarado Vega, Jorge Arturo Montoya, Carlos Rojas Artavia, Esteban Rodríguez-Dobles, Marisol Gutiérrez Rojas, Leda Rodríguez Jiménez, Luis Adrián Mora Rodríguez, Minor Calderón Salas, Gabriel Rivel Pizarro, Mauricio Menjívar Ochoa, Maritza Marín Herrera, Lina Pochet Rodríguez, Ana Lucía Fonseca Ramírez, Carlos Cortés Zúñiga, Elvia Amador Rojas, Mario Salas Muñoz, Amadeo Cordero Hidalgo, Oscar Mario Molina Molina, Diana Senior Angulo, Arnaldo Moya Gutiérrez, Eduardo Madrigal Muñoz, Karen Poe Lang, Anacristina Rossi, José Miguel Arias Angulo, Ángela Ramírez Guerrero, Álvaro Carvajal Villaplana, Aysha Morales López, Patricia Fumero Vargas, William Elizondo Calderón, Juan Pablo Morales Trigueros, Mónica Perea Anda, Fabrizio Fallas-Vargas, José Daniel Jiménez Bolaños, Sindy Mora Solano

San José, Costa Rica. Viernes 23 de marzo de 2018

 

1 (Aprobado en sesión 2684-03, 05/05/1980) ARTÍCULO 2. Los fines de la Escuela corresponden a los propuestos para el Sistema de Educación General, a saber: a) Inspirar y desarrollar en el estudiante universitario interés permanente por la cultura general y humanística. b) Crear una conciencia crítica responsable sobre la problemática preferentemente latinoamericana, siempre dentro de una visión universal y humanística del mundo. c) Incorporar lucidamente al joven a la realidad costarricense y a su problemática concreta.

 

*Foto tomada de http://orientacion.ucr.ac.cr/case/case-estudios-generales/

Enviado a SURCOS por Esteban Rodríguez Dobles.

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Apreciaciones sobre las pérdidas de las iglesias en la presente contienda electoral de Costa Rica

Apreciaciones sobre las pérdidas de las iglesias en la presente contienda electoral de Costa Rica

Alberto Rojas Rojas

Al final, ambas (iglesias) quedan muy desvalidas, porque están dejando ir los fundamentos de su legitimidad a otro movimiento religioso que no es católico ni evangélico cristiano.

En las elecciones costarricenses del 2018, además de las fuertes derrotas electorales de partidos políticos como el Partido Liberación Nacional, el Frente Amplio, el Movimiento Libertario o el Partido Accesibilidad sin Exclusión, hay otros perdedores inéditos en que nadie ha pensado hasta ahora.

En este proceso electoral perdió la Iglesia Católica, porque le entregó a otros grupos religiosos una parte significativa de la posición privilegiada que tenía hasta hace poco, para definir en el campo religioso, lo que se considera legítimo desde el punto de vista de la fe. En otras palabras, la jerarquía de la iglesia católica con sus pactos, su proceder y sus silencios, reconoció más legitimidad en otros grupos, que lo que ella misma tiene en la definición de asuntos religiosos y cristianos.

En ese marco, la iglesia católica dejó un espacio vacío, pero además, dejó que otros grupos asumieran la representación religiosa de sus causas. Entregó la iniciativa y su influencia religiosa en la política y la sociedad. El catolicismo costarricense como institución y religión no será el mismo después de estas elecciones, sobre todo si gana la segunda ronda Fabricio Alvarado, ya que con él gana espacio político, otro movimiento religioso que adversa militantemente a la Iglesia Católica.

Ahora, la jerarquía de la iglesia y la gran mayoría de sus sacerdotes, se preparan en un silencio expectante, a valorar las consecuencias de su proceder. Además del debilitamiento de su legitimidad e influencia, la presente coyuntura política del país, les puede traer un debilitamiento numérico en sus filas. ¿Se alejarán hasta hoy personas creyentes católicas a las filas de otros grupos religiosos de la competencia? o ¿Engrosarán el grupo de creyentes decepcionados que no pertenecen a ninguna expresión religiosa?

Uno diría entonces que los ganadores fueron los grupos evangélicos. Pero no. Las iglesias evangélicas cristianas también perdieron y quizá, más que la iglesia católica. Están perdiendo parte fundamental de su identidad evangélico cristiana, y no desde fuera, sino desde dentro.

Por la parte de atrás, sin percatarse, les entró el movimiento de la reforma apostólica, el movimiento de don Fabricio Alvarado, el grupo que él realmente representa y el que realmente está ganando más poder e influencia. Un movimiento post-cristiano que produce y reproduce prácticas y doctrinas que contradicen aspectos medulares de la fe evangélica. Por ejemplo, confunde intencionalmente magia con fe, busca generar una nueva revelación, relativiza la centralidad de los evangelios en la interpretación de toda la biblia y pone la autoridad de los nuevos apóstoles como criterio primario de interpretación bíblica; relativiza también la persona y vida de Jesús como a modelo a seguir o bien, aminora aspectos fundamentales de su vida para no poner en cuestión algunas de sus doctrinas básicas.

Si Fabricio Alvarado gana las elecciones, gana preponderancia el movimiento de reforma apostólica y se crean condiciones subjetivas para que muchas iglesias evangélicas cristianas muten hacia este tipo de doctrina y práctica religiosa. Sobre todo, porque en muchas de estas iglesias, sus pastores y liderazgo tienen una débil formación bíblica y teológica y se alimentan más bien de la industria de comunicación que utiliza el movimiento apostólico. Una parte significativa de la iglesias evangélica, sobre todo de carácter pentecostal, pueden comenzar a ser otra cosa, como si un virus atacara y transformara su fe e identidad evangélica cristiana.

Así, en este proceso electoral no solamente se define un presidente, sino también la reconfiguración del campo religioso costarricense. Una iglesia puede perder espacio religioso y otra pierde identidad. Al final, ambas quedan muy desvalidas, porque están dejando ir los fundamentos de su legitimidad a otro movimiento religioso que no es católico ni evangélico cristiano.

Montes de Oca 18 de marzo, 2018.

Enviado a SURCOS por el autor.

Imagen ilustrativa tomada de http://www.lupaprotestante.com/blog/neopentecostalismo-una-nueva-ola-religiosa-recorre-america-latina/

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