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Etiqueta: muertes

SINAE afines solicita espacio físico para humanizar despedida a familiares COVID-19

El Sindicato Nacional de Enfermería y Afines (SINAE AFINES) en memoria de los 7.029 pacientes fallecidos por COVID-19, envió este lunes 1 de noviembre, una nota a la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) solicitando se actualice el lineamiento para la intervención social a las personas con COVID-19 en condición de gravedad y fase terminal, sus familias y redes de apoyo publicado el 8 de abril del 2020.

Según el Secretario General de SINAE AFINES, Lenin Hernández Navas, la misiva busca humanizar el proceso de duelo que la familia del paciente COVID-19 enfrenta ante el fallecimiento de un ser querido.

Por lo anterior se propone la creación de un espacio físico de acuerdo con las posibilidades de cada centro hospitalario, y apegado a los protocolos sanitarios para que los dolientes le den su último adiós al familiar.

Hernández Navas agregó que la propuesta evitaría tratos desiguales para familiares de funcionarios de la institución que aprovechando su cargo si tienen la posibilidad de despedirse de un ser querido como lo hizo la Directora de Enfermería del Hospital San Juan de Dios, el pasado 23 de julio, ante la muerte de un familiar de primera línea de consanguinidad.

“Desde nuestra experiencia como paciente y usuario de los servicios de una sala COVID-19 en el Hospital San Juan de Dios y el Centro Especializado de Paciente con COVID -19 (CEACO), y en   momentos, en que los casos han disminuido en un 32,3% (durante la semana del 17 al 23 de octubre) según el Ministerio de Salud, creemos que es necesario ese espacio físico que permita a la familia y redes de apoyo despedirse de su ser querido», destacó Hernández Navas.

Lineamiento desde el 8 abril 2020

De acuerdo con el decreto No. 41.599 del Ministerio de Salud se oficializó la “Norma de Atención Integral de la Salud Mental y de Abordaje Psicosocial de Emergencias y Desastres en los Escenarios de Servicios de Salud y en la Comunidad” el cual establece como una de las funciones de la CCSS el “acompañamiento a las familias de las personas fallecidas en los establecimientos de salud, para apoyo psicosocial.

Basado en ese decreto la CCSS publicó, el 8 de abril del 2020, el Lineamiento para la intervención social a las personas con COVID-19 en condición de gravedad y fase terminal, sus familias y redes de apoyo en el que se contempla que “la atención integral a la salud es un derecho de las personas, lo que incluye el tratamiento para una muerte digna ante una condición de agonía. 

De acuerdo con el lineamiento mencionado corresponde a Psicología coordinar el ritual de despedida de la persona usuaria, su familia y red de apoyo, preparar la despedida junto con la persona, según su voluntad.

Se contemplan en las disposiciones dos tipos de despedidas: Rituales personales y Sociales; en los personales se brindan recomendaciones como respetar los espacios para la expresión de sentimientos (en compañía de otras personas o en soledad), preparar una carta, vídeo o mensaje para compartir con el resto de la familia y el mismo familiar, utilizar técnicas narrativas terapéuticas, realizar dibujos, pinturas u otros. 

En los casos de los Rituales sociales se contemplan los que se realizan de manera social o colectiva como manera de “despedida” de la persona familiar. Para su realización Trabajo Social de cada centro deberá realizar una intervención social familiar previa que le permita a cada una de las personas integrantes expresar sus emociones, deseos y necesidades para el momento del ritual de despedida social. 

En la intervención debe asegurarse la participación de todas las personas, incluidas niños, niñas y adolescentes, personas mayores y personas con discapacidad. El objetivo, no es sólo, definir cómo se realizará la despedida, sino además cuál será la participación de cada persona integrante y la vía por la cual se realizará, priorizando en la mayoría de ocasiones la utilización de medios tecnológicos, esto por la situación de distanciamiento físico que requiere la atención de este virus.

Para SINAE AFINES la intervención social y la humanización de la despedida de los pacientes COVID-19 contribuirían a dar alivio al sufrimiento emocional de la persona en condición de agonía, su familia y red de apoyo.

SINAE PRENSA

24-2021 (2-11-2021)

Coordinadora Feminista contra Femicidios e Impunidad: “Repudiamos al Diario La Extra por explotar las muertes violentas de las mujeres”

SURCOS comparte el siguiente comunicado:

La Coordinadora Feminista contra Femicidios e Impunidad se posicionan ante el periódico nacional La Extra que continúa explotando las muertes violentas de mujeres para lucrar exponiéndolas de una manera morbosa y amarillista, mancillando la dignidad de las mujeres que ni siquiera pueden defenderse y profundizando el dolor de las familias sobrevivientes de femicidios como las personas allegadas de la víctima.

La espectacularización de las muertes violentas a mujeres alimenta la cultura machista naturalizándola y fomentándola, por lo que la Coordinadora Feminista contra Femicidios e Impunidad exige al gobierno medidas y una ley para sancionar la espectacularización de la muerte de las mujeres. También, hacen un llamado a La Extra a detener de una vez por todas esta denigrante acción que ha sido una constante a través de los años.

#NiUnaMenos #VivasNosQueremos #BastaDeImpunidad #EmergenciaNacionalPorViolenciaPatriarcal #FueraWalterEspinoza

Adjuntamos la imagen del comunicado oficial:

 

Imagen principal tomada de Semanario Universidad.

Nicaragua: la lucha contra la pandemia y el desgobierno

*Es justo aclarar que vivo fuera de Nicaragua y escribo esto auspiciándome en datos y notas de medios oficialistas e independientes, así como del Ministerio de Salud (MINSA) del país*

Joel Herrera

En la actualidad, como ya todas las personas estamos enteradas, la población global se encuentra enfrentándose a una pandemia. Un virus relativamente nuevo que ha cobrado una cantidad muy significativa de vidas alrededor del mundo, que ha logrado colapsar los sistemas de salud de todos los países y que paralizó a una sociedad que desde hace mucho tiempo estaba corriendo de una forma muy acelerada. Es cierto que todas y todos estamos aprendiendo sobre este microorganismo y el padecimiento que causa , por la simple razón de que nadie se esperaba una crisis de salud pública de esta magnitud y el paroxismo con el que apareció fue solamente un preámbulo de la velocidad de su expansión; no obstante, a pesar de este aprendizaje sobre la marcha y de estar enfrentándose a una pandemia, existen países como Nicaragua, que también enfrentan a un desgobierno que pone en peligro la vida e integridad física de la ciudadanía.

Desde el inicio de la expansión de la pandemia y las primeras recomendaciones que han brindado las organizaciones regionales y mundiales de la salud, la población Nicaragüense vislumbraba como la situación se podría tornar incluso más complicada en el país, el presidente Daniel Ortega , la vicepresidenta –quien también es primera dama y vocera del gobierno- Rosario Murillo y todo el aparataje estatal y oficialista iniciaron a emitir discursos irresponsables al tildar a esta enfermedad como un “padecimiento de ricos y burgueses” , se negaban a acatar recomendaciones mientras convocaron concentraciones masivas en las calles –la marcha llamada “amor en tiempos de covid”, es solo un ejemplo- y actividades deportivas/culturales que a la fecha se continúan realizando ; aunado a todo esto, iniciaron una campaña de comunicación para deslegitimar cualquier noticia sobre el virus, adjudicándolo a otro intento de desestabilización de la oposición.

Con el paso del tiempo y debido a que era innegable la presencia del virus en Nicaragua, el ministerio de salud encontró su escaparate al implementar un sistema de manipulación de información, elaborando actas de defunción donde la causa de muerte se adjudicaba a una “neumonía atípica” y se continuaba replicando el discurso que Nicaragua solo tenía un par de casos importados, pero que no había transmisión comunitaria; durante el tiempo transcurrido del primer caso diagnosticado el 18 de Marzo a la fecha del 12 Mayo, se contabilizaban 25 casos positivos y 8 fallecimientos, pero el último informe emitido, el día 19 de mayo, expresa que han incrementado a 254 casos, lo que representa una alza significativa en la curva de contagio; no obstante, el mandatario en su última comparecencia admite una alza de muertes por neumonía en el país, en comparativa con los datos obtenidos en los últimos 5 años.

Ante la desinformación y la falta de transparencia de las autoridades de salud y el estado de Nicaragua, la población optó por establecer mecanismos de observación y comunicación de manera independiente, surgiendo la iniciativa del “Observatorio Ciudadano COVID-19 Nicaragua”, que –como sus redes sociales indican- son un esfuerzo colaborativo para brindar información sobre el COVID-19; esta iniciativa representa solo un ejemplo de las medidas que ha tenido que implementar la población nicaragüense debido a que el gobierno no responde, no informa y no protege a sus conciudadanos, pero, a pesar de los esfuerzos individuales y colectivos que puedan llevar a cabo las y los nicas, el panorama a mediano y largo plazo se ve muy negativo, el sistema de salud –significativamente pobre- puede colapsar, las personas no pueden hacer cuarentena porque no tienen garantías para el sustento de un par de semanas o un par de meses , los precios de mascarilla, guantes y alcohol en gel se han disparado por los cielos y, como si se tratase una competencia por cual es la situación más trágica, muchas localidades del país no tienen acceso a agua potable.

Es cierto que el papel de la ciudadanía es llevar a cabo las medidas de prevención y protección ante el virus, pero también el estado tiene una gran responsabilidad de velar por la salud, integridad física y bienestar de la población a quienes –en teoría- representan, pero lamentablemente la tiranía y sed de poder ciega a sus gobernantes a tal punto de dejar morir a sus gobernados, incluso a sus fieles seguidores.

Covid-19 y “apertura” de la economía: No nos hagamos ilusiones

Luis Paulino Vargas Solís
Economista, Director CICDE-UNED
Grupo Economía Pluralista

Tras semanas de parcial confinamiento, el gobierno de Carlos Alvarado inició un proceso así llamado de “apertura” de la economía, con la esperanza de restablecer una relativa “normalidad” que permita reanimar la actividad económica y recuperar empleos. Se comprende que esto se hace bajo un juego múltiple de presiones: en primera instancia por parte de las cámaras del gran empresariado, pero también por la severidad del derrumbe económico, la pérdida de empleos, el deterioro de la situación fiscal e, inclusive, la impaciencia misma de la gente.

Se ha intentado avanzar en la “apertura”, cuando al mismo tiempo se registra un fuerte incremento de los contagios por Covid-19. Esto plantea un gran desafío, y exige un altísimo grado de disciplina. Si el contagio se sale de control –y es lo que pareciera estarse dando– ello tendría consecuencias potencialmente catastróficas. No estoy del todo seguro si el común de las personas ha logrado interiorizar plenamente lo que esto significa. Pero lo que resulta más preocupante es el tipo de mensajes que lanzan algunos de los liderazgos empresariales, en especial la UCCAEP. Sus exabruptos, ofensivos y estridentes, transmiten un desprecio por la vida, que solo es propio de una ideología fascista. Confío, sin embargo, que, en su amplia mayoría, predomina en el empresariado costarricense, un compromiso ciudadano, de protección a la salud y de respeto a la vida, absolutamente indispensable en este momento.

Si la pandemia se desborda, los servicios hospitalarios colapsan y las muertes se disparan, la “apertura” de la economía inevitablemente se frenará. Por decisión de las autoridades o a causa del pánico que ello provocaría. No entender esto es no entender nada, y es obvio que la UCCAEP, incapaz de mirar más allá de la punta de su nariz, no lo entiende.

De ahí que sea un error hablar de establecer un “balance” entre la salud y la economía, lo cual sugiere que salud y economía están en el mismo nivel, tienen la misma importancia y pueden caminar la una a la par de la otra. Incorrecto. Incluso si se opta por “abrir” la economía, ello debe hacerse priorizando siempre la vida y la salud. De otra forma, la propia “apertura” se detendría cuando apenas empiece a caminar, y, al final, la factura que deba pagarse será mucho más cara.

Por otra parte, debemos entender que la “apertura” no tiene más que muy limitadas posibilidades, si de recuperación de la economía y los empleos se trata.

Primero, hay un ambiente de enorme incertidumbre y temor, que inevitablemente frena el consumo de las personas y los hogares, y los proyectos empresariales de inversión. O sea, lo que cabe esperar es un proceso donde, al “abrirse” la economía, la gente retome a lo sumo de forma parcial algunos de sus viejos hábitos de consumo, pero manteniéndose cauta y contenida. En el caso de las empresas ese mismo efecto se daría, pero en grado incrementado, ya que se parte de un altísimo nivel de desocupación de la capacidad instalada. Difícilmente habrá alguna empresa que, bajo tales condiciones, quiera emprender nuevos proyectos de inversión.

O sea, la reapertura tan solo dará un empujón parcial e insuficiente a la economía, y, por ello mismo, tan solo se recuperará una parte de los empleos perdidos. Por lo tanto, mucha gente que se quedó sin trabajo, no podrá recuperarlo, lo que, a su vez, mantendrá en pie poderosas fuerzas contractivas, que harán aún más limitada la recuperación de la demanda de consumo, y deprimirá aún más la disposición empresarial a generar nuevas inversiones.

Los estímulos provenientes del exterior tampoco aportarán gran cosa. La profundidad de la recesión en países ricos, mantendrá deprimidas las exportaciones al menos por el resto de este año, pero seguramente el efecto se prolongará al año venidero. El turismo, por su parte, durará mucho tiempo –posiblemente años– antes de retornar a niveles comparables a los de los tiempos pre-Covid. Hay demasiado miedo circulando en la atmósfera sicológica del mundo entero, para pensar otra cosa, ni siquiera si se adoptasen estrictas medidas sanitarias, y ni siquiera si se descubriese una vacuna eficaz, teniendo presente que aún si ésta estuviese disponible, su aplicación universal llevaría tiempo.

Y aquí es importante aclarar una idea errónea, pero muy popular, inclusive entre economistas: la de que “fondear” los bancos, para que éstos tengan recursos y coloquen créditos, es una herramienta eficaz para dinamizar la economía[i]. La cuestión más bien funciona a la inversa. La economía no se reactiva porque se reactive el crédito; por el contrario, el crédito se reactiva en respuesta a la reactivación de la economía. Una vez la economía gana tracción, el crédito funcionará como lubricante que lo facilite y, eventualmente, contribuya a darle impulso. Pero el crédito no puede gatillar el proceso y ponerlo en marcha. Lo cierto es que no hay colocación de créditos, si no hay demanda de crédito. Y para que esta demanda exista, es necesario que la economía camine.

Ello asimismo demarca los límites de los estímulos monetarios que, vía tasas de interés, puedan ser aportados por el Banco Central. Existe, por un lado, el problema –entretención habitual en las conversaciones entre economistas costarricenses– acerca de la exasperante lentitud con que las tasas de interés en el sistema bancario, responden a las bajas acordadas por el Banco Central en su “tasa de política monetaria”. La razón de lo cual, según creo, hay que buscarla en el característico conservadurismo del propio Banco Central, el cual pareciera creer que basta con anunciar la baja, y por su linda cara los bancos le seguirán obedientes y sumisos. Lo cierto es que si no actúa con un mínimo de agresividad las tasas no bajarán. Y eso es lo que usualmente ocurre: las tasas no bajan. Se necesitaría mayor activismo, algo impensable en nuestro artrítico Banco Central.

Pero esa es una parte de la historia y, en las circunstancias actuales, la menos importante. Porque inclusive si las tasas de interés tuviesen una baja muy significativa, las fuerzas contractivas que mantienen frenados los planes de inversión de las empresas y los planes de consumo de las personas y las familias, seguirán en pie. Por un lado, la enorme capacidad productiva instalada de las empresas, que permanece ociosa. Por otro, la situación de amplísimo desempleo. Y súmele el congelamiento de las exportaciones y el turismo. Y, encima de tales factores objetivos, el ambiente sicológico de terrible incertidumbre y temor. Simplemente el crédito no se reactivaría, ni siquiera si las tasas de interés se aproximasen a cero.

Por su parte, el “libre mercado” carece de mecanismos que permitan desatascar esta maquinaria averiada. En el contexto de oscuridad que la incertidumbre reinante impone, esos mecanismos quedan paralizados. O, si acaso, solo podrían lograrlo después de un largo período y un cúmulo incalculable de sufrimiento humano, cuando, al fin, las empresas empiecen a hacer inversiones para sustituir capital destruido o depreciado, y/o las exportaciones de fuera de zona franca, empiecen a tener una reanimación significativa. Pero el lapso que tendría que transcurrir para ello, podría ser intolerable para la sociedad.

Estamos entrando a una fase donde se hace necesario recuperar, siquiera parcialmente y mínimo por algún tiempo, la noción cepalina de «desarrollo hacia adentro». No por razones ideológicas, sino por imperativo de la realidad. O sea: la economía costarricense tiene que reencontrarse con el mercado interno, y volver a priorizar objetivos de justicia social y mayor igualdad.

Teniendo eso claro y ante el contexto actual, el único agente económico que podría proporcionar el empujón que saque a la economía de ese sopor patológico y rompa la parálisis, es el sector público, y tendría que ser por medio de un amplio programa de inversión pública, planificado para que incorpore un componente de fácil ejecución en el corto plazo, capaz de generar muchos empleos y densos encadenamientos con actividades productivas nacionales. A mediano y largo plazo ese programa debería enfatizar las energías limpias, las tecnologías verdes, la modernización del transporte público, la fibra óptica, los acueductos y sistemas de alcantarillado y tratamientos de aguas residuales, la infraestructura educativa y sanitaria, los espacios públicos, el desarrollo de la ciencia y la tecnología y el acceso a la vivienda para toda la población.

Por ello mismo, resulta un desatino las propuestas de austeridad fiscal, que tan solo vendrían a reforzar las fuerzas contractivas que actualmente están en operación. Lo cierto es que la única forma saludable de volver manejables el déficit y la deuda pública, es a través de la dinamización de la economía.

Y siendo verdad que enfrentamos una severa restricción fiscal, por ello mismo se hace indispensable buscar formas alternativas e innovadoras de financiar ese programa de inversión, de forma que el déficit fiscal mismo no se vea incrementado. Entre las cosas rescatables en el programa de reactivación de la economía que el gobierno de Carlos Alvarado presentó el 4 de mayo pasado, había algunas ideas en este sentido. Los números ofrecidos eran interesantes, pero el planteamiento resultaba vago e impreciso, y lo sigue siendo hasta el día de hoy.

Se trata de poner a caminar la maquinaria económica, en la comprensión de que, una vez puesta en movimiento, el proceso de recuperación se alimentará a sí mismo. Será entonces cuando entre en juego el crédito, cuya demanda se verá incrementada una vez la economía agarre vuelo.

Ya para entonces los bancos volverán a funcionar como normalmente lo hacen: creando dinero prácticamente “del aire” para conceder crédito y, así, crear sus propios depósitos.

[i] Esta es una idea que, por ejemplo, desarrolla con amplitud el muy respetado colega, don William Hayden, en un artículo en el medio digital La Revista (4 de julio de 2020): “Las alternativas económicas de nuestro país en el marco del covid-19”.

 

Información tomada del blog: https://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/

Enviado a SURCOS por el autor.

Acostada Ciclista Frente a Asamblea Legislativa en protesta por muertes en carretera

Acostada Ciclista Frente a Asamblea Legislativa en protesta por muertes en carretera
Imagen con fines ilustrativos.

El pasado martes 15 de junio diversos colectivos de ciclismo urbano fueron convocados a una “acostada” frente a la Asamblea Legislativa; como una acción pacífica para que las autoridades tomen medidas para evitar más muertes de ciclistas en nuestras carreteras. El evento se realizó a las 5pm frente a la Asamblea Legislativa y fue promovido por ARCA, CHEPECLETAS, el Colectivo Las Luciérnagas, ACONVIVIR, entre otros.

Con esta “acostada” también se pretendió hacer un homenaje póstumo a las decenas de personas que han sido atropelladas mientras se trasladaban en sus bicicletas; dos de estas fallecidas tan solo la semana anterior en El Guarco de Cartago y en Desamparados.

Bajo el lema “Ni una muerte más” estos colectivos pretenden hacer conciencia sobre la importancia de que conductores, ciclistas y peatones aprendamos a compartir la vía; y cuidemos y protejamos a los usuarios más vulnerables. Respetar la vida de quienes circulan por las vías públicas en bicicleta o a pie, es un imperativo fundamental para lograr una sociedad más pacífica y menos violenta.

Además será colocada una bicicleta blanca, símbolo que se usa a nivel mundial, cada vez que un ciclista es asesinado por un vehículo automotor. Cada vez que ocurra una nueva tragedia, se seguirán realizando acciones como esta, durante las horas pico, en puntos neurálgicos de la Capital (avenida segunda, fuente de la Hispanidad, Paseo Colón, entre otros) hasta que el Gobierno tome medidas serias y reales para detener esta masacre en las carreteras.

Para la acción del pasado 15 de junio se elegió la Asamblea Legislativa; ya que se esperaba que así como los diputados y diputadas hacen un homenaje a Andrey Amador, por su extraordinario 4to lugar en el Giro de Italia; también se comprometan a generar la legislación para que el país desarrolle la infraestructura necesaria para pacificar el tráfico vehicular (zonas compartidas, ciclovías, carriles bici, áreas peatonales entre otras); así como para que las autoridades de Gobierno, especialmente el MOPT tome conciencia de la importancia de desarrollar programas de prevención y educación vial.

 

*Para más información:

Jorge Mora Portuguez, ARCA / (506) 8703-0799 / correo electrónico: jmorapo@arca.co.cr

Roberto Guzmán Fernández, Chepecletas / (506) 8849-83167 / correo electrónico: robertoguzmanf@gmail.com

 

Enviado a SURCOS Digital por Jorge Mora Portuguez.

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