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Etiqueta: obesidad

La desnutrición y la obesidad infantil es a lo que hay que poner la mayor atención, para atacar la obesidad de los adultos

Vladimir de la Cruz

Internacionalmente, hay un día a nivel mundial que se celebra o conmemora, el 4 de marzo de cada año, como día de la obesidad, obviamente con la intención de atender el problema como un mal nacional y mundial.

Con alarmante preocupación las autoridades de salud pública anunciaron que Costa Rica tiene un honroso y destacado tercer lugar, en el mundo, de seguir así, hacia el 2060, como país con más obesos; para decirlo más popularmente, con más gordos en la población… infantil, juvenil y de adultos. Faltan algunos años para eso, pero la tendencia parece inevitable. En una medición reciente se nos coloca como país 50 de 97 con mayor obesidad de mujeres y de 64 sobre 197 en obesidad de hombres, así como el país 59 en obesidad de niñas y el 78 en obesidad de niños. En el caso de la población adulta se ha duplicado su cantidad desde 1990.

En este momento la tercera parte de la población, el 31%, es obesa, y dentro del conjunto de los países de la OCDE. Costa Rica es el que tiene mayor índice de obesos, cuando en el promedio de esos países se alcanza el 19% de obesidad. De continuar así, en el 2060 tendríamos un 94% de obesidad. En números actuales tenemos 760.000 mujeres y 480.000 hombres, mayores de 20 años, con obesidad, en sus distintas categorías o niveles; y en la población infantil y juvenil, entre los 5 y 19 años, hay 69.000 mujeres y 78.000 hombres.

Este destacado papel lo reveló la OCDE, en concordancia con lo que la Organización Mundial de la Salud, también, tiene registrado. Tengamos de referencia que esta información, en estos organismos internacionales, se obtiene, por los datos oficiales, que las autoridades públicas, de salud, brindan oficialmente. De esta forma, el problema de la obesidad de la población es una realidad palpable en el país, con todas las consecuencias e impactos que esta situación puede tener. Aun así, los datos no muestran la cruda realidad que es más grave que esa estadística.

El problema debe ser más grave si tenemos presente que desde hace 15 años no se hacen encuestas nacionales sobre nutrición…y desnutrición, por lo que los datos sobre obesidad deben ser más graves de lo que se ha informado. Tampoco se ha hecho un balance de la “Carta, que se firmó en el 2018, de compromiso para el abordaje integral del sobrepeso y la obesidad en la niñez y la adolescencia costarricense”. A la desnutrición también se asocia la anemia, el bocio, el raquitismo y la parasitosis. La anemia en Costa Rica es como la enfermedad del sueño en África para sus comunidades pobres. ¿Se hacen evaluaciones sobre la alimentación en escuelas y colegios?

La Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) como el Ministerio de Salud han señalado que la obesidad y el sobrepeso están entre las principales causas de muerte de la población costarricense. Desde el 2018 al 2023, la CCSS atendió por complicaciones asociadas a la obesidad a casi 2000 pacientes, casi dos diarias. En la estadística nacional más afectadas son las mujeres, casi 3 mujeres por cada hombre. En la consulta hospitalaria dos de cada tres fueron de mujeres. En este mismo período las intervenciones quirúrgicas fueron en casi un 20% para desviaciones gástricas o los llamados bypass gástricos.

Los adultos mayores de 40 años son los que se reportan con mayor internamiento hospitalario, casi un 79%, entre los que se cuenta un 2% de niños que no habían cumplido su primer año de vida. Del mismo modo, los niños menores de 10 años tienen más internamientos que las mujeres. Por cada 100.000 habitantes, en este mismo período de tiempo, el promedio de internados fue de 6, lo cual, para las autoridades de salud, se considera alarmante. Las muertes provocadas por esta situación, en este mismo plazo fue de casi 400 personas. Entre el año 2000 y el 2010 por obesidad morían anualmente alrededor de 30 personas, mientras entre el 2015 y el 2018 esta cifra aumentó a 48 decesos. A partir del 2019 la cifra se mueve entre 60 y 95 defunciones por año. Casi el 40% de las mujeres y el 25% de los hombres, mayores de 20 años tienen obesidad.

A la obesidad se asocian enfermedades crónicas como hipertensión o presión alta, diabetes, niveles altos de colesterol y triglicéridos, infartos al miocardio, al músculo cardiaco; accidentes cerebrovasculares, que producen los conocidos derrames cerebrales; discapacidades ocasionadas por la gordura, pérdida de años de vida. La obesidad quita aproximadamente un 10% de los años posibles de vida. A esto se agregan los problemas relacionados con el acoso que sufren los obesos, el estrés que les ocasiona, la ansiedad, la depresión, y las dificultades para obtener trabajos.

Para medir la obesidad, como práctica universal, se analiza el índice de masa corporal, donde si la cifra es mayor de 30 hay obesidad; si está entre 35 y 39.9 hay obesidad severa, y si es más alta de 40 se está en una situación de obesidad extrema o mórbida. Este índice, aun cuando se usa como medida internacional, los expertos reconocen que es imperfecto para precisar correctamente las causas de la obesidad, porque es difícil medir la grasa corporal.

En los factores que hoy se toman en cuenta, entre otros, para atender esta temática, de obesidad y desnutrición, se trata de los alimentos no saludables, los alimentos chatarra, el poco ejercicio, la ingesta de alcohol o bebidas alcohólicas. La comida chatarra no cumple las necesidades de nutrientes.

La comida chatarra oculta la desnutrición. Las empresas farmacéuticas, agrupadas en la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos, FEDEFARMA, enfatizan en el tema genético como el factor principal detonante de la obesidad. Para estas empresas la probabilidad de desarrollar obesidad es del 40% al 70%. Señalan que las investigaciones farmacológicas se orientan, desde hace años, a encontrar fórmulas que contribuyan al control del peso, de pacientes que no logran bajar peso cambiando hábitos de alimentación y haciendo ejercicio. No cuestiono los estudios sobre factores genéticos, que son tan importantes para determinar hoy muchos aspectos de la salud. Lo que me parece es que a las empresas farmacéuticas la importancia del énfasis en este tema es en función de la venta de medicamentos, por lo demás caros.

Hace algunos años, cuando mi esposa trabajaba en el Departamento de Patología del Hospital San Juan de Dios, el Director y Jefe del mismo, el brillante patólogo nacional, Dr. Rodolfo Céspedes Fonseca, con quien tenía una especial amistad, por razones familiares y por mi esposa, su discípula, me comentaba que en la patología nacional ya se empezaba observar la desnutrición, la pobreza y la pobreza extrema, como un factor contribuyente de la muerte de las personas. Estaba él preparando un trabajo, para un Congreso Médico, sobre esta situación cuando lo sorprendió la muerte. De mis investigaciones históricas, le comenté al Dr. Céspedes, qué en las Actas de Congresos Médicos, en la década de 1930, en casi todos los trabajos presentados se hacía relación a los factores de pobreza y miseria nacional, aspecto que él conocía. Hoy, y desde hace mucho tiempo, en estos congresos, estos temas no se asocian a esta temática. El problema de la obesidad tampoco se asocia a la situación de pobreza y mal nutrición, que puede ser uno de los factores más poderosos de su existencia. La obesidad es también un problema social.

Con mi suegro, el Dr. Bernardo Picado Prendas, médico pediatra, alergólogo y pediatra, aprendí también que cierta gordura de niños se debía justamente a su mala alimentación. Ponía como ejemplo los niños que aparentemente eran rebosantes de gorditos, y con solo apretarles ligeramente la piel, de los brazos o las piernas, se les marcaba un anillo amarillo que era el indicador justamente de esa mala nutrición y alimentación. También revisaba la piel para ver si era seca y pálida, si el niño perdía pelo o cabello, veía el grosor y dureza de las uñas. Veía si el abdomen, las piernas y los brazos estaban hinchados. Gorditos sí, pero malnutridos y mal alimentados, un mal nacional, poco atendido. De él aprendí que los niños gorditos no son símbolos de buena salud. Gorditos, con sobrepeso pueden padecer desnutrición. Este es el punto.

El Benemérito Hospital Nacional de Niños debería opinar sobre esto. Si el niño, no tuvo una buena lactancia, aunque coma suficiente, y no consume los nutrientes, las vitaminas, los minerales y ácidos grasos esenciales necesarios para su crecimiento, talla y estatura, se va a desarrollar como ese niño desnutrido y obeso al mismo tiempo.

Con mis tíos Gilberto de la Cruz y Elba Malavassi, ambos farmacéuticos, cuando pasaba mis vacaciones juveniles en la Villa, en Ciudad Quesada, los vi discutir con campesinos, que llegaban a la Farmacia San Carlos, a comprar vitaminas y otros productos similares. Mi tío Gilberto, que conocía a sus clientes les hacía ver que con los productos que cultivaban y vendían, si los comían no necesitaban ninguno de los medicamentos que solicitaban. No había manera de hacerlos entender o había una gran necesidad económica, para sobrevivir, de vender sus productos antes que consumirlos familiarmente.

Por mis investigaciones, en asuntos de los movimientos sociales, obreros, sus luchas y sus condiciones de vida, aprendí qué en muchos hogares de trabajadores, en la comida dispuesta para la familia, la prioridad del mejor plato, la mejor o mayor comida era para el padre, para el jefe de familia, para el trabajador, que salía a laborar y a generar los ingresos del hogar. Le seguían, en orden por su edad, de mayor a menor, sus hijos, que también podían acompañarlos en sus faenas o podían contribuir con otros trabajos a generar ingresos, siendo los sacrificados de la comida los hijos menores, y la madre, que hacía, como se dice popularmente, de tripas chorizo.

En los reportajes y notas periodísticas de esta fecha, con motivo de la noticia publicada, se produjeron llamamientos para fomentar hábitos alimenticios, saludables y equilibrados, desde la infancia. Se señaló la educación en posibilidad de enseñar a distinguir qué comer, dentro de la cantidad de productos, que la libertad de mercado ofrece… obviamente al alcance de quien los puede pagar. Un editorial de un periódico señaló que los trabajadores hoy no disponían de 15 minutos de tiempo libre para practicar, diariamente, algún deporte. Sin decirlo el editorial se refería a las jornadas de trabajo existente de 8 horas diarias. ¿Qué tal con las que quieren introducir, a la fuerza, de 12 horas diarias?

La clave está en la buena alimentación de los niños. No es solo a base de carbohidratos, azúcares y grasas. El niño mal alimentado en la niñez, desnutrido, puede sobrevivir con pocas calorías, pero “enfermo” para toda la vida. En el continente millones de niños sufren desnutrición crónica, que les produce daños irreparables. Tienen menos energía, menor desarrollo muscular y de órganos, menor capacidad de concentración, menor rendimiento escolar y laboral, falta de sueño, trastornos mentales, posibilidad de daños cerebrales, limitada capacidad de aprendizaje, más limitada su capacidad laboral de cuando lleguen a ser adultos. El impacto nacional de esta situación es un país con limitaciones para su desarrollo.

Las enfermedades de la obesidad infantil, similares a las de los adultos, tienen un costo elevado de atención pública. La desnutrición y la obesidad infantil es a lo que hay que poner la mayor atención, para atacar la obesidad de los adultos. Los primeros cinco o seis años de vida son claves. Lo que no se atiende allí, por desnutrición, especialmente, no se puede resolver posteriormente, por más y mejores alimentos que se le puedan dar al niño. Se crea una masa de gente hacia el futuro que va a depender de la asistencia pública, o de la asistencia de la calle, y en la calle del trabajo informal y del trabajo que puede ofrecer el narcotráfico y las organizaciones criminales, que hoy se vuelcan en mucho sobre esta población sin educación y sin trabajo.

Hay que entender que obesidad y desnutrición son el resultado en mucho de factores de pobreza y pobreza extrema. Muchos obesos podrán no sentirse “pobres” de origen, porque no tuvieron ni tienen conciencia de sus propios factores de pobreza, porque les fue natural vivir con ellos.

La pobreza influyente tiene que ver con el analfabetismo, el analfabetismo por desuso, el carecer de agua potable tratada, el desempleo, el ingreso económico familiar, los bajos salarios, la desatención pública de servicios esenciales, mala vivienda, falta de buenas letrinas en las barriadas populares y zonas de tugurios, falta de electricidad, de aceras y de caminos inter vecinales en esas zonas, acceso a la escuela, alimentación básica en las escuelas, que ha sido eliminada y disminuida, incapacidad hogareña de satisfacer necesidades básicas.

La obesidad, así, es una enfermedad crónica compleja, causada por diversos factores sociales, culturales, psicológicos, genéticos, metabólicos. La obesidad no está separada de la desnutrición. A mayor posibilidad de desnutrición hay mayor posibilidad de desarrollar el sobrepeso.

La obesidad como problema médico comprende otras enfermedades: cardíacas, diabetes, presión arterial alta, colesterol alto, enfermedad hepática, apnea del sueño y se señalan también ciertos tipos de cáncer.

Los desnutridos son los que tienen un déficit alimentario, que no comen lo que deberían ingerir. Los malnutridos pueden ser comedores compulsivos y de exceso, pero no son sanos. Otro asunto, los daños de la desnutrición duran toda la vida y son heredables.

A los obesos y desnutridos se les orienta en consumir verduras, hortalizas y frutas; vegetales de colores vivos; productos lácticos, como la leche, queso, yogur, etc., carnes, rojas, blancas, como pollo y pescado; granos integrales, en avena, pan o arroz. ¿Pero, cuánto cuesta esto? La Canasta Básica Alimentaria, ¿cuánto suple en esta dirección nacional para evitar la desnutrición y la obesidad?

Esto es lo que debemos discutir nacionalmente para tratar los problemas de la obesidad, de adultos. Pero, no olvidemos la de los niños.

Compartido con SURCOS por el autor.

Obesidad: problema de salud pública

4 de marzo

Día Mundial de la Obesidad

Dr. José Guillermo Jiménez Montero, FACE
Endocrinólogo
Miembro Correspondiente

La obesidad fue reconocida de interés desde la época de Hipócrates constituyéndose en un problema de salud en los últimos 50 años. La obesidad se define como una enfermedad crónica cuya prevalencia va en aumento en adultos, adolescentes y niños a nivel mundial. Nuestro país no escapa de esta epidemia de obesidad y representa un problema de salud pública.

El tejido adiposo es un extenso órgano que tiene muchas funciones en nuestro cuerpo. Este tejido juega un papel en el balance energético, guarda colesterol y es un reservorio de la vitamina D. Le sirve al cuerpo como cojín y contribuye a mantener la temperatura corporal. Sin embargo, el exceso de tejido adiposo y, en particular la distribución de la grasa en la región del abdomen tiene serias consecuencias para la salud. La grasa abdominal se relaciona con el desarrollo de numerosas enfermedades destacando la diabetes tipo 2 (elevación del azúcar en la sangre), las enfermedades del corazón, artritis, apnea de sueño, que se manifiesta como falta de oxigenación mientras se duerme. Además, la obesidad favorece la acumulación de grasa en el hígado, hepatitis, la formación de piedras en la vesícula y eleva el riesgo de ciertos cánceres. Es importante considerar que las personas obesas presenta frecuentemente ansiedad, depresión y la obesidad se vincula con rechazo social. En el contexto de la pandemia debido al virus SARS-CoV-2, la obesidad incrementa la posibilidad de complicaciones severas y muerte.

El mantenimiento del peso corporal está determinado por intrincados mecanismos que involucran nuestros genes, el sistema nervioso, las hormonas, el sistema digestivo y las bacterias intestinales. Más aún, otros factores que favorecen el desarrollo de obesidad son la exposición a ciertos medicamentos como los antidepresivos, medicamentos que regulan la glucosa en la sangre y algunas enfermedades endocrinológicas. La exposición a químicos – bisfenoles provenientes de biberones de plástico que se usaron en décadas pasadas – pueden alterar algunas funciones del sistema endocrino, inducir quistes ováricos y tienen un efecto potencial de impactar el peso corporal desde la infancia. A pesar de los innumerables factores asociados al desarrollo de la obesidad, la principal causa de la obesidad es el exceso de ingesta de alimentos de alto valor energético y la disminuida utilización de la energía, como resultado de la inactividad física. En consecuencia, el aumento en la prevalencia de obesidad a nivel mundial tiene su principal origen en los cambios en los estilos de vida de la población.

En Costa Rica la poca educación nutricional y el patrón alimentario caracterizado por una baja frecuencia del consumo de frutas, vegetales, leguminosas, lácteos y carnes blancas particularmente el pescado, así como una elevada frecuencia de la ingesta de carnes rojas grasosas, embutidos, bebidas con azúcar agregado y alimentos procesados (golosinas, snacks, comidas rápidas y repostería/galletas) constituyen los principales factores de riesgo para el desarrollo de obesidad y eventualmente de enfermedades crónicas no transmisibles en la edad adulta. El papel de la industria alimentaria no regulada y la mala información son elementos que han incidido sustancialmente en el consumo de alimentos con alto contenido en energía. Por eso, en años recientes la Organización Panamericana de la Salud, alertó a nuestras instituciones de salud a tomar acciones recomendando mejorar el etiquetado de los alimentos como una medida que contribuiría en la reducción de la obesidad. Finalmente, es notorio en Costa Rica la carencia de áreas seguras para practicar actividad física como se demostró en la Encuesta Colegial de Vigilancia Nutricional y Actividad Física, que junto con el incremento de la tecnología (teléfonos celulares, computadoras), han favorecido el sedentarismo y la obesidad.

El tratamiento de la obesidad reviste un abordaje complejo que toma en cuenta un plan nutricional, actividad física y ciertos medicamentos que controlan el apetito. Existen muchos tipos de dieta y todas producen pérdida de peso. La mayoría de las personas obesas pierden peso cuando hacen dietas muy restrictivas, pero éstas son difíciles de mantener a largo plazo y por lo general, la persona obesa en dieta de reducción, presenta recaídas y ganancia de peso después de algunos meses.

En la práctica clínica se recomienda una vigilancia continua para lograr resultados positivos. Las visitas periódicas con el profesional de la salud (médico, nutricionista, psicólogo, entrenador físico) deberán ser programadas para vencer las barreras y plantear los siguientes pasos en el plan. Si la pérdida de peso es menor al 5 % en los primeros seis meses se debe tratar otras alternativas.

En conclusión, la obesidad es un problema de salud pública de considerable magnitud por las complicaciones asociadas y los resultados del tratamiento. Las principales acciones que debe tomar nuestro sistema de salud es promover cambios en el estilo de vida – adecuada nutrición y actividad física regular– para prevenir el desarrollo de la obesidad.


  1. Trends in adult body-mass index in 200 countries from 1975 to 2014: a pooled analysis of 1698 population-based measurement studies with 19·2 million participants. NCD Risk Factor Collaboration (NCD-RisC). Lancet. 2016;387(10026):1377.
  2. Maffeis C, Pietrobelli A, Grezzani A, Provera S, Tato L. Waist circumference and cardiovascular risk factors in prepubertal children. Obes Res 2001; 9:179-87.
  3. Snijder MB, Dekker JM, Visser M et a. Associatiosn of hip and thigh circunferences independent of waist circunference with the incidence of type 2 diabetes: the Hoorn Study. Am J Clin Nutri 2002; 77:1192-1197.
  4. Bray G. Medical consequences of obesity. J Clin Endocrinol Metab, June 2004, 89(6):2583–2589.
  5. Huang C,Wang Y, Li X, Ren L, Zhao J, Hu Y, et al. Clinical features of patients infected with 2019 novel coronavirus in Wuhan, China. Lancet 2020;395:497–506.
  6. Gauthier, MSR émi Rabasa-Lhoret R, Prud’homme, D et al. The Metabolically Healthy But Obese Phenotype Is Associated With Lower Plasma Levels of Persistent Organic Pollutants as Compared to the Metabolically Abnormal Obese Phenotype. J Clin Endocrinol Metab, June 2014, 99(6):E1061–E1066
  7. Encuesta Colegial de Vigilancia Nutricional y Actividad Física.
    Costa Rica, 2018

Día Mundial contra la Obesidad

José Luis Pacheco Murillo

Cada 4 de marzo se celebra el Día Mundial contra la Obesidad. Esta fecha busca concientizar a las personas sobre el terrible daño que conlleva para el organismo una dieta alta en grasa y azúcares, dieta que, a decir verdad, es una de las más populares y propagadas por todo el mundo.

Según datos de la misma Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial. Es más, se estima que desde 1975 esta enfermedad se ha triplicado, logrando que, en 2016, 1.900 millones de adultos la padeciesen, así como 340 millones de niños y adolescentes.

La obesidad es el primer paso para otras patologías como hipertensión arterial, diabetes tipo II, índices elevados de colesterol y triglicéridos, problemas osteoarticulares, riesgo de padecer cáncer, apnea del sueño y problemas cardiovasculares.

La única manera de prevenir la obesidad es llevando una dieta alimenticia mucho más sana y no apostar por la conocida comida rápida, que posee todos los elementos para generar obesidad mórbida.

Además de una buena alimentación, es necesario que las personas tengan una rutina de ejercicio que les permita evitar la acumulación de grasa producto de sedentarismo.

Muchas personas en el mundo comen relativamente sano, pero aún se ven atacadas por una acumulación de grasa, sobre todo en la parte baja de abdomen.

Esto se debe principalmente a largas jornadas de trabajo sentados en un escritorio frente al ordenador. La falta de ejercicio también puede acarrear un poco de sobrepeso.

Es muy importante que tomemos conciencia de lo que representa la obesidad en nuestras vidas y proponernos a cambiar comportamientos con relación a la forma de comer y especialmente a la forma en que llevamos nuestra vida en cuanto a actividad física. Buena alimentación y buena actividad física da como resultado buena salud.

Sabemos que estamos inundados de publicidad relativa a comidas y especialmente a esa comida que llamamos “chatarra” que es la que propicia más calorías y más grasa a nuestro cuerpo. Sin embargo, no tenemos que hacerle caso a esa publicidad y lo que debemos hacer es tomar la decisión de cuidarnos y tratar de comer sanamente.

Dios quiera que podamos comprometernos con nuestra salud y hagamos lo necesario por evitar comidas que no nos ayudan y que podamos evitar la obesidad. Hay frases que pueden ayudarnos a motivarnos: “No se trata de perder peso, sino de cambiar tu estilo de vida”. Bernard Kizer, CEO y Fundador de Evolution Advance Nutrition. “Haz que tu alimento sea tu medicina, y tu medicina tu alimento”. Hipócrates, médico griego. “No es el peso que pierdes, es la vida que ganas”.

Obesidad: problema de salud pública

Dr. José Guillermo Jiménez Montero, FACE
Endocrinólogo
Miembro Correspondiente

La obesidad fue reconocida de interés desde la época de Hipócrates constituyéndose en un problema de salud en los últimos 50 años. La obesidad se define como una enfermedad crónica cuya prevalencia va en aumento en adultos, adolescentes y niños a nivel mundial. Nuestro país no escapa de esta epidemia de obesidad y representa un problema de salud pública.

El tejido adiposo es un extenso órgano que tiene muchas funciones en nuestro cuerpo. Este tejido juega un papel en el balance energético, guarda colesterol y es un reservorio de la vitamina D. Le sirve al cuerpo como cojín y contribuye a mantener la temperatura corporal. Sin embargo, el exceso de tejido adiposo y en particular la distribución de la grasa en la región del abdomen tiene serias consecuencias para la salud. La grasa abdominal se relaciona con el desarrollo de numerosas enfermedades destacando la diabetes tipo 2 (elevación del azúcar en la sangre), las enfermedades del corazón, artritis, apnea de sueño, que se manifiesta como falta de oxigenación mientras se duerme. Además, la obesidad favorece la acumulación de grasa en el hígado, hepatitis, la formación de piedras en la vesícula y eleva el riesgo de ciertos cánceres. Es importante considerar que las personas obesas presenta frecuentemente ansiedad, depresión y la obesidad se vincula con rechazo social. En el contexto de la pandemia debido al virus SARS-CoV-2, la obesidad incrementa la posibilidad de complicaciones severas y muerte.

El mantenimiento del peso corporal está determinado por intrincados mecanismos que involucran nuestros genes, el sistema nervioso, las hormonas, el sistema digestivo y las bacterias intestinales. Más aún, otros factores que favorecen el desarrollo de obesidad son la exposición a ciertos medicamentos como los antidepresivos, medicamentos que regulan la glucosa en la sangre y algunas enfermedades endocrinológicas. La exposición a químicos – bisfenoles provenientes de biberones de plástico que se usaron en décadas pasadas – pueden alterar algunas funciones del sistema endocrino, inducir quistes ováricos y tienen un efecto potencial de impactar el peso corporal desde la infancia. A pesar de los innumerables factores asociados al desarrollo de la obesidad, la principal causa de la obesidad es el exceso de ingesta de alimentos de alto valor energético y la disminuida utilización de la energía, como resultado de la inactividad física. En consecuencia, el aumento en la prevalencia de obesidad a nivel mundial tiene su principal origen en los cambios en los estilos de vida de la población.

En Costa Rica la poca educación nutricional y el patrón alimentario caracterizado por una baja frecuencia del consumo de frutas, vegetales, leguminosas, lácteos y carnes blancas particularmente el pescado, así como una elevada frecuencia de la ingesta de carnes rojas grasosas, embutidos, bebidas con azúcar agregado y alimentos procesados (golosinas, snacks, comidas rápidas y repostería/galletas) constituyen los principales factores de riesgo para el desarrollo de obesidad y eventualmente de enfermedades crónicas no transmisibles en la edad adulta. El papel de la industria alimentaria no regulada y la mala información son elementos que han incidido sustancialmente en el consumo de alimentos con alto contenido en energía. Por eso, en años recientes la Organización Panamericana de la Salud, alertó a nuestras instituciones de salud a tomar acciones recomendando mejorar el etiquetado de los alimentos como una medida que contribuiría en la reducción de la obesidad. Finalmente, es notorio en Costa Rica la carencia de áreas seguras para practicar actividad física como se demostró en la Encuesta Colegial de Vigilancia Nutricional y Actividad Física, que junto con el incremento de la tecnología (teléfonos celulares, computadoras), han favorecido el sedentarismo y la obesidad.

El tratamiento de la obesidad reviste un abordaje complejo que toma en cuenta un plan nutricional, actividad física y ciertos medicamentos que controlan el apetito. Existen muchos tipos de dieta y todas producen pérdida de peso. La mayoría de las personas obesas pierden peso cuando hacen dietas muy restrictivas, pero éstas son difíciles de mantener a largo plazo y por lo general, la persona obesa en dieta de reducción, presenta recaídas y ganancia de peso después de algunos meses.

En la práctica clínica se recomienda una vigilancia continua para lograr resultados positivos. Las visitas periódicas con el profesional de la salud (médico, nutricionista, psicólogo, entrenador físico) deberán ser programadas para vencer las barreras y plantear los siguientes pasos en el plan. Si la pérdida de peso es menor al 5 % en los primeros seis meses se debe tratar otras alternativas.

En conclusión, la obesidad es un problema de salud pública de considerable magnitud por las complicaciones asociadas y los resultados del tratamiento. Las principales acciones que debe tomar nuestro sistema de salud es promover cambios en el estilo de vida – adecuada nutrición y actividad física regular– para prevenir el desarrollo de la obesidad.

  1. Trends in adult body-mass index in 200 countries from 1975 to 2014: a pooled analysis of 1698 population-based measurement studies with 19·2 million participants. NCD Risk Factor Collaboration (NCD-RisC). 2016;387(10026):1377.
  2. Maffeis C, Pietrobelli A, Grezzani A, Provera S, Tato L. Waist circumference and cardiovascular risk factors in prepubertal children. Obes Res 2001; 9:179-87.
  3. Snijder MB, Dekker JM, Visser M et a. Associatiosn of hip and thigh circunferences independent of waist circunference with the incidence of type 2 diabetes: the Hoorn Study. Am J Clin Nutri 2002; 77:1192-1197.
  4. Bray G.  Medical consequences of obesity. J Clin Endocrinol Metab, June 2004, 89(6):2583–2589.
  5. Huang C,Wang Y, Li X, Ren L, Zhao J, Hu Y, et al. Clinical features of patients infected with 2019 novel coronavirus in Wuhan, China. Lancet 2020;395:497–506.
  6. Gauthier, MSR émi Rabasa-Lhoret R, Prud’homme, D et al. The Metabolically Healthy But Obese Phenotype Is Associated With Lower Plasma Levels of Persistent Organic Pollutants as Compared to the Metabolically Abnormal Obese Phenotype. J Clin Endocrinol Metab, June 2014, 99(6):E1061–E1066.
  7. Encuesta Colegial de Vigilancia Nutricional y Actividad Física.
    Costa Rica, 2018.

UCR: Trabajo comunal contra el sobrepeso y la obesidad suma 10 años

  • UCR se vincula con distintos programas, centros educativos y comunidades para trabajar por la salud nutricional

Los malos hábitos alimentarios en la actual población escolar incidirán en la salud de los adultos en las próximas décadas. - foto archivo ODI.
Los malos hábitos alimentarios en la actual población escolar incidirán en la salud de los adultos en las próximas décadas. – foto archivo ODI.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) llama a los países de la región a generar cambios para superar las enfermedades asociadas al sobrepreso y la obesidad.

Según esa organización, los alimentos ultraprocesados están saturados de grasas, azúcares y algunos exaltadores químicos de sabores que resultan “exageradamente sabrosos, generadores de hábito y, a veces, llegan a ser casi adictivos. Ciertas características pueden distorsionar los mecanismos del aparato digestivo y del cerebro que envían la señal de saciedad y controlan el apetito, lo que lleva a un consumo excesivo”.

En ese contexto y como respuesta desde hace 10 años la Univeridad de Costa Rica, a través del Trabajo Comunal Universitario “Educación en alimentación y nutrición” (TC-542) de la Escuela de Nutrición (ENu), imulsa la promoción de la salud y la prevención de enfermedades mediante la educación y la implementación de procesos interdisciplinarios e interinstitucionales.

El problema del sobrepeso en Costa Rica

En Costa Rica cada día se suman más voces de alarma sobre el creciente sobrepreso y obesidad entre la población nacional. La Encuesta de Actualidades de la Escuela de Estadística de la UCR, presentada en diciembre de 2016, reveló en ese momento que el 72 % de las mujeres son sedentarias contra el 58 % de los hombres.

Esa encuesta presencial detalló que la incidencia del sobrepeso ronda el 37 % y la obesidad cerca del 20%. La prevalencia ocurre a partir de la tercera década de vida, aunque es un proceso en el que inciden una variedad de factores que tienen su arraigo en el sedentarismo, los hábitos alimentarios y la situación socioeconómica de las familias.

La Primera Encuesta Nacional Peso y Talla 2016 también reveló que unos 118 000 escolares presentan sobrepeso y obesidad; además, que 26 000 menores de 15 años fueron atendidos en los servicios de salud por estas patologías.

UCR Trabajo comunal contra el sobrepeso y la obesidad suma 10 anos2
La prevalencia del exceso de peso incide en la aparición de enfermedades no transmisibles como la diabetes y los males cardíacos a edades tempranas entre la población económicamente activa. – foto archivo ODI.

La obesidad tiene consecuencias económicas y sanitarias para la persona, su familia y la sociedad en general. Es muy probable que el exceso de peso en edades tempranas continúe hasta la edad adulta. Esta condición aumenta el riesgo prematuro de enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, la diabetes mellitus y dislipidemia infantil, popularmente conocida como colesterol malo.

Respuesta universitaria

Respondiendo al reto desde el año 2008 el proyecto de TCU “Educación en alimentación y nutrición” (TC-542) impulsa la promoción de la salud y la prevención de enfermedades.

La magister Adriana Murillo Castro, docente coordinadora del proyecto, manifestó que la educación en nutrición “nos permite lograr cambios en los conocimientos, actitudes y prácticas que tienen las personas de los diferentes grupos etarios, haciéndoles ver la importancia del valor de la alimentación y la nutrición para la salud”.

Este proyecto se vincula con distintos programas, centros educativos y comunidades del país. Uno de ellos es el Programa de Estilos de Vida Saludable, iniciativa alajuelense del centro hospitalario San Rafael; la organización no gubernamental Agenda de Mujeres; la Oficina de la Mujer de la Municipalidad de Alajuela y la ENu.

UCR Trabajo comunal contra el sobrepeso y la obesidad suma 10 anos3
El TC-542 organiza actividades formativas para personas adultas mayores, mujeres y población infantil en distintos centros comunitarios, educativos e instituciones públicas. – foto cortesía ENu-UCR.

En Cartago, han organizado otras actividades formativas en el Club Rotario de Cartago, Comité Cantonal de Deportes de El Guarco y la Escuela de San Diego. En el cantón de Montes de Oca, se ha abierto espacios de reflexión en los centros educativos Dante Alighieri, Betania, Franklin Delano Roosevelt y Barrio Pinto.

Este TCU, igualmente, ha llegado a instituciones públicas como la Municipalidad de Montes de Oca, el Consejo Nacional de Vialidad, la Gerencia de Pensiones de la CCSS, sedes de Bomberos de Costa Rica, el Instituto de Costarricense de Electricidad, entre otras.

“Hay que resaltar que si no fuera por esta colaboración entre instituciones, que implica el trabajo de nutricionistas, médicos, trabajadoras sociales, educadores físicos, diseñadores gráficos, estadísticos, comunicadores (algunos estudiantes del TCU y otros profesionales de cada una de las instancias participantes) y la forma en cómo hemos logrado organizarnos, no podríamos [tener] tanto alcance y cumplir con el objetivo de un programa integral”, enfatizó la docente Murillo.

Laura Calvo Piedra, estudiante de Nutrición, indicó que uno de los principales aprendizajes obtenidos ha sido poder poner sus conocimientos en práctica y “brindarle a las personas las herramientas para que puedan tomar sus propias decisiones y llevar un estilo de vida más saludable”.

Otras comunidades a las que ha llegado ese TCU son Desamparados, Goicoechea, Santa Ana, Alajuelita, Coronado, Tibás, Moravia, Curridabat, Zarcero, Belén y Santo Domingo de Heredia.

 

Eduardo Muñoz Sequeira

Periodista Vicerrectoría de Acción Social

Leonardo Garita Alvarado

Periodista Vicerrectoría de Acción Social

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Nutrición aporta a la lucha contra el sobrepeso y la obesidad de la población

Su trabajo se centra en talleres, servicio de consultorio individual y grupal y proyecto comunitario

 

Lidiette Guerrero Portilla,

Periodista Oficina de Divulgación e Información

Nutrición aporta a la lucha contra el sobrepeso y la obesidad de la población
El sobrepeso y la obesidad en adultos en Costa Rica es de un 62,4% y en edades de 20 a 44 años es de un 60% (foto Archivo ODI).

Con un programa que ofrece el servicio de consultorio individual y grupal, en donde se han atendido cerca de 5.300 personas, por medio de 38 cursos y talleres sobre alimentación y estilos de vida saludables, y con el proyecto comunitario Póngale vida, que promueve la actividad física en centros educativos, la Escuela de Nutrición de la Universidad de Costa Rica (UCR) contribuye en la lucha contra el gran problema que es el sobrepeso y la obesidad infantil y adulta en el país.

Según los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición 2008-2009, el sobrepeso y la obesidad en la población de 5 a 12 años alcanza un 21,4%, tanto en poblaciones de zonas rurales como urbanas; mientras que en adultos las cifras se disparan a un 62,4% en hombres entre 20 y 64 años y en mujeres es mayor, porque alcanza un 60% en edades de 20 a 44 años y un 77,3% en las de 45 a 64 años.

Nutrición aporta a la lucha contra el sobrepeso y la obesidad de la población2
UN 77,3% de las mujeres mayores de 45 años en Costa Rica tienen sobrepeso u obesidad (foto: Archivo ODI).

Además la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia que antes eran males propios de la población adulta, ahora afectan a escolares y la diabetes mellitus es diagnosticada en la adolescencia.

Un estudio realizado por la Escuela de Nutrición de la UCR comprobó en un 22% de escolares de primero a tercero grado tenían niveles altos de colesterol, un 46% también los triglicéridos altos y un 15% un LDL o colesterol malo alto.

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En las diferentes actividades que se han realizado de los Domingos Familiares que organizó el proyecto Póngale Vida en diferentes comunidades se procura educar y capacitar a la población en materia nutricional (Foto: Archivo ODI).

Esos son los principales factores de riesgo para muchas enfermedades, como la hipertensión, la diabetes, los accidentes cerebro y cardiovasculares y el cáncer, entre otras.

La obesidad es el resultado de hábitos nocivos de alimentación, el sedentarismo, el consumo de comida chatarra con mayor contenido de sal y grasas, la ingestión de bebidas altamente azucaradas y el rechazo a frutas y vegetales.

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Desmotivar el sendentarismo y hacer que la gente de las comunidades de La Unión en Cartago, la zona de Los Santosa y el cantón de Turrialba se muevan es lo que procura el proyecto Póngale Vida de la Escuela de Nutrición (foto: Archivo ODI).

Por medio del Programa de Educación y Atención Nutricional Universitario (Preanu), la Escuela de Nutrición, desde hace más de cinco años, emprendió acciones educativas y abrió sus consultorios para orientar en dietas saludables a la población infantil, a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, a persona con hipertensión, diabetes, colesterol y triglicéridos altos y con problemas digestivos.

Póngale Vida es el nombre del proyecto que ha desarrollado la Dra. Xinia Fernández Rojas, profesora de esa unidad académica, durante más de cinco años, tres de ellos en los centros educativos del cantón de La Unión, en Cartago y desde hace dos años y medio en la zona de Los Santos y en Turrialba.

Aparte de promover cambios en la alimentación, realiza diversas actividades físicas en los Domingos Familiares, como ejercicios, concursos, carreras de atletismo y de obstáculos, partidos de fútbol y baile, entre otros. Asimismo impulsa el Recreo Activo y las Meriendas Saludables, aporta materiales educativos, como un planificador diario de meriendas; capacita a docentes y familiares de los niños y niñas para fortalecer la adopción de estilos de vida saludables.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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