José Luis Pacheco Murillo
Cada 4 de marzo se celebra el Día Mundial contra la Obesidad. Esta fecha busca concientizar a las personas sobre el terrible daño que conlleva para el organismo una dieta alta en grasa y azúcares, dieta que, a decir verdad, es una de las más populares y propagadas por todo el mundo.
Según datos de la misma Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial. Es más, se estima que desde 1975 esta enfermedad se ha triplicado, logrando que, en 2016, 1.900 millones de adultos la padeciesen, así como 340 millones de niños y adolescentes.
La obesidad es el primer paso para otras patologías como hipertensión arterial, diabetes tipo II, índices elevados de colesterol y triglicéridos, problemas osteoarticulares, riesgo de padecer cáncer, apnea del sueño y problemas cardiovasculares.
La única manera de prevenir la obesidad es llevando una dieta alimenticia mucho más sana y no apostar por la conocida comida rápida, que posee todos los elementos para generar obesidad mórbida.
Además de una buena alimentación, es necesario que las personas tengan una rutina de ejercicio que les permita evitar la acumulación de grasa producto de sedentarismo.
Muchas personas en el mundo comen relativamente sano, pero aún se ven atacadas por una acumulación de grasa, sobre todo en la parte baja de abdomen.
Esto se debe principalmente a largas jornadas de trabajo sentados en un escritorio frente al ordenador. La falta de ejercicio también puede acarrear un poco de sobrepeso.
Es muy importante que tomemos conciencia de lo que representa la obesidad en nuestras vidas y proponernos a cambiar comportamientos con relación a la forma de comer y especialmente a la forma en que llevamos nuestra vida en cuanto a actividad física. Buena alimentación y buena actividad física da como resultado buena salud.
Sabemos que estamos inundados de publicidad relativa a comidas y especialmente a esa comida que llamamos “chatarra” que es la que propicia más calorías y más grasa a nuestro cuerpo. Sin embargo, no tenemos que hacerle caso a esa publicidad y lo que debemos hacer es tomar la decisión de cuidarnos y tratar de comer sanamente.
Dios quiera que podamos comprometernos con nuestra salud y hagamos lo necesario por evitar comidas que no nos ayudan y que podamos evitar la obesidad. Hay frases que pueden ayudarnos a motivarnos: “No se trata de perder peso, sino de cambiar tu estilo de vida”. Bernard Kizer, CEO y Fundador de Evolution Advance Nutrition. “Haz que tu alimento sea tu medicina, y tu medicina tu alimento”. Hipócrates, médico griego. “No es el peso que pierdes, es la vida que ganas”.