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Etiqueta: odio

Un Monumento a la Dignidad para los Trabajadores de la Educación y la Salud

Álvaro Vega Sánchez
Sociólogo

Se dice que en Gran Bretaña hay muchos monumentos de la guerra, pero solo uno en homenaje a los doctores y enfermeras que combatieron en el frente luchando contra la “gripe del Juicio Final”, como se le llamó a la “Gripe Española”. Participaron en el frente de guerra 11.000 médicos de los 22.000 que había, 22.000 enfermeras y 120.000 mujeres en alguna función de enfermería.

Cabe traer a colación la obra La guerra no tiene rostro de mujer de la Premio Nobel de Literatura (2015) Svetlana Alexiévich, donde destaca la diferencia sustantiva entre los relatos de los hombres y de las mujeres sobre la guerra: “La guerra femenina tiene sus colores, sus olores, su iluminación y su espacio. Tiene sus propias palabras. En esta guerra no hay héroes ni hazañas increíbles, tan solo hay seres humanos involucrados en una tarea inhumana. En esta guerra no solo sufren las personas, sino la tierra, los pájaros, los árboles. Todos los que habitan este planeta junto a nosotros. Y sufren en silencio, lo cual es aún más terrible”.

Es posible que, si hubiese prevalecido la mirada, la vivencia y el sentir femeninos, atendiendo a lo señalado por Svetlana, la labor de los trabajadores de la salud, con rostro de mujer, no hubiese pasado desapercibida; tampoco la de los educadores que le indujeron a leer a Dostoievski, como suele suceder, aún en nuestros tiempos. Efectivamente, si de algo adolecemos es de un justo reconocimiento de estos dos apostolados, el de los trabajadores de la salud y la educación, que salvan vidas. Los primeros, promoviendo, previniendo y curando las muchas enfermedades y dolencias del cuerpo y la mente, y los segundos alimentando el espíritu y el intelecto para abrir nuevos y mejores horizontes para alcanzar el bienestar social y humano a través de la ciencia, el arte y la cultura. Se trata de la abnegada tarea de los educadores para forjar una cultura de seres humanos libres, solidarios, justos y pacíficos, así como de los trabajadores de la salud para forjar una sociedad física y emocionalmente saludable, que merecen el más alto reconocimiento, sin mezquindades. Ambos son los pilares sobre los que se construyen sociedades social y ecológicamente sostenibles.

Si algo nos hizo enfrentar, como país, con dignidad el azote de la pandemia producida por el coronavirus Sars-Cov-2 fue, precisamente, haber contado con casas de estudios superiores que formaron al más alto nivel técnico y humanista a nuestros trabajadores de la salud, y con una institución pública como la Caja del Seguro Social, ejemplo insigne de solidaridad y orgullo de todos los costarricenses. Contamos con personal especializado, que supo responder, con profesionalismo, gran sensibilidad y compromiso, ejemplo de solidaridad humana, en tiempos donde la pandemia se convirtió en sindemia: la trágica combinación de crisis sanitaria y precariedad económica y social.

Sin duda, la apuesta por educación para la salud y salud para la educación ha sido la combinación virtuosa y visionaria, especialmente impulsada por quienes forjaron la Reforma Social y la Segunda República a mediados del siglo pasado, atendiendo y acogiendo las voces que clamaron por más justicia social. Una apuesta que ha venido sufriendo el embate letal por parte de fuerzas políticas que dejaron de pensar y actuar solidariamente.

No somos un país de grandes y ostentosos monumentos, y en buena hora. El diminutivo es nuestro favorito en el lenguaje cotidiano; sin embargo, algunas veces nos excedemos en su uso y tendemos a disminuir nuestros mismos logros, cuya grandeza debería ser motivo para celebrar. Más aún, lo peor es la tendencia que prevalece hasta hoy, a saber, la que promueve desde altas esferas bajar el perfil de nuestra valiosa y ejemplar institucionalidad social, y sus principales agentes: los trabajadores de la educación y la salud.

Efectivamente, ambos se han convertido en víctimas de un discurso populista y politiquero por parte de quienes, en lugar de abrirse horizontes propios con dignidad, inteligencia y valentía, buscan elevarse pisoteando los méritos y la dignidad de los demás. Y no se trata solo del comportamiento de algunos de los que nos gobiernan hoy, sino también de quienes desde hace rato vienen orquestando una campaña persecutoria y de mentiras, para desprestigiarlos. Particularmente, aduciendo que los derechos adquiridos son privilegios, obtenidos, según se dice, por prebendas clientelistas o por concesiones gratuitas. Donde hay desviaciones y errores que corregir, sólo ven desorden e ilegalidades intolerables, para llevar agua a sus molinos, polarizando a la sociedad e induciendo al odio y la violencia, instrumentos predilectos de quienes sí buscan actuar al margen de la ley y la institucionalidad, antidemocráticamente.

El cinismo se ha puesto a la orden del día: un diputado o diputada levanta la bandera en contra de los catedráticos “pensionados de lujo”, cuando ese mismo diputado o diputada empieza su labor parlamentaria recibiendo un salario por un monto superior al de un catedrático jubilado con treinta años de servicio, y sin deducciones por contribuciones solidarias. Asimismo, resulta inexplicable la reticencia a reconocer los justos salarios a los trabajadores de la salud, particularmente a los especialistas. Bajo estas condiciones, ¿quiénes van a querer trabajar en educación y salud públicas, exponiéndose además a ser considerados ante la opinión pública como injustamente privilegiados? Sin duda, esta es la fórmula mágica que se viene utilizando para desmantelar el Estado Social de Derecho y privatizar las instituciones más rentables. Parafraseando una pancarta del movimiento social francés: cuando la educación y la salud sean privadas nos privamos de todos sus servicios. El país ha sabido también lograr una combinación virtuosa entre una fuerte institucionalidad de salud pública y una importante institucionalidad privada; ambas de calidad y competitivas, incluso para ofrecer servicios de alcance internacional. Sin embargo, venimos aceleradamente rompiendo este círculo virtuoso al pretender reducir al mínimo el servicio público.

Es tiempo de aprestarnos a corregir errores institucionales sin devaluar y desprestigiar. No tiremos al niño con el agua sucia de la bañera. Asimismo, dejar de levantarse y ganar credibilidad, exaltando los errores de los demás. Sin ser gratuitos, disculpando lo que no debe disculparse, aprendamos a hacer la diferencia con menos aspavientos, sin atizar el fuego del odio, y reconstruyamos la patria sobre los cimientos de la dignificación de todos los trabajadores de este país. Sobre todo, sin mezquindad, reconociendo y valorando el esfuerzo y dedicación de quienes asumen como apostolado su función de servicio público y privado, pensando en el bienestar de todos los costarricenses.

Es tiempo de dignificar la encomiable labor de los trabajadores de la salud y la educación, para garantizar el bienestar en nuestra patria. Hoy más que nunca, hay que renovar el pacto de la educación para la salud y la salud para la educación. Este pacto es la garantía para volver a alcanzar los primeros lugares en desarrollo humano en América Latina, y dejar atrás los que hoy nos colocan entre los más desiguales del mundo.

Una meta encomiable que no se podrá lograr si se continúa pisoteando la dignidad de ambos sectores, algo que se ha convertido en consigna de las principales fuerzas políticas hasta nuestros días, secundadas por los grandes medios de comunicación, al servicio de mezquinos intereses electoralistas y de una élite económica insaciable, que se acostumbró a no pagar impuestos. Necesitamos volver a pensar y sentir como ciudadanos y ciudadanas dignos de una patria digna.

La Cuarta Teoría Política: Un faro para reencontrar la vía costarricense

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

Mauricio Ramírez Núñez.

Como docente e investigador en el área de Relaciones Internacionales, ha sido un honor tener la oportunidad de entrevistar hace un tiempo al profesor, geopolítico y filósofo ruso Alexandr Dugin, uno de los intelectuales más influyentes del mundo no occidental. Sus ideas no solo han moldeado el pensamiento político de la Rusia contemporánea, sino que también han impactado a numerosos pensadores a nivel global, incluido en Occidente. Paradójicamente, en estas tierras que se proclaman defensoras de la libertad de expresión y de conciencia, su obra ha sido objeto de censuras que contradicen estos principios.

Uno de los aportes más importantes del profesor Dugin, a quien además tuve el agrado de conocer personalmente en Moscú, es su célebre Cuarta Teoría Política, una propuesta disruptiva y audaz que desafía el pensamiento político moderno occidental y sus tres grandes ideologías: comunismo, fascismo y liberalismo. Dugin sostiene que, ante el evidente desgaste de estas corrientes y sus inclinaciones totalitarias, es imprescindible una nueva teoría política que supere las limitaciones de una modernidad atea, materialista y marcada por un nocivo complejo de superioridad. Este modelo ha sido la herramienta central para consolidar la hegemonía política, ideológica y económica de Occidente durante los últimos 500 años, un dominio que su teoría invita a cuestionar radicalmente.

La Cuarta Teoría Política se fundamenta en la premisa de que la modernidad atraviesa una profunda crisis. Esta crisis se refleja en la pérdida de valores tradicionales, reemplazados por un sistema centrado en el materialismo, el consumo desmedido y la ausencia de propósito existencial. El nihilismo actual así lo demuestra en todos los campos. Se traduce, además, en la desintegración de las comunidades, el incremento de la desigualdad social y un vacío antropológico que despoja al ser humano de su conexión con los principios fundamentales que rigen el universo y la existencia misma. En esencia, la crisis de la modernidad es una crisis de sentido, un colapso de las bases éticas y espirituales que históricamente han dado dirección y significado a la vida de la civilización Occidental.

Esta teoría plantea la identidad como fundamento central de la organización política. Esta identidad se entiende como la pertenencia a una comunidad, una cultura y una historia compartidas. El profesor Dugin incorpora el concepto del Dasein o «ser-ahí», desarrollado por el filósofo alemán Martin Heidegger, reinterpretándolo en clave geopolítica para vincularlo al «ser-ahí» de cada pueblo y su desarrollo dentro del espacio y contexto que le son propios. La identidad, según esta visión, no solo nos define como seres humanos, sino que también nos otorga un sentido de pertenencia auténtico, en oposición a ideas impuestas desde posiciones de enunciación que se autoproclaman superiores. Cada pueblo posee su propio logos (racionalidad) y ethos (esencia cultural), los cuales deben ser respetados como expresión única de su devenir histórico y espiritual.

Las tres grandes ideologías de la modernidad han tenido como base sujetos históricos que, en última instancia, niegan a la comunidad y al pueblo como tal. En el fascismo, el sujeto histórico es el Estado o la raza; en el comunismo, la clase proletaria; y en el liberalismo, el individuo. Sin embargo, Dugin sostiene que estos paradigmas son insuficientes para enfrentar los desafíos contemporáneos, ya que fragmentan la esencia colectiva de las sociedades.

Por eso, el planteamiento de este filósofo ruso propone una simbiosis en la que el Dasein de cada pueblo, como sujeto político, sea el eje alrededor del cual giren tanto el Estado como el mercado. Todo ello debe estar fundamentado en las tradiciones y creencias genuinas de cada sociedad, capaces de resistir la manipulación y las imposiciones ideológicas de actores externos. La meta es que cada pueblo encuentre su propio camino hacia el desarrollo, respetando su identidad propia y fomentando relaciones internacionales basadas en el respeto mutuo y la cooperación.

Dugin aboga por un verdadero mundo multipolar, donde las diferentes civilizaciones puedan coexistir sin la dominación de hegemonismos, y en el que la diversidad de creencias, culturas, saberes y filosofías se valore como una fortaleza que enriquezca a la humanidad en su conjunto. A continuación expongo un pequeño extracto de la entrevista que hice al profesor Dugin donde se refiere a la Cuarta Teoría Política:

“La Cuarta Teoría Política es precisamente la crítica radical del liberalismo y al mismo tiempo no tiene nada que ver ni con comunismo ni con fascismo, es la invitación para despertar la imaginación de los pueblos, de las sociedades, para imaginar, crear y proponer alguna cosa más allá del status quo. En las relaciones internacionales, este proyecto de la Cuarta Teoría Política, corresponde orgánicamente a la Teoría del Mundo Multipolar, donde América Latina debe fungir como un polo independiente y soberano, hay que pensar en la integración de los pueblos de toda América Latina basándose en su identidad profunda, tradicional y común para poder crear este polo de la multipolaridad para llevar a cabo esta tercer fase de la liberación latinoamericana que empezó con Bolívar y otros héroes de la región.

Esta es hoy la necesidad porque no es posible superar la unipolaridad actual con socialismo que no provoca ya el entusiasmo popular, o el sobre racionalismo por otro lado, que opone a unos pueblos contra otros y ayuda a los liberales a manipular a la gente. Hay que clarificar esa visión continentalista para desarrollar de manera más clara y transparente esta visión de un futuro común, que es más o menos, lo mismo que el euroasianismo en Rusia, porque en Rusia nosotros queremos juntar los pueblos euroasiáticos alrededor de un destino común. Lo mismo tiene que suceder en América Latina, donde pueda desarrollar su sentido de destino común diferente al de América del Norte, de Europa, de Rusia, del mundo Islámico, no es tampoco necesariamente pro ruso, la Teoría del Mundo Multipolar es objetiva, no sirve a los intereses de unos u otros, porque se trata de crear y defender esta identidad propia de cada civilización”.

Después de estas palabras del profesor Dugin, surgen muchas preguntas y un cúmulo de ideas que invitan a reflexionar sobre cada una de sus afirmaciones, especialmente en relación con el caso costarricense y la coyuntura histórica que enfrentamos. En un contexto de creciente polarización política y odio, la Cuarta Teoría Política se presenta como un llamado a redescubrir la vía costarricense, esa trayectoria histórica que ha hecho de nuestro país un lugar único, con una identidad y una historia propias.

Hechos como el Pacto de Ochomogo, el «comunismo a la tica”, las Garantías Sociales y la abolición del ejército son expresiones del ser-ahí profundo del pueblo costarricense, caracterizado por su solidaridad y su sentido de pertenencia a una matriz común. Estas lecciones del pasado nos recuerdan que nuestro desarrollo debe basarse en nuestra identidad, en nuestros valores, y no en modelos ni modas impuestas desde fuera. La reflexión de Dugin nos invita a pensar críticamente en nuestro propio camino, a fortalecer nuestra identidad y a retomar las raíces que han definido nuestro proyecto nacional. Es tiempo de construir un modelo que honre nuestra historia y proyecte a Costa Rica hacia un futuro auténtico y solidario, en armonía con nuestra propia historia, así como con nuestra esencia como pueblo.

Los aretes y el éxito

Dr. Óscar Aguilar Bulgarelli

En los últimos días hemos visto cómo la idea presidencial de poner aretes al ganado para, supuestamente, controlar su comercialización y el concepto de lo que debe ser el éxito espetado por la diputada Pilar Cisneros en la Asamblea Legislativa, han permitido que aparezcan los más venenosos ataques desde el albañal del oficialísimo.

Por un lado, Cisneros considera que el éxito en la vida de una persona se mide por la acumulación de bienes materiales como un apartamento de lujo. Visión pobre y retorcida de lo que debe ser un ser humano: noble, generoso, amante del servicio a los demás y con una dosis enorme de humanismo. Pero nada de eso se puede esperar de quien dedicó su vida profesional a denigrar a otras personas, atacar a las instituciones, decir en campaña que se puede vivir sin cultura y que no cree en Dios; con semejante pedigree qué se puede esperar sino el ataque y verbo incontenible de improperios y agresiones falsas, propias de quien se proclamó maestra de la mentira del presidente y altos funcionarios.

Pero la diputada no hizo más que ir a la zaga de su compañero de equipo el presidente Chaves que, desde su teatro mediático de los miércoles y los días siguientes, ha hecho gala no sólo de lo más procaz de su lenguaje, sino que también de su capacidad para denigrar y ofender a una persona, como meterse en la vida privada del auditor de la CCSS, que fue el denunciante de los gusanos barrenadores que él introdujo en la institución para destruirla; o la forma impropia de tratar como “diputadilla” a la Lic. Sofía Guillén ignorando que ella es parte de Poder Legislativo, con los mismos derechos y prerrogativas que él como Presidente y que es el que debe dar cuentas de sus actos a los diputados, así que debe respetar para ser respetado; y la flor en el ojal la puso en la zona norte, a donde fue a inaugurar un puente Bailey y que son estructuras provisionales… vaya ridiculez! Ahí se enfrentó a pequeños productores de ganado por los famosos aretes; no solo defendió a los grandes productores, sino que maltrató a aquellos ciudadanos que se atrevieron a confrontarlo insinuando que quienes se oponían a su idea eran contrabandistas, lavadores de dólares, narcos y otras lindezas, al amparo de las ferias ganaderas. Por cierto, vale felicitar a la esposa del señor Alfaro, dueño de algunas de esas ferias por su entereza al darle respuesta firme, enérgica y valiente a un presidente que se va de boca insultando a su familia.

En fin, que el dúo partidario de la autocracia, se retrató de cuerpo entero esta semana, al exhibir lo más procaz de su limitado lenguaje, que solo se amplía para insultar y crear odios desde el centro, no de un apartamento de lujo ni de la casa en Monterán, sino desde su albañal, permanentemente surtido de las aguas negras de su visión materialista de la vida o de dictadura en la función pública a la que aspiran llegar, inspirando odio y resentimientos en sectores a los que creen que podrán llevar a votar por sus súbditos, puestos en las papeletas de algún partido taxi, jalados como ganado , no de las orejas, sino de las argollas propias de animales domesticados.

¿Para quién trabaja don Rodrigo Chaves?

Álvaro Vega

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

Obviamente es el empleado de más alto rango que pagamos todos los costarricenses. Sin embargo, atendiendo a sus principales políticas y acciones pareciera más bien que continúa trabajando para el Banco Mundial, y ahora también para el Fondo Monetario Internacional.

La agenda de este gobierno es la misma que han venido promoviendo e impulsando estos organismos financieros internacionales desde hace cuatro décadas. Es decir, la que plantea la privatización de las instituciones estatales, dedicadas a los negocios más rentables, como energía, agua, educación y salud.

La tan mentada reforma del estado, que en buena lid buscaba ordenar mejor la casa de todos, ahora se ha convertido en una suerte de desmantelamiento de la institucionalidad social, con reducciones presupuestarias significativas, para hacerla aparecer como ineficiente y onerosa, y así justificar su privatización. Una vez más, como en los casos de las constructoras H Solís y MECO, ahora con la contratación de servicios de la Caja a algunas cooperativas, se pone en evidencia que los benditos convenios público-privados son solo una mampara con la que se busca ocultar el propósito real, que es servir a intereses privados; es la relación incestuosa entre lo público y lo privado, donde se ha venido dando una tendencia a favorecer a las grandes empresas privadas.

Y a estas alturas de su gestión gubernamental, no vemos señales de rectificación en ninguna dirección, que nos permitan vislumbrar un avance significativo en aspectos sustantivos como reducción de la pobreza y la desigualdad. Se continúa apostando tercamente ´por las fracasadas políticas fondomonetaristas, que no hacen otra cosa más que endeudar a todos los costarricenses y trasladar los servicios que brinda la institucionalidad social a los grandes negocios privados, encareciéndolos y profundizando, así, el ciclo de la pobreza y la desigualdad.

Bueno, a decir verdad, don Rodrigo no es el único gobernante que ha trabajado para los organismos financieros internacionales, poniéndose el doble sombrero (el brent black y el chonete), sin embargo, lo ha venido haciendo con tal fidelidad a sus mandatos, que nos resulta paradigmático. En este sentido, el gobernante aparece como dócil y condescendiente hacia afuera y arrogante y autoritario hacia adentro. ¿A quién sirve don Rodrigo?

Tenemos un país que merece ser gobernado desde, para y por Costa Rica. Un gobernante con alma de tico, “porque lleva a Costa Rica en las entrañas”, como dice la canción “soy tico” de nuestro insigne cantautor Carlos Guzmán. Y lo merece porque sí hemos tenido gobernantes estadistas patrióticos que hicieron mucho para heredarnos un país con una institucionalidad democrática y social fuerte, con una riqueza ecológica envidiable, con una tradición de paz social también ejemplar, con universidades públicas de alto nivel, con un sistema de salud de los mejores de América, sin ejército, con una red de carreteras que cruzan todo el país, con electrificación de amplia cobertura, con un buen servicio de agua potable, entre tantas otras conquistas.

La patria puede concebirse en un doble sentido, decía nuestro insigne maestro, Omar Dengo, como territorio y como espíritu, y un territorio estéril y un espíritu poseído de odios son cosas que no están destinadas a permanecer. Lamentablemente, el presidente Chaves al servicio de los organismos financieros internacionales y sus esterilizantes políticas economicistas, así como con un discurso polarizador y confrontativo que contribuye a levantar los muros del odio, como bien señala el maestro Dengo, nos está legando una patria sin futuro.

El presidente Chaves llegó al poder aduciendo que se pondría la camiseta para trabajar con alma y corazón por Costa Rica. Pero rápidamente se la quitó para ponerse un traje a la medida de los poderes fácticos económicos y geopolíticos foráneos. No logró calar en el alma costarricense, y gobernar desde y para Costa Rica.

«Señor presidente, pare ya»

En un comentario cargado de tristeza y preocupación, Óscar Aguilar Bulgarelli, como historiador y ciudadano costarricense, se dirige a la nación con el alma abatida por la situación actual que atraviesa Costa Rica.

Aguilar comienza recordando que desde 1948 el país no había enfrentado un escenario tan cargado de rencor, odio y divisiones, subrayando la gravedad de la coyuntura política. Lo que ha ocurrido recientemente en la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) es un suceso que va más allá de la voluntad de un fiscal aislado o de un acto autoritario individual; es, en realidad, el resultado de un proceso institucional complejo y lleno de irregularidades que no pueden ser pasadas por alto.

Aguilar subraya que las acciones del fiscal no fueron actos arbitrarios o de abuso de poder, como lo acusó el presidente Rodrigo Chaves, sino que estaban respaldadas por una denuncia presentada por la propia auditoría de la CCSS. Añade que también hubo denuncias previas, así como informes y acciones de la Contraloría General de la República. Estas acciones evidencian la existencia de una trama irregular en el otorgamiento de la licitación, que el fiscal tenía la obligación legal de investigar y que estaban amparadas en el marco del derecho.

La crítica de Aguilar se intensifica cuando señala que, lejos de actuar con prudencia y respeto a las instituciones, fue el presidente Chaves quien, con su discurso, mostró un comportamiento autoritario. El historiador destaca que las declaraciones del mandatario no solo fueron inapropiadas, sino también peligrosas. Chaves, en su intervención, expresó que «Dios no quiere que llegue el momento en que tengamos que actuar», dejando en el aire una vaga pero inquietante amenaza sobre posibles acciones futuras de su gobierno. Aguilar, consternado, se pregunta qué es lo que pretende defender el presidente con este tipo de advertencias, cuando todas las actuaciones judiciales y administrativas han sido realizadas conforme a la ley.

Además, Óscar Aguilar Bulgarelli denuncia la existencia de un patrón preocupante en los discursos del presidente Chaves. Se refiere a varias ocasiones en las que el mandatario ha convocado al pueblo costarricense a estar atentos ante amenazas imaginarias y conspiraciones inexistentes, como lo ha hecho en Limón, San Carlos y Guanacaste. Para Aguilar, esta constante retórica de confrontación es una forma de generar odio y divisiones en el país, un comportamiento que, afirma, es inadmisible en un gobernante.

El historiador y analista también menciona los diversos frentes de crisis que enfrenta el país bajo el liderazgo de Chaves: caos en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), en el sistema educativo, en el Ministerio de Cultura, en el Ministerio de Hacienda y en otras áreas de la administración pública. Aguilar critica que, en lugar de buscar soluciones, el presidente parece empeñado en acelerar el deterioro de las instituciones, lo que lleva a un desenlace incierto y peligroso para la nación.En sus palabras finales, Aguilar hace un llamado enfático al presidente de la República para que detenga este rumbo de confrontación y caos. Le pide que asuma las riendas del país con responsabilidad y que cesen los discursos de división que solo profundizan la crisis social y política. A través de su emotivo mensaje, Óscar Aguilar expresa no solo su preocupación personal, sino también la de muchos costarricenses que, como él, aman a su patria y desean un futuro de estabilidad y paz. Por ello exclama: «Señor presidente, pare ya«.

Defensoría urge continuidad a estrategia nacional contra discursos de odio y discriminación

La falta de nombramiento del Comisionado Presidencial para la Inclusión Social preocupa a la Defensoría de los Habitantes por el impacto que tiene el cargo en la defensa y promoción de los Derechos Humanos en el quehacer del Estado.

Desde el 03 de julio 2024, la Defensoría de los Habitantes, como Institución Nacional de Derechos Humanos, manifestó a Casa Presidencial su preocupación en que, la designación de dicho cargo se vaya a dilatar en el tiempo, considerando su responsabilidad en la atención del fenómeno de la discriminación y el racismo, especialmente tratándose de poblaciones vulnerables y discriminadas, así como promover y garantizar el cumplimiento del Estado de sus obligaciones en la materia.

Considerando que, los discursos de odio, principalmente en redes sociales, están en constante aumento, teniendo afectación en poblaciones que históricamente han sufrido de la discriminación debido a su utilización para justificar la negación de sus derechos, asimismo fue solicitada a Casa Presidencial copia de la Estrategia Nacional para prevenir y abordar los discursos de odio y discriminación, la cual efectivamente fue remitida, siendo que la misma incorpora cinco ejes estratégicos de trabajo sean: reconocimiento, respeto y garantía de los Derechos Humanos; educación; cultura de paz; acceso a investigación y uso eficaz de datos y acceso a la justicia y no impunidad.

El aumento de la violencia en la sociedad costarricense guarda una estrecha relación con la legitimación y difusión de discursos de odio, por lo tanto, es urgente adoptar acciones de toda naturaleza, para atender la realidad de la discriminación y los discursos de odio como una de sus manifestaciones.  En momentos de polarización se requiere un actuar oportuno y efectivo sobre toda forma de violencia que sea violatoria de Derechos Fundamentales.

Siendo, por lo tanto, impostergable que la Estrategia Nacional para prevenir y abordar los discursos de odio y discriminación, sea efectiva para evitar su reproducción y legitimación, requiriéndose un actuar pronto por parte del Estado. No obstante, en el informe de fecha 18 de julio 2024 Presidencia informa a la Defensoría que la Administración se encuentra en una etapa de estudio de perfiles y de posibles personas candidatas que puedan ejercer como Comisionado de Inclusión Social, siendo que a la fecha el puesto se mantiene vacante. Asimismo, se señaló que, hasta que se defina dicho nombramiento es que se continuará con el avance de la Estrategia Nacional para prevenir y abordar los discursos de odio y discriminación.

Oficina de Comunicación Institucional
Defensoría de los Habitantes

El gobierno del engaño: vendiendo el país y sembrando odio

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

Mauricio Ramírez Núñez.

A menos de dos años para que concluya su mandato, el gobierno de Rodrigo Chaves sigue demostrando su completa incapacidad para gobernar de manera efectiva. En lugar de liderar con responsabilidad y visión, ha optado por continuar en una campaña de odio y división sin precedentes en la historia reciente del país. Bajo la excusa de «trabajar por los pobres», lo único que está haciendo es preparar el terreno para vender las joyas de la corona del Estado, creando un ambiente de crisis que justifique estas transacciones.

Para empezar, hay que dejar claro que este gobierno es un gobierno neoliberal más, solo que más radical, similar a muchos otros de las últimas décadas que han contribuido a la descomposición social que enfrentamos hoy en día. Sin embargo, lo que lo diferencia no es su ideología, sino su odio, su autoritarismo y su incapacidad para comprender y respetar las reglas de la institucionalidad que dicta nuestra Constitución.

Los Hechos Hablan por Sí Mismos

La venta del Banco de Costa Rica es un claro ejemplo de las promesas y compromisos creados durante la campaña con financistas privados. Este gobierno está dispuesto a sacrificar un activo estratégico del país para cumplir con sus padrinos políticos, sin importarle el impacto que esto pueda tener en la estabilidad financiera y social de Costa Rica. ¿Saben qué costarricenses? Esta idea no les beneficia a ustedes en absoluto, abran los ojos.

Otro proyecto emblemático de esta administración es la reforma laboral que propone jornadas de trabajo de 4 días a 12 horas. Este esquema no busca mejorar las condiciones laborales, sino exprimir al trabajador, obligándolo a buscar un segundo empleo para poder llegar a fin de mes. Es una traición a la clase trabajadora y un retroceso en los derechos laborales conquistados durante décadas. En el mundo de hoy más bien, lo que están haciendo los países desarrollados es reducir la jornada laboral.

El mal llamado proyecto de «armonización energética» es otro engaño más. Lejos de buscar una verdadera armonización, lo que pretende es abrir el mercado eléctrico para beneficiar a grandes productores y consumidores, debilitando al ICE y poniendo la infraestructura pública que ha sido un pilar del desarrollo del país y desarrollada por esta institución y el dinero de todos, al servicio de grandes empresas. ¡Qué bonito, montarse en la patineta de los otros cuando a mí no me ha costado comprarla! Este proyecto es defendido por aquellos a quienes el propio presidente acusa de frenar el progreso del país en la asamblea, en una contradicción que deja al descubierto su falta de coherencia y liderazgo.

Lo que es cierto, es que para entrar al negocio de la electricidad hay que tener mucha plata, y ningún mortal, como la señora de Purral, va a poder entrar en el mismo, que, además, según el viceministro de energía, el señor Ronny Rodríguez, el negocio de la energía en Costa Rica es de 5 mil millones de dólares por año. ¿Ahora si entienden por qué la insistencia por “armonizar” el sistema eléctrico? Lo último que les interesa es garantizar un precio bajo de la electricidad a la señora de Purral.

A estas alturas, las promesas de bajar el costo de la vida y los medicamentos han quedado en el olvido. Los precios siguen subiendo y la vida es cada vez más cara para los costarricenses. Y no es por culpa de los diputados, como este gobierno pretende hacer creer, sino por la falta de una política económica coherente y eficaz. Pero para eso se necesita un gobierno de verdad, lo olvidé por un momento.

Además, este gobierno ha mostrado su desprecio por la protección del medio ambiente, al defender a empresarios que buscan destruir la riqueza natural que sustenta la economía en zonas como Manzanillo. También ha reducido la entrega de bonos de vivienda y bienes sociales a los más necesitados, evidenciando su falta de compromiso con la justicia social. En el mes de marzo de 2024 la presidenta ejecutiva del IMAS, Yorleny León Marchena, ex diputada del Partido Liberación Nacional, dicho sea de paso, admitió que el gobierno recortó 110.000 becas del programa Avancemos a escolares y colegiales, lo que representa un 28% menos con respecto a las asignadas en el año 2022. ¿Y entonces?

En salud, las listas de espera de la CCSS siguen creciendo, mientras que se promueve la terciarización de servicios, lo que abre la puerta a la privatización de la seguridad social, un derecho que debería ser universal y garantizado por el Estado. Nuestro modelo de seguridad social, con todo y sus detalles a mejorar, es ejemplar en el mundo entero y se asemeja a los modelos de países de primer mundo, pero para los ojos de este gobierno y sus amigos, que no es la señora de Purral, este es un gran negocio que debe explotarse, igual que el de la luz.

En educación, el gobierno ha optado por recortar el presupuesto de la educación pública, utilizando los mismos argumentos de crisis fiscal que han sido el pretexto para desmantelar el Estado en otros países. Esta medida no solo afecta a las futuras generaciones, sino que socava uno de los pilares fundamentales del desarrollo nacional y busca una vez más, fomentar la privatización en este sector estratégico, para que quienes tengan dinero se puedan pagar una educación de calidad y quienes no, queden o sin educación o con una educación pública deficitaria y desfinanciada. ¿Esa es la visión de un estadista con una ruta clara? La educación pública tiene que mejorarse para que esté al mismo nivel o superior a la privada, para que siga siendo esa escalera de movilidad social que ha sido hasta el momento, y que nos ha hecho un país alfabetizado con más y mejores oportunidades históricamente que el resto de la región.

La concesión del puerto de Caldera, otorgada a inversionistas afines a la campaña electoral de Rodrigo Chaves, es otro ejemplo de cómo este gobierno privilegia los intereses privados por encima del bienestar público. Las mejoras necesarias para este puerto estratégico han sido ignoradas, en una clara muestra de la falta de visión y planificación a largo plazo. Cito textualmente del Semanario Universidad la prueba de lo que digo: “No nos habían dado pelota, pero ahora sí nos dan pelota, ahora que las cámaras empresariales presionaron bastante”, dijo el empresario José Pablo Chaves Zamora, accionista de la empresa concesionaria de puerto Caldera sobre la decisión del presidente Rodrigo Chaves de negociar de manera directa la ampliación del contrato hasta el 2031”.

Finalmente, la exclusión de China de la subasta de tecnología 5G por temor a Estados Unidos es una muestra clara de la sumisión de este gobierno a intereses extranjeros, dejando de lado los beneficios que esta verdadera competencia podría traer al país.

El Juego Sucio del Gobierno

Rodrigo Chaves y su círculo cercano, especialmente su guía desde el poder legislativo, están llevando deliberadamente al país hacia una polarización tóxica sin precedentes. En lugar de gobernar para todos, están fomentando un ambiente de sectarismo y violencia, similar al de las barras bravas en los estadios de fútbol, que por algo muchas veces ni las dejan entrar a los estadios. Están creando una base de apoyo fanática y radicalizada, dispuesta a actuar con violencia e intolerancia cuando las cosas no salen como ellos quieren.

Esto no es progreso, todo lo contrario. Un gobierno que recurre a la manipulación y al engaño para culpar a los demás de sus propios fracasos no merece la confianza del pueblo. La incapacidad de este gobierno para gobernar con dignidad y juego limpio es evidente, y su legado será recordado como uno de los más destructivos y divisivos en la historia de Costa Rica.

Es momento de que el pueblo despierte y se dé cuenta de que el verdadero enemigo no está en la oposición ni en las instituciones, sino en quienes, desde el poder, buscan vender el país al mejor postor mientras siembran odio y división. La historia no perdonará a quienes, por su incompetencia y mezquindad, estén dispuestos a destruir lo que incluso con sangre, nos ha costado construir y tener.

La Persona del Banderín

Dr. Óscar Aguilar Bulgarelli

Recuerdo cuando a principios de los años 70 Don Rodrigo Carazo, con el apoyo de jóvenes profesionales, intelectuales y estudiantes, pequeños empresarios y campesinos, organizaba el Partido Renovación Democrática. Nos decía entonces, que en una sociedad con un vacío de poder o sin una oposición organizada frente a los desmanes de los gobernantes, era igual que estar en las plazas de Disney Word, donde uno ve a un conjunto de personas que por un lado comen un helado, un hotdog o simplemente están sentados o de pie, a la espera de algo.

De pronto aparece una persona con un banderín en alto y muchos corren a seguirlo; así una sociedad con ese vacío de poder también espera que surja la persona elevando el banderín.

En Costa Rica, desde hace varios años hemos caído, poco a poco, en ese vacío; pero nunca como en el 2022. Nada menos que 25 mini partidos aspiraban con sus candidatos a sustituir al peor presidente que habíamos tenido… hasta ese momento. Unos con candidatos gastados, otros desconocidos y la mayoría sin verdaderos planteamientos políticos, pretendían el banderín.

Así un grupo minoritario, haciendo caso a voces engañosas que llamaban a seguir a un personaje desconocido al que parecía le entregaban el banderín, lo convirtieron en el presidente de este terruño. Sus seguidores, en alto porcentaje, todavía lo siguen sin tomar conciencia de que, aquella persona, más que un banderín lo que tenía y soplaba era la flauta mágica del famoso cuento, y lo siguieron y muchos lo siguen embelesados por el camino hacia el abismo en que destruirán la democracia que nos queda.

En el 2022 los costarricenses se equivocaron, unos siguieron al flautista, pero la mayoría siguen esperando que aparezca una persona, un líder, un movimiento ciudadano con credibilidad, que recoja los banderines que hoy están tirados por todas partes y que, con él, con seriedad y patriotismo, se reconstruya nuestra democracia.

No es un asunto de ideologías, intereses o egoísmos, hoy no se vale enarbolar diferencias y ambiciones personales o partidarias para dividir, lo único válido es convertirse en la persona que enarbole no el banderín del partido, sino el Pabellón de la Patria ante el vacío de poder de una oposición casi inexistente y un gobierno cuyo principal objetivo es convertir nuestra democracia en la autocracia chavista a través del populismo, la posverdad y lo más grave: la creación de odios entre los costarricenses.