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Etiqueta: Panamá

A propósito de la declaratoria de inconstitucionalidad por parte de la Corte Suprema de Justicia de Panamá de una ley-contrato minero

Foto extraída de artículo de prensa (El País, España) titulado «Protestas masivas en Panamá en rechazo a una concesión para explotar la mayor mina de cobre de Centroamérica», edición del 26/10/2023

Nicolas Boeglin, Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR). Contacto: nboeglin@gmail.com

El pasado 27 de noviembre, la Corte Suprema de Justicia de Panamá declaró inconstitucional la ley adoptada por el Poder Legislativo de Panamá que aprobaba un contrato otorgando a una empresa minera canadiense derechos de exploración y de explotación del cobre en el territorio panameño (véase nota de la BBC y nota de ElPais, España).

El caso remonta a una concesión minera previa otorgada en 1997, y ya declarada inconstitucional por la misma justicia panameña en una sentencia del 21 de diciembre del 2017: véase el texto de opinión de la Procuraduría de la Administración de Panamá de mayo del 2021, y el texto del decreto del 19 de diciembre del 2022 adoptado por las autoridades ambientales panameñas.

Desde el 2014, un informe sobre el impacto negativo de las empresas mineras canadienses en América Latina espera que las autoridades canadienses tomen acciones tendientes a regular desde Canadá sus actividades, en particular desde la perspectiva de los derechos humanos y de la protección del ambiente (Nota 1).

La sentencia del 27 de noviembre del 2023 en (muy) breve

En una larga sentencia (véase texto completo), es por unanimidad que los nueve integrantes de la Corte Suprema de Justicia declararon inconstitucional la ley aprobada en octubre del 2023.

Se indica por parte de los magistrados que el Estado panameño tiene que establecer prioridades, que al parecer sus autoridades ignoran, al señalar de manera enfática (p. 111):

«Por lo que, en esa línea de pensamiento, mal podría el Estado sobreponer los intereses económicos frente a la protección de derechos humanos. En ese tenor, si bien la República de Panamá, se ha constituido en parte del Tratado de Libre Comercio y del Tratado Bilateral de Inversión con el Estado Canadiense, al generarse la colisión de derechos económicos frente a derechos que se vinculan a la protección del derecho a la salud y a la vida, el Estado necesariamente deberá priorizar éstos últimos«.

En esta misma sentencia, además de los dos instrumentos internacionales económicos referidos por los magistrados en la cita anterior, se incluyen también otros tratados internacionales a los que Panamá es Estado Parte en materia ambiental, en particular uno de ellos: el Acuerdo de Escazú, adoptado en Costa Rica en marzo del 2018 y que a la fecha cuenta con 15 Estados Parte, entre los cuales no figura Costa Rica (Nota 2).

Más precisamente se lee que (p. 180):

«Lo anterior, debe verse en concordancia con lo dispuesto por el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe (Acuerdo de Escazú), aprobado por la República de Panamá, mediante Ley No 125 de 4 de febrero de 2020, y que dispone en su artículo séptimo la garantía de propiciar la participación ciudadana en asuntos ambientales de entidad, como lo es por ejemplo, el proyecto de minería que en esta ocasión fue elevado a Contrato Ley. Por ser signatarios del referido acuerdo, y en acatamiento del artículo 4, concordante con el artículo 17, ambos de la Constitución Política, el Estado adquirió obligaciones internacionales, de índole social y ambiental, con la finalidad de asegurar a la ciudadanía, la efectividad del derecho al acceso de la información, sobre aquellos asuntos que puedan afectar el libre disfrute de su derecho a un medio ambiente sano, como derechos fundamentales, y dada su incidencia en la dignidad de las personas«.

También indican los magistrados panameños (pp. 181-182) que:

«Es decir que, al tiempo en que se dieron las discusiones legislativas, que concluyeron con la aprobación del Contrato Ley No406 de 20 de octubre de 2023, existían pautas normativas, dentro de la legislación panameña, que contemplaban mecanismos efectivos para poner en conocimiento de los habitantes de las comunidades aledañas; y de la población en general, toda la información relacionada con las consecuencias y efectos de la actividad minera que se realizó, que se encontraban realizando, y que se iba a realizar, en virtud del Contrato Ley. No obstante, lo verificable es que la concesión minera fue aprobada sobre la base de un informe de impacto ambiental; el cual, además de no ser reciente, y por ende, no contener información actualizada sobre la situación ecológica vigente al momento de su celebración, omite cumplir la normativa reglamentaria emitida por el Estado, con el objetivo de brindar efectividad al derecho de acceso a la información, en materia de asuntos ambientales, suscrito a través del Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe (Acuerdo de Escazú)«.

Como se puede observar la celeridad con la que se tramitó la aprobación de esta ley ignoró por completo uno de los principios más básicos del derecho ambiental contemporáneo recogido en la misma legislación ambiental panameña: el principio de participación ciudadana en materia ambiental.

Empresas mineras y autoridades políticas: una extraña sensación de «déjà vu»

Con esta sentencia, se pone fin a más de un mes de protestas y de manifestaciones de diversos sectores de la sociedad panameña, que salieron de sus casas a las calles a protestar por la forma tan peculiar con la que se tramitó esta polémica ley: se trata de una aprobación «express» acaecida el 20 de octubre del 2023 y cuyos autores posiblemente pretendían que pasara casi desapercibida (véase nota del Semanario Universidad del mismo 20 de octubre, precisando que la votación fue de 44 a favor, 5 en contra y 2 abstenciones).

Al trámite expedito antes mencionado, hay que añadir la profunda indignación de la población panameña ante la actitud (no menos peculiar) de las máximas autoridades panameñas al defender contra viento y marea este proyecto minero: una extraña sensación de unísono empresa-autoridades que nos permitimos calificar de «desvergonzada simbiosis» con relación a un cuestionado proyecto minero de una empresa minera canadiense en Costa Rica (Nota 3).

En el texto de la antes mencionada sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Panamá, se evidencia la profunda molestia de sus magistrados con la manera con la cual se negoció este contrato minero, al leerse en particular que (p. 171):

«Constituye una afrenta a la separación de poderes que, ante una declaratoria de inconstitucionalidad de esta Máxima Corporación de Justicia, se haya negociado un contrato de concesión incurriendo en los mismos yerros; y llama la atención el hecho que en el nuevo contrato convertido en Ley No 406 de 20 de octubre de 2023, incluso se mencione el contrato anterior, como si la Sentencia de Inconstitucionalidad no hubiese sido dictada«.

Y es que la tramitación «express» de una ley observada en Panamá recuerda otra tramitación «accelerada» en los años 2007-2008 del proyecto minero ubicado en Las Crucitas, en la Zona Norte de Costa Rica: como se recordará, este proyecto minero fue declarado «de conveniencia nacional» de manera inconsulta y sorpresiva por parte del Poder Ejecutivo costarricense en octubre del 2008 y… fue declarado totalmente ilegal por parte de la justicia costarricense en noviembre del 2010. Remitimos a nuestros estimables lectores a la sentencia completa del Tribunal Contencioso Administrativo del 24 de noviembre del 2010, en la que se lee (punto XL) que:

«En relación con este punto, es necesario indicar que en el presente caso ocurre algo excepcional y es que las distintas ilegalidades detectadas y las nulidades declaradas, son todas coincidentes en el sentido de que tendían a la aprobación del proyecto minero Crucitas y varias de ellas se dictaron estando vigente un decreto ejecutivo de moratoria de la minería metálica de oro a cielo abierto, todo lo cual hace viable pensar como posible una eventual concurrencia u orquestación de voluntades para llevar adelante, de cualquier manera, este proyecto minero«.

Esta primera decisión fue ratificada en todos sus extremos por la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica el 30 de noviembre del 2011, al rechazarse la batería de argumentos presentados por la empresa minera canadiense (véase texto completo de la sentencia 1469-2011 de la Sala Primera, cuya lectura resulta de gran interés). Es de notar que la inversión de la carga de la prueba en materia ambiental alegada por la recurrente en su apelación y rechazada por la Sala Primera (párrafos XIX y XX de la sentencia de la Sala Primera) denota el desconocimiento de este principio – algo básico – y su realidad jurídica en Costa Rica; un desconocimiento que se extendió a algunos integrantes de la Sala Constitucional, cuando estos analizaron en el 2020 el alcance de las disposiciones del Acuerdo de Escazú, en particular una magistrada que integró la Sala Constitucional hasta el 2021.

A modo de conclusión

Con esta decisión de sus magistrados, Panamá ofrece a América Latina y al mundo en general, una nueva y ejemplar lucha, emprendida por diversos sectores sociales, indignados por el trato tan peculiar otorgado por sus máximas autoridades a una empresa extranjera.

Y de paso, confirma la independencia del Poder Judicial panameño, que en otras latitudes del continente, suele verse seriamente puesto en tela de duda cuando se trata de megaproyectos de cierta envergadura que involucran a inversionistas extranjeros.

En el caso específico de Centroamérica, esta actitud de las autoridades panameñas recuerda lo observado en muchos escándalos ambientales originados en contratos con empresas mineras canadienses.

Como parte de la estrategia de la empresa canadiense (que recuerda la de otra empresa canadiense en el año 2010 en Costa Rica), esta anunció, unos días antes de darse a conocer la decisión de la justicia panameña, su intención de demandar a Panamá ante el Centro Internacional de Arreglos de Disputas entre Inversionista Extranjero y Estado (más conocido como CIADI en español, ICSID en inglés): véase al respecto texto de comunicado oficial de las autoridades de comercio de Panamá con fecha del 26 de noviembre.

– Notas –

Nota 1: Véase al respecto el informe titulado » El impacto de la minería canadiense en América Latina y la responsabilidad de Canadá – Informe presentado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos«, Grupo de Trabajo sobre Minería y Derechos Humanos en América Latina, 2014. Texto completo disponible aquí.

Nota 2: El estado de firmas y ratificaciones del Acuerdo de Escazú se encuentra disponible en este enlace oficial de Naciones Unidas. Con relación a la persistente ausencia de Costa Rica, véase BOEGLIN N., «Costa Rica y el Acuerdo de Escazú: historia de una persistente ausencia«, Revista de Ciencias Ambientales, Universidad Nacional (UNA), Vol. 58 (2024). Texto disponible aquí. Cabe recordar que desde 1998, el continente europeo cuenta con un instrumento regional muy similar al Acuerdo de Escazú, la Convención de Aarhus, adoptada en 1998 (véase estado oficial de firmas y ratificaciones).

Nota 3: Véase BOEGLIN N., «Infinito Gold contra Costa Rica: el reciente laudo arbitral del CIADI sobre el proyecto minero ubicado en Las Crucitas», Portal de la Universidad de Costa Rica (UCR), edición del 15/06/2021. Texto disponible aquí.

Al pueblo panameño

José Joaquín Meléndez González

Solidaridad y felicitaciones a la UGT que actuó dentro de sus principios, consciente y políticamente unido al movimiento cívico y patriótico del pueblo panameño en defensa de su soberanía contra compañías extranjeras por la explotación minera, contaminante, destructora de ecosistemas, la explotación obrera y encadenamientos de corrupción y sumisión de gobiernos por unos dólares más.

Con su bandera al frente, su espíritu unitario de lucha, con el apoyo de hombres y mujeres patriotas del orden jurídico, político y social, que han levantado su casta y dignidad para decir: ¡Basta ya! del vasallaje colonialista de viejas tendencias imperiales; así mismo, nuestro reconocimiento a la Sala Constitucional al considerar inconstitucional el Decreto Ley 406-2023 del pasado 24 de noviembre del 2023.

Los panameños han de sentirse orgullosos de parar de una vez por todas esas conductas imperiales monárquicas de empresas que históricamente han dejado desbastadas a Oceanía, en Asia la India, en África y en todo el periodo de la conquista y el coloniaje de América.

Una vez más el noble pueblo de Panamá volvió a levantar su bandera a la cumbre ante los ojos de las naciones del continente americano.

San José, Costa Rica, 29 noviembre 2023

Parlamento Cívico Ambiental saluda la lucha contra la explotación minera en Panamá y advierte sobre los intentos para revivirla en Costa Rica

Comunicado
28 de noviembre del 2023

Celebran la lucha de la sociedad civil panameña en su llamado firme y decidido para que la Corte Suprema panameña declarase inconstitucional la Ley 406 de 2023 mediante la cual se renegocian estas irregulares concesiones mineras.

Con ese espíritu crítico, democrático y defensor de nuestros ecosistemas asume el estudio y evaluación del proyecto de Ley Código de Minería, expediente 23068.

En San José, Costa Rica, el Parlamento Cívico Ambiental tomó una resolución el 24 de noviembre del 2023 considerando que la actividad de minería está entre las mayores causantes de conflictos ambientales a nivel nacional, Centroamericano y Latinoamericano, con niveles de alta intensidad y violencia social. Un buen número de organizaciones y personas con membrecía en el Parlamento Cívico Ambiental han experimentado de primera mano la intensidad de los conflictos y las maniobras de manipulación de las instituciones públicas que se desatan en razón de los proyectos de minería a cielo abierto como parte de la lucha contra el ilegal proyecto minero Crucitas desde la década antepasada.

Asimismo, consideró que hoy día el pueblo panameño ha enfrentado otra erupción de conflictividad ambiental en razón del empeño del gobierno de Panamá en implementar concesiones mineras dañinas para sus ecosistemas y con legalidad dudosa en el mejor de los casos. Los antecedentes históricos muestran una progresión de hechos que desembocaron en justas protestas en Panamá por parte de las fuerzas sociales que se opusieron al proceder gubernamental respecto a la minería y el manejo de las concesiones. Esta conflictividad cobró múltiples vidas de defensores del ambiente y la soberanía panameña, creando una situación de inestabilidad social y económica que causó costos enormes para la población de esta hermana nación.  

En reacción al nivel de las protestas el congreso panameño aprobó una moratoria a la minería pero que no afecta los contratos vigentes.

El Parlamento Cívico Ambiental acordó declarar su solidaridad con esta lucha y Celebrar el llamado firme y decidido de la sociedad civil para que la Corte Suprema panameña declarase inconstitucional la Ley 406 de 2023 mediante la cual se renegocian estas irregulares concesiones mineras. Celebra el fallo que este 28 de noviembre ha declarado inconstitucional este contrato.

Llama a las organizaciones sociales y la comunidad internacional a sumarse a celebrar la resolución de este conflicto a favor de las justas aspiraciones del pueblo panameño en defensa de su ambiente, sociedad, soberanía y ordenamiento jurídico. Expresa su rechazo por las graves consecuencias históricas que ha tenido esta actividad para los pueblos y ecosistemas de la región latinoamericana.

Finalmente, considerando que en la Asamblea Legislativa de Costa Rica se ha presentado una nueva iniciativa legislativa promoviendo la adopción de un proyecto de Ley Código de Minería, expediente 23068, acordó que con espíritu crítico, democrático y defensor de nuestros ecosistemas asume el estudio y evaluación de este proyecto.

Se adjunta el acuerdo completo.

  • Asociación Costarricense de Hidrógeno-ACH2.
  • Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica-ASOMOVE.
  • Asociación de Desarrollo Específica para las Juventudes del Distrito de Paquera.
  • Asociación Defensoría del Pescador y de Promoción de la Prensa Responsable.
  • Asociación Ecologista Desamparados.
  • Asociación Ecoturística Corcovado-Bijagua.
  • Asociación Montaña Verde.
  • Asociación para el Desarrollo Sostenible San José Rural.
  • Asociación Plataforma de las Organizaciones de la Sociedad Civil ODS Costa Rica.
  • Asociación Proyecto Camino Verde.
  • Asociación PEDAL
  • Asociación Regional Centroamericana para el Agua y el Ambiente. ARCA
  • Asociación Regional por la Transformación Social y Ecológica (ARTES)-JUSTECO.
  • Asocuenca-Río Cañas.
  • Cámara de Turismo San Gabriel Caraigres.
  • Centro de Acopio Preserva Planet.
  • Coalición Ambiental Costa Rica.
  • Cruzando Fronteras.
  • Escuela Socioambiental de Caraigres.
  • Federación Costarricense de Pesca.
  • For the Oceans Foundation & One Ocean World Wild Coalition.
  • Fundación Confianza Verde.
  • Fundación Laberinto para el Desarrollo Integral de la Persona Humana.
  • Fundación One Sea.
  • Fundación Operation Rich Coast.
  • Fundación Sombrilla del Bosque.
  • Fundación Somos Árboles y Vida.
  • Gestores y Gestoras Culturales y Ambientales de Curridabat.
  • Green Wolf.
  • Hidrobag.
  • Milenio 3 S.A.
  • Movimiento Ciudadano PYMES CR.
  • Municipalidad de San Rafael de Heredia.
  • Observatorio Ciudadano del Agua Río Cañas.
  • Observatorio Río Cañas Aserrí-Desamparados.
  • Programa de Gestión Local UNED.
  • Red Costarricense de Reservas Naturales.
  • Red de Jóvenes por el Agua Centroamérica. Capítulo Costa Rica.
  • Red de Juventudes y Cambio Climático de Costa Rica.
  • Sociedad Mesoamericana para la Biología y la Conservación.
  • Universidad de Costa Rica.
  • Universidad Nacional.

Directorio Parlamento Cívico Ambiental
Bernardo Aguilar González. Presidente
Yahaira Rojas Jiménez. Vicepresidenta
Jorge Mora Portuguez. Primera Secretaría
Cinthya Hernández Gómez. Segunda Secretaría

En representación de sus organizaciones miembro.

Texto del acuerdo completo

ACUERDO DEL PARLAMENTO CÍVICO AMBIENTAL SALUDANDO LA LUCHA CONTRA LA EXPLOTACIÓN MINERA EN PANAMÁ Y ADVIRTIENDO LOS INTENTOS PARA REVIVIRLA EN COSTA RICA

Considerando:

Primero:  Que, desde el 12 de mayo del 2023, el Parlamento Cívico Ambiental ha manifestado vehemente y decidida oposición a propuestas que buscan implementar actividades extractivistas como la exploración y explotación de petróleo y gas natural en Costa Rica.

Segundo: Que, de conformidad con los registros del Atlas Mundial de Justicia Ambiental, la actividad de minería está entre las mayores causantes de conflictos ambientales a nivel nacional, Centroamericano y Latinoamericano, con niveles de alta intensidad y violencia social.

Tercero: Que un buen número de organizaciones y personas con membrecía en el Parlamento Cívico Ambiental han experimentado de primera mano la intensidad de los conflictos y las maniobras de manipulación de las instituciones públicas que se desatan en razón de los proyectos de minería a cielo abierto como parte de la lucha contra el ilegal proyecto minero Crucitas desde la década antepasada.

Cuarto:  Que hoy día el pueblo panameño ha enfrentado otra erupción de conflictividad ambiental en razón del empeño del gobierno de Panamá en implementar concesiones mineras dañinas para sus ecosistemas y con legalidad dudosa en el mejor de los casos. 

Quinto: Que el proceso de conflictividad actual tiene como antecedente que, desde la administración Pérez Valladares en 1997, se aprueba la concesión administrativa de Cerro Quema y la concesión de Petaquilla, concediéndose exoneraciones, tierra y agua sin la licitación exigida por la normativa.

Sexto: Que esas concesiones debieron cancelarse por ausencia de inversión durante el gobierno de Mireya Moscoso, cosa que no se hizo.

Séptimo: Que en la administración Torrijos, siguiéndose sin hacer las inversiones de ley, se aprobó que la concesión de Petaquilla se dividiera en Petaquilla Gold, explotada por empresas dirigidas por el empresario Richard Fifer, y Petaquilla Cooper, que fue comprada por la empresa canadiense Inmet. Asimismo, se aprobó el estudio de impacto ambiental de Petaquilla Gold.

Octavo: Que en la administración de Ricardo Martinelli se impulsaron diversas reformas de la normativa ambiental y laboral panameña (ley chorizo) buscando favorecer a las compañías mineras, permitiendo a empresas extranjeras invertir en minería, con lo que Corea del Sur compró acciones de la minera del cobre. Asimismo, se aprobó el estudio de impacto ambiental de Petaquilla Cooper, Inmet le vendió la concesión a First Quantum, en medio de demandas de inconstitucionalidad (1998 y 2010) para el proyecto y acusaciones de manipulación y especulación con el precio de sus acciones.  

Noveno: Que en diciembre de 2017 se dictan los fallos de las dos acciones de inconstitucionalidad pero no se notifican. Asimismo, a pesar de ser inapelables, la administración Varela recurre los mismos. Indica la prensa panameña que esa administración pactó con la corte con el fin de que las mineras no fueran dejadas sin respaldo.

Décimo: Que en junio del 2021 se declara inconstitucional el proyecto minero nuevamente. Sin embargo, la corte se percata de que no se publicó el fallo del 2017 y procede a publicar un día el primer fallo y al día siguiente el segundo.

Décimo Primero: Que el gobierno de Varela había renovado el contrato de First Quantum en 2016 sin consulta, ni auditorías y con las demandas de inconstitucionalidad por fallarse. Esa administración no canceló tampoco la concesión de Cerro Quema.

Decimo Segundo: Que la administración Cortizo realizó el pacto del bicentenario y se renegocia el contrato con oposición clara de la ciudadanía a la minería. La Asamblea panameña recibe ese contrato en agosto del 2023 y producto de la consulta se le devuelve el contrato al ejecutivo a pesar de que el ordenamiento panameño establece que los contratos ley deben ser aprobados o rechazados. El gobierno retira el contrato el 10 de octubre y el 11 aprueba un nuevo contrato que es refrendado por la contraloría y vuelve al congreso el 16 de octubre. Se aprueba el contrato en primero, segundo y tercer debate y es firmado por Cortizo, saliendo publicado en la Gaceta para el 20 de octubre.

Décimo Tercero: Que inmediatamente después de estos hechos se desatan las protestas en Panamá por parte de las fuerzas sociales que se oponen al proceder respecto a la minería y el manejo de las concesiones. Esta conflictividad cobró múltiples vidas de defensores del ambiente y la soberanía panameña, creando una situación de inestabilidad social y económica que está cobrando costos enormes para la población de esta hermana nación.

Décimo Cuarto: Que en reacción al nivel de las protestas el congreso panameño ha aprobado una moratoria a la minería pero que no afecta los contratos vigentes. Asimismo, se dictó anteriormente una resolución de una demanda de inconstitucionalidad contra el contrato que renegoció la administración Cortizo (Ley 406 de 2023) en la cual se ha declarado inconstitucional ese contrato, pero que tuvo defectos de forma en su publicación. En reacción a la situación se planteó un nuevo y definitivo recurso de inconstitucionalidad.

Décimo Quinto: Que en la Asamblea Legislativa de Costa Rica se ha presentado una nueva iniciativa legislativa promoviendo la adopción de un proyecto de Ley Código de Minería, expediente 23068.

Por lo tanto, el Parlamento Cívico Ambiental acuerda:

Primero: Declarar su solidaridad con el pueblo panameño en la defensa de su derecho a un ambiente sano, de los derechos humanos de sus habitantes y en rechazo a estos contratos de minería a cielo abierto que atentan además contra la legalidad y la soberanía de esta hermana nación.

Segundo: Celebrar la lucha de la sociedad civil panameña en su llamado firme y decidido para que la Corte Suprema panameña declarase inconstitucional la Ley 406 de 2023 mediante la cual se renegocian estas irregulares concesiones mineras. Celebra el fallo que este 28 de noviembre ha declarado inconstitucional este contrato.

Tercero: Que llama a las organizaciones sociales y la comunidad internacional a sumarse a celebrar la resolución de este conflicto a favor de las justas aspiraciones del pueblo panameño en defensa de su ambiente, sociedad, soberanía y ordenamiento jurídico.

Cuarto: Que expresa su rechazo por las graves consecuencias históricas que ha tenido esta actividad para los pueblos y ecosistemas de la región latinoamericana.

Quinto: Que con ese espíritu crítico, democrático y defensor de nuestros ecosistemas asume el estudio y evaluación del proyecto de Ley Código de Minería, expediente 23068.

Sexto: Acordamos difundir este manifiesto con la ayuda del Departamento de Participación Ciudadana a la prensa nacional e internacional, en los sitios del Parlamento y a los diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa.

Dado en el Parlamento Cívico Ambiental de la Asamblea Legislativa de Costa Rica a las 12:00 horas del 24 de noviembre del 2023.

Por las organizaciones del Parlamento Cívico Ambiental:

–           Asociación Costarricense de Hidrógeno-ACH2.

–           Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica-ASOMOVE.

–           Asociación de Desarrollo Específica para las Juventudes del Distrito de Paquera.

–           Asociación Defensoría del Pescador y de Promoción de la Prensa Responsable.

–           Asociación Ecologista Desamparados.

–           Asociación Ecoturística Corcovado-Bijagua.

–           Asociación Montaña Verde.

–           Asociación para el Desarrollo Sostenible San José Rural.

–           Asociación Plataforma de las Organizaciones de la Sociedad Civil ODS Costa Rica.

–           Asociación Proyecto Camino Verde.

–           Asociación PEDAL

–           Asociación Regional Centroamericana para el Agua y el Ambiente. ARCA

–           Asociación Regional por la Transformación Social y Ecológica (ARTES)-JUSTECO.

–           Asocuenca-Río Cañas.

–           Cámara de Turismo San Gabriel Caraigres.

–           Centro de Acopio Preserva Planet.

–           Coalición Ambiental Costa Rica.

–           Cruzando Fronteras.

–           Escuela Socioambiental de Caraigres.

–           Federación Costarricense de Pesca.

–           For the Oceans Foundation & One Ocean World Wild Coalition.

–           Fundación Confianza Verde.

–           Fundación Laberinto para el Desarrollo Integral de la Persona Humana.

–           Fundación One Sea.

–           Fundación Operation Rich Coast.

–           Fundación Sombrilla del Bosque.

–           Fundación Somos Árboles y Vida.

–           Gestores y Gestoras Culturales y Ambientales de Curridabat.

–           Green Wolf.

–           Hidrobag.

–           Milenio 3 S.A.

–           Movimiento Ciudadano PYMES CR.

–           Municipalidad de San Rafael de Heredia.

–           Observatorio Ciudadano del Agua Río Cañas.

–           Observatorio Río Cañas Aserrí-Desamparados.

–           Programa de Gestión Local UNED.

–           Red Costarricense de Reservas Naturales.

–           Red de Jóvenes por el Agua Centroamérica-Capítulo Costa Rica.

–           Red de Juventudes y Cambio Climático de Costa Rica.

–           Sociedad Mesoamericana para la Biología y la Conservación.

–           Universidad de Costa Rica.

–           Universidad Nacional.

Firma su Directorio:

Bernardo Aguilar González. Presidente
Yahaira Rojas Jiménez. Vicepresidenta
Jorge Mora Portuguez. Primera Secretaría
Cinthya Hernández Gómez. Segunda Secretaría

«El triunfo del pueblo panameño»

Édison Valverde Araya, miembro Movimiento Buen Vivir Costa Rica, desde La Paz, Bolivia.

El triunfo del pueblo panameño vale también para nuestra lucha anti minera, la cual iniciáramos hace 15 años en Costa Rica. Hemos concluido que en Latinoamérica debemos trabajar la educación. Una forma de educar sobre el tema es divulgar sobre la lucha del pueblo panameño y su triunfo, de que la organización y la movilización son importantes, de que la unidad es fundamental. Crucitas es una herida en la madre tierra y en las comunidades del Norte del país.

Además, políticos y empresarios nacionales y extranjeros, se frotan las manos por el oro que no les corresponde. Aprendamos las lecciones del pasado y del presente, que nos han dejado triunfos a favor de la vida, en una humanidad enferma por la ambición económica de unos cuantos, que tienen en peligro de extinción a la especie humana. ¡Qué viva Panamá, ejemplo de soberanía y dignidad!

Se ha escrito una página en la historia

Por Giovanni Beluche V.

Abdiel Díaz, Iván Rodríguez, Agustín Morales, Tomás Milton, sus nombres quedan grabados con tinta indeleble en el corazón de Panamá. Su muerte no fue en vano, su pueblo supo levantar la bandera y honrarles.

En la acera de enfrente, si les quedara un ápice de dignidad, ya deberían renunciar los ministros de Comercio e Industria, Ambiente y Gobernación, para empezar.

Y que el pueblo tenga memoria para que nunca vuelvan a la Asamblea Legislativa el montón de maleantes cuya patria es el dólar.

Hay que reconstruir Panamá, hay que disolver todo el aparato represivo del Estado y constituir una fuerza pública realmente civilista.

Gracias pueblo Ngabe, pueblos originarios todos, gremios docentes, Suntracs, universitarios, juventudes, ambientalistas, comunidades humildes de Pacora, Chepo, Panamá Oeste, Colón, tierras altas y tantas otras que resistieron en los bloqueos.

Gracias también a la solidaridad internacional.

El valiente pueblo panameño ha escrito otra vez una página en la historia.

¡No somos, ni seremos una colonia de nadie!

¡Prohibido olvidar!

 

Imagen tomada de: https://www.ecured.cu/

Panamá: una lucha que es por mucho más que un contrato minero

Olmedo Beluche

Movilizaciones masivas como no se habían visto nunca en la historia de la república de Panamá, un país donde cada tanto la gente se tira a la calle a protestar. Decenas de miles de jóvenes autoconvocados por las redes sociales que se reúnen y marchan por las principales avenidas de la ciudad capital.

Miles de pobladores de comunidades indígenas, rurales y urbanas pauperizadas que espontáneamente salen a bloquear la carretera Panamericana, en tantos lados a la vez, que es imposible para la policía reprimirlos a todos. Miles de activistas sindicales y gremiales que marchan y cierran calles convocados por una alianza de organizaciones populares con carácter asambleario, compuesta por docentes, obreros de la construcción, trabajadores de la industria, estudiantes, etc.

Una lucha que cuestiona los cimientos políticos y económicos del país

Algunos, en broma o en serio, afirman que Panamá está viviendo su “primavera árabe”. Lo que está sucediendo no encuentra otro grado de comparación. Una pequeña revolución que ha convulsionado todo, en que mucha gente se ha descreído de todas las instituciones políticas, los órganos del estado, los gremios patronales y los grandes medios de comunicación.

Esto pasa porque el motivo de la movilización, el repudio a un contrato con una empresa minera concentra en sí mismo todas las contradicciones sociales y políticas de este país y del mundo decadente del siglo XXI:

Esta lucha implica la defensa de la naturaleza frente al voraz extractivismo de los grandes monopolios de países imperialistas que saquean la riqueza mineral de los países dependientes y semicoloniales; a su vez, el repudio al contrato minero está relacionado con un modelo económico capitalista neoliberal que pone la riqueza del lado de una minoría y la miseria a las mayorías; tiene que ver con el régimen político disfrazado de democrático pero en manos de una cleptocracia a la que se ha caído la careta; implica a los grandes medios de comunicación comprados con el dinero de la minera dispuestos a lanzar campañas sucias y mentiras contra los dirigentes sindicales y populares; obliga a quienes se movilizan a pensar en las próximas elecciones, en la que casi todos los candidatos a la presidencia de la república son defensores de la mina.

Julio de 2022, el “ensayo general”

Para comprender la fuerza que adquirió la movilización popular contra el contrato minero hay que tener presente que un año antes, en julio de 2022, se había producido otro estallido social de connotaciones similares al actual. Ese año el móvil de la lucha popular fue el proceso inflacionario producido cuando recién el país empezaba a salir de la crisis de la pandemia de la Covid-19, cuando el crecimiento económico tomaba impulso, pero los empleos y salarios se mantenían deprimidos gracias a la política neoliberal del gobierno de Laurentino Cortizo.

Al igual que ahora, además de las movilizaciones obreras y docentes, los pobladores indígenas y de las provincias se lanzaron a las calles a hacer cortes de la carretera, paralizando la economía. Un hecho inédito en ese momento, que obligó al gobierno a sentarse a un diálogo televisado con la dirigencia popular. Aunque al final el gobierno incumplió la mayoría de los acuerdos, la experiencia quedó grabada en la memoria del pueblo panameño. Podríamos decir que, julio de 2022, fue el “ensayo general” de las movilizaciones actuales.

Antes el enclave canalero, ahora el enclave minero

Toda esta lucha popular tuvo un detonante: la aprobación del contrato para la explotación de cobre con la empresa canadiense First Quantum Minerals (FQM) y su subsidiaria Minera Panamá. Un contrato leonino que cede a la empresa tantos “derechos”, que crea un enclave minero, con casi nula supervisión estatal, en que sus gerentes tienen potestad para seguir desbastando el bosque del corredor biológico en que está ubicada, seguir expandiéndose a discreción y explotando los recursos hídricos del área. Todo a cambio de una migaja de menos de 390 millones de dólares anuales, que son nada respecto a los miles de millones de ganancia de la empresa.

En fin, un enclave extractivista. Si de algo sabe el pueblo panameño es lo que significa un enclave: en 1903, el gobierno de Estados Unidos nos impuso otro contrato (tratado) para imponer el enclave colonial que fue la Zona del Canal. Al igual que ahora, la burguesía vende patria juró que había que entregar los recursos nacionales a intereses imperialistas porque la riqueza del país dependía de esos ingresos.

Durante 70 años el pueblo panameño luchó contra el enclave canalero y sus migajas que nos empobrecieron, hasta que luego de heroicas luchas, como la del 9 de Enero de 1964, se obligó al gobierno norteamericano a negociar un tratado que pusiera fin al enclave y sus bases militares. Desde el último día del siglo XX dejó de existir todo vestigio colonial en el canal. Ciento veinte años después, nos quieren devolver a un nuevo enclave.

Historia de un atraco

Sin que el país hiciera conciencia de lo que pasaba, ya en 1997, el gobierno otorgó una concesión a una empresa panameña, relacionada con capitalistas allegados a los políticos que controlaban Asamblea a Nacional y el Ejecutivo, para la explotación de un yacimiento de oro y cobre. Esta empresa posteriormente traspasó sus derechos a FQM. Desde entonces se ha extraído cobre del distrito de Donoso, provincia de Colón, en el Caribe panameño. Explotación que ha carecido ningún control ambiental, con un cuestionado estudio de impacto, pagando una exigua regalía del 2% al estado panameño y completamente exonerada de impuestos.

Desde un primer momento este contrato fue demandado por inconstitucional ya que, entre otras cosas, se había hecho una concesión sin pasar por la debida licitación pública como exige la legislación. Los poderosos intereses económicos que mueve esta empresa minera, incluyendo el bufete de abogados más influyente del país, Morgan y Morgan, lograron que la Corte Suprema de Justicia retardara por 20 años el fallo de inconstitucionalidad sobre el contrato original.

Cuando finalmente se emitió el fallo de la corte, en diciembre de 2017, las autoridades se negaron a publicarlo en la Gaceta para que no entrara en vigor. Cuando ya no pudieron postergarlo más, a causa de tantas denuncias, se publicó 5 años después, en diciembre de 2022.

A partir de entonces la empresa siguió funcionando y extrayendo de manera ilegal, con la complicidad evidente del gobierno que, anunció el inicio de negociaciones, las cuales se rompieron a inicios de 2023, por la supuesta intransigencia de un gerente canadiense, pero nada de esto impidió a la empresa continuar el robo (pues no hay contrato) de material. Finalmente, en octubre de 2023, el gobierno de Laurentino Cortizo anunció el nuevo contrato.

La “república de los primos” hijos putativos de la empresa minera

Hace décadas un intelectual panameño llamó a Panamá la “república de los primos” porque la clase dominante está emparentada entre sí, no solo por los negocios, sino también consanguíneamente, es endogámica como la vieja nobleza europea. Este hecho llega paroxismo cuando, el ministro de comercio, encargado de la negociación con la empresa FQM, Federico Alfaro Boyd, está emparentado con algunos de los socios del bufete de abogados que defiende los intereses de la minera, Morgan y Morgan, como Fernando Alfaro y Fernando Boyd.

Pero todos los hilos de las marionetas los mueven los intereses mineros en las elecciones presidenciales de 2024: el vicepresidente y candidato oficialista a la presidencia de la república, José Gabriel Carrizo, de Petaquilla Gold, que vendió los derechos a FQM. El principal candidato opositor, Rómulo Roux, es socio del bufete Morgan y Morgan, abogados de FQM. Ricardo Martinelli, otro candidato, tiene intereses mineros ocultos a través del escándalo llamado “Financial Pacific”.

El candidato a vicepresidente de la nómina encabezada por Ricardo Lombana, Michael Chen, como presidente de la Cámara de Comercio de Colón defendió el contrato con FQM. Martín Torrijos, postulado por el Partido Popular, fue presidente de la república cuando el contrato fue demandado y nunca actuó contra esa empresa.

Existe la honrosa excepción de la profesora Maribel Gordón, candidata presidencial apoyada por diversos sectores populares, que se ha opuesto al contrato minero y ha participado en las movilizaciones.

Repudio absoluto al contrato y a la cleptocracia gobernante

Tanto en las consultas públicas hechas por la web, como en las audiencias de la Asamblea Nacional, se hizo evidente el rechazo de la opinión pública por el contrato, incluyendo las comunidades aledañas a la mina. Pese a ello, el gobierno simuló la corrección de un par de artículos y reenvió el proyecto a la Asamblea Nacional, que lo aprobó rápidamente y quedó refrendado la misma noche, bajo el nombre de Ley 406 de 20 de octubre de 2023, “que aprobó el contrato de concesión minero celebrado entre el Estado y Minera Panamá, S. A.”

La nueva ley fue demandada inmediatamente por inconstitucionalidad. Este procedimiento espurio, aunando a lo que ya se conocía del contrato, indignaron a la población que empezó a salir a las calles. Las masivas movilizaciones y los bloqueos de la última semana de octubre obligaron al gobierno a retroceder, aceptando aprobar una ley de moratoria minera (Ley 407) para todo el país, por la cual no se admitirán nuevas exploraciones ni explotaciones de minería metálica en ningún lugar de la república. Pero la ley no toca al contrato con FQM.

Tratan de imponer la división del movimiento para debilitarlo

En algún momento, aterrorizados por la explosión popular los diputados incluyeron en el proyecto que declaraba la moratoria de nuevas concesiones mineras un artículo derogando el contrato con FQM (Ley 406). Pero aquí empezó a operar una estrategia de los gremios empresariales, medios de comunicación, abogados y políticos al servicio del sistema, que pidieron a los diputados sacar el artículo de la derogación para depositar toda la confianza en un nuevo fallo de la Corte Suprema de Justicia.

La argumentación que esgrimieron reiteradamente en los medios de comunicación era que FQM iba a realizar una demanda multimillonaria al país si el contrato ley se derogaba, y que solo quedaríamos bien blindados si se basaba en un fallo de inconstitucionalidad de la corte. Esos malabarismos jurídicos, que pretenden aplicar al estado principios del derecho privado entre particulares, fueron acogidos por ciertos sectores de capas medias que dirigían parte de la movilización y por algunas ONG’s ambientalistas, de modo que terminaron haciendo el juego a la burguesía, al gobierno y a FQM al rogar a los diputados que sacaran la derogación de la Ley 406 cuando estaban a punto de hacerlo, lo cual habría significado una victoria completa para el pueblo panameño.

Juristas, ambientalistas y dirigentes del movimiento rechazaron esas argumentaciones y han seguido sosteniendo que la “derogación mediante otra ley” es el camino más expedito y completamente constitucional para finiquitar el contrato con FQM. También han advertido que la Corte Suprema de Justicia es poco confiable y que ahí está la experiencia del contrato anterior.

Además, es obvio que los dueños de FQM van de todas maneras a maniobrar por todos los medios, jurídicos o no, para no perder sus privilegios.

El resultado es que el contrato que el pueblo ha venido rechazando sigue vigente. Como la jugada leguleya no era inocente tanto los gremios empresariales, que siempre apoyaron el contrato, como los medios de comunicación e inclusive los sectores ambientalistas que cayeron en ese juego, empezaron a exigir al pueblo y sus organizaciones salir de las calles a esperar la decisión de la corte.

Campaña sucia de infamias contra el SUNTRACS

El movimiento popular no cayó en la trampa montada por la burguesía. Un Asamblea de la Alianza Pueblo Unido por la Vida, repudió la maniobra de esperar a la corte. Así que las organizaciones sindicales, especialmente el Sindicato Único de la Construcción y Similares (Suntracs), los gremios magisteriales, las comunidades indígenas, los pobladores, los estudiantes y los jóvenes han seguido en la calle y bloqueando las carreteras para desesperación de la burguesía que ve afectados sus negocios. Los intentos de represión del gobierno se han estrellado con la masividad de las protestas.

Más de 1,200 personas han sido arrestadas a lo largo de tres semanas de movilización, aunque en su mayoría han sido liberadas sin multas. Tres educadores han muerto en las barricadas defendiendo los bloqueos, uno fue atropellado y dos fueron tiroteados a plena luz pública y ante las cámaras por un abogado de la élite gobernante descendiente de los norteamericanos que poblaron la extinta Zona del Canal. El repudio frente a este crimen ha sido tan fuerte que, por ahora se ha logrado que lo mantengan arrestado, pese a que, por su edad, sus abogados pidieron medida cautelar de casa por cárcel.

En una reunión con la cúpula empresarial el presidente Cortizo y sus ministros recurrieron al concepto sostenido por la ultraderecha latinoamericana, especialmente por el uribismo en Colombia, para definir el movimiento como una “Revolución Molecular Disipada”. Según esa lógica, la causa del descontento no estaría en el repudio al contrato y la corrupción que corroe las instituciones, sino en una conspiración “comunista” para tomar el poder. Volvemos al macartismo, pero sin Unión Soviética.

Los días subsiguientes se empezó desde los “call centers” al servicio del gobierno una campaña contra el SUNTRACS, acusándolos de violentos y de promover el caos. Posteriormente el banco estatal Caja de Ahorros cerró las cuentas del sindicato, y algunos medios insinuaron que sus cuentas estaban asociadas al “terrorismo”. Se han hecho amenazas anónimas contra la vida del secretario general, Saúl Méndez.

Pese a que el gobierno y la burguesía han intentado todos los medios para desmovilizar, no han podido lograrlo, la gente se mantiene movilizada, se sostienen los bloqueos, y la consigna que exige derogación de la Ley 406.

Movilización contra la Ley 406 síntesis de todas las contradicciones

Muchas personas se preguntan cómo el debate en torno al contrato minero ha concitado tal explosión social, lo cual no sucedió en las dos décadas en que estuvo funcionando la mina, pese a las múltiples denuncias. Una parte de la explicación es el enorme avance en la conciencia de las personas, en especial de la juventud respecto a la crisis ambiental que padece el planeta gracias al capitalismo depredador que estamos sufriendo. Mucha gente conoce suficientemente de los problemas del cambio climático, la contaminación y destrucción del ambiente natural por parte de la industria. Son temas de conversación en todos lados.

Pero también aporta al ánimo combativo la rabia contenida por una situación social gravísima, que ha dado un salto después de la pandemia: pese a la recuperación económica, el desempleo es la tónica con que se encuentra la juventud. Si la tasa de desempleo oficial es del 10% aproximadamente, entre los jóvenes se duplica. El empleo informal oficial es del 48% de la fuerza de trabajo que, sumado al desempleo abierto, nos habla de una población en situación precaria.

Los bajos salarios son la tónica bajo la que viven las mayorías: la mediana salarial es de 728 dólares, pero el costo de la canasta básica general es de 682 dólares y al alza. La pobreza extrema afecta al 13% de las familias y la pobreza relativa al 32%. La desigualdad social medida por el coeficiente de Gini es de las peores de Latinoamérica 49,8.

El gobierno tiene como política económica el subsidio permanente al sector empresarial, que es constantemente premiado con exoneraciones fiscales y zonas especiales, pese a un déficit público anual que no baja de los 2,500 millones de dólares que se tapan con enormes préstamos. En cuatro años de gobierno de Laurentino Cortizo la deuda pública escaló de 26 a 46 mil millones de dólares.

A todas estas injusticias sociales se suma la evidente corruptela que abarca al espectro político y las instituciones. Vivimos en una época de saqueo al erario y la propiedad pública y eso es cada vez más evidente para todas las personas. El hartazgo contra la corrupción es otro elemento que explica el enojo que lleva a la gente a las calles.

¿Qué pasará después?

Es difícil vaticinar cómo se moverán los acontecimientos. Aunque la corte declare inconstitucional el contrato con FQM o la Asamblea Nacional derogue la Ley 406, es probable que la empresa, en complicidad con el gobierno nacional, inicie cualquier maniobra jurídica para continuar expoliando el cobre panameño. Incluso no se descarta que inicien la negociación de un nuevo contrato. Todo es posible mientras gobiernen las marionetas pagadas por intereses mineros en este o en el gobierno que se elija en mayo de 2024.

La única garantía de defensa de la soberanía nacional y protección de nuestros recursos naturales es lo que ha permitido el éxito hasta ahora alcanzado: el debate democrático y la movilización permanente del pueblo y sus organizaciones. Movilización que, a futuro, puede adoptar muchas formas y que no se restringen al cierre de calles.

La otra garantía es la continuidad de la Alianza Pueblo Unido por la Vida, como bastión de unidad de los sectores sindicales y populares, sosteniendo su carácter democrático y asambleario, sin que ninguna fuerza política particular pretenda controlar y monopolizar.

Sobre todas las cosas, la vanguardia popular de la lucha está obligada a asumir un compromiso político por la transformación del país en todos los planos: económico, institucional, político y moral. Porque en última instancia la salida permanente al régimen corrupto y antipopular es política. Mientras gobiernen los de siempre con los mecanismos de siempre, cada día habrá que salir a defender los amenazados derechos democráticos, políticos, sociales, económicos, identitarios, sexuales y reproductivos.

La vanguardia popular también debe hacer conciencia de que el extractivismo no es solo un problema que afecta a la república de Panamá, sino que es una de las consecuencias del capitalismo imperialista decadente que vive el mundo que está llevando a la humanidad entera al desastre climático y ambiental, a la crisis económica y a la degradación social. Hay que asumir que el saqueo de nuestros recursos naturales es impuesto desde las potencias capitalistas incluso por las vías militares, cuando fallan el engaño de los acuerdos comerciales.

Por lo tanto, al final, la vanguardia popular panameña debe asumir una política de unidad internacional, de solidaridad y coordinación con quienes luchan en los países hermanos por “otro mundo posible”.

Panamá, 18 de noviembre de 2023.

Compartido con SURCOS por Vilma Peña.

Una ficción en clausura

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Centroamérica se debate hoy, una vez más en su historia, en una hora compleja. Los escenarios en Guatemala y Panamá dan cuenta de procesos en los que aparece su población como protagonista.

Al tiempo que se escriben estas notas se conoce del ataque del Ministerio Público guatemalteco a la institucionalidad académica, clara cuestionadora de los arreglos y amaños colmados de corrupción e impunidad, que las élites políticas han impulsado durante décadas en detrimento de las condiciones de vida de amplios sectores de la población.

En Panamá durante días la manifestación pública en contra de la instalación de un proyecto minero (uno más que la racionalidad neoliberal ha intentado imponer a toda costa) ha sido constante, multisectorial y resistente.

A prueba de una agenda mediática repleta de espectáculos, superficialidades y cortinas de humo, las redes de comunicación horizontal que por suerte hoy están en nuestras manos nos hacen conocer los pormenores de la situación panameña. Colegas como los sociólogos Briseida Barrantes y Olmedo Beluche han sido nuestros interlocutores en estos días y por medio de sus constantes mensajes nos enteramos de la persistente dignidad que presenta el pueblo panameño en estos momentos.

Precisamente Olmedo Beluche compartió recientemente una reflexión sobre esta coyuntura a la cual habría que prestarle atención, desde mi perspectiva, en dos aspectos: el primero, reconocer el rasgo estructural que origina las manifestaciones cuyo hecho visible es la oposición tajante al funcionamiento de una empresa minera, pero que en el fondo devela una profunda crisis del modelo social, político y económico en aquel país. Por eso la conformación de un sustrato de actores amplio, como lo menciona Beluche:

“Movilizaciones masivas como no se habían visto nunca en la historia de la república de Panamá, un país donde cada tanto la gente se tira a la calle a protestar. Decenas de miles de jóvenes autoconvocados por las redes sociales que se reúnen y marchan por las principales avenidas de la ciudad capital. Miles de pobladores de comunidades indígenas, rurales y urbanas pauperizadas que espontáneamente salen a bloquear la carretera Panamericana, en tantos lados a la vez, que es imposible para la policía reprimirlos a todos. Miles de activistas sindicales y gremiales que marchan y cierran calles convocados por una alianza de organizaciones populares con carácter asambleario, compuesta por docentes, obreros de la construcción, trabajadores de la industria, estudiantes, etc.”

El segundo rasgo apela a reconocer una especie de “desujección” que la subjetividad política popular panameña ha realizado: el “descreimiento” hacia la institucionalidad, la política, los grupos patronales y los medios de comunicación. Es efectivamente un tajante cuestionamiento al orden social promovido por las élites panameñas y sus referentes políticos y financieros transnacionales.

En Costa Rica no ha detonado así el descontento popular, aunque hay suficientes motivos, porque aún persiste un saldo en el pensamiento colectivo sobre esa institucionalidad que sostuvo la vía costarricense durante buena parte del siglo XX. Aún quedan ciertos mitos fundacionales, aunque débiles, que sostienen una supuesta comunidad de iguales. Aunque nunca lo fuimos.

Uno de estos mitos, me parece, el de la comunidad horizontal e inclusiva, ha empezado a clausurarse. Solo así se entienden las incomprensibles reacciones de buena parte de aficionados durante el último partido de la selección costarricense, casualmente contra su homóloga panameña. Si ya las ficciones que sostenían ese pacto social (lo político vía la representación y lo colectivo vía la apelación a la comunidad por medio de figuras de identidad como la selección) no contienen. entonces estamos observando posiblemente el cierre técnico de esa comunidad que fuimos alguna vez. Si el cierre propiciara “el grito”, como mencionaba John Holloway alguna vez, bienvenido sea para el caso costarricense.

Aguardemos.

Minería rebeló al Panamá profundo y ecológico – En Voces y Política

Este miércoles 8 de noviembre tendremos el programa: «Minería rebeló al Panamá profundo y ecológico».

Con la participación de:

  • Maribel Gordon Calderón: economista, docente y candidata presidencial por la libre postulación en las elecciones.
  • Olmedo Carrasquilla: abogado, comunicador popular y miembro del colectivo Voces Ecológicas Radiotemblor de Panamá.

Esperamos su participación en nuestras redes sociales o por medio de llamada telefónica al 2234-3233.

Puede escucharnos a través de Radio Universidad 96.7 FM o vernos mediante el Facebook de Radio Universidad de Costa Rica.

¿Qué está pasando en Venezuela, Guatemala y Panamá?

En el programa de La Mesa Redonda el historiador y politólogo costarricense Vladimir de la Cruz brindó una clara explicación sobre la compleja situación política en Venezuela, Guatemala y Panamá. Durante su intervención destacó las condiciones políticas desafiantes en relación con los procesos y garantías electorales que afectan en diversos aspectos a la población como en control de territorio, pobreza, marginación, y sobre todo a la democracia. Además de la existencia de casos de corrupción en el gobierno, como en el caso del contrato abusivo para la minería de cobre en Panamá.

La participación de Vladimir de la Cruz en el programa proporcionó una perspectiva sobre los desafíos políticos y sociales que enfrentan estos países.

Compartimos el video del programa: