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Etiqueta: paramilitarismo

El paramilitarismo en Colombia

Por Carlos Meneses Reyes

El excoronel de la policía Hugo Aguilar y ex gobernador del Departamento de Santander, Colombia, ahonda en su relación con el paramilitarismo Juan Pablo Vásquez/Bogotá.

El policía retirado narró, en audiencia ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), cómo trabajó de la mano de esos grupos en diferentes etapas de su vida pública, y lo hace para obtener rebajas de pena a sus crímenes.

Aceptó que recibió apoyo del paramilitarismo para ser elegido gobernador; justificó su inmensa fortuna como producto de las recompensas por matar a Pablo Escobar, crear el grupo paramilitar los Pepes (Perseguidos de Pablo Escobar) y otros proyectos de inversión con recursos públicos…

Es producto del corrupto sistema electoral colombiano, ostentando el nepotismo de haber sido gobernador de Santander; contar con un hijo que fue senador y está preso por corrupción en el desvío de recursos de un mega estadio, y además, contar con que otro de sus hijos fue también gobernador de Santander y aseguró el triunfo del actual gobernador electo en ese departamento hasta el año 2027.

Un ejemplo palpable de Narco Estado en el poder, que se opone a las reformas de fondo que requiere el país, en cruzada criminal, con la secta -que no partido- Centro Democrático. Existen coroneles así por ser formados a imagen y semejanza de los generales. Y existen sargentos torvos por emular a sus coroneles. Ir al fondo de lo estructural.

¡Ojo! JEP: – Que el excoronel Aguilar desenmascare con nombres propios y contribuya a la verdad, por los crímenes de guerra y de lesa humanidad durante el prolongado conflicto armado interno colombiano.

¿Por qué crece el paramilitarismo en Colombia?

  1. En cuanto exista conflicto armado interno las fuerzas estatales (ejército, policía, etc.) no dejan de aplicar “la doctrina del enemigo interno”.
  2. Un sistema electoral mafioso y de casino que permite el resultado electoral a favor de la corrupción galopante, envalentona, en las regiones, a la derecha militarista, neoliberal, que ve amenazados sus intereses, ante el auge de las organizaciones sociales y sus lideres en pro de la movilización de masas, en concordancia con el ejercicio de democracia participativa y directa en las calles.

¡Puro Abogado!

Colombia hoy: vigencia del pensamiento de Jorge Eliécer Gaitán

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

“En Colombia hay dos países: el país político que se preocupa por las elecciones, las sinecuras burocráticas, los intereses económicos, los privilegios y las influencias… El país político y la oligarquía son la misma cosa…Y el país nacional, el pueblo que piensa en su trabajo, su salud, su cultura… Nosotros pertenecemos al país nacional, al pueblo de todos los partidos que luchan contra el país político, contra las oligarquías de todos los partidos.

JORGE ELIÉCER GAITÁN.

Hace tres cuartos de siglo, un viernes 9 de abril de 1948, a la una y cinco de la tarde, la oligarquía colombiana conservadora y liberal materializó la vía que había escogido de antemano para imponer su proyecto fascista al conjunto de la sociedad, por medio de la violencia y el exterminio colectivo de los sectores populares de filiación liberal gaitanista, asesinando al gran líder popular Jorge Eliécer Gaitán (1898-1948), quien venía clamando por la paz, el establecimiento de una democracia directa y por el fin de la violencia conservadora, cuando salía de su oficina en la Carrera Séptima con la Avenida Jiménez de Quesada, en la ciudad de Bogotá, en plena IX Conferencia Panamericana, con la presencia del General George Marshall, entonces Secretario de Estado de los Estados Unidos, que daría lugar a la fundación de la OEA, como un instrumento de la hegemonía estadounidense en la región, dando al traste con las esperanzas populares de justicia social, paz y democracia directa, originando una gran insurrección popular que hizo arder muchos edificios del centro histórico de la capital colombiana (donde fue aplastada rápidamente, de manera cruenta, con miles de muertos y heridos, por parte del ejército y de los sectores del lumpen afines al Partido Conservador y la reacción clerical) y en todo Colombia donde la prolongada resistencia dio lugar a un largo y sangriento conflicto armado, cuyas consecuencias se sienten todavía, sobre todo en la Colombia Rural del nuevo siglo, después de la firma de sucesivos acuerdos de paz, cuyo cumplimiento ha sido burlado reiteradamente por el establecimiento político, dando lugar a masacres contra los combatientes de la insurgencia desmovilizados, entre ellos más de tres mil dirigentes y militantes de la Unión Patriótica hacia fines de los ochenta y principios de los noventa.  

En lo inmediato, y como consecuencia del propio Bogotazo, sucedió que: “El pueblo respondió al asesinato de Gaitán con un levantamiento espontáneo, conocido como el Bogotazo. La multitud se tomó la ciudad en una oleada de furia colectiva, y saqueó y destruyó todo lo que simbolizaba las estructuras de poder que la excluían y empobrecían. No fue tan solo el lumpen el que se insubordinó, sino también los obreros, los pequeños comerciantes y la clase media baja, a quienes el liberalismo había dado identidad política…En provincia, la reacción al magnicidio fue más organizada y duradera. En Barrancabermeja, Rafael Rangel encabezó una Junta Revolucionaria durante 14 días. Eliseo Velázquez en los Llanos y Hermógenes Vargas en el sur del Tolima organizaron grupos de resistencia armada, que endurecieron la represión conservadora. A lo largo de 1948, hubo más de 43 mil víctimas de violencia, y el teatro de la lucha política se trasladó a las áreas rurales. El populacho urbano fue políticamente neutralizado y el gaitanismo no sobrevivió a la muerte de su líder.”(Jenny Pearce Colombia dentro del laberinto Altamira Ediciones Bogotá 1992 página 64).

Los conservadores, una vez asesinado Gaitán pactaron con la oligarquía liberal e intensificaron la persecución al movimiento sindical, crearon sindicatos afines al catolicismo conservador como la UTC, especialmente en Antioquia, y a la patronal, junto con el capital financiero y los intereses estadounidenses restringieron las conquistas sociales alcanzadas por los sectores populares, durante las décadas de 1930 y l940, dando lugar a numerosos despidos y a una aparatosa caída de los salarios reales, mientras que “La represión golpeó duramente al movimiento sindical: bajo el estado de sitio en vigor, se prohibieron las huelgas y las reuniones políticas, Fueron arrestados muchos líderes sindicales y reemplazados por delegados gubernamentales. Las sedes de los sindicatos fueron ocupadas y se despidió a miles de trabajadores en los sectores público y privado. En un solo ingenio azucarero del Valle del Cauca, fueron despedidos 900 obreros” (ibidem).

En medio de la violencia, del terror y de la ruina que cundía entre los campesinos, obreros y medianos empresarios, los patronos más poderosos obtuvieron ganancias insospechadas, de manera que: “A lo largo del período de la violencia, el proceso de acumulación de capital fue tan grande que Alberto Lleras Camargo escribió que sangre y acumulación iban juntas. “La situación colombiana es la mejor que hemos conocido jamás”, declaró el presidente de la ANDI (Asociación de Industriales de Colombia), en 1949, año en el que murieron 18.500 personas. “Reina la paz social”, se leía en un informe del ministro de Trabajo en 1951, año en el que fueron asesinadas 10.300 personas…Para la burguesía urbana y particularmente par los industriales, la situación no podría haber sido mejor…En 1954, los salarios descendieron en un 14% con relación a sus niveles de 1947, a pesar de que el año de 1949 anunciaba un período de gran prosperidad, entre 1948 y 1953, la producción industrial aumentó en un 56%” (Pearce, ibid, p 69).

El asesinato del caudillo liberal fue una respuesta homicida al aglutinamiento de fuerzas sociales y políticas alrededor de la figura de Jorge Eliécer Gaitán, que se vino consolidando al promediar la década de 1940, en medio de una crisis interna del Partido Liberal que se movía entre el gaitanismo, de gran base popular y el aparato de los viejos líderes de la oligarquía liberal que se oponían a las necesarias transformaciones sociales destinadas a llevar a Colombia a la modernidad, todo esto terminó dividiendo a los liberales y abriendo las puertas a la inmensa tragedia que vino después.

Los conservadores, o godos reaccionarios que habían ganado las elecciones generales de 1946, llevando a su candidato Mariano Ospina a la presidencia de la república, como resultado de la mencionada división del Partido Liberal que fue a esas elecciones con dos candidatos (Gabriel Turbay y Jorge Eliécer Gaitán), una vez instalados en la Casa de Nariño, emprendieron primero numerosas masacres de campesinos liberales gaitanistas en los departamentos del Eje Cafetero, en el Valle del Cauca, el Tolima, el macizo cundinoboyacense que comprende la mayor parte de los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, los santanderes y en la región de los Llanos orientales asesinando, torturando, hiriendo, robando y obligando a la huida o al desplazamiento de miles de pobladores rurales, de cuyas tierras se apropiaban los grandes latifundistas, las que han venido cambiado de manos en sucesivos ciclos de violencia y nuevos desplazamientos de la población campesina, a lo largo de las ocho décadas transcurridas,

La muerte violenta y el terror acechaban a quienes se enfrentaban a las bandas paramilitares, de asesinos a sueldo, de la policía conservadora como fue el caso de los “chulavitas” o chulavos de Boyacá, los pájaros en el Valle del Cauca, los “aplanchadores” y otros grupos armados que sembraban el terror en aquellas comarcas o veredas donde se enraizaban el liberalismo y los afanes de justicia social entre los campesinos. El paramilitarismo de los latifundistas ganaderos del Magdalena Medio, el Urabá Antioqueño y otras regiones tanto del Pacífico como del Caribe ha hecho lo suyo, sembrando la muerte y el terror a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y en las dos primeras décadas del presente.

El pensamiento de Gaitán está hoy más vigente que nunca, forma parte del ideario del Pacto Histórico y de las fuerzas que apoyan al actual presidente colombiano Gustavo Petro Urrego, en su búsqueda de la paz total, la democracia directa, el cese de la corrupción y la violencia oligárquicas, la justicia social y la distribución de la riqueza, en especial las tierras cultivables. Por la regeneración moral, a la Carga con Gaitán… era la consigna de los valientes liberales gaitanistas de aquellos tiempos de lucha y coraje, incluso contra toda esperanza.

De la propuesta a la realidad de los diálogos regionales

Por Carlos Meneses Reyes

El Dialogo Regional del Alto Catatumbo se llevó a cabo en la ciudad de Ocaña el pasado martes 11 de octubre. Hicieron presencia en el Coliseo de la Seccional Ocaña de la Universidad Francisco de Paula Santander-UFPS, 2.500 asistentes con delegaciones de los municipios de El Tarra, Convención, Hacarí, San Calixto, Cachira, La Esperanza, Teorama, Ábrego, La Playa, El Carmen, Ocaña, Aguachica, Río de Oro, Sardinata. No se presentaron como entes municipales sino como núcleos de territorios locales en representación de organizaciones sociales, campesinas, indígenas, red de víctimas de El Catatumbo, de mujeres, etc.

Se inscribieron en las comisiones de deliberación 1.300 activistas instalados en los salones y aulas de la universidad. Los ejes de la temática giraron en torno a salud, educación, seguridad ciudadana humana y social, ordenamiento territorial, soberanía alimentaria, transición energética, convergencia social regional. El encuentro funcionó con participación en comisiones y elaboración de formularios con dos conclusiones concretas a reposar en Planeación Nacional y al Plan Nacional de Desarrollo. En horas de la tarde se llevó a cabo la actividad de clausura en que diferentes líderes expusieron en el uso de la palabra.

Contenido de las transformaciones

Al hablarse de dialogo vinculante caracteriza el ser inclusivos y de participación en que predomina el respeto a la diversidad. Abarca no a un municipio sino a lo predominante de una influencia regional y nacional. Resulta un ejercicio de democracia directa, en un país en que la democracia representativa de senadores y representantes esta signada por el dominio de la corrupción, el lobby corrupto y el desprecio a la cosa pública y los intereses populares. En tal sentido el contenido de las propuestas no obedece a una “lista de mercado” como si a exigentes iniciativas que expresan el sentir y salidas concretas a necesidades padecidas en el aspecto de los servicios públicos esenciales, el ejercicio de los derechos fundamentales, el respeto a la vida, a la movilización popular y la materialización de las luchas políticas, económico sociales que requiere el pueblo colombiano. Por ello la dinámica no concurre a estereotipos de proyectos estratégicos legales en donde lo detentadores del poder legislativo narco-paramilitar imperantes hacen de las suyas y juegan con las aspiraciones de todo un pueblo. No. Las Asambleas Populares en desarrollo de los Diálogos Regionales se traducen en mandatos populares cuya concreción, materialización y aplicación van de la mano con el torrente movilizador del movimiento de masas y popular. La cualificación política del movimiento popular colombiano así lo exige y garantiza.

En el caso particular de la asistencia y participación de las delegaciones al Dialogo de El Catatumbo presentes en Ocaña primo el ordenado y consciente enfoque en pro de lo regional y el apersonamiento de los lideres en torno a lo propuesto. Esta singular actitud la destaco como de incidencia pues no emulaban a título de cargo oficial o función gubernamental alguna como aliados de “su presidente” sino como imperativos exigentes de un “ojalá el presidente cumpla”.

Hacia lo realizado concreto

En mi caso particular asistí a la comisión de Seguridad Humana y Justicia Social que funcionó en tres aulas diferentes con lleno total. Abarcó los temas de seguridad ciudadana y social, en salud, informática, educación, empleo, tragedias naturales, vulnerabilidad, entre otros aspectos.

Destaco lo predominante. Fue unánime la exigencia del cambio de la doctrina militar del enemigo interno en las fuerzas armadas (ejército y policía) y su profesionalización. La exclusión de la Policía Nacional como fuerza militar y su asignación al ministerio del interior. También sobre la suerte del ESMAD. Asimilan seguridad con los índices de criminalidad y los efectos por la no productividad. 2La protección a la vida de lideres sociales, políticos, populares y comunales y de exguerrilleros desarmados. La implementación de mecanismos jurídicos eficaces el respeto a los derechos humanos en toda su extensión. La investigación penal a responsables políticos de las masacres y asesinatos selectivos durante todo el régimen de terror del gobierno pasado. Las calamidades expuestas en torno a la prestación de servicios de salud y la injerencia de la politiquería resultó predominante. Promulgar por la inclusión de jóvenes como agentes de salud y la vinculación a y con mujeres. Prelación a la niñez. Clamor contra la privatización de la salud y su comercialización. La atención primordial en y a los Hospitales y en particular al Hospital Regional Emiro Quintero Cañizares y elevarlo de categoría hospitalaria en servicios. Que todo gire en el eje del equipo humano, medios y telemedicina. Ante la calamidad invernal se alzó la voz por la no existencia de organismos de socorro en el Norte de Santander. El aspecto de la educación continua siendo de primordial importancia. Que se solucione lo de plazas de maestros. Que se aplique una política integral de transporte estudiantil en lo rural. Se supere lo de una educación antigua y medieval por una educación acorde al siglo XXI. Que la universidad pública local deje de convertirse en fortines politiqueros y propugnan por la creación de La Universidad de El Catatumbo con sedes compartidas en lo administrativo y académico con los municipios de Convención y el Tarra. Se propuso la creación de una Banda Sinfónica en Ocaña, con un cuerpo de 40 músicos y un funcionamiento anual de $133 millones conforme a estudios de proyección existentes afirmado por el ponente respectivo. También resultó prolija la participación en lo referente al empleo en el sector agrario. Que se requiere de tierras para empleo y profesionalización. La utilización de plantas de tratamiento para múltiples cultivos que exploten derivados de los productos agrícolas, generadores de empleo sin exclusión del primer empleo erradicando requisitos de experiencia en lo laboral. Que aprendizaje y trabajo agrario deben ir de la mano.

En lo referente a la ciudad de Ocaña- conocida cono la Capital de El Catatumbo-la asistencia popular fue muy concurrida. Se frustró el manejo veintejuliero que el gobernador de turno de las castas corruptas dominantes pretendió imponer en un discurso oportunista y de cariz de redentor a impulsar las grandes obras que requiere la población urbana y rural del departamento de Norte de Santander. Recibió el rechazo de los asistentes a la Asamblea Popular e igual reprimenda correspondió al alcalde de la ciudad de Ocaña a quien con silbidos, consignas y calificativos de falsario y mentiroso fue sucesivamente interrumpido en su intervención. Sabido es que en contrario a la voluntad popular el alcalde de Ocaña pretende licitar una empresa de acueducto acorde a sus intereses personales y corruptos. Su contradictor principal lo es el Comité Cívico por la Defensa del Agua, que propugna por la creación de un mega acueducto regional que proteja las nacientes de agua y salve el Páramo de Jurisdicciones. Se reavive el lecho del río Algodonal como naciente del río Catatumbo que desemboca en el lago de Maracaibo. Se centran en la prestación de servicios públicos esenciales contrarios a la privatización en diálogos y beneficios hacia zonas apartadas e insisten en el llamado a la población catatumbera en participación y trabajos los próximos diez años… Y concluyen diciendo: “Eso implica un cambio de perspectiva. Ya no hablamos de desarrollo económico u obras de infraestructura, ahora giran en torno al ordenamiento territorial para la vida, alrededor de la economía verde con un eje concreto en torno a la seguridad humana y la naturaleza”.

También se revivió lo de la carretera Ocaña- Los Ángeles, vía indispensable para la salida de Ocaña a Bucaramanga y Bogotá, o centro del país, cuyo trazado más tendido y menos pendiente se conoce como Agua de La Virgen- Los Ángeles -Morrinson y que implica para los viajeros de y hacia Ocaña un ahorro de 48 kilómetros desde el cruce de Agua Clara en Aguachica a Morrinson en San Alberto. La carretera existe con trechos pavimentados, sin mantenimiento ni ampliaciones, que irían desde el kilómetro 19 al kilómetro 46.

De igual manera se destacaron mega propuestas de obras para la cuidad de Ocaña, impulsadas por el Ingeniero ocañero Wilson Contreras Márquez e integrantes de un equipo de profesionales residentes en Bogotá DC, que se podrían resumir, dentro del aspecto de reordenamiento territorial, en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales. La producción de energías alternas acordes con lo ecológico. La contribución a la soberanía alimentaria con la extracción de fertilizantes del caudal del Río Chiquito.

Personalidades en el municipio se preguntan: ¿qué ha hecho el alcalde con los $10 mil millones ya aprobados desde hace 2 años por el Gobierno Nacional para los 6 cruces de aguas lluvias y negras?

El ingeniero ocañero Wilson Contreras Márquez participó en le Dirección Técnica y Ejecución de 2 Refinerías en Abu Dhabi con WorleyParsons & Tecnimont Italy. Una en DAS ISLAND para refinar 450 Mil Barriles Día por USA$7.5 Billones. La otra en AlDAbylla, Abu Dhabi para 150 Mil Barriles por USA $3.5 Billones. Denuncia que la Refinería de Cartagena cuyo Costo se acerca a los $18 Billones de USA, para 250 Mil Barriles día, es el Ejemplo más grande de la Corrupción de la Junta Directiva/Dirección de Ecopetrol. El Ingeniero Wilson Contreras Márquez, es un cerebro al servicio de proyectos energéticos alternativos y serio aspirante a la Junta Directiva de Ecopetrol en representación de El Catatumbo y la Provincia de Ocaña en el actual gobierno.

Conclusión

Solo participando en la calle es posible el cambio. Solo el pueblo puede producirlo en realidad”. Presidente Gustavo Petro.

A diferencia de otras iniciativas gubernamentales a este dialogo regional lo inspira el contar con un gobierno alternativo y popular. Se desarrolla en un escenario político dominado por el narco paramilitarismo en el poder. Brillaron por su ausencia- como era de esperarse- los representantes a la cámara y senadores del Norte de Santander, ninguno de los cuales corresponden al Pacto Histórico gubernamental. Constituyen el declarado “nuevo enemigo interno” que el compañero presidente Petro denuncia en la aplicación de la malhadada jungla legalista y leguleya de leyes, decretos y disposiciones normativas que entraban, cual palos atravesados en la noria de programas populares, las medidas de búsqueda de soluciones definitivas. Por ello esta al orden del día la movilización popular y de masas en consecución de las transformaciones fondo que requiere Colombia.

Colombia, una nueva oportunidad

Lic. José A. Amesty Rivera

Agosto 2022

El 7 de agosto pasado, fue investido como Presidente de la República de Colombia, Gustavo Francisco Petro Urrego, (nacido en Ciénaga de Oro, Córdoba, el 19 de abril de 1960), es un político, economista, exsenador colombiano y exguerrillero del Movimiento 19 de abril (M-19). Es fundador del partido político, Colombia Humana y líder de la coalición política Pacto Histórico.

Su vicepresidenta, Francia Elena Márquez Mina, (nacida en Suárez, Cauca, el 1 de diciembre de 1981), es una lideresa social negra, activista medioambiental, defensora de derechos humanos, feminista, abogada, y política colombiana. Ambos, prometieron que “es la hora del cambio, empieza la Colombia de lo posible”.

De inmediato, anotamos unos tips, tomado de varios escritos de rebelion.org, preparados para el programa de radio y redes, del Colectivo Reflexión-Acción “Alternativas” de Costa Rica, en el cual participamos como organizadores y que deseamos compartir con todos/ ustedes.

  1. Petro, con visión estratégica (global) de largo plazo, el día 7 de agosto, durante su posesión de mandato, en su discurso mostró “una visión estratégica alejada de los clásicos discursos generalistas que se suelen escuchar cuando se asume la presidencia de un país y tiene ejes que lo distinguen”.

– Agregó conceptos poco desarrollados por la mayoría de gobiernos progresistas en América Latina, a saber: “la problemática de la seguridad alimentaria, los efectos del cambio climático, la importancia de la Amazonía, fue muy crítico con la falta de una respuesta unida por parte de América Latina frente a la pandemia”.

– Cuando hablamos de gobiernos progresistas, nos referimos a sus propuestas que “van desde una identificación con el socialismo y la izquierda, pasando por el nacionalismo, el populismo y la social democracia, hasta llegar al peronismo (en el caso argentino), aunque para simplificar se hable de progresismo”.

  1. Durante la posesión de Petro, hubo tres elementos simbólicos históricos, por ejemplo, “la fecha del 7 de agosto (día en el que se conmemora la batalla de Boyacá, dada en 1819, hace 203 años, cuando el abnegado y leal ejército patriota conducido por el libertador Simón Bolívar, en una sorprendente y heroica hazaña militar y humana, desde las tórridas llanuras del Orinoco, trasmonta el helado páramo de Pisba y sorprende en su propia retaguardia al ejército realista en el altiplano cundiboyacense, para derrotarlo definitivamente y poner en fuga al rey español).

– El otro elemento fue al presentar la “espada de Bolívar” con la que (simbólicamente) Bolívar derrotó al rey de España. Con razón, el rey Felipe VI de España, no se levantó al pasar la espada de Bolívar.

– El tercer elemento simbólico, recuerda “lo sucedido en la noche del 17 de enero de 1974, cuando el movimiento revolucionario M19 robó la espada de Bolívar”.

  1. Entre las primeras definiciones como nuevo presidente, Gustavo Petro, subrayó “su voluntad de cumplir el Acuerdo de Paz de La Habana y abrir en diálogo con los grupos armados para terminar con seis décadas de conflicto violento, que dejó al menos 450 mil muertos, la mayoría civiles, solamente entre 1985 y 2018”.
  2. Decálogo de Petro y Francia. “Corresponde ahora a las experiencias de reconciliación, no repetición y fortalecimiento de las políticas de la vida, la iniciativa de fortalecer los lazos de la nación olvidada, los «nadies», excluidos, marginados, trabajadores, estudiantes, jóvenes, mujeres, viejos, para recorrer la ruta planteada del decálogo del presidente Petro y Francia.

Tomarse como propio, el Decálogo anima a construir paulatinamente, con paciencia, sin exaltaciones, revanchas, ni desilusiones, las bases de un poder popular real, efectivo y eficaz. Una política de la vida, del amor, del vivir sabroso es producto de la entrega, la convicción ética y el cuidado propio y del otro humano”.

  1. Desafíos de Petro y su nuevo gobierno. El mayor desafío que tiene el próximo gobierno colombiano “es el de promover la paz, silenciar los fusiles, pero también, atacar las causas de la violencia armada como el hambre, la enorme desigualdad social y la garantía de derechos, que mucho tienen que ver con el abandono del Estado, el racismo, la plutocracia, la corrupción, el narcotráfico y el paramilitarismo que garantizan la producción y el envío de coca a Estados Unidos”.
  2. El modelo político de Petro. Se trata de ir “desandando el modelo neoliberal arraigado desde hace décadas en Colombia y para ello el nuevo gobierno propone como primeras medidas para enfrentar la pobreza, que afecta a más del 45 por ciento de la población de unos 50 millones de habitantes, una ley contra el hambre y una renta básica, que figuran en el programa del Pacto Histórico. Cuatro de cada diez colombianos pasa hambre, señalan las encuestas”. Un desafío para algunos, inalcanzables.
  3. Al otro lado de la frontera, Venezuela. “Si bien el presidente de la República Bolivariana, Nicolás Maduro Moros, no fue invitado a la ceremonia de asunción como último acto de hostigamiento del gobierno saliente, pocos días antes se reunieron en San Cristóbal, localidad venezolana próxima a la frontera, Carlos Faria, Ministro del Poder Popular para las relaciones exteriores de Venezuela y Álvaro Leyva, designado canciller del nuevo gobierno colombiano. En el cónclave, acordaron fortalecer una agenda de trabajo para la normalización gradual de relaciones binacionales y comenzar la recomposición de las interrumpidas relaciones bilaterales con el nombramiento de embajadores y funcionarios diplomáticos y consulares”.
  4. Pueblo, mucho pueblo. “Lleno de simbolismo fue el espacio que Petro dio a seis invitados de honor, personas del común en representación de los excluidos de Colombia, con quienes Petro había estado ya en el marco de su campaña. Entre ellos Arnulfo Muñoz, pescador artesanal del Tolima, Katherine Gil, líder juvenil del Chocó, Genoveva Palacios, vendedora ambulante de Quibdó y Kelly Garcés, la barrendera de una empresa de aseo, cuya resistencia al hostigamiento que sufrió por tener un volante del Pacto Histórico entre sus utensilios de labor. Rigoberto López, campesino de Caldas, y Jorge Iván Londoño, silletero de Medellín, completaron el cuadro”.
  5. Finalmente, a escasos días de su posesión, el presidente Gustavo Petro “ha cogido “el toro por los cuernos” y le metió el diente a la “cuestión militar” con mano de cirujano de alta precisión”. (ha hecho una barrida).

– “Las determinaciones tomadas con su Ministro de la Defensa, Iván Velásquez, están implicando un amplio remezón de la cúpula militar y policial, al tiempo que se formaliza la política de seguridad humana y la paz recupera su ruta perdida con el anuncio de la instalación de la Mesa de diálogos y acuerdos con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional en la Habana, Cuba”.

– “Sobre los cambios militares, el criterio del presidente Petro ha sido acoger las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, para depurar las cúpulas militares de oficiales. Nombrando nuevos comandantes militares y policiales sin antecedentes en atropellos y desfalcos de los recursos públicos en las compras militares de armamento, alimentos y dotaciones, algo bien difícil dada la degradación de los aparatos armados del Estado encuadrados en las doctrinas anticomunistas de la seguridad nacional, del enemigo interno y del mercado neoliberal como regulador del gasto de la defensa”.

– “El presidente excluyo 55 generales para conformar el nuevo cuadro directivo, militar y policial. Es la reestructuración más grande del generalato en la historia reciente del país. Lo que se quiere es una oficialidad que no esté manchada por la sangre de los humildes masacrados a mansalva y que no sean una gavilla de rateros. La cirugía petrista en la alta dirección militar, se dio con rapidez”.

Como es costumbre, esperemos los primeros cien días de gestión del presidente Gustavo Petro, y veremos cómo le va hasta entonces. Y ojalá, no nos decepcionemos, sino más bien que nos alegremos por sus logros y por el pueblo colombiano, que tiene tantas expectativas.

Colombia: fin a la larga noche de terror oligárquico y a la pesadilla neoliberal

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

En Colombia, después de 200 años de dominio oligárquico y de una esclavitud cuasi feudal para las grandes mayorías campesinas, indígenas y afrodescendientes, vamos a construir un capitalismo de verdad (ojalá democrático y no retrógrado y sanguinario), en una nación donde nunca terminó de llegar la modernidad, dijo anoche Gustavo Petro el victorioso candidato presidencial de los sectores populares, a la cabeza del Pacto Histórico y la izquierda democrática. Lo vamos a hacer, no porque amemos al capitalismo, sino porque es hora de dar ese paso hacia una democracia verdadera y salir de la estrecha visión colonialista de unas cuantas familias que ven a Colombia como algo de su exclusiva propiedad. Por ahí, las voces de una derecha totalitaria y fascistizante andan diciendo toda clase de mentiras para hacernos creer que, sin ellos, o si no nos sometemos a sus designios, el mundo se va a caer a pedazos, cuando son ellos los que se hundieron en el oprobio y la indignidad.

Los que nunca dijeron nada de las reiteradas masacres cometidas por la derecha uribista de Colombia en contra de los líderes sociales rurales y urbanos, campesinos, obreros, indígenas, estudiantes y afrodescendientes, a lo largo de las décadas más recientes, durante el pasado cambio de siglo, esos que actuaron como si Colombia no existiera, incluso algunos de ellos “autodenominándose” de izquierda o “progres”, vaya uno a saber, esos y otros de todo tamaño y pelaje vienen a poner el grito al cielo ante el indiscutible triunfo electoral del Pacto Electoral, con su fórmula que llevará a Gustavo Petro y Francia Márquez, a ocupar la presidencia de Colombia, en el Palacio de Nariño, a partir del próximo 7 de agosto. Lo más irónico de todo es que hablan de una democracia que jamás existió fuera de sus cabezas, pues no pasó de ser un negociado criminal en el que unas 10 o 15 familias se repartieron el poder, y se beneficiaron durante muchas décadas con el negocio de la guerra, el narcotráfico y la corrupción galopante en los negocios públicos y privados.

La malintencionada prensa, al servicio de los intereses más tenebrosos, de aquí y de allá, habla de Gustavo Petro como el exguerrillero que está a punto de llegar a la presidencia de Colombia, con una perversa intencionalidad que no logran ocultar, tal y como lo hace en su primera plana, de este lunes 20 de junio de 2022, el diario La Nación de San José de Costa Rica. Se cuidan muy bien de decir que eso ocurrió hace por lo menos treinta y cinco años, cuando el joven Gustavo Petro militó en las filas del M 19, una organización político-militar que se disolvió en 1990, después del asesinato de su candidato presidencial para las elecciones de aquel año, Carlos Pizarro, un ocurrido a finales de 1989.

Desde entonces los del M19, nacido para luchar contra el fraude electoral de 1970, unas elecciones en las que los del Frente Nacional (la oligarquía liberal y conservadora que se repartieron el gobierno durante treinta años, a partir de 1958) le robaron el triunfo al general Gustavo Rojas Pinilla, han sido baluartes de una precaria democracia que siempre ha estado bajo la amenaza del paramilitarismo de la ultraderecha, los falsos positivos del uribismo y de sus reiteradas masacres, un día sí y otro también, contra las mayorías populares en lucha. Además, los del M19, como partido político tuvieron una participación decisiva en la constituyente de 1991, en cuya Asamblea obtuvieron un tercio de los representantes, entre ellos Gustavo Petro, desde luego.

Lo más irónico de todo fue que, en 1953 frente al terror godo que sembraron los conservadores, Mariano Ospina y Laureano Gómez, dos sanguinarias fichas del fascismo colombiano, entre los años de 1946 y  1953, acarreando la pérdida de cientos de miles de vidas, otro sector de la oligarquía liberal y conservadora le pidió al general dar un golpe de estado para detener el baño de sangre, cuatro años después lo sacaron ellos mismos para repartirse el pastel y seguir jugando a una democracia que nunca fue. En resumen, según estos codiciosos oligarcas, el único dictador de Colombia, durante el siglo XX, fue el general Gustavo Rojas Pinilla y ellos fueron los impolutos demócratas, a otro perro con ese hueso dice un vejo dicho, la hipocresía y la maldad de estas gentes no conoce límites. Por favor abramos los ojos gentes de Colombia y de toda América Latina.

¡A la carga con Gaitan! Los valientes bogotanos gaitanistas lucharon en las calles junto con la policía liberal, y toda Colombia se alzó en armas aquel 9 de abril de 1948, cuando la vida de aquel hombre que fue Colombia y encarnó las esperanzas de todo un pueblo fue cegada por las balas de la oligarquía y el imperialismo. Mi recuerdo emocionado y sincero a las luchas de aquellas generaciones heroicas y a la memoria de los que dieron su vida enfrentando al terror oligárquico. Se necesitaron casi 75 años para enderezar el camino de la revolución colombiana, en un país que todavía no ha llegado a la modernidad ni ha alcanzado a ser capitalista siquiera, como dijo anoche Gustavo Petro en el discurso que mencionábamos al inicio de este texto… estamos en una nueva etapa de una lucha sin fin que apenas empieza, pero lo más importante es el respeto e implementación de los acuerdos de paz firmados, en el año 2015, entre las ahora disueltas FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos, que antecedió al de Iván Duque, el sanguinario presidente uribista que jamás respetó la letra de esos acuerdos, asesinando a más 200 exguerrilleros de las FARC que habían dejado las armas. Es la hora de la paz y de una democracia de verdad para todo el pueblo, el telón la mentira y la hipocresía ha caído. La comedia è finita.

Desplazados y terrorismo de Estado

Por Carlos Meneses Reyes

Eso de considerar que el gobierno de turno no preveía una escalada social de la protesta política en Colombia, incurriendo en des gobernabilidad, no es de por sí cierta; como quiera que obedece a la tozuda posición de la oligarquía colombiana, en su infinito poder de dominio, de no aceptar que los métodos de domesticación social aupadas con las prácticas sangrientas de Terrorismo de Estado aplicadas, desbordaron en ineficaces; demostrando cuan equivocadas están al pretender desconocer la fuerza arrolladora de un pueblo organizado.

En Colombia está proscrita la participación política directa y popular y por ende cualquier protesta publica es judicializada y calificada de “terrorista” dentro de la dictadura mediática de la guerra contrainsurgente y el “enemigo interno”. Con esa denominación justifican la existencia de un ejército que combate internamente a su mismo pueblo y que ha degenerado en un ejército de invasión, dada la aplicación de una doctrina militar y el adocenado y ya reiterativo comportamiento de unidades militares. La verdad de Perogrullo en Colombia es que las fuerzas militares aplican mano dura a la protesta política. Asocian la violencia desatada durante la protesta política y social, con sinónimo de vandalismo. Siempre argumentarán el libre tránsito de calles y vías; cuando precisamente en ese momento un grupo de ciudadanos y ciudadanas están haciendo un uso excepcionalmente soberano de las mismas; por ser ese el escenario natural de las protestas. Sabiéndolo de antemano, que no pueden judicializar como violento a todo aquel o aquella, que por múltiples y justificadas razones, ocultan su rostro: un ejercicio directo al derecho al habeas data, es decir, el derecho a la intimidad e identidad de la imagen; en momentos en que en Colombia el Terrorismo de Estado selectivo, continúa suministrando la información a fuerzas paramilitares y para estatales; cuando el dedo acusador contra la impunidad les hace variar de un comportamiento de ilegalidad y contra insurgencia a uno de supuesta legalidad. Que pese al maquillaje de las encuestas la institucionalidad policial en Colombia es sinónimo de temor, criminalidad y violación a los derechos humanos. Que una policía militar como la colombiana, aplica practicas militares.

Como resultado de la intensificación de la lucha armada en el país y en consecuencia, la generalización del conflicto armado interno en diversas áreas de la geografía colombiana; en este año de 2.021, se han multiplicado los desplazamientos de población campesina e indígena, hacia zonas urbanas. Ello obedece al favorecimiento de la expansión paramilitar en los territorios más altamente militarizados. Demostrado está que las zonas y áreas de influencia de las antiguas FARC, fueron copadas con efectivos militares. Debieron, pero no lo hicieron, aplicar los lineamentos de un Plan de Desmantelamiento de las Estructuras Paramilitares, tal como lo contemplaron los Acuerdos de La Habana, para lograr el ingrediente de la No Repetición. Pero esos Acuerdos no fueron implementados por la derecha militarista en el poder. Por el contrario, haciendo uso de una política contra insurgente, sembraron el campo de bandas criminales- las bacrim- y en cínica alianza de ayuda colaborativa, del elemento y recurso paramilitar, intensificaron los enfrentamientos de esas estructuras, con las fuerzas insurgentes, en tanto la oficialidad y el generalato “se lavan la cara” ante el incremento de masacres y asesinatos selectivos de líderes sociales.

El desplazamiento forzado afectó a 32.217 personas en 106 eventos masivos (Cohodes 2020.). En Nariño: 11.470 personas desplazadas, siendo la población afrodescendiente, la mayor afectada con número de 9.150 personas; mientras que 7.049 pertenecían a pueblos indígenas. Es el Pacifico colombiano, el de mayor número de personas desplazadas: 21.932. En Ituango un número superior a 5.000 desplazados, que se resisten a regresar a sus parcelas, por carencia de condiciones y permanencia de los enfrentamientos armados. Eso sí, sin cansar de repetirlo: son enfrentamientos y combates entre grupos paramilitares y las guerrillas insurgentes, sin pasar la hoja del sainete montado por la inteligencia militar y la política de contra insurgencia narco paramilitar en el poder, de ser enfrentamientos entre las distintas huestes insurgentes colombianas.

Para este año 2.021, la espiral de desplazamiento interno de población afectada por el conflicto armado es del 103%. Tanto en el Norte caribeño y el nororiente, en el sur del Departamento de Bolívar, en el occidente antioqueño y chocoano; en el la región occidental; el Arauca y el Catatumbo, el cuadro de afectación a los derechos humanos es dramático.

Hoy se está en una situación de desplazamientos y enfrentamientos armados, superior al previo escenario del proceso de terminación del conflicto armado con las antiguas insurgencias de las FARC-EP- que en modo alguno puede calificarse como un “proceso de paz”.

La permanencia narco paramilitar

La oligarquía militarista vende la idea que existe un “nuevo” paramilitarismo. Falso. Es el mismo paramilitarismo, develado, denunciado y condenado, el que actualmente funciona en Colombia. Siempre como recurso, imposible de prescindir, del ejército made in Usa, que opera en territorio colombiano. En la medida en que persiste el conflicto armado interno en Colombia, el para militarismo continua con soporte institucional, de terceros empresarios y vehículo del lavado de activos, tal cual es su naturaleza: un instrumento contra insurgente de dominación, control y miseria contra el pueblo colombiano.

El resultado de la no implementación de los Acuerdos de La Habana y el Teatro Colon, y la hechura en trizas de su contenido documentario, ha cumplido el interés de la derecha militarista: la intensificación del conflicto interno armado. Logrado que, en vez de unas FARC, existan “tres en una”. El fortalecimiento del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN); tanto por su inclaudicable consecuencia política, en una desgastante permanencia de sus negociadores plenipotenciarios en Cuba; como la no suplencia de la lucha armada en Colombia. Ello implica reiterar su vigencia, trayendo consigo el caracterizar como fuerza insurgente, a los antiguos reductos del Ejército Popular de Liberación (E.P.L), conforme a su sello de vocación de poder popular e insistencia de una salida política negociada al conflicto interno armado colombiano. De igual manera y así sea de soslayo, adelantar, que consecuencia a la no solución a los reclamos populares en la calle y el tratamiento contra insurgente dado a la protesta social en Colombia, ha traído, ello consigo, la inevitable irrupción de la guerrilla urbana en Colombia.

La opinión pública internacional ha asimilado esta constante de situación en Colombia. Comprendido que la llamada guerra contra los drogas, continúa siendo un instrumento imperial de domino geopolítico. Que la lucha contra el narcotráfico ha redundado en la instalación y perfil de un Narco Estado en Colombia; precisamente porque el negocio consiste en que el narcotráfico no se extinga y variantes como la legalización de la marihuana, se imponga.

Así le llamen eufemísticamente “cannabis” y su uso medicinal; está demostrado que solo la legalización universal de las drogas narcóticas es lo procedente y la sola legalización en un solo país, no ha traído solución definitiva al problema, de por si capitalista, como lo es el narcotráfico y su incidencia económica mundial.

Propio para el programa de matarife

La Confesión explícita del ex presidente innombrable, en el año de 2.006, en una entrevista en la W Radio, sobre la desmedida y concebida retórica presidencial, buscando desdibujar su activo papel paramilitar desde su paso por la Gobernación de Antioquia; el señalamiento en el número 82 como entre los 100 narcotraficantes buscados por la DEA; su confesión en esa entrevista difundida, de haber actuado armado, enmascarando o encubriendo actuación directa suya en operativo contra insurgente, de la fuerza pública contra un grupo de supuestos guerrilleros, que amenazaban la sagrada propiedad de sus tierras Ubérrimas, en Córdoba. Así aludido, trajo consigo, conforme a su relato, un golpe al Ejército Popular de Liberación (E.P.L), veinte años atrás; o sea hacia 1.986 y que, conforme a juristas populares, procede la acusación penal en su contra.

Esto, sumado a la distracción por las grandes contradicciones que generan sus acciones en las alturas del poder; ocultar el desgaste político que le ha representado su errada y asnal actitud frente al reclamo nacional de las Madres de Soacha y de reclamos de desaparecidos durante sus dos periodos de gobierno; perpetuando la dictadura civil de Terrorismo de Estado en Colombia; serían estos algunos del largo enunciado de situaciones que la desmedida escena de un ex presidente, fuera de sus cabales, denota.

Esa confesión paramilitar del innombrable y el mutismo del generalato de la época, se registró para entonces, en la entrevista a a él hecha, que publicaron los medios de alienación masiva (M.A.M). Demuestran su concepción paramilitar y de “justicia” por su propia mano. Relata como hace más de 20 años, con pistola en mano, participó en un operativo de la Fuerza pública (Policía y D.A.S) y se enfrentó a un grupo o cuadrilla de supuestos integrantes del Ejército Popular de Liberación (E.P.L.); obteniendo como resultado ocho bajas de los subversivos. Todo sucedió en predios de su Hacienda ganadera La Ubérrima en el Departamento de Córdoba, donde aún hoy afirman los uribeños: “todos somos paramilitares”.

(En Semana, Texto completo de la entrevista del presidente Uribe en la W Radio

3/12/2006): Dice: “Yo he tenido que enfrentar muchas situaciones de intento de secuestro a mí, a mi familia. Recuerdo que una vez casi me secuestran en el Ubérrimo, el EPL. Todo terminó porque yo mismo me armé, con una pistola, una escopeta y fui con la gente del DAS y de la Policía a enfrentar esos tipos, capturaron 8, ahí mismo fui donde los jueces de la República y les dije: espero que los traten con todo el respeto a los Derechos Humanos. Por ahí debe estar eso en los expedientes, como ha habido tanta leyenda de la oposición –me gustan estas entrevistas para poder enfrentar eso- y los tuvieron en la cárcel. Vino la amnistía al EPL, los soltaron y lo primero que hicieron fue que llegaron a la finca y se robaron 178 novillos”.

De manera que lo presento como propio para investigador, cuál fue la verdad sobre esa acción justiciera. Y lo traigo a colación, por encajar como anillo al dedo, a la vituperable practica de la “gente de bien” con camisas blancas, dispuestas a continuar actuando como sujetos de contra insurgencia en las ciudades.

La debacle del ministro de la Guerra

Carlos Meneses Reyes

Recrudecen los enfrentamientos y acciones militares por el conflicto armado interno. El discurso oficial, continúa vertiendo en un mismo recipiente, a los actores armados contra el Estado, al igual que organizaciones armadas al servicio del paramilitarismo y el narcotráfico. Como si no les incumbiera las denuncias y corrillos a soto voces, en las regiones, que esos grupos armados organizados (gaos), sirven a un plan contra insurgente gubernamental de la inteligencia militar. “Plata es lo que hay” expreso un generalote en El Catatumbo, para enfrentar a los del ELN con Los Rastrojos.

Cual tenebroso mensajero de guerra, Molano llegó a Ocaña a presidir un Consejo, desplazando a los Alcaldes, que constitucionalmente, son los responsables del orden público en los municipios y reseña cual caustica pócima, vertida en la herida abierta de la comunidad de las veredas de Labranza- -Oropoma, que al menos “uno” de los jóvenes campesinos, que se encontraban en el billar, masacrados por paramilitares motorizados, hacia parte del EPL. Esa expresión expresa el conocimiento de inteligencia militar anticipado, sobre seguimiento y desempeño de la población. Genera relación de causalidad, entre el saber y el actuar del grupo paramilitar, como canal de información para el accionar tenebroso de la masacre ocurrida. Así, “mostró la cédula” el Chulavita Ministro. Jamás se había producido tanta conmoción e indignación en la ciudadanía ocañera, y los efectos políticos de la masacre, están por sopesarse.

Oropoma, de asentamiento indígena Hacaritama precolombino. La Labranza, de idílico paisaje campesino, surcado por el parque nacional de Los Estoraques, tan cercana zona rural a Ocaña; habitada por gente sana y trabajadora; núcleo de familias de predominio étnico blanco, semillero de hijos que han aportado al arte y la cultura, cuyos paisajes plasmó en bellos cuadros su pintor Jairo Rincón, conocido como “Labranza”.

Los cinco mártires campesinos fueron identificados como Winston Prada Puentes, Heimer Ortiz Ballesteros, José Luis Vega Plata, Jesús Alberto Vega y Robinson Garay Barbosa, oriundos de la región.

Surgieron dificultades que aumentan el dolor de las victimas

Oficiosamente, los cinco cadáveres de los campesinos asesinados, fueron apresurada e inconsultamente trasladados a Cúcuta; siendo que la Unidad de Medicina Forense, Necrodactilia y Balística de la ciudad de Ocaña, está habilitada para ese cumplimiento legal. Pero resulta que con la masacre ocurrida, el Terrorismo de Estado siembra el miedo; pero más preocupación le genera al Establecimiento estatal, una respuesta del Movimiento Popular ocañero, que hubiera organizado un sepelio colectivo en la ciudad, desenmascarando la gravedad y crudeza del conflicto armado interno, en esa región.

Sepa, señor Molano, que usted por su función como administrador de las fuerzas armadas estatales, responde por la acción u omisión de sus dirigidos. Ese sábado 06 de marzo de 2021 a las 10 pm, llegaron al billar los motorizados asesinos. Hubieron de pasar en caravana por el frente de las instalaciones del Batallón Santander. Es la única carretera que une a Abrego con Ocaña, contando con unidades militares y estaciones policiales acantonadas en diversos sitos de control estratégico. Actuaron con total impunidad, saliendo hacia Ocaña, disparando tiros al aire, que se escuchaban en lo inmenso del lejano terreno. Es tan notoria en esa zona la claridad de la luna, que los oscuros son usted y sus dirigidos.

Queda demostrada la impunidad de la “seguridad democrática” del actual gobierno narco paramilitar, en malhadadas funciones.

Nueva masacre de niños en el Guaviare

Pero el estrenado Ministro Molano, también afronta otro escándalo por el bombardeo, el mismo día sábado dos de marzo, en la vereda Buenos Aires de Calamar, Guaviare; que hace recordar el pasaje en que el ex ministro Guillermo Botero se vio involucrado por la muerte de ocho niños y la afectación a más de 28 menores por bombardeo en el Caqueta, a un campamento de las Farc, a finales del año 2019. Quiso ocultar la masacre y luego afirmó que era “una operación licita hecha con toda rigurosidad”. El in suceso le costó el cargo y en premio a la impunidad el gobierno lo nombró embajador en Chile.

Teniendo conocimiento pleno de inteligencia militar que, en esa zona de jurisdicción de la base militar en Calamar, Guaviare, las citadas guerrillas vienen aumentando el alistamiento de menores de edad en sus filas, aprobó el bombardeo a ese campamento, dando como resultado la muerte de la menor, de 16 años Danna Lizeth Montilla, quedando heridos de gravedad dos niñas más menores de edad. Se conoce públicamente un listado de 14 heridos en la que se encuentra una niña de nueve años; un niño de 10 años; otro niño de 12 años; una niña y un niño de 13 años cada uno; otro niño de 14 años; cuatro niños de 16 años, de ambos sexos; un niño sin indicar la edad y dos jóvenes de 19 años; para un total de 14 víctimas. El locuaz ministro Molano manifestó que esos niños eran “Maquinas de Guerra”. El padre de la niña muerta en el bombardeo afirmó en declaraciones, que ella había salido a casa de familiares en búsqueda de la señal de Internet para hacer las tareas y se la entregaron desmembrada. Esa zona del Batallón del ejército en Calamar Guaviare, es tristemente recordada por haberse encontrado allí una de las fosas comunes más grandes en cuanto a falsos positivos, atribuidos precisamente a ese Batallón que hoy afecta a más de 14 niños para mostrarlos como una acción más de falsos positivos.

De la violación al derecho internacional humanitario

El calificativo dado por el ministro Molano a los niños de “Maquina de Guerra” hiere la sensibilidad nacional. Lamentable y triste que el ministro de la guerra no defienda a los niños de 9 a 16 años y los convierta y llame así. Indiscutiblemente este bombardeo en el Guaviare, representa una flagrante violación al Derecho Internacional Humanitario, que debe ser de conocimiento abordado por la jurisdicción internacional. La fuerza armada estatal, bajo la dirección del ministro Molano, violó el Principio de Distinción, que es fuente del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Violo el Estatuto Internacional del Menor y la prioridad universal del Interés del Menor, ante cualquier circunstancia. La esencia del principio de Distinción es primordial en la garantía a los civiles, en conflicto como el colombiano. De igual manera, el bombardeo en cuestión, es violatorio de los Principios Fundamentales de la Constitución Política de Colombia de 1991 (CP91); además de su artículo 44, in si tu: “Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás”.

En el Guaviare, los habitantes de las veredas Nueva Colombia, Cachicamo, y en general los habitantes de caseríos de Buenos Aires, vienen denunciando que son objeto de estigmatizaciones por parte de las tropas gubernamentales, de ser colaboradores de las guerrillas de las Farc; teniendo que afrontar a diario las amenazas de los grupos armados y paramilitares por el reclutamiento forzado de menores, que se ha generalizado en constante multiplicador. Entre tanto, la posición del actual gobierno del sub presidente Duque, sigue engañando a la opinión pública nacional e internacional, negando la existencia del conflicto interno armado en Colombia, en asonancia con el mandato imperial de agudizar la guerra contra las drogas y la permanencia de tropas extranjeras en el territorio patrio.

La entelequia de la no repetición

Por Carlos Meneses Reyes

 

La firma de los Acuerdos de La Habana entre el gobierno colombiano y las Farc-ep, enfila en la terminación del conflicto interno armado y la No repetición. Lo de No repetición no alude solo a que no se den masacres y/o asesinatos políticos, extrajudiciales etc. Este primordial aspecto no ha sido abordado en el contenido mismo de la expresión de su significado. Lo de No repetición pareciere ser solo enunciado formal de efecto de aceleración. Algo consecuencial al efecto del fin del conflicto armado. Lo de entelequia no lo asumo sobre la acepción de embuste o de engaño; como del análisis filosófico y político de una idea no realizable, inalcanzable.

Llamo generación de la violencia, a los nacidos durante la década de 1940. En Colombia alude a los gestados durante el desarrollo de la II Guerra Mundial y concebidos durante el magnicidio del caudillo Jorge Eliecer Gaitán. Esa generación fue la que dio la pauta del paso insurreccional de las guerrillas disidentes del sistema liberal-conservador, a las guerrillas de inspiración comunista, bajo la orientación ideológica del Partido Comunista Colombiano (PCC); la de creación y desarrollo de la escisión del movimiento comunista internacional en 1963, generador de los Partidos marxistas- Leninistas o ML(PCML) en clandestinidad y la Corriente Cubano-Guevarista, no marxista, si socialista y de fuerte influencia de la Teoría de la Liberación en Colombia.

Lo del paramiliatarismo

En particular en Colombia, por su posición geo-política estratégica- por decirlo de alguna manera- anidaron de manera caracterizada las diferentes formas de luchas de masas; circunscritas estas a las luchas de las masas en el plano político- legal y también a una forma de lucha de esas masas en el plano ilegal: la lucha armada, como expresión del derecho de los pueblos a la rebelión, a la insurrección contra un régimen expoliador. Aquí, la doctrina contrainsurgente la denominó “combinación de las formas de lucha” (quitándole lo de masas) y nada más improcedente e inconsecuente por estar totalmente caracterizadas tanto la una como la otra. Pero la respuesta del bloque de poder oligárquico en Colombia caló en sostener que toda forma de expresión de lucha de masas era guerrillera y/o insurreccional y bajo ese sambenito aplicaron la orgía sangrienta del terrorismo de estado. No solo la institucionalidad militar y policial, como el ejecutivo nacional, departamental y municipal estuvieron involucrados en ese experimento dantesco de sangre y desolación; como el aparato judicial bajo la escandalosa estadística de dejar impunes los crímenes de agentes estatales en un 82% y la zoo-especie de la clase politiquera colombiana, sin excepción alguna, para llegar a ser , lo que continúa siendo en Colombia: el paramilitarismo como un fenómeno estructural; es decir, institucional y permeable en la estructura estatal colombiana.

En el Comunicado Conjunto No. 75. Acuerdo Para el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo. Leído en La Habana, Cuba, el 22 de junio de 2016, textual:

Las delegaciones del Gobierno Nacional y de las FARC–EP informamos a la opinión pública que hemos llegado con éxito al Acuerdo para el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo; la Dejación de las armas; las garantías de seguridad y la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de Derechos Humanos, movimientos sociales o movimientos políticos, incluyendo las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz.

Hasta aquí todo iba bien, dice NARCISO ISA CONDE, prominente comunista dominicano y latinoamericano, hasta cuando las Farc-ep, aceptaron lo de la entrega de las armas. En esto tercia el guerrillero fariano, Gabriel Angel, con su artículo: “Las vías para la revolución y el socialismo aún siguen siendo exploradas”, en el que manifiesta que ya legalizados en el torrente legal las banderas populares de su organización política tendrán como faro constructor el socialismo en Colombia. Terciada la discusión, agrega: “No es que dejemos las armas habiendo paramilitarismo y terror, es que el Estado se obliga ante la comunidad mundial a extirparlo e impedir su renacimiento. No es irnos para la casa…Nuestro propósito es el de permanecer unidos, cohesionados como fuerza política y social, a la que el Estado tendrá que garantizar la vida y todos sus derechos tanto colectivos como individuales”. Por su parte el destacado periodista de Anncol, Joaquín Pérez, vilipendiado durante la horrible noche uribista, en su artículo, “Espacio del Pueblo Organizado”, agrega: “Según entiendo las Farc se movilizan políticamente después de firmado el Acuerdo Final y sus espacios trabajados durante 52años son para tal fin y algo así como punto de partida para su partido político en gestación. Para trasegar en la arena política sin armas lo mismo harían los dos partidos tradicionales habituados a usar FFMM y a sus paramilitares aún sin desmontarse”. Es decir, no como lo pregona la dictadura mediática en Colombia, no quedaran espacios en territorios de permanencia de las antiguas farc-ep, que sean copados por narco- paramilitares. Las farc-ep, como fuerza beligerante que fue, no se desmovilizará políticamente y aquí aparece un factor de ejercicio de democracia directa en esa regiones. Lo que está por venir en el desarrollo de esa actividad política romperá los paradigmas de ejercicio de la sociedad civil. Por ello, para la izquierda, lo de un constituyente soberano y popular no está archivado; continúa vigente.

A quien incumbe lo de no repetición

Pero en esto de la No repetición se impondrá la vigencia de lo acordado. Cómo tal está la aplicación de la buena fe, por parte de la insurgencia de las farc-ep. Todo indica, sin lugar a dudas la voluntad política, el empeño y decisión, sin tapujos, de la insurgencia de las farc-ep en cumplir con lo Acordado y garantizar lo de No repetición en cuanto a ello incumbe.

Se ha querido generar polémica en torno a que si se desmovilizaran las milicias de las farc-ep. En el texto del Acuerdo de Cese al fuego Bilateral, firmado en La Habana se lee: “El armamento de acompañamiento, granadas y municiones que ingresen a los campamentos, incluyendo las armas de las milicias, permanece en armerillos temporales bajo responsabilidad de las FARC-EP, hasta el día D+60 cuando serán almacenados en los contenedores dispuestos para este fin”.

Una noción de milicia

Por Milicias se entienden contingentes populares de tropas alistadas para la acción armada. La referencia histórica y de conformación de milicianos, alude a su creación durante la Guerra Civil española, por el denominado Ejército Popular Republicano. Mismos que inspiraron la creación de milicias populares durante el desarrollo de las invasiones nazi-fascistas, durante la Segunda Guerra Mundial, por la liberación de los países invadidos. Analistas indican que en desarrollo de la actividad político-militar de la organización revolucionaria las Farc-ep, se desarrolló trabajo político clandestino de formación del Partido Comunista Colombiano Clandestino, conocido como PC-3 y Milicias Bolivarianas, también clandestinas. A mi modesto entender esas dos funciones de trabajo político clandestino, sobre todo en las ciudades, funcionan independientes de las estructuras de redes urbanas de toda guerrilla en el mundo. Y como maestros tienen las farc-ep, a ellos corresponde la última palabra al respecto, para lo cual- se me ocurre- será el escenario de la Décima y Última Conferencia Guerrillera de las farc-ep, pronta a realizarse, la que asuma en definitiva sobre tan álgido tema. Importa si expresar al respecto que probablemente- en tanto permanezca la espada de Damocles sobre la cabeza de los dirigentes populares, sindicales y revolucionarios en Colombia, por la permanencia, activa o de omisión, del generador del fenómeno paramilitar, el trabajo político clandestino dentro del movimiento de masas y popular en Colombia, cobrará vigencia. La lucha política clandestina al seno de las masas populares, no está proscrita en Colombia, con el fin de las guerrillas o fin del conflicto armado interno en Colombia. El ejercicio del trabajo político, en las condiciones de Terrorismo de Estado existentes en Colombia se expresa en la concepción de clandestinos ante el enemigo narco paramilitar y amplios ante las masas. Esto implica, por ejemplo, que ante el extremismo de la derecha en Colombia, a las Juventudes Antifascistas, no las veremos haciendo fila para que les den un reconocimiento de personería jurídica. No porque sean rebeldes e insurrectos al desorden de cosas imperantes. Esto no admite tergiversaciones, hace parte del ejercicio del debate político y de la participación activa y directa de la sociedad civil, sobre todo durante el trecho que queda por recorrer con las otras dos insurgencias existentes en Colombia: la del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de espectro nacional y el Ejército Popular de Liberación (EPL) de presencia más local, para el fin definitivo del conflicto armado interno colombiano y fin de las guerrillas del escenario de la lucha política en Colombia.

Retomo al respecto cita leída: Manuel Marulanda pensó como Martí: «En silencio ha tenido que ser, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas». Lo complemento en el devenir del desarrollo histórico de la guerra de independencia colonial del imperio español. El papel de la francmasonería en su secretismo o clandestinidad, hoy, garantizó el anhelado triunfo de la primera liberación de nuestro pueblo y nación. El Estado colombiano, oligárquico y pro-imperialista, con su tradición de borrar con el codo lo que firma con la mano, no es garante de la No Repetición. El pueblo organizado, Sí.

 

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…Y ahora: ¿quién tiene a la periodista Hernández?

Carlos Meneses Reyes

 

La noticia de la desaparición de la periodista colombo-española Salud Hernández, en pleno Catatumbo, arrecia conmoción en la Provincia de Ocaña. Cómo nos duele OCAÑA. Cómo la indolencia del Estado colombiano permite que mientras en La Habana se finiquiten los borradores para la firma del Acuerdo Final (AF), entre los plenipotenciarios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Ejercito del pueblo (FARC-ep) y el Gobierno colombiano, el escenario de la guerra recrudece en El Catatumbo. Para la periodista Jinet Prietro en la región del Catatumbo el discurso de la paz se siente más como publicidad que como realidad.

Pero que hacia la periodista salud Hernández en el Catatumbo

Caracterizada por su posición ideo-política, La Enferma Hernández- así calificada por su posición enfermiza a oponerse a todo cuanto signifique solución política al conflicto interno colombiano- pareciere que cumpliere con un legado expreso de la extrema derecha hispanoamericana porque el mandato constitucional de la búsqueda de la paz, no se realice en Colombia. Una mujer de ese talante periodístico desde que llegó a Colombia traída por Francisco (el facho ) Santos ha demostrado la realidad del activismo político, en el periodismo, de extrema derecha. El diario de capital español El Tiempo, por intermedio de su director, expresa que estaba en una labor de recopilación de información sobre el cultivo de la coca y el narcotráfico en El Catatumbo y sobre lo cual presentaría algunas entregas. Inexplicable tal conmiseración, ante un fenómeno de por sí conocido, sobre el que se ha escrito ríos de tinta y en el que aparecen involucrados más de treinta y cinco mil hectáreas de cultivos de coca. A manera de comparación, la inconveniencia y desfase de ese trabajo, resulta parecido al trabajo de Natalia Springer, en cuanto aporte académico-jurídico de “procesamiento de datos en casos de crímenes excepcionales internacionales cometidos en el marco del conflicto” y que represento miles de millones de pesos a ella otorgados por el Fiscal Montealegre. Danza de corrupción clientelista denunciada por el Fiscal Delegado ante la Corte, Alejandro Ramelli y que permitió al jurista Carlos A Ruíz Socha, expresar que el Fiscal Montealegre, posando de justiciero dejó presentado un espurio expediente de “macroimputación” a la comandancia del ELN por supuestos cientos y miles de crímenes. Agregando ese abogado colombiano, Ph D en Derecho y Ex asesor de las FARC-EP en el actual proceso de paz de La Habana: “hay que ser un poco estúpido para no darse cuenta de cómo se busca presionar puerilmente al ELN para que acepte dócil someterse mediante esta minuta y suscribir por desesperación la cuestionada justicia especial para la paz”.

A manera de recuento, La Enferma Hernández, había entregado en material de “investigación periodística” en el bello sitio turístico de La Playa de Belén- Ocaña (a donde no llegan turistas por la guerra), un panorama re memorable de cómo quedó esa región ocañera luego de la supuesta muerte en combate de Víctor Navarro Serrano, alias Megateo (dirigente del EPL). La calificada periodista deja el sin sabor de la reserva mental al no expresar (así no le diere aceptación) la opinión de masa del campesinado de no credibilidad en esa muerte. La crónica inconclusa de un muerto en el que no existe cadáver. Más parecido a un falso positivo, en el que la policía (no cívica y si militar) de alta montaña- asume el operativo y la emblemática periodista determina que el mítico personaje voló en átomos. ¡Qué indignante! Revolcar la memoria del prócer Ricaurte, por parte, además de colombiana, de una súbdita del rey de España!

Que esta retención no represente más sacrificio para la provincia de Ocaña

El Presidente Santos, como comandante supremo de las fuerzas armadas colombianas ha ordenado celeridad y por su orden activado los protocolos de búsqueda de la periodista. Algo que en el argot represivo significa pleno poder a la “autoridad” militar en la que más afectada es la población campesina e inminente la violación de los derechos humanos y ecológicos en esa región.

Wilfredo Cañizares, representante de la Fundación Progresar, una de las ONG con más credibilidad en el Norte de Santander, expresa que en el Alto Catatumbo, desde el 1º de enero de este año hasta el 16 de abril, han ocurrido 27 asesinatos, fuera de combate. Una mujer, Nelly Amaya, fue asesinada al frente de su casa, porque era allegada a policías y militares. Desde hace más de seis meses se encuentra desaparecido el líder agrario Henry Pérez, presidente de las juntas de acción comunal en la zona. También registra amenazas contra 12 líderes más. “Les llegó un aviso diciendo que tenían un día para irse y se fueron”.

Durante los días en que la periodista Hernández visitaba El Tarra, asesinaron a un campesino de apellido Pérez Contreras (23 años). Los jóvenes Javier Navarro Chinchilla y Cristian David Ropero Rincón de 20 y 21 años, desaparecieron del casco urbano, lo cual motivó movilización de más de quinientas personas, lográndose la liberación o aparición de esos dos jóvenes…Ante ese panorama trágico, el ELN había negado el secuestro (el pasado 20 de abril) de la abogada ocañera Melissa Trillos y el líder comunal Henry Pérez. La abogada, apareció misteriosamente junto a un desconocido para ella, en jurisdicción de Guamalito-Convención. El Presidente Santos trinó que el desconocido era del ELN y con tan precipitada aseveración, tendió un manto de duda sobre la situación y destino de Henry Pérez.

La verdadera situación del Catatumbo

Huelga resaltar un panegírico al respecto y los niveles de lucha alcanzados del campesinado catatumbero, pese a la atroz aplicación del terrorismo de estado expresado en la horrible noche del paramilitarismo. Nunca se ha silenciado ni la voz ni el trueno, ni menguado el relámpago del Faro del Catatumbo. En modo alguno la irrupción armada pretendió sustituir al Estado. Afirman los entendidos que fue el abandono del Estado la causa objetiva de esa irrupción guerrillera. De manera que no es cierto que el Catatumbo “ha quedado en manos de guerrilleros”. Lo de republiquitas independientes fue una contraofensiva militar desde el Plan Laso (1964) y hasta entonces (Plan Colombia). Y que el Catatumbo ha quedado en manos de paramilitares – narcotraficantes disfrazados de guerrilla y toda una gama de delincuentes”; tampoco es cierto, en la medida en que la guerra sucia contrainsurgente anidó en sus parajes y montañas bajo la institucionalidad político militar del Estado. Jamás la capacidad económica de un Megateo pudo desplazar la capacidad de un ejército y su doctrina militar de un verdadero estado dentro del estado, ni de la autoridad civil institucional, bajo una doctrina del “enemigo interno” y que ha permitido el imperio de la delincuencia común y organizada por el desmonte e inaplicabilidad del Estado de Derecho. Ello significa: Total Violación de los Derechos Humanos!

Pero a todas luces prioriza la vida de la periodista Hernández. La insurgencia en Colombia ha demostrado la prioridad por la vida. La extrema derecha militarista y guerrerista aúlla con el fascista Viva la Muerte!

Con relación a Hennry Pérez el ELN anunció: “estamos en total disposición de contribuir a las investigaciones que conduzcan al esclarecimiento de la situación y el retorno con la vida del dirigente”. Pues sea está también una oportunidad política para que el Ejército Popular de Liberación –EPL, en consonancia, se pronunciara respecto a la retención o desaparecimiento de la controvertida periodista, que es noticia de efecto nacional e internacional.

 

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Impunidad y Paramilitarismo en Honduras

Marlin Ávila

 

Un ciudadano se encuentra por casualidad con otros dos desconocidos en un supermercado a quienes les expresa su preocupación por la inseguridad que se vive a diario en Honduras. Los otros dos interlocutores que son amigos entre sí, le expresan que esta inseguridad se va a resolver pronto, puesto que ya hay una organización (clandestina) que va a “cazar a los mareros”, tal y como ocurrió durante el gobierno de Ricardo Maduro. “¿Recuerda usted cuando se quemó el presidio de La Ceiba?” Le preguntaron, sin esperar respuesta continuaron. “Ricardo Maduro casi acabó con las maras”.

El primer ciudadano les respondió a modo de saber cómo pensaban sus dos interlocutores: “Pero en ese afán pueden asesinar a muchos jóvenes inocentes” A lo que le respondieron con actitud de mucha seguridad: “No, ellos (los paramilitares) se cercioran bien y estudian quienes son los mareros.” Este primer ciudadano quedó más preocupado después de esta corta conversación, puesto que podría estar ante los mismos paramilitares.

Según Wikipedia: Paramilitar o paramilitarismo, se refiere a organizaciones particulares que tienen una estructura, entrenamiento, subcultura y (a menudo) una función igual a las de un ejército, pero que no forman parte de manera formal a las fuerzas militares de un Estado. Las organizaciones paramilitares, sirven a los intereses del Estado, o grupos de poder en él enquistados, y generalmente están fuera de la ley. Dentro de sus miembros pueden estar fuerzas policiales, militares, mercenarios e integrantes de escuadrones de asalto o grupos de seguridad privados.

A finales de abril se distribuyó por las redes electrónicas, un comunicado supuestamente de un grupo de paramilitares, asegurando y declarando la guerra a las maras en este país, advirtiendo que a partir del 5 de mayo van a asesinar a miembros de las maras.

Esto hubiese sido motivo de asombro y preocupación, además de medidas concretas de control y persecución del gobierno, si hubiese sucedido en un país como Nicaragua, Costa Rica, Panamá o República Dominicana. Sin embargo, en Honduras se tomó como algo que no alteraría el modus vivendi actual de esta sociedad, percudida de asesinatos en masa y selectivos desde el golpe de Estado el 28 de junio de 2009, con un 95% sin enjuiciar, o en la impunidad. Desde hace varios años se dice, y hasta se grita, sobre la existencia de paramilitarismo en Honduras, sin que los gobernantes demuestren algún grado de preocupación y la toma de medidas para su desmantelamiento. Al contrario, reprimen al quien lo denuncie. Los mismos medios más grandes se mandan al silencio.

Pero tampoco es un fenómeno de los últimos siete años. Como le dijeron los dos caballeros al ciudadano con que se encontraron recientemente “En el período del gobierno de Ricardo Maduro casi se acabó con las maras” (2002-2006). Mucho se dice en los cafés que el Ex Presidente Maduro procuró acabar con las maras porque un marero le asesinó a uno de sus hijos. Esto se ejecutó con paramilitares. También se dice, cada vez con voz más fuerte que el ahora diputado Oscar Álvarez, es uno de los organizadores y líder de los grupos paramilitares. Algo que las autoridades correspondientes (MP) debieron investigar de oficio. Pero sigue en rumores lo que puede producir más daño si las autoridades no cumplen su deber de investigar y acusar ante los juzgados correspondientes.

También ha habido hechos criminales de lesa humanidad que se han quedado sin una explicación creíble, no se ha tenido una investigación científica a fondo, y pareciera que, exceptuando a sus familiares, nadie está interesado en saber quiénes causaron los crímenes. El pueblo hondureño ha aprendido a quedarse con el rumor y ha aceptado un estado de impunidad sin que se haga justicia dado que parecen aceptar que “tienen el gobierno que se merecen”.

Los asesinatos en masa o, limpieza social en masa, ocurrieron sin que pasara nada más que el dolor familiar. El 5 de abril de 2003, en la granja penal de El Porvenir, La Ceiba, ocurrió lo que el Rev. Ismael Moreno, SJ, calificó de “La carnicería humana en el penal El Porvenir”. Además denunció “otros asesinatos en serie de jóvenes mareros (que) permiten sospechar de una campaña nacional de “limpieza social” impulsada por sectores empresariales con la tolerancia o la complicidad de autoridades del gobierno”. La noticia era que en menos de una hora 69 muertos y 39 heridos yacían ensangrentados en las instalaciones carcelarias. Sesenta y uno de los muertos eran jóvenes de la Mara 18, cinco eran reos comunes no pertenecientes a maras y tres eran mujeres que visitaban a sus presos, una de ellas menor de edad.

Exactamente un año después, mayo de 2004, se da la muerte de 104 reos al incendiarse la prisión en San Pedro Sula. Otros 27 prisioneros resultaron heridos. El incendio se declaró hacia la 1.30 (hora local). La sociedad parecía haber aceptado la escusa oficial de que el incendio había sido causado por un cortocircuito.

Otra de las tragedias en presidios fue la de la Granja Penal de Comayagua, en febrero de 2012, donde hubo 359 muertos. Un comentario fue que “lo único cierto es que los guardias y el director de la prisión no hicieron nada para impedir que los reos se quemaran vivos. “Se dio esa orden”, dice uno de los custodios.” Esta vez, el enfoque del crimen no pareciera haber sido a las maras, pero a otros grupos o personas “indeseables” por quienes tenían el poder en ese momento.

Esta técnica de juntar a las víctimas en un solo sitio para luego eliminarles, es efectiva, puesto que permite ligeras explicaciones falsas de las causales y ocurren en un promedio de una hora, evitando los procesos de violación a los derechos humanos. Además de las centenas de jóvenes asesinados en otras formas, más de 50 mil en los últimos siete años, están estas 173 personas asesinadas, más unas 60 personas heridas. Si sumamos a los de Comayagua, estaremos llegando a 532 muertes, utilizando la técnica de juntarles en un sitio encerrado y luego incinerarles.

Esto nos hace comprender por qué el anuncio de un nuevo grupo de paramilitares no ha hecho meya en nuestra temerosa y sometida sociedad. Para la ciudadanía viene a ser “más de lo mismo”.

La institucionalidad nacional está desprestigiada, hay ausencia significante de credibilidad. Ahora está a prueba la OEA con la presencia de la MACCIH. Y se pone a prueba la ONU, al enviar al Relator Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Christof Heyns, quien se encuentra ahora en Honduras, para evaluar el nivel de protección del derecho a la vida en el país, donde la tasa de homicidio se encuentra a menudo entre las más elevadas del mundo, y es más de 10 veces mayor que el promedio mundial. (criterio.hn)

Si la Comunidad Internacional nos falla, perderemos las últimas esperanzas que hay, quedando como opción, para quienes logran abandonar el país, salir de este sangriento país, como ahora sucede en Siria y Libia, o quedarse para buscar otros medios mucho más arriesgados de sobrevivencia.

 

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