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Etiqueta: Paz

V Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO – aplazamiento

Declaración del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional

APLAZAMIENTO para los días 25 al 28 de enero del 2022

El Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional, tras una consulta con todos sus miembros, ha tomado la decisión de aplazar para los días 25 al 28 de enero del año 2022 la V Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO, que originalmente estaba prevista para el próximo 2021.

Los integrantes del Consejo Mundial reconocemos que el desastre provocado por la Pandemia del COVID-19 ha puesto de manifiesto muy claramente la necesidad de trabajar por el equilibrio del mundo, la colaboración y la solidaridad internacionales, la equidad, el desarrollo sostenible, justicia social y la paz, lo que hace más oportuna que nunca antes la celebración de este cónclave que tiene el coauspicio de la UNESCO, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y otras muchas instituciones. No obstante –vista la situación y las condiciones que prevalecen en la actualidad en la mayoría de los países, agobiados por una profunda crisis sanitaria, económica y social- un análisis frío y realista conduce necesariamente a la necesidad de aplazar un año la cita.

Esto permitirá contar con más tiempo para favorecer la asistencia al evento de muchísimos académicos, profesores e investigadores, promotores culturales, activistas sociales, representantes de partidos políticos, de organizaciones no gubernamentales y de otras instituciones de la sociedad civil, de todas partes del mundo, que han manifestado su interés en participar en este foro internacional, plural y humanista, que se realiza en La Habana, cada dos años en homenaje al gran pensador cubano, latinoamericano y universal José Martí.

Este evento internacional se efectuará en La Habana, Cuba. Salvo el cambio de fecha (ahora sería del 25 al 28 de enero del 2022), la convocatoria que oportunamente se libró para este evento mundial mantiene total vigencia.

La V Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO tiene carácter plural y multidisciplinario, tiene el propósito de darle continuidad al Congreso Mundial de Humanidades efectuado en el 2017 en Lieja, Bélgica, y, entre otros temas cardinales abordará la importancia del diálogo y la diversidad cultural, el papel y los desafíos de los movimientos sociales, la lucha por la paz y el desarme nuclear, los riesgos y esperanzas de las nuevas tecnologías de la información, los ecosistemas y la necesidad de su preservación, las políticas culturales y la identidad nacional, el multilateralismo como mecanismo indispensable para el equilibrio mundial, las artes y las letras en la formación de una cultura de resistencia, el desarrollo sostenible y la equidad social, la educación y los derechos humanos en el siglo XXI, el combate contra la discriminación racial y por la igualdad de género, la diversidad religiosa, el ecumenismo y la espiritualidad, el problema global del narcotráfico, el papel actual de la juventud en los procesos de cambio, la construcción de una democracia participativa, y los aportes del pensamiento latinoamericano, desde Simón Bolívar y José Martí hasta nuestros días.

En correspondencia con la actual crisis mundial, hemos propuesto al Comité Organizador de esta V Conferencia Internacional, añadir en la agenda de discusión un nuevo punto que, de manera general, se ha titulado “Experiencias derivadas de la Pandemia del COVID-19”.

El propio Comité Organizador nos ha pedido dar a conocer que todas aquellas personas que ya se habían inscripto en el sitio web del evento (http://www.porelequilibriodel mundocuba.com) como ponentes o con el estatus de participantes en dicho cónclave mantienen todos sus derechos.

Llamamos a todas las personas de buena voluntad (intelectuales, educadores, artistas, escritores, periodistas, activistas sociales, miembros de organizaciones no gubernamentales, políticas, feministas, campesinas, juveniles y estudiantiles, sindicales, religiosas, científicas, ambientalistas…) a esforzarse por participar en este foro de pensamiento plural y multidisciplinario, a fin de convertirlo en un escenario para contribuir a sensibilizar a la opinión pública mundial en torno a la necesidad de crear una conciencia tangible contra los males que hoy aquejan a la Humanidad y ponen en riesgo la propia existencia de nuestra especie.

15 de julio del 2020
Consejo Mundial del
Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional

Integrantes del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional:

Federico Mayor Zaragoza (España), ex director general de la UNESCO; presidente de la Fundación Cultura de Paz.
Adolfo Pérez Esquivel (Argentina), Premio Nobel de la Paz; destacado activista por los Derechos Humanos.
Ignacio Ramonet (Francia), analista internacional, escritor y periodista francés.
Frei Betto (Brasil), teólogo e intelectual; Premio Internacional José Martí UNESCO/2012
Carlos Bojórquez Urzáiz (México), intelectual, investigador y profesor; responsable del Consejo Científico de la Universidad José Martí de Latinoamérica, sede en Mérida, Yucatán.
Atilio Borón (Argentina), sociólogo y analista político; Premio Internacional José Martí UNESCO/2009.
Vittorio Di Cagno (Italia), jurista; Presidente de Honor de la Comisión Internacional de la Unión del Notariado Latino.
Miguel Ángel Candanedo (Panamá), filósofo, director de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Panamá.
Guillermo Castro Herrera (Panamá), especialista en estudios ambientales; Asesor de la Fundación Ciudad del Saber, Panamá.
Paul Estrade (Francia), Profesor Emérito de la Universidad de París VIII; Ex Presidente del Centro de Historia de las Antillas Hispánicas y de la Sociedad de amistad Francia-Cuba.
Pablo Guayasamín (Ecuador), Presidente Fundación Guayasamín.
Pablo González Casanova (México), intelectual; Ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Jean Lamore (Francia), profesor adjunto en la Universidad de Burdeos, Francia.
Luigi Lombardi Vallauri (Italia), destacado jurista y profesor.
Juan Marchena Fernández (España), profesor latinoamericanista y Coordinador del Centro de Estudios Avanzados para América Latina y el Caribe, Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, España.
Mario Alberto Nájera Espinoza (México), filósofo, profesor en la Universidad de Guadalajara, México; y Coordinador de la Red Internacional de Cátedras Martianas.
Raúl Pérez Torres (Ecuador), prestigioso escritor.
Max Puig (República Dominicana), intelectual y político; Ex Secretario de Estado de Trabajo de la República Dominicana.
Tony Raful (República Dominicana), poeta e historiador; Ex Secretario de Estado de Cultura de la República Dominicana.
Pedro Pablo Rodríguez López (Cuba), investigador titular del Centro de Estudios Martianos; Premio Nacional de Historia y de Ciencias Sociales de Cuba.
Luis Gomes Soromenho (Portugal), profesor universitario, economista y político.
Emilio Lambiase (Italia), profesor y activista social.
Francisco Galindo (España), promotor cultural y profesor adjunto de la Universidad Complutense de Madrid, España.
Alicia Kirchner (Argentina), activista social y política; Ex Presidenta del Comité Intergubernamental del Programa MOST de la UNESCO.
Chung Kyung Won (Corea del Sur), catedrático en la Universidad de HANKUK; presidente del Instituto de Estudios Latinoamericanos de esa institución de Seúl, Corea del Sur.
José Antonio Ruz Hernández (México), Rector de la Universidad Autónoma del Carmen, México.
Vivian Auffant (Puerto Rico), catedrática del Departamento de Literatura y Español de la Facultad de Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico.
Jorge Cuellar Montoya (México), Rector de la Universidad José Martí de Latinoamérica, de Monterrey, México.
Eduardo Torres Cuevas (Cuba), historiador; Director de la Oficina del Programa Martiano y Presidente de la Sociedad Cultural José Martí, Cuba
Francisco Beltrán Lloris (España), profesor de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza, España.
Guillermo Daniel Ortega Reyes (Nicaragua), parlamentario; secretario de la Comisión de Relaciones Internacionales del Parlamento Centroamericano.
Marjorie Jiménez Castro (Costa Rica), profesora de Filología y Lingüística en la Universidad de Costa Rica.
Peter Koenig (Suiza), economista y analista geopolítico.
Héctor Hernández Pardo (Cuba), profesor universitario; Coordinador Ejecutivo del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional.

 

*Imagen de cabecera: Clausura de la IV Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO

Golpe de timón

Alejandra Espinoza

Les cuento amigos que ayer di un golpe de timón a “Ale” (mi barco se salía de rumbo, me di cuenta porque me empezaba a costar dormir).

Después de auto analizarme decidí hacer unos pequeños cambios que se los comparto porque el budismo afirma que “para que un propósito se vuelva un compromiso, debe de auto definirse y compartirse en un entorno seguro.”

Así que les cuento:

Decidí no ver todo lo que sale sobre la pandemia, me roba la paz. (no me voy a informar por canales sensacionalistas, pondré el informe oficial en el canal 13).

También leí que el ejercicio hace descansar, entonces voy a pasar mi rutina para la noche antes de una bebida caliente y una relajante ducha.

Trabajaré lo que pueda y como pueda sin auto presión, la idea es dar lo mejor de forma responsable para el entorno y segura para mí. “El primer objetivo en pandemia no es solo sobrevivir”.

Jamás perderé de vista que hay personas fuera de mi entorno que la están pasando mal, esta es época de ayudar (empezando por la gente más cercana) e ir abriendo el círculo hasta donde alcancen los abrazos.

La Asociación Mundial de Psicólogos califica a “las redes sociales, el wassap y el televisor como la nueva compulsión del siglo 21” y las voy a tratar como eso, al igual que el café deben de dosificarse.

Hay tantas cosas tan bellas que disfrutar y que aprender en internet que edifican, dan paz y colaboran con el entorno que es una lástima perder 15 minutos leyendo o escuchando tonterías.

Dicen nuestros hijos que uno es el reflejo de las 5 personas más cercanas en tu vida, la verdad por eso me encanta compartir con ciertos grupos, a partir de hoy no tengo tiempo para discusiones que no llevan a nada, es mucho más edificante una acción concreta por pequeña que sea que un discurso bien argumentado pero que no lleva a ningún puerto y lo que es peor que guarda dentro de sí intereses personalistas o políticos.

El Covid 19 nos está dando una lección de vida, se contagia el mendigo y el “rey” el habitante de las favelas y el presidente, el idealista y el dictador, es época de equilibrio, de familia, de amistad, de dar gracias, amar, crear, escribir, apoyar, cantar y al igual que en todas las travesías siempre es importante estar revisando el rumbo.

Esquipulas o la paz regional que nunca se construyó

Rogelio Cedeño Castro (*)

La frase tantas, veces repetida por Óscar Arias Sánchez, de que durante el conflicto armado centroamericano de los años setenta y ochenta del siglo anterior, los centroamericanos ponían los muertos y las superpotencias ponían las armas, no es más que un lugar común o verdad a medias cuyos alcances convendría examinar, con especial cuidado y atención. Aquel no fue simplemente un conflicto más de la no tan fría guerra que libraron la URSS y los EUA, a lo largo de varias décadas; más bien, cabe destacar que las causas de ese conflicto fueron endógenas y será, desde ese ángulo que intentaremos reflexionar sobre lo ocurrido, durante el cuarto de siglo transcurrido desde que empezaron a ponerse en ejecución los acuerdos de Esquipulas.

El mero hecho del cese del fuego, con el que se pretende muchas veces poner fin a un largo y cruento conflicto bélico, dentro de una determinada área continental, no puede ser confundido con la construcción de una paz positiva y duradera, basada en la superación de las causas profundas que le dieron origen, a partir de acuerdos cuya materialización debe conducir a profundas transformaciones sociales, políticas y económicas dentro de las sociedades y naciones donde han tenido lugar los enfrentamientos armados. Ese y no otro es el caso de la escalada de los enfrentamientos armados que tuvo lugar en el istmo centroamericano, a lo largo de varias décadas, como consecuencia de los graves problemas de legitimidad del poder de las elites regionales, originados en la crisis profunda de las formas tradicionales de la dominación, la que se puso de manifiesto a partir de las crecientes demandas de participación democrática efectiva y de una redistribución de la riqueza, el conocimiento y el poder, las que fueron cobrando presencia e intensidad crecientes, a lo largo de las primeras décadas del siglo XX, en la conciencia y en el actuar de las grandes mayorías centroamericanas.

Debido lo anterior, puede afirmarse que los acuerdos de paz de Esquipulas, Guatemala firmados hace veinticinco años, en el mes de agosto de 1987, no trajeron la paz a la región centroamericana, puesto que de lo que se trató de la ejecución del plan maestro de una contrarrevolución blanda (ver nuestro libro La desmovilización militar en América Central. Dice Libro Editores San José Costa Rica 2008), ejecutado a contrapelo de la fórmula reaganiana de intervención militar directa de la armada estadounidense en todo el istmo, todo un plan político a partir de cuya paulatina materialización quedaron a salvo los intereses de las oligarquías centroamericanas, a pesar de algunos cambios cosméticos en las formas políticas de la dominación. De esta manera, se pasó de la era de las dictaduras militares y las formas más groseras de la dominación tradicional a unas democracias de baja intensidad, a las que calificamos de esa manera, empleando una especie de paráfrasis de las guerras de baja intensidad (Low intensity conflct) promovidas por el Pentágono Estadounidense, durante la década de los ochenta y noventa. Es decir, democracias formales, con periódicas consultas electorales, pero con la condición de que, a partir de sus resultados numéricos, no se vieran afectados los intereses de las viejas élites regionales, las que salieron fortalecidas y parcialmente relegitimadas, al ponerse fin a los enfrentamientos armados en el transcurso de la década de los 1990.

El incumplimiento constante y reiterado de los acuerdos de paz en materia de derechos humanos, en su dimensión política, para no hablar de los de carácter económico y social que tienen sumida a la región en la violencia y la miseria más degradantes y extendidas, fueron una parte esencial de esa gran mentira que buscaba no sólo mantener intacto del statu quo regional, sino que a acentuar las políticas neoliberales en beneficio de ciertos intereses locales y con preferencia, en beneficio de algunas empresas transnacionales, lanzadas al saqueo de los recursos naturales. La impunidad para los criminales de guerra, en su mayoría integrantes de las fuerzas armadas de cada país y de algunos cuerpos paramilitares fue la nota dominante, a lo largo de las más de dos décadas transcurridas desde el inicio de la materialización del llamado plan de paz regional, habiendo sido llevados a juicio sólo unos pocos de los responsables. El reciente golpe empresarial-militar en Honduras, del mes junio de 2009, ejecutado en uno de los países más violentos del mundo, lugar que disputaba con El Salvador, no ha sido otra cosa que una exacerbación de las mismas políticas sociales y económicas, impulsadas por quienes consideran que ellos ganaron -por así decirlo- el conflicto armado, fue el inicio de una grave sucesión de eventos, caracterizados por su secuela de asesinatos sistemáticos de dirigentes populares, periodistas y funcionarios del derrocado gobierno del presidente Manuel Zelaya , todo ello dentro de la misma visión totalitaria de las derechas regionales y de la administración estadounidense de los Obama-Clinton, en su afán de recuperar el control de su patio trasero que se ha visto reducido, en cierta medida, en algunos países situados el sur del continente.

La otra cara de esta contrarrevolución blanda, hábilmente impulsada y ejecutada por la figura más relevante del régimen de la dictadura en democracia, a quien por estos días de conmemoración de los Acuerdos de Esquipulas, Guatemala, del mes de agosto de 1987, se ha pretendido canonizar por parte de algunos de sus más notables corifeos, ha sido la ejecución de los planes del Consenso de Washington con su acelerada destrucción regional del Estado de Bienestar Social o Welfare State. Todo ello con el propósito de hacer retornar a las mayorías centroamericanas, obreras y campesinas, por no decir incluso a muchos sectores empresariales, a las condiciones de vida de por lo menos un siglo hacia atrás, en vísperas de lo conoce ahora como la Primera Guerra Mundial (1914-1918), sin organizaciones sindicales, seguridad social, prestaciones, pago de riesgos del trabajo y otras conquistas sociales no menos importantes por las que hubo que luchar hasta con pérdida de vidas, de manera heroica y tenaz, a lo largo de las primeras décadas del siglo anterior.

El plan de paz de Óscar Arias Sánchez, para el caso de Costa Rica, una nación que tuvo participación indirecta en el conflicto armado fue apenas una fachada para la intensificación de las políticas neoliberales, con estrategias de mediano y largo plazo para acabar con instituciones como la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). Durante ese período se bajó el aporte del estado a la caja del seguro social del 3.25 al 0.25 y se comenzó a pagar esa mermada aportación en bonos, de baja denominación y redimibles hasta por períodos de quince años (Ver el libro de Luis Alberto Jaén Martínez El gran asalto del PLUSC al seguro social San José Costa Rica 2011), de ahí en adelante la estrategia de la contrarrevolución blanda, caracterizada por el saqueo de los fondos públicos y su mala administración, se basó en la negativa a comprar equipos médicos para favorecer la contratación de servicios con las clínicas privadas (católica y bíblica que empezaron a crecer de manera monstruosa, como un buen negocio para los integrantes de las elites del poder en Costa Rica), las compras irregulares y fraudulentas (préstamo español y finlandés, a comienzos de la primera década del nuevo siglo) y un deterioro generalizado de los servicios públicos de salud, dentro de lo que constituye otra forma de la guerra contra el enemigo interno , dicho de otro modo la población o los habitantes del propio país. La destrucción sistemática del ICE, a partir de proyectos como el Combo Energético del ICE del año 2000 o la reciente apertura en el campo de las telecomunicaciones, ejecutada a partir de la mal llamada agenda de implementación del Tratado de Libre comercio con los Estados Unidos (TLC-CAEU-RD), también fueron parte de estas estrategias de la contrarrevolución blanda, dentro de su rostro social y económico, el que convendría analizar y estudiar con detenimiento.

Tal y como habíamos señalado en nuestro libro La desmovilización militar en América Central, al que habíamos hecho mención supra, las presuntas políticas de paz llevadas a cabo en el istmo marcharon a contrapelo de lo que había indicado el economista inglés John Maynard Keynes , integrante de la delegación de Inglaterra en la conferencia de paz de Versalles de 1919-1920, en relación con la reconstrucción del tejido social europeo después del primer conflicto bélico, a escala mundial, cosa que no de no hacerse (tal y como ocurrió) llevaría a otro conflagración armada, al condenar a Alemania y Austria al pago de indemnizaciones de guerra a los vencedores. Las políticas económicas y sociales de shock, en el mejor estilo del neoliberal /neoconservador Consenso de Washington, no fueron otra cosa que la continuación de la guerra por otros medios, sólo que, en contra de los vencidos, en este caso las grandes mayorías empobrecidas que habitan en el istmo centroamericano, lo que ha traído una exacerbación de otras expresiones de la violencia en la región, articuladas en las maras y toda clase de organizaciones del crimen organizado. En síntesis, el engaño de una paz que nunca fue otra cosa que un espectáculo para la platea de incautos, en ciertos casos o de interesados cortesanos, en otros.

(*) Catedrático de la UNA.

Parque de la Paz, Panabaj, Santiago Atitlán, Guatemala.

La unión es el cambio: paz, economía y pandemia – Grupo de Puebla

Encuentro virtual realizado el 15 de mayo de 2020
GRUPO DE PUEBLA Y LÍDERES DEL PROGRESISMO DE COLOMBIA

Nosotras y nosotros, ciudadanas y ciudadanos libres, como miembros del Grupo de Puebla, espacio de concertación política, expresión de las singularidades emblemáticas y foro de voces diversas consideramos que, no se puede pasar por alto la crisis generalizada como resultado de la pandemia global de COVID-19. Recordamos, en ese sentido, que la CEPAL calcula que, en 2020, América Latina verá una caída del 5,3% del PIB, una contracción del empleo de aproximadamente 3,5% y un incremento de la pobreza de 4 puntos y medio, así como de la miseria en poco más de 2 puntos, un registro crudo e inédito en la historia latinoamericana. Esto implicará 270 millones de personas en la pobreza y unos 80 millones en la miseria.

En diálogo con lideresas y líderes del progresismo colombiano de forma virtual ante la contingencia del COVID 19, expresamos la necesidad de que la región avance en los siguientes puntos:

ESTADO PROVEEDOR DE BIENES PÚBLICOS COLECTIVOS

Consideramos que este panorama desalentador requerirá de la puesta en marcha de instrumentos de política social y económica de los que la región se había alejado en los últimos años, por la primacía de modelos neoliberales que delegaron la distribución de bienes básicos en el mercado, minimizando el protagonismo del Estado que, en medio de la crisis sanitaria, ha demostrado con creces cuán necesario es.

CAMBIO CLIMÁTICO EXIGE CAMBIO DE MODELO ECONÓMICO

Expresamos nuestro deseo de no volver a un sistema de producción, extracción, acumulación y consumo incompatible con el desafío que representa la adaptación al calentamiento global, un fenómeno subestimado pero cuyos efectos se pueden exacerbar en el corto y mediano plazo en medio de la pandemia.

PROMOVER UNA CONVOCATORIA DE LA ONU PARA DEBATIR PANDEMIA, PAZ Y EQUIDAD

Como miembros del Grupo de Puebla convocamos a los esfuerzos de todos los partidos, movimientos y ciudadanos para que se convoque una reunión extraordinaria de la Asamblea General de Naciones Unidas que tenga como objeto una discusión sobre la gestión de la pandemia, preservando sin excepción la equidad social y una garantía de protección para los más vulnerables.

POLÍTICAS PÚBLICAS PARA GARANTIZAR EL MÍNIMO VITAL

Recordamos que el COVID-19 ha hecho evidente la necesidad de estructurar verdaderas políticas públicas de reconocimiento del derecho al mínimo vital mediante programas que tuvieron éxito en el pasado reciente de gobiernos progresistas y otros nuevos como la garantía de una renta básica inicialmente extraordinaria, para garantizar con dignidad las condiciones del confinamiento que se han decretado en casi todos los países latinoamericanos.

MORATORIA DE LA DEUDA EXTERNA

Como latinoamericanas y latinoamericanos planteamos la necesidad de reestructurar la deuda externa y en la medida de lo posible, lograr una moratoria que les permita a los Estados que la soliciten canalizar esfuerzos para atender la emergencia y redefinir de cara al futuro, las prioridades sociales desatendidas o delegadas en el mercado.

ASUMIR LA SALUD COMO BIEN PÚBLICO GLOBAL

La pandemia nos impone la necesidad de asumir la salud como un bien público global. Nos preocupa que sean los más vulnerables quienes terminen pagando los costos de la crisis. No existe dilema entre salud y economía, pues es inviable pensar en una reactivación del consumo, del ahorro y de la inversión con la amenaza latente de la pandemia.

PREOCUPACIÓN POR LA POSTURA DEL GOBIERNO DE COLOMBIA DE DESESTIMAR COMPROMISOS FUNDAMENTALES DEL ACUERDO DE PAZ

Como Grupo de Puebla expresamos nuestra preocupación por la paz en Colombia, seriamente amenazada por la postura del actual gobierno empecinado en desestimar compromisos fundamentales contraídos. El desconocimiento del rol histórico que sin condicionamientos ha desempeñado Cuba en varios procesos de paz en Colombia, condena cualquier posibilidad de revivir un esquema de diálogo con el Ejército de Liberación Nacional. Un eventual fracaso de la paz en Colombia sería, sin duda alguna, nuestro fracaso como humanidad.

POR UN NUEVO MODELO DE INCLUSIÓN SOCIAL

Consideramos que el escenario post COVID-19 plantea en Colombia la necesidad, esta vez inaplazable, de poner en marcha un nuevo modelo de inclusión social, que responda a estas necesidades exacerbadas por la coyuntura, a la vez que se defiendan, como activo fundacional del progresismo colombiano, los Acuerdos de La Habana, así como las reactivaciones de las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional, suspendidas indefinidamente por parte del gobierno actual.

POR UN NUEVO ESTADO CON FISCALIDAD Y MANEJO DE BIENES SOCIALES COMO LA SALUD

Proponemos que ese nuevo Estado prevea desde ya cómo gestionar la post-pandemia estructurando un régimen fiscal más equilibrado y devolviéndole a la esfera pública el manejo y distribución de bienes sociales, entre ellos la salud todo dentro del marco del progresismo.

POR UN LEVANTAMIENTO DE LAS SANCIONES A CUBA Y A VENEZUELA

Rechazamos las amenazas y sanciones contra Venezuela, así como aquellas retomadas respecto de Cuba y la forma como se ha desconocido su contribución a la paz en Colombia. En tiempos sin pandemia son condenables aquellas medidas, en tiempos pandémicos son sencillamente un crimen de lesa humanidad.

PRIMERA INTERNACIONAL PROGRESISTA

El progresismo que nos identifica como Grupo de Puebla debe articularse con el esfuerzo reciente de un grupo de intelectuales y figuras reconocidas de la izquierda para establecer la Primera Internacional Progresista. En la medida en que sumemos esfuerzos, una articulación de fuerzas progresistas en distintas latitudes nos fortalecerá y otorgará una mayor perspectiva respecto de nuestros retos futuros partiendo de las asimetrías enormes que marcan a nuestras sociedades.

LA UNIDAD PROGRESISTA

Reconocemos que la unidad es el camino. El progresismo colombiano y latinoamericano no se puede dar el lujo de enfrentarse. Eso sólo favorece a la derecha. Nuestros pueblos merecen los máximos esfuerzos unitarios. Para construir un mundo más justo lo primero que debemos hacer es unir las fuerzas del progresismo.

FUNDADORES Y FUNDADORAS DEL GRUPO DE PUEBLA:

Luiz Inacio Lula Da Silva
Dilma Rousseff
José Luis Rodríguez Zapatero
Ernesto Samper
Fernando Lugo
Rafael Correa
Celso Amorin
Jorge Taiana
Aloizio Mercadante
Marco Enríquez- Ominami
Clara López
Alejandro Navarro
Camilo Lagos
Gabriela Rivadeneira
Karol Cariola
Carlos Sotelo
Esperanza Martínez
Mónica Xavier
Daniel Martínez
Carlos Ominami
Maximiliano Reyes
José Miguel Insulza
Guillaume Long
Carol Proner

LÍDERES Y LIDERESAS DEL PROGRESISMO COLOMBIANO:

Gustavo Petro
Rodrigo Londoño
Sandra Ramírez
Iván Cepeda
Camilo Romero
León Valencia
Guillermo García Realpe
León Fredy Muñoz
Antonio Sanguino
Jorge Rojas
David Racero
Ángela María Robledo
Gloria Florez
Gabriel Becerra
Carlos Alberto Benavides
María José Pizarro
Patricia Lara
Alexander López
Carlos Ramón González
Consuelo Ahumada

Declaración-PDF

Compartido con SURCOS por Carmen Chacón.

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La guerra del Coronavirus y sus daños colaterales

Vladimir de la Cruz

El impacto de la Pandemia del Coronavirus COVID-19 es de tal magnitud, por su alcance y trascendencia internacional, que ha roto, ha quebrado, todo el orden de las relaciones internacionales en todos los sentidos. Ha afectado obviamente las relaciones comerciales, productivas, de los procesos de encadenamiento económico a nivel internacional y a nivel local de cada uno de los países afectados.

Ha afectado áreas productivas, mercados internacionales de producción y abastecimientos de partes para la industria en general, ha afectado mercados de mano de obra barata en todos los continentes, ha afectado los mercados de colocación de mercaderías, estimulando, en cierta forma, todavía a escala reducida, los mercados internos de producción y de abastecimientos. Su impacto social, aún no evaluable, es el de llegar a causar mayor pobreza general y de mayor pobreza extrema en todos los países, junto el hambre, “hambrunas”, para grandes masas de personas, quizá sin que hayamos superado el impacto de la presencia del COVID-19.

El mundo del transporte aéreo, terrestre y marítimo se desplomó, por los controles de la expansión del Coronavirus que se han impuesto. La industria y la actividad turística, en todas partes del mundo, ha caído, con expectativa negativa para los próximos 18 meses por lo menos, y la economía de encadenamientos sujeta a ella ha sufrido igual impacto.

Las pequeñas empresas productivas, la MIPYMES y PYMES en general, son las más golpeadas, las empresas de venta y consumo de comidas, de servicios han cerrado estrepitosamente, creando un mayor impacto en las economías nacionales cuando estas pequeñas empresas son mayoritarias, y mayoritariamente empleadoras, en las actividades económicas de cada país, que con poca o baja contratación de personal, son también las que mantienen la mayor cantidad de empleo nacional, y en la situación actual conducen, por sus cierres, a que los índices de desempleo real aumenten de modo preocupante, agravando la situación social, de vida, de trabajo, de hambre real y de tensiones sociales y políticas que ello pueda producir.

El COVID-19 ha afectado el mundo del trabajo provocando cierres de empresas, despido de empleados, rebajo de jornadas de trabajo, nuevas formas laborales intensivas como el tele trabajo, el trabajo parcial con reducción de jornadas, y rebajo consecuente de salarios y beneficios sociales, desempleo total y desempleo parcial, con pérdida y reducción de salarios y sus beneficios sociales, ha afectado la capacidad de pago de obligaciones de trabajadores, de pequeños, medianos y algunos grandes empresarios. Los sindicatos mismos van a sufrir este impacto en su afiliación real, en sus cuotas de pago sindicales, así como en su actividad organizativa, y hasta en sus luchas.

Ha afectado los vínculos diplomáticos alterando las relaciones de países fronterizos por los cierres de fronteras, impuestos de cada lado, para mitigar, con el control de los procesos migratorios y de desplazamiento de nacionales y extranjeros, la posibilidad de expansión y contagio del Coronavirus. Ha cuestionado internacionalmente a aquellos gobernantes que no se han sometido a los parámetros de la Organización Mundial de la Salud para atender la pandemia, e irresponsablemente, en sus países, han sido laxos frente al avance del Coronavirus, con las repercusiones internacionales que eso tiene.

El Coronavirus ha surgido como una fuerza de combate en guerra en todos los países, contra todas las personas, sin que estuvieran preparados para ella.

El Coronavirus se ha desarrollado como un movimiento guerrillero, apareciendo por aquí y por allá, y simultáneamente en todos los países, como si fueran diferentes frentes de combate, donde no se le puede enfrentar en el campo militar. De allí, por ahora su fuerza, por su capacidad sorpresiva de aparición provocando daños directos y daños colaterales en cada país y sociedad, por el temor que desata su existencia. En unos países impacta más que en otros, pero nadie está exento de sufrir su presencia ni daños colaterales. Y dentro de los países hay regiones más afectadas que otras.

Por ahora es una guerra que está comenzando, con un enemigo que se le conoce, que se la ha logrado identificar, el COVID-19, pero que no se tiene capacidad de controlarlo, y no se sabe aún con certeza cuando podrá acabársele y de qué modo se hará, porque su manera de combatir es silenciosa, sorpresiva, universal, y en muchos casos precisa y fulminante.

Uno de los efectos más dramáticos que ha provocado es que no se ha logrado una acción internacional contra el Coronavirus.

El único campo internacional que opera es el de la ciencia médica y epidemiológica, donde se hacen esfuerzos de coordinación día a día, para ir analizando los movimientos y comportamientos del Coronavirus, como sus posibilidades de mutación, para buscar, en el campo de la ciencia, los mecanismos y armas para detenerlo y controlarlo. Si es por una vacuna, se ha dicho, es un proceso que puede durar por lo menos hasta dos años, de allí que lo más claro es que el Coronavirus ha llegado para quedarse y tengamos que aprender a vivir con él, como vivimos con un montón de bacterias, virus y microorganismos, que siguen causando muertes, y por miles, muchos de los cuales hoy los controlamos y disminuimos sus muertos con vacunas.

El Coronavirus ha declarado, en cierta forma, una guerra contra toda la Humanidad. La guerra en que nos ha metido el Coronavirus no ha terminado. Los efectos devastadores de esta guerra todavía no los conocemos en toda su dimensión.

En el campo científico es una Guerra Total, que ha obligado a que todos los países muevan sus recursos y fuerzas, hasta donde se pueda, para destruir su capacidad contagiosa y de expansión. Como Guerra Total supone la subordinación de la política, no a la guerra como es la idea clásica militar, sino a la Ciencia, lo que no ha hecho el gobierno de Trump, y algunos otros, y que sí se hace en la mayoría de los países. Aquí, en Costa Rica, el Gobierno ha hecho muy bien de poner al frente, día a día, de esta batalla, incluso por el manejo de las Conferencias de Prensa diarias, al Ministro de Salud y al Presidente de la Caja Costarricense del Seguro Social. Hasta hoy el discurso oficial, en Costa Rica, descansa sobre todas las cosas en la ciencia para combatir el Coronavirus.

Importante papel puede llegar a jugar el Instituto Clodomiro Picado, de la Universidad de Costa Rica.

Por ahora el COVID-19 asusta por las muertes y contagios en todos los países, y atemoriza por el daño causado a la economía mundial, que es el daño colateral impuesto por este Coronavirus.

En las guerras modernas, y recientes, especialmente después de 1990, desde la Guerra del Golfo Pérsico, se habla de los daños colaterales, aquellos causados que están fuera de los objetivos militares a destruir, que son las víctimas civiles, particularmente, y así se justifican por quienes provocan estos daños colaterales, en estas guerras, generalmente por resultado de los bombardeos.

Se habla de daño colateral de aquel causado sin intención, de manera accidental, o por repercusión sin haberlo deseado, pero como resultado de una operación militar. En la sucia guerra de Vietnam los Estados Unidos usó este término para referirse al asesinato de civiles y la destrucción de sus propiedades.

Los daños colaterales militarmente se han extendido a las construcciones, hasta hospitalarias y diplomáticas, como ha sucedido, así como a los equipos y el personal, que puede ser afectado, en una operación militar, de fuerzas amigas de los atacantes. El daño colateral no quiere decir sin intención, aunque los ejércitos tratan de darle ese contenido conceptual. Es el daño adicional, subordinado, secundario, que resulta de una acción militar. Es el acto que puede resultar consciente, si es una ventaja táctica militar, en donde al destruir un objetivo deben eliminarse civiles e inocentes, o destruir instalaciones que no son objetivos militares.

El Coronavirus como agente militar, como arma de guerra, directamente ataca personas. El Coronavirus, en sus daños colaterales, afecta toda la economía, las fábricas, el transporte en todas sus manifestaciones, ciudades y pueblos completos, las refinerías lo que ha hecho caer el precio y la producción diaria de petróleo mundial. Afecta la salud emocional de las personas, sobre todo por los encierros obligados, las “cuarentenas” y restricciones de usos sociales, de comportamientos y de relaciones sociales que ha impuesto.

La autonomía de desplazamiento del Coronavirus en su ataque es demasiado amplia, llega donde tenga oportunidad de llegar, atacar y ocasionar el daño directo y el colateral respectivo. El Coronavirus por blanco estratégico tiene a los seres humanos. Eso está claro, de allí la necesidad de su protección.

En curso de la II Guerra Mundial, al mediar la década de 1940, las potencias aliadas impulsaron tres organismos de carácter mundial, en perspectiva del mundo que surgiría después de esa horrorosa guerra, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, ambos en 1944, como resultado del Tratado de Breton Woods, y las Naciones Unidas, en octubre de 1945.

Al terminar la II Guerra Mundial el mundo había cambiado. Derrotado el nazifascismo surgió de manera poderosa un Sistema Mundial de países socialistas, que hizo cambiar el escenario de las relaciones internacionales. El mundo se enfrascó en una división internacional de Socialismo versus Capitalismo y de un escenario militar, la Guerra Fría.

El resultado práctico inmediato por parte de los Estados Unidos fue impulsar en la Europa capitalista existente el Plan Marshall, con el propósito de meter 12.000 millones de dólares, de esa época, para la reconstrucción europea, y presentar la Europa capitalista como una vitrina frente a la Europa socialista que también estaba surgiendo. Ello produjo en el campo militar, luego, el desarrollo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, por un lado y del Pacto de Varsovia por otro, para mantener los equilibrios militares en ese continente.

En América Latina el Plan Clayton, entre 1946 y 1947, se propuso igual propósito para contribuir a desarrollar la economía de la región, especialmente en el sector agrario o campesino, y frenar o neutralizar en el continente los movimientos insurgentes que estaban dándose. Para la parte militar en América Latina se impuso el Plan Truman. En 1948 se impulsó militarmente el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, con la OEA de fondo y de soporte.

Después del Coronavirus el mundo va a ser otro. Frente al Coronavirus no se impulsan organizaciones de este tipo ni políticas de esta naturaleza, de carácter colectivo. Lo más cercano a ello es el apoyo a la Organización Mundial de la Salud, la abanderada internacional en la lucha contra el Coronavirus, y sus organismos regionales, como la Organización Panamericana de la Salud, hoy sin el apoyo económico del gobierno norteamericano, y del Presidente Trump, que ha anunciado quitarle los fondos económicos que le daban, acusándola de estar plegada, en esta situación pandémica, a los intereses de la República Popular China.

Igualmente, esos organismos, son hoy objeto de atención, y de llegada, para apoyar gobiernos y países con préstamos y políticas económico-financieras para enfrentar el Coronavirus en sus impactos financieros internos.

En el momento actual debe operar la política realista, de la diplomacia y de las acciones concretas y prácticas para atender la pandemia, cuando no hay un Gobierno mundial, ni hay un “ejército mundial” en capacidad de combatir el Coronavirus, que debe enfrentarse en cada país con las fuerzas médico-científicas que se tienen, y con las estructuras de salud pública y de seguridad social que cada país tiene y ha desarrollado históricamente.

El Coronavirus ha alterado en la práctica el equilibrio de poderes existentes en el mundo actual, ha debilitado a las grandes potencias, las ha alejado de sus propias relaciones, les ha debilitado sus carreras armamentistas para enfrentar al enemigo no tan invisible del Coronavirus. La “paz” internacional, exceptuando las guerras locales o regionales aún existentes, que han pasado a guerras de baja intensidad momentáneamente, también se ha alterado.

Para Trump la situación internacional es grave por el impacto que ella tiene al interior de los Estados Unidos en su elección de noviembre de este año. La torpeza con que ha actuado lo ha alejado del liderazgo internacional que los Estados Unidos ha significado, pero le ha debilitado su liderazgo interno, a nivel nacional y regional con sus propios Estados y sus autoridades locales, los gobernadores.

Pareciera que Trump siguiendo a Maquiavelo quisiera usar el mal para tratar de lograr el bien. Por ello engaña, hace trampa, mal informa, se enfrenta a la ciencia de su propio país, intriga contra quien se le oponga, enfrenta y limita la acción de los medios de información y de prensa, obliga a su Partido Republicano y a sus dirigentes a seguirle ciegamente, amenaza desarrollar los super poderes que se le permiten al Poder Ejecutivo en Estados Unidos, expulsa migrantes detenidos enfermos de coronavirus a sus países de origen, con el propósito de que enfermen en sus países de origen, como está haciendo con guatemaltecos repatriados.

Para Trump, como yo lo veo, el Coronavirus se le ha presentado como un elemento de limpieza étnica mundial, y en los propios Estados Unidos, por las personas que son afectadas mayoritariamente.

En la línea de enfrentamiento al Coronavirus el realismo político descansa en las decisiones racionales, científicas y médicas, que puedan tomarse e impulsarse para frenarlo, detenerlo y saberlo combatir y para superar, en el mayor corto plazo posible, los efectos colaterales que está provocando, especialmente en el plano de las economías nacionales, y en la reconstrucción de las redes de la economía mundial.

El interés nacional es lo que resalta en los países frente al Coronavirus. En Estados Unidos Trump ha sido muy claro “América Primero”. No son casuales sus políticas públicas internas y sus planteamientos internacionales en torno a cómo enfrentar y combatir el Coronavirus. Se trata de su supervivencia y su propia seguridad, no la del planeta. Por eso niega las políticas internaciones de ataque y confrontación al Coronavirus.

Con el Coronavirus no tenemos en el escenario internacional un país agresivo, una potencia amenazante de otros países, o de todos, por su carácter pandémico. Trump está tratando de pintar a la República Popular China, como esta amenaza, por el origen del Coronavirus, en la ciudad de Wuham, y para ver a este país como el agente agresivo internacional. Es parte de su estrategia geopolítica mundial frente al impacto que tiene la República Popular China en la economía mundial, y la disputa que tiene Estados Unidos en ese escenario para no ser desplazado.

El problema fundamental para Trump es que en la lucha contra el Coronavirus todos los Estados del mundo tienen igualdad de enfrentamiento, y no quieren ser derrotados por el Coronavirus.

El Coronavirus no nos ha metido en el mundo de Tomas Hobbes, el de la lucha, o de guerra, de todos contra todos. Al contrario, nos ha impuesto la tarea de enfrentarlo como una sola fuerza. La diversidad de países, y de posiciones políticas de cada uno de ellos, tiene que conducir a políticas unitarias de acción internacional. Este es el reto que nos impone la pandemia.

La estructura internacional de las Naciones Unidas, y sus organismos internacionales, nos da la posibilidad de actuar cooperativamente en nombre de toda la Humanidad.

Estamos ante un interés público, hoy un interés común, de toda la sociedad, de todas las sociedades existentes, por la defensa del bienestar, la felicidad y la satisfacción de las necesidades básicas de todos los seres humanos.

Enviado a SURCOS por el autor.

Imagen: https://news.un.org/es/story/2020/04/1472832

UCR: La paz en Centroamérica continúa lejos de ser una realidad

  • Espacio de reflexión fue promovido por la UCR junto con el Gobierno de Alemania para generar nuevo conocimiento académico en torno a la paz

La desigualdad es una de las máximas expresiones de violencia en la región centroamericana. Foto: Anel Kenjekeeva.

Pese a la firma de los Acuerdos de Esquipulas en la década de 1980, la paz duradera en América Central es una realidad muy lejana para los países de la región, pues estos continúan resintiendo el impacto de la violencia y la desigualdad.

Esta fue una de las principales conclusiones del director del Centro de Investigaciones Históricas de América Central (CIHAC) de la Universidad de Costa Rica (UCR) David Díaz, en su conferencia de cierre en el marco del Congreso “Conflictos y procesos de paz en Centroamérica en perspectiva latinoamericana”.

Este espacio de discusión y reflexión se desarrolló como parte de los esfuerzos que ejecuta la iniciativa Maria Sibylla Merian Centro de Estudios Latinoamericanos Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales (CALAS), impulsada por el Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania.

Díaz aseguró que las recientes políticas neoliberales de los países centroamericanos han ocasionado una confusión al analizar el concepto de paz, pues los gobiernos de la región han buscado vender la estabilidad política como sinónimo de paz duradera.

El académico remarcó que estos conceptos no deben ser mezclados, pues aún continúan existiendo expresiones de violencia incluso en los países con democracias más asentadas.

El problema es que hoy muere más gente que en las guerras civiles de 1980. Nos encontramos entre las regiones más violentas del mundo. Problemáticas como el trasiego de drogas se han agravado. La droga antes corría por mares, ahora corre por tierra”, acotó el académico.

El director del Cihac, David Díaz, dedicó su ponencia al investigador Ralph Sprenkels, quien falleció días antes de la actividad. Foto: Anel Kenjekeeva.

El investigador asegura que la desigualdad presente en todos los países centroamericanos hacen imposible el establecimiento de un periodo de paz, pues un 47% de la población de América Central se encuentra bajo la línea de pobreza.

“Si este dato no es un indicador de violencia no hay otro. Cuatro millones de hogares en el istmo están fuera del mercado laboral y sin acceso a servicios sociales básicos ¿cómo se puede hablar de paz o convivencia en estados con este tipo de desigualdad?”, señaló el ponente.

Gobierno alemán promueve debate sobre derechos humanos

Como parte de las actividades de cierre de este relevante congreso la diputada del parlamento y encargada de derechos humanos y ayuda humanitaria del Gobierno de Alemania, Bärbel Kofler, expuso las principales acciones que ha tomado el gobierno de su país en la búsqueda de la paz en América Central.

Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores hemos identificado ocho países del continente americano que están dispuestos a formar parte del debate sobre derechos humanos en la región y tomar acciones para hacer una verdadera diferencia en esta materia. De igual manera continuamos buscando incluir a más países de la región”, aseguró Kofler.

La diputada remarcó que han realizado reuniones y acuerdos con diferentes organismos internacionales con el objetivo de fortalecer las leyes relacionadas con la defensa de los derechos humanos de las personas en el continente americano.

“Es necesario asegurarnos de tener leyes robustas si queremos que los derechos humanos de todas las personas sean igualmente protegidos. Si no podemos ir a una cita para reclamar que nuestros derechos están siendo violentados, nunca lograremos que hacerlos valer”, concluyó la alemana.

La diputada del parlamento de Alemania, Bärbel Kofler, asistió a la actividad como resultado de la colaboración entre el Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania y la UCR. Foto: Anel Kenjekeeva.

 

Róger Bolaños Vargas

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Pronunciamiento en pro de la paz en Venezuela

Las personas abajo firmantes, ciudadanos costarricenses provenientes de diversos sectores de la sociedad, pero animadas tan sólo por un hondo sentimiento de preocupación por los peligros que corre la paz, tanto regional como mundial, queremos levantar nuestra voz en pro de una solución pacífica y en concordancia con los principios del derecho internacional para solucionar el conflicto que hoy afecta a los hermanos venezolanos.

Levantamos nuestra voz secundando los llamados a la paz y al diálogo, a fin de buscar una solución por medios estrictamente políticos a los problemas internos de Venezuela. Otro tanto ha hecho el Secretario General de las Naciones Unidas. Secundamos las iniciativas diplomáticas de México y las naciones del Caribe. Todo lo cual va en plena concordancia con la tradición de paz de nuestro país. Costa Rica ha hecho de su proclama de una neutralidad perpetua y activa un principio de su Constitución Política. Costa Rica fue firmante de los acuerdos de la II Cumbre de la CELAC en que declara a los países de América Latina y el Caribe como tierra de paz. Nuestro país debe ser fiel a esta tradición de paz y de no injerencia en los asuntos internos de otros estados soberanos. Es la hora de actuar en concordancia.

Dr. Arnoldo Mora Rodríguez, catedrático emérito de la Universidad de Costa Rica, exministro de Cultura.

Si está de acuerdo en suscribir este pronunciamiento favor enviar su nombre completo y profesión, oficio o puesto a: mora_arnoldo@hotmail.com

*Quienes deseen suscribir el documento puedo comunicarlo a nuestro correo: periodico.surcos@surcosdigital.com

 

Imagen ilustrativa.

Información enviada a SURCOS por Rodolfo Ulloa.

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