Alejandra Espinoza
Les cuento amigos que ayer di un golpe de timón a “Ale” (mi barco se salía de rumbo, me di cuenta porque me empezaba a costar dormir).
Después de auto analizarme decidí hacer unos pequeños cambios que se los comparto porque el budismo afirma que “para que un propósito se vuelva un compromiso, debe de auto definirse y compartirse en un entorno seguro.”
Así que les cuento:
Decidí no ver todo lo que sale sobre la pandemia, me roba la paz. (no me voy a informar por canales sensacionalistas, pondré el informe oficial en el canal 13).
También leí que el ejercicio hace descansar, entonces voy a pasar mi rutina para la noche antes de una bebida caliente y una relajante ducha.
Trabajaré lo que pueda y como pueda sin auto presión, la idea es dar lo mejor de forma responsable para el entorno y segura para mí. “El primer objetivo en pandemia no es solo sobrevivir”.
Jamás perderé de vista que hay personas fuera de mi entorno que la están pasando mal, esta es época de ayudar (empezando por la gente más cercana) e ir abriendo el círculo hasta donde alcancen los abrazos.
La Asociación Mundial de Psicólogos califica a “las redes sociales, el wassap y el televisor como la nueva compulsión del siglo 21” y las voy a tratar como eso, al igual que el café deben de dosificarse.
Hay tantas cosas tan bellas que disfrutar y que aprender en internet que edifican, dan paz y colaboran con el entorno que es una lástima perder 15 minutos leyendo o escuchando tonterías.
Dicen nuestros hijos que uno es el reflejo de las 5 personas más cercanas en tu vida, la verdad por eso me encanta compartir con ciertos grupos, a partir de hoy no tengo tiempo para discusiones que no llevan a nada, es mucho más edificante una acción concreta por pequeña que sea que un discurso bien argumentado pero que no lleva a ningún puerto y lo que es peor que guarda dentro de sí intereses personalistas o políticos.
El Covid 19 nos está dando una lección de vida, se contagia el mendigo y el “rey” el habitante de las favelas y el presidente, el idealista y el dictador, es época de equilibrio, de familia, de amistad, de dar gracias, amar, crear, escribir, apoyar, cantar y al igual que en todas las travesías siempre es importante estar revisando el rumbo.