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Etiqueta: poder político

De la vergüenza al orgullo: La Identidad Negra en Costa Rica

Por: Bernardo Archer Moore
Presidente ACUDHECA
Cahuita

¿Qué celebramos?

No es una pregunta sencilla. Cada quien tendrá su propia respuesta.

Pero al ver a nuestra juventud limonense bailar y celebrar, lo que verdaderamente debemos recordar y conmemorar es:

  • Por un lado, haber recorrido juntos el largo y difícil camino que nos llevó de la vergüenza de ser negros al orgullo de nuestra herencia africana.

  • Y por otro, reconocer el desdén y el menosprecio histórico hacia la cultura africana, y al mismo tiempo reafirmar nuestro compromiso de compartir, como hermanos, una misma patria.

Ese es el triunfo que nos une, la victoria que ningún sistema pudo borrar, y la razón por la cual seguimos de pie como pueblo.

Durante gran parte del siglo XX, ser negro en Costa Rica significó vivir bajo el peso del estigma, burla y la exclusión. Generaciones enteras crecieron en un entorno donde su herencia africana era negada, despreciada y objeto de burlas, un dolor que llevó a muchos a distanciarse y abandonar sus lenguas y costumbres.

Cuál fue el propósito de todo eso: Tierra y poder político.

La historia muestra que en Costa Rica la tierra nunca fue solo un bien económico: También representó ciudadanía y poder político.

Así lo reflejan la Ley 35 de 1915, que creó el poblado de Cahuita Bluff, y la Ley 166 de 1935, que establece Old Harbour (Puerto Viejo). Ambas dispusieron el reparto de lotes a familias afrodescendientes, reconociendo su derecho a la propiedad en un país que históricamente se les había negado.

Con la tierra vino también la posibilidad de autonomía, herencia y organización política. Pero ese avance despertó temores en las élites, que respondieron con políticas de supresión cultural y marginación económica, negando infraestructura, educación superior e inversión en la región caribeña.

Exclusión y migración:

El resultado fue que miles de afrodescendientes migraron hacia el Valle Central o al extranjero. La población de Cahuita, Puerto Viejo y otros pueblos costeros se redujo a un número “manejable”, evitando que la tierra otorgada se tradujera en poder político real. La migración promovida por el gobierno, nos permitió sobrevivir, pero al costo de la erosión cultural y lingüística.

De la vergüenza al orgullo:

Hacia finales del siglo XX, sin embargo, el ciclo empezó a cambiar. La influencia de los movimientos de derechos civiles, del Black Power y del panafricanismo en EEUU, inspiró a algunos intelectuales y líderes políticos afro costarricenses a reivindicar su herencia como fuente de orgullo. Además de considerarse como una buena estrategia política partidista.

Hoy, aún frente a las amenazas que pesan sobre los derechos de propiedad en la zona costera, las comunidades de Cahuita y Puerto Viejo mantienen encendida la llama de la resistencia. La tierra no es solo sustento material, cultural o espiritual: Es también identidad, dignidad y la base del poder político que garantiza la continuidad de nuestra historia como pueblo.

Preocupaciones ciudadanas frente a las elecciones

Vladimir de la Cruz

Me preguntan con frecuencia distintos tipos de inquietudes sobre el acontecer político que estamos viviendo. Son generalmente preguntas sencillas, pero importantes para quienes desean respuestas, que pueden aceptarlas o no, frente al momento que vivimos y frente a la información que recibimos.

A veces me da la sensación de que el ambiente político ya está alborotado y que hay buena información básica con la que a gente se va orientando, pero quedo siempre insatisfecho.

Algunas de esas preguntas, con las respuestas que he dado, y reflexiones que hago de esas preguntas, son las siguientes.

1.- ¿Ya está definido el panorama electoral?

No está definido el panorama electoral, aunque cada día que pasa se va aclarando, tanto con los partidos debidamente inscritos como con los candidatos presidenciales y algunos nombres de candidatos a diputados que ya se van nombrando y les suenan las matracas. Hasta ahora llevamos casi una decena posible de candidatos presidenciales ya definidos, Álvaro Ramos, Juan Carlos Hidalgo, Claudia Dobles, Natalia Díaz, Laura Fernández, Claudio Alpízar, Fabricio Alvarado, Eli Feinzaig, Fernando Zamora, Ariel Robles.

Los menciono, generalmente, sin indicar su partido político. Pocas personas asocian a algunos de ellos a un partido de manera correcta.

Si menciono los partidos, sin indicar cual es su candidato, menos saben cómo son las correspondencias de partidos y candidatos.

Me he topado gente que postula personas como si fueran candidatos para esta campaña que viene, dentro de un partido, por el reconocimiento que tienen de las discusiones que se publican de dirigentes o activistas políticos de esos partidos peleando entre sí.

2.- ¿Cuándo inicia la actividad política electoral?

A esta pregunta siempre respondo que la actividad política electoral no se acaba con la finalización de un proceso electoral, y con la integración del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo. Les digo que la actividad política es permanente, no se acaba, todos los días se realiza, desde distintos ámbitos. Respondo que al terminar la campaña electoral y nombrar las autoridades de gobiernos, al instante mismo, los principales partidos políticos que participaron en las elecciones quedan embarazados para la siguiente. Los dirigentes, los activistas políticos y personas destacadas que van a ocupar puestos en la administración pública, por el partido que gana la presidencia y los partidos que eligen representantes populares, se concentras en sus actividades de gobierno. Una parte de ellos con imposibilidad de actuar y manifestar sus opiniones partidarias o de actuar favoreciendo sus partidos políticos porque constitucional y legalmente tienen prohibido hacerlo. Los que no van a gobierno ni fueron electos, inmediatamente se empiezan a articular para el siguiente proceso electoral y hacen cálculos electorales de las posibles oportunidades que les pueden tocar.

Una regla que tiene la política es que en la política no hay espacios vacíos. Todos los espacios se llenan.

3.- ¿Se debe participar en política?

Mi respuesta es categórica. Si, se debe participar en política. Es un deber ciudadano, es un derecho ciudadano. En la participación está la posibilidad de influir en las acciones políticas que se toman. Quienes me hace esta pregunta, generalmente me dicen que están desilusionados, porque no se sienten satisfechos con los resultados electorales y lo que esperaban de ellos.

Siempre respondo que todos los días se toman decisiones políticas que nos afectan positiva o negativamente, que son las decisiones de las acciones políticas que se toman o deciden desde la Presidencia de la República, desde la actuación de los Ministerios y desde la Asamblea Legislativa. Les recuerdo que a nivel cantonal también sucede lo mismo. De esa forma la política, las acciones políticas se meten con uno, se meten con nosotros, nos gusten o no esas decisiones. Por eso, si la política se mete con uno, uno debe meterse en la política. Esta es otra regla de la vida política. Y la forma de meterse organizadamente es actuando desde un partido político.

4.- ¿Las elecciones dan poder político?

Esta es una pregunta más difícil de responder. Dan poder de gobierno, de administrar, de dirigir las instituciones públicas con algunas y fuertes restricciones en muchos casos, por las instancias creadas a su interior que también frenan, a modo de pesos y contrapesos, las decisiones que se quieren impulsar.

El poder político no está totalmente concentrado en los órganos de gobierno, como son el Poder Ejecutivo, con sus Ministerios, o en la entramada institucionalidad pública, porque alrededor de estas estructuras, operan una serie de presiones políticas que pueden determinar el rumbo de esas instituciones o influir directamente para la toma de decisiones. Son las presiones y participaciones que se realizan desde el ámbito de las organizaciones empresariales, de las instancias del poder económico nacional, de las organizaciones sociales en general, cuando tienen algún grado de presión sobre los actores políticos del gobierno. El Poder Político es también el Poder Económico Nacional. Cómo se articule esta relación así se puede definir el Poder Político real, ¿de qué lado se encuentra, a quién satisface y representa? Hoy en esta estructura del Poder Político también actúan las fuerzas internacionales. Lo vemos en el actual gobierno sometido a las decisiones de la Casa Blanca, la Casa Presidencial de los Estados Unidos.

La parte económica del Poder Político permite definir a qué sectores económicos y sociales se favorece más, por ejemplo, a importadores o exportadores, a los productores nacionales o a los extranjeros, al capital nacional o extranjero, a las zonas francas, a los sectores nacionales de la industria, la agricultura, el comercio y las actividades de servicios, a la salud y educación pública o privada, al mantenimiento o debilitamiento de las políticas sociales y de asistencia social de los sectores más pobres, si se fortalecen más las políticas privatizadoras o no de toda la actividad pública e institucional, entre otras cosas.

5.- ¿Es válido abstenerse de votar en las elecciones?

Votar en Costa Rica, siempre respondo, es un derecho y un deber ciudadano, pero no es obligatorio, como en otros países, que se establecen sanciones para los que se abstienen de votar.

Lo importante, respondo, es que los abstencionistas no definen nada del proceso electoral. Las elecciones se definen con los que participan directamente expresando su voluntad electoral votando por un partidos o por candidatos de la simpatía de votante.

También digo que hay dos tipos de abstencionistas. Los que del todo no se presentan a votar y los que presentándose a las urnas se abstienen de dar su voto a un partido o a un candidato y los que votando en urna anulan su voto, porque no le simpatiza ningún partido, ni ningún candidato.

El punto determinante es que los votos nulos y en blanco no cuentan para el resultado electoral. Tan solo se toman en cuenta como una cifra electoral sin peso en el resultado, porque el resultado se produce por los votos emitidos considerados válidos.

Si los votos emitidos en blanco, abstencionistas reales, o nulos, que rechazan todos los postulados, partidos y candidatos, se tomaran en cuenta para el porcentual final de las elecciones, estos votos podrían tener una fuerza política, porque obligaría a los partidos a convocar con más fuerza a los electores para poder asegurar el 40% para definir una elección en la primera convocatoria, y hasta para definir mejor la segunda vuelta electoral, con los dos partidos que logren llegar a ella.

Incluso podría provocar un llamamiento político para votar contra todos, para deslegitimar a profundidad a quienes puedan quedar elector y obligarlos por esa vía a acuerdos políticos nacionales importantes.

Finalmente, les digo a esos abstencionistas, que en el fondo ellos votan, con su abstencionismo por el que gana, cualquiera que sea. Su abstencionismo los lleva a aceptar cualquier ganador sobre la base de que cualquiera de ellos le puede deparar algo ese abstencionista. Por eso, entre otros factores nuestros procesos electorales al final son muy tranquilos, y son procesos electorales aceptados en sus resultados por todos los que participaron votando y por los que del todo no participaron, absteniéndose de ir a votar o de ir a emitir su sufragio en blanco o anulándolo.

6.-. ¿Es válido quebrar el voto, votar por el candidato presidencial de un partido y votar por los diputados de otro partido?

Es absolutamente válido. Se da naturalmente en el proceso electoral. En los últimos tres procesos electorales hemos visto esta situación. El Partido Acción Ciudadana, que ganó las elecciones del 2014, y 2018, y el Partido Progreso Social Democrático, que ganó con el presidente Rodrigo Chaves las elecciones del 2022, no pasaron de elegir 13 diputados de los 57 que tiene la Asamblea legislativa, lo que los hizo gobiernos débiles, sin músculo político parlamentario para su gestión de gobierno.

Siempre les respondo a quienes así me interrogan, que lo correcto es dar el voto completo a un partido, con su candidato presidencial y sus candidatos a diputados, justamente para dar la posibilidad de un mejor gobierno.

Pero, la quiebra del voto que se hace es en cierta forma para fortalecer el poder de control político que tienen los diputados sobre el Poder Ejecutivo y sobre toda la administración pública. Esto probablemente se siga dando. Por eso es la desesperación del presidente Chaves de llamar a sus jaguares a lograr 38, 40 a más diputados, para poder tener el músculo legislativo que daría un poder político más efectivo, para hacer o deshacer institucionalmente lo que se proponga un presidente.

7.- Me preguntan, ¿qué es más importante para mí, la elección presidencial o la de diputados?

Las dos son igualmente importantes. Sin embargo, desde el accionar político más importante es la de presidente porque es donde se toman las decisiones y acciones políticas diariamente desde todas las instituciones del Estado y de la Administración Pública, que nos afectan positiva o negativamente, según las percibamos. Una decisión sobre alza de salarios y pensiones, congelamiento o no de salarios y pensiones, sobre crédito público, sobre becas y subsidios estudiantiles, sobre crédito para los productores nacionales etc., se toma desde el Poder Ejecutivo. La toma del poder, en este sentido, es lo más importante para el quehacer político inmediato y debe ser el tema central de un partido que participe con candidato presidencial. Si la toma del Gobierno no es el tema central de la lucha político electoral el partido que así participe es más una tertulia patriótica, un foro de discusión, o un grupo de amigos que se reúne para reflexionar de cualquier cosa menos de Política. Un partido político en un régimen y un sistema democrático que participa en elecciones lo hace para gobernar, para tomar el Gobierno, que es la forma de cómo se toma el poder.

Si solo se piensa en la representación parlamentaria o legislativa como finalidad electoral, no se está ante un partido político con vocación de poder. Se está ante un grupo de ciudadanos que desde el parlamento piensan que haciendo leyes se puede hacer un cambio institucional profundo, una revolución institucional. Será un grupo de ciudadanos o diputados que verán sus curules legislativas como meras tribunas para discursos políticos que se llevan a los oyentes de los debates parlamentarios. Ninguna revolución se ha hecho solo a base de discursos.

La presencia legislativa, para cambios institucionales y reformas profundas, solo es efectiva si al discurso parlamentario se le acompaña con la agitación de su contenido, con la movilización social en su apoyo y con la organización partidaria de los movilizados.

Comentaré en otros artículos otras inquietudes que me formulan.

Compartido con SURCOS por el autor.

Gobernar a punta de bronca: El arte de la Eristocracia

Msc. Esteban Beltrán Ulate
Profesor, columnista y militante del Partido de la Clase Trabajadora esbeltran@yandex.com

Había una vez un país donde una persona anunció que se comería la bronca, esa persona llegó a ser presidente, y en lugar de comerse la bronca lo que hizo fue crear más broncas. Hoy en día Costa Rica es gobernada a partir del fuego que genera la discordia, la manzana de la discordia alimenta la tensión popular, le echa gasolina al fuego. Lo anterior lo llamo Eristocracia, a continuación, les explico por qué.

Hay un relato antiguo de la mitología griega que cuenta como Éris, al no ser invitada a una boda e irrumpió en el banquete, lanzando una manzana dorada al aire y diciendo: para la más bella. Ese evento provocó una disputa entre las divinidades que tuvo que ser resuelta por el joven guerrero Paris, situación que lo llevó posteriormente a la caótica historia de la guerra de Troya. ¿Te resulta familiar esta historia?

El relato anterior, revela cómo a partir de la discordia, se cultiva la disputa en medio de los que comparten el pan, con el único objetivo de saciar la sed de poder de un individuo. A esto yo le llamo Eristocracia el arte de gobernar en medio de la discordia, en medio del caos. El Eristócrata no gobierna, simplemente provoca, y además le encanta tener las cámaras apuntando su imagen.

Esta forma de gobierno merece ser la analizada, pues crece como una mala hierba en nuestra región. El Eristócrata disfruta a carcajada limpia la controversia que genera entre sus gobernados, pues, en medio de su herida política, intenta saciarse con el caos que genera. Este tipo de políticos se presentan como seres iluminados, venidos de otro mundo, anuncian que se van a comer la bronca, y al final no se la comen entera, y además de eso lo que hacen es generar más bronca.

La Eristocracia debilita la democracia y es capaz de llevarla a un estado de agonía. El Eristócrata buscará por todos los medios, ser el centro de atención, y esto implica concentrar el poder, mientras los gobernados viven en discordia. Este tipo de gobernador procurará derrumbar cualquier contrapeso, cualquier oposición, cualquier voz diferente que lo confronte.

La manzana de la discordia ha sido lanzada al aire, ahora es tarea nuestra decidir, comernos la bronca o darle la espalda y rechazarla, para así, construir un nuevo futuro.

Lo político hoy

Por Arnoldo Mora

Como es habitual en los filósofos, comienzo por definir los conceptos fundamentales en los que se inspiran las reflexiones que emborronan las líneas siguientes. Estos conceptos se encuentran ya en el título de este artículo. Hago notar que no hablo de “política” sino de “lo político”, sustantivo neutro, lo que indica que no hablo de acciones, o de la dimensión antropológico-ética sino de una categoría que se sitúa en el ámbito de lo ontológico, es decir, en lo real; lo cual se debe a que considero que la crisis que actualmente vive con no disimulada angustia la humanidad y, por supuesto, afecta a nuestro país, no tiene antecedentes en la era contemporánea. Solemos opinar en torno al quehacer político señalando en tono acusador, como la raíz de todos los males de la sociedad, el que los políticos sean corruptos o incompetentes- cosa, por lo demás, que por desgracia, se da frecuentemente – pero no explicitamos o definimos lo que entendemos por “política”, dando por un hecho que todos hablamos de lo mismo; lo cual se presta a no pocas equivocaciones y hace que no siempre nos entendamos. Esto es muy grave, pues el quehacer político tiene como instrumento indispensable el diálogo, sin lo cual no hay comunicación entre seres humanos, con lo que la política pierde su capacidad de reconocernos como personas.

La noción tradicional de “política” la debemos a Maquiavelo, el creador de la política como teoría en la era moderna, entendiendo por “política” todo lo que tiene que ver con el poder, tanto de su conquista como de su ejercicio, sea como praxis, sea como formulación teórica o doctrinal que busca legitimarlo, lo que Marx llama “ideología”. Gracias a lo cual nos preguntamos de dónde viene ese poder del que hablamos, o cómo se articula su ejecución en una sociedad y en una coyuntura histórica dadas; porque mucho depende de lo que entendamos por tal el ejercicio mismo del poder político al que nos enfrentemos. Aclarar estos conceptos en torno al poder político es necesario para lograr una convivencia en una sociedad que aspira a ser “humana”. Es de esta reflexión radical que me ocuparé en estas breves líneas. Lo político hoy en día está en crisis, lo cual no significa algo peyorativo necesariamente, porque el ser humano siempre vive en crisis, es decir, en proceso de gestación, nunca está acabado, como muy bien lo han señalado los filósofos existencialistas. Por ende, lo que corresponde preguntarse es de dónde viene esta crisis actual y que ha llevado a que tanta gente menosprecie todo aquello que tenga que ver explícitamente con la política. Lo cual es un absurdo dado que no podemos vivir sin el quehacer político. Cada vez que nos ocupamos de la relación con el otro estamos ejerciendo alguna forma de poder, es decir, estamos haciendo política. Lo malo es que lo hacemos sin tomar conciencia de lo que estamos haciendo y del alcance de lo que hacemos. El origen y la raíz de todo lo malo que experimentamos y sufrimos, dice Heidegger, no es el mal uso de nuestro libre albedrío, como lo enseña la ética de origen judeocristiana, sino la rutina, el miedo o desidia de pensar, cuando las cosas se toman trivialmente a pesar de su gravedad; por lo que nos hacemos eco sin más de las voces provenientes del ambiente sociocultural que nos rodea. Esto es lo que debemos combatir. La crisis de lo político, a la que aludimos cuando nos referimos a la naturaleza de lo político, proviene de que lo que entendemos por tal en la edad contemporánea y se inspira en los principios ideológicos de la Revolución Francesa (1789) ya está dejando de ser funcionales. Hacer política en la edad contemporánea es construir el estado nación. De ahí que la ideología dominante sea el nacionalismo. El amor a nuestro terruño y el consiguiente rechazo a quienes nos invaden pretendiendo expoliarnos de nuestros recursos y riquezas, es la causa de las guerras en tantas latitudes de nuestro sufrido planeta. El origen de la violencia en los países periféricos, que habitan en todo el entorno que rodea a Occidente y que constituyen la inmensa mayoría, tanto de la población como de la extensión territorial, y que poseen la mayor parte de los recursos estratégicos por ser indispensables para el desarrollo de una sociedad, que pretende beneficiarse de la revolución científica y de sus implicaciones y aplicaciones tecnológicas. La consecuencia más significativa de la II Guerra Mundial es el proceso de descolonización que desde entonces viven las antiguas colonias de África, Asia y el Caribe; en el caso de Nuestra América, los procesos revolucionarios buscan romper los vínculos de dependencia de índole imperial.

Pero esto es tan sólo la condición indispensable (“conditio sine qua non”) para dar el salto de la era contemporánea a otra, que ya está en gestación y que se basa en el uso o aplicación de la inteligencia artificial, que constituye la gran revolución de nuestro tiempo. Aun así, la apropiación de los ricos y abundantes recursos naturales está en el origen de la violencia política imperante. Pero que involucra a toda la humanidad, pues ya no existen problemas políticos locales, todos nacen en un lugar pero pronto denotan poseer una dimensión planetaria. La humanidad es cada vez más unitaria, demostrando ser un sujeto único y ya no sólo un abigarrado mosaico de naciones particulares. Pero el desafío de estos países es que, siendo una sociedad basada en la conciencia nacional cuyo origen era una comunidad agraria, ahora debe convertirse en una sociedad abierta al mundo entero, construir un sujeto planetario pero que no se da automáticamente, sino que requiere crear organismos e instituciones regionales que promuevan la identidad nacional basada, no tanto en ideologías sino en tradiciones culturales, en donde la lengua materna juega el papel preponderante. Pero todo teniendo como meta la construcción de un poder planetario como medio idóneo, para asumir creativamente los desafíos que representan la galopante destrucción de los recursos naturales y la amenaza de un apocalipsis termonuclear en el campo político, desafíos que implican la posibilidad real de la desaparición de la especie sapiens. Por desgracia, las Naciones Unidas tal como fueron concebidas e impuestas después de la II Guerra Mundial por las potencias ganadoras, no responden a las exigencias de los tiempos actuales en pleno siglo XXI.

Quien parece estar llenando ese vacío es el Papado Romano. Hablo del “Papado Romano” y no de la Iglesia o religión católica, pues los católicos son muchos y muy variados en sus concepciones políticas, mientras que el Vaticano es un Estado que se rige por un centralismo político absoluto anterior al surgimiento de los estados nacionales, hasta el punto de que constituye la única teocracia y monarquía absoluta todavía existente en Occidente. Nadie como el Papa Francisco, recién fallecido, el primero en la historia proveniente de un país periférico, lo ha comprendido; lo cual explica la repercusión planetaria de su muerte y la expectativa que la elección de su sucesor ha despertado en el mundo entero, hasta el punto de que durante semanas ha sido el tema central de casi todos los medios de comunicación y de las cancillerías de países los más variados y dispares del planeta. Pero el papado nutre su poder en una concepción religiosa del mundo y de la vida; lo cual es válido en la dimensión última de la existencia, es decir, en el cuestionamiento en torno al destino de la humana existencia. Pero para el ejercicio del poder se requieren instituciones de índole estrictamente políticas, basadas en el consenso de los estados y nutridas de los valores culturales y en las relaciones comerciales de las regiones. Es por eso que se requiere una nueva y total refundación de las Naciones Unidas. Esto es lo que yo entiendo debe ser en la actualidad “lo político”.

Repensémonos

Luis Ángel Salazar Oses

Luis Ángel Salazar Oses, «Panga»
panga07@gmail.com

Dentro de doscientos millones de años la deriva continental volverá a unir nuestro mundo, ¿por qué no nos adelantamos un poco y volvemos a unir la humanidad? Nunca como hoy ha sido más urgente hacerlo, nunca como hoy se han dado las condiciones para lograrlo y nunca como hoy lo ha exigido nuestra natural esencia vital cooperativa. Repensémonos.

¿Podemos prescindir de quienes fabrican nuestros zapatos, nuestra ropa, de quienes realizan la higiene de nuestras ciudades, de quienes hacen posible la producción y suministros de los productos agropecuarios y pesqueros que consumimos, de quienes nos suministran la energía eléctrica y hacen posible nuestras telecomunicaciones, de quienes velan por nuestra salud, dictaminan nuestra enfermedades y recetan tratamientos, de quienes nos dotan de las medicinas apropiadas que nos curan, de quienes hacen posible los avances científicos y tecnológicos que hoy ya nos son indispensables, de quienes cotidianamente nos informan de quienes nos educan, de quienes construyen y mantienen nuestros hogares, de nuestros seres queridos…y de los otros, en fin, de los demás seres humanos?

¿Podremos prescindir de las fuentes naturales, de las materias primas de las que en todo aspecto han sido, son y serán los fundamentos de toda civilización humana ayer, hoy y mañana, del aire, del agua, del sol, en fin, de los orígenes de nuestra vital energía? Obviamente no podemos prescindir de nuestros semejantes esto es, de la Humanidad, ni de nuestra Madre Nutricia la Naturaleza, sencillamente porque no somos autosuficientes y, en todo momento dependemos de ambas para estar vivos y, ni qué decir, para desarrollarnos plenamente, por cierto, que, en conjunto o nada.

¿Por qué si somos absolutamente dependientes de las y los demás seres humanos y de la Naturaleza, hoy les tratamos tan mal? ¿Por qué a nuestros semejantes los vemos como reales o potenciales enemigos, separándonos de ellos mediante todo tipo de alarmas y demás protecciones y, a nuestro imprescindible medio ambiente lo envenenamos, lo sobreexplotamos, en fin, lo destruimos tan irracionalmente? En vez de amarnos nos odiamos los unos a los otros y, a nuestra Casa Grande la destruimos por sus bases mismas cotidianamente… ¿Por qué?

Después de un largo proceso evolutivo empezamos a ser humanos pensantes, comprendimos que habíamos alcanzado esta etapa gracias al trabajo que efectuábamos para obtener de la naturaleza de la que proveníamos y que, trabajo mediante, nos daba abrigo, alimentos instrumentos que multiplican nuestros esfuerzo y, que así, seguiríamos mejorándonos infinitamente. Entendimos también que el trabajo realmente impulsor del progreso integral es el humano. Pues bien, pronto empezaron las luchas por los medios de producción y, pronto también, quienes triunfaron entendieron que, en vez de matar a los vencidos, lo mejor era convertirlos en fuente de trabajo a sus servicio, en esclavos. Conclusiones lógicas para ese momento histórico de aún muy precarios medios de trabajo, y proto desarrollo científico y tecnológico que, conforme estos fuesen perfeccionados por los seres humanos, debiesen perder toda vigencia. Pero no fue así, más bien a partir de esas erradas conclusiones. se estableció y, naturalmente con las adecuaciones formales -no esenciales- marcadas por el evolucionar histórico, se mantiene hasta hoy, la división de la Humanidad en dos clases: la de los dueños de los medios de producción -explotadores- y la de quienes carecen de ellos: trabajadores dependientes de un salario y, de una forma u otra, explotados.

Los dueños de los medios de producción acumularon capital, con el que diversificaron sus medios de obtener ganancias -agropecuarias, industriales, financieras, etc., y, mediante el manejo directo o indirecto del poder político, Estado, por ejemplo, y cultural -educación, religión, medios de comunicación, etc., etc.-, se garantizaron su dominio. De esta forma dictaron las tesis de que el ser humano es el rey de la creación y que la competencia sin límites -«hombre lobo del hombre» -ellos son, por cierto, el lobo-, es el estado social natural.

Toda esta autodestructiva locura constituye hoy, en el colmo de la misma, el Sistema Capitalista Neoliberal que actualmente predomina en el mundo y que es Homicida – mata a la Humanidad que somos-, Ecocida -mata a la Madre Naturaleza de la que dependemos esencialmente-, Plutocrático -gobierno de los ultrarricos nacionales y transnacionales-, Cleptocrático -gobierno de los mega ladrones y, Patriarcal, esto es, de quienes se autoproclaman los supremos dictadores -«machos alfa»-, de nuestras normas de convivencia ético jurídicas, cuya hipócrita «super moral» y «legislación suprema», solo sirven para defender el estado de cosas que les conviene como oligarquía hegemónica que son que son. Por esto estamos en la antesala de nuestra desaparición como especie y de nuestro hábitat natural como casa grande. Este absurdo es tal que, gracias a la manipulación que sobre nuestras mentes ejercen hoy sus grandes medios de manipulación ideológica arriba anotados, como víctimas, ayudamos constantemente a nuestro victimario -este maldito Sistema-, a victimizarnos. Por eso nuestro llamado a repensarnos, a entendernos como esencial y absolutamente Humanitaristas, Ecologistas, Demócratas Participativos y Solidarios.

Debemos rechazar frontalmente las antinaturales e irracionales tesis que sostienen las argollas hegemónicas de ciertos países que se autoproclaman «el Pueblo poseedor del «destino manifiesto» o, peor aún, «Pueblo escogido», por inexistentes deidades, para dominar el mundo. Hoy más que nunca debemos apoyar e impulsar, quienes defendemos un mundo de auténticos seres humanos solidarios, esencialmente unidos a nuestra Madre Naturaleza y, conviviendo en medio de una auténtica democracia que solo puede ser participativa, a nivel mundial la defensa, fortalecimiento y ampliación de organismos como los BRICS Plus, que pretenden establecer precisamente un mundo multipolar, fundamentado en el mutuo respeto a la soberanía y autodeterminación de los países y, que fomentan el mutuo apoyo y colaboración a fin de que cada país se desarrolle según lo determine su Pueblo; a nivel regional entidades como la CELAC -unión de los países de América Latina Caribe incluido- y, acá en Costa Rica, al Gran Frente Amplio, conformado por el FA orgánicamente unido con el Pueblo y sus auténticas organizaciones comunales, sindicales, cooperativas. religiosas auténticas, estudiantiles, etc., etc., jamás con los partidos politiqueros que, reformismo más fascismo menos, esencialmente representan camuflada o descaradamente a la Plutocracia Cleptocrática dominante. Repensémonos racional, rigurosa y profundamente y, nos entenderemos como la Humanidad ubicada en el momento histórico preciso para salvarnos como especie, en la medida desde luego en que también salvemos a nuestro medio ambiente, si no entendemos esto y no actuamos en consecuencia, simplemente desapareceremos llevándonos, como la tortuga a su vital caparazón, a nuestro hábitat natural hacia nuestra cataclísmica tumba, Despertar, informarnos, unirnos, organizarnos, empoderarnos, movilizarnos y convertirnos en Poder Popular para luchar, así constituidos, por la paz integral fundamentada en la justicia plena económica, política, social, cultural y ecológica.

De aprendices y absolutistas

Lic. Javier Fco Cambronero Arguedas

Lic. Javier Francisco Cambronero Arguedas, Tomada de: http://www.encuentromunicipal.com/

Faltan 247 días para que el Tribunal Supremo de Elecciones llame a elecciones al pueblo costarricense y podamos votar para la presidencia de la república y la elección de 57 personas diputadas. Si ha sido importante con el paso de la historia, que como costarricenses nos fijemos muy bien a quienes vamos a elegir como nuestros gobernantes y representantes; la actual coyuntura demanda que hagamos un mayor esfuerzo, pues pocas veces en doscientos años de historia, nuestro futuro enfrenta un panorama desolador. Habrá que escoger entre una ruta que permita que sobreviva nuestro régimen democrático, como lo soñaron y construyeron nuestros abuelos, o ante nuestra indiferencia y pereza dejarlo perder y que sea la mediocridad, la vulgaridad y el fascismo los que sustituyan a las buenas formas del entendimiento y de acometer la búsqueda de soluciones a los graves problemas que nos agobian. No dejemos que la desesperanza ahogue nuestra fe y no seamos capaces de discernir en medio del signo de los tiempos. La violencia en todas sus formas ha venido ganando espacio y ella no ha sido un rasgo distintivo de nuestra sociedad y nuestro estilo de cómo vivimos y hacemos cambios a la democracia.

Vemos a superricos intentar gobernar al mundo e inducirnos a adorar el becerro de oro. Ya no se conforman con lo que tienen; lo quieren absolutamente todo y para ello no han dudado en tomar el poder político también, o colocar ingenuos y ambiciosos títeres que se plieguen a sus intereses.

Me aterra ver las formas de concentración de riqueza que han emergido en los últimos tiempos. Semejantes tan sólo a los inicios de la revolución industrial o de la expoliación de los recursos de América por parte de algunas potencias europeas al inicio de la Era Moderna.

Dentro de este contexto me he encontrado con una gran obra que posiblemente pocas personas han podido leer en Costa Rica. Se denomina Frente al Poder, donde su autor, el extraordinario periodista Martin Baron y ex redactor de Miami Herald, Boston Globe y Washington Post. La obra en español tiene menos de un año de publicada.

En una entrevista televisiva efectuada en 2018, sagazmente la octogenaria y brillante periodista norteamericana Lesley Stahl, le preguntó a Donald Trump, por qué insistía en denigrar a la prensa, respondió_ “¿Sabes por qué lo hago? Lo hago para desacreditarlos y menospreciarlos; así, cuando escriban cosas negativas sobre mí, nadie les va a creer”. Ojo, esta cita que planteo, es clave para entender mucho de lo que está ocurriendo en nuestro país.

Durante la campaña política desde octubre 2021 hasta hoy en día, por parte del presidente Chaves y la diputada Cisneros Gallo, rara vez ha faltado un día donde no se haya desacreditado la prensa o apuntar sus baterías hacia algo o alguien; cualquier estrategia de distracción es justificada con tal de evadir los graves problemas que enfrenta el país y la necesidad imperiosa de abocarnos a la búsqueda de soluciones. El ejercicio del poder político no puede ser reducido a un insultante, vulgar y abominable lloriqueo, “de que no se puede hacer nada porque no me dejan”, “o que tales y tales problemas son culpa de…” esa repugnante y patológica forma de reducir el ejercicio del poder a una eterna y estéril campaña política.

En esa pirotecnia discursiva primero se atacó a la prensa, luego a la Asamblea Legislativa, después a la Contraloría, posteriormente a gobernantes anteriores, a la fiscalía y magistrados, presidentes de los supremos poderes… Aún falta posar su atención dislocada y estrambótica, en el TSE. Cosa que probablemente pronto ocurrirá.

En esa enfermiza y delirante conducta, de conducir al Estado de Derecho y el imperio de la ley al límite; el perseguir y catalogar como enemiga a La Nación, al cerrar el Parque Viva (08-VII-22) y al acusar al banquero Baruch de evasión de impuestos ante Tributación Directa (I-23) rayan con saltarse la institucionalidad con baladíes artimañas, y en el plano de la gobernanza política hacen gala de una incapacidad absoluta de liderar procesos de reforma política, no sólo enviando proyectos de ley defectuosos sino además desaprovechando los periodos de sesiones extraordinarias, donde el Ejecutivo posee la iniciativa de ley que la Constitución Política les concede. Allí también Chaves y sus adláteres han mostrado una asombrosa ineptitud. Pretendieron atacar al Grupo Nación y dañar sus inversiones.

Curiosamente desde la campaña política, antes de mayo de 2022, Cisneros y Chaves atacan a un sector de la prensa llamándoles “prensa canalla”. Observen la gran similitud de tal conducta con lo expuesto por Trump en su primera campaña y mandato en EEUU. La Nación, CRhoy, Teletica, son de lo peor para el chavismo; pero esa misma prensa canalla que atacan hoy y mañana también, es objeto de reconocimiento por parte del presidente Chaves cuando el 1 de diciembre de 2022, día de abolición del ejército, al hacer un homenaje a doña Olga Cozza, dueña de Teletica por su aporte a la democracia costarricense. ¿Entonces??!!. Más grave aún, el 12 de marzo de 2024 ante el recrudecimiento de la persecución de la iglesia en Nicaragua, Chaves se resiste de acusar de dictadura al régimen Ortega-Murillo.

Estos perversos deseos de torcer la verdad, de rodearse de secretismos y faltas a la transparencia, hacen que el lobo del fascismo asome sus puntiagudas orejas. Este es un buen momento para recuperar algunos pasajes del texto De Calderón a Figueres, de Eugenio Rodríguez Vega, donde describe algunas de las conductas más deleznables del Calderonismo, en la década de los cuarenta, sobre persecución política y, violación del marco jurídico vigente y atisbos de una especie de estado totalitario.

Aquí no podemos permitir que la democracia muera en la oscuridad. Esta temeraria conducta de violar las normas y soslayar la democracia, puede irremediablemente propiciar que otros se animen a hacer lo mismo, erosionando las normas más mínimas del respeto y la convivencia pacífica. El aumento de lenguaje violento en diversos espacios, de discursos de odio e intolerancia hacia ciertos grupos, como las mujeres o grupos de orientación sexual diversa, son señales de que vamos por mal camino y evidencia un serio retroceso en aspectos que considerábamos que la sociedad ya había superado. Hoy por hoy, los ticos estamos convencidos que el lenguaje utilizado por Cisneros y Chaves incentiva y genera violencia, cada vez vemos más funcionarios del ejecutivo envalentonados utilizando este tipo de violencia verbal.

Volviendo a Trump y su manera de enfrentar a la prensa, a finales de enero de 2020 en 346 preguntas que le fueron hechas en el contexto del avance de la pandemia ocasionada por el COVID-19 -pandemia que no reconoció sino hasta en forma tardía- en 113 de ellas atacó a alguien en sus respuestas. Ese mismo año antes del 2 de noviembre, los expertos habían comprobado 503 falsedades en sus declaraciones. Se constituía en una persona mitómana; en su primer año de presidencia promediaba 6 mentiras al día, pasó a 16 en 2019 y 39 diarias en 2020. Para muchos periodistas “sus mentiras constituían una amenaza cancerosa a la democracia americana”. En nuestro caso, en la tercera semana del mes de enero de este año, acaba el presidente Chaves de presentar un proyecto de ley para eliminar las denominadas pensiones de privilegio, cuando en honor a la verdad, ya la legislación existente contempla topes a las mismas y establece su extinción. ¿Por qué semejante muestra de cinismo?, pues él era ministro de Hacienda cuando en el gobierno anterior se dieron dichas reformas. ¿A quién pretende engañar? Vaya usted a saberlo.

Hoy, no seremos cómplices ni testigos mudos del aumento desmedido de la violencia. Vemos crisis en la Policía de Control de Fronteras, en Vigilancia Aérea, en el Servicio de Guardacostas. Por la terminal de APM en Moín sigue pasando droga en cantidades industriales hacia Europa, mientras la captura de cocaína ha caído en forma estrepitosa. No en vano medios como El País en España, Le Monde en Francia, New York Times en EEUU y El Universal en México, han publicado sendas notas, destacando penosamente en lo que se ha convertido nuestro país en los últimos años.

La renuencia a saldar deudas del estado con la CCSS y a impulsar un verdadero mejoramiento de servicios en salud desde la benemérita institución, es grave y calamitosa.

Los severos daños al financiamiento de la educación pública y la desprotección del agro en la producción de alimentos, alcanza niveles críticos.

Rara vez hemos visto tanta inutilidad e incompetencia juntas. Pareciera que hay una voluntad manifiesta de Cisneros y de Chaves de conducirnos hacia un estado fallido y generar un retroceso en los importantes logros sociales y económicos que hemos acumulado en los últimos cien años de historia. En ese pasado dudo que haya muchas cosas de las cuales debemos arrepentirnos los costarricenses y que sean causa de sonrojo. Todo lo contrario, nuestros sabios abuelos fueron capaces de heredarnos una patria sustentada en la justicia social, progreso y bienestar, donde el trabajo honrado y la preocupación de unos por otros han sido los pilares fundantes. Claro, en esa ruta ha habido imperfecciones, errores y corrupción. Pero esta administración ha perdido la oportunidad de emprender reformas de calado y ha desperdiciado el tiempo mirándose acaso el ombligo. Nuestro acervo moral nos dará la fuerza para emprender dentro del régimen de derecho, las reformas para retomar el sendero de un país más inclusivo, más solidario y que siga generando oportunidades para su juventud, mujeres, combatir la pobreza y la exclusión de forma más eficiente. Poder soñar y construir un futuro mejor para todos, sobre todo los marginados y excluidos a quienes la institucionalidad no puede fallarles; aunado a ello la existencia de partidos políticos que retomen la senda de la formación, capacitación y la generación de propuestas de largo y mediano plazo.

El matonismo, malacrianza y violencia verbal que son las formas que ha seleccionado esta administración para comunicarse, han de ser contrarrestadas con la verdad, las buenas maneras y la decencia. El anhelo de soñar con un pueblo más culto y educado no son negociables. Infamias como tomar recursos destinados a la formación tecnológica de niños y jóvenes de zonas marginales, para pagar una póliza que proteja a los jerarcas de sus torpezas, mentiras y ocurrencias, no debe tener cabida en un país que se precia de democrático y civilista.

La validación que hoy se hace desde varias partes del Ejecutivo para justificar y practicar violencia, agresiones contra ciudadanos, seguir contrarios políticos y agredir brutalmente a la naturaleza, hordas de troles en redes sociales financiados sabe Dios con qué recursos, alabando a ciertos funcionarios púbicos, elevándolos a condiciones de cuasi dioses; sólo evidencia una ruta fascista de pérdida de libertades y de constreñir el espíritu civilista y democrático que hemos cultivado por décadas, para que ahora una gavilla de advenedizos, liderados por un aspirante a monarca, pretendan borrar de un plumazo todo resabio de civismo y democracia, añorando una Carta Magna hecha a su medida, como ya lo han logrado Ortega y Bukele en El Salvador.

Hoy debemos preguntar a Cisneros, a Chaves y sus acólitos: ¿por qué ese morboso deseo de debilitar los cuerpos de seguridad del país? ¿Por qué sospechosamente debilitar la educación pública que ha sido orgullo mundial hasta hace poco? ¿Por qué debilitar la seguridad social al no proveer de más recursos y una adecuada y sana gestión de la CCSS? ¿Por qué temerariamente destinar cada vez menos recursos al combate de la pobreza y la desigualdad a través de limitar becas para estudiantes y reducir los bonos de vivienda?

Para bufones, arlequines e inútiles ya no hay espacio.

Dentro de 459 días habrá nuevos inquilinos en Zapote. Y es con movilizaciones, ideas y argumentos como podrán ser derrotados esos espurios, infames y sedientos deseos de quienes sueñan con más poder y que con ardid confunden lo púbico con lo privado. No olvidemos que Chaves fue electo con una menor cantidad de votos que Alvarado. Y que Alvarado Quesada fue electo con una menor cantidad de votos que Solís Rivera. La desafectación que siente esta generación por lo político debe conducir a una sacudida nacional que nos saque del conformismo, la indiferencia y de cierta modorra tropical, antes de que seamos despojados de nuestros derechos más elementales.

O tendremos allí sentada un persona lacayo de Cisneros y Chaves absolutamente inoperante e incapaz de reaccionar ante los desafíos que la patria demanda. O alguien capaz de reencontrar y renovar la ruta costarricense dentro de un marco democrático y que con sagacidad sabrá liderar, diseñar, discutir y proponer salidas a los atolladeros que hoy nos abruman.

26-I-25

El narcotráfico como factor de cambio sistémico

Miguel Sobrado

En el libro «América Latina: crisis del Estado clientelista y la construcción de repúblicas ciudadanas«, se argumenta que la aparición del narcotráfico en la región representa un punto de cambio significativo en las relaciones de poder debido a varios factores interrelacionados.

Impacto del Narcotráfico en el Poder Político

Competencia con el Estado: Los cárteles de narcotráfico han adquirido un poder económico que les permite competir directamente con el Estado. Esto ha llevado a una erosión de la autoridad estatal, ya que los narcotraficantes pueden ofrecer recursos y servicios que el gobierno no puede proporcionar, creando así una alternativa al clientelismo tradicional.

Desplazamiento de Oligarquías: La industria del narcotráfico ha desafiado el poder de las oligarquías tradicionales, que históricamente han controlado las estructuras políticas y económicas. Al introducir una nueva dinámica de poder basada en la riqueza generada por el narcotráfico, se han abierto espacios para que actores previamente excluidos participen en la economía y la política34.

Fragmentación del Control: La estructura descentralizada y fragmentada del narcotráfico, donde múltiples grupos compiten por el control territorial y las rutas de tráfico, ha debilitado aún más la capacidad del Estado para mantener el orden. Esto ha llevado a un aumento de la violencia y a una lucha constante por el dominio entre diferentes organizaciones criminales12.

Consecuencias Sociales y Económicas

Inseguridad Ciudadana: La expansión del narcotráfico ha contribuido a un aumento significativo en la inseguridad y la violencia en muchas comunidades, lo que afecta directamente la calidad de vida de los ciudadanos y su confianza en las instituciones13.

Corrupción Institucional: La infiltración del narcotráfico en las instituciones gubernamentales ha generado casos de corrupción que socavan la efectividad de las políticas públicas. Esto crea un ciclo vicioso donde los gobiernos son incapaces de actuar eficazmente contra el crimen organizado debido a su propia corrupción interna4.

Nuevas Formas de Organización Social

El narcotráfico no solo altera las dinámicas de poder tradicionales, sino que también ha llevado a nuevas formas de organización social. Las comunidades afectadas por la violencia y la exclusión están comenzando a buscar alternativas al clientelismo, promoviendo una ciudadanía más activa y autónoma que desafía tanto al narcotráfico como al Estado en su forma actual34.

En resumen, la aparición del narcotráfico en América Latina ha transformado radicalmente las relaciones de poder, desafiando tanto al Estado como a las estructuras sociales tradicionales, lo que plantea serios retos para la construcción de democracias efectivas en la región, a menos que se prepare una reforma progresiva del Estado que habilite con organización autónoma y educación actualizada a los sectores excluidos.


SURCOS presenta una síntesis del libro América Latina: crisis del estado clientelista y la construcción de repúblicas ciudadanas enviado por Miguel Sobrado, uno de los autores:

De acuerdo con el premonitorio libro «América Latina: crisis del estado clientelista y la construcción de repúblicas ciudadanas» de Miguel Sobrado y Juan José Rojas, (2003 Mx y 2006 CR) no abordar los problemas estructurales asociados al clientelismo y no avanzar hacia la construcción de repúblicas ciudadanas conlleva varios riesgos graves para el desarrollo político, social y económico de América Latina.

Algunos de los principales riesgos señalados en el texto son los siguientes:

  1. Persistencia de la corrupción sistémica
  • El clientelismo fomenta un sistema en el que las decisiones políticas y la asignación de recursos están motivadas por intereses personales o partidistas, en lugar del bien común. Si no se desmantelan estas prácticas, la corrupción se vuelve estructural, perpetuándose en todos los niveles de gobierno.
  • Esto genera desconfianza hacia las instituciones, debilitando la legitimidad de los gobiernos y alejando a los ciudadanos de los procesos democráticos.
  1. Crisis de gobernabilidad
  • La incapacidad para responder de manera efectiva a las demandas ciudadanas y combatir la desigualdad genera un clima de inestabilidad política y social. Esto puede derivar en protestas masivas, disturbios sociales y una mayor polarización política.
  • Los autores advierten que esta crisis de gobernabilidad puede llevar a ciclos de autoritarismo, donde sectores políticos buscan imponer orden mediante la represión y la limitación de derechos democráticos.
  1. Consolidación de las desigualdades estructurales
  • El clientelismo tiende a beneficiar a pequeños grupos de poder, dejando de lado a los sectores más vulnerables de la población. Si no se hacen cambios, las brechas económicas, sociales y de acceso a oportunidades continuarán ampliándose.
  • Esta exclusión social crónica fomenta resentimientos y divisiones dentro de la sociedad, dificultando la cohesión social necesaria para el progreso.
  1. Debilitamiento de la democracia
  • Los sistemas clientelistas socavan los principios democráticos al priorizar las lealtades personales sobre el voto informado y la participación ciudadana. Esto genera una cultura política basada en el oportunismo y la falta de accountability.
  • La permanencia de estas prácticas pone en riesgo la calidad de la democracia, abriendo paso a regímenes populistas o autoritarios que se aprovechan del descontento social.
  1. Estancamiento económico
  • La corrupción y el clientelismo afectan negativamente el desarrollo económico, ya que distorsionan la asignación de recursos públicos y desincentivan la inversión extranjera y nacional. Además, generan ineficiencia en la gestión pública y la provisión de servicios esenciales.
  • En un entorno marcado por la corrupción y el favoritismo, las oportunidades de desarrollo y crecimiento económico quedan restringidas a unos pocos, perpetuando la pobreza y el subdesarrollo.
  1. Aumento de la violencia y el crimen organizado
  • Los autores señalan que, en ausencia de instituciones fuertes y transparentes, el crimen organizado y la violencia pueden florecer, aprovechándose del debilitamiento del estado de derecho. Esto pone en peligro la seguridad de los ciudadanos y socava aún más la confianza en las instituciones públicas.
  1. Pérdida de la cohesión social
  • En una sociedad marcada por el clientelismo, las relaciones sociales tienden a basarse en la dependencia y los favores, en lugar de la igualdad y el respeto mutuo. Esto genera divisiones sociales, fragmentación comunitaria y una menor capacidad para organizarse colectivamente.
  • Sin cambios, los lazos comunitarios se debilitan y los ciudadanos se sienten impotentes frente al sistema, lo que perpetúa la apatía política.
  1. Riesgo de colapso institucional
  • Si no se abordan las raíces del clientelismo y la corrupción, las instituciones públicas pueden entrar en un proceso de degradación progresiva, volviéndose incapaces de cumplir con sus funciones básicas.
  • Esto podría desembocar en el colapso de la confianza pública y en una crisis institucional de gran magnitud, que amenace la estabilidad del sistema político en su conjunto.

Conclusión:

El libro advierte que, de no implementarse los cambios necesarios, América Latina corre el riesgo de quedar atrapada en un ciclo de subdesarrollo político, económico y social. Esto no solo limita las posibilidades de progreso, sino que también perpetúa la desigualdad, la corrupción y la violencia endógena, dificultando la construcción de sociedades más justas y democráticas. Para los autores, la superación del clientelismo es clave para garantizar la sostenibilidad de las democracias en la región.

Callejón sin salida

Walter Antillón

Como cabeza de la organización estatal para impartir la justicia en Costa Rica, desde hace varios decenios la Corte Suprema ha venido errando en los fines y en los medios, en una demostración ‘muy humana’ de arrogancia, sometimiento e improvisación.

Hace mucho tiempo nuestro sistema judicial viene dando muestras inequívocas de obsolescencia, pero el grueso de los miembros de la Corte finge no advertirlo, porque sabe que, técnicamente hablando, uno de los cambios requeridos es la desaparición de sus propias potestades de dirección y gobierno del sistema (con el prestigio, los lazos y los anejos privilegios); lo cual para ellos, simplemente, no es negociable.

Costa Rica no está sola en esta deslucida situación: la acompaña todo el resto de Centro América y no pocos países del Sur en, los que hasta ahora el poder político y económico ha sido detentado por oligarquías o tiranos que no quisieron ni querrían vérselas alternando con órganos judiciales independientes y garantistas que, irremediablemente, les pedirían cuentas de sus actos.

A través de sus órganos especializados, como el Consejo y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos y varias Relatorías Especiales, la Organización de las Naciones Unidas ha atesorado la mejor doctrina existente en materia de organización judicial. Y Costa Rica ha tenido el privilegio de que la ONU se haya interesado particularmente en los problemas de la justicia que el País está enfrentando, y ha ofrecido su ayuda para superarlos con criterios modernos y bien probados. Pero la Corte Plena le ha cerrado la puerta, y con ello se ha cortado a sí misma la salida, con una muestra inconcebible de ceguera y absurda prepotencia.

El problema para Costa Rica es que, a lo que parece, nuestra organización de justicia se está acercando al final del callejón, donde empieza a aparecer la sumatoria de las consecuencias de las improvisaciones y los palos de ciego, los abusos de poder, las indebidas tolerancias, el crecimiento de las frondas burocráticas, la sumisión al poder político, la maraña de las comisiones sin estrategia; la formación de bandos transversales con lazos politiqueros para ejercer el ‘lobbismo’ interno e interinstitucional: todo menos la simple y serena administración de la justicia, independiente e imparcial. Veamos algunos hechos significativos en orden cronológico:

  1. Año 2002, un hombre con influencias, Oscar Arias Sánchez, negocia con algunos magistrados de la Sala Constitucional una reforma de la Carta que le permitirá aspirar a la reelección presidencial. Esto (y otros hechos anteriores y posteriores) fue posible porque, como es vergonzosamente obvio, el sistema de nombramiento de magistrado coloca a éste a merced de las cúpulas políticas.
  2. Aprobado en 2007 el TLC con Estados Unidos, y sometidas sus leyes complementarias a escrutinio constitucional durante los años siguientes, el Presidente Arias negocia con el Presidente de la Corte para colocar a un asesor suyo como magistrado suplente en la Sala Cuarta, a fin de asegurar con su presencia el rechazo mayoritario de los recursos planteados contra dichas leyes (las correspondientes resoluciones de la Sala ostentan los honorabilísimos votos salvados de Fernando Cruz y Gilbert Armijo).
  3. Durante la década siguiente, profundizando la tendencia de las cúpulas políticas de subordinar la justicia a sus intereses, se suceden en la Asamblea Legislativa nombramientos y reelecciones de magistrados políticamente comprometidos, como fueron los casos de Jesús Ramírez, Luis Fernando Salazar, Carlos Chinchilla, Celso Gamboa y otros.
  4. En fecha 24 de marzo de 2016 el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas llamó la atención a Costa Rica sobre el tema de independencia judicial interna por procesos disciplinarios seguidos en la Corte Suprema de Justicia a un juez por aplicar criterios de convencionalidad e instó a “asegurar y proteger la independencia e imparcialidad de los jueces y garantizar que la toma de decisiones judiciales esté libre de todo tipo presiones e injerencias”.
  5. En setiembre del mismo año la Asamblea Legislativa cocina el nombramiento de Luis Porfirio Sánchez Rodríguez como magistrado de la Sala Segunda: pero la cosa estuvo consumada a trechos, con fórceps, en condiciones equívocas, quedando derrotadas dos candidatas especialistas con mucho mayor experiencia y preparación. Fue un nombramiento parte de una serie de nombramientos políticamente arreglados que tuvieron lugar en esos años, con el designio tramposo de domar a la Corte, ‘para tranquilidad de todos’. (Estaban recientes las condenas de los expresidentes)
  1. El escándalo del Cementazo, en su vertiente judicial, destapado en 2017, provoca la defenestración de tres magistrados de la Sala Penal (entre ellos, el Presidente de la Corte), y del Fiscal General, y una sanción para el veterano magistrado Ramírez: todos ellos atrapados en componendas con diputados, empresarios y personajes políticos. Este episodio mancha la hasta entonces impoluta imagen de la justicia costarricense; y desencadena la preocupación de los órganos especializados de Naciones Unidas: como se verá, las deficiencias judiciales de nuestro País concentrarán su atención en los años siguientes. Pero en la Corte Plena el asunto no pasa a más: todos miran para otro lado y el resto de los ‘lobbistas’ encaja el golpe y continúa sus actividades.
  1. En 2018 arranca la presidencia de Carlos Alvarado con la Ley de Fortalecimiento Fiscal, aprobada gracias al oportuno blindaje de la Sala Cuarta, y a pesar de una prolongada huelga general del funcionariado público. Es un nuevo capítulo del asedio neoliberal a nuestro Estado Social de Derecho.
  2. Entretanto, la Relatoría Especial de la ONU sobre independencia judicial, pasado un tiempo prudencial sin iniciativas de cambio de parte de la Corte, dirige “al Gobierno de Costa Rica” la nota OL-CRI 3/19 del 12 de julio de 2019, en la que lo insta a “adoptar y aplicar las medidas necesarias para garantizar que el proceso de selección y nombramiento de las altas magistraturas esté basado exclusivamente en criterios objetivos y transparentes y que tengan por objetivo asegurar la integridad, idoneidad y la formación o calificación idónea de las personas seleccionadas. Dicho proceso ha de adecuarse a los estándares y principios internacionales de la independencia judicial.” Para el gobierno de Alvarado y su mayoría parlamentaria la crisis judicial era ‘miel sobre hojuelas’, porque favorecía su estrategia neoliberal; de modo que la instancia del Relator Especial queda en el vacío.
  1. Con el control legislativo, la pasividad del Poder Judicial y la ayuda de la prensa, Alvarado consigue, entre otros golpes, debilitar las pensiones judiciales y las instituciones de la huelga y el sindicato, imponer la Regla Fiscal y tramitar una nueva Ley Marco de Empleo Público.
  2. Entre tanto, a fin de reforzar futuras gestiones, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con fecha 23 de julio de 2020, instó “a todos los Gobiernos a cooperar con el Relator Especial y a prestarle asistencia en el desempeño de su cometido, a facilitarle toda la información necesaria que solicite, a responder sin dilaciones indebidas a las comunicaciones que les haga llegar, y a considerar la posibilidad de acceder a sus solicitudes para visitar sus países y de poner en práctica sus recomendaciones”.
  3. Pocos meses después, en la misma línea, la citada Relatoría Especial, mediante la nota OL CRI 3/2020 de 27 de octubre de 2020, aborda de nuevo el problema judicial de Costa Rica, para recomendar: “2. Que se impulsen los esfuerzos necesarios para cesar las amenazas a la independencia judicial causadas por intromisión en la autogestión del poder judicial, la regresividad de derechos sociales y económicos y que se adopten las medidas de derecho interno que sean necesarias para dejar sin efecto, y haciendo cesar, los actos causantes de las violaciones a la independencia judicial aquí establecidas. 3. Exhortar al Estado de Costa Rica a adecuar su legislación a los principios y garantías de la independencia judicial consagrados internacionalmente y resolver lo antes posible las acciones constitucionales que ponen en entredicho ciertas leyes”.
  4. Acogiéndose a una ‘invitación abierta’ de la Cancillería costarricense (Oficio DGPE-838-2019 de 29 de agosto de 2019), la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos anunció la intervención del Relator Especial Diego García Sayán en la sesión de Corte Plena del 24 de mayo de 2021, la cual fue agendada por la Secretaría de la Corte para las 9 am.; pero inesperadamente varios magistrados cuestionaron la intervención y finalmente votaron rechazándola por mayoría. ¿Cómo pudo pasar esto? Ese grupo mayoritario, con lujo de cinismo y desvergüenza, cometió la atrocidad de rechazar la intervención del Relator Especial que había sido gestionada por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, pisoteando con ello reglas elementales de la. Comitas Gentium y colocándose al margen de la legalidad internacional, a la altura de un Daniel Ortega. Y lo hizo porque sabía que cualquier propuesta racional para modernizar la organización de la justicia, amenaza inexorablemente el poder al que dicho grupo se halla aferrado con uñas y dientes.
  1. Aquí necesito volver atrás: la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1997 creó los ‘letrados’ (abogados asistentes) de los magistrados (artículo 50) y autorizó a la Corte Plena (artículo 66) a formar comisiones permanentes, especiales y temporales; y estas novedosas disposiciones generaron cambios cualitativos insospechados en el paradigma y en el funcionamiento de la Corte misma, y de las Salas que la integran.
  2. Por el III Informe del Estado de la Justicia, correspondiente al año 2018, nos enteramos de que ya entonces las magistradas y los magistrados, junto con gran cantidad de otros funcionarios judiciales y extrajudiciales, y de ciudadanos particulares, presidían o formaban parte de 134 comisiones dedicadas a una gran variedad de propósitos.
  3. A la fecha de hoy, gran número de magistrados ha delegado en sus letrados el estudio de las causas y la redacción de las sentencias, actos que la Constitución y las Leyes les asignaron a ellos como su exclusiva función; y lo hacen para dedicar sus energías a la gestión de asuntos administrativos, parcial o totalmente ajenos a la misma. Y fue precisamente en vista de esas labores gerenciales que los magistrados decidieron, desde el año 2008, incrementar sus ya altos salarios.
  4. En esas circunstancias, era fácil suponer una tendencia difusa a la preterición de las funciones judiciales. De modo que, cuando en enero de 2024 la jueza Silvia Elena Arce Meneses demostró que los magistrados de la Sala II, empezando por su Presidente Porfirio Sánchez, arrastraban una mora de años en la solución de numerosos asuntos de su competencia (aunque cada uno de ellos dispusiera de cuatro letrados a su servicio), lo que hizo fue revelar el cambio perpetrado de paradigma: al margen de la Constitución, un sector de los magistrados de la Corte (que excede los de la Sala II) ha perdido el rumbo, pero se niega a admitirlo: se niega a admitir su extravío. Y al igual que lo ocurrido con la visita del Relator Especial, contra toda razón, incluso contra el parecer de la Dirección Jurídica, contra jurisprudencia inequívoca de la Sala Constitucional, (Sesión 08-2024 de 26 de febrero de 2024), once magistrados se encierran en su negativa, y decretan que la promovente no está legitimada para pedir que se ventile la llaga.
  5. Ahora tenemos que el mismo magistrado de marras, Porfirio Sánchez Rodríguez, sin intentar explicar su inexcusable atraso como juez, viene a pedir a la Asamblea Legislativa que el próximo 28 de agosto en curso lo reelija en su cargo por otros ocho años; y con esta noticia nos percatamos de que, de alguna manera, después de todo lo narrado, con este último caso se está cerrando una especie de círculo infame, porque es evidente que la candidatura del magistrado Sánchez fue decidida políticamente con anterioridad a la votación, y que, por encima de eso, él no se ha molestado siquiera en cumplir sus auténticas obligaciones. Generalmente no resultaba fácil no reelegir a un magistrado, pero las cosas pueden presentarse diferentes ahora que el voto es público y motivado. Son muchas y muy serias las inconsistencias del candidato Porfirio, las denuncias de su inconducta, acumuladas desde tiempos anteriores a su designación: en conjunto nos indican que ésta fue un desacierto, obra de la politiquería. Esto… ¿quién querrá refutarlo en el Plenario?

El futbol ¿deporte, economía o política?

Juan Huaylupo

El futbol es el deporte de multitudes al que se irán agregando otros por su creciente aceptación, su origen popular se desconoce, no ha sido explorado o se ha ocultado, pero no fue gestado por un solo pueblo, aunque si fue formalizado oficialmente por los ingleses en 1848 y desde entonces, regulado por las organizaciones que se centralizan en la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), sin perder su carácter popular por su histórica práctica y raigambre que aun nutren, con extraordinarios jugadores, al futbol profesional.

En el pasado y también en el presente, el futbol solo se requiere del entusiasmo para divertirse y fraternizar, sea con una pelota de trapo, un recipiente u otros objetos, es suficiente para iniciar un juego en la pobreza de sus espacios sociales y donde incluso se intercambian jugadores para una mejor equidad deportiva.

No obstante, cabe reconocer que el futbol se transformó con su oficialización, porque se privatizó una tradición y práctica popular, a la vez que se despojaba formalmente de la creatividad e imaginación de jugadores y seguidores, para convertirse en una actividad regulada por una potencia que imponía regulaciones y condiciones al futbol, como también lo hacía en su quehacer colonialista y militar al mundo. Así, también el futbol se convertía en un símbolo del poder imperial, una relación peculiar donde se articula lo popular con el poder político, sin ser una integración armoniosa, pero tampoco conflictiva. La regulación en el futbol se transformaba en una forma condicionadora de multitudes que en el presente se ha extendido a escala nunca imaginada, para formar parte de la geopolítica global.

Recordemos la Alemania de 1936, en ocasión de los Juegos Olímpicos, el fascismo hitleriano manipuló los deportes y alteraba particularmente los resultados futbolísticos para falsamente mostrar una superioridad que enmascaraba asesinatos y represión a judíos, gitanos y a todos quienes no fueran blancos. Asimismo, Argentina en 1978, con el régimen de terror de la Junta Militar de Videla, en complicidad con la FIFA, celebró el mundial de futbol que terminaba con el triunfo de argentino como medio para ocultar, despreciar o minimizar los miles de opositores, de familias asesinadas y secuestradas, así como se apoderaban de los hijos de las madres en gestación que hacían desaparecer por atribuirles delitos contra la Seguridad del Estado. Fue en ese mundial que se evidenció la injerencia económica internacional en el futbol al cambiar la pelota oficial para ser sustituida por la “Adidas Tango”, mostrando transparentemente su globalización financiera.

El deporte futbolero abriga violencia al simular y promover enfrentamientos entre naciones y colectividades locales, como expresión o creación de rivalidades reales o simbólicas entre colectividades. Así, el desenlace bélico en 1969 entre Honduras y El Salvador fue un partido de futbol. La violencia en el deporte futbolero no está libre de tensiones territoriales, políticas, segregacionistas o migratorias entre sociedades.

En la reciente Copa América donde nuevamente triunfa el equipo argentino, coincidentemente o no, el extremismo liberal de Milei magnificaba el triunfo futbolístico contra Colombia, mientras liquidaba las políticas públicas, eliminaba ministerios, despedía a miles de funcionarios públicos, así como devaluaba la moneda, entre otras medidas, a la vez que criticaba la posición anticonservadora del gobierno colombiano de Petro.

Los permanentes eventos futbolísticos inundan, diaria y mediáticamente, con entrevistas, declaraciones y estadísticas del futbol que atentan contra la inteligencia, pero que mantienen prisioneros y nutren las interminables discusiones cotidianas en la población, mientras que oculta y falsea información del genocidio en Medio Oriente, la guerra en Europa y los preparativos de la OTAN para una tercera confrontación mundial.

La supeditación del futbol a la política no es una novedad, como tampoco lo es la educación. Todos o gran parte de los Estados intervienen en el deporte futbolístico y en la educación, porque consideran necesario controlar, subordinar y disciplinar a las masas.

Al parecer existen en el futbol y en otros ámbitos, aunque desconociendo que son seguidores de Helvetius (1715-1771) quien afirmaba que los individuos buscan el placer y rehúyen el dolor como algo constitutivo. El placer del triunfo o la dicha de ganar, o causar dolor a los otros, contrincantes, competidores o adversarios, está arraigado en el futbol y en cotidianidad imperante, lo cual es una práctica totalitaria del cual nos habla Maquiavelo (1469-1527), pues la separación entre las masas subalternas tranquiliza y perenniza al poder antipopular.

La competición en el futbol y otras actividades, no son para fraternizar, sino para lograr una eterna confrontación que divide y aísla, pero que resulta extraordinaria para dinamizar la economía, la corrupción y los negocios, así como el enriquecimiento de organizadores, directivos y jugadores. Por ello, los países se disputan por ser sedes de algún evento deportivo, dado que son muchos millones de euros o dólares que los que también están en juego.

De este modo, los amantes del futbol están cercados, tanto por el placer de un deporte y la frustración, sentimientos encontrados que en un contexto individualista y mercantil, contribuyen a la perdida de libertad y obnubila conciencias, pensamientos y alternativas solidarias, Voltaire (1694-1778) afirmaba “¡Ay de nosotros si las masas empiezan a razonar!”.

Responsabilidad compartida

Marlin Oscar Ávila
11 de julio de 2024

En Honduras, muchos empresarios consideran que ellos son el factor principal de desarrollo de su país. Piensan, con cierta razón que, al invertir sus ahorros ganados en anteriores negociaciones, en proyectos qu en los actores esenciales del desarrollo. Lo que consecuentemente, les hace creer ser quienes determinen la estrategia en sí misma. Sin embargo, eso no es así. Definitivamente faltan otros actores y elementos esenciales que hacen llegar al cumplimiento de los objetivos y metas del desarrollo parcial o total.

Actualmente se discute entre sectores de las «denominadas fuerzas vivas» (principalmente empresarios) y autoridades municipales de San Pedro Sula, la utilización del área geográfica cubierta por la sierra del Merendón, frente a la ciudad de San Pedro Sula.

En el contexto actual, con su alcalde, Roberto Contreras, tratando de ascender a niveles superiores de poder político, con una ciudadanía poco organizada y poco politizada, y un empresariado muy dinámico, buscando ejecutar proyectos de vivienda e infraestructura turística, sin la debida licencia ambiental por su muy baja conciencia sobre la importancia del equilibrio ecológico, produciendo un alto riesgo hacia la deforestación de la montaña del Merendón, que es parte de la gran Sierra del Merendón.

Una significativa parte de esta montaña está ya deforestada: es la parte más al norte, que no se aprecia desde la ciudad industrial, San Pedro Sula.

El bosque que se observa es lo que ha salvado a la población que habita el valle, en las décadas después del paso del huracán Fifi en septiembre de 1974, cuando se perdió la mitad de la ciudad de Choloma, dejando miles de fallecimientos y desaparecidos, además de la enorme destrucción en todo el Valle de Sula. Una década después, Choloma se levantó invirtiendo su fuerza laboral en la industria «golondrina», la industria de manufactura textil para la exportación. Las primeras compañías extranjeras llegaron a fines de los ochenta, a invertir en condiciones de mucho privilegio para ellas y, considerable daño a la salud de las obreras contratadas en condiciones de muy reducidos derechos y alta vulnerabilidad.

Después de 30 años de explotación y lucha de reivindicaciones de los gremios de trabajadoras asalariadas, se ha logrado que se suscriban contratos donde se consideren e incluyan los derechos laborales de la clase trabajadora asalariada.

Esa masa trabajadora poco o nada se interesa por los destinos de la foresta existente en la montaña del Merendón, aun cuando fue por las tormentas y las presas de árboles arrastrados por las grandes corrientes de agua, las que provocaron el gran desastres del huracán Fifi, sobre el Valle de Sula. Es decir, la sociedad se proyecta a futuro, planifica su desarrollo, muchas veces sin revisar su pasado, pudiendo prever posibles golpes de los fenómenos naturales.

En este momento, los altos riesgos de un desastre lo son, no solamente por falta de prevención, sino además por una deficiente administración pública y coordinación adecuada con la empresa privada.

Se trata no solamente de buscar invertir para obtener rentabilidad o ganancias económicas, se invierte en prevenir las destrucciones de lo construido. Como todos saben, el conservar los bosques permite evitar los desastres atmosféricos, así como ahorrarse en tener que invertir en reconstruir.

Con lo dicho aquí, se puede intuir lo complejo que es administrar el desarrollo de zonas como el Valle de Sula y su cordillera Merendón. Sin embargo, evadir su apropiada administración sería darle la espalda a la rica naturaleza que se posee, pulmón del Valle de Sula.

Es una gran responsabilidad la que tienen las autoridades de los diferentes municipios existentes en esa zona. Esa responsabilidad se debe compartir con las autoridades nacionales en los tres poderes del Estado, puesto que este Valle es parte de la nación hondureña.