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Etiqueta: poeta

Anti-Homenaje a Alexánder Obando Lector (1958-2020), poeta y amigo

Jiddu Rojas Jiménez

No tengo una foto con Alex. No tengo ninguna foto, porque antes de los celulares y las redes, cuando algunos queríamos cambiar el Mundo, las fotos eran sospechosas. Supongo que además, hasta nos hubiera dado pena, tomarnos fotos en un Bar.

Era otro Mundo, y yo disfruté su caída, en la medida de lo que correspondía a las capas medias universitarias radicalizadas de nuestra Meseta Central. Claro, lo que no sabían era que para nosotros, la Poesía es una forma superior de la revolución y de la evolución.

Yo tuve mi pedazo de Cielo, y conocí escéptico con mirada de falsa superioridad y de eterno estudiante de Filosofía, los Talleres de Filosofía Política o de Poesía y de Anti-Poesía, o a los Anti-Talleres, la Editorial Azul, y las compra-ventas de libros usados; yo conocí de noches y amaneceres sin Netflix ni Pandemias.

En mi defensa diré, que a finales del siglo pasado jugué en el tradicional partido de Fútbol Sala entre Filósofos y Poetas, pero, junto a los Poetas. Casi sólo enemigos tenía en el equipo propio, y bueno soy un defensa nato… perdón Ché.

Hace muchos décadas, un filósofo pedante me escribió en la dedicatoria de su brillante libro: «Jiddu pero ¿quién te dijo que la vida es una fiesta?» Ahora puedo responderle en público: Yo acuso, fue Alexánder ObandoLector. (¿O fue al revés?) No lo puedo negar, ni aunque ahora sea socialdemócrata….

Yo fui testigo de honor de las mesas de madera rústica con bocas y birras, de todo tipo de masculinidades tóxicas; con el complejo edípico de superar a la Generación maravillosa o idealizada de los 70s -que sabia, se acomodó al Estado Social de Derecho-, pero también de la profunda erudición; de la revolución de cafetín y de la revolución en serio; de esa extraña vocación colectiva por la búsqueda de la verdad; del culto honesto por la Literatura y la Poesía. (No sé porque las separo, seguro pienso en Alex y en su Taller Eunice Odio o en el Colectivo Octubre-Alfil 4)…

Y entonces encedieron La Matrix.

Y aquí estoy, frente a un teclado binario.

La gente se muere. Obvio. Se mueren nuestros amigos/as, se mueren los Maestros Masones, se mueren los viejos Camaradas, se mueren los padres y las madres y hermanos de nuestros amigos y amigas sin derecho a mucha despedida ritual (así debe ser en esta Cuarentena); se le mueren las hijas a nuestros amigos asesinadas por cualquier malnacido, bueno, y también se murió Alex…

Claro, era de hasta predecible. «Se mueren los mejores siempre», me dijo La Gallina, un combatiente nica.

Recuerdo que yo alguna vez, pude conocer a los últimos poetas malditos locales de verdad. Todos muertos en fila india…

A veces me visitan todavía, -como a Picado (José Picado Lagos), Martínez Rivas y su primo Ernesto Cardenal-, y conversamos pero sin Solentiname… Tomamos café, nada de puñaladas de guaro. Sino que lo diga Alvarito, un Satanás converso.

David Maradiaga, de Julito (Julio Acuña), el camarada Kaki, Claudio Sánchez, el gran Felipe Granados, Sila Chanto (grabadora, artista plástica y poetiza laureada hasta en Suecia), don Milton Zárate, Paterson, el pintor cubano Antonio «Tony» Bustamente Ledo, Pingo (casi se me olvida colega, me lo recordó Clara), y ahora Alexander… Y hay otros muertos, pero todavía no les ha llegado la noticia, y no se han enterado. Así pasa.

Nadie tuvo un peor Obituario. No se lo merece Alexander. Y quiero aprovechar la catársis, y remendar ese entuerto, más allá de la buena fe o no de la publicación mediática que leí.

¿Alex Hombre sencillo? Jamás. Un neobarroco, y posmo a la vez. Sin pretensiones jamás. Puro Culteranismo y Vanguardismo.

Un maldito genio incomprendido y frustrado, como muchos y muchas, tal vez… Pero lo gozaba. Goce y no placer.

Y sí claro, hubo mucho dolor, mucha soledad, mucha marginalidad, mucha mezquindad, pero fueron sublimadas.

Su único pecado fue no nacer burgués, y tener ese exceso de sensibilidad canceriana en este vulgar Shark Tank tico…

Alex, intuyo, estaba muy enojado con Costa Risa, RISA, no es un dedazo, y con la maldita mediocridad endogámica meseteña del submundo de los/las trabajadores/as de la Cultura. Punto. Y con razón.

Costa Rica es útero, decía Boccanera, y estar afuera, duele. Y sí, a veces duele y mucho.

Esa «Máquina de hacer mierda a la gente», como dijo la Hija de un guerrillero tico que se fue a vivir y morir a Guatemala.

No es culpa de nadie, es así…

Imagino que él quería, seguro, (los ticos decimos «seguro» cuando es incierto), hablar con un aristócrata surrealista, como Jean Cocteau, y liarse a golpes con Foucault, e irse de farra con Kerouac, Pasolini, y Jean Genet, y llevar clases sólo con Faulkner y Arlt. Pero nue así, aunque se lo mereciera.

En lugar de eso, nos tenía a nosotros/as. ¿Qué putas le vamos a hacer?

Álex sin embargo, -y estoy seguro-, a pesar de su infancia bilingüe en EE.UU., amaba a Costa Rica, era una relación de doble vínculo freudina.

Alexánder era un «malditazo», diría Picadito. Un verdadero Poeta Maldito tico. Pero fino. Bohemio ilustrado, nunca borrachín. Nunca. Con un mucho «estilo», diría Kaki. Trabajador, responsable, independiente, orgulloso aunque de salud frágil, pero valiente, con un gran sentido interno de justicia, un formidable profesor de Inglés, un intelectual acucioso, con garbo y autenticidad, ningún «dandy» diletante. Tal vez Álex, nunca fue mi «mejor amigo», y viceversa, pero fue el mejor amigo de algunos de mis mejores amigos poetas (Ismene Isis Ja Ro y Mauricio Molina o Patrick). El tiempo y el temperamento nos separó tanto como Montes de Oca de California.

Y seamos justos con Costa Rica, basta ver Wikipedia o EcuRed: Alexánder fue un poeta con gran oficio, reconocido y laureado en vida, y además, un además un ícono para nuestra generación. Cumplió sus aspiraciones, y no fueron modestas. Sus silencios fueron opciones personales también. Su activismo en redes también. Su delicada salud una condición. No hay misterios.

Lo que no podría perdonarme es mi silencio acá y ahora, frente a su desaparición física. Pero esa mi opción, y debe quedar muy claro.

Para mí, será siempre un entrañable ropero peludo con estrabismo en un ojo disimulado por sus anteojos de pasta; sencillo pero complejo de mente y de corazón:

«Soy playo, pero nunca he perdido ninguna pelea catos», advertía con fina caballerosidad casi proletaria.

Su «estilismo» (Kaki dixit), en mi vida de joven dilitante fue, maestro existencial.

Era regañón incluso, con más confianza.

¿Literatura, Filosofía o Revolución?, pensaba yo; «para cuándo Jiddu, faltás vos…», me advertía.

Tenía razón Alex, pero yo soy Hegeliano, y entiendo del vuelo tardío del Búho de Minerva. (Y además me vale verga, hay otro atajo secreto al Absoluto. Pero ese es otro cuento.)

Prosigo con Alexánder…

Fue un confeso CopyCat de Paul Verlaine enamorado de un Rimbaud escapado. Honrado de estar autoexiliado de la misericordia del prójimo local y de su provincialismo chato aunque democrático, como Eunice Odio o Yolanda Oreamuno o Max Jiménez Huete. Es más, por eso escogió morirse el 15 de Setiembre. Tiene su firma melodramática.

Álex nos advertía: «Maes, suicidarse después de los 35 ó 40 años no tiene sentido». Era a los 27, sino sólo siga adelante.

Lo recuerdo, conversando con profundidad y pasión, de Literatura en serio, de Filosofía, de Poesía, de Música Sinfónica, de Mahler (y no de la salsa como dijo el poeta Alfredo Trejos), despotricando contra la reaccionaria de Cósima Liszt esposa de Wagner, eternamente rodeado de un séquito de poetas, querubines, y admiradores/as jóvenes, y acólitos y envidiosos, Alexánder Obando – escritor, se pavoneaba gentil y fino, jugando de posmo (gran diferencia estética y política y motivo de discordia); siempre refinado en el sarcasmo, sutil con peso pesado, mientras nosotros primitivos machistas-leninistas estabamos admirando mujeres hermosas por dentro y fuera, y él obvio, admirando con sonrisa cómplice, jóvenes bohemios con bajo o mucho, talento poético.

No se equivoquen tampoco. Alex nos llevaba un par de décadas de evolución en estos temas, siempre un tipo directo pero discreto, respetuoso, afectuoso, cariñoso, lúcido; dotado de gran empatía, sabía escuchar a las compañeras… Un hombre evolucionado espiritualmente, cualquier cosa que eso quiera significar y nunca en un registro religioso.

Yo aprendí el arte de valorar el escuchar a las mujeres y a lo femenino, no de mis amigos fachos de Barrio Amón, o de Derecho, jamás. Tampoco de mi tribus de izquierdas, habitadas con valiosas mujeres compas, pero siempre logofalocéntricas. Yo lo aprendí (o intenté aprenderlo) curiosamente gente más vieja, como mi Tata o Doña Ruth (Gentilini Retana), pero también de amigos como Alexander…. Gracias Álex.

Una especie de gurú o cuasi hermano mayor de los poetas Generación X y Y, y demás amantes de la poesía, que reproducía como Lezama Lima el Curso Órfico. Claro, su autor cubano preferido, y con el que nos destrozaba políticamente cualquier discusión, era Reinaldo Arenas (1943-1990) obviamente.

Serio en su oficio, era Álex. Tajante frente al «Kitsch» y el mal gusto, y la palmadita en la espalda…

Tenía un sarcasmo de novela, aunque nunca cruel. Siempre gigante gentil y hasta dulce. Cuándo decía «muy interesante» de algún poema ajeno que le llevaban, sus amigos/as ya sabíamos que el texto era una mierda. Genio y figura.

Estas últimas virtudes intenté aprenderlas sin mucho éxito de él. Receloso de su privacidad y del orden en su apartamento. Mi apartamento pequebú era propiedad colectiva y sin derecho a la intimidad, hasta que lo convertí en cueva alambrada con pretextos políticos (y tenía razón), hasta pasarme a mi casa antes de venderla, y hasta juntarme con aquella Ex, y terminar con un buen Plantígrado despotricando contra la Monogamia, para al final adaptarme a ella. Alex, hubiera dicho, estás aprendiendo…

Alex además era leal, virtud difícil de encontrar en una mesa de poetas beodos. Alex odiaba que lo llamaran por su apellido.

Alex escogió sin duda, morirse un 15 de Septiembre. Y como el Acta de Independencia nuestra, la noticia nos vino una semana después.

Sólo falta una misa.

Fue su última protesta, -estoy seguro-, en un autoexilio semejante al de Chavela Vargas, pero no en México, sino en las Fauces del Monstruo aquejado ahora más seguido, de fundamentalismo, racismo, y homofobia pandereta.

No visualizo fácilmente a Alex, obeso y más que yo, hermoso, barbudo, gran oso gay, y tan cosmopolita y florido como Tibás centro, en… California.

No crean en Tibás centro, quedaba la Biblioteca personal más grande de Filosofía y Literatura de Costa Rica, al menos en los 80s y 90s; y su dueño no era ningún millonario extravagante, sino un buen amigo común, colega, y algo neurótico, y un verdadero intelectual. Así es nuestra Costa Risa…

Decía sabio Álex, -un «connaisseur» de las miserias de nuestras capas medias suburbanas-, frente a mi desahogo frente un desamor juvenil mío de una chica de Tibás: «Tibás es un Holograma de Costa Rica».

Pero lo imagino (o eso intento), más feliz allá donde murió, en armonía, aprendiendo permanente de la vida, observando, viviendo acaso con más prudencia… Aqui nos dejó varios Premios, novelas cuentos y mucha poesía.

Nosotros no fuimos así, pero seremos un poco mejor gracias a Alexánder.

Excursus I:

Se caía el Socialismo Soviético en los 90s y nostros nos inventábamos otro Socialismo, verde, rosado, Arco Iris, democrático, libertario…

Nos equivocamos, no el utopía, sino sólo en exceso de optimismo.

Como si fuera posible decretarlo.

Alex se salvó de que lo echaran preso, con el Movimiento Abstencionista y Kasandra en 1994, -bueno yo también porque me escapé de la Patrulla-, otros no. Eran los Tiempos de Amor y Rabia.

Ahora todos son respetables Profesores de Filosofía, o Docentes Universitarios Pensionados, un Arquitecto, y hasta un menor de edad, que ahora es un buen Diputado.

Con Walter Benjamin acuerdo en que hay que politizar la estética, y no estetizar la política. Nuestro Gauchismo tenía un techo frívolo.

Tal vez literaturizamos la realidad política compleja de nuestro «ethos» costarricense, no entendíamos nada, de nuestra historia bananera y ahora piñera, porque no valorábamos bien, ni conocíamos bien nuestros extraordinarios acontecimientos (1856, 1857,1870, 1919, 1934, 1940-1943, 1948 y 1949, 1979, 1991, 1995, 2000, 2007, etc.). Bueno, esa desorientación radicalizada cambió.

En fin, no se ni porqué hablo de política acá… Esa es otra burbuja tal vez.

Debería hablar, eso sí, de cuanto me duele un miserable Obituario que deforma la vida de mi amigo poeta, y su producción literaria. Pero eso al final, es político también …

Excursus II:

Debería más bien, aburrirlos con el mil anécdotas bohemias de Alexander…

Desde el concurso para clavar cuchillos, hachas y machetes en la pared del garaje que Melvin Aguilar, -el Duende que te pierde en el camino-, le alquilaba a Livia Cordero, qepd., hasta la ocurrencia de ver una Obra de Ionescu en el Instituto Goethe, en cual se pretendía provocar al espectador y que éste participara o se asustara ….

Bueno, nosotros nos tomamos en serio el tema del performance, y generó una reacción violenta de los actores y actrices del performance. Y casi llaman a la Policía.

O tal vez aquella presentación de su opera prima, con venta del Libro, -cuyo Borrador prestado, nunca terminé de revisar para su eterno disgusto-, en el Centro Cultural Mexicano…

Recuerdo su frase lapidaria y radical en los 90s, ante una pregunta impertinente: «Yo no creo que haya, exactamente, ´Literatura Gay´, yo sólo hice una novela, y soy Homosexual».

Pero bueno, sobrarán lectores y amigos/as suyos, que narrarán su texto y biografía, mucho mejor. Porque Alex fue sobre todo eso, un buen amigo.

¡Buen viaje Poeta!

Compartido con SURCOS por el autor, publicado en su página de Facebook.

Ciclo de conversatorios sobre legado del poeta esparzano Francisco María Zúñiga Díaz

En el marco del rescate del patrimonio inmaterial muy cordialmente le invitamos al: ciclo abierto de conversatorios de la modalidad: investigación literaria sobre el legado del poeta esparzano Francisco María Zúñiga Díaz a 23 años de su partida.

Del programa nacional Fondos de Beca Creativa para proyectos Culturales de pequeño formato del Ministerio de Cultura Juventud y Deportes.

  • Coordina: Elena Manzanarez Juárez, Técnico de Gestión Local Pacífico Central
  • Moderador: Esteban Paniagua, Profesor de Filosofía

El jueves 10 de septiembre el director del taller literario Henry López Padilla, coordinará el taller «Don Chico», dedicado al poeta esparzano Francisco Zúñiga Díaz

El miércoles 16 de septiembre la actividad estará a cargo del poeta y Gestor Cultural Alfredo Montero

El jueves 24 de septiembre Edison Valverde Araya, poeta y gestor de los programas el Buen Vivir tendrá a cargo la actividad.

Todas a las 5 p.m.

Formulario para inscripción: https://forms.gle/KxiqLxV4VZGUwzQu9

Información enviada a SURCOS por Elena Manzanarez Juárez.

Adriano de San Martín y BBB Producciones coordinan lanzamiento de Antología de Poesía

“RUEDA DE LA VIDA” es el título de la nueva producción

La presentación se realizará el miércoles 4 de marzo a las 7 y 30 pm en Casa Cultural Amón del TEC en San José

Adriano de San Martín y BBB Producciones coordinan lanzamiento de Antología de Poesía

La editorial BBB Producciones amplía su colección con un nuevo libro de poemas. Se trata de la antología personal “Rueda de la Vida”, del poeta nacional Adriano de San Martín, la cual será presentada en la Casa Cultural Amón del TEC en San José (250 norte del hotel Aurola Holiday Inn) el próximo 4 de marzo a las 7:30 p.m. La entrada es gratuita y allí se podrá conseguir el libro a un costo de 10.000 colones. Las personas interesadas también podrán adquirir otras obras del autor esa misma noche.

¿Por qué una antología personal?

Según afirma el autor, Adriano de San Martín, Rueda de la vida es un compendio de poemas seleccionados por él mismo con el ánimo de mostrar el desarrollo de su obra poética: “He decidido dar a conocer un resumen de los poemas que, según mi consideración, mejor representan mis tanteos, obsesiones y mis modos de concebir el trabajo poético. Es una gran apuesta dado que se corre el riesgo de elegir poemas que no necesariamente están dentro de la órbita de un lector promedio”.

“Es una compilación de más de treinta años de labor con las palabras. Se trata de contemplar el panorama desde la supuesta madurez que dan los años y los esfuerzos por dejar un testimonio de vivencias, ideas, imágenes, viajes… en fin, la ruta que un poeta traza con sus versos por los diversos caminos de la vida”.

Es difícil hacer la selección de una antología. A la pregunta, ¿cuántos libros reúne la misma?, responde el autor: “Son doce libros los que se reúnen en la antología. En realidad he publicado trece libros de poesía, pero uno de ellos era una colección de poemas de otros libros y contenía solamente un poema inédito. Así que es el resumen de muchos años de escritura y de ediciones, tal vez lo segundo en exceso (eso me lo pregunto todavía), pero dentro de esa perspectiva supongo que el juicio le corresponderá al lector.”

Pero, ¿está satisfecho con la compilación? “Uno nunca está satisfecho. Quizás la insatisfacción sea el estado continuo de un poeta, al menos desde mi perspectiva. Nunca se tiene claro cuál es el límite, la frontera, entre lo que se persigue y lo que se logra, hay allí una suerte de tierra baldía, como el título de uno de los grandes poemas de la poesía occidental. Lo que puedo decir es que la satisfacción, al menos en mi caso, consiste en cierto alivio al despachar una serie de creaciones que representan muchos años de lecturas, búsquedas, indecisiones, obsesiones, amarguras, desencuentros, rupturas e incomprensiones; pero también momentos de plenitud, de éxtasis, de excesos incluso. Es como liberarse de un pesado fardo cargado de palabras el cual, a partir de ahora, le corresponde al posible lector descifrar o barajar para que evalúe y decida si valió la pena el uso de tanto papel”.

Trayectoria

Adriano (de San Martin) Corrales Arias (San Carlos, Costa Rica, 1958) realizó estudios de Artes Dramáticas en San Petersburgo, Rusia y posee un Doctorado Interdisciplinario en Letras y Artes de la América Central por la Universidad Nacional (UNA). Labora como profesor, investigador y extensionista en el Centro Académico de San José del Instituto Tecnológico de Costa Rica, donde dirige los programas y proyectos Miércoles de Poesía y el Encuentro Internacional de Escritores.

Ha participado en múltiples festivales y encuentros de escritores nacionales e internacionales, entre ellos los Festivales Internacionales de Poesía de Medellín y Bogotá en Colombia, el Festival Internacional de poesía de Granada, en Nicaragua, el Festival Internacional de Poesía de El Salvador, el Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico, y la Feria del Libro en República Dominicana y Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, entre otros. Ha sido antologado en España y Centroamérica y traducido al inglés y al italiano. También escribe teatro y colabora con varias publicaciones nacionales y latinoamericanas.

 

Para más información: Casa Cultural Amón telefax (506) 2257-0470 extensiones 128, 129. Tel: 2550 9079. ccamon@gmail.com

 

Enviado a SURCOS Digital por Adriano Corrales Arias.

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Ernesto Cardenal y su poesía a los noventa años

Rogelio Cedeño Castro

Rogelio Cedeño
Rogelio cedeño Castro.

 

Mientras el entonces presentador radial y destacado académico, sociólogo y poeta chileno Bernardo Beco Baytelman corría con su micrófono, tratando de entrevistar a Ernesto Cardenal, en los jardines del viejo Pedagógico de la Universidad de Chile, gritándole a voz viva: “poeta”, “poeta”… no puedo sino recordar que yo, por mi parte, no lograba salir de la inmensa y asombrosa alegría de haber escuchado, apenas hacía unos minutos, la exposición y el recital de aquel bardo nicaragüense que, ya por entonces, se había convertido en objeto de mi juvenil admiración. La verdad es que no puedo precisar ahora, después de varias décadas transcurridas, la fecha en la que ocurrió la primera y la única vez que tuve un encuentro visual con aquel poeta de boina y barba blanca, granadino de buena cepa, llamado Ernesto Cardenal (Granada,1925), un hecho que estuvo acompañado de emoción por la emotiva lectura a viva voz de algunas de sus obras, por parte del autor, quien en estos días del año 15 del nuevo siglo, se apresta cumplir los noventa años, en medio de la nostalgia de quienes hemos sabido apreciar no sólo su prolífica obra literaria, sino también su participación en la vida cívica de su hermoso y sufrido país, aunque también se trata de un aniversario presidido por la alegría de que todavía permanezca entre nosotros, dándonos luz con sus valiosas y enérgicas tomas de posición u opiniones valientes, acerca de los más diversos temas, como es el caso de la presunta construcción de un canal en Nicaragua, por parte de una empresa china, la que se ha convertido en una grave amenaza ambiental para todo el istmo centroamericano. Lo que sí es cierto, de toda certidumbre, es que tales sucesos acontecieron en un viejo auditorio del Pedagógico, de la por entonces Sede Oriente de la Universidad de Chile, en el barrio o comuna santiagüina de Macul, allá por el mes de noviembre de 1971, en medio de una de las primaveras más inolvidables de toda mi vida y cuando me resonaban en la mente los versos de poemas como Hora O, Oración por Marilyn Monroe, el Estrecho Dudoso y otros, que conocíamos a partir de la lectura reciente, apresurada y entusiasta que habíamos realizado poco tiempo atrás. Hoy, en medio de este presente que se disuelve a cada instante, no me queda sino recordar con emoción y una cierta nostalgia también al Beco Baytelman, hombre alto y emotivo, que nos deleitaba todas las noches con sus lecturas en la Radio de la Universidad de Chile, especialmente con el cuento de medianoche que mi mujer y yo esperábamos con ansia hasta esa hora, alegrándonos mientras escuchábamos la letra de una canción que decía “Blanca corría la luna y yo corría tras ella…”, una especie de leitmotiv con que se anunciaba la lectura tan esperada de uno de esos cuentos, no importa si eran de Cortazar, García Márquez o alguno de los grandes narradores estadounidenses o europeos. Por cierto que Beco Baytelman falleció prematuramente en el exilio, en México durante el año de 1982, en estos días su recuerdo acudió vivamente en nuestra memoria, sobre todo por su condición de hombre apasionado por la cultura, en medio de las tragedias que nos trajo aquella asonada militar del 11 de septiembre de 1973, la que terminó por lanzarlo lejos de los lares que lo vieron nacer.

Todavía puedo sentir las vibraciones y el entusiasmo del público sentado en el auditorio del Pedagógico, conformado principalmente por estudiantes chilenos y de otras nacionalidades que nos habíamos agrupado en ese sitio. Algunos de aquellos poemas de Cardenal, en especial Hora Cero, eran verdaderos murales, donde las características del despliegue de los elementos de toda una saga, se daba cuenta de las inmensas tragedias vividas por los pueblos de la América Central, a lo largo del siglo anterior.

Nuestro contacto con Solentiname, un itinerario esencial del autor que más nos ocupa en estos días, fue un hecho reciente gracias al granadino, de grata memoria, José Roberto Pacheco Aguilar(1948-2011), quien nos llevó a conocer y a disfrutar de aquellas islas, hace apenas unos pocos años, acercándonos in situ a las utopías y ensueños del autor del Evangelio de Solentiname, pero también de obras como La Revolución Perdida que es también la tercera de sus memorias, las que han venido siendo publicadas a lo largo de la última década. ¡Salud poeta Ernesto Cardenal en este su noventa aniversario!

 

Enviado a SURCOS Digital por el autor.

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Proyecto Poético- Musical: Los despiertos

 

Proyecto Poético- Musical Los despiertos2

Los Despiertos

Es primeramente una forma de homenajear al poeta y un intento por mantener vivo su pensamiento en nuestra generación. Pero a la vez este proyecto pudiera ser de algún modo una herramienta para movimientos sociales, y ser de apoyo en cualquier lucha por una sociedad más solidaria y más justa.

Poesías musicalizadas de Jorge Debravo

Rock – Costa Rica.

«La poesía es una arma. Yo estoy dispuesto a usarla en la lucha por la justicia, la fraternidad y el amor. Mi conciencia tiene siempre los ojos muy abiertos.» Jorge Debravo.

 

Integrantes:

David Ramírez: Voz, guitarra

Marco Solano: Bajo, voz

Iván Salazar: Guitarra

Marcelo Rojas: Batería, voz.

Influencias: Queen, Beatles, Serú Girán, Invisible, Almendra, Led Zeppelin, Sui Generis, The Who, Café Tacvba.

Proyecto Poético- Musical Los despiertos

La idea inicial sería presentarnos idealmente en lugares abiertos a todo público y de forma gratuita. Tenemos disponible en el Facebook nuestro primer EP con dos canciones para descarga gratuita.

En cuanto a actividades, tenemos programado un concierto a realizarse el próximo jueves 7 de noviembre en el Cuartel de la Boca del Monte. Por acá la información completa:

https://www.facebook.com/events/734649183215095/?ref=22

 

Para contactos:

http://losdespiertos-cr.bandcamp.com/

https://www.facebook.com/losdespiertos.cr

 

Enviado a SURCOS por David Ramírez.