Skip to main content

Etiqueta: prensa independiente

Colegio de Periodistas y Profesionales en Comunicación de Costa Rica reafirma su compromiso con la ética y la profesionalidad

En un reciente comunicado a través de un video titulado «Colper Informa», la presidenta del Colegio de Periodistas y Profesionales en Comunicación de Costa Rica (COLPER) Yanancy Noguera Calderón reafirmó el compromiso del gremio con la ética, la democracia, la paz, así como con el pluralismo, la equidad, la diversidad, y la tolerancia. Este mensaje surge en el contexto de la presentación del actualizado código de ética y deontología, una labor atribuida al tribunal de honor del COLPER, que busca ser el norte y propósito de los profesionales en su ejercicio diario.

La declaración se da en un momento crítico, mencionando un incidente ocurrido el pasado lunes 1 de abril, descrito como un capítulo nefasto en la historia reciente contra el ejercicio del poder. En particular, durante una comparecencia en la comisión especial investigadora de las contrataciones del SINART, el COLPER defendió la asignación de publicidad estatal basada en criterios técnicos y profesionales, destacando la importancia de orientarla a una pluralidad de medios con la audiencia y alcance necesarios.

Sin embargo, el discurso de la diputada Pilar Cisneros, quien, según la presidenta de la junta directiva de COLPER, parece desconocer los propósitos del colegio y dicho discurso criticado por utilizar discursos de odio y violencia política, fundamentados en la desinformación y la posverdad. Este hecho resultó particularmente resaltable dado que Cisneros es profesionalmente periodista.

El 3 de abril, el Ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, cuestionó la institucionalidad del COLPER y su liderazgo, uniéndose a las voces críticas que, según la presidenta, buscan deshonrar la organización. Frente a estos ataques, el COLPER se reafirma en su fundamento legal y propósitos claros, comprometiéndose a atender las demandas de la sociedad desde una comunicación ética y justa, posicionándose contra las «nefastas voces de la desinformación y la posverdad».

El mensaje cierra con un llamado al diálogo honesto, abierto a críticas constructivas, enfatizando el papel de la prensa independiente frente a estrategias populistas y descalificaciones que buscan socavar su credibilidad y misión.

Puede acceder al video completo en esta nota.

Compartido con SURCOS por COLPER.

La democracia en peligro

Dr. Juan Jaramillo Antillón

Hace 2.500 años, el filósofo griego Platón señalaba: “El Estado es lo que es porque sus ciudadanos son lo que son. Por lo tanto, ni esperemos siquiera tener mejores Estados, mientras no tengamos mejores hombres”. “Un problema de la democracia es que no existe igualdad perfecta de oportunidades en ella “. “Además, es muy difícil lograr en una población la suficiente educación en la mayoría de las gentes para desempeñar adecuadamente cargos públicos, y por ello solo aquellos que habían demostrado tener sabiduría, capacidad y honestidad en su labor diaria deberían ser elegidos para gobernar”. Por supuesto Platón sabía que eso era solo un sueño.

La utopía de un gobierno perfecto no se ha logrado y creo que no es realizable con excepción de lo logrado en algunos países nórdicos, a la cabeza en ese sentido. La razón de esto es, la característica propia del ser humano por ser imperfecto en muchos aspectos tanto físico como mentalmente, a lo que se suma el hecho de si a los niños en el hogar, sus padres no les enseñan las diferencias entre el bien y el mal, y si le agregamos que el niño pequeño asimila mucho lo que ve (ejemplos), y si estos no son buenos, ahí se inicia la deformación en la formación de su carácter y futura conducta.

Hemos aprendido que, así como la democracia nos depara libertad y supuestamente igualdad de oportunidades debido a nuestra preparación, sin embargo, también nos muestra sus fallas, entre ellas permitir “la incompetencia e irresponsabilidad” en la función pública algo bastante generalizado. Además, hay otro aspecto que debilita la imagen de la democracia, como es la “corrupción”, la cual se da por avaricia y deshonestidad de muchos gobernantes, que, al tener el poder, creen tener el derecho a usufructuar las ventajas en su beneficio y no en las del pueblo que lo eligió.

La responsabilidad de actuar bien, de parte del empleado público, desde el más alto puesto como es la presidencia, al más simple trabajador estatal, es un “sine qua non” para que la democracia funcione. El problema es que grupos de empresarios privados de todo nivel, buscan cómo lograr beneficios económicos ilegítimos y logran esto con ayuda del corrupto empleado público; los ejemplos que la prensa nos muestra de los alcaldes y de lo sucedido en la Caja Costarricense de Seguro Social son pequeños ejemplos de lo que nos está pasando y sucede en todo el mundo, agregado a esto el narcotráfico cuya influencia y poder están destruyendo a los gobiernos de cualquier ideología.

Una de las más grandes ventajas de la democracia es la libertad de opinión y el derecho que tenemos todos de expresar nuestro malestar o disgusto ante hechos que nos parecen incorrectos en todas las actividades de la vida. Para que esto se dé se requiere la existencia en el país de una prensa libre independiente y honesta. La libertad de opinar y sobre todo la de actuar, no puede ser irrestricta, ya que sabemos que nuestros derechos acaban donde comienzan los de los demás; o para decirlo mejor, la seguridad de la sociedad vale más que el individuo, aunque con esto el individualismo del liberalismo, deba ceder paso al socialismo democrático.

Esa libertad es a la vez una debilidad y también, una forma de autocorrección que no existe en otro tipo de gobierno como son las dictaduras de izquierda o derecha cuando llegan al poder. La debilidad se genera cuando, al existir un hecho doloso en el gobierno, la prensa en libertad para informar, con razón lo muestra a la población; como las fallas son constantes y a todo nivel, así va creciendo la desilusión de los ciudadanos sobre si la democracia es un gobierno adecuado para avanzar hacia un mejor desarrollo social y económico.

Las deficiencias generan desconfianza y pérdida de la credibilidad en los partidos políticos tradicionales y en sus candidatos, entonces el ciudadano comienza a preguntarse y hasta aceptar la idea de “una mano fuerte para gobernar”. Así es como las democracias ceden paso al totalitarismo.

El problema es que, no puede existir una sociedad democrática sin el derecho a un cuestionamiento cívico de los sucesos de su gobierno. En el momento que se pierda la libertad de opinar abiertamente, la democracia comienza a sucumbir. Los ciudadanos deben aceptar que la democracia más que una meta, es en realidad un largo camino, que se va perfeccionando con los años y las correcciones que le hagamos. En ciencias a eso se le llama “la prueba y el error” y es así como esta avanza, aunque no le agrade a más de uno, pero es con este tipo de ciencia que hemos logrado los progresos y avances de la sociedad.

Aceptamos que, al no haber seres perfectos, debemos elegir para gobernarnos a personas honestas, que ofrezcan programas realizables para los recursos que poseemos, y sobre todo que tengan una clara visión de nuestras limitaciones y de los valores que se deben proteger.

TODOS somos responsables en menor o mayor grado por la elección de las personas a puestos políticos, y por ello, hay que tener el máximo cuidado al elegir al que consideremos el mejor posible si es que lo hay, y si no, aunque cueste decirlo, al menos malo. Esto último sucede, porque precisamente el pueblo (hombres y mujeres) mayores de edad, honestos y trabajadores no suelen participar en la formación de los partidos, en las campañas políticas e incluso en ocupar cargos públicos, dejando entonces que, el oportunista político sea al final elegido, aunque esté lleno de defectos.

Aristóteles decía: “el hombre no actúa movido por ideales éticos, es preciso coaccionar su voluntad por medio de la ley para que haga lo correcto”. “Con la ley, el hombre es el ser más perfecto, sin ella es el más salvaje. Por eso precisa de una buena organización social, el Estado, el cuál mediante leyes, lo obliga a obrar rectamente”.

La democracia a pesar de su imperfección contribuye a que el Estado creado dentro de ese sistema, sea el mejor posible para los ciudadanos. Por eso debemos contribuir a mejorarla no a destruirla.