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¿Batalla cultural o salto evolutivo?

Guillermo Sullings / pressenza

En los últimos tiempos hemos visto un avance de las derechas y ultraderechas en el mundo, ganando terreno electoral en muchos países y llegando al poder en varios de ellos. Desde el punto de vista económico, ya estábamos acostumbrados desde hace décadas al avance del neoliberalismo representando siempre los intereses del poder económico concentrado, pero solía hacerlo presionando, tanto a gobiernos de derecha como a los progresistas, para aplicar las políticas económicas que favorecieran a la banca y al capital concentrado en general, pero manteniendo cierto nivel de “corrección política” para adaptarse a los nuevos tiempos; y así hemos visto gobiernos que aplicaron políticas económicas neoliberales, pero siendo un poco más aggiornados en otras áreas, como los derechos de las minorías, el cuidado del medio ambiente, y ciertas políticas públicas de contención social. Pero más recientemente han ido surgiendo los llamados “populismos de derecha” que, además de reivindicar al más crudo capitalismo salvaje y depredador, atacan sin ningún tipo de filtro ni autocensura todas las conquistas sociales haciendo de ello su bandera política, logrando que a través de la manipulación del relato mediático y de las redes sociales, una buena parte de la población ponga en duda la validez o conveniencia de tales conquistas, y hasta logran movilizar una considerable cantidad de militantes que promueven el odio hacia los inmigrantes, el colectivo LGBT, los ecologistas, al feminismo y obviamente a lo que llaman populismo de izquierda y sus políticas económicas redistributivas. El término “wokismo”, que originalmente se utilizaba para manifestar la necesidad de “estar despierto y alerta” ante la discriminación a los afroamericanos y que luego se extendió a otros tipos de reivindicaciones, ahora la derecha lo utiliza peyorativamente para referirse a lo que definen como una “dictadura cultural del progresismo”, enfatizando en ciertas exageraciones, dogmatismos y cancelaciones para conseguir así la adhesión de una parte de la población. En esta confrontación con el wokismo la derecha levanta la bandera de una nueva “Batalla Cultural”, obviamente en sentido opuesto a la formulada por el Gramscismo, promoviendo la hegemonía de la derecha.

Como en toda batalla, debe haber dos bandos bien definidos, y a través de sus medios de comunicación y la manipulación de redes sociales se ocupan de demonizar y estigmatizar a todo aquel que reivindique los derechos humanos, la justicia social y el cuidado del medio ambiente como “seres miserables”, “escorias comunistas” y otros epítetos que buscan deshumanizar a todo el que piensa distinto, y hasta justificar el uso de la violencia contra ellos. Muchos jóvenes, tal vez hartos de la prédica de un progresismo “políticamente correcto” (y a menudo hipócrita), sienten que la rebeldía juvenil ahora pasa por ser de derecha y adhieren a estos nuevos fascismos. Esta estrategia extremadamente maniquea no es muy diferente a la utilizada por el fascismo que emergiera hace un siglo y terminara con las peores atrocidades; y también consigue como en aquellos tiempos, el apoyo del poder económico que se siente beneficiado por partida doble, ya que puede contar con la complicidad de los gobernantes para explotar y depredar, y a la vez lo puede hacer sin ningún prurito al estar avalado por el apoyo popular de quienes paradójicamente respaldan a sus propios verdugos.

Frente a esta situación algunos, desde ambos bandos se preguntan cómo lograr ganar la batalla cultural y así tener la hegemonía que permita gobernar. Pero qué pasaría si nos preguntáramos si realmente la solución pasa por librar esa batalla y en ese terreno.; o preguntarse también para qué se quiere realmente ganar una batalla cultural y tener la hegemonía, ¿para hacer qué exactamente?

Cuando Antonio Gramsci volcó su pensamiento en los cuadernos, escritos en la cárcel del fascismo italiano, para los comunistas de la época no había dudas de que el comunismo era la solución política y económica, y en todo caso el desafío principal era cómo llegar al poder para aplicarlo ¿sería a través de golpes palaciegos? ¿o mediante revoluciones y alzamientos populares?, ¿sería a través de procesos democráticos respaldados por masas proletarias organizadas en sindicatos? La pregunta era cómo lograr el poder y mantenerlo, conseguir que la sociedad respaldara, se convenciera; pero pocos se preguntaban sobre qué hacer con ese poder cuando se obtuviera, porque se suponía que eso ya estaba claro y que el comunismo era la solución. Pero un siglo más tarde, después de la caída del socialismo real, después del fracaso estrepitoso de las economías centralizadas, esa respuesta ya quedó obsoleta, y hoy en día si alguien se preguntase cómo llegar a tener la hegemonía que le permitiese gobernar con apoyo social, debiera antes que nada preguntarse qué va a hacer con ese poder, porque no parece estar muy claro, habida cuenta de las reiteradas frustraciones con gobiernos de diferente signo. Tal vez habría que comprender que los bandos que hoy se disputan la hegemonía no son más que diferentes avatares de un mismo poder que perdura incólume rigiendo los destinos de la humanidad con diferentes disfraces. Desde hace mucho tiempo ya que, gobierne quien gobierne, la riqueza se acumula cada vez más en pocas manos, el poder financiero domina el mundo, el planeta se sigue destruyendo, la violencia perdura y escala, y cada vez más seres humanos son marginados del sistema. Gobierne quien gobierne, todos aceptan esta marcha hacia el abismo de la civilización, algunos lo hacen por convicción, y otros con resignación; algunos pisan el acelerador y otros buscan infructuosamente el freno, mientras sostienen el volante en la misma dirección. Por eso es un error pensar que frente al avance de las ultraderechas lo que habría que hacer es redoblar esfuerzos desde el progresismo para ganar la batalla cultural y recuperar la hegemonía. Toda batalla implica encerrarse en bandos, y lo que se necesita es comprender que el 99 % de la población tiene problemas similares, comparte los mismos sufrimientos y temores, tiene angustia por un futuro cada vez más incierto, y la responsabilidad de esto no radica en ese 99 %, sino en el otro 1%, que es el más interesado en que nos dividamos en bandos para responsabilizarnos unos a otros, y para eso manipula la información y la subjetividad de las personas. Sentimientos como el odio, la envidia, el revanchismo, la discriminación son utilizados por los manipuladores para lograr que se conformen los bandos y se distraigan luchando entre sí. Ya hemos visto en la historia lo que pasa cuando los peores sentimientos se exacerban para incentivar la lucha entre bandos; varios genocidios comenzaron de ese modo, con gobiernos de diferente signo; se ha deshumanizado a otros por la raza, por la clase social, por la religión, por el nivel de educación, o por la nacionalidad, hasta llegar a una cosificación que justificaba cualquier matanza: ocurrió en la Europa dominada por los nazis, ocurrió en la Unión Soviética, en China, en Camboya, en Ruanda, en Sudáfrica, en India, en los Balcanes, solo por citar algunos ejemplos, pero los casos sobran lamentablemente, y aunque supongamos que en estos tiempos no se llegará a tanto, ya es suficiente con la polarización que existe en las sociedades para impedir que las mayorías se reconcilien y abracen un proyecto común: la polarización hace que se demonice al otro bando y por lo tanto ningún razonamiento, argumento, fundamentación, e incluso dato concreto puede ser verdadero o digno de ser considerado si pertenece al bando contrario.

Giuliano de Empoli, en su libro “Los ingenieros del caos”, analiza y describe muy bien cómo a través de las redes sociales se ha manipulado a las personas para que terminen apoyando a determinados candidatos o determinadas políticas; y quien mayor provecho ha sacado de esta manipulación por las redes ha sido la ultraderecha, que no ha tenido ningún prurito en difundir noticias falsas, o apelar a los peores sentimientos del ser humano; porque precisamente, como bien señala este autor, la propaganda por redes sociales se alimenta de emociones negativas, porque estas aseguran mayor participación. Las fake news que apelan a emociones negativas se viralizan rápidamente, mientras que las desmentidas de las mismas no tienen gran difusión. Si antes decíamos que el actual crecimiento de la ultraderecha tenía similitudes con los fascismos que surgieron hace un siglo, esta es otra coincidencia, la táctica de Goebbels del “miente, miente, que algo quedará”. Este tipo de propaganda manipuladora no enfatiza tanto en las supuestas virtudes del bando que la produce, sino más bien en los imperdonables defectos del bando opuesto, al punto de deshumanizarlo por completo; así se llega a un punto tal que buena parte de la población es capaz de apoyar y soportar al peor de sus verdugos, con tal de que no gane la partida el otro bando, al que le enseñaron que debía odiar.

Es por eso que, si se busca una transformación profunda en las sociedades, y un cambio sustancial en la dirección que lleva la civilización, no podemos plantearlo en términos de batalla cultural, de puja entre bandos, sino más bien como la necesidad de un salto evolutivo, y eso implica muchas cosas, pero sobre todo la épica de una ética superadora de la mediocridad actual.

Y cuando hablamos de mediocridad, no nos referimos solamente al individualismo, el odio, la discriminación y la crueldad de la ultraderecha, sino también a las palabras huecas y a la hipocresía del progresismo.

Tal vez haya que redefinir algunos conceptos y palabras que representen mejor la profundidad de una nueva ética social. Tal vez habría que hablar más de reciprocidad, y no tanto de solidaridad, ya que este último término está muy asociado al humanitarismo limosnero, mientras que la reciprocidad nos refiere más a un sistema de relaciones en las que los miembros de una comunidad se comprometen a ayudarse mutuamente. Tal vez habría que hablar de humanizar la mirada sobre los demás, porque ello implica aplicar la vieja regla de oro, tratar a los demás como queremos ser tratados, y de eso se desprenden un cúmulo de acciones y consideraciones que ayudarían a destrabar la trampa de los bandos, y nos llevaría a comprender mejor las ideas y sentimientos de los demás. Tal vez habría que hablar de liberación, más que de libertad, porque la liberación implica un proceso permanente, y en una sociedad cambiante y compleja, la diferencia entre la libertad teórica y la libertad concreta a menudo nos exige reconsiderar los términos de la misma. Con respecto al concepto de igualdad, no hay duda de que todos deben tener iguales derechos y oportunidades, pero la falta de oportunidades en la práctica es la que motiva propuestas compensatorias que podrían ser tildadas de igualitaristas, y ante eso surgen las críticas de los defensores de la meritocracia, que obviamente nada dicen de la falta de igualdad de oportunidades; por tal motivo habría que plantear a la igualdad de oportunidades como un requisito sine qua non si se quiere sostener un régimen de propiedad privada, porque en ese caso el derecho de propiedad debe estar condicionado por el derecho a la igualdad de oportunidades y no a la inversa, y en la medida de que la concentración de riqueza sea un obstáculo para la igualdad de oportunidades, habrá que replantearse el derecho al uso de la propiedad del capital concentrado. Pero por sobre todo habrá también que preguntarse también por el verdadero sentido de la vida humana en contraste con el materialismo consumista y alienante que hoy es aceptado como el ordenador de la organización social y la realización individual.

En definitiva, si de los laberintos se sale por arriba, habrá que empezar a volar hacia nuevas utopías que resuenen en los sentimientos más profundos del ser humano; porque no será suficiente con proponer el cambio de las prácticas democráticas, o de las técnicas económicas o de la legislación, en todo caso todo eso deberá ser la consecuencia de un verdadero salto evolutivo.

Fuente: https://www.pressenza.com/es/2025/08/batalla-cultural-o-salto-evolutivo/

Del desarrollo personal al desarrollo humano

Los extensos estudios de anatomía humana de Leonardo da Vinci estaban cientos de años adelantados a su tiempo. (Imagen de Wikimedia Commons, Leonardo da Vinci.)

David Andersson

En la tercera asamblea del Foro Humanista Mundial el 19 de julio, Antonio Carvallo propuso crear una nueva mesa de trabajo sobre Desarrollo Personal. Durante su presentación, una chispa captó mi atención. Señaló que, durante los últimos 5.000 años, la humanidad ha dedicado casi toda su energía a comprender y desarrollar el mundo exterior, mientras descuidaba nuestro propio desarrollo interno como seres humanos.

Hoy estamos aquí, con capacidades tecnológicas, científicas, intelectuales y sociales asombrosas. Podemos dividir átomos, mapear genomas y comunicarnos al instante a través del planeta. Sin embargo, en comparación, nuestra comprensión de cómo funcionamos internamente como seres humanos sigue siendo dolorosamente limitada. Con demasiada frecuencia, los seres humanos siguen siendo tratados demasiado a menudo solo como herramientas, valorados principalmente por su capacidad para producir y consumir.

Pregúntale a un adolescente qué planea hacer con su vida, y esta pregunta típicamente la entenderá como: ¿A que profesión te dedicarás? La vida se ha vuelto sinónimo de trabajo. Uno estudia para trabajar, trabajarás la mayor parte de tu vida y finalmente te jubilarás —a menudo exhausto y desilusionado. La realización se vincula al éxito profesional, incluso dentro de una sociedad disfuncional o un entorno laboral tóxico.

Entre tanto, las estadísticas de salud mental en la sociedad occidental alertan de que una crisis profunda y creciente está en curso:

  • En 2022, unos 59,3 millones de adultos estadounidenses (≈23,1%) experimentaron alguna forma de enfermedad mental.
  • En 2022, 15,4 millones de adultos (6%) experimentaron una enfermedad mental grave.
  • En 2022, los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) reportaron 49.449 muertes por suicidio en Estados Unidos —un aumento de aproximadamente el 3% respecto a los 48.183 registrados de 2021, marcando un récord histórico.

¿Acaso no es ésta una expresión dramática de un conflicto interno sin resolver?

¿Por qué se ha subvalorado tanto el desarrollo interno? Casi parece que hubiera una conspiración global en su contra. La mayoría de las religiones comienzan con una cierta experiencia interna, pero con el tiempo se vuelven cada vez más externas — colocando a Dios en el cielo, centrándose en rituales externos, obsesionándose con la comida o las reglas. Las ideologías políticas como el marxismo a menudo fracasan en la exploración del papel de la violencia, el miedo y en el significado en cómo nos organizamos a nosotros mismos. Incluso en la moderna industria de la “autoayuda” o «superación personal», el crecimiento personal suele concebirse como una forma de «optimizar el rendimiento» dentro de las mismas estructuras deshumanizantes que causan sufrimiento.

Pregúntale a alguien: «¿Cómo manejas el miedo?». A la mayoría le costará mucho responder. Las personas no tienen herramientas internas ni lenguaje para enfrentar y transformar sus miedos (temores). En esta ausencia el miedo se convierte en la herramienta que el Sistema usa para controlar la vida cotidiana: tememos que nos despidan, a no tener suficiente dinero, o no ser amados, miedo a ser «demasiado» o «no lo suficiente».

¿Por qué tanta gente se siente exhausta? ¿Qué sabemos realmente sobre nuestra propia energía interna — cómo cultivarla, renovarla, dirigirla? Son preguntas fundamentales y centrales para nuestra supervivencia y evolución y, sin embargo, la sociedad rara vez las aborda.

Seamos claros: no proponemos el desarrollo personal solo para que las personas funcionen mejor en este sistema deshumanizado. El verdadero desarrollo personal consiste en cambiar por completo el enfoque de nuestras vidas. Nada significativo puede transformarse en el mundo hasta que internalicemos nuestro conocimiento de lo que significa ser humano, que reconozcamos que la vida tiene un significado más allá del trabajo y el consumo, y nos liberemos de la ilusión del miedo.

La paz no es la ausencia de guerra. Es un estado interno del ser.

Imaginen lo que significaría que 8.000 millones de personas emprendieran un camino de autoconocimiento, aprendiendo a superar el dolor y el sufrimiento, viendo el dinero no como un fin en sí mismo sino como una herramienta para humanizar la Tierra. Imaginen si el autoconocimiento se abordara del mismo modo en que un músico practica con su instrumento — con disciplina, cuidado y pasión.

La educación debe evolucionar. Debe estar arraigada en el desarrollo del ser humano completo. Reconciliarnos con nosotros mismos debería ser el primer paso. El mundo que anhelamos debe echar raíces primero dentro de nosotros mismos; solo entonces podremos co-crearlo con los demás.

Fuente: https://www.pressenza.com/es/2025/07/del-desarrollo-personal-al-desarrollo-humano-2/?fbclid=IwY2xjawL4xjZleHRuA2FlbQIxMQABHi75Z46mES4zvmeyWdEEVu_MX5GTCfk0qgs5RuIaImcvkDcB0w-3celxP_bF_aem_YIQoNbE7JpaJh54XswCaTA

El declive del coeficiente intelectual en la era digital: reconfiguración cognitiva y tendencias globales

 

Durante el siglo XX, las puntuaciones de coeficiente intelectual (CI) mostraron un aumento sostenido —el denominado Efecto Flynn—, que fue revisado en las últimas dos décadas por nuevos estudios que documentan una reversión en países industrializados. Este fenómeno, confirmado por investigaciones longitudinales y meta-análisis recientes, se atribuye mayoritariamente a causas ambientales, sociales y especialmente digitales, más que a factores genéticos, como clarifica la literatura científica de 2024-2025. Actualmente, el debate es central en neurociencia, psicología y políticas públicas, pues se identifican tanto la pérdida de capacidades clásicas (memoria, atención, razonamiento abstracto) como la emergencia de nuevas habilidades digitales que requieren un marco de análisis actualizado. El fenómeno es notorio en Europa y Norteamérica, mientras que en el Sur Global predomina la persistencia o ligero estancamiento del Efecto Flynn, pero sin documentar aún un declive sistemático comparable. La evidencia acumulada en los últimos años exige la actualización urgente de instrumentos de medición y el rediseño de políticas educativas, nutricionales y de salud pública.

1. Introducción: La paradoja de la inteligencia en el siglo XXI

El avance continuo del CI durante todo el siglo XX sustentó esperanzas de un progreso cognitivo indefinido; nuevos análisis, sin embargo, revelan que desde las generaciones nacidas en los años 70 este patrón se ha invertido en numerosos contextos industrializados. Estudios actualizados hasta 2025 muestran que el desarrollo cognitivo ya no es lineal ni homogéneo, sino producto de la interacción multifacética de factores educativos, ambientales y, especialmente, derivados de la revolución digital.

El objetivo de este ensayo es sistematizar la evidencia reciente, examinar críticamente los factores involucrados y proponer marcos conceptuales y metodológicos acorde con la actualidad científica, aportando un mapa comprehensivo para investigadores y gestores de políticas públicas.

2. Evidencia global del declive del CI: estado del arte 2019–2025

2.1. Países desarrollados

La reversión del Efecto Flynn en Noruega fue documentada inicialmente por Bratsberg & Rogeberg (2018) y ha sido ratificada en informes y meta-análisis recientes que actualizan la serie hasta cohortes nacidas en 2001. Finlandia y Dinamarca presentan tendencias similares, confirmadas por la Finnish Health and Education Authority (2024).

En el Reino Unido, el British Cohort Study y los informes de la Centre for Longitudinal Studies (2024) destacan descensos acumulados de hasta 5 puntos de CI en habilidades verbales y de razonamiento estructurado desde la década de los 70, estrechamente relacionados con la transformación educativa y el uso de tecnologías digitales por jóvenes y adolescentes.

En Estados Unidos, cohortes analizadas por Northwestern University y el NAEP (2025) evidencian deterioro claro en vocabulario, comprensión y razonamiento matemático; Psychological Science (2024) y foros internacionales corroboran esta tendencia.

2.2. Contextos no occidentales

En China, el Efecto Flynn persiste, aunque estudios actuales ya reportan indicios de estancamientos en áreas urbanas con alta exposición digital y contaminación ambiental, según la Chinese Academy of Social Sciences (2024) y meta-análisis de Yang et al. (2019).

En América Latina, aunque predomina un incremento lento y desigual del CI, equipos de Brasil, México y Chile advierten que la digitalización sin regulación, combinada con déficits en comprensión lectora y nutrición, podría estar frenando los logros cognitivos obtenidos en décadas anteriores.

En África Subsahariana, la evidencia es aún limitada en series históricas, pero se confirma un Efecto Flynn positivo allí donde mejoran la nutrición y la cobertura educativa. El mayor riesgo persiste por déficit alimentarios y adaptación inadecuada de instrumentos de medición.

3. Causas multifactoriales del declive y reconfiguración

3.1. Educación y cambios curriculares

El énfasis creciente en la estandarización, la memorización y la simplificación curricular se relaciona con un menor desarrollo de habilidades abstractas y pensamiento profundo, como evidencian revisiones de la OCDE y estudios conducidos en Europa y América. Las alertas sobre la debilidad de estímulos intelectuales fuera del aula son reiteradas en cohortes urbanas digitalizadas.

3.2. Factores ambientales y nutricionales

El impacto de neurotóxicos (plomo, pesticidas) en el desarrollo cognitivo fue coherentemente cuantificado en recientes cohortes analizadas por el NIEHS y por Chen et al. (2024): la reducción atribuible al plomo ronda 5–7 puntos de CI en casos de exposición crónica.

En términos nutricionales, UNICEF-FAO (2024) y estudios nacionales describen cómo déficit de micronutrientes esenciales ha incidido en el estancamiento cognitivo urbano, exacerbado por dietas ultraprocesadas.

3.3. Digitalización y fragmentación atencional

Simposios internacionales y publicaciones de Dierssen (2024) y León Domínguez (2024) documentan que la exposición sistemática a multitarea digital y la externalización cognitiva inducida por IA conllevan una merma de funciones como memoria de trabajo, control ejecutivo y atención sostenida, sobre todo en jóvenes. No obstante, existen datos positivos en el uso controlado de IA para mayores, en contextos de estimulación cognitiva bien dirigida.

El fenómeno de descarga cognitiva, reconocido por el sector académico en 2025, exige regulaciones y estrategias pedagógicas nuevas, un frente en el que las agencias regulatorias y de salud pública comienzan a trabajar activamente.

4. Contrapuntos, limitaciones y debates metodológicos

Si bien algunos autores defienden la emergencia de una “nueva inteligencia” digital adaptativa —navegación informacional compleja, pensamiento colaborativo en red—, la literatura empírica más reciente es clara: estas habilidades solo compensan parcialmente el deterioro en capacidades históricas, y no en todos los grupos poblacionales.

Se reconoce la heterogeneidad global del fenómeno y la urgencia de mejorar la validez de los instrumentos, incorporar marcadores neurobiológicos y ajustar baterías cognitivas a contextos sociotecnológicos.

5. Implicaciones, políticas y líneas de investigación abiertas

Las recomendaciones internacionales recientes incluyen:

  • Actualizar pruebas diagnósticas del CI y habilidades cognitivas, adaptándolas a contextos tecnológicos y socioculturales diversos.
  • Reformar los sistemas educativos para reforzar pensamiento crítico, atención y autonomía cognitiva.
  • Mejorar la regulación sobre tiempos y calidad de exposición digital, especialmente en infancias y adolescencias.
  • Diseñar políticas de salud y nutrición que prioricen alimentos neuroprotectores y limiten la exposición a ultraprocesados y contaminantes.
  • Consolidar estudios comparativos y biomarcadores que permitan cuantificar tanto la pérdida de habilidades clásicas como la ganancia real en nuevas competencias ligadas a la revolución digital.

6. Conclusiones

El estado del arte 2024–2025 respalda la existencia de un cambio estructural en la cognición global: la combinación de descenso de habilidades tradicionales, emergencia funcional de competencias digitales y la heterogeneidad regional obliga a renunciar a interpretaciones lineales. El futuro académico y político exige enfoques sistémicos, medidas urgentes y una vigilancia activa para preservar la profundidad, autonomía y resiliencia de la mente en la era digital.

Julio 2025

Referencias

Bratsberg, B., & Rogeberg, O. (2018). Flynn effect and its reversal are both environmentally caused. Procedings of the National Academy of Sciences (PNAS), 115(26), 6674–6678. (Estudio longitudinal noruego; documenta reversión del Efecto Flynn atribuible a factores ambientales y culturales, muestra masiva con gran robustez estadística).

Chen, L., et al. (2024). Contaminación ambiental, neurotoxicidad y su impacto en CI: estudios en China y EE.UU. National Institute of Environmental Health Sciences. (Revisión de efectos acumulativos de plomo y pesticidas sobre CI infantil y adolescente).

Costa, A., et al. (2025). Tendencias cognitivas en América Latina. Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). (Estudios regionales sobre evolución del CI, digitalización, alimentación y políticas educativas).

Dierssen, M. (2024). Investigación sobre la reconfiguración cognitiva y el envejecimiento cerebral en la era digital. Publicaciones del RANM. (Análisis actual de efectos de la exposición digital e IA sobre funciones cognitivas profundas y propuestas de intervención regulatoria y pedagógica).

Finnish Health and Education Authority. (2024). Tendencias cognitivas en Finlandia. (Estudio nacional que actualiza tendencias en CI y vincula factores ambientales y digitales a cambios cognitivos).

García, M., et al. (2025). Impacto de la IA en funciones ejecutivas y memoria: análisis multicéntrico. Universidad de Vigo. (Efectos de la IA en mayores y menores; balance entre estimulación positiva y riesgos de externalización).

León Domínguez, U. (2024). Descarga cognitiva y externalización inducidas por IA. Universidad de Monterrey (UDEM). (Estudio pionero sobre los efectos de la dependencia de IA en funciones cognitivas ejecutivas y memoria autónoma).

Mekonnen, D., et al. (2025). Cognición y desarrollo en África Subsahariana: desafíos de medición y nutrición. African Cognitive Monitoring Network. (Informe sobre persistencia del Efecto Flynn en contextos africanos y limitaciones por déficit nutricional).

NAEP – National Assessment of Educational Progress. (2025). Longitudinal Study on US Cognitive Trends. (Análisis nacional estadounidense de declive en vocabulario, comprensión y razonamiento matemático 1970–2025).

OCDE. (2023–2025). Informes sobre tendencias cognitivas y educativas globales. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. (Datos y análisis de declive intergeneracional de CI, transformación educativa y evaluación de políticas públicas contemporáneas).

Possin, K. L. (2024). Nuevas habilidades digitales vs declive en capacidades clásicas: perspectivas neuropsicológicas. UCSF Memory and Aging Center. (Discusión teórica y empírica sobre la hipótesis de reconfiguración cognitiva).

Simonsen, L., et al. (2024). Efectos de la estandarización educativa en la cognición infantil. Universidad Autónoma de Madrid y Universidad de Helsinki. (Análisis sobre reformas educativas y desarrollo de pensamiento profundo).

UNICEF-FAO. (2024). Reportes sobre nutrición y desarrollo cognitivo en el Sur Global. Naciones Unidas y FAO. (Informe que vincula déficits alimentarios con rendimiento cognitivo, acentuando la necesidad de políticas alimentarias y educativas integradas).

World Cognitive Forum. (2025). Simposios internacionales sobre neurociencia y salud cognitiva en la era digital. Lisboa. (Consensos, líneas de acción y recomendaciones de expertos internacionales).

Yang, X. J., Li, Y. Y., & Zhang, J. (2019). The Flynn Effect in China: A Meta-Analysis. Intelligence, 74, 1–10. (Meta-análisis sobre evolución del CI en China, con indicios de estancamiento urbano tras décadas de incremento sostenido; actualizado con evidencia de Chinese Academy of Social Sciences 2024).

Fuente: https://www.pressenza.com/es/2025/07/el-declive-del-coeficiente-intelectual-en-la-era-digital-reconfiguracion-cognitiva-y-tendencias-globales/

(Imagen de Pressenza / ChatGPT)

La gobernación y administración de China: una obra que Occidente rehúsa leer

¿Sabías que existe esta obra monumental?

Cuatro tomos, más de 350 documentos oficiales, discursos, entrevistas y textos programáticos del presidente Xi Jinping, traducidos al español, publicados por la Editorial de Lenguas Extranjeras de China y disponibles hace años. Y sin embargo, casi nadie en Occidente los ha leído. Ni en la academia, ni en los gabinetes presidenciales, ni en los comandos de campaña de la derecha. Tampoco en la izquierda, pero esa es otra historia.

Políticos de derechas y ultraderechas, y operadores fascistas en ascenso por todo Occidente, critican a China con una virulencia casi ritual. Hablan de autoritarismo, control, dictadura, amenaza roja. Pero no han leído ni una página de la obra doctrinaria de su principal antagonista. Se indignan, insultan, profetizan el colapso chino, y todo lo hacen en la oscuridad de su ignorancia.

Y no se trata solo de la ultraderecha. La clase política tradicional occidental —de centro, de derecha, e incluso en muchos casos del progresismo cómodo— rara vez lee un libro completo. Se conforman con resúmenes, con frases de ocasión, con titulares de columnas de opinión que no profundizan nada. Y en el caso extremo, esa ultraderecha ignorante que repite hasta la Biblia sin haberla leído realmente. ¿Cómo se combate contra eso? ¿Con libros? ¿Con pensamiento riguroso? Resulta, muchas veces, contraproducente y hasta absurdo. ¿Hacemos memes? ¿TikToks de 3 minutos? ¿Animaciones en 3D con caricaturas? Dejo la reflexión abierta.

Lo que sigue no es un panegírico ni una defensa ideológica. Es una invitación radical a pensar. Leer a Xi Jinping es una necesidad geopolítica. Entender el modelo chino desde su propia voz es una obligación para cualquiera que pretenda gobernar, legislar o escribir con mínima responsabilidad política en este siglo. Este texto está dirigido, sobre todo, a esa clase política occidental que se enorgullece de sus prejuicios y desprecia lo que no entiende. Y está escrito, también, para quienes nos enfrentamos a ella.

Yo también estoy leyendo estos tomos. No desde la devoción ni desde el prejuicio, sino desde la necesidad de entender qué sostiene a una potencia que no solo resiste, sino que avanza. Y lo confieso con la misma honestidad con que escribo estas líneas: me asombran, me interpelan, me obligan a pensar. A cada página, hay una estructura. A cada concepto, una historia. A cada omisión occidental, una página entera de documentos.

¿Quieres que te seduzca? Solo con leer los índices de esta colección uno intuye la vastedad de lo que se intenta gobernar desde allí. Cada tomo abre una puerta distinta: al combate contra la pobreza, a la gobernanza digital, a la moral socialista, a la diplomacia alternativa. Y es por eso que he decidido incluirlos íntegramente en este texto, uno a uno, para que puedan apreciarlos con calma. Pero antes, van los abstractos comentados: pequeñas ventanas interpretativas que abren paso a las venas internas de esta obra.

ABSTRACT GENERAL

La gobernación y administración de China es la obra central del pensamiento de Xi Jinping como secretario general del Partido Comunista Chino. Publicada entre 2014 y 2023 en cuatro tomos, ofrece una exposición ordenada, estratégica y progresiva de los fundamentos políticos, económicos, culturales y diplomáticos del modelo chino en la “nueva era”. Cada volumen contiene entre 79 y 109 documentos oficiales, organizados temáticamente, y recorre desde la consolidación del poder tras el XVIII Congreso del Partido hasta la proposición de un orden mundial multipolar postpandémico. Leer estos textos no es rendirles pleitesía, sino asumir que la competencia global requiere inteligencia.

El Tomo I presenta al “Sueño Chino” como horizonte de unidad nacional, al mismo tiempo que lanza la purga anticorrupción más profunda del siglo XXI. El Tomo II despliega con crudeza la estrategia de erradicación de la pobreza extrema y la convierte en política de Estado. El Tomo III responde a la pandemia con un modelo de control social altamente eficaz, que Occidente no quiso entender. Y el Tomo IV plantea la “prosperidad común” como nuevo pacto social post-neoliberal, mientras sugiere una reforma global del orden mundial. Quien se atreva a leer, no volverá a hablar de China como antes.

RESEÑA CRÍTICA Y ESTRUCTURAL

Esta colección no es literatura propagandística. Es un artefacto de gobierno. Es un instrumento de dirección doctrinaria. Es, sobre todo, una arquitectura de mundo. Xi Jinping no escribe para cautivar a Occidente, sino para sentar las bases de un modelo que desafía la hegemonía occidental desde el poder, no desde la queja.

La derecha europea y americana no quiere leer estos libros porque teme encontrar en ellos algo que funcione. Algo que cuestione su dogma del libre mercado absoluto. Algo que revele que es posible erradicar la pobreza sin democracia liberal, garantizar estabilidad sin alternancia y construir comunidad sin individualismo como ética.

Y más aún: Occidente teme que sus democracias en crisis —muchas veces inoperantes, desvirtuadas, capturadas por élites o vaciadas por la apatía— encuentren sentido en un modelo distinto. ¿Quién dice que el sistema de representación popular en China no es representativo? El Partido Comunista Chino cuenta con más de 98 millones de miembros activos. Dentro de él conviven opiniones, focos, líneas de pensamiento, críticas y propuestas. Y es en ese plano interno, estructurado por un ascenso basado en mérito y formación —donde no se cuela un solo ignorante—, que se discute políticamente el país. Las decisiones se toman por equipos competentes, después de extensos análisis, reflexión, pragmatismo y, sobre todo, principios fundamentales compartidos.

Leer y considerar estos escritos nos obliga a contrastar. ¿Qué sistema de representación representa realmente a sus supuestos representados? ¿Qué democracia? Díganme un solo país occidental donde hoy no haya una crisis estructural de legitimidad, participación o sentido político. ¿Dónde no se esté gobernando con encuestas, emociones o marketing en lugar de con ideas, programas y principios?

La izquierda tampoco los lee. Prefiere mirar con sospecha todo lo que huela a control o disciplina. Pero el problema es estructural: nuestra cultura política occidental, en su conjunto, desprecia lo que no domina. Y en ese desprecio se condena a la irrelevancia.

TOMO I: FUNDAMENTOS Y LIDERAZGO INICIAL (2012–2014)

Este volumen sienta las bases doctrinarias del Xiísmo. El “Sueño Chino” aparece como horizonte nacional de rejuvenecimiento colectivo, mientras se desata una campaña anticorrupción sin precedentes. No hay eufemismos: se trata de una purga política diseñada para reforzar la autoridad moral del Partido, una operación quirúrgica en la élite que marcó el tono de todo el mandato de Xi. En sus primeros discursos, Xi denunció que “el colapso de la URSS fue causado por la pérdida del alma ideológica del Partido”, y dejó claro que no permitiría la repetición de esa historia.

La consigna del Estado de derecho con características chinas aparece tempranamente como una forma de disciplina social, no como un símil del constitucionalismo liberal. El discurso inaugural de Xi en el Comité Central de 2012 ya contiene el germen de esta noción: la ley no es un límite al Partido, sino un instrumento para la cohesión de su proyecto. Por eso, el índice abre con la reafirmación del socialismo a la china y el llamado al renacimiento nacional.

Cuando Xi habla del Sueño Chino, no lo hace desde la retórica emocional, sino desde un programa: reducir la pobreza extrema (logrado antes de 2021), reconectar con la historia milenaria del país y proyectar orgullo nacional en el escenario global. Todo esto se acompaña de una renovación de la diplomacia vecinal, una ofensiva de soft power en Asia-Pacífico y África, y una visión sistemática del desarrollo ecológico, como se plasma en su famoso discurso sobre la “civilización ecológica” (2013), en el que declara que “las montañas verdes son también montañas de oro”.

La inclusión de Hong Kong en el índice —“Un país, dos sistemas”— no es casual. Desde este tomo comienza la preparación ideológica de la reunificación. En simultáneo, se observa una política activa de inserción cultural, revitalización moral y reconstrucción de comunidad, con una advertencia implícita: el Partido no es sólo gobierno, es también conciencia, escuela y estructura de sentido.

Este primer tomo no solo inaugura una doctrina, sino que codifica un nuevo tipo de liderazgo. Aquí, el índice cobra vida propia: cada entrada se convierte en una pista hacia el diseño de una China que busca afirmarse desde su especificidad.

ÍNDICE DEL TOMO I:

Socialismo con Características Chinas
El Sueño Chino
Reforma General y Profunda
Desarrollo Económico
Estado de Derecho
Una China Culturalmente Avanzada
Emprendimientos Sociales
Progreso Ecológico
Defensa Nacional
Un País, Dos Sistemas
Desarrollo Pacífico
Nuevo Modelo de Relaciones entre los Grandes Países
Diplomacia Vecina
Cooperación con Países en Desarrollo
Relaciones Multilaterales
Lazos Estrechos con el Pueblo
Combate a la Corrupción
Liderazgo del Partido Comunista
Apéndice: Hombre del Pueblo

TOMO II: CONSOLIDACIÓN Y PROYECCIÓN INTERNA (2014–2017)

Este tomo refleja un Partido que ya no necesita justificar su autoridad, sino demostrar su eficacia. Xi ya ha tomado el control absoluto del aparato central, y ahora articula la llamada “disposición estratégica de las cuatro integralidades”: construcción económica, profundización de reformas, gobernanza según la ley y rectitud del Partido. A partir de aquí, los discursos comienzan a operar como verdaderos programas de Estado.

Uno de los momentos más significativos es la declaración de “triunfo definitivo en la culminación de una sociedad modestamente acomodada”, que implicó sacar de la pobreza a más de 700 millones de personas en menos de una generación. En cada alocución sobre pobreza, Xi insiste en su concepto de precisión: no basta con subir el PIB, hay que saber dónde vive la pobreza, qué la causa, y qué políticas funcionan en cada territorio. Eso se traduce en despliegue tecnológico, censos digitales y asistencia planificada.

En materia de cultura socialista, se reactiva la pedagogía ideológica como parte del bienestar. Se distribuyen gratuitamente textos marxistas, se crean canales de televisión educativos y se refuerza la censura no como represión, sino como pedagogía pública. Se habla abiertamente de “crear una atmósfera de pensamiento correcto”.

Este tomo también sistematiza la noción de comunidad de destino compartido, uno de los conceptos clave de la doctrina Xi. Esta idea aparece por primera vez en un discurso ante la ONU y se repite luego en foros africanos, latinoamericanos y asiáticos, apuntando a una arquitectura mundial multipolar, donde los pueblos compartan recursos, infraestructuras y destino, sin la hegemonía unilateral de Estados Unidos.

Es un índice que traduce la maduración de una doctrina. Las categorías ya no son ideas aspiracionales: son resultados, métodos y campos de expansión estratégica.

ÍNDICE DEL TOMO II:

Mantener y desarrollar el socialismo con peculiaridades chinas
Ampliar las perspectivas de la causa socialista
Dirección del Partido como rasgo esencial del sistema chino
Disposición estratégica de las “cuatro integralidades”
Integración del sueño chino con el anhelo popular
Sin olvidar las aspiraciones fundacionales
La Gran Marcha contemporánea
Sociedad modestamente acomodada y revitalización
Popularización del marxismo con características chinas
Triunfo definitivo en la culminación de la sociedad acomodada
Fase decisiva y superación de dificultades estructurales
Lucha precisa contra la pobreza
Reformas estructurales continuas
Democracia socialista y gobernanza científica
Cultura socialista y valores comunes
Civilización ecológica y medioambiente
Modernización del Ejército Popular
Gobernanza moderna y autoconstrucción del Partido

TOMO III: CRISIS, RESILIENCIA Y REFORMA (2017–2020)

Este volumen está atravesado por el golpe civilizatorio de la pandemia de COVID-19. Los discursos y documentos reunidos aquí revelan una capacidad de reacción institucional muy superior a la de cualquier país occidental. Xi articula una estructura de comando político-científico centralizado, con mecanismos de seguimiento digital, cierre preventivo de fronteras internas y cooperación entre regiones para blindar zonas vulnerables.

La frase más repetida en este período es “el pueblo primero”, pero no como consigna abstracta, sino como principio rector de la política sanitaria. Desde marzo de 2020, cada provincia china tuvo planes de emergencia específicos, con coordinación directa desde el Comité Permanente. Al mismo tiempo, se documenta una aceleración de la gobernanza basada en datos, en la que sistemas de trazabilidad, inteligencia artificial y control territorial se funden con el aparato político.

El índice también revela el énfasis creciente en autorreforma del Partido: auditorías internas, rotación de cargos, controles ideológicos, y exigencia de formación continua. Esta parte de la obra confirma que el Partido Comunista Chino no es una máquina cerrada, sino un sistema de perfeccionamiento político permanente, sometido a tensiones, errores y ajustes.

El lector encontrará aquí no solo un registro de crisis, sino una exhibición de resiliencia como modelo. El índice está compuesto como una arquitectura: cada entrada funciona como pilar de una misma estrategia de largo plazo.

ÍNDICE DEL TOMO III:

Socialismo con características chinas para la nueva era
Liderazgo absoluto del Partido
Sistema y capacidad de gobernanza estatal
El pueblo como soberano
Erradicación de la pobreza y sociedad moderadamente próspera
Reforma estructural sostenida
Nueva apertura integral
Prevención de riesgos sistémicos
Desarrollo de alta calidad
Consolidación de la democracia socialista
Revitalización cultural china
Mejoramiento del bienestar social
Ecología y civilización verde
Ejército fuerte y leal al Partido
Hong Kong, Macao y reunificación
Diplomacia de gran país con características chinas
Comunidad de destino compartido para la humanidad
Autorreforma del Partido
Lucha contra el COVID-19 y dirección política en la emergencia

TOMO IV: MADURACIÓN DEL MODELO Y PROPUESTA GLOBAL (2020–2022)

En este tomo, la doctrina alcanza una etapa de formulación integral. La palabra clave es “prosperidad común”, entendida no solo como distribución material, sino como garantía estructural de igualdad de condiciones para todas las regiones y clases sociales. Se trata de cerrar la brecha entre las ciudades hipertecnológicas del este y las zonas rurales del interior. Aparecen propuestas como el “impuesto a la riqueza silenciosa” y regulaciones severas al sector tecnológico, que escandalizaron a los medios financieros de Wall Street.

La noción de “liderazgo global responsable” reemplaza a la antigua retórica de “ascenso pacífico”. China ya no se justifica: ahora propone. Desde los discursos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, pasando por los foros de gobernanza global, hasta las cumbres climáticas, Xi comienza a hablar como potencia normativa.

Este tomo también revela la integración entre seguridad nacional, tecnología y soberanía digital. Se refuerza el firewall, se desarrollan sistemas operativos propios, y se apuesta por la autosuficiencia tecnológica en sectores clave. El lenguaje de estos documentos deja claro que la gobernanza digital no es un apéndice técnico, sino parte estructural del modelo.

Es el tomo de mayor densidad estructural. En él se ofrecen todas las piezas de una cosmovisión orgánica. Leer el índice no es solo repasar temas, sino recorrer la arquitectura completa de un sistema que se propone a sí mismo como alternativa civilizatoria.

ÍNDICE DEL TOMO IV:

Consolidación del pensamiento de Xi Jinping como guía
Defensa nacional y seguridad integral
Liderazgo total del Partido sobre todos los ámbitos
Desarrollo económico de alta calidad
Reformas institucionales y dirección estratégica
Modernización socialista integral
Estabilidad financiera y autonomía tecnológica
Coordinación regional y desarrollo equilibrado
Seguridad alimentaria, energética y ambiental
Protección ecológica y economía verde
Construcción de un Estado de derecho socialista
Integración digital, cibernética y de datos
Promoción del bienestar común
Lucha sostenida contra la pobreza
Cohesión nacional y unidad étnica
Juventud, educación y cultura
Reforma del sistema educativo
Sistema disciplinario y anticorrupción
Defensa del sistema socialista ante ataques externos
Diplomacia y liderazgo global responsable
Propuesta china para la reforma del orden mundial

EPÍLOGO – ¿Y AHORA QUÉ HACEMOS CON ESTO?

No basta con leer a Xi Jinping. Pero es imprescindible haberlo leído para poder discutirlo con seriedad. La política occidental está repleta de opinantes de plató, candidatos de TikTok, tecnócratas de copia-pega y operadores ideológicos que no soportan la complejidad. Se asume que leer es una rareza, y estudiar al adversario, una traición. Así estamos: reaccionando con memes a civilizaciones enteras.

El dilema no es táctico, sino civilizatorio. ¿Cómo se puede gobernar un mundo multipolar si ni siquiera se entiende qué mueve a las potencias que lo configuran? ¿Cómo puede un parlamentario europeo, chileno o canadiense pretender votar sobre China si su conocimiento del país se limita a titulares de The Economist y frases de campaña?

Y aquí es donde el debate sobre “representación” merece ser reventado desde sus cimientos. ¿Cuál es el sistema verdaderamente representativo hoy? ¿El que elige actores, deportistas y herederos de apellidos para cargos de Estado en campañas financiadas por bancos y consorcios? ¿O el que forma cuadros políticos durante décadas, obliga a estudiar, a leer, a servir al pueblo, y permite que asciendan por mérito hasta llegar a la cúpula? Xi Jinping no nació en el poder. Fue hijo de un purgado, enviado al campo, y se abrió paso desde abajo. Trabajó en aldeas, en regiones marginales, en provincias difíciles. Estudió sin parar. Superó filtros internos. Ascendió con disciplina. Es, literalmente, producto de una carrera política basada en formación, evaluación constante y responsabilidad pública.

El Partido Comunista Chino tiene cerca de 100 millones de miembros. Dentro de esa estructura —diversa, tensa, activa— se debate el país. Hay elecciones internas, hay niveles, hay órganos representativos, hay sesiones, hay mecanismos de consulta popular, hay deliberación. ¿Quién vota en las instancias primarias de base, en los representantes de pueblitos perdidos en el campo de la extensa China o desde el desierto del norte hasta los municipios o territorios administrativos de las desarrolladas ciudades del sureste? Pues el mismo pueblo chino de cada territorio. Y quién vota en las instancias técnicas y políticas siguientes? Aquellos que ya han demostrado competencia, compromiso, estudio y responsabilidad. El pueblo chino, lejos de sentirse marginado por esta estructura, confía en que quienes han ascendido dentro del Partido lo han hecho porque saben, porque pueden, y porque han demostrado estar a la altura. No es una fe ciega. Es una legitimidad construida desde abajo y sostenida por resultados.

China sí tiene elecciones. Sí hay sistema interno de debate. Lo que no hay es farsa. No hay marketing político. No hay operadores televisivos ni think tanks pagados por fundaciones imperialistas. Y no hay arcoíris de partidos que no representan a casi nadie y que buscan cuotas de poder por cuatro años para financiar así, desde el bolsillo del Estado, sus estructuras y pseudolíderes. Hay equipos. Hay planificación. Hay doctrina. Hay responsabilidad. Y hay resultados.

¿Dónde está la representación real? ¿En la democracia liberal colapsada de Estados Unidos, gobernada por encuestas, lobbies y estructuras judiciales vendidas? ¿En la Argentina de Milei, donde se hace política como si fuera un streaming? ¿En la Unión Europea, donde los votantes ya no entienden ni a quién eligen ni por qué? ¿O en un sistema que ha logrado sacar a 800 millones de personas de la pobreza extrema y mantener la cohesión nacional de la segunda población más grande del planeta?

Esto no es una apología. Es una interpelación. Rechacen a China, si quieren. Pero háganlo después de haberla entendido. Después de haber leído. Después de haber reconocido —aunque duela— que existe un modelo que, aunque profundamente distinto, ha funcionado. Y amenaza con desestabilizar el cómodo monopolio moral de Occidente.

Leer libros —enteros, difíciles, distintos— es hoy un acto radical. Y si además se discuten, se cruzan y se enseñan, puede que estemos empezando a recuperar algo del oficio político que perdimos cuando decidimos que gobernar era solo repetir eslóganes.

Aquí están los tomos. Está el índice. Está la propuesta. Que nadie diga después que no sabía por dónde empezar.

Y si después de todo esto, aún creen que China no representa a su pueblo, entonces háganse un favor: miren a sus propios gobiernos. Mírenlos bien. Y pregúntense quién los representa realmente. Y si no pueden responder esa pregunta, entonces el problema no es China.

En el fondo, el gran desafío no es leer a Xi Jinping. Es atreverse a repensar desde cero qué significa gobernar. Y quién debería hacerlo. Porque la pregunta que nos lanza China no es “¿te gusta este modelo?”, sino otra mucho más incómoda: ¿por qué seguimos tolerando modelos que ya no funcionan?

REFERENCIAS Y FORMAS DE ACCESO

  1. Editorial de Lenguas Extranjeras de China (外文出版社) – Casa editorial oficial. Todos los tomos han sido publicados en múltiples idiomas y están disponibles en su catálogo internacional. Versión española validada por el Buró de Traducción del Consejo de Estado.
  2. Puntos de acceso oficiales
  3. Versiones físicas – Se venden a través de AliExpressAmazon o librerías diplomáticas. También pueden encontrarse en embajadascentros culturales chinos y universidades asociadas a proyectos de cooperación con China.
  4. Versiones digitales – Aunque el acceso directo al PDF en español ha estado restringido, versiones en inglés y chino pueden descargarse libremente desde plataformas como archive.org o idcpc.org.cn.
  5. Sugerencia práctica – Solicitar una copia impresa o digital directamente al Centro Cultural de China en tu país o ciudad, o a través de la sección de prensa de la Embajada China en tu país.

Fuente:
https://www.pressenza.com/es/2025/07/la-gobernacion-y-administracion-de-china-una-obra-que-occidente-rehusa-leer/

La ONU ha muerto (y nadie fue a su funeral)

Mauricio Herrera Kahn

Murió la ONU. No en un atentado, no bajo los escombros de Gaza, no entre gritos de guerra ni misiones de paz frustradas. Murió en silencio, en pasillos alfombrados, en comunicados tibios, en la indiferencia de los poderosos. Murió de irrelevancia. De burocracia. De cobardía. Y nadie fue a su funeral porque nadie la necesitaba viva.

La vimos agonizar en Siria cuando el Consejo de Seguridad se convirtió en un ring entre vetos y cinismos. La vimos perder credibilidad en Afganistán cuando no supo proteger ni a sus propios funcionarios. La vimos desangrarse en Ucrania convertida en espectadora de una guerra que no pudo frenar. Y la terminamos de enterrar en Gaza cuando miles de niños murieron y la ONU solo alcanzó a escribir informes. Informes que nadie lee. Informes que no detienen los drones.

La ONU ya no es garante de nada. Ni de paz, ni de justicia, ni de soberanía. Es un club de potencias con derecho a veto y una galería de países pobres que asienten. Un sistema donde los crímenes más graves pueden quedar impunes si los comete un aliado. Donde la masacre puede ser diplomáticamente “compleja” y la invasión puede rebautizarse como “operación preventiva”. Donde Israel puede bombardear escuelas sin sanción y Rusia puede vetar cualquier castigo. Donde los muertos pesan menos que los intereses.

El Consejo de Seguridad es hoy el consejo de la parálisis. Y la Asamblea General, una asamblea de discursos impotentes. Ya no hay liderazgo moral. No hay Kofi Annan. No hay Mandela. Solo queda Guterres recitando advertencias que rebotan como gotas en un desierto. No hay sanciones, no hay castigos, no hay protección. Solo hay declaraciones de preocupación. Condenas verbales. Misiones que no despegan. Y un cementerio de esperanzas.

Los cascos azules son un recuerdo de otra época. Hoy la ONU no puede proteger ni a los suyos. Ni siquiera a los niños palestinos que dormían en sus escuelas. Ni siquiera a los refugiados de Sudán. Ni a las mujeres violadas en Congo. La ONU se convirtió en testigo de su propia impotencia. Y en algunos casos en cómplice por omisión.

Pero no todo es incapacidad. También hay cálculo. Porque la ONU no murió solo por falta de poder, murió por exceso de hipocresía. Porque sus resoluciones valen dependiendo del país al que apuntan. Porque si eres Irán te sancionan. Si eres Arabia Saudita te invitan al Consejo de derechos humanos. Si eres Venezuela te vigilan. Si eres Israel te protegen. Si eres Estados Unidos te temen. Porque el multilateralismo murió el día que el poder se volvió selectivo.

Y entonces surge la pregunta incómoda, para qué sirve la ONU? ¿Para dar discursos? ¿Para firmar acuerdos que no se cumplen? ¿Para crear oficinas que nadie financia? ¿Para legitimar intervenciones disfrazadas de ayuda humanitaria? ¿Para instalar paneles solares en medio de una guerra?

El mundo ya no espera nada de la ONU. Los pueblos tampoco. No fue capaz de detener la invasión a Irak, ni la destrucción de Libia, ni la ocupación de Palestina. No fue capaz de impedir el genocidio en Ruanda, ni las limpiezas étnicas en Bosnia, ni la guerra eterna en Yemen. ¿De qué sirve una institución que llega después de las fosas comunes?

Lo más trágico no es su muerte. Es que no tenga reemplazo. Porque mientras la ONU se apaga, no hay otro organismo con legitimidad global. Y en ese vacío crecen las guerras, las alianzas armadas, los bloques cerrados. Crece la OTAN como brazo militar de Occidente. Crecen los BRICS como contrapeso económico. Crecen las cumbres sin reglas, los pactos bilaterales, los escudos nucleares. Pero no crece la paz.

Y sin paz, todo es humo. Porque no importa cuántos tratados se firmen si no hay instituciones que los hagan valer. No importa cuántas conferencias se celebren si las bombas siguen cayendo sobre hospitales. No importa cuántos premios Nobel se entreguen si la ONU ya no puede cumplir su carta fundacional.

El futuro no se juega en Nueva York, sino en Beijing, Moscú, Teherán, Bruselas y Washington. Naciones Unidas dejó de ser el foro principal. Ahora es un edificio simbólico rodeado de banderas y vigilado por cámaras. Un museo de lo que alguna vez fue el sueño del multilateralismo. La ONU está viva solo en los discursos. Pero muerta en el terreno.

Y sin embargo, nadie se atreve a enterrarla. Porque su cadáver aún es útil. Sirve para justificar inacciones, para dar apariencia de diálogo, para mantener una burocracia que sobrevive aunque el mundo colapse. La ONU es hoy un refugio de diplomáticos sin guerra, no un escudo para los pueblos sin paz.

Si mañana desapareciera, pocos lo notarían. Los poderosos ya negocian fuera de ella. Los débiles ya no esperan nada de ella. Los pueblos ya no la invocan. Solo queda el ritual. Las banderas, los traductores, los comunicados que nadie contesta.

La ONU ha muerto. Y nadie fue al funeral.

Porque todos estaban demasiado ocupados preparándose para la próxima guerra…..

Fuente: https://www.pressenza.com/es/2025/06/la-onu-ha-muerto-y-nadie-fue-a-su-funeral/

Imagen: Wikipedia

Cambio Climático y Límites Planetarios: ¿por qué las soluciones propuestas no bastan y qué sí podría funcionar?

Por Allan Astorga / pressenza

En un momento en que el planeta se acerca a límites peligrosos, el lenguaje ambiental dominante parece volverse cada vez más suave. Ya no se habla de colapso, sino de “riesgo”. Ya no se advierte sobre puntos de no retorno, sino de “zonas de presión”. Esta tendencia a suavizar el discurso científico, aunque entendible en contextos diplomáticos o de comunicación política, puede tener consecuencias muy graves. Hablar claro no es pesimismo: es una forma de responsabilidad.

Los límites planetarios: marco y advertencia

El concepto de límites planetarios fue propuesto en 2009 por el “Stockholm Resilience Centre” como una forma de definir el espacio operativo seguro para la humanidad. Se identificaron nueve procesos clave del sistema Tierra que no deberían ser alterados más allá de ciertos umbrales, para evitar cambios catastróficos y en muchos casos irreversibles en el tiempo humano. Subrayo esto, dado que en tiempo geológico esos límites, algunos casos se alteraron de forma tan crítica que provocaron extensiones masivas de especies, no obstante, con el paso del tiempo geológico (cientos de miles o millones de años), el sistema nuevamente se estabilizó, lo cual permitió el florecimiento de la vida.

El marco de límites planetarios ha evolucionado con el tiempo. Licenciado bajo la licencia CC BY-NC-ND 3.0 (Crédito: Azote para el Centro de Resiliencia de Estocolmo, Universidad de Estocolmo. Basado en Richardson et al. 2023, Steffen et al. 2015, y Rockström et al. 2009). Fuente: https://www.stockholmresilience.org/research/planetary-boundaries.html 

Estos nueve límites incluyen el cambio climático, la integridad de la biosfera (biodiversidad), los ciclos del nitrógeno y fósforo, el uso de agua dulce, el cambio de uso del suelo, la acidificación del océano, la capa de ozono, la carga atmosférica de aerosoles y la introducción de nuevas entidades como plásticos o químicos sintéticos.
Hoy, según la última revisión científica, al menos seis de estos nueve límites ya han sido sobrepasados, con uno más a muy cerca de pasar el umbral. Esto significa que el sistema planetario está funcionando fuera de condiciones seguras, lo cual aumenta enormemente la probabilidad de colapsos ecosistémicos y perturbaciones socioeconómicas a gran escala.

El océano: un amortiguador que empieza a fallar

Durante décadas, el océano ha actuado como un aliado invisible. Absorbe aproximadamente el 90% del exceso de calor generado por los gases de efecto invernadero y más del 30% del CO₂ emitido por las actividades humanas. Sin esta capacidad amortiguadora, el calentamiento global ya habría desencadenado transformaciones climáticas aún más extremas.

Sin embargo, esta función tiene un límite. La acidificación oceánica es uno de los signos más claros de que ese límite está cerca. A medida que el océano absorbe CO₂, disminuye su pH (se hace más ácido) y su capacidad de sostener la vida marina.

La saturación de aragonito, esencial para la construcción de los esqueletos de los moluscos, corales y otros organismos calcificadores, se ha reducido a niveles preocupantes. El umbral planetario para este proceso está a punto de ser cruzado.

Además, hay señales de pérdida de oxígeno y alteraciones en la circulación termohalina (como la AMOC en el Atlántico Norte), lo que puede desestabilizar los patrones climáticos globales.

El AMOC (“Atlantic Meridional Overturning Circulation”), es un componente crucial del sistema de circulación oceánica global. Desempeña un papel fundamental en la regulación del clima del planeta, especialmente en el Atlántico Norte. El AMOC transporta aguas cálidas desde los trópicos hacia el norte del Atlántico, donde se enfrían, se vuelven más densas y se hunden, formando un bucle que ayuda a mantener el clima templado en Europa y América del Norte.

Cambios en el AMOC pueden tener impactos significativos en el clima. Un debilitamiento o colapso del AMOC podría alterar patrones climáticos, causando inviernos más fríos en Europa, cambios en la distribución de las lluvias en África y América, y afectar los ecosistemas marinos.

A todo esto, se suma la sobrepesca y la contaminación, que agravan la situación. El océano, que había sido un amortiguador, podría convertirse en un amplificador del cambio climático.

Soluciones que no alcanzan

A pesar de la abundancia de evidencia científica, las soluciones predominantes en el debate ambiental global siguen siendo parciales y limitadas en su alcance. Acciones como cambiar la dieta, reducir el consumo de energía, proteger áreas silvestres, dejar de quemar hidrocarburos y gestionar mejor los recursos hídricos son pasos positivos y necesarios. Sin embargo, resultan claramente insuficientes frente a la magnitud de los desafíos actuales. Estas medidas no enfrentan problemas estructurales fundamentales, como el desorden territorial, la expansión urbana mal planificada ni el modelo económico basado en la extracción y explotación de recursos. Tampoco abordan con eficacia la gestión del riesgo climático, que requiere estrategias integrales y de largo plazo.

Además, existe una desconexión significativa entre el diagnóstico científico y la estrategia política. Muchos países del Sur global carecen de los recursos financieros, tecnológicos y institucionales necesarios para transitar rápidamente hacia un sistema energético basado en energías limpias y renovables. La realidad es que los hidrocarburos seguirán siendo una parte integral del sistema energético mundial durante al menos dos o tres décadas más. Ignorar esta situación o pretender una transición rápida sin reconocer sus implicaciones configura discursos vacíos que no reflejan la complejidad del escenario.

Es imprescindible desarrollar y promover alternativas que reconozcan esta realidad y propongan soluciones realistas y justificadas. Esto incluye diseñar mecanismos de compensación y transición justa, fomentar inversiones en tecnologías emergentes, apoyar la capacitación y el desarrollo de capacidades locales, y construir políticas que permitan una transición gradual y coherente con las condiciones sociales, económicas y medioambientales de cada país. Solo así podremos avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible, inclusivo y resiliente, que no deje a ninguna comunidad atrás en este proceso de transformación global.

Una propuesta viable: el Sistema Salveterra

El Sistema Salveterra® propone una solución estructural, escalable y fundamentada en la ciencia para abordar los desafíos ambientales y sociales actuales. Su enfoque principal es la planificación territorial precisa, denominada terrazonificación, que consiste en identificar con claridad las zonas destinadas a diferentes usos, con base en criterios ecológicos, geológicos y sociales. Esta metodología determina, con visión planetaria, qué áreas deben ser restauradas, cuáles pueden ser utilizadas para producción regenerativa y cuáles deben conservarse debido a riesgos ecológicos o geológicos, promoviendo así una gestión territorial equilibrada y sostenible.

El sistema incorpora el uso de inteligencia artificial para acelerar y optimizar el proceso de análisis y toma de decisiones, permitiendo que estas sean informadas y precisas a escala local. Esto facilita una planificación territorial más efectiva y adaptable a las condiciones específicas de cada región, asegurando que las intervenciones sean coherentes y sostenibles.

Además, el Sistema Salveterra® propone un modelo económico regenerativo que involucra a millones de personas en actividades de restauración ecológica. Estima que, por cada diez hectáreas restauradas, puede generarse un empleo rural formal, promoviendo así el desarrollo económico local en comunidades vulnerables. Este enfoque no solo contribuye a la captura de carbono y a la recuperación de la biodiversidad, sino que también ayuda a frenar la migración forzada, especialmente en regiones donde los efectos del cambio climático, la degradación ambiental y la falta de oportunidades agravan las condiciones de pobreza y desplazamiento.

En conjunto, el Sistema Salveterra® busca consolidar un modelo de desarrollo que armonice la conservación del entorno natural con la generación de empleo y bienestar social, promoviendo la resiliencia ecológica y económica a largo plazo en distintas comunidades y territorios.

El efecto acumulativo: lo que nos acerca al colapso

Cada límite planetario que se transgrede no actúa de manera aislada; en realidad, debilita el sistema global en su conjunto. Los nueve procesos que conforman los límites planetarios están profundamente interconectados, formando una red compleja donde la perturbación en uno puede desencadenar efectos en otros. Cuando múltiples límites se cruzan simultáneamente, el efecto acumulativo puede empujar al sistema Tierra hacia una nueva fase, caracterizada por un clima más cálido, mayor inestabilidad y unas condiciones mucho más inhóspitas para la vida tal como la conocemos.

El concepto de punto de no retorno global e integral no es solo una metáfora: representa una posibilidad concreta y peligrosa. La irreversibilidad de ciertos procesos ambientales puede desencadenar un ciclo de retroalimentación que acelere el deterioro planetario. Por ejemplo, si los bosques tropicales colapsan, su capacidad de absorber CO₂ se reduce drásticamente, acelerando el cambio climático. La pérdida de los permafrost en las regiones polares, por su parte, implica la liberación masiva de metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono. La posible debilidad de la circulación oceánica de Atlántico, conocida como AMOC, alteraría los patrones de lluvia en vastas regiones, afectando los sistemas agrícolas y la seguridad alimentaria global.

Todo este entramado de procesos está interrelacionado y, en conjunto, incrementa la vulnerabilidad del sistema Tierra. La acumulación de impactos y la pérdida de resiliencia pueden desencadenar un punto de inflexión donde evitar un cambio irreversible se vuelva cada vez más difícil, poniendo en riesgo la habitabilidad futura del planeta o, de grandes territorios de este. Por eso, entender y actuar sobre estos límites es crucial para prevenir un colapso ambiental que afectaría a toda la humanidad y a todas las especies con las que compartimos la Tierra.

Actuar desde lo local hacia lo global

La única manera de prevenir un posible colapso ambiental es comenzar a actuar desde los territorios más cercanos a nuestra realidad cotidiana. Es desde los municipios, cantones y provincias (gobiernos locales) donde se toman decisiones fundamentales acerca del uso del suelo, la gestión del agua, el consumo de energía y la gestión de residuos. Estas decisiones tienen un impacto directo en la salud del ecosistema global, ya que los cambios a nivel local pueden generar efectos acumulativos y positivos a gran escala.

El Sistema Salveterra® ofrece una herramienta concreta y efectiva para facilitar esta acción descentralizada, combinando una visión global con estrategias de intervención a nivel local. Al proporcionar mapas de zonificación precisa, tecnologías de inteligencia artificial y modelos regenerativos, permite a las comunidades diseñar y ejecutar planes de restauración y desarrollo territorial sostenibles, con impacto positivo en el clima, la biodiversidad y el bienestar social.

Iniciativas de esta naturaleza refuerzan la necesidad de una gobernanza ambiental que empodere a las comunidades y municipios, promoviendo una gestión responsable de los recursos y un desarrollo territorial que respete los límites ecológicos. Solo así, con acciones decididas y coordinadas desde lo local, podremos construir un futuro más sostenible y resiliente a nivel global.

Hablar claro: una forma de cuidado

Evitar un lenguaje claro por miedo a incomodar es hoy una verdadera irresponsabilidad. Cuando la ciencia no comunica con precisión y sencillez, otros llenan ese vacío con negacionismo, desinformación y discursos peligrosos que dificultan la acción colectiva. La claridad en la comunicación no busca alarmar, sino ofrecer información veraz y comprensible que permita a las personas tomar decisiones fundamentadas y actuar con urgencia.

Hablar claro es, en sí mismo, una forma de cuidado hacia las comunidades y el planeta. Es promover una cultura de conciencia y responsabilidad, en la que cada uno pueda entender los desafíos y las respuestas posibles. También lo es proponer soluciones concretas y accesibles, como el Sistema Salvetierra®, que combina ciencia, tecnología y gestión territorial para facilitar acciones positivas y efectivas.

En un contexto de crisis global ambiental, la transparencia y la sencillez en la comunicación son herramientas imprescindibles para movilizar a la sociedad, construir consenso y generar un cambio real y duradero. Solo a través de un diálogo claro y honesto podremos avanzar hacia una ciudadanía informada y comprometida con el cuidado del planeta.

 

(*) Dr. Allan Astorga Gättgens (09 junio del 2025) con interacción con CHATGPT y Chatbot App. Fuente: pressenza

(Imagen de salvaterra.info)