Skip to main content

Etiqueta: producción

Erradicar la pobreza más allá del crecimiento

Informe del Relator Especial sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Olivier De Schutter

Resumen

“El enfoque dominante en la lucha contra la pobreza se basa en el aumento de la producción agregada de la economía (medida como producto interno bruto), junto con la redistribución después de la comercialización mediante impuestos y transferencias. No obstante, el Relator Especial sostiene que el actual interés por aumentar el producto interno bruto es desacertado. El aumento del producto interno bruto no es una condición previa para hacer efectivos los derechos humanos ni para combatir la pobreza y las desigualdades. La ideología del “crecimientismo” no debe desviar la atención de la urgente necesidad tanto de proporcionar más bienes y servicios que mejoren el bienestar como de reducir la producción de lo que es innecesario o incluso tóxico. Mientras la economía se rija principalmente por la obtención del máximo beneficio, responderá a la demanda expresada por los grupos más ricos de la sociedad, provocando formas de producción extractivas que empeoran la exclusión social en nombre de la creación de más riqueza, y no logrará hacer efectivos los derechos de las personas en situación de pobreza. El paso de una economía impulsada por la búsqueda de la maximización de los beneficios a una economía basada en los derechos humanos no solo es posible, sino que resulta necesario para mantenerse dentro de los límites planetarios. En el presente informe, el Relator Especial explica por qué es necesario este cambio y cómo podría materializarse”.

Si desean informarse más acerca de lo que trata este informe sobre cómo erradicar la pobreza más allá del crecimiento, les invitamos a descargar el documento PDF.

El extractivismo y su impacto social y ambiental en América Latina – Alternativas

Alternativas tuvo un programa especial sobre “el extractivismo y su impacto social y ambiental”

Este programa tuvo la participación de diferentes personas expertas sobre el tema que, de alguna manera, se han visto involucradas en diferentes luchas contra los extractivismos.

Entre estas personas se encuentra Olmedo Carrasquilla miembro de “Panamá vale más sin minería” y Weni Bagama persona ngöbe-bulé miembro del movimiento 10 de abril. Estas comentan sobre su experiencia con los recientes proyectos mineros en Panamá en la cual hubo problemas en la consulta ciudadana, el problema de que los candidatos presidenciales apoyan la minería y se visten bajo un ecologismo falso.

Situaciones parecidas ocurre en naciones como Ecuador, en donde el representante Luis Sanchez menciona los problemas que ha traído el extractivismo en la amazonía. Se repiten cuestiones como la falta de consulta hacia los pueblos originarios y cómo el gobierno es cómplice o participa activamente en estos proyectos extractivistas.

Chile también ha tenido una historia de larga data sobre los extractivismos y no solo la minería, sino también extractivismos forestales y de otros recursos naturales.

Los países Latinoamericanos comparten problemas como la falta de consulta ciudadana, la participación de los gobiernos en estos proyectos, la complicidad de algunas personas, la importación de modelos económicos extranjeros y un modelo de producción alejado a la realidad nacional. Esto implica la necesidad de establecer estrategias de resistencia ciudadana que reivindiquen los derechos humanos 

El Programa se transmitió en Radio Guanacaste y Radio Soberanía, pero para conocer más del tema puede escuchar el programa completo en diferido en el siguiente enlace : https://www.facebook.com/watch/live/?mibextid=RUbZ1f&ref=watch_permalink&v=294612430339451

¿Qué producir para disminuir el desempleo? ¿Están las propuestas electorales bien encaminadas?

Jorge Hernaldo Jiménez Bustamante

A Costa Rica le pronostican un 17% de desocupación para el presente año, si no se llega a esa desesperante desocupación esta no bajará de un 14%. Ni aún si fuera un 12%, siempre es inaceptable para un país que necesita producir y emplear a sus jóvenes.

¿Que están proponiendo los candidatos a la presidencia para solventar esta acongojante y destructiva situación de desempleo? Si usted se informa, se dará cuenta que todos se refieren a crear condiciones favorables para el emprendimiento basadas en los siguientes medios: crédito, apoyo estatal, eliminación de trámites o hacerlos más fáciles, etc. Todo referido a cómo producir y con qué producir, o sea mejorar los medios.

Pero ninguno ataca la raíz del problema, el fin de la producción es satisfacer una demanda, o sea el problema se resuelve si sabemos qué producir, porque hay demanda insatisfecha o porque hay una demanda que podemos satisfacer desplazando a otros productores que sean menos eficientes y ofrezcan productos más caros que los que nosotros podríamos ofrecer.

Y para que eso tenga significado en la disminución de la desocupación, se requiere que desplacemos a los productos importados. Eso no está sucediendo porque los políticos le han dado muchas facilidades a la importación, siendo muy difícil competir con ellas, y las oportunidades de crecer para productos de exportación no han sido equivalentes. Y no estamos hablando de servicios ni de productos que emplean mano de obra profesional y técnica. Estamos hablando de mano de obra no especializada y manual, que es el sector donde hay desocupación. Pensemos que para lograr 100.000 mil empleos necesitamos crear 2.000 empresas nuevas o aumentar los empleos en las existentes, que den trabajo a 50 trabajadores cada una, o 20.000 de cinco trabajadores, o una combinación de ambas.

Y si pensamos que necesitamos el doble de empleos, como es la realidad, los emprendimientos deberían ser 4.000.

¿Cuánta inversión necesitaríamos para lograr estas metas? No menos de quinientos mil millones de colones, y tal vez más cerca de un millón de millones.

La Banca para el desarrollo tiene prestado de fondos de los bancos nacionales 132.865 millones de colones, y colocado en títulos valores 304.159 millones. ¿Por qué no se han prestado todos los fondos de la banca de desarrollo? “Porque no hay demanda”, dice el Banco Nacional. Volvemos a la pregunta inicial, ¿qué producir?

Mientras no haya una respuesta viable no habrá una solución de mediano o largo plazo. Nadie estará dispuesto a invertir, ni ningún banco estará dispuesto a prestar dinero, si no hay proyectos con viabilidad y con rentabilidad. Y para eso se necesita un mercado donde vender la producción. Mientras no haya mercado no habrá inversión y no habrá empleo.

 

Foto: Semanario Universidad.

Estreno de radionovela “Los Hijos del Pueblo”

Producción forma parte de las actividades conmemorativas de la UNED, en el año del Bicentenario de Independencia de Costa Rica

E 6 de diciembre, la Universidad Estatal a Distancia (UNED) estrenó por los 96.7 FM de Radio Universidad la radionovela “Los Hijos del Pueblo”, una historia que construye una serie de personajes para imaginar cómo era aquella sociedad de 1821, en la Costa Rica de la Independencia.

La producción expresa la complejidad y el reordenamiento de fuerzas a lo interno de la provincia de Costa Rica durante el proceso independentista, que se proyecta como una transformación, estructuras del viejo régimen que se adaptaron y mezclaron tanto con la realidad de la cotidianidad como con las nuevas ideas sobre autonomía y republicanismo, indicó Katia Grau, productora. 

La historia está formada por cinco capítulos de aproximadamente 30 minutos cada uno. Se estrenarán la semana del 6 a 10 de diciembre, todos los días, a las 8:00 a.m. por la frecuencia 96.7 F.M. de Radio Universidad. Además, luego del estreno en la emisora, la radionovela quedó habilitada en las plataformas Soundcloud.com/Audiovisuales Podcast UNED y audiovisuales.uned.ac.cr

La historia de la radionovela se basa en la investigación “1821: El papel de los municipios en Costa Rica establecidos a raíz de la llegada de la declaración de independencia de la Capitanía General de Guatemala – Análisis y contextualización de los municipios en su posición ante la llegada de la carta de independencia”, realizada por el Instituto de Formación y Capacitación Municipal y Desarrollo Local (IFCMDL), de la UNED. 

El elenco de actores y actrices se compone por Fedra Rodríguez, José Montero Peña, Johanny Hernández, Carmen Chinchilla, Ana Saravia, Johnnie Obando, Karina Mora, José Víquez, Melvin Jiménez, Arie García, Karen Mora, Andrey Ramírez, Fernando Fallas, Maureen Salas, Luis Thomas, Luis Diego Quesada, Leonardo Perucci, Nereo Salazar, Luis Diego Solórzano, Alejandra Portillo, Andrés Chacón, Andy Gamboa y Fernando Montero.

“La historia cuenta con personajes de todo tipo: desde la élite económica y política, hasta aquellas personas más humildes, algunas eran campesinos analfabetos, otros en condición de servidumbre y esclavitud. Esta variada composición social enfrentó la llegada de las actas de independencia y resolvió el destino de Costa Rica, interactuando en el contexto del rol de la iglesia y la dinámica de los cabildos”, indicó Grau. 

Historias. En “Los Hijos del Pueblo”, conoceremos a Juan de Dios, un hidalgo viejo de Cartago, quien no imaginó que esas cartas que llegaban desde Guatemala y León le iban a traer más libertad, pero también un gran dolor. Desde Alajuela, se revivirán momentos entre cañales protagonizados por Salvador, Chus y Nicolasa, de pies descalzos y analfabetas.

La radionovela también rescata a historia de Juan Mora Fernández y a Gregorio José Ramírez, figuras mencionadas en la historia oficial, por su destacada participación en el proceso de Independencia, y de Isidro, un sirviente en condición de esclavitud, quien no estaba dispuesto a luchar por la Corona española.

Para más información: audiovisualesinfo@uned.ac.cr

Importancia de la producción y el consumo de frijoles en Costa Rica

SURCOS comparte la siguiente información:

El miércoles 29 de setiembre a las 3:00pm, se llevará a cabo un conversatorio sobre “La importancia de la producción y el consumo de frijoles en Costa Rica”, contará con la participación de:

  • Marcela Dumani Echandí 
  • Rodolfo Araya Villalobos
  • Francis Fernández Herrera
  • Mauricio Gutiérrez Arguedas

Modera:

  • Luis Felipe Arauz Cavallini

La transmisión será por Facebook Live de la Escuela de Nutrición, UCR.

Adjuntamos la información oficial:

 

Enviado a SURCOS por Marcela Dumani.

“Día del Agricultor”

Lic. Javier Francisco Cambronero Arguedas

Dicho conjunto escultòrico compuesto por un campesino, una campesina y un niño, doblados arando el surco, representan bastante bien a gran parte de nuestra Costa Rica, la de origen campesino, que muestra arraigo con la tierra y con ciertos elementos simbòlicos que evocan mucho de lo bueno, de lo que nos caracteriza como pueblo: trabajo tenaz y sencillo, semilla que darà fruto abundante producto del esfuerzo y dedicaciòn de hombres y mujeres, sustento dignamente ganado y una gran fertilidad que viene del amor y el cuidado a travès de la familia. Hace màs de 500 años nuestros abrigenes obtenìan su sustento, de la tierra mayoritariamente y ocasionalmente del mar. El mestizaje del cual somos herederos, ha permitido construir una patria que en pocos meses celebrarà el Bicentenario, en el cual ni hombres ni mujeres campesinas parecieran estar invitados.

Tan poco significado tiene el campesinado costarricense, ese que nos da de comer y que ha sido fragua de la democracia costarricense, que dicho monumento fue retirado en diciembre de 2012, habiendo sido presa del vandalismo terrible de unos pocos, la indiferencia de muchos, blanco de orines y heces de perros y otros bichos, lienzo de grafittis y tòrrido refugio para fugaces aventuras amorosas nocturnas. Han pasado 9 años de su retiro y muchas promesas rotas que auguraban su restauracion pronta. Hasta un alcalde ahora metido a precandidato ofreciò recursos para que el retiro de la obra fuera breve.

Para colmo de males, una vez màs, estamos en presencia de otra grave y horrorosa omisiòn por parte del MEP al no inluir dicha celebraciòn en el Calendario Escolar, ello a pesar de que hay una ley de la repùblica que asi lo establece (Ley 4096). Dicha ley fue dictada el 11 de mayo de 1968.

Les comparto estas lìneas en medio del escenario màs espantoso ocasionado por la pandemia, que ha traido muerte, destrucciòn, dolor, sufrimiento y angustia al pueblo cotarricense y al mundo entero. Y ello significa ni màs ni menos que el aparato productivo y el empleo decente y de calidad no escapan ante tan atroz panorama. Si los polìticos de turno, ayer y hoy ya no les importa el agro costarricense, el agro profundo que nos da arroz, frijoles, maìz, chayotes, yuca, papas, cebollas, frutas y otros; les invito para que ustedes y nosotros sì seamos capaces de reivindicar a nuestros agricultores. La crisis ocasionada por el COVID tiende a profundizarse y la produccion de alimentos podrìa tornarse critica en los proximos meses. Alimentos nutritivos y frescos junto a la leche y otros productos, podrian escasear y con ello experimentar una descomunal escalada de precios y que el fantasma del hambre aparezca grotesco e inmisericorde. Hoy por hoy, producto de polìticas agrìcolas equivocadas y erràticas, el paìs tan sòlo produce la mitad de lo que consume. Vergonzosamente hay que importar alimentos en un paìs verde, con un buen règimen de lluvias, tierra feraz y con conocimientos ancestrales. Por eso resulta temerario pensar en cerrar el CNP y eliminar el Programa de Abastecimiento Institucional, que constituyen uno de los ùltimos refugios del agricultor y campesinado costarricense.

Vean que curioso, el Censo Nacional Agropecuario fue en 2014. Antes de èste, el ùltimo fue en 1984. Todos sabemos lo importante que resulta para un paìs la existencia de censos  que muestran datos y estadisticas oficiales y que conribuyen al diseño de politicas pùblicas y a tomar decisiones. Este año correspondia hacer censo y se ha anunciado por parte de autoridades gubernamentales que no se llevarà a cabo, al no presupuestar recursos para su financiamiento.

En cuanto a producciòn de alimentos si comparamos los datos entre ambos censos (2014 y 1984) la cantidad de terreno dedicada a maiz, frijoles, papa, cebolla, yuca y otros tuberculos ha venido en descenso, a contrapelo de una agricultura de exportacion (flores, follajes, naranja, piña, frutas y banano) que compite por ese mismo terreno con la produccion agroalimentaria. Eso tiene que llamarnos a reflexion.

El promedio de edad –en 2014- del agricultor costarricense fue de 53,9 años. Ojo costarricenses, pueden cotejarlo con pagina 41 del VI Censo Nacional Agropecuario. De modo que el 38% de la fuerza laboral en el campo, ese que produce alimentos, oscila entre los 43 y 59 años. Hombres y mujeres que ven sacrificada muchas veces su vida por el efecto de las plagas, los malos precios, los efectos del cambio climatico y el nefasto contrabando en nuestras fronteras de productos como papa y cebolla, denunciados una y otra vez donde el esfuerzo de autoridades fronterizas y aduaneras, pareciera no ser suficiente y se ven superados por el afàn desmedido de ganancias de malos costarricenses y un inescrupuloso espìritu de obtener ganacias a como de lugar. Nuestros campesinos no merecen ser tratados como una corronga y folclòrica alegorìa de las pinturas de Fausto Pacheco o un lejano recuerdo sumido en virtuosas letras en  Juan Varela, el Sitio de las Abras o cuentos de Carlos Salazar Herrera. Son personas de carne y hueso a quienes tambièn debemos de cuidar, de ellos dependerà nuestra sobrevivencia y en un plazo mucho màs corto de lo que muchos suponen.

Esta crisis sanitaria y econòmica ya empieza a mostrar un nuevo rostro y es crisis alimentaria, si no tomamos medidas. Debemos cuidar la producciòn de nuestros alimentos y ademàs a quienes los producen. El campo ya no puede ser màs el gran ausente en los grandes debates nacionales. Antes de la pandemia, en 55 paìses 183 millones de personas se encontraban en situacion de inseguridad alimentaria. Esta cantidad según FAO, puede haber aumenado en un 82%.  En varios paìses caribeños su aparato productivo solo era capaz de cubrir el 40% de sus necesidades alimenticias, lo demàs constituìan importaciones de alimentos, pagàndolas muchas veces mucho màs caras.

La pobreza y desempleo en el paìs han crecido. Si no hacemos lo suficiente estaremos condenando a muchas familias de costarricenese al hambre y a la sub-alimentacion, con lo cual estarìamos a las puertas de una desnutriciòn que hace varias dècadas gracias a asertivas politicas de nutriciòn y educativas, ya habiamos superado. Vivir en el campo y producir alimentos no deben ser sinònimo de pobreza. Ante el aumento de la desigualdad, el funcionamiento de la economìa debe evitar ambos, de manera que la prosperidad y los avances sociales sean para todos.

Requerimos pues, inteligencia, valor y sapiencia por parte de nuestras autoridades, partidos políticos y sus representantes. El bien común debe ser el sano motor de la política y de la economía. Hoy más que nunca la solidaridad y la lucidez deben ser las armas con que gobernantes y ciudadanos podamos seguir construyendo una meta y un destino común. La pandemia y su atención han consumido importantes recursos de la producción nacional.

Hemos sido testigos en estos 15 meses, como en lo social y económico se ha acelerado un peligroso y desgarrador proceso de exclusión y desigualdad, generando mayor concentración de la riqueza. Ante la pandemia, en víspera de la celebración del cacareado bicentenario, no a todos nos ha ido igual, negarlo, es ser cómplice de silenciosas y perniciosas injusticias. En el mundo el 1% de la población mundial se ha hecho mucho más rico de lo que era y el 99% restante resulta ser más pobre. Por eso no nos debe sorprender posiciones como las de Biden en EEUU, el FMI, el Banco Mundial recomendando a los países que con carácter transitorio graven los capitales para poder ayudar a los que menos tienen.

La pandemia nos lo está enseñando. “Un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior, no puede considerarse progreso” La solidaridad nos dice el papa Francisco, “no debe ser sólo una virtud, sino un modelo operativo de la economía; y que la fraternidad no sea una simple aspiración, sino un criterio de gobernabilidad nacional e internacional”.

La situación del agro costarricense y de nuestro campesinado puede sufrir penosas consecuencias, pues bien dice el papa emérito Benedicto XVI “el estar sin trabajo o la dependencia prolongada de la asistencia pública o privada, mina la libertad y la creatividad de la persona con graves daños en el plano psicológico y espiritual” 25 Caritas in Veritate

El gobierno no debe perder de vista que el impacto del COVID y su atención, ha ocasionado una caída de 2,2% en el PIB. Estas cifras traducidas en destrucción de empleos, significa que 475 mil costarricenses ya no tienen empleo pues la tasa de desempleo aumentó en algunos momentos hasta un 24,4%. Con estos miles de costarricenses y sus familias son víctimas de una gran indolencia por parte de cúpulas políticas y de grandes empresarios. El tejido social se desgarra y no se está haciendo lo suficiente para evitarlo. Ello, agravado con un 25% de la fuerza productiva afectada con reducción de sus jornadas y en consecuencia.

Todo esto alimenta una terrible sensaciòn de frustración, soledad y desesperaciòn, o sea una peligrosa desmoralización que puede hacer al pueblo presa fácil de quién sabe que insondables intereses.

Como sociedad no debemos caer en una especie de “nostalgia superficial y triste, que lleve a copiar y comprar, en lugar de crear y producir y dar espacio a una autoestima nacional muy baja” 51. Fratelli tutti, advierte el papa Francisco a inicios de octubre del a pasado, ya en plena pandemia. Con sentido de urgencia hay que dignificar a nuestros agricultores con acciones efectivas y no con sórdidos discursos cada 15 de mayo que a nadie convencen.

En los últimos 3 años hemos sido testigos del desmantelamiento del estado de derecho en una forma acelerada. Mucho de los logros históricos de los últimos 100 años, que como pueblo hemos alcanzado, han ido desapareciendo uno a uno tras sendos mazazos. El campo ha sido una de esas víctimas. Nuestros agricultores al igual que Ulises en La Odisea, no deben dejarse atrapar por sonoros cantos de sirena, con que una y otra vez tratan de endulzarlos y disimular de esa manera la incapacidad en la búsqueda de soluciones a los problemas que agobian al agro costarricense.

Aún hay chance para que el presidente y su equipo muestren algo de liderazgo y nos convenzan que, en sus manos, verdaderamente la política es una herramienta para mostrar “capacidad y visión para anteponer el interés y bienestar de las personas” tal y como reza su programa de gobierno, ofrecido a la ciudadanía.

El abrazar la Costa Rica del Bicentenario más que un eufemismo, es una nueva oportunidad de oro para –con humildad- escuchar y ver…y gobernar para todos, sobre todo para los que menos tienen. Hay crispación, furia y rabia. Los problemas se han acumulado y golpean a los de siempre. Debemos de entender que no son las guerras ni las enfermedades la principal causa de muerte, sino el hambre y el desamparo.

Hoy, más que estar ante un fracaso económico, estamos ante un saqueo exitoso por parte de algunos cuantos.

El agro merece más que eso. Hoy es un buen momento para que nuestro homenaje sea el de pedir perdón por ese olvido y no reconocerle su aporte a la construcción de la patria y sobre todo de que nuestra salud y nutrición depende de ellos.

Por eso ante el descuido y el olvido, la estulticia de quienes tuercen la historia y hacen una pésima lectura del presente y futuro de la patria, se asemejan a “apretar aguacates, pretendiendo madurarlos” como decía don Pepe.

Adjuntamos algunas fotografías:

La ansiada recuperación económica

Óscar Madrigal

Los grandes empresarios reclaman cotidianamente por medidas para la llamada recuperación económica. Ellos conciben que la misma llegará siempre y cuando les aprueben algunas medidas, tales como reducciones en las tarifas eléctricas, disminución en las cuotas patronales de la Caja, moratorias a los que no las han pagado, eliminación de controles (lo que ellos llaman trámites), en fin, reducción de impuestos.

Estas medidas que exige el gran empresariado podrán ayudar, aunque no son las fundamentales e incluso en otros países se ha demostrado que la reducción de impuestos no ha contribuido en nada a aumentar la producción.

Lo que estamos viendo en estos momentos es lo que fundamentalmente ayuda a elevar la producción y a generar empleo: la invitación a que los costarricenses asistan a las playas y centros vacacionales.

Es en el fondo una invitación a los trabajadores y trabajadores para que vayan a los hoteles, restaurantes o parques a disfrutar de las vacaciones, pero fundamentalmente a GASTAR, a COSUMIR. Esto es lo que realmente levanta y reactiva los negocios, el turismo y las industrias.

Pero las personas para gastar o consumir necesitan tener plata o dinero y en el caso de los asalariados, tener buenos y jugosos salarios. Para que se eleve el consumo y reactive la economía se necesita que la gente gaste y esto solo es posible si tiene un salario que le permita hacer eso.

Los grandes empresarios y el Gobierno de Alvarado pretenden -como se dice- hacer chocolate sin cacao. Reactivar congelando los salarios de los empleados públicos por 10 años o más y pagando salarios raquíticos a los trabajadores de la empresa privada, es imposible.

Una verdadera política de reactivación económica necesita urgentemente de buenos salarios que logren aumentar el consumo. Esta es la ruta de la reactivación: SALARIOS CRECIENTES.

Si los empresarios y el Gobierno quieren realmente reactivar la economía, disminuir el desempleo, aumentar ingresos tributarios, la mejor receta es aumentar salarios.

Pueden empezar.

Aprovechar la coyuntura del Covid-19 para impulsar la transformación del agro

German Masís Morales

Este lunes el Presidente de la República y el Ministro de Agricultura y Ganadería han efectuado la apertura de la primera rueda virtual de negocios que se realiza por medio de la plataforma La Finca Agropecuaria, herramienta impulsada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), donde más de 2.000 productores y 50 compradores han de acercado la oferta de bienes de origen agrícola, pecuario, pesquero y acuícola, a la demanda de las agroindustrias nacionales.

“Esta es la forma cómo la institucionalidad responde para apoyar a los productores en el escenario que nos impone la pandemia por COVID-19. Estas oportunidades son muy valiosas, porque no se trata solo de vender hoy, sino de alcanzar alianzas que nos permitan una relación fortalecida y un mejor conocimiento entre la producción agrícola primaria y la agroindustria para negocios futuros”, declaró el Ministro.

En tanto, el Presidente reafirmó el compromiso de su gobierno de apoyar a los productores al máximo, para lo cual “estamos trabajando duro en mejores condiciones de créditos, acceso a la tecnología y al valor agregado para llegar a mejores mercados”. (ElPaísCr,1-6-2020)

Ante estas manifestaciones de las autoridades del Gobierno actual, nos preguntamos si estas acciones introducen cambios importantes en la producción y en el comercio agropecuario y si se está aprovechando la coyuntura de la pandemia del covid-19 para impulsar una transformación de la actividad agrícola y agroindustrial, de los sistemas de producción o de la participación de los distintos sectores involucrados en dicha actividad, pero la respuesta es que no.

La política sectorial agrícola sigue enfatizando en el crecimiento de la producción, en el mejoramiento de la productividad, en el aumento de la agroexportación y en la adopción de nuevas tecnologías. El monocultivo de exportación en manos de grandes empresas por su aporte a la generación de divisas, sigue siendo el eje del modelo agropecuario nacional.

Por el contrario, una política agraria alternativa, debiera estar dirigida a superar los efectos de las políticas macroeconómicas de liberalización económica y apertura comercial aplicadas en los últimos 35 años, las cuales han afectado seriamente las condiciones de la micro y pequeña producción agrícola y agroindustrial, ha empobrecido a la población rural, ha priorizado en la importación agroalimentaria y ha profundizado el monocultivo de exportación.

Esta política agraria alternativa deberá estar centrada en la promoción de una agricultura más sostenible, en el apoyo a la innovación a partir de los recursos de la finca, en el fortalecimiento de la pequeña producción agrícola y la microempresa agroindustrial familiar, en el impulso de sistemas de comercio de mayor vinculación entre productores y consumidores y en el acceso a una oferta de productos más sanos, saludables y con identidad territorial.

Esta política agraria deberá estar dirigida claramente al mejoramiento de la producción agrícola y agroindustrial para el mercado interno y debe incluir acciones sobre innovación tecnológica, gestión de servicios agrícolas locales, comercialización justa e incluyente, financiamiento alternativo, sistema de riesgo agrícola, desarrollo agroindustrial rural y apoyo a la seguridad y soberanía alimentaria.

El eje central de la propuesta de política agraria alternativa, es el mejoramiento de los procesos productivos y comerciales para el mercado interno, mediante la reactivación de los servicios que ofrece la institucionalidad pública del sector agropecuario con la participación proactiva de los diferentes actores: campesinos, pequeños productores, cooperativas agrícolas, centros agrícolas cantonales y microempresas agroindustriales y agroturísticas.

Los propósitos de la misma serían:

Contribuir a cambiar las políticas agropecuarias y rurales para que respondan a las necesidades del pequeño agricultor, el microempresario agroindustrial y la población de las comunidades rurales

Impulsar una transformación de la actividad agropecuaria nacional, hacia una más sostenible e incluyente, mediante una innovación apropiada y creativa generadora de buenas prácticas y menos dependiente de recursos externos.

Apoyar decididamente la producción agroalimentaria para el mercado interno, que garantice el abastecimiento continuo de productos sanos y de calidad, la ejecución de mecanismos de comercio directo y justo y que favorezca la apropiación de recursos por parte de los productores.

Entre las acciones estratégicas para el cambio estarían:

1.Promover la innovación y el desarrollo de tecnologías sostenibles
2.Mejorar la gestión de servicios de apoyo agropecuario y rural que ofrece el Estado
3.Adecuar y dinamizar el sistema de comercialización de productos agrícolas para el mercado interno
4.Democratizar efectivamente el acceso al crédito de la pequeña producción y la microempresa
5.Establecer un sistema de seguros y de cobertura del riesgo de la producción agrícola
6.Fomentar el desarrollo de la agroindustria rural y del valor agregado de las actividades agropecuarias
7.Apoyar la aplicación de una ley marco de Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional

Una política agraria alternativa debe responder a la necesidad histórica de la transformación productiva del agro costarricense, que sea sostenible, equitativa e incluyente y que incorpore el otro eje del desarrollo hasta ahora abandonado, como es la producción para el mercado interno, la cual garantiza la producción de alimentos, el empleo de la población rural, la conservación de la biodiversidad y el arraigo de la población en las comunidades rurales.

Las acciones actuales dirigidas a promover el comercio virtual de productos, el plan anunciado para apoyar la producción de granos básicos y la recomendación del Ministro de Agricultura para que se consuman los productos que el país produce, no vendrán a resolver los problemas estructurales de la producción y el comercio agroalimentario del país. Por lo que no se vislumbran grandes cambios en la realidad de la agricultura costarricense luego de la pandemia.

Ajuste económico en los tiempos del Covid-19

Jorge Hernaldo Jiménez Bustamante*

Las medidas sanitarias establecidas para combatir la pandemia han causado un deterioro trascendente del proceso económico, cuya magnitud es de una dimensión pocas veces vista en circunstancias anteriores.

La disminución de la producción y del empleo es de consecuencias graves para toda la comunidad, ante ella la responsabilidad del Estado como un todo es enorme e ineludible. El gobierno de la República y todas sus instituciones deben tomar las decisiones correctas para enderezar el rumbo de la economía.

La decisión más importante de todas ellas es la inversión pública extraordinaria que debe hacerse para generar producción y empleo.

El Estado, por medio de su Banco Central, es el ente emisor del medio de pagos de nuestra sociedad, y el dinero es el instrumento básico con que se mueve la actividad económica.

Ante la situación en que nos encontramos es necesario que el Estado emita el dinero necesario para reactivar la economía por medio de la inversión pública. Para ello no es necesario que continúe endeudándose con terceros cuando lo puede hacer con sí mismo.

Veamos: ¿de dónde proviene el temor, casi un tabú para muchos, de que el Banco Central le preste al Gobierno, para que este invierta por sí mismo o pague su deuda con la Caja Costarricense de Seguridad Social, para que esta invierta en la construcción y equipamiento de las instalaciones clínicas y hospitalarias?

Una errónea interpretación de una teoría económica ha causado esta aterrorizada actitud ante la llamada, por algunos, emisión inorgánica de dinero; a la cual se le atribuye la “pandemia” de la inflación.

Lo cierto del caso es que no en todas las contingencias sucede lo mismo y por el contrario de lo que algunos creen, en situaciones como la actual es necesario y obligatorio que se actúe con decisión, como solo un estadista con visión sería capaz de hacerlo.

Veamos por qué decimos que una emisión monetaria extraordinaria sería conveniente y no generaría inflación. La teoría monetaria o monetarista dice que la emisión monetaria multiplicada por la velocidad de circulación del dinero debe ser igual a la cantidad de transacciones económicas multiplicadas por los precios. Esa igual se presenta así: MxV=TxP.

Luego si la economía está en pleno empleo las transacciones son constantes y la velocidad de circulación del dinero también, ya que la gente no tiene por qué cambiar su patrón de gastos, entonces si se hiciera una emisión monetaria que aumentara la cantidad de dinero en poder de la gente, esto provocaría un aumento en el nivel de los precios en la otra parte de la igualdad y se estaría desatando la inflación.

Pero hoy en día la situación es muy distinta, estamos lejos del pleno empleo, mucha gente está desocupada o recibiendo menos ingresos, y los que no, están precaviendo situación en deterioro, lo que los ha llevado a un gasto menor al habitual, entonces la velocidad del dinero ha disminuido y eso se ha manifestado en un aumento de las cuentas en los bancos y en una disminución de los nuevos créditos. Queda implícito en lo anterior que las transacciones tampoco son las mismas.

Ahora bien, si la emisión monetaria aumentara, y se concretara en préstamos del Banco Central al Gobierno, dada la depresión de la actividad económica y la menor velocidad de circulación del dinero, no tendría por qué aumentar el nivel de los precios, por el contrario, serían las transacciones económicas las que se verían incentivadas y si el Estado usa el dinero en inversiones públicas o en crédito barato para la inversión privada, así sería.

Veámoslo en una representación numérica:

Si antes de la pandemia M fuera 1000, V fuera 10 entonces si T=100, P=100

La igualdad sería 1000×10= 100×100.

Si en la época del COVID 19 la emisión monetaria fuera la misma y los precios casi no han variado y las transacciones han disminuido por ejemplo a 80, entonces la igualdad sería:

1000X 8= 80×100. Suponiendo una velocidad de circulación que satisfaga la igualdad.

Si el Estado se propusiera incentivar la actividad económica aumentando la emisión monetaria, y conduciéndola a la inversión, las transacciones entonces tenderían a aumentar en casi la misma proporción, por lo cual el aumento de precios sería poco significativo.

Esto de lo que estamos hablando no es una discusión teórica, he usado la teoría monetaria para demostrar un error interpretativo muy común. Pero es la realidad de lo que ha sucedido y está sucediendo en el mundo, lo que nos debe conducir hacia una interpretación correcta de la necesidad de aumentar el circulante y la inversión pública. –Tanto los bancos de la Reserva Federal (la Fes) como el Banco Central Europeo han mostrado que hay momentos económicos en los cuales es necesario aumentar la emisión para incentivar la actividad económica real.

Y la situación actual es de la más relevante necesidad de una medida cuyo beneficio es evidente y las consecuencias negativas que pueda generar no son más que un prejuicio proveniente de una generalización indebida, que hace ya buen tiempo que ha quedado atrás.

* Cédula número 9 0012 06 09, email: johjibual@gmail.com, Curridabat San José