La Editorial Arlekín publicó el libro “Neoliberalismo y afectos: derivaciones para una praxis psicosocial liberadora” de Helga Arroyo e Ignacio Dobles.
El libro aborda en ocho capítulos lo siguiente:
– El materialismo histórico, la psicología y los procesos de subjetividad – Sartre. Dialéctica, proyectos humanos y totalizaciones-en-marcha – Marcuse. Una revolución de los afectos, la vida para ser vivida – Sobre las afectividades – Las formas de subjetividad neoliberal – Estrategias del miedo: configuraciones, efectos – Los afectos y la psicología en la perspectiva decolonial – Conclusiones: derivaciones, implicaciones y alcances
El saldo negativo que dejará el nuevo coronavirus en la salud mental de la humanidad preocupa a los expertos. El personal sanitario es uno de los grupos más susceptibles de sufrir las consecuencias y, por eso, en Costa Rica se estudiará su condición emocional
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas, se debe prestar mayor atención a la salud mental durante la pandemia y después de esta, porque los efectos los vamos a ver por muchos meses y años. Foto: Miriet Ábrego, Semanario Universidad.
La atención de pacientes con COVID-19 recae principalmente sobre las espaldas de profesionales en medicina, enfermería, microbiología y otros, así como en personal técnico y administrativo. Este grupo tiene a diario jornadas intensas para resguardar la salud de las personas contagiadas por el coronavirus.
Estos funcionarios se ven sometidos a múltiples presiones psicosocialesde manera permanente e, incluso, al riesgo de infectarse y de poner en peligro su vida y la de sus seres queridos.
Además, el miedo, la angustia, la incertidumbre y el encerramiento, tras varios meses de haber iniciado la pandemia, son circunstancias que tienen un impacto social, pues han cambiado por completo nuestras formas de vida.
Al calor de la pandemia, las acciones de los Gobiernos y las instituciones se centran sobre todo en el cuidado de la salud física. Como resultado, la salud mental no es una prioridad y pasa a un segundo plano, aun cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que la salud es un estado integral, que comprende al ser humano en todas sus facetas.
En mayo pasado, esta organización alertó sobre las consecuencias del nuevo coronavirus en la salud mental, a corto y largo plazo, especialmente entre el personal sanitario y de primera respuesta, debido al posible aumento de trastornos y de suicidios.
En este contexto, en Costa Rica, surge una iniciativa interinstitucional para tomar acciones inmediatas, a partir del análisis de los efectos psicosociales en la salud física y mental del personal de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), que se encuentra en la primera línea de atención de la pandemia por el COVID-19.
El estudio será efectuado por la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Universidad Nacional (UNA), con la colaboración de la CCSS y el Ministerio de Salud. Actualmente, se está a la espera del visto bueno del Consejo Nacional de Investigación en Salud (Conis) para aplicar el proyecto.
De acuerdo con Henriette Raventós Vorst, Vanessa Smith Castro y Raúl Ortega Montero, investigadores a cargo del análisis, se ha observado que entre un 20 % y 30 % del personal sanitario, directamente involucrado en la atención y cuidado de los pacientes, sufre alguna consecuencia en su salud psicológica.
Una evaluación efectuada en Canadá a trabajadores sanitarios en medio de la pandemia reveló que casi la mitad de ellos (47 %) declaró necesitar apoyo psicológico; mientras que en China un 50 % sufría depresión, un 45 % ansiedad y un 34 % insomnio.
“A largo plazo, los efectos en la salud mental van a ser muchos y todas las acciones que hagamos ya con estas personas, que están trabajando en primera línea, son muy importantes”, destacó Vanessa Smith, científica social del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la UCR.
El personal sanitario es uno de los grupos más vulnerables de la población a los efectos psicosociales de la pandemia, pues está sometido de manera permanente al estrés y al temor de ser contagiado. Foto: Miriet Ábrego, Semanario Universidad.
Esta misma preocupación fue expresada por la directora del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, Dévora Kestel, quien advirtió en una conferencia de prensa que es probable que se dé «un aumento a largo plazo del número y la severidad de los problemas de salud mental», debido al «sufrimiento inmenso de cientos de millones de personas».
Entre los grupos de mayor riesgo, están el personal sanitario y de primera respuesta (por la ansiedad y estrés que están viviendo); niños, niñas, y adolescentes; mujeres en peligro de violencia doméstica; adultos mayores; personas con condiciones mentales preexistentes u otras enfermedades.
Capacidad sobrepasada
En Costa Rica, el trabajo interinstitucional sobre salud mental se inició desde marzo pasado, por medio de la mesa técnica operativa en salud mental y apoyo psicosocial. En esta instancia participan el Ministerio de Salud, la CCSS, la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) y las universidades públicas, entre otras instituciones.
Raúl Ortega, psicólogo de la UNA, aseguró que en estos meses de pandemia se han efectuado una gran cantidad de labores, desde tomar los lineamientos de la OMS y adaptarlos a Costa Rica, hasta examinar cómo llevar las acciones de salud mental al ámbito comunitario.
“Esta emergencia es única. Llevamos varios meses en ella y no sabemos cuándo va a terminar. Estamos, simultáneamente, atendiendo el impacto y la consecuencia de la crisis”, subrayó.
Según el investigador, todas las personas tenemos un rol que cumplir para proteger nuestra salud mental y la de la comunidad. Sin embargo, “en este momento, todo está sobrepasado, tanto la institucionalidad pública como nuestras propias capacidades de afrontamiento”.
A escala mundial, se ha observado un aumento significativo de síntomas depresivos, ansiedad, comportamientos obsesivos y compulsivos, agresividad e irritabilidad, aseguró la psiquiatra Henriette Raventós, coordinadora del estudio al personal de la CCSS.
“En un conversatorio con psiquiatras de diferentes partes del mundo, ellos expresaron que es muy similar lo que están viendo en sus consultas. Personas que no presentan ningún trastorno mental empiezan a tener sintomatología que es totalmente normal ante una situación de emergencia”, detalló la investigadora del Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (CIBCM) de la UCR.
El medio digital Infobaereportó que con la pandemia se ha evidenciado que una de cada cuatro personas en el mundo sufre de trastornos mentales, el 40 % de la población está experimentando síntomas leves de ansiedad y el 23 % de depresión como consecuencia del aislamiento social.
Para los especialistas, en una emergencia estas reacciones son normales, pues muestran la capacidad que tenemos las personas de afrontar situaciones críticas que nos ponen al límite de nuestras capacidades.
El estudio interinstitucional, liderado por la UCR y la UNA, para conocer los efectos de la pandemia en la salud mental del personal sanitario de la Caja Costarricense de Seguro Social, cuenta con el aval de esta institución y del Ministerio de Salud. Foto: Miriet Ábrego, Semanario Universidad.
“La situación de emergencia nos pone alerta y el cuerpo se prepara. Pero si esta alerta se sostiene en el tiempo, va desgastando y produce dificultad para dormir, para comer o ganas de comer más, irritabilidad, enojo, frustración, dolor de cabeza o de estómago y preocupación continua”, añadió Ortega.
El estudio
La investigación de la UCR y de la UNA tiene como objetivo indagar sobre las diferentes formas de malestar físico y emocional del personal sanitario de la CCSS involucrado, de forma directa o indirecta, en la atención y contacto con los usuarios.
Se aplicará un cuestionario en línea y se invitará, a través de las jefaturas, a que todos los trabajadores de dicha institución lo respondan, de manera anónima y voluntaria.
Además, se busca que participe todo el personal de hospitales, clínicas, ebáis y demás centros de la red integrada de servicios de la CCSS del país; así como de distintas áreas, por ejemplo, medicina, enfermería, laboratorio, farmacia, limpieza, lavandería, transportes, seguridad y administración.
“A largo plazo, los efectos en la salud mental van a ser muchos y todas las acciones que hagamos ya con estas personas, que están trabajando en primera línea, son muy importantes”. Dra. Vanessa Smith Castro, Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UCR.
El cuestionario fue diseñado por expertos en respuesta psicológica en situaciones de emergencia. Contiene una sección de datos demográficos y de condiciones de vida de los funcionarios, su situación laboral y su vida familiar, explicó Smith.
“Es un cuestionario corto, se responde en 15 minutos y se puede completar desde una computadora o teléfono celular”, indicó la psicóloga de la UCR.
En abril pasado, se efectuó un estudio entre el personal de salud de Estados Unidos, el cual proporcionó datos sobre las principales preocupaciones de esta población. Dicho trabajo constituye un antecedente que sirvió para el diseño de la consulta que se hará en Costa Rica.
Entre los temores identificados, los profesionales mencionaron que no se les reconociera su conocimiento para responder a las necesidades, su salud personal, que no tuvieran acceso a condiciones adecuadas y a equipo para brindar la atención a los pacientes y que no tenían claro si la institución les iba a ayudar en caso de que ellos se infectaran con el coronavirus.
En Costa Rica, “nuestra principal intención es proporcionar información de primera mano basada en evidencia científica sobre cuáles son los principales retos que están enfrentando los funcionarios que laboran en primera línea, para poder apoyar el trabajo de cuidar a los que cuidan”, concluyó Smith.
Patricia Blanco Picado Periodista, Oficina de Divulgación e Información
Esta iniciativa universitaria se ha mantenido vigente hasta el día de hoy y brinda atención a todas aquellas personas que han resultado afectadas por situaciones de emergencia. Su trabajo se ha extendido por todo el territorio nacional e incluso han colaborado más allá de las fronteras costarricenses.
Profesora Adilia Solís también obtuvo un reconocimiento
Andrea Marín Castro,
Periodista Oficina de Divulgación e Información, UCR
La Brigada de Atención Psicosocial de la UCR en estos momentos trabaja como parte del Comité Asesor Técnico Psicosocial, que está integrado por diversas instituciones, visitando diferentes comunidades afectadas por la tormenta tropical Nate, y con la UCR a través de los proyectos de la Vicerrectoría de Acción Social para coordinar acciones prioritarias en las comunidades más afectadas – foto Anel Kenjekeeva, UCR.
Este viernes 20 de octubre, la Defensoría de los Habitantes, el Consejo Nacional de Rectores (Conare) y las cinco universidades públicas, entregaron los premios al mejoramiento de la calidad de vida 2017, en los que se reconoció la labor de más de 30 años de la Brigada de Atención Psicosocial en Emergencias y Desastres de la Universidad de Costa Rica, que obtuvo el galardón en la categoría de entidad pública.
Según destacó el jurado, la Brigada es una organización que ofrece atención psicosocial a las personas afectadas por una emergencia o evento natural, con el apoyo de un equipo multidisciplinario, llevan apoyo a los habitantes de las comunidades y les dan acompañamiento incluso hasta dos años después.
La psicóloga Lorena Sáenz Segreda, coordinadora de la Brigada, manifestó que principalmente este es un reconocimiento a la solidaridad y al compromiso que tiene la UCR con las situaciones de emergencia y desastres.
“Si bien es un reconocimiento a la Brigada, es un reconocimiento a cada una y cada uno de los universitarios, que cada vez que sucede esto nos unimos como toda una familia solidaria para trabajar contra el dolor humano. También con la posibilidad de no dejar a las comunidades afectadas después de la emergencia. Ha sido un proceso de muchos años de irnos constituyendo para poder dar al país una transferencia científico-técnica, pero con un rostro humano”, destacó la coordinadora de la Brigada.
Para Gidget Heinrich, estudiante de psicología y miembro de la Brigada, este es un premio al esfuerzo realizado durante tantos años.
“Para nosotros es grandísimo, es un reconocimiento a todo el trabajo de las comunidades, pues nosotros solo somos una pequeña herramienta para que esas comunidades puedan a salir adelante a pesar de todas las adversidades. Nosotros nunca atendemos situaciones que sean lindas, si no que siempre estamos en los momentos más difíciles, cuando se pierde todo, cuando ya no se sabe qué hacer, y es cuando nosotros entramos y damos este apoyo y servimos de guía”, manifestó Heinrich.
La Brigada de Atención Psicosocial de la UCR trabaja con las comunidades afectadas por las emergencias y gracias al apoyo administrativo de la UCR, ha conformado un equipo interdisciplinario, con personal calificado para apoyar los esfuerzos en la recuperación de la emergencia.
El personal recibe capacitación en primeros auxilios psicológicos y atención psicosocial y los nuevos profesional que se integran son acompañados por los psicólogos con mayor experiencia durante una emergencia.
La profesora Adilia Solís Reyes obtuvo un reconocimiento especial por velar por los derechos humanos universales – foto Anel Kenjekeeva, UCR.
En los últimos años ha prestado apoyo en situaciones como el terremoto de Cinchona en 2008, el terremoto de Sámara en 2012, el huracán Otto en 2016 y la tormenta tropical Nate en 2017. También han atendido a familiares, amigos y profesores de los estudiantes de la Sede de Guanacaste que fallecieron a inicios de año.
Los otros galardonados fueron Walter Ferguson, en la categoría de persona física, por dedicarse al rescate de los rasgos culturales de la población afrocaribeña, mediante el Calypso.
En la categoría de organización de la sociedad civil el premio fue para la Asociación ABACOR-Banco de Alimentos, por beneficiar a poblaciones en riesgo y exclusión en la obtención de alimentos y productos de primer necesidad.
En cada categoría también se concedió un reconocimiento especial a otros nominados. En el caso de persona física se reconoció a Adilia Eva Solís Reyes, vecina de Upala y profesora de la UCR, por el importante trabajo transfronterizo entre Costa Rica y Nicaragua, impulsando el desarrollo del cantón de Upala.
También a Otto Silesky Agüero, por el derecho a una educación integral de los y las jóvenes en riesgo social.
En la categoría de entidad pública se reconoció al Programa de Equidad de Género del Tecnológico de Costa Rica por contribuir a erradicar la discriminación y buscar equidad e igualdad de oportunidades para todas las personas.
Y en la categoría de organización a la sociedad civil a MarViva por promover el uso ambientalmente racional de los recursos marinos a través de programas preventivos y educativos.
El premio Aportes al Mejoramiento de la Calidad de Vida se entrega desde hace 25 años. Al principio fue una iniciativa de la Escuela de Ingeniería Industrial de la UCR, a la que luego se unió la Defensoría de los Habitantes, Conare y las universidades públicas.
La estauilla del premio es una obra del escultor Franklin Zúñiga Jiménez que se llama Naturaleza Herida, cuyo significado orienta a ver cómo un hombre y una mujer sostienen el mundo con sus manos impregnadas de conciencia y responsabilidad.
El temporal que afectó al país entre el 20 y el 27 de junio dejó pérdidas en los sectores agropecuario, infraestructura como diques, puentes y caminos (foto cortesía Catalina Ramírez).
Katzy O`neal Coto,
Periodista Oficina de Divulgación e Información
La Universidad de Costa Rica (UCR) ha trasladado sus recursos humanos y materiales a Turrialba para dar apoyo psicosocial a las personas afectadas por las inundaciones en esta zona.
Desde el lunes 29 de junio cuatro equipos interdisciplinarios de la UCR entraron a trabajar en 35 comunidades, en respuesta al llamado del Comité Asesor Técnico de Apoyo Psicosocial de la Comisión Nacional de Prevención del Riesgo y Atención de Emergencias.
Los equipos están conformados por docentes y estudiantes de la Brigada de Atención Psicosocial en Situaciones de Emergencias de la Escuela de Psicología y estudiantes del Trabajo Comunal Universitario (TCU-550) “Gestión para la reducción del riesgo en comunidades amenazadas del país”, personal de la Sede del Atlántico (Turrialba), del Programa de Información Científica y Tecnología Satelital al Servicio de Prevención y Mitigación de los Desastres (PREVENTEC) y graduados de la Maestría en Gestión del Riesgo de Desastres y Atención de Emergencias, todos de la Universidad de Costa Rica.
El personal de la UCR elaboró un “Diagnóstico del impacto psicosocial de la emergencia invernal en el cantón de Turrialba” que permitirá a las instituciones pertinentes tomar acciones (foto cortesía Catalina Ramírez).
De casa en casa
Los cuatro equipos de la UCR van casa por casa para brindar primeros auxilios psicológicos que consisten en escucha y contención de las vivencias, experiencias y emociones de las personas afectadas por deslizamientos, pérdidas de caminos vecinales, inundaciones y daños en sus medios de producción.
Mediante la inspección a las comunidades, el contacto con los líderes comunales y la visita a los hogares realizan una evaluación del impacto psicosocial de la emergencia para identificar los factores de riesgo y factores protectores de salud mental. Este diagnóstico servirá de insumo para que las instituciones puedan continuar en los próximos días la atención de manera rápida y eficiente.
En las comunidades evalúan cuáles son las necesidades de personas adultas mayores, personas en condición de discapacidad, niños, niñas y adolescentes, e incluso de sus animales, que requieran más ayuda para poder solventarlas. Hasta el momento, se han atendido las necesidades prioritarias tales como, la apertura de las vías de acceso interrumpidas.
Apoyo a dirigentes
Los equipos de la UCR se desplazaron hasta comunidades aisladas como Tres Equis y Cimarrones para brindar apoyo psicosocial a los afectados por las inundaciones (foto cortesía Catalina Ramírez).
Los universitarios además brindan acompañamiento psicosocial a dirigentes comunales, quienes han trabajado en los momentos más críticos de la emergencia, y dan apoyo para fortalecer los comités locales de emergencias. “Ellos actúan de manera muy rápida muy oportuna pero después de que pasa la emergencia es que aparece el estrés” explicó la Mag. Lorena Sáenz Segreda, coordinadora de la brigada.
Sáenz señaló que los equipos de atención de emergencias deben ser apoyados en su salud mental para que puedan seguir brindando apoyo en posibles emergencias que puedan suceder durante el invierno que apenas empieza.
A lo largo de las última década la UCR, por medio de la Brigada de Atención Psicosocial en Situaciones de Emergencias, ha ofrecido apoyo en los desastres provocados por los huracanes “Mitch”, “Juana” y “César”, en inundaciones en Limón y en Golfito, en los terremotos de Limón, Quepos, Parrita, Nicoya y Cinchona y en los deslizamientos del cerro Tapezco, en Arancibia, Jabonal, Alto Loaiza y en el cerro Jucó en Orosi, entre otros.