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Etiqueta: racismo

Carta pública a doña Digna Rivera, madre de Jerhy, y a su familia

Querida doña Digna:

Si nosotras que no hemos pasado por el calvario de tener que enterrar a un hijo asesinado porque era una persona honesta, luchadora, defensora de la Madre Tierra, hoy 17 de julio del 2023 sentimos una indignación y un dolor profundos por constatar la destrucción de los principios más elementales del derecho y la justicia, ¿cómo se sentirá usted?

Sabemos que estas palabras no pueden, aunque lo deseamos, aliviar su pesar.

¡La impunidad reina una vez más en los territorios ancestrales! ¡El asesino de Jerhy Rivera puede pasear nuevamente su crueldad por las calles de Buenos Aires! Las personas orgullosas de escupir violencias y agresiones contra nuestros pueblos originarios lo aplaudirán y saldrán a saludarlo cual mesías enviado por los conquistadores del pasado y del presente.

Hoy, el Estado costarricense y el Tribunal de Apelaciones de Sentencia Penal de Cartago mediante el Voto 2023-263 al anular la sentencia del Tribunal Penal de Buenos Aires de Puntarenas del 1 de febrero de 2023, reafirman su vocación de aplicar el racismo, la discriminación y el uso de la violencia contra los pueblos originarios.

Este fallo es la expresión de la ruina del Estado social de derecho, es la expresión del racismo en la estructura judicial, y con ello la protección al asesino de Jerhy Rivera y otra muestra de impunidad.

El asesino de Jerhy Rivera y de quienes han estado acuerpando estos hechos son la cara actual de aquellos que llegaron a estas tierras a usurpar lo que no les pertenecía. Es un simulacro de los fariseos que Jesús sacó del templo y vinieron aquí a matar para saciar su hambre de oro.

El asesino de Jerhy es un alumno destacado de la escuela del terror: fue capaz de asesinar por la espalda de cinco balazos a quien estaba indefenso, pavonearse en espacios públicos diciendo que era el asesino y luego declarar que fue en defensa propia.

Doña Digna, aunque sabemos que no podemos aliviar su dolor, sí podemos unirnos a su indignación ante este infame e injusto proceder del Tribunal de Apelaciones de Sentencia Penal de Cartago.

Desde el corazón de las mujeres luchadoras de Costa Rica, le tendemos una mano porque la lucha sigue y sigue.

A usted, que es un símbolo de la dignidad y la valentía de las mujeres indígenas, le pedimos que nos señale el camino para la solidaridad.

Usted es quien tiene la palabra para indicarnos cómo la podemos acompañar.

¡Presentes en la lucha!

Firmas responsables:
Isabel Ducca Durán
María Trejos Montero
18 de Julio, 2023
Costa Rica

Puede sumar su firma aquí.

Doña Digna Rivera (Feb 2023)

Día Internacional de Nelson Mandela y Día Mundial de la Escucha

José Luis Pacheco Murillo

Hoy estamos ayunos de hombres y mujeres en el ámbito público con los valores que poseía el señor Mándela. Y también hoy estamos extrañando que los líderes de hoy vivan el valor de la escucha de tal manera que haya comprensión, acuerdos, consensos entre quienes dirigen en nuestros países.

Mándela, pese a lo vivido en la cárcel por 27 años, se convirtió en el símbolo de la lucha contra el racismo. Tenía 71 años cuando fue liberada en 1990 y tuvo la capacidad de perdonar todo y a todos los que le hicieron daño y convertirse en el líder indiscutible de una Sudáfrica dividida por el racismo.

Sus acciones en procura de la paz lo llevaron a convertirse en el primer presidente negro de Sudáfrica y gracias a su temple logró la reunificación de su país.

Escuchó y fue escuchado no solo en su país, sino que en el mundo entero. Logró darles voz a todas las víctimas de crímenes cometidos durante el régimen del apartheid, por medio de lo que él llamó, la Comisión para la Verdad y la Reconciliación.

En una ocasión manifestó que sintió miedo y además sintió odio, sin embargo, logró dominar su miedo y logró sanar heridas en su corazón y perdonar a quienes le causaron tanto daño a él y a su país. «Los valientes no temen al perdón, si esto ayuda a fomentar la paz» y efectivamente fue muy valiente.

Quisiéramos hoy que los líderes tuvieran esa capacidad de escuchar y de hacerse escuchar a través de un diálogo abierto, franco y sincero. Sin rencores y sin revanchas para saldar deudas, tratando de causar daño y “sacarse el clavo” ocasionando quizá el mismo o mayor daño al interlocutor. Así no se consigue la paz y así no se evidencia el perdón.

Hoy es un buen día para celebrar el natalicio de Nelson Mandela con acciones concretas en favor de la paz y abriendo oídos para un diálogo activo con una escucha igualmente activa.

Dios quiera que la vida de Nelson Mandela sirva de ejemplo a muchos de los líderes que hoy ostentan poder.

Francia arde

Carlos Humberto Acosta Jiménez. Sociólogo

Desde hace semana, literalmente, «Francia arde». En este caso son emigrantes islámicos los señalados como culpables de disturbios civiles, delincuencia, saqueos, quema de vehículos y propiedades, etc.

En la práctica es una verdad a medias pues ciudadanos franceses no de raíces islámicas o árabes, también forman parte del descontento social. La chispa ha sido la muerte de un joven de 16 años musulmán que al huir por una infracción de vehículos, fue alcanzado por disparos de las fuerzas policiales que le perseguían.

Esto encendió el polvorín. Obviamente tal fatalidad no es la causa del alzamiento de descontento civil de franceses de los más diversos orígenes. Es un fenómeno sociológico complejo que no se puede explicar con unos cuantos párrafos, sin embargo, los expertos creen que en un corto plazo se podría extender a España e Italia. Lo mismo ha sucedido en EE. UU con las comunidades negras y latinas por el uso excesivo e indebido de las fuerzas policiales.

En estos casos, las minorías son hechas responsables de los actos de violencia. Del «arde Francia» por decirlo así. En parte es cierto que grupos de migrantes reaccionan violentamente ante prácticas de discriminación de los países que «les acogen», sobre todo por violencia psicológica y física, racismo y desprecio hacia sus culturas. Esto es una reacción lógica.

Sin embargo, hay que tener presente una realidad que no aparece generalmente en la prensa. Nos guste o no, occidente ha generado prácticas imperialistas hacia el oriente islámico por siglos, así como hacia América Latina, África y Asia.

En el caso árabe, modernamente ha provocado, y lo sigue haciendo, con guerras planeadas, justificadas en los hechos posteriores al 11 de setiembre y a las supuestas armas de destrucción masiva, en la «llamada primavera árabe», siendo esta la que ha desatado oleadas de migración hacia Europa provenientes de Siria, Libia, Egipto, Irak, Afganistán e incluso del «seudo europeo Turquía». Grupos terroristas «islámicos» que han sido financiados, formados y adiestrados por USA y la OTAN, son responsables de gran inquietud, miedo e incluso actos violentos y armados en Europa. Pero qué memoria más corta tienen los medios de comunicación occidentales, o más bien, qué intereses protegen, que no mencionan a los actores occidentales que orquestaron el surgimiento del terro tu ismo. Ahora muchos migrantes son miembros o ex miembros de dichos grupos terroristas. Europa está plagado de ellos.

Es muy fácil echar la culpa al mundo árabe o al islam por los grandes cambios que enfrenta culturalmente Europa, mas sus raíces son múltiples y responde a aspectos propios de la crisis de identidad europea, desde la creciente laicidad y descristianización, la caída en la natalidad, la crisis del proyecto «Estados Unidos de Europa», la influencia histórica de USA desde la segunda posguerra mundial, la crisis del capitalismo mundial y del sistema de globalismo mundial y la crisis de la posmodernidad por señalar algunos elementos.

Lo cierto es que Occidente, en su afán por mantener su hegemonía, ha provocado la migración descontrolada del Oriente árabe hacia los centros de poder, el odio por las guerras por el oro negro y gas, y la lucha polarizada contra el surgimiento de Rusia y China que unidos o por separado, expanden su influencia y poder hacia África, Cercano y Mediano Oriente, e incluso Latinoamérica.

Las semillas del odio y la violencia, a las cuales debemos oponernos, vengan de donde vengan, tienen explicación y si no comprendemos las razones, no podremos generar soluciones viables. Occidente es en gran medida, responsable directo, por sus actos en todo el mundo árabe y más allá, de la violencia en el propio «patio» europeo.

Cuánto le costó a los abuelos e hijos alemanes sobrevivientes a la Segunda Guerra mundial, aceptar su historia nazi y su responsabilidad en los hechos que generaron quizás la peor masacre humana de la historia. Fueron sus nietos, muchos nacidos después del final de la guerra, los que, después de asumir un trago amargo sobre la historia de su país y de lo que permitieron sus familiares, quienes valientemente confrontaron la historia nacional con hechos y no con simples palabras. El Nazismo no fue un sueño, sino una deshumanizante y aterradora realidad. Ahora, aprendiendo de la historia, si Europa y los centros de poder de Occidente en general no reconocen su responsabilidad y su «mea culpa», este fenómeno de violencia y discriminación seguirá en aumento, alcanzando dimensiones inimaginables, que quizás no sólo impliquen que «Francia arde», sino que cualquier ciudad europea esté amenazada por la misma fatalidad.

Es aquí donde agrupaciones promotoras de la paz y la no violencia, de toda índole, están llamadas a generar conciencia, desde nuestro metro cuadrado, desde cualquier rincón del mundo, a ser puentes de diálogo, educar para la paz y la comprensión «del otro», de «lo diferente» y «de lo exótico», desde la génesis misma de los problemas que ahora son globales. La violencia y el prejuicio no nacen gratuitamente, son hijos de acciones igualmente deplorables de todas las partes.

Que Dios nos de la sabiduría para ser portadores de su paz, y de un amor que vence hasta el odio nacido de acciones igualmente violentas, brutales e inhumanas que le dieron vida.

Que las mujeres y los hombres de buena voluntad cierren filas ante todo individuo, grupo, organización, nación, que pretenda soluciones fáciles a los problemas humanos, apelando a la violencia como respuesta y no al diálogo, los hechos y la verdad como testigos. La paz nace en el corazón de cada cual, y el valor para mantenerla no es un sentimiento, sino un acto de voluntad y heroísmo. Como ya lo predicó hace dos siglos un simple hombre de la Palestina de entonces: «Bienaventurados (felices) los pacificadores, pues ellos serán llamados hijos de Dios».

Imagen: https://www.elmundo.es

Costa Rica y Protocolo de Nagoya: una vez más el colonialismo interno

Observatorio de Bienes Comunes

A partir del voto de la  Sala Constitucional en la resolución número 2023006154, mismo que da luz verde al Protocolo de Nagoya para que siga su curso en segunda votación en la Asamblea Legislativa sin consulta a pueblos Indígenas, nos preguntamos ¿Cuáles son los vínculos de estas acciones que violan los derechos de los pueblos orginarios?

Repasamos algunas de nuestras lecturas, y retomamos una discusión que sigue vigente en los esfuerzos institucionales por desconocer los derechos y participación de los Pueblos Indígenas, y nos referimos al Colonialismo Interno. Es el modo y forma mediante el cual las dinámicas de dominación y explotación encuentran los mecanismos para garantizar su reproducción y expansión en las diversas dimensiones de nuestras sociedades.

Parten de integrarse a los sistemas sociales, políticos y jurídicos del país, para favorecer así las desigualdades estructurales, justificando su existencia en las normas y «normalizando» las conductas racistas como muestras de la necesidad del «desarrollo».

En definitiva, lo podemos encontrar como la prolongación de las formas-modos coloniales de gestión, la defensa de privilegios y justificación de las formas de saqueo y explotación de los territorios donde habitan los pueblos originarios.

Invitamos también a leer el texto de don Pablo González Casanova sobre el Colonialismo Interno publicado por CLACSO.

Les compartirmos esta infografía para motivar el debate del colonialismo interno en nuestras sociedades.

Imagen: Grabado del siglo XVIII que refleja el tráfico de esclavos africanos en el Caribe. Tomada de: t.ly/z-Iw

Cuatro magistrados exhiben su racismo al no permitir la consulta indígena para el Protocolo de Nagoya

  • La importancia del voto de minoría de tres magistrados que estiman que es necesario consultar a los pueblos indígenas.

  • País se expone a que las organizaciones indígenas lleven este caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

(Bloque Verde 20 de junio 2023) En un reñido voto de cuatro contra tres la Sala Constitucional en la resolución número 2023006154 da luz verde al Protocolo de Nagoya para que siga su curso en segunda votación en la Asamblea Legislativa. Los tres magistrados consideran que es necesaria la consulta indígena según lo dispuesto en el artículo 6 del Convenio 169 de la OIT y refuerza la posición de la Defensoría de los Habitantes en cuanto que la ausencia de consulta si vulnera los derechos de los pueblos originarios.

Los magistrados Cruz Castro, Rueda Leal y Garita Navarro demostraron que la Sala Constitucional tenía un línea jurisprudencial que considera obligatoria la consulta indígena en casos de que una medida legislativa o administrativa es susceptible a afectar a los pueblos indígenas. Esta jurisprudencia lamentablemente se rompió con esta resolución que niega justamente la consulta a los pueblos originarios.

El dictamen de minoría también deja claro que la forma en la supuesta consulta hecha desde la Asamblea Legislativa no cumplió lo dispuesto en el Convenio 169. Hay que recordar que este procedimiento se realizó mediante envío por correo electrónico a las asociaciones de desarrollo de los 24 territorios indígenas con un plazo de ocho días hábiles. En este sentido los magistrados Cruz Castro, Rueda Leal y Garita Navarro insisten en que “no se constituye como un método idóneo para garantizar la efectiva participación y opinión de las comunidades indígenas y el correspondiente deber de consulta”

El Protocolo de Nagoya acelera procesos de desposesión por medio de mecanismos de mecanismos de propiedad intelectual como las patentes y los derechos de obtentor (como UPOV) sobre los conocimientos de los pueblos indígenas. Este tratado internacional provoca que los bienes comunes, entre ellos los recursos de la biodiversidad y conocimientos asociados, considerados como dominio público, de origen ancestral, hereditario y otros de soberanía del Estado, sean adjudicados como bienes patrimoniales del dominio privado.

Este proceso en vía de ratificación por la Asamblea Legislativa es a todas luces racista y discriminatorio porque afecta de manera negativa a las personas portadoras de conocimientos, en su mayoría adultas mayores de las comunidades. Pretende apropiarse de sus saberes y prácticas cotidianas heredadas ancestralmente, hasta el punto de patentarlas. Esto también niega la posibilidad de las futuras generaciones del goce de ese conocimiento ancestral.

Dentro del Protocolo de Nagoya quedan muy claras las formas de apropiación de esta riqueza cultural, lo que no queda para nada claro son las formas de “repartos de beneficios” que menciona insistentemente los propulsores de esta iniciativa. No está estipulado cómo la patente por parte de un tercero del uso de una planta, bacteria, hongo, insecto o animal va a “traer beneficio” a los pueblos que la han descubierto y resguardado por siglos o quizá milenios. Esto no fue preocupación de los y las legisladoras impulsoras de este proyecto.

Instamos a las organizaciones indígenas a llevar este caso de racismo judicial a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para evidenciar esta injusticia estructural dentro del más alto tribunal de justicia costarricense.

Realizan taller para identificar el racismo y las acciones en la labor docente

Por Carmen Picado – Producción de tvsur

Desde la carrera de administración educativa de la UNED y COLYPRO en conjunto con la UCR se llevó a cabo un taller para identificar el racismo y las acciones que se pueden llevar desde los docentes.

La actividad fue dirigida por especialistas del Observatorio para la Acción contra el Racismo.

La intención es generar cooperaciones para informar sobre el tema, sobre todo la violencia que se esta generando en los centros educativos, sobre todo de colegios.

La charla fue en las instalaciones de la UNED en Villa en Pérez Zeledón.

Huelen a chancho: el odio como expresión de poder

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Hace algunos días volví a compartir el dispositivo de sensibilidad e implicación subjetiva sobre las movilidades humanas en la región centroamericana.

Conversamos, accionamos, sentimos.

Pienso que este tipo de acciones son cada vez más necesarias en un contexto marcado por la incomprensión y los discursos discriminatorios a todo nivel. Las personas que no entienden las causas por las cuales se produce la migración, no tienen forma de sentir empatía, de acercarse y entender sus motivos. Lo mismo harán con otras poblaciones a las que inferiorizarán al instante.

Entonces son necesarios otros tipos de acercamientos más allá del dato duro y la estadística o cierta tendencia a la solidaridad académica si esta no se acompaña de una actitud permanente y reflexiva que apoye el ejercicio de la comprensión y el trabajo con otras poblaciones, más allá del activismo y la supuesta corrección política. Hay que ir más allá.

Como más allá hay que ir para entender ciertas dinámicas de rechazo experimentadas por poblaciones locales.

Solo en este año 2023 el ámbito educativo costarricense nos ha proporcionado ejemplos que encienden las luces de alarma, vinculados con la dificultad para estar juntos, aceptar al otro en la diferencia, vivir con esta permanentemente.

Primero fueron las manifestaciones de racismo hacia una niña afrodescendiente por parte de una maestra. Más recientemente, otra docente en apariencia, directora de otro centro educativo, manifestó a un grupo de niños con los que trabaja, también ubicado en Limón, región atlántica costarricense, que “olían como chanchos, como indígenas”.

Este es un acto de racismo que debe ser investigado hasta las últimas consecuencias.

De acuerdo con Olga Sabido Ramos (2012) cuando se muestra asco o repulsión hacia el otro, se está construyendo una relación desequilibrada de poder, colocando a ese otro en posición de extrañamiento.

No es posible dimensionar el impacto psicológico y emocional en un niño que es animalizado de esta forma, que es reducido a la mínima expresión. De igual forma, no es aceptable que alguien que trabaje en educación tenga tal desprecio por las poblaciones originarias hasta el punto de relacionarlas con malos olores o prácticas diferentes.

Algo, mucho, se debe hacer con este tipo de actitudes: no es solo reprimirlas y castigarlas. Se debe profundizar en procesos de formación con contenidos sobre la convivencia como eje educativo. Se debe trabajar en la raíz de la intolerancia como expresión del odio, para erradicarla de toda relación social.

Vivir con el otro es entenderlo. Procuremos hacerlo sobre la base de la razón, pero sobre todo, del afecto. En eso creemos. En eso trabajamos.

Un gesto cobarde

Por Memo Acuña (sociólogo y escritor costarricense)

La lucha contra la discriminación es continua y no se detiene. Plantea desafíos improrrogables y la tarea pareciera no concluir, dados los acontecimientos que lo confirman en lo cotidiano.

En Costa Rica esa disputa contra discursos y prácticas discriminatorias no cesa. Son cientos de ejemplos de cómo nacionalidad, género, color de piel, preferencia sexual y clase resultan categorías definitorias de un proceso irreversible, en franco deterioro en las interrelaciones sociales y la convivencia.

Hemos dicho en esta columna que toca refundarnos. Volver a redactar la letra menuda de un contrato social que debiera integrarnos a todos y todas. Esa actitud debe pasar justamente por un ajuste en el que debiéramos empezar por el principio.

Convendría entonces revisar nuestros vínculos. Asumirnos como comunidad de distintos en la diversidad. Eso es justamente lo que nos falta. La ausencia declarada de horizontalidad.

Un reciente juego de futbol de primera división desarrollado en el Pacífico costarricense tuvo que ser intervenido dos veces con el protocolo indicado por actos de homofobia y racismo. Dos veces.

La implicación social de este acontecimiento no es menor si se considera la asistencia de niños, niñas y jóvenes al evento. Irán naturalizando estas prácticas y del acto simbólico al físico sólo habrá un paso.

Un grito homofóbico y un insulto racista en un juego de fútbol sólo expresan la decadencia a la que asistimos. El contexto también es importante ya que la zona pacífica del país es objeto en la actualidad de una violencia generalizada propiciada por grupos criminales que pugnan por el control de sus territorios. Pobreza, desigualdad y fractura social son rasgos que caracterizan esa región.

Pero un grito homofóbico y un insulto racista también señala la cobardía de un gesto que escudado en el anonimato del colectivo encuentra su mejor forma para desarrollarse.

Es necesario no solo parar un partido de fútbol por estos actos. Es necesario detenerlos y cambiarlos por acciones formativas en materia sociocultural.

La tarea sigue siendo necesaria.

Una voz interior con ecos que restringen las políticas sociales

Miguel Sobrado

¿Qué es la voz interior para la psicología?

Es la voz con la que dialogamos a todas horas, en ocasiones llamada «la voz de la conciencia», «voz mental» o también «diálogo interno». Aunque, en términos científicos, sería más adecuado referirse a ella como la voz del córtex pre-frontal.

“A modo de definición, se puede decir que es una narración que nace en el interior de todo ser humano y se proyecta, generalmente, hacia el futuro a modo de preparación para los acontecimientos venideros”.

El diálogo interno es un fenómeno complejo y multifacético que tiene un enorme impacto en la estructura de nuestro cerebro y en nuestro comportamiento. Es necesario para ordenar nuestras ideas y planificar nuestras acciones.

La sociedad en la voz interna

Pero ¿Qué sucede cuando este diálogo no nos ayuda, sino que más bien nos boicotea o nos limita? Aquí es donde intervienen la estratificación y las relaciones sociales que se articulan alrededor de la familia, y cimientan los valores de la cultura prevaleciente.

Existen condicionantes sociales que configuran la voz interna y que tienen fuertes implicaciones

El contexto familiar trasmite desde la más temprana edad valores que configuran la posición social de las personas según el medio en que viven. Son muchos los estudios que describen cómo operan los prejuicios en las sociedades racistas y de clase generando minusvalía y dependencia. Debilitando la autoestima y promoviendo “techos mentales” que configuran socialmente las voces interiores de quienes se encuentran en estratos de bajo prestigio social.

Los estudios realizados en los Estados Unidos con niños negros de 3 a 7 años a quienes se les mostraron muñecas blancas y negras preguntándoles cual era buena y bella son muy significativos por sus respuestas. En esas edades tiernas ya habían asimilado a través de su entorno más cercano el prejuicio hacia su propio color, contestando que la blanca era bella y buena. De tal forma en el contexto social se dieron las condiciones configuraron una voz interna que va actuar posteriormente reduciendo sus aspiraciones y autoestima.

Estudios similares que se realizaron en México con niños indígenas, en un país donde la mayoría de la población es de ese origen, revelaron resultados similares de auto desvalorización por su origen étnico. En otras palabras el racismo ha calado tan profundamente en la cultura que se ha internalizado y pienso que en estos grupos y comunidades forma parte de esa voz interior que aconseja que acciones emprender y cuales mejor no.

Fenómenos similares han constatado los movimientos feministas y por eso demandan legislaciones y espacios sociales de igualdad.

La acción organizada y la ruptura de techos sociales que inciden sobre la voz interna

El racismo y el clasismo conllevan por lo general la exclusión social por las disminuidas oportunidades para el estudio, de acceso a los servicios de salud y superación social, de tal forma que las posibilidades de avance social se reducen. Y no solo se reducen, sino que los resultados se comportan en la práctica como las profecías que se auto cumplen. Esto es si la persona fracasa o tiene resultados mediocres es por su origen.

Operación tenazas

La exclusión social no se puede superar si no es con dos palancas fuertemente entrelazadas. Por una parte, la acción organizada de los excluidos o marginados para demandar su espacio y articular y poner en marcha sus propios proyectos y por otra con una política social, no asistencialista, sino proactiva de largo aliento centrada en una educación moderna y de amplia cobertura, que incluya a quienes a quienes perdieron la oportunidad educativa y tienen obligaciones familiares a su cargo. Esto último en procesos de autoorganización realizados en sus comunidades. Esta operación “tenazas” basa en la simbiosis de propósitos de las organizaciones que ajusten los servicios institucionales a sus necesidades. Son los efectos de la actividad organizada o vitamina “O” las que le dan poder efectivo a los excluidos y transforman su visión y perspectivas sociales. En este sentido rompen las voces internas que los inmovilizaban y se pueden transformar. Este proceso no solo cambia los horizontes, sino que posiblemente incida sobre la biología misma de los participantes, como lo sugiere las experiencias de la neurociencia.

El caso de las niñas prostituidas de Camboya citado por la siquiatra española Marian Rojas Estapé, donde se les registraron a las niñas el tamaño de los telómeros, medidores de edad de las células, cuando estaban en el burdel tenían 80 años y posteriormente de sacarlas de ese antro, en un nuevo contexto con capacitaciones ya habían recuperado su edad biológica.

Las transformaciones en gran escala que requiere la eliminación de la exclusión social no se pueden realizar por razones obvias a partir solo del trabajo de los siquiatras, requieren de un contexto favorable para la inclusión organizada y proactiva masiva de los afectados.

Esto nos obliga a trascender los enfoques individuales de autoayuda. No basta ponernos positivos, ni alejarnos de personas y contextos tóxicos. La realidad es social y nosotros estamos dentro de ella. Es preciso crear condiciones y procesos de apoderamiento social a través de las políticas sociales que destapen y promuevan el potencial real de las personas. Transformando el sustento subjetivo a las voces interiores que promueven la pasividad y resignación.

Una tarea civilizatoria por hacer

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

El mismo día que en Costa Rica saltó a la luz pública un caso de racismo contra un jugador de fútbol de su liga profesional, se conocía el horror de la necropolítica sistemática y gubernamental del Estado mexicano contra las personas migrantes que atraviesan su territorio.

Ambos casos se conectan. Invariablemente en una matriz histórica que no cesa y que tiene al poder institucional y el poder cultural como ejes axiológicos de prácticas que siguen evidenciándose un día sí y otro también en este mundo de la post pandemia o la pandemia prolongada.

En el caso del jugador, extranjero en Costa Rica y proveniente de Jamaica, la denuncia implica no sólo el insulto y la provocación. Además, deja ver un escenario de naturalización de las prácticas de racismo instaladas en la epidermis y en la psique de una actividad que no cesa de reproducir día con día estas odiosas formas de discriminación, odio y exclusión sociocultural.

La mínima acción del equipo involucrado (terminar su ligamen con el entrenador al que se le atribuyen las acciones de racismo en contra del jugador) debiera a estas alturas ir acompañada de una actividad educativa a todo nivel, involucrando campañas de formación y sensibilización sobre ese tema, tan delicado en una sociedad como la costarricense.

El drama de las personas migrantes fallecidas en un centro de aseguramiento en México, por su parte, denota el desprecio absoluto por la vida y la desidia de un sistema migratorio basado en la seguridad como su principal derrotero.

Bajo estas premisas, si lo que muere no es “legal”, se naturaliza y hasta se justifica. Las vidas de los centroamericanos en tránsito por México valen menos que el costo de un combo en un restaurante de comida rápida.

Ambos sistemas, el del racismo y el de la secutización migratoria in extremis, asumen que hay un otro inferior al que debe desaparecerse hasta aniquilarlo, desde el discurso y la práctica.

Estos tiempos son tiempos “bisagra”. La clausura de ciclos y el comienzo de nuevos a los que les está costando dejar atarse el lastre del pasado. Mientras la vida importe menos que el aparto en el que escribo estas reflexiones, seguiremos involucionando hasta encontrarnos con el primer fuego.

Quizá esa sea la tarea civilizatoria que nos tocó vivir. Hagámosla entonces. Bien. Volvamos al principio. Intentemos de nuevo reconocernos en nuestra humanidad.