Ir al contenido principal

Etiqueta: ratificación

Acuerdo de Escazú

El pasado lunes 27 de septiembre se cumplieron tres años desde que muchas personas firmaron en un evento paralelo a la sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas, el estado de firmas con fechas y de ratificaciones se encuentra en el siguiente enlace: https://treaties.un.org/Pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_no=XXVII-18&chapter=27&clang=_en

Nicolas Boeglin nos comparte su pensamiento sobre el tema:

«A tres años desde la firma solemne en Nueva York del Acuerdo de Escazú por parte de muchos Estados, varios de estos mantienen pendiente una gran deuda con los defensores del ambiente de América Latina, al no haber logrado aprobar este novedoso tratado regional debido a la presión de sectores corporativos. Entre ellos, el Brasil del Presidente Bolsonaro, una desconcertante Costa Rica, así como también Guatemala, Paraguay, Perú y República Dominicana. Colombia que lo firmó en diciembre del 2019 debido a una fuerte presión de las organizaciones sociales, sigue sin ratificarlo a pesar de la dramática situación de los defensores del ambiente colombianos recientemente puesta a conocimiento de la opinión pública internacional

Y se comparte la nota “Más de 220 defensores del medio ambiente fueron asesinados en 2020” la cual se encuentra en el siguiente enlace: https://www.france24.com/es/medio-ambiente/20210913-defensores-medio-ambiente-asesinados-global-witness.

En cuanto a Chile, indica que en lo personal confía en que próximos cambios políticos permitirán a Chile firmar el Acuerdo de Escazú y posteriormente ratificarlo, cerrándose así el vergonzoso paréntesis que ha significado para el ambiente y los derechos humanos la gestión de su actual Presidente. En Centroamérica, tenemos a la fecha a dos Estados que siguen el ejemplo de Chile y que no han tan siquiera firmado el Acuerdo de Escazú: El Salvador y Honduras.

En lo que respecta a Costa Rica lo que se viene en la Asamblea Legislativa no permite pronosticar nada bueno para el Acuerdo de Escazú a partir de mayo del 202. Los 44 votos a favor y 0 en contra obtenidos en la legislatura actual en febrero del 2020 en primer debate persisten como un bonito recuerdo, pero no se percibe mayor voluntad política para aprobar el Acuerdo de Escazú en los meses que le quedan de esta legislatura».

«Argentina, Bolivia, Ecuador, México, Nicaragua, Panamá y Uruguay son parte de los 12 Estados Partes que ya han ratificado el Acuerdo de Escazú, instrumento que entro formalmente en vigor el pasado 22 de abril del 2021. En ninguno de ellos su economía y sus empresas tuvieron que sufrir nada de que lo que se anunció aquí en Costa Rica que iba a darse de aprobarse este tratado internacional».

Y, el lunes 27 de septiembre se publicó la siguiente nota en Argentina “Secretaría de Minería, CEPAL y COFEMIN participaron de la primera reunión sobre la entrada en vigor del acuerdo de Escazú” https://www.argentina.gob.ar/noticias/secretaria-de-mineria-cepal-y-cofemin-participaron-de-la-primera-reunion-sobre-la-entrada; y en Colombia “Oposición en Colombia busca ratificar Acuerdo de Escazú” https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=478217

Por su parte, Patricia Madrigal Cordero también brindo su aporte respecto al tema indicando que:

Hace tres años se abrió a la firma el Acuerdo de Escazú. El 22 de abril del 2021 entró en vigor con la ratificación de 12 países de la región. Este proceso inédito permitió una negociación abierta, transparente y horizontal entre los países con la sociedad civil con el apoyo de la CEPAL. Este instrumento internacional se adoptó por consenso, reafirmando la posibilidad del multilateralismo y los puentes que podemos construir para fortalecer la Democracia Ambiental.  Puentes que debemos construir en Costa Rica para lograr su ratificación en donde cada sector asuma el proceso con compromiso: el Poder Ejecutivo que estuvo liderando su negociación y hasta la próxima Conferencia de las Partes mantiene la Copresidencia; el Poder Legislativo asegurando el liderazgo de nuestro país en materia de derechos humanos y conservación ambiental; el Poder Judicial reafirmando los valores en los que se fundamenta el Estado de Derecho, garantizando la aplicación y cumplimiento del ordenamiento jurídico nacional e internacional sobre todo tratándose de Derechos Humanos. La sociedad civil que ha dado seguimiento al proceso, explicando y divulgando su contenido.  La Academia profundizando su correcta interpretación y aplicación. Y el Sector Privado entendiendo que la reactivación económica debe darse con absoluta transparencia, información y participación.

 

Compartido con SURCOS por Nicolas Boeglin, Jose M. Gutierrez y Patricia Madrigal Cordero.

El Acuerdo de Escazú, de lo sublime a lo indignante

Hernán Alvarado

El Acuerdo de Escazú, según CEPAL, «plasma un paradigma de democracia ambiental fundamentado en la transparencia, la participación y la inclusión como base para las transformaciones sociales y ecológicas en la región».[1] Toda una joya de la diplomacia costarricense que consolida la narrativa país posicionada en el exterior, según la cual Costa Rica es un adalid de derechos humanos y amor a la naturaleza. Entre otras virtudes, ese tratado garantiza el derecho a la información y a la participación ciudadana contribuyendo a la protección de quienes defienden a nuestra Madre Tierra, en una América Latina que puntea en asesinatos de líderes sociales (Costa Rica suma al menos tres). Por lo demás, amarra los avances que ha venido cosechando el país en su legislación ambiental y constitucional, así que desde el principio cumple con el mínimo requerido.

No obstante, este gobierno y esta Asamblea Legislativa nos han dejado en ridículo por no estar entre los primeros que ratificaron para que el tratado entrara en vigor el pasado 22 de abril, a falta del segundo debate. Daño irreparable a la imagen del país que les reclamaremos siempre. Encima, el gobierno no ha hecho casi nada por impulsar y defender su aprobación definitiva. Imperdonable. Y hoy hasta corre el riesgo de ser rechazado, lo que sería una calamidad monumental y una vergüenza nacional sin parangón. Tal vez sea mejor mantenerlo en barbecho, como lo reconociera honestamente la diputada del PAC, Nielsen Pérez, hasta asegurarle los 38 votos; porque lo último que haría falta es que el Ejecutivo lo mande a votar para enterrarlo.[2] Por otro lado, cada día se agranda una duda en el exterior: ¿Será que Costa Rica sostiene un doble discurso en relación con derechos humanos y ambientales? ¿Será este el espejo donde nuestra hermosa imagen internacional revela su verdad de cuento bien fraguado para turistas incautos? ¿Y será casual que el Presidente Biden no haya invitado al presidente Alvarado a su cumbre climática en abril pasado?

¿Y por qué el gobierno y la mayoría de la Asamblea Legislativa se habrán puesto de acuerdo en esta otra barbaridad? Porque el tratado le inquieta al supremo inquisidor de la política pública que es la Unión de cámaras (UCCAEP). ¿Y con qué argumentos se opone? Con pocos y ridículos, ninguno válido.[3] ¿Y dónde los defiende? En ninguna parte, ¿para qué? Le ha bastado informar a sus seguidores del PLN, el PUSC y los demás partidos religiosos. Y, por supuesto, instruir al presidente, que fue electo como defensor de derechos humanos pero salió huero. Es tal el poder de ese grupúsculo que hasta la Sala IV ha recurrido otra vez a argumentos espurios para no favorecer la aprobación del tratado; evadiendo, desde luego, el fondo del asunto y congraciándose con esa configuración de fuerzas retardatarias. ¿Y la prensa plutocrática? «Calladita más bonita», como le gusta al patriarcado. Así que el Acuerdo de Escazú anda políticamente huérfano y podría ser postergado o malversado por la campaña política que se avecina, en la que casi todos compiten por parecer útiles a los dueños del dinero.

Pero tenemos que sobreponernos a la vergüenza y a la indignación que todo esto provoca y cuando menos tratar de comprender lo que está pasando, pues lo mínimo es conocer cuál es el enemigo real. Por tanto, ¿qué nos enseña esta inaudita e inédita situación? Lo que ya sabíamos: que en cuestión de política pública incide aquí, más que nadie, un grupúsculo con criterios trogloditas, al que no le importa el prestigio del país, la salud de la Madre Tierra o los derechos humanos; como tampoco le importa, nunca le ha importado, las comunidades indígenas. La única lógica que entienden es la de privatizar ganancias y socializar pérdidas. Algunos hasta se dicen católicos pero nada quieren saber de cuidar la «casa común» (Papa Francisco).

Claro, pero precisemos. Hay cientos de empresarios honestos en este país que respetan las reglas del capitalismo e incluso se arrollan las mangas para ganarse lo que se ganan. Ellos pagan sus impuestos a tiempo y los salarios de ley, porque saben que es absurdo matar de hambre a la gallina de los huevos de oro. Los hay que además impulsan programas de responsabilidad social, ambiental y comunitaria. También se enriquecen con el trabajo del prójimo, pero comparten algunos beneficios e incentivos asociados a productividad. Hasta pueden ser personas solidarias que aman su país, que pagan con gusto a la CCSS y no despiden al primer trabajador que quiere sindicalizarse.[4] Sin embargo, la gran mayoría son medianos o pequeños empresarios, sin tiempo para hacer lobby ni para formar parte de las directivas de sus respectivas cámaras.

Pero otra cosa es la mafia «empresarial», la que no paga ni el salario mínimo. El Ministerio de trabajo sabe que casi el 30 % de la fuerza laboral sufría ese flagelo en el sector privado antes de pandemia. En cambio sí paga la «ingeniería fiscal» que necesita para evadir y eludir sus obligaciones fiscales, mientras «exporta» sus ganancias a paraísos fiscales; así que ya tiene el déficit fiscal por encima del 8% del PIB y al país híper endeudado. Esa ingeniería ha inventado el capitalismo de ganancia cero, lo que le valdría para un Nobel en Economía. Estos capitalistas juegan sucio y rudo, mientras se disfrazan de «demócratas ejemplares» se niegan a pagar la seguridad social. Están también los que sin rubor contrabandean y estafan, o hacen extracciones ilícitas en bosques y ríos contaminándolos sin responsabilidad. Ellos se apropian ilegalmente de tierras del Estado o de las comunidades indígenas, venden al ICE electricidad que no necesita o cobran alquileres abusivos y sostienen otras prácticas monopólicas. Todos siguen el mal ejemplo de los usureros que por años han estado atracando a los deudores. Y quedan otras especies que caben en un largo etcétera. Y, por supuesto, también están entre ellos los que blanquean capitales al narcotráfico.

En fin, tales son los abanderados de la avaricia en el desfile del capitalismo salvaje que destruye las fuentes de toda riqueza (trabajo y la naturaleza); el mismo que está llevando a la hecatombe ecológica anunciada por el cambio climático. Todos bajo la ética del enriquecimiento ilimitado a la brevedad posible; de la concentración y centralización de la riqueza como objetivo absoluto, aunque se queden sin futuro, sin planeta, sus nietos y nietas. Actúan contra la sostenibilidad y gobernabilidad del capitalismo. De manera tan egoísta, miope e irresponsable que parecen anticapitalistas. Según la broma de Franz Hinkelammert, cortan la rama en la que están sentados. Pero, por ahora, para desgracia de todos, se van saliendo con la suya.

Mientras tanto, el Soberano, el Pueblo, con el mandato constitucional de gobernar junto a los tres poderes dizque independientes, permanece cual bello durmiente a la espera de que la Patria roce sus labios…

[1] Así anuncia el IILPES un webinar titulado: «Acuerdo de Escazú. Oportunidades del gobierno abierto ambiental», para el próximo jueves 20 de mayo del 2021.

[2] Ver un excelente análisis en: https://surcosdigital.com/la-entrada-en-vigor-del-acuerdo-de-escazu-sin-costa-rica-un-hecho-insolito-que-merece-explicacion-video/

[3] Ver el artículo de Alberto Salom, «El acuerdo de Escazú», del domingo 16 de mayo de 2021, en larepública.net.

[4] El presidente Biden acaba de hacer una defensa contundente de este derecho básico.

UCR reafirma su compromiso con el medio ambiente y pide que se ratifique Acuerdo de Escazú

El Acuerdo de Escazú es un convenio internacional sobre derechos humanos y medio ambiente que busca garantizar la implementación plena y efectiva en América Latina y el Caribe de los derechos de acceso a la información ambiental, participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales y acceso a la justicia en asuntos ambientales. (Foto: www.freepik.com)

El Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR) reafirmó el compromiso de esta casa de estudios con el medio ambiente e hizo un llamado al Gobierno de la República sobre la importancia de ratificar el Acuerdo Regional sobre Acceso a la Información Ambiental, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en América Latina y el Caribe, conocido como Acuerdo de Escazú.

Mediante un Pronunciamiento aprobado en la sesión ordinaria de este jueves 6 de mayo, el Órgano Colegiado también instó a la Asamblea Legislativa para que, a la mayor brevedad, se apruebe dicho acuerdo, el cual se tramita con el Expediente legislativo N.° 21.245.

Costa Rica es uno de los países proponentes del Acuerdo de Escazú, sin embargo, aún no ha sido ratificado por el Gobierno de la República y está pendiente de aprobación por parte de la Asamblea Legislativa.

El Gobierno de la República suscribió este Acuerdo Regional el 4 de marzo de 2018, el cual pretende ser un Convenio de Derechos Humanos que desarrolla contenidos ambientales, particularmente lo establecido en el principio 10 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, referente a las garantías procesales en temas ambientales.

Se trata del primer convenio regional vinculante sobre derechos humanos y medio ambiente que contiene temáticas relacionadas con la generación y divulgación de información ambiental y el acceso a ella, la participación pública en los procesos de toma de decisiones, así como acceso a la justicia y la protección especial para las personas defensoras del ambiente.

Obligación constitucional

De acuerdo con el Consejo Universitario, el Estado costarricense tiene la obligación constitucional de tutelar el derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado; de igual manera, la ciudadanía tiene el deber de exigir el cumplimiento de ese mandato.

El Órgano Colegiado manifestó que la UCR tiene como principio orientador de sus acciones el compromiso con el medio ambiente, con el propósito de fomentar el mejoramiento de la relación ser humano-ambiente, al igual que el conocimiento, el respeto, la conservación y el uso sostenible de los recursos ambientales.

Destacó que, en concordancia con ese principio, la Institución ha definido políticas que procuran fortalecer la cultura institucional en defensa del ambiente y su sustentabilidad.

 

Zaida Siles Rojas, Periodista UCR

Pronunciamiento sobre la urgencia de ratificación del Acuerdo de Escazú

  • En Costa Rica se han recrudecido las amenazas a personas que lideran la lucha por la protección de su derecho humano a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.

  • El Acuerdo no consagra nuevos derechos, les da progresividad a los mismos en materia de ambiente y le da voz a las personas.

San José, Costa Rica, 22 de abril del 2021. El Consejo Consultivo Ciudadano sobre Cambio Climático (5C) como instancia de participación ciudadana liderada por organizaciones sociales, sectoriales y productivas, creada por el Decreto Ejecutivo 40616-MINAE, en el marco de la política nacional de gobierno abierto, tiene el llamado  de mejorar los niveles de coordinación y comunicación entre la administración pública y la ciudadanía y dar voz a la sociedad civil costarricense en cuanto a las políticas públicas que inciden en la acción climática.

En este espacio ciudadano donde están integradas 55 organizaciones representantes de 9 sectores:

  1. Comunitario (Asociaciones de Desarrollo y Asadas); 6. Movilidad y Sostenibilidad urbana;
  2. Agropecuario, forestal y pesca; 7. Organizaciones indígenas;
  3. Biodiversidad y ecosistemas; 8. Organizaciones Laborales y
  4. Industria y Comercio; 9. Organizaciones de Mujeres.
  5. Infraestructura y Transporte;

Como 5C ponemos de manifiesto la urgencia de que el Gobierno de la República de Costa Rica ratifique el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, más conocido como Acuerdo de Escazú.

Éste es el primer acuerdo regional ambiental de América Latina y el Caribe y el primero en el mundo en contener disposiciones específicas sobre las personas defensoras de derechos humanos en asuntos ambientales. Si bien el Acuerdo está abierto a los 33 países de América Latina y el Caribe, fue suscrito por 24 de ellos, en septiembre del 2018. Y son 12 países los que procedieron a la ratificación. Costa Rica por su parte, aunque es signatario y fue inclusive anfitrión en este crucial acuerdo, no ha ratificado todavía su entrada en vigencia, que está fijada para el jueves 22 de abril de 2021. Aún así, Costa Rica será parte de la jornada de celebración y lanzamiento. Por tanto, instamos a nuestro Gobierno que sea coherente con el compromiso adquirido desde el 2018.

En los últimos años se han recrudecido las amenazas a personas que lideran la lucha por la protección de su derecho humano a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado  por lo que nuestro país está llamado a comprometerse de manera más fuerte a su defensa. Costa Rica tiene una preocupante lista de asesinatos a personas líderes defensoras de derechos humanos que han dado a conocer ellos y ella son: Jehry  Rivera,  Sergio Rojas, Jairo Mora, Diego Armando Saborío, David Maradiaga, Maria del Mar Cordero, Oscar Fallas, Jaime Bustamamte, Gerardo Quirós Acosta, Olof Nicolas Wessberg.

Según datos de las organizaciones ecologistas en el país se mantiene el registro de diez asesinatos, igual número de incendios provocados, unos catorce atentados contra la integridad física y unas 26 demandas planteadas contra personas activistas defensoras del ambiente. Se consignan ataques y demandas a guardaparques y personas funcionarias públicas como jueces, periodistas que cubren luchas ambientales y docentes. Igualmente existen sub-registros o casos desconocidos por el movimiento ecologista, aun así se han contabilizado en total, 94 hechos de violencia que juntos y sistematizados demuestran que no son casos aislados y que hay una grave contradicción del discurso ambientalista oficial y lo que pasa con quienes defendemos nuestros recursos naturales.

Instamos a nuestro gobierno a consignar este Acuerdo que lucha por la Igualdad y no discriminación, no regresión ambiental y progresividad, preventivo y precautorio (en materia ambiental y defensores), máxima publicidad, equidad intergeneracional, soberanía sobre los recursos naturales, igualdad soberana sobre los Estados y el principio pro persona. Tenemos derecho a un ambiente sano y esto solo será posible si se garantizan derechos primordiales como el acceso a la información, la justicia y la participación ciudadana real, tomando en cuenta la perspectiva de género y la visibilización y participación de  poblaciones históricamente vulneradas. El Acuerdo no consagra nuevos derechos, les da progresividad a los mismos en materia de ambiente y le da voz a las personas, ese es el centro del Acuerdo de Escazú.

Consejo Consultivo Ciudadano de Cambio Climático (5C)

Más organizaciones de la sociedad civil que suscriben este pronunciamiento:

Campaña Escazú Ahora, Costa Rica
Parlamento Madre Tierra
(Red Internacional de organizaciones de más de 20 países)

Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente (FECON)
Misión 2 grados
Red Centroamericana de Acción del Agua (FANCA)
Asociación Regional Centroamericana para el Agua y el Ambiente (ARCA).
Colectivo de Ciclismo Urbano Las Luciérnagas
ACONVIVIR
A Foundation
Colectivo PEDALIZATE
Movimiento Ríos Vivos de Costa Rica
Fundación Centro para la Sostenibilidad Urbana (CPSU)
Alianza pro Gestión Integral de Residuos

cc. Ministerio de la Presidencia, Consejo Nacional Ambiental, Ministerio de Ambiente y Energía, Dirección de Cambio Climático, Defensoría de los Habitantes, Diputadas y Diputados de la Asamblea Legislativa, medios de comunicación

Contacto: Gabriela Cob (Presidenta Comité Director 5C) cel. 71469117

Costa Rica sigue sin ratificar el Acuerdo de Escazú. Poder Ejecutivo convocó proyecto

Este lunes 12 de abril, el Poder Ejecutivo convocó el proyecto de aprobación del Acuerdo de Escazú en la agenda de sesiones extraordinarias del Poder Legislativo. Lo pudo haber hecho desde el mes de noviembre del 2020. Este tratado internacional que busca consolidar los derechos de quienes defienden el ambiente, suscrito en Costa Rica en marzo del 2018, entrará formalmente en vigor este próximo 22 de abril, para los 12 Estados que ya lo han ratificado, entre los cuales no figura Costa Rica.

En esta entrevista radial se explica con más detalle lo que conlleva para Costa Rica haber atrasado su proceso de adopción y la incómoda situación que plantea, desde el punto de vista internacional, el no ser Estado Parte a un tratado regional que lleva el nombre de un cantón costarricense.

Petición: El Acuerdo de Escazú cumple tres años: un llamado a ratificarlo YA

Este 4 de marzo del 2021, el Acuerdo de Escazú cumple 3 años desde su adopción en Costa Rica en marzo del 2018. De 33 Estados de América Latina y del Caribe llamados a firmarlo y a ratificarlo, solamente 12 lo han hecho (véase tabla oficial sobre firmas y ratificaciones registradas).

Las largas negociaciones de este instrumento (que duraron 5 años, 7 meses y 7 días) fueron lideradas por Chile y Costa Rica: dos Estados que, vergonzosamente, no han aún materializado su compromiso inicial, al no haberlo ratificado. Una reciente y valiosa entrevista en Chile a una de las negociadoras chilenas detalla los alcances de este innovador tratado regional para la consolidación de una democracia ambiental en América Latina.

Objeto de una verdadera campaña de desinformación en varias partes de América Latina, mitos y leyendas elaborados por parte de sectores económicos y políticos han dado lugar a valiosos esfuerzos con miras a desmitificar en Costa Rica el Acuerdo de Escazú, así como en Chile, Colombia y en Perú . El equipo de comunicadores de «La Pulla» en Colombia realizó un ingenioso video que desnuda con su dosis de humor las verdaderas falacias ideadas por las cámaras empresariales colombianas y sus fichas políticas.

A marzo del 2021, entre los Estados que han firmado pero no han ratificado el Acuerdo de Escazú, figuran en América Latina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Haití, Perú, Paraguay y República Dominicana. Entre los Estados en los que el Poder Ejecutivo ni siquiera ha procedido a firmarlo (impidiendo de esta manera que se inicie el proceso de ratificación por parte del Poder Legislativo) figuran los de Chile, Cuba, El Salvador, Honduras y Venezuela.

Al tratarse de la región del mundo en la que más se asesinan e intimidan a defensores del ambiente, ya es hora que en América Latina los Estados acepten todos consolidar los mismos derechos de quiénes, desde sus pequeñas comunidades organizadas, defienden el ambiente. A notar que el artículo 9 del Acuerdo de Escazú constituye un esperanzador avance, al ser la primera vez en la historia que una disposición en un tratado internacional preve una protección especial para estas personas, dada su extrema vulnerabilidad frente a megaproyectos, multinacionales y al entramado de intereses poderosos al que participan a menudo entidades estatales.

No podemos seguir con el clima de total impunidad que prevalece cada vez que se intimida, se silencia o se opta por eliminar físicamente a líderes comunitarios, rurales, campesinos, ecologistas o indígenas que defienden pacíficamente a su comunidad, muchas veces con la Constitución y las leyes ambientales en sus manos.

Argentina y México recientemente depositaron su instrumento de ratificación del Acuerdo de Escazú, uniéndose así a los 10 Estados que lo habían hecho antes: un decidido respaldo de estos dos Estados que requiere ahora ser extendido en procura de construir una verdadera democracia ambiental participativa en toda América Latina. En particular en la región andina, en donde únicamente Bolivia y Ecuador han ratificado este tratado regional, y en Centroamérica, con únicamente Nicaragua y Panamá que lo han hecho.

Puede apoyar esta petición siguiendo este enlace