La Facultad de Ciencias Sociales, en colaboración con diversas instituciones académicas de la región, tiene el honor de invitar al público en general a la conferencia titulada «Proceso de Transformación del Trabajo y sus Desafíos en la Era de la Globalización», impartida por el doctor Ricardo Antunes, profesor catedrático del Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas en la UNICAMP.
Este evento promete ser un espacio de reflexión y análisis profundo sobre los cambios y retos que enfrenta el mundo laboral en el contexto actual de globalización. Se llevará a cabo el miércoles 24 de abril de 2024, a las 3:00 pm (hora de Costa Rica) y 6:00 pm (hora de Brasil).
La conferencia estará disponible para su visualización en línea a través de varias plataformas. Se podrá acceder al evento en directo mediante el Facebook Live de la Facultad de Ciencias Sociales, la Maestría Centroamericana en Sociología, el Colegio de Profesionales en Sociología de Costa Rica, la Asociación Centroamericana de Sociología (ACAS) y el Posgrado en Sociología de la Universidad Nacional de Honduras. Además, la conferencia estará disponible en el canal de YouTube de la Facultad de Ciencias Sociales y la Maestría Centroamericana en Sociología para aquellos que deseen verla en diferido.
Este evento representa una oportunidad invaluable para explorar los cambios fundamentales en el mundo del trabajo y comprender mejor los desafíos que enfrentan los trabajadores en la era de la globalización. Se espera que la conferencia genere un diálogo enriquecedor y contribuya al análisis crítico de temas relevantes para la sociedad contemporánea.
¡Les extendemos una cordial invitación a unirse a esta importante conversación y a participar en la construcción de un futuro laboral más justo e inclusivo para todos!
Por medio de un video educativo, la plataforma PRISMA Latinoamérica busca responder a la pregunta: “¿Qué camino debe seguir Costa Rica para enfrentar estos desafíos?”, haciendo alusión a problemáticas como el desempleo, la polarización social, la pobreza, violencia, descontento social, entre otras.
A través de un recorrido histórico, esta producción apela a que Costa Rica, desde sus inicios como República independiente, ha apostado por la educación como herramienta de movilidad social. Sin embargo, es notable que este sistema educativo debe transformarse y adecuarse a las nuevas necesidades de la sociedad.
Entre las estrategias que mencionan, resalta la necesidad de que este sistema pueda formar profesionales que se ajusten a un mundo cosmopolita, pero que a su vez, se involucren en la realidad nacional y regional. Es necesario además, buscar la manera de incluir a amplios sectores de la población históricamente excluidos, ofreciéndoles la oportunidad de que puedan actuar sobre sus propias necesidades; es decir, validando las estrategias que surgen desde las comunidades y no aceptando únicamente como opción válida, la perspectiva institucional.
Desde las distintas experiencias recopiladas, esta producción sugiere que el sistema educativo debe integrar la educación formal, la educación técnica y la capacitación de las comunidades, de manera que la transformación se realice de manera integral y organizada, y no impositivamente como históricamente se ha hecho.
Para visualizar el video completo, puede acceder al siguiente enlace:
Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)
Los primeros resultados de una rápida búsqueda en cualquier explorador de internet a la palabra Manrique, Colombia, devuelven cierta narrativa sobre violencia y peligrosidad. Se trata de un gran conglomerado poblacional, la comuna número 3, ubicada al noroeste de Medellín, capital de Antioquia, con una historia ciertamente compleja, pero no la única que atraviesa sus espacios sociales.
Hace algunos años como parte de un proyecto sobre trata de personas y derechos humanos que nos juntaba a personas investigadoras de Colombia, España y Costa Rica, fuimos a dar a Manrique, donde conocimos a un cura revolucionario, organizador incansable de acciones encaminadas a arrebatarle al niño, niña y joven de esta comuna, al riesgo social.
Una tarde, conversando en su comuna, me confesó que una de las estrategias para trabajar con estas poblaciones era alentar su cercanía con el arte como vehículo de transformación. Que tenía que ser contextualizada esa relación. Y cómo no advertir que justamente en Manrique se teje una de las conexiones populares de largo aliento con el tango como expresión cultural.
Durante esos días en la comuna, pude observar el trabajo de academias enteras de niños y niñas practicando tango por las calles. A todas horas y en todos los espacios, este territorio con una rica historia gardeliana, permite a sus niños y niñas expresar y recrear sentido de la vida.
Recordé justamente una de las formas mediante las cuales Medellín encontró para contender la violencia a nivel político, pero sobre todo sociocultural: disputar los espacios públicos a los actores involucrados y crear uno de los festivales de poesía más emblemáticos a nivel mundial, como es el Festival Internacional de Poesía de Medellín, que este año cumple 31 años ininterrumpidos de llevar la palabra a las comunas y zonas más complejas de esta capital antioqueña.
Como un brazo artístico y amoroso, este festival desarrolla el Proyecto Gulliver, consistente en impulsar la creación poética y literaria en los niños y niñas de las distintas comunidades en riesgo. En ambos casos, la poesía y el tango, no resultan solamente expresiones estéticas y de representación de la vida, sino herramientas comprometidas para la transformación social.
Hará quizá hace dos años fui invitado a participar en un encuentro literario en el municipio de Quezaltepeque, en El Salvador. También las narrativas sobre las violencias en ese país son recurrentes y provienen casi siempre de interlocutores con poca capacidad analítica para sopesar las razones históricas y estructurales de los procesos de exclusión social y desigualdad en aquel país.
En el marco de esa actividad fuimos invitados a leer a una escuela de un sector rural del municipio. Al llegar, nos recibieron cerca de 300 niños y niñas que prepararon un escenario con nuestras fotografías, buscaron nuestros trabajos poéticos en internet para leerlos en la actividad y hurgaron en nuestras biografías para conocernos mejor.
Esa mañana comprendí el profundo vínculo entre el arte como vehículo social y las formas diversas para reconocer la realidad para transformarla, como es el caso de las diversas disciplinas que conforman el vasto campo de las Ciencias Sociales.
En una nota sobre la proclamación del Día Mundial del Arte, que se celebra todos los 15 de abril, la Organización de Naciones Unidas para la Ciencia, el Arte y la Cultura (UNESCO) indicaba: “El arte nutre la creatividad, la innovación y la diversidad cultural de todos los pueblos del mundo, y desempeña un rol importante en el intercambio de conocimientos y en el fomento del interés y el dialogo. Estas son cualidades que el arte siempre ha tenido y tendrá, si continuamos apoyando entornos donde se promuevan y protejan los artistas y la libertad artística. De esta manera, al fomentar el desarrollo del arte también se fomentan los medios a través de los cuales poder lograr un mundo libre y pacífico” (es.unesco.org).
Ciertamente experimentamos un entorno plagado de incertidumbre, de hegemonías duras en lo económico y excluyentes en lo social. A estas durezas solo se les resiste desde otras posibilidades expresivas, que contienen en sus cimientos una política de los cambios y las transformaciones.
Vincular el arte como herramienta y la ciencia social como expresión ontológica y epistemológica de vida y de transformación, debe ser un objetivo común para quienes aspiramos a un mundo un poco mejor al que ya existe. En ese camino andamos.
Trabajemos Solidariamente por la Vida Plena Cuidémonos los unos a los otros
En estos momentos de prueba para toda la humanidad, la Alianza Interreligiosa por la Agenda 2030 desea hacer llegar el siguiente mensaje a los miembros de las comunidades de fe y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad de América Latina y el Caribe:
Somos una red de organizaciones basadas en la Fe que trabajamos por la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación en la Región de América Latina y El Caribe, en vinculación solidaria con redes hermanas que trabajan a nivel global.
Nuestra misión es Impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por las Naciones Unidas, aunando esfuerzos y elevando nuestras voces proféticas, para contribuir al cambio transformador que responda a la situación de discriminación, desigualdad y exclusión de los pobres, marginados y excluidos en América Latina y el Caribe.
En medio de estos graves problemas estructurales en nuestra región, se ha sumado la pandemia del COVID-19, que a la fecha viene contagiando a más de 4400 personas y ha causado 65 fallecidos. Esta situación ha llevado a los Gobiernos de la región a tomar diversas medidas de emergencia sanitaria, como el aislamiento social obligatorio, principalmente, con la finalidad de combatir o ralentizar este mal, que podría alcanzar enormes dimensiones como en otras regiones del mundo, en donde los sistemas de salud nacionales están comenzando a colapsar.
Desde nuestra red, llamamos a todos los Gobiernos de América Latina y el Caribe, como ya vienen haciendo algunos de una manera muy efectiva, a profundizar la adopción con responsabilidad y decisión, de las medidas necesarias para proteger y cuidar la vida de todas las personas, principalmente de las poblaciones más vulnerables, y hacer los máximos esfuerzos por combatir esta pandemia que remece la salud pública global.
Reconocemos los notables gestos solidarios que se vienen realizando entre Gobiernos de la región ante esta crítica situación y los animamos a fortalecer los organismos regionales para afrontar de mejor modo y de forma decisiva los desafíos de esta pandemia. Tenemos la esperanza de que la comunidad científica logrará en breve las medicinas necesarias contra el virus. En este sentido, llamamos a reforzar los esfuerzos multilaterales de las Naciones Unidas y su visión de afrontar esta crisis con solidaridad global, superando la tentación de los aislamientos nacionalistas.
También expresamos nuestra consternación por todo el dolor y el sufrimiento que ya están enfrentando hermanos y hermanas en las regiones más afectadas por esta pandemia en Asia, Europa y Norteamérica, confiando que el amor de Dios se transforme en consuelo y solidaridad para las familias y comunidades religiosas que ya cuentan con infectados e incluso fallecidos.
Queremos reconocer y agradecer profundamente los notables esfuerzos de las personas que están en primera línea en esta lucha, como son el personal médico y paramédico de los países, así como los integrantes de las fuerzas del orden que en el respeto de los derechos humanos vienen trabajando con denuedo por salvar vidas. El Señor Todopoderoso les bendiga y los proteja en tan encomiable labor.
También queremos reconocer los enormes esfuerzos de voluntarios y voluntarias que desde las organizaciones solidarias vienen actuando en el cuidado de la vida en las comunidades, especialmente con poblaciones muy vulnerables, como las familias en extrema pobreza, los adultos mayores, los pueblos indígenas y los migrantes. Pedimos a los Gobiernos de la región garantizar la seguridad alimentaria y económica de todas estas poblaciones, así como preservar los derechos sociales, principalmente los laborales, para que el abordaje de la crisis económica profundizada por la pandemia no recaída en las personas en pobreza extrema, ni agudice las desigualdades estructurales.
No cabe duda de que este es el momento en que debemos demostrar en la práctica nuestro cumplimiento de los valores de la responsabilidad, la fraternidad y la solidaridad para velar por la salud del prójimo, velando también por nuestra propia salud y la de nuestras familias y comunidades.
Nos comprometemos a tomar las medidas en nuestras comunidades de fe que permitan salvaguardar la calidad de vida de nuestros fieles y de la sociedad en general, y en igual sentido debemos prever, prepararnos y articularnos para responder a los posibles escenarios posteriores a la pandemia para asegurar el sustento de las poblaciones más vulnerables, y seguramente más empobrecidas, luego de las medidas de contención del virus.
Rogamos a Dios Todopoderoso que este mal termine pronto y convocamos a una jornada de oración unitaria de nuestras comunidades de fe con este ruego y que nos fortalezca en nuestra voluntad de seguir enfrentando con solidaridad y entrega la lucha contra esta pandemia y por la vida plena de la humanidad en esta casa común.
Las consecuencias de la pandemia del COVID-19 auguran el declive de un ciclo civilizatorio que centró el crecimiento económico en la apropiación despiadada de los recursos naturales, la capacidad productiva del trabajo humano y los conocimientos de los pueblos como mecanismos para acumular riquezas exorbitantes en muy pocas arcas.
Suponíamos, con fundamentación histórica, que en algún momento cercano pero incierto, la Naturaleza y los millones de “rezagados” del sistema capitalista no aguantarían más y encontrarían la ruta para su transformación. Esta requeriría un nuevo pacto social, animado por el desarrollo sostenible, la inclusión social y los derechos humanos.
Pero sin previo aviso, un desconocido virus, aparecido en China, provocó sorpresivamente un cataclismo sanitario y económico global sin precedentes. ¿Cómo iba a ser imaginable que, junto a China, las poderosas potencias de occidente y los demás países del mundo temblaran ante un virus, polizonte de transeúntes globales?
La enfermedad no discrimina entre clases, género, raza o nacionalidad, pero avanza siguiendo la huella de los viajeros globales. De tal manera, ante la ausencia de una vacuna, junto a técnicas higiénicas y aislamiento social ha sido igualmente necesario cerrar las fronteras que con tanto empeño los neoliberales abrieron al forjar los sistemas multinacionales bajo la hegemonía de las grandes potencias mundiales: la institucionalización de la globalización (FMI, BID; ALCA, CAFTA, OCDE, OMC, etc.).
La crisis es siempre una oportunidad para encontrar nuevos y mejores rumbos, y había signos diversos de que se caminaba hacia ella, particularmente por las disputas cada vez más subidas de tono entre gigantes económicos. No obstante, con sorpresa vemos cómo la aparición del COVID-19 desencadena una serie de medidas inusitadas, en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana. Tan súbitos e inesperados han sido su origen y su rápido alcance planetario que ha evidenciado la total incapacidad de los organismos multinacionales y del mercado para regular las tensiones, generar equilibrios y manejar la crisis económica que se ha desencadenado. Las redes globales se reventaron sin alerta previa, como cables de alta tensión en un charco de agua, serpenteando sin dirección. ¡Sálvese quien pueda!
Desprevenidos y aislados en nuestras fronteras y en nuestras casas, nos toca ahora asumir el compromiso de reinventarnos como sociedad, a partir de una nueva conciencia colectiva de nuestra vulnerabilidad, interdependencia y fuerza del actuar solidario, principal enseñanza de la actual crisis.
En Costa Rica se ha venido forjando, no sin dificultad, pensamiento y acciones que hoy surgen como las mejores alternativas para enfrentar con acierto estos tiempos de crisis mundial con medidas basadas en la equidad, la economía solidaria, el cuido y uso responsable de nuestras riquezas ambientales y culturales comunes, la práctica de los derechos individuales y colectivos. Hoy más que nunca ha quedado en evidencia la necesidad de contar con un Estado fuerte, eficaz y transparente que, a través de la política pública y el quehacer de sus instituciones, satisfaga las aspiraciones de su pueblo. Esto debe ser rescatado y fortalecido.
La paralización económica que ha causado la crisis del COVID-19, el desencadenamiento de la economía global producto de las medidas sanitarias urgentes y la recesión que de ello derivará en el muy corto plazo, obliga a redimensionar el valor del mercado interno y sus encadenamientos intrarregionales, la significación de la autosuficiencia alimentaria y por tanto el fortalecimiento de la producción agropecuaria, la industria local, los emprendimientos turísticos sostenibles y las formas alternativas de comercialización y redistribución, dentro del paradigma de la sostenibilidad, frente a un capitalismo en crisis, depredador y generador de desigualdades crecientes. No hay otra forma de derrotar la avaricia de los mercados y los intereses financieros que hoy evidencian sus límites y sus consecuencias nocivas sobre los ecosistemas y los derechos de las mayorías.
La crisis es período de reacomodo: las fuerzas del capital aspirarán a recuperar terreno a partir de modelos aún más centralizados, aprovechando la destrucción de capitales y mercados en la actual coyuntura. Frente a esta fuerza, cabe reivindicar otras alternativas, es igualmente posible su posicionamiento en los tiempos que vendrán, si en torno a ellas se agrupan fuertes alianzas de actores públicos y privados comprometidos con la justicia social, el progresismo económico y la convivencia democrática.
Insistimos en que este remezón planetario que estamos viviendo obliga a poner la mira en la construcción de alternativas que consideren un cambio profundo de nuestra relación con la Naturaleza, una nueva concepción de nuestra salud y nuestro cuerpo, una relación de respeto con las diferencias culturales y una nueva espiritualidad basada en la equidad, la inclusión, la solidaridad y el respeto a las individualidades en un contexto de libertad y autodeterminación.
Menuda tarea, sí. Pero no podemos dejar que este sistema económico tan nocivo se recomponga y cobre fuerza a costa de mayor sacrificio humano y deterioro de los recursos naturales. Los augurios apocalípticos que predican falsos profetas solo sirven para inhibir la capacidad de las colectividades para trabajar en función del bien común, sin discriminación alguna.
Como país nos toca definir en democracia cuáles son nuestras prioridades para enfrentar no solo la pandemia, sino el reacomodo de los mercados y los sistemas financieros a futuro, pues si se perpetúa la condición imperante se profundizarán las condiciones de desigualdad y pobreza en el mundo. Eso pasa por fortalecer las instituciones del Estado y sus programas sociales para un desarrollo con equidad, una estructura tributaria justa y progresiva que le dé contenido económico a las acciones que fortalezcan el bien común, coordinación institucional eficiente y con objetivos de largo plazo, así como la redefinición de las relaciones internacionales y comerciales que centre el desarrollo en el uso sostenible de los recursos naturales y la equidad.
No podemos entonces, desaprovechar una oportunidad de salir fortalecidas las mujeres de la crisis y coadyuvar en la construcción de un nuevo orden nacional y mundial
Los robles de sabana están en flor, en toda su belleza, los
mangos también están en flor y los árboles de mayo, igual que otros en el norte
y en el sur. Para nosotras ver los árboles en flor con sus distintos tonos de
rosa, amarillo, naranja, es un regalo de la naturaleza y es hermoso. Podríamos
disfrutarlos más si no estuviéramos en una situación tan difícil, tan peligrosa
y sobre todo tan incierta. Este documento surge de diversas comunicaciones que hemos
tenido entre las compañeras de la Red de mujeres Rurales desde sus regiones y
la Asociación Tinamaste.
Hemos estado comentando varios materiales sobre la epidemia,
el comportamiento del virus, y por supuesto son solo algunos, porque hay
muchísimos sobre el tema y no podemos ni siquiera tratar de leer lo que sale y
al ritmo que se están produciendo, sobre todo porque tenemos que seguir
trabajando. No cabe duda que la información que tenemos es muy escasa.
Vemos muchas manifestaciones de solidaridad ante el desastre
social y sobre todo de salud, y eso es maravilloso, y mucho se ha planteado que
la pandemia nos debe hacer pensar que tenemos que salvarnos juntos o no nos
salvaremos de esta crisis; ni de las que vienen.
Porque esta descomposición global, es resultado de un
planeta enfermo y una sociedad enferma, todo deteriorado, maltratado. Y porque
vendrán muchas más si no cambiamos.
Queremos plantear una vez más que esta situación no es
resultado solo del virus como tal, ni que se resolverá una vez controlado el
virus. Por eso queremos plantear y denunciar varios asuntos.
La crítica situación sanitaria nos pone enfrente de
manifestaciones diversas, y podemos decir que todas agravan la discriminación
que ya vivimos. Ya las relaciones sociales en esta sociedad nos afectan, pero
se está profundizando el aislamiento y nos saca de la calle, de esa calle que
nos ha costado tanto conquistar con muchos años de lucha y de ruptura del encierro
de las mujeres. Esta situación además pone a las personas en una dependencia aún
mayor de la comunicación electrónica, con el agravante de que no toda la
población tiene acceso, y nosotras en particular no tenemos acceso a las mismas
posibilidades de comunicación.
Algunas de las mujeres en el campo solo recibirán de
información lo que vea en la televisión, en los noticieros que siempre nos han
desinformado, sin acceso a internet, sin señal o sin el equipo necesario para
poder comunicarnos, mientras que otros sectores de la población podrán buscar
diversas fuentes de información, con las más variadas opciones tecnológicas. No
es cierto que tengamos las mismas posibilidades.
Eso también nos pone en mayor desventaja ante la situación
actual. Pero se nos presentan también otras muchas manifestaciones que
evidencian que no todas y todos lo estamos viviendo de la misma manera. Suena
fácil decir que no salgamos de casa. ¿será que no pueden pensar en cómo vivimos
la mayoría de la población que vivimos con lo que nos ganamos al día.
Muchas de las mujeres de campo (y de barrios urbanos
populares también) complementan sus ingresos con el trabajo doméstico en otras
casas de otras familias. Aquí se presentan pocas opciones para aislarse y no
entrar en contacto con otras personas, como pueden hacerlo familias de capas
medias profesionales y por supuesto sectores dominantes. Las mujeres trabajadoras
domésticas si no vamos a trabajar no tenemos ingresos para la alimentación de
las familias y si vamos, debemos tomar autobuses, entrar en contacto con otras
personas en diversos espacios, en fin, las posibilidades de contagio son mucho mayores.
Y ni qué decir de las que trabajamos en reciclajes, donde nos llegan las
basuras de otros lados. Hemos tenido que ser firmes en decir que no nos envíen
desechos de hospitales.
Muchas mujeres en las comunidades rurales nos movemos a los
centros de población a vender productos de los patios o parcelas, o productos
procesados. El sistema capitalista neoliberal nos ha querido desaparecer como
mujeres campesinas e indígenas, como familias y pueblos indígenas y campesinos,
pero aún no lo lograba totalmente. La economía local se ha resistido a
desaparecer y mucho de esto está en manos de las mujeres. Hoy denunciamos que
bajo la excusa de la protección sanitaria, la policía persigue a las mujeres que
requieren vender sus productos para poder llevar comida a sus familias. todas
nosotras estamos paradas, vendemos cúrcuma, huevos, cacao, hacemos cajetas de
leche y confites de cacao, vinagre casero y otras cosas, o le ayudamos a vender
a otras mujeres y eso ya no lo podemos hacer. Pero no está prohibida la venta
de alimentos en los supermercados, por supuesto. ¿Serán motivos sanitarios o
será otra manifestación de discriminación de clase? Mientras en los espacios de
las grandes discusiones se reconoce cada vez con más frecuencia que la
producción local es la que nos puede salvar. Europa amanece con el gran dilema,
cierra las fronteras y deja los miles de productos que alimentan a la población
sin entrar o se verán obligados a dejar entrar los miles de vehículos
terrestres, marítimos o aéreos con los alimentos. Pero el estado costarricense
todavía no se entera que debe fortalecerse la producción y el mercado de
productos nacionales y dejar de perseguir a las mujeres que con sus productos
somos parte de la cadena de los mercados locales. Las grandes empresas que han
venido acaparando la tierra, la producción y mercado, con el apoyo estatal,
están aprovechando la crisis para intensificar la persecución contra nuestras ya
reducidas economías para terminar de matarnos.
¿Será que con estos alimentos se provocará el contagio?
¿Será que se puede escoger entre no hacer las ventas o morirse de hambre? La
solidaridad se debe practicar con el consumo de productos locales, no con la
persecución.
Y también en las zonas rurales nos meten miedo sobre el
consumo de nuestros alimentos.
Tenemos gallinas, y con la alerta sanitaria nos dicen que
nos puede dar alguna enfermedad mortal, pero las cadenas comerciales si están
haciendo billetes. Meterle miedo a la gente da buenos resultados a los grandes
negocios y se trae abajo nuestra economía campesina y nuestras formas de
sobrevivir. Están utilizando el coronavirus para legitimar la persecución social.
Y mientras el miedo por el coronavirus crece en el grueso de
la población, las familias en zonas transfronterizas ven profundizarse las
discriminaciones por su condición de pueblos transfronterizos. Estas fronteras
establecidas sobre los pueblos que desde mucho antes se ubicaron en esas zonas.
Por ejemplo, muchas familias ngäbes obtienen su sustento del trabajo que
realizan a este lado de la frontera, pero duermen al otro lado de la frontera,
o a la inversa, muchas mujeres tienen su casa a este lado y cuidan familiares
al otro lado de la frontera. Hoy amanecieron con que no pueden pasar la
frontera, y no pueden asistir a sus trabajos, y con ello no tendrán el jornal y
con qué alimentar a sus familias. ¿Será el coronavirus es la amenaza mayor? ¿O
la imposibilidad de comer? Por otra parte, las mujeres de los territorios
indígenas, donde el Estado no ha procedido a dar ni un solo paso real para la
defensa de los territorios y la protección de las poblaciones violentadas por
los finqueros usurpadores, viven una amenaza inmediata a sus vidas, no por el
virus, sino por los finqueros y matones pagados por los finqueros. A un año del
asesinato de Sergio Rojas y a menos de un mes del asesinato de Yehry Rivera,
ambos dirigentes indígenas en defensa de los territorios, la impunidad campea,
los intereses de los finqueros racistas, usurpadores, ocupantes ilegales, se
han impuesto con la protección del Estado costarricense. ¿Y la seguridad de las
comunidades indígenas? ¿Y la aplicación de la ley y de las medidas cautelares
de protección a las comunidades indígenas dónde queda? En estos momentos los
finqueros se sienten seguros, confiados y están en total impunidad.
Eso les permite seguir quemando casas, cosechas, entrar en
espacios privados y robar objetos, amenazar de muerte y violación a las
mujeres. Se prevé que el encierro en las casas va a provocar más violencia en
las familias y como mujeres debemos acompañarnos para que eso no suceda, pero
¿quién nos va a proteger de la violencia de los finqueros en los territorios
indígenas? Todas estas manifestaciones
de la crisis de salud son resultado del mismo sistema en que vivimos. Por
décadas el Estado neoliberal nos ha impuesto el monocultivo y la producción industrial
como única forma de producción, diciendo que era progreso, que nos traía empleo
y mejores condiciones de vida y con ello destruyeron la biodiversidad, nos
llenaron de contaminación, con envenenaron el agua, nos quitaron la tierra, nos
dieron trabajos mal pagados y en malas condiciones y nos enfermaron. Pero nos
dijeron que eso era más limpio.
Hoy sabemos que el desequilibrio ambiental, la cría
industrial de animales confinados y la destrucción de la Naturaleza, permiten
la transmisión global de las enfermedades; la pérdida de la biodiversidad ha
anulado barreras planetarias para responder ante virus y bacterias.
Además, sabemos que la producción industrial de alimentos
nos ha quitado los alimentos saludables y diversos y todo ello se sostiene con
la concentración de la tierra y otros bienes como agua y semillas. Nos plantean
el aislamiento y las medidas de limpieza como las únicas vías para salir de la
crisis del coronavirus, pero no dicen que solo es posible si tengo agua limpia,
si tengo acceso a los productos de limpieza y sobre todo si podemos mantener
altas las defensas del cuerpo y eso solo es posible si tenemos una dieta
adecuada, diversa y suficiente.
Desde la Red hemos manifestado muchas veces la necesidad de
cambiar estas relaciones de concentración económica, de concentración de la
tierra. La diversidad de alimentos saludables y su producción solo puede estar
en manos de la producción campesina. Se siguen gastando grandes cantidades de
recursos públicos en prevención, contención y tratamiento, pero no se menciona
ni una sola medida para cambiar las causas de tanto desastre.
Las mujeres del campo en el mundo hemos demostrado que desde otra lógica podemos producir los alimentos para nuestras familias y comunidades y comercializar en el espacio local para alimentar al mundo, que podemos producir manteniendo equilibrio con la naturaleza, siendo parte de ella y no explotándola. Ante la crisis de salud, de alimentación y de ambiente, solo hay una salida, distribución de la tierra, no acaparamiento de semillas, producción sin agrotóxicos, diversidad en la producción. Solo promoviendo la producción campesina, facilitando los mercados y las cadenas de distribución para poder comercializar nuestros productos, con la participación de las mujeres en la toma de decisiones y control de los bienes en las comunidades podremos construir otras formas de producir, otra forma de ser y otra forma de estar en el planeta.
RED DE MUJERES RURALES DE COSTA RICA ASOCIACION TINAMASTE 20 de marzo de 2020
Los cambios se evidencian a nivel de paisaje y actividades productivas
El investigador M. Sc. Orlando Amaris Cervantes, del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE), de la Vicerrectoría de Investigación de la UNED, presentó el informe de investigación “La transformación agroecológica en la vertiente pacífica costarricense: Puriscal y Mora (1900-1955)”. La actividad celebrada el 15 de marzo contó con la participación de comentaristas como el Dr. Wilson Picado Umaña, profesor de la Universidad Nacional (UNA), y la Licda. Eva Carazo Vargas, investigadora del CICDE. La moderación del evento estuvo a cargo del Dr. Luis Paulino Vargas Solís, Director del CICDE.
Uno de los logros de esta investigación fue poner de relieve las consecuencias agroecológicas menos evidentes de la expansión cafetalera más allá sus principales zonas de cultivo directo mediante una exposición de los efectos resultantes del modelo agroexportador adoptado en Costa Rica durante el período en estudio en cantones productores de alimentos. En este sentido, los cantones de Mora y Puriscal tienen en común haber sido en el período estudiado zonas no cafetaleras donde prevalecieron los cultivos de granos, caña de azúcar, pastos, junto a parches de bosque.
Los cambios a los que la investigación hace referencia fueron principalmente alteraciones en el flujo de energía, reducción en el ciclo de nutrientes y cambios las cadenas alimentarias debido a la expansión de los pastos entre las décadas del veinte y el cincuenta del siglo pasado. A nivel social estas transformaciones provocaron entre los pobladores de ambos cantones problemáticas relacionadas con la intensificación de cultivos y la consecuente pérdida de fertilidad de los suelos. A este contexto se agrega la reducción de fuentes de sustento y empleo para los pobladores, puesto que la ganadería requiere menos mano de obra. Esto originó a su vez flujos migratorios hacia zonas de frontera agrícola ubicadas en sur de Puriscal y en el Pacífico Central. Todos estos efectos en su conjunto impactaron la diversidad ecológica y uniformaron el paisaje debido al efecto invasivo de pastos.
La investigación realizada se apoya en la Agroecología. Según Orlando Amaris “Hay dos formas de ver esta disciplina, por un lado esta analiza la agricultura con el objetivo de que esta actividad sea realizada de manera que contribuya a la solución de problemáticas actuales tales como la crisis ambiental y alimentaria. De este modo, la agroecología se ha visto también en la necesidad de estudiar la actividad agropecuaria del pasado incluyendo aquellas experiencias que no sean un ejemplo de sostenibilidad. La idea es ver la agricultura de manera compleja e integral, de modo todos los aspectos sean considerados, y siempre con la participación de los conocimientos de las comunidades.”
Las personas que deseen observar el video de la presentación pueden visitar www.facebook.com/CICDEUNED y quienes quieran obtener más información sobre la investigación pueden escribir al correo oamaris@uned.ac.cr
Enviado por Licda.Megan Lopez La Touche, Divulgadora Académica, Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo(CICDE), Vicerrectoría de Investigación, Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica(UNED).
Este 30 de octubre de 2017, se llevó a cabo la rendición de cuentas por parte de la Rectoría, la Rectoría Adjunta y las Vicerrectorías de la Universidad Nacional ante la Asamblea de Representantes, mediante un ejercicio de transparencia que ayuda a visualizar el trabajo conjunto, participativo y de reflexión por parte de la actual gestión universitaria. En esta ocasión, la actividad se llevó a cabo en el Hotel Cibeles.
En esta Asamblea, el señor Rector Dr. Alberto Salom Echeverría, presentó los principales contenidos del informe que responde a la vinculación entre el Plan de Mediano Plazo Institucional (PMPI) 2017-2021 y el Informe de Rendición de Cuentas de la Rectoría, periodo 2016- 2017, bajo un enfoque crítico y autocrítico que ponga en evidencia los datos y evaluaciones realizadas.
El contexto de este informe incluye la necesidad de seguir por la senda impulsada hacia una transformación cultural, pues ha sido un proceso volátil, es decir, cambiante y atento a la red de relaciones entre facultades, unidades académicas, vicerrectorías, académicos- estudiantes, rectoría- estudiantes- administrativos que hacen que la “universidad camine de forma distinta”, por lo tanto, es necesario contar con un espacio de diálogo que incluya los ejes y objetivos estratégicos a nivel institucional.
El Rector alude al primer eje “universidad pertinente, transformadora y sustentable”, enfatizando la importancia de las comunidades epistémicas, que dé paso a las diferentes perspectivas de conocimiento desde una visión multi e interdisciplinar pues, este conocimiento se produce de manera colectiva para impactar en la praxis social, que ayudará a incidir en las políticas públicas. De esta manera, incrementar el diálogo de la universidad nacional con las comunidades constituye un fin permanente.
A lo anterior rescata las comunidades epistémicas con carácter interdisciplinar dentro de la Universidad Nacional: Gestión del riesgo y cambio climático; Epistemologías del Sur; El Observatorio de Enseñanza, Aprendizaje de Ciencias Exactas y Naturales; Niñez y adolescencia; Interculturalidad de Investigación Interdisciplinaria, Científica, Humanista y Heterodoxa. Se espera contar con más comunidades epistémicas ya que, en la actualidad el conocimiento es complejo por lo que requiere trascender la visión unidisciplinaria.
También, rescata la pertinencia de incluir en las unidades académicas el ideario pedagógico que incluye una práctica de enseñanza “de y para la vida”, con un proceso participativo, dialógico, consensual y permanente pues, todos somos aprendientes –señaló el señor rector.
Otro punto clave, ha sido el proceso integral de admisión rescatando que en el 2017 el 51% de estudiantes de nuevo ingreso son becados, y se da una nivelación por estratos: provenientes de colegios privados y científicos; colegios públicos, rurales, liceos nocturnos y telesecundaria para velar por la inclusividad y equidad.
El segundo eje “universidad dialógica e interconectada” está ligada a la acción territorial articulada en el que se encuentra el plan quinquenal de la permanencia de los pueblos indígenas, así como el fortalecimiento de la acción sustantiva de la universidad en concordancia con los interesas y las necesidades de las diferentes poblaciones regionales universitarias.
En el tercer eje “formación humanista del estudiantado” el rector hizo referencia la promoción integral del estudiantado (curricular y co-curricular), que permitan el desarrollo de sus habilidades con la ayuda de las herramientas tecnológicas, pues son formas de aprendizaje y a la vez formas de convivencia.
Además, se refirió el paso de las horas colaboración al “Programa Institucional de Actividades Co-curriculares” desde la Vicerrectoría de Vida Estudiantil.
En el cuarto eje “Gestión Flexible, Simple y Desconcentrada” y el 5 “Convivencia universitaria sinérgica” don Alberto hizo una síntesis de la relevancia de promover estilos de vida universitarios saludables y sustentables con un sentido de pertenencia y estrategias de mejoramiento en el clima institucional.
Ahora bien, se dio paso a la sección de preguntas en la que participaron Marta Ávila Directora de la Escuela de Danza; Evelio Granados Carvajal, Académico; Lillian Quirós de Ciencias Geográficas; Dennis Tenorio representante de la Federación de Estudiantes; Nelly Lopez Directora del IDESPO; Aurora Hernández de la Sede Chorotega; Margarita Vargas Directora de la Escuela de Secretariado y Rodrigo Conejo Presidente del CAEUNA.
Sus principales inquietudes, hacen referencia a aspectos como el estudio de políticas de investigación luego del congreso del año pasado, la internacionalización (casa internacional- campus Benjamín Núñez), criterios de evaluación de las actividades co-curriculares, mantenimiento y cuido de las zonas verdes, sostenibilidad financiera, la percepción de la eliminación de las horas colaboración, el asunto del FEES, procesos de evaluación docente entre otros.
Al respecto, tanto el rector como los y las vicerrectores señalaron algunas iniciativas y avances en los que se están trabajando, por ejemplo, la propuesta de mini plantas eléctricas, la reubicación de puntos de acceso al internet, la priorización de recursos para los fondos de ayudas económicas, tanto, para pasantías como congresos, también, la búsqueda del cumplimiento de las metas de desarrollo del plan a mediano plazo, la reducción sustantiva de cuerpos normativas mediante una armonización y procesos de sistematización entre otros.
En síntesis, la búsqueda de una universidad con accionar sustantivo requiere de un equipo de trabajo que va más allá de la estructura organizativa, pues con la reflexión y aportes críticos de la comunidad universitaria se van trazando caminos de colectividades que buscan la innovación, participación y consolidación de una institución dialógica e interconectada para el beneficio de la sociedad, especialmente de los sectores más vulnerables, indicó el Rector, quien concluyó su informe con el siguiente mensaje: “con la satisfacción de los logros acometidos y la consigna de continuar enalteciendo a nuestra institución, seguimos impulsando un universo de oportunidades, que contribuyan a que la UNA sea cada vez más una “Universidad Necesaria”. Haber alcanzado metas, motivados en el amor por la Institución, nunca nos hará caer en los informes auto laudatorios. Somos los primeros en reconocer nuestros errores y dificultades que hemos tenido en el camino hacia las metas propuestas. Esperamos haberlo dejado resaltado en el transcurso del informe. Lo hemos hecho no por el prurito de la autocrítica, sino profundamente convencidos desde nuestra posición epistémica y ontológica, en la búsqueda permanente de la verdad”.
Marcha Mundial por la Paz y la No violencia enero 2010 (Imagen de Pressenza archivos).
En los días 14 y 15 de septiembre próximos, en las ciudades de San José y Heredia, en las instalaciones de las Universidades de Costa Rica y Nacional Autónoma, se realizará el Encuentro Centroamericano de Paz y No Violencia, consistente en dos actividades básicas, impulsadas por Mundo sin Guerras y sin Violencia, capítulo Centroamérica: la Marcha Centroamericana por la Paz y la No Violencia y el Foro “Visibilizando la No violencia y la Paz”. Este Encuentro se organizará en el marco de la ejecución de la II Marcha Mundial por la Paz y No violencia, que tendrá lugar en el año 2019.
La Marcha Centroamericana por la Paz y la No violencia, reunirá a marchantes, académicos, estudiantes, gente de organizaciones sociales, organizaciones humanistas, voluntarios y voluntarias, municipalidades y miembros de Gobiernos de la región de Centroamérica; en San José de Costa Rica, luego de viajar en autobuses desde Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y desde el sur en Panamá.
Una vez en San José, se realizará un Encuentro y un Foro titulado “Visibilizando la No violencia y la Paz”, que reunirá a los marchantes centroamericanos y los costarricenses, con académicos, pensadores, humanistas, líderes sociales y voluntarios y voluntarias, para intercambiar, pensar y proponer nuevas formas de reconocer y visibilizar la No violencia como metodología de transformación social e individual, en esta difícil y violenta época para la población y los individuos en la región centroamericana.
Actualmente el equipo organizador se encuentra preparando los asuntos logísticos que faciliten la actividad.
El primer Foro Nacional«Escribir en la Cárcel»: pedagogía, transformación y libertad, es una iniciativa del Instituto de Estudios Latinoamericanos, IDELA, la Vicerrectoría de Docencia de la UNA y el CAI-La Reforma, en el marco del año 2017 dedicado a la Vida, el Diálogo y la Paz; así como en el Día Internacional de Nelson Mandela por la paz, la democracia y la libertad.
Este primer foro realizado el 19 y 20 de julio de 2017 en el Auditorio Facultad de Filosofía y Letras se constituyó un espacio de diálogo, encuentro y reflexión sobre la palabra escrita y las posibilidades de cambio personal a través de esfuerzos pedagógicos transformadores, particularmente, en situaciones de privación de libertad.
Esta iniciativa se inscribe no solo en la línea de trabajo de la Maestría Latinoamericana en Derechos Humanos del Instituto IDELA; sino también en la visión latinoamericana con la que el IDELA ha venido trabajando desde hace más de veinte años. Además, la propuesta complementa, aporta y fortalece, el trabajo que la Universidad Nacional ha venido desarrollando en el enfoque del diálogo, la vida y la paz.
Como espacio de encuentro en el Campus Omar Dengo-Heredia de la UNA reunió la participación, en primer lugar, de personas privadas de libertad que están trabajando sus textos en distintos espacios de creación, no sólo en Centros de Atención Institucional, sino bajo distintas metodologías. Asimismo, integrará la participación de escritoras/es, docentes, investigadoras/es, periodistas, comunicadores entre otros, que han trabajado el tema. De igual forma se convocará a personas provenientes de ámbitos relacionados como el derecho, la justicia, la literatura, la cultura, la educación y la comunicación.
Para el Profesor del IDELA y Coordinador Laboratorio de la Creatividad, Máster Daniel Matul, la pertinencia de este foro es indispensable si se desea que la educación sea el principal mecanismo de cambio en condiciones de privación de libertad. Para ello, todo proceso educativo debe partir de las condiciones que significa el encierro, y posteriormente, pensar cuáles son los saberes que la persona que educa debe poseer para trabajar en la cárcel: “El Instituto de Estudios Latinoamericanos, IDELA, a través del Laboratorio de la Creatividad está comprometido en avanzar hacia la construcción de estudios que contribuyan a generar una «pedagogía del reencuentro». Un segundo foro es indispensable”, acotó Matul.
Temas abordados:
Poetas privados de libertad toman el escenario
El encierro y la transformación del ser humano
La escritura y la transformación del ser humano
Principios pedagógicos para abordar el encierro
Escribir en la cárcel: experiencias de vida
Lectura de poesía con personas privadas de libertad
Poetas invitados/a:
Representantes del Centro de Atención Integral CAI-Vilma Curling
Representantes del Centro de Atención Integral CAI-Sandoval (Limón)
Jorge Salas Bonilla, Junior Mora Rojas, José Mora Ocampo, Eduardo Espinosa
Wilbert Barrantes del Centro de Atención Integral, CAI-La Reforma
Mayor información: danmatul@yahoo.com
Colaboración:
Daniel Matul Romero-Académico- IDELA
Efraín Cavallini A-Rectoría UNA
Fotografía: Eliécer Berrocal Sánchez.
Ofic. Relaciones Públicas
Enviado por MSc. Efraín Cavallini Acuña, Asesor Comunicación, Rectoría UNA.