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Etiqueta: transgénico

Bayer y Costa Rica Seeds S.A. intentan dejar fuera a representantes de la sociedad civil de Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio)

Comunicado de prensa, 20 de noviembre del 2017

  • Ambas empresas presentaron recusaciones para intentar dejar por fuera a dos representantes de la sociedad civil ante la CTNBio de la tramitación de nuevos permisos para la siembra de cultivos transgénicos
  • Bayer y Costa Rica Seeds S.A. solicitan sembrar dos variedades de algodón transgénicos: uno que produce un insecticida de la bacteria Bacillus thuringiensis (Bayer), y otro que es resistente a los herbicidas dicamba y glufosinato (Costa Rica Seeds)

 

Bayer S.A. y Costa Rica Seeds S.A. (= Semillas del Trópico S.A.) intentaron dejar por fuera de la discusión a los representantes de la sociedad civil en el seno de la CTNBio, que es la instancia del Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) donde participan distintos sectores encargados de conocer y dictaminar la solicitudes de siembra de los cultivos transgénicos en nuestro país, y en este caso específico sobre el permiso de siembra en Costa Rica de las variedades de algodón transgénico citadas.

Dicamba ha sido señalado por el diario The Washington Post, como “el herbicida milagroso que salvaría las granjas y ahora las está devastando”. Quienes no usan los cultivos transgénicos resistentes a dicamba se ven seriamente afectados por los cultivos transgénicos vecinos que sí son resistentes al herbicida, dado que por su alta volatilidad afecta tanto a los cultivos aledaños, causando pérdidas en la producción agrícola, como a los ecosistemas circundantes. (goo.gl/1qgLkP). En cuanto al glufosinato, este herbicida forma parte de la lista de Plaguicidas Altamente Peligrosos (PAP) desde el año 2009 (goo.gl/33T1kg)

Bayer S.A. y Costa Rica Seeds S.A. pretendieron silenciar la participación y el análisis de los representantes de la sociedad civil en la CTNBio mediante recusaciones infundadas argumentando que estos habían adelantado criterio por expresar, en redes sociales, críticas generales hacia los cultivos transgénicos. No obstante, dichas recusaciones fueron rechazadas por el resto de la membresía de la comisión y por la representación del Servicio Fitosanitario ante dicha instancia. Los representantes recusados son el Mag. Fabián Pacheco (FECON) y el Dr. Jaime García (Red de Coordinación en Biodiversidad).

No es la primera vez que una compañía interpone este tipo de acciones para sacar a representantes de la sociedad civil de la CTNBio; sin embargo, la Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente (FECON) cuestiona las razones de fondo: ¿qué es lo que quieren ocultar estas compañías sobre sus nuevos cultivos transgénicos?, ¿qué tipo de experimentos, y sus posibles impactos negativos, desean ocultar a la sociedad civil estas empresas que quieren dejar por fuera a los representantes de la sociedad civil de su tramitación?. FECON considera que tratar de excluir al sector ecologista de la discusión técnica es un acto poco democrático y de prepotencia por parte de estas empresas.

El representante de la FECON ante la CTNBio Fabián Pacheco afirmó: “nuestro trabajo en dicha comisión es de gran importancia para poder identificar las amenazas a la biodiversidad nacional y tratar de protegerla. Si hay corporaciones incómodas con la participación ecologista ha de ser porque él que la debe, la teme” y finalmente agregó “por lo menos ya se sabe con qué tuza nos rascamos”.

La CTNBio sigue analizando la solicitud del permiso para la siembra del polémico algodón resistente a los herbicidas dicamba y glufosinato en la provincia de Guanacaste. Al respecto, FECON llama la atención al hecho de que la CTNBio esté dando trámite a la solicitud de siembra de algodón transgénico presentada por la empresa Costa Rica Seeds S.A.-Semillas del Trópico S.A. (céd. juríd. 3101326341 y 3101249566), a pesar de mantener una morosidad patronal ante la CCSS por cerca de 52 millones de colones, incumpliendo así con lo establecido el art. 74 de la Ley Constitutiva de la CCSS. También mantiene una deuda de cerca de 24,5 millones de colones con el Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (FODESAF). Al IMAS deben ¢929.015,29 según una consulta en línea donde aparecen en Proceso Judicial. Debido a lo anterior, cabe la posibilidad de interponer una acusación por prevaricato ante el Ministerio Público contra el presidente de la CTNBio, y eventualmente contra los demás miembros de esta comisión.

En “el país sin ingredientes artificiales”, las trasnacionales como Bayer, Monsanto y Syngenta se dedican a reproducir semillas transgénicas en nuestros suelos para exportadas a los Estados Unidos, poniendo en riesgo nuestra biodiversidad.

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de semanariouniversidad.com

Enviado por FECON.

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Ecologistas le ganan pulso a piña transgénica de PINDECO – Del Monte

El experimento de piña transgénica que desarrolla PINDECO, tuvo un significativo revés al rechazarse las intenciones de esta compañía de utilizar paracuat y quemar los rastrojos y remanentes de la piña transgénica “Rose”.

Ecologistas presentes en la Comisión Nacional de Bioseguridad (CTNB) del Servicio Fitosanitario del Estado, se opusieron a la propuesta de aplicar herbicida (paraquat), quemar y destruir mecánicamente dicho cultivo, posición que fue avalada y respalda por todos los representantes estatales y técnicos que conforman la CTNB. Este experimento transgénico que PINDECO desarrolla desde 2011 arrastra un cuestionado permiso de la CTNB (Red de Coordinación en Biodiversidad Costa Rica, 2-11-2011).

¿Por qué oponerse? Después de aplicar Paraquat (Dicloruro de 1,1′-dimetil-4,4′-bipiridilo) o cualquier otro herbicida con cloro y posteriormente quemar, sin importar el tiempo que haya pasado dada la persistencia de estos agrotóxicos, se generan dioxinas que “son contaminantes ambientales que pertenecen a la llamada «docena sucia»: son preocupantes por su elevado potencial tóxico. La experimentación ha demostrado que afectan a varios órganos y sistemas. La exposición breve del ser humano a altas concentraciones de dioxinas puede causar lesiones cutáneas, tales como acné clórico y manchas oscuras, así como alteraciones funcionales hepáticas. La exposición prolongada se ha relacionado con alteraciones inmunitarias, del sistema nervioso en desarrollo, del sistema endocrino y de la función reproductora.” Fuente: OMS (http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs225/es/ )

La práctica de usar el herbicida paraquat es generalizada para todas las plantaciones de la transnacional Del Monte. Este peligroso agrotóxico está prohibido en más de 40 países en el mundo, por ejemplo en sentencia firme de la Corte de la Unión Europea desde julio del 2007 por ser altamente tóxico (ver nota de la Corte de Justicia de la UE), a raíz de este fallo, la transnacional Dole decretó moratoria en todo el mundo con relación al uso del Paraquat en sus operaciones, con una sola excepción: Costa Rica (ver comunicado Dole).

Incluso el gobierno de China, una nación que poco se preocupa por la regulación ambiental, decidió en 2012 eliminar el paraquat “para salvaguardar la vida de las personas”, aunque todavía permite la producción para la exportación (Nytimes.com/20/12/2016).

Para Fabián Pacheco representante de FECON en la CTNB: “Comprendiendo que la bioseguridad debe partir de un análisis integral y de la responsabilidad del SFE y en general de los representantes del Ministerio de Salud de la Comisión se hace necesario que se prohíba esta mala práctica de la trasnacional que indiscutiblemente repercute de manera lamentable sobre la salud laboral y ambiental de Costa Rica”.

Ecologistas hicieron ver las grandes contradicciones del sector piñero en relación a sus manuales de buenas prácticas, que continuamente citan para afirmar que toda su producción es amigable con el ambiente (ver Luis Ángel González Alfaro. – San José, Costa Rica: MAG/SFE, 2012. 18 pp.).

La FECON recomienda ilegalizar este tipo de “sahumerios” de dioxinas y exigir la práctica de destrucción de la biomasa mediante la acción mecánica de implementos agrícolas y evitar el uso de herbicidas y quemas en general. Se recuerda la importancia de que la destrucción de la biomasa y su posterior integración al suelo debe darse en un plazo no mayor a 5 días para evitar criaderos de Mosca (Stomoxys calcitrans).

 

*Informes con Fabián Pacheco, tel. 88262270, representante de FECON en Comisión Nacional de Bioseguridad (CTNB).

Ecologistas le ganan pulso a pina transgenica de PINDECO

Enviado por presidencia FECON.

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Guerra sucia contra los pueblos del maíz

Silvia Ribeiro*

Declaratoria del maíz como patrimonio cultural
imagen con fines ilustrativos.

El 19 de agosto 2015, el juez Francisco Peñaloza Heras, del juzgado décimo segundo de distrito en materia civil, canceló la medida precautoria que desde hace dos años mantiene suspendida la siembra de maíz transgénico en México en respuesta a una demanda colectiva por los daños que estos granos causan a la biodiversidad y la salud. Sin embargo, la suspensión sigue vigente, ya que su decisión fue inmediatamente apelada por Colectivas AC, representantes legales de la colectividad de 53 ciudadanos y 20 organizaciones que presentaron la demanda en 2013.

La forma en que el juez Peñaloza tomó la decisión, ignorando los argumentos de los demandantes y científicos independientes, pero basándose en los dichos de Monsanto y otras empresas, es otro escalón en la guerra sucia contra el maíz campesino y los pueblos del maíz.

En sincronía con su decisión, las trasnacionales de transgénicos desataron un aluvión de comentarios a la prensa asegurando que estaba liberada la siembra. Como denunció René Sánchez Galindo, abogado de la colectividad demandante, Monsanto inició una nueva campaña de mentiras, ya que es falso que la siembra de maíz transgénico estuviera liberada.

Las mentiras de la empresa de transgénicos no se limitan sólo a los aspectos legales de la demanda. Dedican mucho tiempo y recursos a falsear datos para ocultar lo que realmente pasa con los transgénicos en los países donde su siembra es masiva, como Estados Unidos, país sede de Monsanto.

La realidad, basada en estadísticas oficiales de ese país durante casi dos décadas (no en estudios puntuales financiados por las empresas que toman datos parciales) muestra que los transgénicos son más caros que los híbridos que ya existían, que en promedio su rendimiento es menor y que han provocado un aumento exponencial del uso de agrotóxicos, con efectos devastadores en suelos, agua, y surgimiento de más de 20 supermalezas resistentes al glifosato. La industria afirma que el maíz manipulado con la toxina Bt disminuyó el uso de agrotóxicos, pero omite explicar que las plagas se han ido haciendo resistentes al Bt, y que luego de una inicial disminución, el uso de agrotóxicos ha ido aumentado cada año. Por ello, las empresas están abandonando la venta de semillas de maíz Bt, para vender maíces transgénicos con rasgos apilados, o sea junto a Bt, tolerantes a uno o más herbicidas de alta toxicidad, como glifosato, glufosinato, dicamba y hasta 2,4-d, con lo cual el aumento del uso de tóxicos se multiplica vertiginosamente.

Las empresas aseguran también que es posible la coexistencia de maíz transgénico con el maíz campesino. Existen múltiples estudios científicos y estadísticas en muchos países que demuestran lo contrario: donde hay cultivos transgénicos, siempre habrá contaminación, sea por el polen llevado por viento e insectos (a distancias mucho mayores de las previstas por las leyes) o por el trasiego en transportes, almacenamiento, puntos de venta, donde no hay segregación de transgénicos y otras semillas. Muchos estudios en México, incluidos los de la propia Semarnat, muestran cientos de casos de contaminación transgénica de maíces campesinos, aun cuando su siembra es ilegal. Legalizar la siembra aumentaría brutalmente esa contaminación que amenaza directamente la biodiversidad y el patrimonio genético agrícola más importante de México, legado por los millones de campesinos e indígenas que lo crearon y lo siguen manteniendo.

En Estados Unidos la contaminación transgénica es omnipresente. Monsanto hizo de ello un negocio: demanda a las víctimas de contaminación transgénica por uso de sus genes patentados, lo cual le ha redituado cientos de millones de dólares en juicios o acuerdos fuera de juicio. Recientemente Monsanto declaró que no va a demandar a agricultores en México. Sería absurdo creerlo. Por supuesto lo harán, cuando tengan las condiciones para ello. Ya desde 2004, Monsanto publicaba en periódicos de Chiapas avisos que advertían que el que usara ilegalmente sus genes patentados en importación, siembra, guarda, comercialización o exportación podría sufrir cárcel y multas mayores. Además instigaban a que si usted conoce alguna situación irregular, se contactara con Monsanto para evitar ser acusado de cómplice. Si no siguió adelante fue porque no tenía el marco legal para ello, tema que ahora presionan por corregir.

Las trasnacionales mienten cuando afirman que los transgénicos son inocuos a la salud. De partida, los cultivos transgénicos tienen un nivel hasta 200 veces más alto de residuos de glifosato, herbicida que la OMS declaró cancerígeno en marzo 2015. Y casi cada mes se publican nuevos artículos con evidencia de daños de los transgénicos a la salud o al medioambiente.

Por ejemplo, el 14 de julio de 2015, la revista científica arbitrada Agricultural Sciences publicó una investigación del doctor Shiva Ayyadurai, que muestra que la soya transgénica acumula formaldehído, sustancia cancerígena, junto a una disminución drástica de glutatión, antioxidante esencial para la desintoxicación celular. El estudio analizó 6 mil 497 experimentos de 184 instituciones científicas en 23 países. El estudio pone de manifiesto la invalidez del principio de equivalencia sustancial que se aplica para evaluar transgénicos, alegando falsamente que son equivalentes a los convencionales. Existe gran desconocimiento de cómo la transgenia afecta la biología del maíz y qué impacto tiene en la biodiversidad y en la salud de la población de México, donde el maíz se consume más que en ningún otro país.

La guerra recrudece, pero también crecen las muchas resistencias, como la moratoria popular de no permitir transgénicos en nuestros campos y mesas, y eso, no va a terminar.

*Investigadora del grupo ETC

 

 Fuente: Compartido a SURCOS Digital por Jaime García; publicación del diario La Jornada de México.

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