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Etiqueta: universidades públicas

Educación pública: pilar del desarrollo

Mainier Barboza Soto.

Mainier Barboza. Movimiento Patriótico

El gobierno pretendió un recorte a las universidades públicas de casi una cuarta parte, bueno, alrededor de C129 mil millones, es decir, menos de la tercera parte de lo que la amnistía fiscal en 2018 otorga a los deudores de impuestos y evasores, ya condenados por Hacienda, o juicios en trámite legal avanzado. Nadie del gobierno protestó, ni lo rechazó; para entonces se hablaba de una evasión y elusión superior al 8% del PIB, o sea unos $4.800 millones de dólares.

El señor presidente habla mucho de combatir la evasión y la elusión, el fraude fiscal y no se ve todavía una «socada de faja real» (ya se le envió de parte del Movimiento Patriótico, una propuesta para resolver esa situación, de forma rápida y sencilla).

Al situarse y situar a la educación primaria y secundaria como prioridad, respecto a las universidades públicas, creando o fomentando, no solo una división, sino un potencial enfrentamiento entre el estudiantado de ambos sectores, espero que no de profesionales del MEP y de las universidades.

El Índice de Desarrollo Humano mide tres parámetros:

1- esperanza de vida al nacer

2- nivel de escolaridad, y

3- nivel de ingresos

Este IDH señala en el numeral 2 que los países con mejor índice de desarrollo humano tienen altos niveles de escolaridad, es decir universitaria, además de los grandes ingresos y muchos años de vida y saludable.

La educación es un pilar del desarrollo de los Estados, como factor de gran efecto social, económico y político, la educación pública en sus 4 niveles, para Costa Rica, (primaria, secundaria, técnica y terciaria o universitaria), ha reflejado en el recorrer de su historia, el salto gigante que nuestro país ha dado desde el decenio 1940-49; que todavía tiene mucho que decir a las generaciones actual y futuras.

FEES: MEP condiciona continuidad de negociación

SURCOS comparte la siguiente carta enviada por el rector de la UNA:

CIRCULAR

UNA-R-CIRC-076-2022

PARA: Comunidad Universitaria

DE: Rectoría

ASUNTO: FEES, MEP condiciona continuidad de negociación

FECHA: 17 agosto del 2022

Estimada comunidad universitaria:

 Ayer martes 16 de agosto, frente a los miembros de la Comisión de Enlace, de la comunidad universitaria y nacional, la señora Ministra de Educación Anna Katharina Müller Castro se comprometió públicamente a retomar el diálogo este miércoles 17 de agosto, a las 2:30 p.m. en las instalaciones del Conare, para dirimir lo tocante al porcentaje por inflación que debe contener el presupuesto del FEES, tal como lo sustenta la Constitución Política.

Lamentamos informar que dicha sesión no solo fue cancelada en horas de la mañana, sino condicionada a información complementaria que se nos solicitó al Conare, sobre acciones que pueden emprender las universidades para apoyar el desarrollo nacional y social. Esta solicitud, ha sido presentada desde el primer día de las negociaciones y en el marco de la autonomía constitucional, cuenta con el respaldo de las universidades públicas y así se lo hicimos saber a la señora Ministra.

Les comunico que la información ha sido enviada a eso de las 4pm. No obstante, es funda-mental explicar que la información que solicitan es muy delicada y no puede ser enviada con ligereza dado que pretende condicionar el FEES a metas que el Gobierno pretende imponer. Es muy importante insistir que estamos en frente de una postura de mucha intransigencia para orientar a recortar e incumplir lo contemplado en la Constitución Política respecto a la Educación Superior. ¡Muy dura la situación que enfrentamos Comunidad Universitaria!

En un ejercicio de transparencia hacemos de su conocimiento este cambio unilateral en el proceso de negociación, pero también con el fin de que sigamos alerta ante nuevos tropiezos que ponen en riesgo la asignación y aprobación de los Fondos de Educación Superior 2023.

Seguimos en lucha…
Cordialmente,

Francisco González A.lvarado
Rector

EPIDERMIS

Por Memo Acuña (sociólogo y escritor costarricense)

Tomo un asiento en primera fila. Es un autobús repleto de estudiantes. “Soy estudiante”, me digo para tranquilizarme. Estoy en medio de la escritura de mi tesis doctoral y eso me acredita para ir en este autobús que nos llevará desde Heredia, donde está la sede central de la Universidad Nacional hasta la Rotonda de la Hispanidad, centro neurálgico que igual acoge manifestaciones por la defensa de derechos y manifestaciones colectivas de felicidad gracias a un triunfo deportivo.

Felicidad y expectativa es lo que escucho en las conversaciones de quiénes son mis acompañantes de viaje. Muchachas y muchachos identificados con signos vinculados a la Federación de Estudiantes de la UNA. Se repiten una y otra vez la información importante que debe manejarse en caso de que haya un momento de tensión con las autoridades policiales (antimotines es la palabra más mencionada) y sean detenidos: nombre completo y número de cédula.

Esa parte del viaje me abstrae por momentos.

Voy urgido, un lunes de agosto a las 7:30 de la mañana, por llegar a San Pedro a las instalaciones de la televisora universitaria Quince Televisión, de la Universidad de Costa Rica, donde he sido invitado a acompañar como analista-observador una transmisión especial acerca de la jornada convocada por las universidades públicas en defensa del derecho constitucional a la educación.

El viaje me resulta premonitorio. “Estamos a las puertas de algo grande”, pienso. Mientras sigo escuchando con atención las expectativas de mis compañeros de viaje: “la ministra se equivocó”, “la ruta de la marcha la enviaron en un mensaje de WhatsApp”, “esperemos mucha gente”.

Llegamos. La urgencia me baja del autobús con la misma ligereza con que subo tres o cuatro cuadras hasta las instalaciones de la televisora universitaria. Voy a contrasentido de mucha gente que camina hacia el punto de reunión acordado: la fuente (reservorio, fluidez, energía) de la hispanidad (identidad: ¿quiénes somos? ¿Centroamericanidad, tal vez?).

De repente alguien repara en las tres letras en blanco puestas arriba y en mi pecho sobre una camisa en rojo: UNA. Es mi insignia, mi sello.

Sigo avanzando. Me anuncio en la puerta: vengo a la transmisión. Paso directo a la sección de “enderezado y pintura” que no es ni más ni menos que un favor que la maquillista del canal hace por mi cara. Me pregunta mi percepción: “fea”, le digo a esa hora de la mañana, basado en la incuestionable mayoría de apoyo popular que el gobierno ha logrado aglutinar en sus primeros 99 días de gobierno. “la tenemos difícil”, le digo. “me vine con La Roja puesta”, le reafirmo. “así es como hay que venir”, me apoya.

Somos convocados al set. Este set que ya aprendo a observar con detenimiento luego de tantas jornadas como observador participante: tres cámaras, un apuntador, 4 sillas y mucho empeño. Mucho vigor y ganas. Esta es la universidad en su esencia. Esto es lo que debemos defender. Lo que defendemos.

Es una transmisión amplia, cimentada en datos desmitificadores, en guiños a la marcha que incesante sigue su paso. Pienso en la acción comunicativa. En lo que implica esa responsabilidad. Me declaro absoluto ante esta confirmación: mi rol en este tiempo es comunicar. A eso me dedico: a comunicar.

Terminamos con una satisfacción compartida con la producción. Se puede hacer televisión de calidad desde nuestras trincheras universitarias. Saludo y agradezco. Salgo despavorido tratando de alcanzar la marcha o lo que queda de ella. Otra vez camino a contrasentido. Gente que ya viene y yo apenas voy. Pero voy. Llego.

Mi epidermis es delgada. Y por eso de ella salen cosas parecidas a la emoción, a una energía inexplicable. Lo que veo me gusta: pancartas, color, baile. Baile: una cosa parecida a un corazón diría Víctor Manuel, que suena duro y ancho, contundente. Es una batucada. Llena de estudiantes. Yo le pondría de nombre epidermis: piel. Se me levanta al escucharla.

Luego el rito del anuncio. La felicidad colectiva. Por un momento olvido mi investidura eventual en mi querida Facultad de Ciencias Sociales de la UNA y me declaro estudiante. Me incluyo en las alertas que anuncian el músculo del movimiento estudiantil. Estoy con ellos. En su cadencia. En su piel.

Hoy ha sido un día amplio. Ancho. Epidérmico. “estamos a la puerta de algo grande”, confirmo: hoy una vez más se ha levantado un sujeto colectivo que se creía dormido. Y siente. Y baila. Y se emociona.

Como yo.

¡Atención! Defensa de la educación pública

En el video el señor Freddy Pacheco, biólogo, nos explica la importancia de la educación pública y cómo ésta se convierte en una oportunidad para muchas personas para salir adelante; asimismo, hace énfasis en cómo la reducción al presupuesto de las universidades públicas es inconstitucional e incluso un ataque hacia la educación superior costarricense que posee tantos méritos a nivel internacional. 

El señor Pacheco nos invita a enfrentar esta situación y continuar buscando el progreso y desarrollo por medio de la educación.  

Compartimos el video completo.

 

Compartido por Freddy Pacheco.

Negociar el FEES

Por: Gabriel Macaya Trejos
Exrector UCR
14 de agosto de 2022

La semana pasada inició un proceso de negociación del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), que se da en el seno de la Comisión de Enlace, constituida por representantes de las universidades públicas y del gobierno. Este proceso, según una lectura estricta del artículo 85 de la Constitución Política de nuestro país debería darse cada 5 años, pero en los últimos años ha ocurrido anualmente.

Negociar, según la segunda acepción del Diccionario de la Real Academia Española, significa “Tratar asuntos públicos o privados procurando su mejor logro.” Debería ser un proceso de diálogo honesto, claro, basado en datos y hechos que lleve a un acuerdo entre las partes. Puede ser corto, en el que las partes llegan a un acuerdo rápido o lento con muchas discusiones, propuestas y contrapropuestas. No es, ni debería ser uno en el que una de las partes imponga sus condiciones. Debe prevalecer un interés común, en el caso de la negociación del FEES, más aún, un interés superior.

Este año, la negociación del FFES inició tardíamente, y luego de dos sesiones de negociación, el conflicto estalló. Las universidades iniciaron la negociación con su propuesta en la primera sesión y el Gobierno hizo la suya en la segunda. Hasta allí todo parecía ir bien. Sin embargo, el Gobierno acompañó su propuesta con una declaración pública de exigencias a las universidades, en tono confrontativo e insultante.

En la primera parte de esta declaración, el Gobierno enfrenta la educación básica y media a la universitaria. Dice que “Estamos ante un gran dilema, porque todos los niveles de educación son importantes.” Hasta aquí estamos de acuerdo, pero luego, hace un salto ilógico al decir: “¿A quién damos más quitándole al otro?” No, señora Ministra de Educación, a todos debemos darles más y satisfacer sus necesidades. Nuestra Constitución Política, en su Artículo 78 dice que “En la educación estatal, incluida la superior, el gasto público no será inferior al ocho por ciento (8%) anual del producto interno bruto, de acuerdo con la ley, sin perjuicio de lo establecido en los artículos 84 y 85 de esta Constitución.”

Actualmente ese gasto apena llega al 6%. Si “El estado de las escuelas y colegios es deplorable, la infraestructura está en un nivel de deterioro sin precedentes, maestros trabajan con las uñas…”, si esto es así no es porque “El presupuesto de las Universidades viene creciendo de manera sostenida desde el año 2010, mientras que el presupuesto del MEP decrece, con los resultados no satisfactorios en calidad educativa que estamos teniendo.” No, señora Ministra, este estado de cosas no se debe al “crecimiento del FEES” sino a la baja inversión del Estado en educación. Por otra parte, la proporción del FEES en el presupuesto de la educación se ha mantenido casi constante alrededor del 19 al 20%.

La declaración del Gobierno, luego de enfrentar los estudiantes universitarios a los estudiantes del MEP en la primera página, con un nuevo salto argumentativo dice, cínicamente en la segunda página, “No estamos propiciando una lucha entre estudiantes del MEP y estudiantes de las universidades porque ambos son igualmente importantes. Debemos velar por los derechos de ambas poblaciones.”

Luego viene la lista de 10 “vehementes solicitudes”. No me referiré a ellas una a una, ya que todas estas solicitudes ya se están cumpliendo de muchas formas. Me detengo en la número 9, que es la que califico de insultante: “Que (las Universidades) sean transparentes, no engañen a la opinión ni a la comunidad estudiantil, que muestren datos incluyendo el costo por estudiante y la asignación real en becas.”

No señora Ministra, las Universidades públicas no engañan “ni a la opinión (¿pública?) ni a la comunidad estudiantil…” La Universidad de Costa Rica está entre las primeras instituciones en el “Índice de Transparencia del Sector Público, ITSP” que publica la Defensoría de los Habitantes. En el “Top 10” de este índice se encuentran tres de las universidades públicas, la UCR (6), la Universidad Técnica Nacional (9) y la Universidad Nacional (10). El Ministerio de Educación Pública está en la posición 37. Señora Ministra, ¡infórmese!, no divulgue informaciones equivocadas o verdades parciales.

Negociar, algunos dicen que es un arte. Otros tratan de enseñarlo. Pero estoy convencido que negociar se aprende negociando. Y en esto parece que este Gobierno muestra falta de experiencia. Parece que para ellos es más fácil imponer que convencer.

Participé en varias negociaciones del FEES, desde mi posición de Rector de la UCR y siempre concluimos con éxito las negociaciones. Señora Ministra, negocie con datos ciertos, en un clima de confianza, sin agresiones, con respeto, pensando siempre en el bien superior del país. Negociar, cuando se tiene un marco ético claro, siempre da resultados.

Publicado en https://www.facebook.com/vamosconlaupublica compartido con SURCOS por Efraín Cavallini Acuña.

Los datos que omite la ministra de Educación Pública

Manuel Hernández

1.- Desde el año 2007, hasta el periodo actual, existe una tendencia decreciente en el financiamiento de la educación pública costarricense. El andamiaje social que configura la Constitución fue profundamente alterado.

2.- Desde que se reformó el artículo 78 de la Constitución Política, en el año 2011, con la finalidad de fortalecer y modernizar la educación pública, nunca se ha cumplido con el mandato constitucional de asignar a la educación pública un mínimo de un 8% de PIB anual.

3.-El presupuesto constitucionalmente asignado a la educación no es un “techo presupuestario.” Es un mínimo presupuestario, lamentablemente, año tras año, impunemente incumplido.

4.- Tan solo en los últimos 4 años se le hurtaron a la educación pública más de 2.000 millones de colones, a merced de la violación del precepto constitucional. Esta es la verdadera causa del denominado “apagón” educativo. El artículo 78 constitucional lo transformaron en letra muerta y papel mojado.

5.- El presupuesto que se está asignado a la educación pública para el periodo 2023, será el más bajo de lo que llevamos de este siglo XXI: tan solo un 6.02% de PIB. Apenas ligeramente por encima del mínimo asignado antes de la reforma constitucional de 2011.

6.- Como si lo anterior fuera poco, amén de que nunca se ha cumplido con el mandato del artículo 78 de la Constitución Política, en la fatídica Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas incluyeron el presupuesto de INA y otros programas sociales.

La Ministra cuando asumió el cargo juro y prometió a la Patria observar y defender la Constitución.

Apenas han pasado unos pocos meses y ya se convirtió en detractora de la Constitución.

¡Que el pueblo y la Patria os lo demanden!

Lo que somos por media calle

Se convoca a la comunidad universitaria a defender el acceso a la educación pública y la excelencia profesional de Costa Rica el próximo martes 16 de agosto, a partir de las 8:00 a. m., en el Pretil de la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio.

La calidad de nuestra educación nos define como país y no existe justificación fiscal para reducir el financiamiento de todo el sector educativo, reducción propuesta ayer (11 de agosto) por la ministra de Educación Katharina Müller Castro. Sin embargo, las universidades públicas sí saldremos a defender la educación.

Aceptar este recorte implicaría la profundización del rezago educativo y la condena del futuro del país. Salgamos a la calle representando nuestras áreas de trabajo y conocimiento, usemos la indumentaria que las caracteriza y llevemos emblemas nacionales.

La reducción propuesta por el Gobierno, al Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), es de un 23 % para el 2023. Esto supone un debilitamiento que paralizaría a la educación superior pública, la cual ha hecho la diferencia en la historia de Costa Rica.

Mostremos por media calle lo que hemos logrado: excelencia y compromiso en ciencias básicas, sociales, tecnológicas, salud, artes y letras para Costa Rica.

Compartido con SURCOS por Oficina de Divulgación e Información, UCR.

La guerra total contra las universidades públicas y las agendas de grupos de interés

Gerardo Cerdas Vega / UNA

La actual coyuntura relacionada con el financiamiento de la educación superior en Costa Rica a través del FEES, significa una guerra total contra las universidades públicas. No debemos y no podemos hacernos la ilusión de que se trata de nubarrones que pronto pasarán. Aún si logramos generar la suficiente presión política como para sortear este momento de forma menos traumática, lo cierto es que la guerra declarada por los sectores que hoy y ayer vienen desmoralizando a las universidades del Estado, con intereses mercantiles obscenamente evidentes en la apropiación del FEES o en la reducción dramática de la matrícula (ambos mecanismos para lucrar a través de sus empresas “educativas”), continuarán con saña redoblada sus ataques a la institucionalidad universitaria pública que, con todos sus defectos (que tenemos que atacar con urgencia), es un baluarte civilizatorio en este pequeño país. En este momento, además, envalentonados por un gobierno de corte autoritario y “populista” que ya dio muestras claras de a qué vino. Las declaraciones de la Sra. ministra de la Educación (¿Privada?), constituyen un ejemplo de hasta dónde puede y va a llegar el cinismo, la manipulación, la mentira y la desvergonzada actitud de quienes buscan apropiarse de la riqueza socialmente construida, valiéndose de un cargo político para atender las agendas de sus grupos de interés.

Todo esto me deja con una sensación muy dolorosa de déjà vu. Como algunos de ustedes saben, viví en Brasil entre 2009 y 2020 y en esos años pude presenciar dos procesos completamente antagónicos: llegué al país en un momento en que la educación superior estaba en auge, con aumento de inversión pública en la expansión universitaria, así como en ciencia y tecnología. Luego vino el gobierno golpista de Michel Temer, en 2016, iniciando un desmonte furioso de todo aquello en que se había avanzado en los años previos, dejando a las universidades públicas al borde de la inanición, muchas veces humilladas y desmoralizadas frente a la población. Algo verdaderamente lamentable de ser vivido. Hubo incluso un rector de una prestigiosa universidad pública del sur del país que se suicidó ante las enormes presiones y persecución en su contra, para que luego se demostrara que ninguna de las acusaciones de corrupción que se le habían achacado eran verdaderas…

Cuento estas cosas porque el momento actual que vivimos en Costa Rica me parece muy semejante, salvando las distancias. Y temo lo peor, para ser sincero: el inicio de un periodo de desmonte, desmoralización y ataque sin precedentes contra nuestras universidades públicas. Me gustaría estar equivocado, pero creo que estamos solo en el inicio de un largo ciclo donde tendremos que aprender a movilizarnos constantemente, a no bajar la guardia, a no confiar “en la Constitución” porque esta no les interesa cuando no les sirve, a ser capaces de comunicarnos con la población de forma asertiva en lugar de atizar la polarización (aunque a veces a uno le dan ganas de mandar a las personas donde ustedes se imaginan), no asumiendo como enemigo a quienes nos atacan en las redes sociales o en la vida real, en gran medida manipulados para volcarse contra las universidades, como si el FEES fuera el causante de todos los males del país.

Por ahora, tal vez estemos solos/as. La propaganda anti-FEES ha calado hondo y resta ver qué sectores políticos, sociales y quién sabe empresariales se alinean en la defensa de la educación superior pública (si los hay). Resta ver si aún existen sectores de la población que no hayan sido “zumbizados” por el circo de horrores montado por el Ejecutivo cada miércoles, con una estrategia de marketing que hasta ahora les ha sido muy efectiva y que tendremos que contra atacar para disputar “mentes y corazones” a favor de la educación superior, visibilizando sus inmensos aportes para el bienestar del país.

Todo esto es apenas una opinión estrictamente personal, acuciado como me siento por la grave coyuntura que vivimos, pero quise compartirla en el sentido de que, aunque las dificultades son inmensas, así también deberá ser nuestra decisión y voluntad de no aflojar en la lucha en defensa de la educación costarricense en su conjunto, tanto la superior como los demás niveles. Tenemos que ser capaces de actuar de manera conjunta, articulada, valiente y digna en los meses y años que vienen, superando los obstáculos internos y externos que se colocan. Por lo pronto, nos vemos en la calle el próximo martes 16 de agosto.

PD: También resulta central abocarnos a entender las razones más de fondo del rechazo ciudadano actual hacia las universidades. En gran parte, hemos favorecido el desprestigio porque no solo hay una estructura de privilegios dentro de las universidades, sino que muchas veces no somos percibidos como aliados de la población en general. La universidad tiene que repensarse y su proyecto debe ser popular, verdaderamente popular, o sea, conectado con las necesidades y angustias de la población en un momento de creciente incertidumbre, precarización de las condiciones de vida y aumento de la desigualdad. Todo esto también tiene que atacarse si queremos reconectar con el país real.

PD2: Es urgente integrar un equipo de comunicación con personal de la propia comunidad universitaria que pueda comenzar a producir materiales efectivos para las redes sociales, no solo destacando los logros de la educación superior, sino contra atacando la narrativa del gobierno y los medios de desinformación masiva. Esto es para ya. La comunicación institucional está siendo poco efectiva porque no ha entendido que estamos en una situación de guerra abierta contra las universidades, es una situación nueva con relación a la escalada de ataques que viene de años anteriores, porque este gobierno está dispuesto a sangrarnos. Si no atacamos los puntos débiles de una narrativa capciosa como la del gobierno, seguiremos débiles y a la defensiva hasta que seamos derrotados por completo.

Hablemos de los defectos de las universidades públicas (¿y por qué no de sus logros?)

Luis Paulino Vargas Solís, CICDE-UNED

Cierto, hay un pequeñísimo porcentaje del personal que tiene salarios muy altos. En su mayoría es gente que tiene una brillante trayectoria académica y logros científicos e intelectuales notables. De modo que tampoco es exactamente un maná que les cayó milagrosamente del cielo. No obstante lo anterior, sigue siendo cierto que, en algunos casos, se ha superado el límite de lo razonable. Pero, por favor, téngase en cuenta que los regímenes universitarios de remuneración están en plena transformación en este momento, para garantizar que eso no vuelva a ocurrir nunca más.

Por otra parte, note usted que los salarios universitarios, como los de todo el sector público, permanecen congelados desde hace más de dos años. Lo cual significa que, tan solo en el último año, perdieron un 11% de su poder adquisitivo real. De modo que los altos salarios están dejando de serlo, y los salarios modestos -que son los de la enorme mayoría de la gente en las universidades- van camino de ser salarios de hambre.

Sé que nada de esto satisfará la sed de sangre y venganza de la iracunda fanaticada que tanto odia a las universidades públicas. Incluida, sea dicho con el debido respeto, la ministra Müller. Pero de seguro la gente razonable y sensata, que sigue siendo la gran mayoría, sí lo puede entender.

Y claro que hay otros problemas que debemos corregir. El régimen de interinazgo muy extendido (contra lo cual he luchado por muchos años) lastima la dignidad de las personas. Tampoco falta algún profesor remolón, y alguna “vaca sagrada” que se echa a dormir en sus laureles, olvidando que los laureles también se marchitan.

¿Qué debería haber más disponibilidad de cursos en horarios para personas que trabajan? De seguro que sí. Y, sin embargo, les contaré una anécdota: los cursos y seminarios de posgrado (en maestría y doctorado) que he impartido en los últimos años, en la UNED y en la UCR, se imparten domingos en la mañana.

¿Qué debería haber más proyección de las universidades? Innegablemente. Nunca será suficiente la que se haga. Pero, por favor, permítanme contarles algo: la UNED tiene 37 sedes universitarias, desperdigadas por el todo el territorio de Costa Rica: de San Vito, Ciudad Neilly y Buenos Aires, a La Cruz, Los Chiles, Upala y Liberia; de Talamanca, Limón y Siquirres a Orotina, Puntarenas, Jicaral y Tilarán. Y así sucesivamente, que la historia es larga de contar e incluye, entre muchísimas otras cosas, una sede en La Reforma, y programas que atienden a centenares de estudiantes indígenas.

Y, de nuevo, tengo el atrevimiento de confiarles otra anécdota personal: después de los casi 12 años, en los que fui director del CICDE-UNED, una de las cosas más gratificantes que me quedan, es el aprecio y el afecto que he recibido por parte de amigos y amigas indígenas, labrados a lo largo de años de trabajo a su lado. La calidez de su abrazo, el brillo de confianza y camaradería en sus ojos, sus palabras, infinitamente cariñosas. Muchas veces me han dado las gracias. Sé que no me las merezco. El agradecido soy yo.

¿Y por qué no hablar también de ciencia, investigación y generación de conocimiento? Gente, como la ministra Müller, cree que son vagabunderías, tan fácil como pelar una naranja, tan barata como un helado de palillo. Y, en todo caso, que si hace investigación ha de ser pensando exclusivamente en la rentabilidad inmediata. La ciencia no funciona así, y las universidades modernas, alrededor del mundo, lo saben. En las universidades públicas costarricenses, también lo tenemos claro, y con gusto se lo explicaríamos a Müller, si ella quisiera escuchar.

Por cierto, sería interesante hacer un recuento de los artículos científicos publicados por costarricenses durante, digamos, los últimos 10 años. Apuesto lo que sea que, con enorme diferencia, la gran mayoría de esos artículos se originan en las universidades públicas.

En fin, como les decía, podemos hablar de los errores de las universidades públicas, pero también deberíamos hablar de sus logros. Sin duda alguna, los aportes son incomparablemente mayores que los fallos.

Publicado en https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=pfbid029BJ87wxDZqdWtA4gdqvUZGpdT6PbqsLh3WUa5L11GR5XuQCboycRozUGxYxGbfWcl&id=100064361845388 compartido con SURCOS por el autor.