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Etiqueta: universidades públicas

Construyendo confluencia desde la base social

Comentario del Encuentro de Confluencia Popular celebrado el 9 de mayo del 2020

José María Gutiérrez, profesor emérito Universidad de Costa Rica

Las enormes deficiencias e injusticias que caracterizan a los modelos de desarrollo prevalecientes han quedado una vez más al descubierto con la crisis generada por la pandemia COVID-19. Desde la década de 1980 se nos impone una propuesta centrada en el deterioro de las instituciones base del estado social de derecho, la privatización y depredación del ambiente, el reinado del mercado como la fuerza que dirige las sociedades, el predominio del individualismo y la mezquindad sobre la solidaridad y el bien común, y la exclusión y violencia estructural hacia sectores vulnerables de diverso tipo en nuestro país. Si bien ya venía siendo evidente, la incapacidad de este modelo para promover el bienestar y la equidad ha quedado al desnudo en esta crisis que es, a la vez que sanitaria, social, económica, ecológica y cultural. En el mundo entero se debate sobre lo que vendrá después.

Las propuestas para afrontar esta crisis por parte de los grupos de poder económico nacionales no pueden ser más decepcionantes. Han sido incapaces de mostrar una dosis de solidaridad, al no considerar ceder parte de sus enormes ganancias, mediante un impuesto transitorio, para apoyar a los sectores más golpeados en estos momentos acuciantes. Y también han sido incapaces de mostrar imaginación, para abrir espacios a opciones creativas y dignas; simplemente proponen más de lo mismo.

Pero en la sociedad costarricense se mueven procesos e iniciativas centrados en otras frecuencias. Las instituciones públicas de salud y las universidades públicas han estado a la altura. Acciones esperanzadoras se han dado en la misma base social comunitaria, desde abajo. En el contexto de la crisis del COVID-19, ha quedado clara la importancia de la organización de base centrada en la solidaridad y la reciprocidad, la defensa del ambiente y de los territorios, la institucionalidad pública al servicio del bien común, la soberanía alimentaria frente a las grandes cadenas agroindustriales globales, y la base científico-tecnológica endógena centrada en las universidades públicas; en fin, de esfuerzos centrados en el bienestar colectivo, el respeto a la diversidad y el paradigma del cuidado. Son estos procesos de base los que ofrecen las mejores salidas a la crisis del COVID-19.

El mundo y nuestra sociedad no serán iguales en la etapa post-COVID-19. La interrogante es cómo serán y hacia dónde nos dirigimos. Esa realidad se debe ir construyendo desde ahora, en medio de la crisis. Más allá de los rasgos específicos, tenemos el desafío de salir de esta etapa con una visión diferente de lo que son el desarrollo y el bienestar. Debemos abrir espacios para formas de relación entre las personas y entre estas y el ambiente centradas en otros paradigmas, de mayor hermandad y de un cuido más esmerado que procure el bienestar de todas y todos. Esto nos obliga a acercarnos más, a dialogar entre nosotros y nosotras, a ver los temas comunes que vinculan nuestras luchas y esperanzas, para construir colectivamente senderos de mayor bienestar y justicia.

En esta compleja coyuntura, la Alianza por una Vida Digna organizó el pasado 9 de mayo un Encuentro de Confluencia Popular, en el cual participaron seis personas representantes de organizaciones y procesos de base popular del país, provenientes de regiones distintas. El evento permitió evidenciar el efecto de la violencia estructural y la exclusión sistemática que sufren sectores sociales y comunidades en varias regiones del país. Así mismo, fue muy esperanzador escuchar a personas de orígenes muy diversos compartiendo sus visiones, angustias, propuestas y esperanzas. Las presentaciones de estas compañeras y compañeros dejaron ver, en medio de las particularidades de los escenarios en los que viven y luchan, un espacio común de intereses y propuestas. Quedó clara la existencia de un hilo conductor que une estos movimientos y estas realidades. Fortalecer ese hilo conductor para generar acciones de mayor impacto es una tarea de gran importancia.

El evento mostró, y así lo hicieron ver las y los participantes, que es indispensable tender puentes de confluencia entre sectores y territorios, para promover formas de vida y de organización social y económica más acordes con una visión centrada en la equidad y la solidaridad, y en la procura del bienestar colectivo. La búsqueda de la unidad en medio de la diversidad debe caracterizar el momento actual de los procesos populares. Se debe ir estructurando, sobre la base de la práctica social y la organización, un conjunto de propuestas que permitan buscar ese bien común. Propuestas que incluyan la protección del ambiente en los territorios, la gestación de formas de economía social solidaria en las comunidades, la soberanía alimentaria, la defensa de las instituciones públicas, y el fortalecimiento del tejido social comunitario.

El encuentro del 9 de mayo mostró que debemos encontrarnos más, para generar espacios de reflexión colectiva y compartir experiencias que están surgiendo en la cotidianeidad de las comunidades y territorios, aprendiendo entre todas y todos. No es la separación y el aislamiento lo que nos ofrecerá un mejor futuro, sino la búsqueda de puntos de encuentro y confluencia.

Frente a la mezquindad y falta de imaginación de quienes ofrecen salidas que profundizan la inequidad y la injusticia, ese conglomerado de sectores, procesos y fuerzas que se desenvuelven con energía y creatividad en la base social de nuestro país está llamado a buscar salidas a la crisis actual, y a las crisis que nuestro país estaba enfrentando antes del COVID-19. Esperemos que nuevos encuentros de confluencia popular contribuyan a transitar colectivamente hacia esas metas.

Imagen ilustrativa: Encuentro de Confluencia Popular, Dominical, marzo del 2011.

La doble moral aplicada a los jubilados de las Universidades Públicas

Dr. Jorge D. García, Ph.D.

Se levanta una voz indignada desde la Asamblea Legislativa condenando el estudio hecho por el Instituto de Ciencias Sociales de la UCR, referente a los ingresos más altos en el sector privado, según se reportan en datos de la revista Forbes y el Instituto Nacional de Estadística y Censos, INEC. El estudio afirma que 3 costarricenses ganan por sus múltiples entradas lo que 2 millones de ticos perciben juntos. Dice el diputado que eso “fomenta el odio entre clases sociales”, y que el uso de informaciones malintencionadas, sesgadas y tendenciosas “es característico de las universidades públicas, que son aparato ideológico de la izquierda”.

Considerando las fuentes del estudio de la UCR, ¿estará el señor diputado acusando a la revista Forbes, internacionalmente reconocida y no precisamente por posturas anti empresariales, o al INEC, de sesgo malintencionado y tendencioso de la información, o de ser bastiones de izquierda, al hacer disponibles datos de las entradas de dichos empresarios?

 ¿Por qué no se oyó la voz del señor diputado durante la campaña feroz de descrédito y difamación por parte de políticos y la gran prensa del país contra los jubilados magisteriales, y que lleva ya años de verter, ahora sí, falsedades y verdades a medias en medios escritos, televisivos y radiofónicos?

Ahí sí se vale señalar públicamente a los jubilados, con nombre, apellidos y montos brutos de pensión. Sí se vale mentir descaradamente diciendo que no cotizamos para nuestras pensiones, o que no cotizamos lo suficiente, cuando llegamos a cotizar hasta seis veces más de lo que cotizaban los adscritos al IVM. Sí se vale ocultar la historia y “olvidarse” de que el Estado costarricense se apropió de nuestro fondo de pensiones BILLONARIO y lo desvió a gasto corriente. Sí se vale que el Estado se beneficie de su propio dolo cargando sobre nuestras jubilaciones gravamen tras gravamen aduciendo que son “de lujo”, cuando la verdad es que las pensiones de nuestro régimen son en su vasta mayoría inferiores al tope establecido por ley, y que las deducciones aplicadas también por ley de todas maneras amarran las más altas a ese tope. Sí se vale cuando el entonces superintendente de pensiones arengaba diciendo que con el nuevo gravamen a las pensiones “de lujo” se financiaban 10 000 subsidios para los viejitos pobres. ¿Será entonces que todo ello no fomenta el odio, y no aviva rencor contra los jubilados? ¿Que el odio solo se fomenta cuando se hacen públicas las entradas de los grandes capitales de este país?

Eso es, señor diputado, doble moral: denunciar la crítica contra unos y permitirla contra otros, lo que “viola el principio de imparcialidad, según el cual los mismos criterios se aplican a todas las personas sin parcialidad ni favoritismo”.

* Catedrático jubilado, UCR.

Imagen ilustrativa, UCR.

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Pssst passt Milennials !!!…soy yo! El viejo encuarentenado!

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

Aaahhh, hola, me alegra que me atendiera y no pasara indiferente a mi llamado, como se ha hecho costumbre. Estoy aquí, como todo costarricense responsable, pasando la cuarentena en mi oficinita de profesor pensionado, acompañado de mis libros y este chunche con el que le escribo, espero tenga un chancecito de leerlo en estos días de poco hacer.

Acabo de escuchar una canción muy linda que interpretó Juan Manuel Serrat, desde su casa en Barcelona, para todos los que como él respetamos la cuarentena; entonces recordé que él y yo por lo menos tenemos una cosa en común, somos modelo 1943, el de diciembre y yo de julio; pero ambos éramos igualmente dos güilas cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, por eso pasamos nuestra niñez y juventud en  el mundo de la post guerra; él soportaba la dictadura de Franco y yo, a pesar de ser de familia mariachi, era posible sobrevivir el 48 con alguno que otro sobresalto, pero mi padre trabajaba en lo suyo y ya era bastante,

¿Pero por qué te traigo a cuento todo esto? Sencillamente porque nos tocó vivir una generación impresionante que, aquí en Costa Rica, jugamos trompo, bolitas de vidrio, fuimos a pozas, cafetales y mejengueamos en plazas de pueblo y La Sabana, que hasta finales de los 70 trató de seguir los pasos de la generación de nuestros padres, para  hacer una sociedad más justa y más libre y que aquí, desde 1940 se había creado Estado Social de Derecho, o el Estado Benefactor, como lo han llamado sus detractores liberales.

 Si, mis compañeros de escuela y colegio vimos cómo se desarrolló la Universidad de Costa Rica que luego con su “Lucem Aspicio” nos abrió el mundo del conocimiento a la que después se unieron el TEC, la UNA, la UNED; también crecimos con la Caja, el ICE, el INS, Código de Trabajo, INVU, obras de una generación que  creó una sociedad distinta, sino totalmente equitativa y sin pobreza, si más justa, menos egoísta, en la que la riqueza estaba menos desigualmente repartida, menos ególatra y más humana.

Nos gloriábamos que el hijo del pobre y del rico se encontraban en las aulas del colegio público y sino, en las de la Universidad; los enfermos sin importar su condición social recuperaban su salud en los hospitales de la Caja cuando antes era solo por caridad y de la Junta de Protección Social, pues el que tenía unos chuminos de más, alquilaba una habitación en la Pensión Echandi del San Juan; el ICE iluminaba y comunicaba el país para todos y en sus lomos condujo el progreso de Costa Rica; el CNP y sus estancos equilibraban la producción agrícola con el suministro nacional, y en las épocas de crisis ahí estaba para sostener al campesino y al obrero, y tantas y tantas cosas más, que nos trajeron paz y progreso; sentíamos orgullo de lo que éramos, conocíamos nuestro pasado con sus grandezas y pequeñeces, al punto que para sostener la incipiente industria allá por los años 60, acuñamos una frase: compre y use lo que Costa Rica produce!, eso era signo de calidad, trabajo duro pero honrado… y orgullo nacional.

Pero a finales de los años 70 algunos vivillos,  miembros fundamentalistas de una logia neoliberal que tenía como Gran Maestro a Milton Friedman y su templo en la Facultad de Economía de la Universidad de Chicago y sus “ Chicago Boys”, que adoraban a un nuevo dios: el mercado y a sus becerros de oro; en Costa Rica conquistaron los bolsillos, la ambición y un poco las limitadas entendederas de algunos de mi generación, que hicieron creer a la de tus padres y la de mis hijos, que todo  aquello era malo porque el Estado, es casi el moderno Leviatán.

Siguiendo las reglas que dictaba otro de sus santos de palo en aquel templo, Mr. Ronald Reagan, aceptaron como frase profética aquella que dijo en el discurso a La Nación de 1981: “…el gobierno no es la solución a nuestros problemas…el problema es el gobierno…”, por lo tanto, siguiendo esas nuevas reglas del juego diseñadas en el Consenso de Washington impusieron sus normas que, en síntesis, son: privatizar, desregular, disminuir el tamaño del Estado, cerrar instituciones y dar mano libre al sector privado, que crearía toda la riqueza para que después, una mano invisible, la haría correr por todos los estratos sociales llevando riqueza y felicidad…ah pecadito!.

Especialmente a partir de 1986 empezó el jolgorio, los bancos del Estado fueron dejados a la competencia de capitales extranjeros, quitaron poder a las instituciones, seguimos las reglas del FMI y el Banco Mundial que nos vigilaban y exigían no invertir pues una represa del ICE o una carretera era un gasto no una inversión!, urgían en reducir el gasto público y lo mejor era privatizar para pagar la deuda externa; les aprobamos tratados de “libre comercio” y muchas otras cosas.

Políticos como Oscar Arias nos prometieron que en veinte años seríamos un país del primer mundo. Pero faltaba la fresa con la copa del helado: el TLC o tratado de libre comercio de Centro América con Estados Unidos, que si no lo aprobábamos nos iríamos al averno, pues papá USA  nos iba a dar una fajeada y nos volvería la espalda…por el contrario, si le abríamos la puerta, hasta nos ofrecían cambiar la bicicleta por una moto y el viejo Hyundai por un reluciente Mercedes Benz; además, en el 2021 celebraríamos la Costa Rica del Bicentenario entre los países ricos del primer mundo, y eso lo cumplieron ya vamos para la OCDE, a la que vamos a pagar 1500 millones de colones al año para sentarnos a la par de Mr. Trump, aunque ocultemos los tugurios de Lomas y vayamos en vestido de etiqueta alquilado y calzoncillos de manta.

Muchos nos opusimos, no creíamos aquellos cantos de sirena, veíamos los resultados de los anteriores 20 años que habían sido un engaño y nos preguntábamos…ah carachos, ¿comoesques?

Aquellas advertencias nunca fueron escuchadas, entre el miedo infundido por un memorandum salido de las entrañas de la Presidencia de la República; el deseo incontenible de latrocinio del país por un pequeño, pero poderoso, grupo empresarial refugiado en los sindicatos patronales y La Nazi-On; la corrupción galopante patrocinada e impulsada por ellos mismos, la ambición, el egoísmo, la indiferencia del “qué me importa a mi” que nos metieron hasta el tuétano de los huesos gracias a medios de comunicación corruptos, y otras razones más, era imposible frenar aquel tsunami de ambición que terminaría ganando el plebiscito del 7 de  octubre del 2007 y  destruyendo nuestro país.

A eso debemos sumar que, a cambio de un estadio “regalado” para un pueblo incauto o domesticado, como dijo don Pepe, y regalos evidentes para la clase político-empresarial del país, le abrimos las puertas a la China de ese régimen tan extraño de ideología capitalista/comunista, que ya embobaba al mundo de la mediocridad intelectual y la mendicidad moral.  

Desde hace algún tiempo voces aquí y acullá lo venían diciendo: las ideas neoliberales y la globalización eran un fracaso o iban por ese camino, pero los oídos de los intereses de siempre no escucharon las advertencias de la sensatez. Cuando la desigualdad creada por  el sistema de libertad comercial y eliminación de controles hizo aguas en el 2008, salvo unos pocos privilegiados como los grandes banqueros, nadie quedó totalmente sin daño; algunos para lograrlo incrementaron los niveles y sistemas de corrupción. Echaron mano a cuanto truco tuvieron a disposición para evadir impuestos a granel, se valieron de los paraísos fiscales para ocultar sus dineros corruptos y culparon de las desgracias financieras del Estado a otros, para evitar que los culparan por el robo que a diario hacían al fisco.

El asunto empezó a ponerse más complejo cuando hace pocos meses, organismos internacionales denunciaron que el mundo había llegado a tal grado de desigualdad que el 1% de la población era el dueño del 99% de la riqueza en el mundo y como, mucho de eso, se debía a la creación de un polo mundial de producción en la China Comunista donde, aunque parezca mentira, se podía contar con millones de trabajadores que con bajos salarios y casi esclavos, sin sistemas básicos de protección, etc. lograban producir a costos inmensamente inferiores a los existentes en el mundo occidental capitalista. Por lo tanto, las ambiciosas  grandes corporaciones en casi todos los campos, instalaron sus huestes de producción en aquel país, desde sencillos elementos como las pieles de conejo para abrigos de invierno hasta lo más sofisticados de la industria de alta tecnología. Dicho en otras palabras: ¡pusieron los huevos en la misma canasta!

Pero el coronavirus, nos hizo caer de la cama y despertar no en un bello amanecer, sino en una terrible pesadilla. En dos semanas, todo el montaje hecho a base de  la creación egoísta de riqueza, cayó como un castillo de naipes. Ese virus desconocido y todavía de origen incierto, del que muchos dicen ya se conocía en China desde Octubre del año pasado, de pronto salió desde Wuhan para infestar el mundo en muy pocos días y paralizarlo por entero, al extremo que aparte de las dolorosas cifras de infectados y fallecidos que vemos aumentar todos los días, nos dejó a todos en casa y las más portentosas industrias y cadenas comerciales a nivel mundial cerradas, y las calles de Roma, París, Madrid, Washington, Nueva York, Buenos Aires o San José desiertas como símbolo real de un mundo clausurado, cosa que jamás lo hubiéramos imaginado hace pocas semanas

Con ello quedó demostrado algo muy viejo…los huevos no se pueden poner todos en la misma canasta, y ahora se considera que si no va a desaparecer la globalización, si se va resquebrajar y reaparecerán aspectos sobre la importancia y conveniencia de lo local.

Por otro lado, de pronto, parar nuestra diaria carrera en pos de la rutina ha permitido, aunque parezca mentira, que tengamos un reencuentro con la dignidad humana, en varios sentidos: la familia en primer término, la lectura, música, juegos, cocina y talvez lo más importante y no nos damos cuenta: el ocio!; si ese ocio creador que ya en la antigua Grecia se dedicaba a pensar en la ciencia, la política, el arte y su filosofía, que nos pone ante la realidad pura y simple del ser humano: vida o muerte, cómo vale la pena vivir la vida? Vivíamos sí, pero los lujos y bienes materiales nos dieron calidad de seres humanos, ¿o simplemente fuimos objetos de consumo para el enriquecimiento de unos pocos, muy pocos?; en esa situación empezamos a preguntarnos: ¿qué va a pasar después?

Esa pregunta tiene dos respuestas. Una para los conformistas y cobardes que no se atreven a ver para otro lado, será frustrante y degradante ver que las cosas nunca volverán a ser igual; que aquel 1% de ricos del mundo y el porcentaje que corresponda a cada país que concentró la riqueza, saldrá mucho menos rico, pero como siempre tendrá más que los que lo perdieron todo; pero si no entienden que deben empezar a repartir o redistribuir buena parte de lo que les queda y se quedarán todavía con mucho, terminarán por perderlo todo y de eso no se trata, tampoco. El verdadero empresario debe tomar el camino de producir, es lo que sabe hacer, pero ahora sin el egoísmo de antes, sabiendo compartir, pues esta cruda experiencia hace saltar a primer plano una palabra casi olvidada: ¡solidaridad!

La segunda pregunta se responde con optimismo; claro que se va a cambiar y muchas cosas van a pasar; pero para ello el primer cambio va en el pensamiento de cada uno de nosotros. La Historia de las Mentalidades nos enseña que las grandes trasformaciones se logran, cuando cambiamos nuestra visión del mundo y de las cosas, lo demás vendrá casi por añadidura.

Luego debemos revisar profundamente la estructura política de Costa Rica, en donde la democracia deber convertirse en realidad en una democracia participativa renovada, pero esto tiene un requisito fundamental y radical: la mediocracia existente debemos erradicarla ya del poder en todos los campos en dónde existe: político, económico, mediático, empresarial, sindical, etc.; combinar correcta y equilibradamente la relación entre el Estado, lo privado y la equidad, sobre todo sobre la base de la honradez generalizada y sin la manipulación mediática como se ha hecho hasta ahora.

 Se impone la necesidad de renovar, para ello debemos desarrollar de la investigación en todos los campos que permita, entre muchas cosas, desarrollar el conocimiento que nos interesa, no el que nos importan los sectores interesados. Así debemos cambiar muchos de los intereses directos para lograr la efectiva y real defensa del ambiente, cambios en la educación no para hacer una sociedad de borregos sino de seres humanos pensantes que sepan valorar nuestra herencia y el patrimonio nacional; la distribución efectiva de la riqueza en que el sistema tributario no tenga fugas como si se trata de una vieja cañería; la recuperación de la producción nacional en todos los campos y la lista sería extensa; pero déjeme terminar con un aspecto más: la ética y la moral, que con la autoridad necesaria, elimine la corrupción que ha carcomido la sociedad costarricense hasta sus cimientos, pues ha caído en manos del cinismo de los poderosos, como acertadamente lo calificó el pensador español Javier Benegas.

Ya me extendí demasiado, va a perdonar joven Milennials, sé que ustedes en la época del twitter o como se llame, solo permiten frases de reglón y medio pero, ydiai, cómo le hago? Mi deseo es que tomen conciencia que será usted y su generación, los que tomarán las riendas de ese cambio; la mía ya tiene muy arrugado el pellejo para estos trotes; la de sus padres, salvo honrosas excepciones, tienen el cerebro lavado por los neoliberales y como dice Naomy Kleim esta transformación EXIGE romper con todas las reglas ideológicas.  Para terminar, le quiero  recordar la frase de Milton Friedman en 1982, que utilizó como  caballo de batalla para imponer sus ideas y ahora se les devuelve como boomerang, sobre todo por si se encuentra un neoliberal recalcitrante que no quiera entender y que vea como el gran gurú se los había advertido:

  •  “Solo una crisis-real o percibida como tal- produce un verdadero cambio. Cuando ocurre una crisis, las acciones que se emprenden dependen de las ideas existentes en aquel momento…”

Estamos en la posibilidad de seguir montados en ideas obsoletas o mirar el futuro en forma diferente, puesto que vivimos una crisis real, muy real y dura, por lo que nuestra mente y espíritu deben estar abiertos a aceptar e iniciar ese cambio.

Hacia la descolonización de nuestras universidades públicas

Con el deber y derecho que nos da la Constitución Política de Costa Rica, los estatutos orgánicos universitarios, los derechos humanos, voto No. 131393 Sala Cuarta

Ma. Elena Fournier Solano

¿Para quién estamos trabajando en las universidades públicas?

Con el deber y derecho que nos da la Constitución Política de Costa Rica, los estatutos orgánicos universitarios, los derechos humanos, voto No. 131393 Sala Cuarta, comparto esta reflexión, basado en algunos hechos que se están dando en nuestras universidades en donde hay una clara tendencia, desde hace años, a favorecer el neoliberalismo, (recomiendo la lectura del artículo de opinión del Semanario UNIVERSIDAD, pág 26 del 27-11-2019: “Relaciones tóxicas”, Roberto Fragomeno), como también el artículo: “Continúa disputa por cambios en programas institucionales de acción social”, pág. 19, 5-2-2020.

Es urgente la defensa de más espacios como aulas, foros, seminarios, jornadas; medios de comunicación institucional como radio, televisión y periódicos para externar las opiniones contra el sistema neoliberal que nos está consumiendo, y poder entender cómo está afectando a Mesoamérica y a la autonomía universitaria.

Artículos científicos costarricenses como “Detección del promotor 35S mediante PCR tiempo-real: indicador de transgenicidad en alimentos y Gossypium sp.K.”, de Oviedo-Bolaños, J. García-González, S. Solano-González, C. Martínez-Debat, C. Sancho-Blanco y R. Umaña-Castro.Agronomía Mesoamericana (enero-abril 2020), muestran el compromiso que las universidades públicas deben asumir. Es claro en este artículo los daños que causan los transgénicos en nuestro medio y la importancia del etiquetado de los productos e ingredientes transgénicos.

Es importante también la defensa de la no privatización del agua, de las Áreas Silvestres Protegidas, la oposición a más combos fiscales para pagar deuda externa de proyectos de infraestructura para el Proyecto Mesoamérica y de que: «…los dolores que quedan son las libertades que faltan» (Dr. Boaventura).

Hay que continuar con la investigación, docencia, extensión e incidencia política, y hacerlo con presupuesto. No hay que permitir que intereses económicos externos a las universidades, como el Banco Mundial, sus agencias, transnacionales y cámaras empresariales nacionales, nos violenten la libertad de cátedra, libertad de expresión y autonomía universitaria (¡no solo se defiende el FEES!), ni la libertad de decidir qué tipo de país queremos. Necesitamos que nos permitan soñar y trabajar, sin recibir ningún tipo de amenaza, intimidación, amonestación verbal o presión sicológica para pensionarnos, para desistir de nuestros compromisos y sueños, hecho que podría llevar a las autoridades universitarios a la Sala Constitucional.

No alimentemos la codicia de un sistema infrahumano, con mandamientos perversos como los TLC, la OCDE, el Proyecto Mesoamericano, antes Plan Puebla Panamá, (muchos académicos, docentes, estudiantes, lo desconocen), los planes fiscales a favor de las transnacionales, entre otros. Es preciso una reflexión. No perpetuemos el modelo de desarrollo impuesto porque es infrahumano, lleno de codicia sin fin.

Iniciemos pronto un proceso de «descolonización», antes de que sea demasiado tarde y desaparezcan para siempre las universidades públicas y sean convertidas en universidades privadas.

Un hecho vergonzoso fue cuando no apoyamos las manifestaciones contra el Combo Fiscal, mientras las universidades públicas inauguraban suntuosos edificios con préstamos que el pueblo debe pagar.

Tenemos una grave amenaza: el miedo de externar nuestra opinión, el cual hay que enfrentar porque sino se convierte en una cárcel. M. Gandhi decía entre sus diez principios: …»no tener jamás miedo».

La siguiente es una lectura casi obligada para que iniciemos un proceso de información, sensibilización, concientización: “La función decolonizadora de la Universidad Pública latinoamericana», del Dr. Boaventura de Sousa Santos, 24-4-2018 , UCR, Centenario Reforma de Córdoba (1918-2018).

Cambio, resistencia, domesticación, conformismo, adaptación… ¿qué vamos a elegir?

Imagen ilustrativa.

Artículo publicado en Semanario Universidad: https://semanariouniversidad.com/opinion/hacia-la-descolonizacion-de-nuestras-universidades-publicas/

Publicado en SURCOS a solicitud de la autora.

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La verdad sobre presupuestos en educación

Doble Check analiza y desmenuza el titular de La Nación que afirma que el gasto en educación previsto para 2020 será el más alto de la historia.

Vea el video donde se analiza que en realidad será el presupuesto para educación más bajo en siete años.

 

Imagen ilustrativa, UCR.

Compartido con SURCOS por Flora Fernández Amón.

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Visiones de universidad pública

Por José María Gutiérrez

El año 2019 fue testigo de noticias, discusiones y análisis diversos alrededor del tema de las universidades públicas. Quizá como nunca antes estas instituciones de educación superior estuvieron en la palestra de la opinión pública, la agenda legislativa, los medios de comunicación y diversos sectores de nuestra sociedad. Ese protagonismo permitió que afloraran concepciones variadas y contrapuestas de lo que son, y deberían ser, las universidades públicas en Costa Rica. Por la importancia de estas instituciones, conviene analizar críticamente algunas ‘visiones’ de universidad que se manifestaron el año pasado y proponer otras alternativas de mayor amplitud.

Emerge en este escenario una primera visión, que se podría considerar más bien una ‘anti-visión’. Es la perspectiva de diversos sectores de la prensa y de la clase política, así como de ciertos entornos empresariales. Son quienes no aprecian la relevancia de las universidades públicas en la vida nacional y más bien procuran disminuir a toda costa su dimensión y su aporte. Empujan una agenda tendiente a reducir el presupuesto asignado a las universidades, cuestionan su papel en la vida del país y promueven una ‘minimización’ de las mismas.

En este contexto, se ha gestado una campaña mediática sin precedentes de desprestigio contra las universidades públicas. La educación superior, desde esta perspectiva, debe recibir cada vez menos apoyo del estado y reducir su injerencia en el acontecer nacional. Para esta ‘anti-visión’, el escenario ideal en la educación superior debería apuntar a la reducción de estas instituciones y el consecuente fortalecimiento de la educación superior privada.

Dentro de los sectores que valoran el aporte de las universidades públicas, existe una segunda visión, que se podría calificar de ‘profesionalizante’. Es la perspectiva que comparten quienes ven a estas instituciones básicamente como una fuente de formación de profesionales. Es decir, enfocan en la función docente el eje central del trabajo universitario, de manera casi excluyente.

Es cierto que, desde la fundación de la Universidad de Costa Rica (UCR) en 1940, y de las demás universidades públicas a partir de la década de 1970, el aporte de amplios contingentes de profesionales ha constituido una misión esencial de estas instituciones y un aporte fundamental al país. Las universidades públicas continuarán siendo centros de formación profesional de alto nivel, y requieren depurar continuamente su oferta académica docente para adaptarse a la evolución de las disciplinas, la aparición de nuevas áreas de estudio y las necesidades del país.

Pero esta visión ‘profesionalizante’ se queda corta puesto que, desde el siglo XIX, sobre todo al calor de las reformas académicas impulsadas en las universidades alemanas y luego difundidas en otros países, la función de formación de profesionales se vio complementada por la de generación de conocimiento a través de la investigación. Fue así como surgió el concepto de ‘universidad de investigación’ (research university).

A partir de esos procesos, la investigación científica y tecnológica en todos los campos del conocimiento ha sido una marca indeleble de las universidades públicas y es uno de los principales aportes de estos centros de educación superior a la sociedad. No es casual que las universidades públicas de Costa Rica sean, sin duda, el principal reservorio de ciencia y tecnología del país. Entonces, a la misión ‘profesionalizante’, nuestras universidades le han agregado la de generación de conocimiento original, en todas las disciplinas, como una de sus funciones esenciales.

Esta característica se pierde de vista con frecuencia entre quienes cuestionan el papel y el desempeño de estas instituciones. Lo anterior se hace evidente cuando se efectúan análisis de la ‘eficiencia’ de las universidades en términos exclusivos de cuántos profesionales gradúan y cuál es el costo promedio por profesional graduado, omitiendo que buena parte del presupuesto universitario se dirige a labores de creación y generación de conocimiento, o sea a la investigación. Igualmente resulta paradójico que sectores políticos que repiten la retórica de que el país requiere un desarrollo basado en el conocimiento sean los que cuestionan la asignación de presupuestos a estas instituciones, afectando precisamente los principales nichos de ciencia y tecnología del país.

Además, las universidades públicas han agregado otra dimensión que se suma y complementa la formación de profesionales y la investigación. Se trata del establecimiento de vínculos estrechos con amplios sectores de la sociedad, a través de lo que se conoce como ‘acción social’ o ‘extensión’. En América Latina esta dimensión cobró una enorme vitalidad a partir de la Reforma de Córdoba, en 1918.

Mediante múltiples mecanismos y procesos, las universidades públicas establecen vasos comunicantes con sectores comunitarios, económicos, sociales, culturales e institucionales. Al hacerlo, comparten los saberes generados mediante la investigación y, a la vez, se nutren del conocimiento que emana de la práctica cotidiana en estos sectores, en una auténtica ‘ecología de saberes’. Las universidades han de estar bien sintonizadas con las necesidades variadas y en permanente evolución de la sociedad.

Se tiene, entonces, que la visión ‘profesionalizante’ debe enriquecerse con la generación de conocimiento y la proyección al entorno societario. Se va completando así una perspectiva mucho más rica y compleja de lo que es una universidad pública, lo que se podría llamar una visión ‘integral’.

Ahora bien, cuando se discute esa función de vínculo con la sociedad, emerge, por parte de sectores a lo externo y a lo interno de las universidades, una visión que se podría calificar de ‘económico-reduccionista’. Desde esta perspectiva, el aporte principal de las universidades al país se relacionaría, casi exclusivamente, con la transferencia de conocimiento y la prestación de servicios a determinados sectores del mundo económico productivo, vale decir a las empresas. Aparejado a esto, se promueve que la formación de profesionales se priorice en las carreras que tengan una alta demanda por parte de dicho universo empresarial.

Pareciera estar implícito, en esta visión, que el desarrollo nacional se circunscribe a la esfera económica y que otros ámbitos de la vida del país ocupan una posición subordinada. Se ha llegado a proponer incluso que la eficiencia en el desempeño de las universidades se mida con base en los aportes que las mismas hacen al sector económico-productivo, nada más, omitiendo de esa forma múltiples aportes adicionales que realizan estas instituciones a la sociedad. Llama la atención que esta perspectiva reduccionista sea acogida no solo por sectores políticos y económicos externos, sino también por grupos al interior de las universidades, incluyendo autoridades de algunas universidades.

Esta visión, que parte de un ‘sentido común’ imperante de lo que es el desarrollo, pierde de vista que, si bien el desempeño económico es esencial en la vida nacional y la universidad debe contribuir significativamente a su impulso, el bienestar colectivo y la calidad de vida son fenómenos multifactoriales que incluyen otros aspectos. En última instancia, se trata de crear condiciones en la sociedad que permitan que todas las personas desarrollen sus potencialidades humanas fundamentales. Esto va mucho más allá del crecimiento económico.

Las universidades públicas, en su relación con la sociedad, deben manejar un abanico de interacciones muy amplio. Además de lo económico, se requiere atender muchos otros aspectos de la vida en sociedad, y particularmente prestar atención a las necesidades de los sectores sociales más vulnerables, en procura de la construcción de una sociedad más justa, marcada por la equidad, el respeto a la diversidad y la racionalidad ambiental. Es necesario cambiar la visión estrechamente economicista del vínculo universidad-sociedad por uno de mayor amplitud y sensibilidad.

Esta visión económico-reduccionista con frecuencia se empata con otra de carácter ‘corporativista’ de las universidades públicas, la cual ha adquirido mucha fuerza en la educación superior del primer mundo. Se plantea que, cada vez más, el financiamiento de estas instituciones debe surgir de sus relaciones con el universo empresarial, en sustitución del financiamiento público.

Desde esta perspectiva, las universidades requieren priorizar ámbitos académicos que favorezcan esta interacción y, paralelamente, debilitar espacios universitarios alejados de esta lógica, como las humanidades, las ciencias sociales, las ciencias básicas y las artes. Las consecuencias de esta tendencia han encendido las señales de alarma a nivel global, ya que se está distorsionando la integralidad universitaria al priorizar solo ciertas áreas del conocimiento y debilitar otras muy importantes. Mal haríamos en Costa Rica en caminar por estos senderos.

Hay otro tema que ha estado casi ausente en las discusiones recientes. Se refiere a la visión de que estas instituciones públicas tienen objetivos que van mucho más allá de temas coyunturales y planes de desarrollo vigentes. Esas necesidades inmediatas deben ser atendidas, pero las universidades aportan al país en un ámbito de mayor amplitud y de más largo aliento. Esto incluye la formación de profesionales que, además de ser técnicamente competentes, sean también personas con formación amplia y con la capacidad de pensar y actuar creativa y críticamente. Que cultiven la sensibilidad, la empatía y la solidaridad, que sean capaces de apreciar la injusticia y promover formas de convivencia más generosas y solidarias.

Aparejado con esto, las universidades públicas cumplen un papel fundamental, que a veces deja de apreciarse, y es el de pensar críticamente la realidad y proyectar luces hacia el futuro, apartando la mirada de las coyunturas del momento para alumbrar a la distancia y otear horizontes más plenos para todas y todos. Tener un ojo en la realidad inmediata, y aportar para que esta sea mejor, mientras el otro mira hacia adelante e imagina escenarios más íntegros, con base en el estudio de la realidad, el pensamiento crítico, la discusión permanente y la creatividad.

Una sociedad democrática necesita que las universidades asuman dicho papel. Esta faceta se alimenta de la libertad de cátedra y de investigación, de la existencia de espacios para el debate y la reflexión, para la discusión abierta y respetuosa de formas diferentes de pensar los temas de la sociedad. Dicha función se suma a las de formación de profesionales, generación de conocimiento y proyección a la sociedad, a partir de lo cual surge una visión ‘integral-humanista’ de universidad pública.

Conviene destacar que esa posibilidad la da, en gran medida, la autonomía universitaria, la cual, pese a estar claramente establecida en la Constitución Política y representar un valor esencial del ethos universitario, se encuentra en un terreno de franco cuestionamiento por algunos sectores. La superficialidad con que con frecuencia se visualiza el concepto de autonomía debe dar paso a una comprensión cabal de lo esencial de este precepto constitucional y filosófico. Sólo una institución que funcione con base en la autonomía es capaz de trascender modas coyunturales y presiones de grupos de interés y de poder, para aportar al país desde esta óptica más amplia.

Frente a las anti-visiones, y a las visiones profesionalizante, económico-reduccionista y corporativista, se requiere fortalecer estas perspectivas de corte ’integral-humanista’, que integren responsable y creativamente la docencia, la investigación y la acción social o extensión, que favorezcan el trabajo interdisciplinario y el respeto a todas las áreas del conocimiento, y que se relacionen de manera amplia, diversa y dialógica con la sociedad en la que se insertan estas instituciones.

Que las universidades públicas sean centros de pensamiento libre y de debate amplio, de visión a futuro, formadoras de profesionales competentes que sean a la vez personas críticas y socialmente comprometidas. Y que estos centros de educación superior tengan la capacidad de aportar a las necesidades del presente, pero también de proyectarse hacia el futuro, en asocio con amplios sectores sociales, para imaginar y promover senderos más generosos por donde transite nuestro país.

 

(*) José María Gutiérrez, Profesor emérito, Universidad de Costa Rica.

Publicado también en http://www.elpais.cr/2020/01/21/visiones-de-universidad-publica/

Enviado a SURCOS por el autor.

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UCR: Las universidades públicas declaran el 2020 como año de la salud mental

El Consejo Nacional de Rectores (Conare) declaró el 2020 como «Año de las universidades públicas por la salud mental», pues comprende la importancia de que las universidades estatales —al ser instituciones humanistas y agentes de cambio social— planteen iniciativas que contribuyan a dar respuesta a las diferentes demandas de la salud mental.

El Conare y las universidades estatales articularán sus esfuerzos con el fin de promover la salud mental, prevenir el deterioro psicológico o emocional, desmitificar las enfermedades mentales y propiciar diferentes actividades nacionales e institucionales.

En este contexto, es de gran importancia la acción conjunta y sinérgica de las universidades públicas para generar estrategias transformadoras e integradoras. Esas propuestas deben contribuir a dar una mejor respuesta a las diversas demandas en materia de salud mental mediante el fortalecimiento de la investigación, la acción social y la docencia, así como de las estrategias de intervención recreativas, deportivas, artísticas y servicios de salud que contribuyen con el mejoramiento del bienestar de la comunidad universitaria.

Asimismo, esta declaratoria es un llamado a las comunidades universitarias a que busquen renovadas estrategias de articulación de quehaceres. Esos nuevos métodos deben permitir un mayor avance en el compromiso con la promoción de la salud mental en la comunidad universitaria y nacional, lo cual constituye un aporte al bienestar social, la promoción de la salud integral y la defensa de los derechos humanos.

La Política Nacional de Salud Mental 2012-2021 define la salud mental como el “proceso de bienestar y desempeño personal y colectivo caracterizado por la autorrealización, la autoestima, la autonomía, la capacidad para responder a las demandas de la vida en diversos contextos: familiares, comunitarios, académicos, laborales y disfrutar de la vida en armonía con el ambiente”.

 

Consejo Nacional de Rectores

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Llaman a la acción ante proceso judicial a estudiantes en lucha

El Colectivo Derecho a la Protesta Social pedimos su solidaridad y hacemos un llamado urgente a la acción, ante la situación que enfrentan 4 personas estudiantes en el Juzgado Penal de Flagrancia acusadas y acusados por la Fiscalía por el delito de Obstrucción a la Vía Pública.

Consideramos que se trata de un juicio político porque estas personas no cometieron delito alguno, los-as 4 estudiantes fueron detenidos en la manifestación del pasado 21 de noviembre de 2019 en el cruce de Santiaguito de San Ramón en Occidente, donde protestaban en el marco de la aprobación del presupuesto nacional por parte del Gobierno, que incluye afectaciones al presupuesto de las universidades públicas y de servicios sociales.

Se manifestaban en defensa de la autonomía universitaria y del presupuesto de la educación superior para los sectores populares.

Fueron detenidos y luego demandados por la Fuerza Pública y puestos en un procedimiento judicial expedito. El viernes 13 de diciembre tuvieron su primera audiencia, cerca de las 11 de la noche y a pesar de los esfuerzos de su Defensa, la jueza resolvió continuar el proceso judicial por vía rápida.

Las personas estudiantes han insistido en que no incurrieron en ningún delito, en ningún momento; únicamente ejercieron su derecho a la libertad de expresión y a la libertad de reunión y realizaron una acción que fue totalmente pacífica, no violenta y que no representó en ningún momento perjuicio ni daño a ninguna persona, ni perjudicó a los vehículos que transitaban en esa zona porque siempre se mantuvo un paso regulado.

La Fuerza Pública actuó en contra los-as estudiantes de forma injustificada y desmedida, utilizando gases lacrimógenos y dando persecución, cuando la manifestación estaba retirándose de forma pacífica.

Consideramos que estos abusos de poder por parte de los cuerpos policiales representan una amenaza a la democracia, la libertad de expresión, libertad de reunión y al derecho a la protesta y a la comunicación.

En este momento, diversas organizaciones sociales, denunciamos que estamos frente a un juicio político que claramente busca criminalizar el legítimo derecho a la protesta de estas personas al acusarlas penalmente. Este juicio es un acto de violencia que presenta ante la opinión pública a estas personas como si fuesen delincuentes para que sirva de ejemplo hacia la población procurando que no se manifieste ni proteste por temor a las represalias.

Por tanto exigimos a la Fiscalía General de la República revise la acusación contra las 4 personas acusadas por la misma pues no se verificó que las personas manifestantes acusados estuvieron cometiendo ningún acto violento contra la Policía.

Por esto un grupo de personas nos trasladaremos desde San José a San Ramón para realizar un Pasacalles por la ciudad de San Ramón, saliendo de la Sede de Occidente de la UCR a las 6 p.m., para luego unirnos al plantón frente a los Tribunales de Justicia de San Ramón a las 7 p.m. convocado por la Asociación de Estudiantes de la Sede de Occidente de la UCR y la Asamblea General Autónoma de la Sede de Occidente.

Al mismo tiempo hacemos un llamado urgente a la opinión pública nacional e internacional para que se pronuncie sobre este y otros casos que en este momento existen de criminalización de la protesta social en Costa Rica enviando cartas y pronunciamientos a:

Lic. Emilia Navas Aparicio, jefa del Ministerio Público. Fiscal General de la República.

Correo electrónico: fgeneral@poder-judicial.go.cr

Fax: 2256-3503.

Con copia a:

Presidente Carlos Alvarado Quesada, Presidencia de la República.

Correo electrónico: despachopresidente@presidencia.go.cr

Fax: 2253-9078.

Felly Salas Hernández, directora de despacho: emilio.robles@presidencia.go.cr

Allan Solís Fonseca, asistente personal: allan.solis@presidencia.go.cr

Con copia a:

PhD. Catalina Crespo Sancho, Defensora de los Habitantes

Correo electrónico: despachodhr@dhr.go.cr

Fax: 4000-8700

Con copia a:

Relator Edison Lanza, Relatoría Especial para la Libertad de Expresión

Comisión Interamericana de Derechos Humanos, OEA

Correo electrónico: cidhexpresion@oas.org

Por favor copiar sus cartas a criminalizacionprotestasocial@gmail.com para tener registro de sus muestras de solidaridad.

El Colectivo Derecho a la Protesta Social comparte el siguiente comunicado estudiantil:

Asociación de Estudiantes de la Sede de Occidente de la UCR y

Asamblea General Autónoma de la Sede de Occidente

COMUNICADO DE PRENSA

Estudiantes criminalizados por manifestarse tendrán que ir a juicio el 30 de diciembre de 2019.

San Ramón, Alajuela (viernes 20 de diciembre, 2019). – Los 4 estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) criminalizados por el sistema por manifestarse en defensa de la autonomía universitaria y del presupuesto de la educación superior para los sectores populares tendrán que presentarse a juicio el lunes 30 de diciembre a las 7 de la noche en los Tribunales de San Ramón.

El pasado jueves 19 de diciembre en la noche, los estudiantes tuvieron la audiencia preliminar oral y pública en los Tribunales de San Ramón.

La Fiscalía presentó su acusación y los estudiantes presentaron su defensa. Después de escuchar a ambas partes, el juez resolvió que los estudiantes deben ir a juicio por cargos de obstrucción de la vía pública y ese día presentarán sus testigos, declaraciones y argumentos de defensa.

Los estudiantes y el movimiento estudiantil esperan todo el apoyo del movimiento social porque este juicio es un precedente para que no se siga criminalizando la protesta social en el país.

Asimismo, en el marco de esta acción de defensa, el miércoles 18 de diciembre los 4 estudiantes interpusieron una acción de inconstitucionalidad que impugna el artículo 256 bis del Código Penal, que califica como delito “impedir, obstaculizar o dificultar” el tránsito en vías públicas. Esperamos que siente un precedente importante en cuanto al derecho a manifestarse y el derecho a la libertad de expresión para todas las personas de este país.

Los 4 estudiantes fueron detenidos en la manifestación del pasado 21 de noviembre en el cruce de Santiaguito de San Ramón, donde protestaban por la aprobación de un presupuesto nacional por parte del Gobierno, que incluye afectaciones al presupuesto de las universidades públicas y de servicios sociales.

Fueron demandados por la Fuerza Pública y puestos en un procedimiento judicial expedito. El viernes 13 de diciembre tuvieron su primera audiencia, cerca de las 11 de la noche y a pesar de sus esfuerzos, la jueza resolvió continuar el proceso judicial por vía rápida.

Los estudiantes han insistido en que incurrieron en ningún delito en ningún momento; únicamente ejercieron su derecho a la libertad de expresión y a la libertad de reunión y realizaron una acción que fue totalmente pacífica, no violenta y que no representó en ningún momento perjuicio ni daño a ninguna persona, ni perjudicó a los vehículos que transitaban en esa zona porque siempre se mantuvo un paso regulado.

Ese mismo 21 de noviembre fueron detenidos 7 estudiantes frente a la Facultad de Derecho de la UCR en San José por manifestarse con las mismas causas.

Desde el movimiento estudiantil de Occidente, denunciamos el accionar de la Policía de Tránsito y la Fuerza Pública durante los hechos de represión y detención arbitraria de las y los estudiantes.

Hacemos de conocimiento público que la Fuerza Pública actuó en contra los estudiantes de forma injustificada y desmedida, utilizando gases lacrimógenos y dando persecución cuando la manifestación estaba retirándose de forma pacífica. Consideramos que estos abusos de poder por parte de los cuerpos policiales, representan una amenaza a la democracia, la libertad de expresión, libertad de reunión y al derecho a la protesta y a la comunicación.

Exigimos al Poder Ejecutivo, al Poder Judicial, los medios de comunicación y a la sociedad civil de este país, que se detenga la criminalización de la protesta social y que no se dejen manipular. Nuestra causa es por la defensa de los derechos humanos, la autonomía universitaria y el presupuesto de la educación superior para los sectores populares, que somos los que hemos terminado pisoteados y amedrentados por estas políticas que se nos imponen.

Más información:

Lic. Edgardo Araya Sibaja

(+506) 87049502

Información enviada a SURCOS por Colectivo Derecho a la Protesta Social.

Cerco mediático, censura y posverdad

Organización Política Carmen Lyra

Los últimos acontecimientos de violencia y represión efectuados por el gobierno de Carlos Alvarado contra estudiantes han sido justificados bajo falacias y calumnias, los grandes consorcios comunicacionales se encuentran en una alianza que está desinformando a la población y creando enemigos entre el pueblo, a continuación planteamos un análisis urgente.

Las malas negociaciones efectuadas por el Consejo Nacional de Rectores, reflejadas en las convocatorias a paro y subsecuentes tomas de sedes y facultades de diferentes universidades públicas, son parte del iceberg que escondía el presupuesto nacional para el año 2020, el cual fue recientemente aprobado en segundo debate en la Asamblea Legislativa, con todos los recortes presupuestarios amalgamados en la regla fiscal y en la visión de “eficientar” el Estado social de derecho.

La convulsión del movimiento estudiantil es producto de la resistencia a la arremetida contra la autonomía universitaria y su presupuesto, el cual ya no solo fue trastocado con un condicionamiento, sino además reducido. Cuando ya no hay constitución lo único que queda es la calle para exigir respeto.

A pesar de los hechos antes mencionados la prensa escrita, radial y virtual, construye de forma tradicional hechos paralelos, los ejemplos más históricos más recientes están en la Huelga contra el Combo fiscal, donde los medios masivos de desinformación construyeron enemigos y posverdades como fue el caso “ATENTADO” (sic) contra poliducto de RECOPE y las “reuniones” del quirófano, ambos hechos ampliamente desmentidos y hoy demostrado que fueron falacias intencionales para generar nociones tergiversadas de los hechos, y poder encontrar “culpables”. La prensa hoy sigue impune ante la mentira y el terrorismo mediático.

Lo que hoy presentan medios como Amelia Rueda, Teletica y La Nación sobre la represión ejecutada contra estudiantes universitarios de San Ramón, Heredia y San José en horas de la madrugada es exactamente el mismo mecanismo, están creando a partir de una “versión” no probada, de “hechos” no demostrados un supuesto atentado contra la vida de oficiales de policía ¿cuáles oficiales? ¿Hay videos? ¿Existen evidencias concretas?

Actualmente existen 11 personas, estudiantes universitarias, que están detenidas, sin embargo los medios únicamente recogen los argumentos de las fuerzas represivas del estado -la fuerza pública- y ni un solo argumento del sector estudiantil que fue reprimido, se presenta una verdad sin contraparte y como diría Isabel Ducca ¡No importa que todo se base en una suposición! La construcción mediática la convierte en verdad oficial. La verdad oficial no requiere investigación ni hechos que la comprueben, mucho menos la voz de los acusados.

Inclusive existen ya citatorios para juicios de flagrancia contra estudiantes, hoy a las 5 p.m, la justicia demuestra una eficiencia sin precedentes cuando de juzgar a activistas y protestas sociales se trata, esta práctica ha venido en escalada en los últimos años.

Llamamos a la movilización permanente y a la libertad de las personas detenidas.

¡Cuando nos quitan la Constitución, lo único que nos queda es la calle!

 

Enviado a SURCOS por Fernando Bermúdez.

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UCR, Voz experta: Límites y alcances del Acuerdo FEES-2020

Por Eval Antonio Araya Vega, filósofo, docente e investigador, Sede Regional de Occidente, UCR

El acuerdo tomado el 22 de octubre sobre el FEES es suficientemente claro y positivo pero, para comprender sus límites y alcances, es necesario interpretarlo desde principios lógicos, administrativos y jurídicos.

¿Qué garantiza?

R1/ El respeto a la independencia conferida a las universidades estatales por la Constitución Política, artículos 84 y 85. Confróntese: a) considerandos: 1, 6, 11 y 12; b) acuerdos: 1, 2, 5 y 6.

R2/ El financiamiento de las universidades según lo previsto en la Constitución Po- lítica, artículos 78 y 85. Confróntese: a) considerandos: 4, 5 y 9; b) acuerdos: 1, 2 y 4.

¿Qué corrige?

R1/ El accionar inconstitucional y unilateral de la hoy ex Ministra de Hacienda Rocio Aguilar, al pretender clasificar partidas del FEES cuando ello es potestad exclusiva del quehacer autónomo universitario. Confróntese: a) considerando 8; b) acuerdo 2.

R2/ El monto presupuestario que las universidades estatales, por muto proprio, d finieron en partidas equivalentes a gastos de capital, lo que quedará plasmado en las registros contables correspondientes. Confróntese: a) considerandos 9, 10; b) acuerdo 2.

¿Qué mejora?

R1/ La jurisprudencia para la posterior aplicación de los artículo 84 y 85 en lo que respecta a la ejecución del FEES, toda vez que se hace explícito que solo las propias universidades pueden clasificar sus partidas. Confróntese: acuerdo 1.

R2/ El nivel de representatividad democrática de la Comisión de Enlace negociado- ra del FEES, al incorporar a la representación estudiantil, según designación de los órganos institucionales correspondientes. Confróntese: a) considerando 3; b) acuerdo 3.

¿Qué lo limita?

R1/ La falta de una lectura correcta, basada en principios de gestión administrativa universitaria y recursos propios del razonamientos lógico y jurídico.

R2/ El oportunismo de algunos grupos “políticos” que promueven la división, la en procura de sus propios intereses no explicativos con transparencia suficiente.

¿Cuándo logrará eficacia plena?

R1/ Cuando el Plenario de la Asamblea Legislativa, con base en el mecanismo de aprobación correspondiente, apruebe el Presupuesto Nacional de la República respetando lo definido por CONARE y plasmado en el acuerdo. Confróntese: a) Considerandos 9 y 10; b) Acuerdo: 2.

R2/ Cuando en los años sucesivos se respete la autonomía universitaria sin vacilaciones y se concrete la negociación quinquenal del FEES. Confróntese: Acuerdos 1 y 4.

¿Por qué debemos estar alertas?

R1/ Porque el Plenario de la Asamblea Legislativa podría no aprobar lo ya acordado por la Comisión de Asuntos Hacendarios con respecto del FEES al momento de aprobar el Presupuesto General de la República 2020. Confróntese: Considerando 9.

R2/ Porque el contexto FEES está siendo utilizado por intereses políticos y partidarios que, desde siempre, han intentado debilitar en el mejor de los casos, y eliminar en el peor, la educación superior estatal costarricense, lo que demanda acciones estratégicas sostenidas en su defensa.

¿En qué contribuyó el acuerdo?

R1/ Con la renuncia de la ex Ministra de Hacienda Rocío Aguilar, al quedar una vez más en evidencia, su proceder arbitrario e inconstitucional en pro de su proyecto económico.

R2/ En fortalecer la autonomía universitaria, el respeto para con la Constitución Po- lítica y, consecuentemente, para con el Estado Social de Derecho, al momento que se delimitó al Poder Ejecutivo y se lo indujo a manifestar compromiso explícito en este aspecto específico. Confróntese: acuerdos 5 y 6.

¿Qué corresponde ahora?

R1/ Promover en lo sucesivo y a lo interno de las comunidades universitarias una oportuna discusión interna sobre la distribución, justa y equitativa, de sus presupuestos, a fin de evitar los malestares evidenciados en esta coyuntura.

R2/ Unirnos las comunidades universitarias en un frente común para la defensa estratégica, orgánica y sostenida de las educación superior estatal costarricense.

 

Eval Antonio Araya Vega,

Filósofo, docente e investigador, Sede Regional de Occidente, Universidad de Costa Rica.

Foto: Anel Kenjekeeva.

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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