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Etiqueta: vandalismo

Acto de vandalismo en el Cerro San Antonio

William Retana Umaña
Asociación Defensores del Monumento Natural Zona Los Santos

El viernes 22 de marzo del 2024, se llevó a cabo un repudiable acto de vandalismo en el Cerro San Antonio, una de las derivaciones del Cerro Abejonal ubicado en el cantón de León Cortés.

Parece increíble que, con toda la información que hay sobre cambio climático y calentamiento global, con las altas temperaturas que sentimos cada día, la escasez de lluvia y de agua, haya personas como esta quien provocó este incendio forestal.

El Cerro San Antonio forma parte del Monumento Natural Zona de Los Santos y está constituido por suelos clase 7- 8 por la cantidad de piedra que tienen, por la pendiente entre 70-80% y por su naturaleza que es bosque.

Su cobertura boscosa está constituida por árboles de encino y en él se encuentran las áreas de recarga acuífera y nacientes de los acueductos de las Asadas de La Angostura y La Cuesta, comunidades del cantón de León Cortés. Desgraciadamente se quemaron 80 600 m2 de bosque de encino y se tuvieron que utilizar 200 000 litros de agua potable para apagar el incendio forestal.

Todo esto aunado a las afectaciones directas a la avifauna, insectos, suelos y en general al ecosistema existente.

Importante y doloroso de mencionar, no se contó con la participación de la Comisión Municipal de Emergencias de León Cortés, ni de los funcionarios municipales, salvo los que llegaron por su propia voluntad. La Municipalidad de Tarrazú por medio de su alcaldesa envió empleados y equipo a colaborar. También estuvieron presentes, el alcalde electo de León Cortés, miembros de la Asada de Frailes de Desamparados, el Cuerpo de Bomberos, Rescate Urbano, Cruz Roja, SINAC, y sumamente importante de mencionar, gran cantidad de vecinos de las comunidades y de personas que con sus vehículos particulares de doble tracción transportaron el agua requerida para apagar el incendio.

Lo manifiesto, lo latente, lo verdadero

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Un video compartido recientemente muestra el choque entre un vehículo liviano y una motocicleta. Como producto del percance, uno de los ocupantes de la motocicleta fallece por las lesiones ocasionadas. En el lugar del accidente debía estar instalada una señal vertical de alto en el sentido de trayectoria del vehículo liviano. Su chofer nunca la observó porque la señal no estaba. Había sido vandalizada.

Hace tan solo unos días se informaba de la destrucción de estaciones de autobús y tren. Los asientos, los dispositivos de publicidad y otros elementos son sustraídos de estos sitios un día sí y otro también dejando a la intemperie a las personas usuarias de los mismos. El robo de cable eléctrico, la sustracción de alcantarillas. saltarse las filas, pagar sobornos para obtener servicios de forma rápida son tan solo algunos ejemplos cotidianos en los que lo iícito pareciera ser la norma.

Todos estos hechos tienen un notable eje transversal: la afectación de bienes públicos comunes y colectivos con el propósito de lograr un objetivo individual. Los medios, no importa cuáles, para llegar a los fines. O como se dice en cierto argot especializado: el gesto técnico oportuno para hacerle daño al Estado, a toda costa. Un daño superlativo, profundo, devastador. La función manifiesta.

Hace algunos años, quizás a inicios de la década de 2000, se produjo en Costa Rica un documental audiovisual que explicaba el origen social de los comportamientos irracionales contra el bien común. Los utilcé tal vez en alguno de mis cursos. Lamentablemente no he logrado encontrar de nuevo ese trabajo que sería pieza obligada en la Costa Rica bisoña del bicentenario, clase de educación cívica obligatoria bajo las actuales circunstancias. Recuerdo ver en ese análisis a gente de la talla de Carlos Sojo, Patricia Vega y otros más.

En este documental se analizaba con criterio sociológico cómo las actitudes de dañar los bienes públicos por parte de algunos sectores de la población estaban relacionadas en sus motivaciones con las acciones que las clases políticas y económicas, las élites y sus representantes, desarrollaban en materia de corrupción. La función latente explicando los entuertos de unos y otros.

Sobre el rol de la comunicación seria y a propósito de su ausencia en la amplia propuesta actual, no es posible olvidar los esfuerzos de un proyecto comunicativo emblemático que combinaba humor, crítica social y cuestionamiento político, erigido así mismo y autonombrado como “activista del escuadrón anti chorizo”. Cuanta falta hace en estos momentos.

“La patada”, como se denominaba el espacio, llegó a develar una y otra vez las funciones latentes, es decir, los propósitos reales mediante los cuales los sujetos utilizaban medios irregulares para conseguir sus propositivos.

Lo manifiesto consistiría en la señal arrancada, el cable robado, los casi 80.000 millones de colones trasegados en una gigantesca red de corrupción recientemente descubierta en el país.

Políticos, religiosos y personas de las élites costarricenses fueron expuestas a través de bien documentadas y argumentadas investigaciones en el programa mencionado. Todo logrado con un uso irrestricto de la figura de la neutralidad analítica que le garantizaba llegar hasta las profundidades de los casos que analizaba. Algo que el día de hoy es materia pendiente en los enfoques periodísticos sobre el tema.

Recordarán amigos y amigas lectores, que el director del programa fue asesinado en circunstancias todavía no esclarecidas. En la Costa Rica que no ha logrado aún resolver asesinatos de activistas ecologistas y dirigentes indígenas, yo ya no estaría tan seguro de que el chivo expiatorio con el que se intentó construir el caso del crimen de Parmenio Medina haya estado tan apegado a la realidad.

Lo manifiesto, lo latente y lo verdadero toman hoy otras dimensiones en un país cuyo contrato social expiró hace tiempo. La refundación es necesaria. Y, como decía La Patada, aplicado para el desarrollo social y económico nacional, esa refundación misma sigue siendo un asunto de cabeza. Esperemos encontrarla y colocarle el sombrero de la decencia que tanta falta hace.

 

Imagen: http://www.primeraplana.or.cr

UNA reconoce valentía y compromiso de los Oficiales de Seguridad

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El día 07 de diciembre 2016 un grupo de Oficiales de Seguridad que laboran en la Universidad Nacional, fueron galardonados por actos encomiables en beneficio de la comunidad universitaria.

Los oficiales Marlon Arguedas Marín, Manuel Enrique Carballo Avendaño, Randall Garro Quesada, Juan Pablo Madrigal Ardón, Minor Sáez Saborío, recibieron una medalla y un certificado de la UNA, por haber detenido un acto de vandalismo en los Campus Universitarios el día jueves 06 de octubre 2016 en horas de la mañana y ejecutar un plan de seguridad intachable incluso arriesgando su integridad física, puesto que algunos resultaron heridos y todo en defensa del bienestar de la Comunidad Universitaria.

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En el hecho resultó detenido y sometido por la fuerza pública la persona que estaba realizando el acto de vandalismo, por lo que los Oficiales de Seguridad demostraron sin duda una gran gallardía, amor por la institución, entrega por el trabajo y sobre todo cumplimiento de los deberes establecidos para el equipo humano de la seguridad institucional.

Por su lado, los Oficiales José Alberto Chaves Ramírez, Rolando Espinoza Vega y Christopher Acosta Sánchez, igualmente fueron reconocidos por su valentía y entrega en el trabajo, al detener otro acto de vandalismo el día sábado 12 de noviembre 2016 en horas de la mañana en el Campus Universitario.

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Al acto asistieron el Dr. Alberto Salom Echeverría, Rector, Dr. Pedro Ureña, Vicerrector de Administración, el Msc. Gilbert Mora, Director de Recursos Humanos, el Director del Programa de Servicios Generales Msc. Willian Paéz y el Director de Seguridad Brayan Baldi Jiménez, así como otros compañeros de la institución.

Esta actividad se llevó a cabo a las 09:00 a.m. frente a la entrada principal de la Rectoría

Campus Omar Dengo-Heredia.

 

Enviado por Msc. Efraín Cavallini Acuña, Asesor Comunicación, Rectoría UNA.

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