Juan Carlos Cruz *
Esta mañana amanecimos con una operación mediática unificada que condena los actos de violencia y «vandalismo» asociados a las protestas sociales. Ya no se habla de las causas que originaron las protestas y paulatinamente, la «indignación» por la negativa presidencial a escuchar, dialogar y negociar, ha sido desplazada por la indignación contra los protestantes.
Esa operación mediática, encuentra un terreno fértil en una clase media del Valle Central, agobiada por las deudas contraídas para mantener a flote su estilo de vida. Una clase media que desconoce las condiciones de vida en la periferia del Valle Central y que fácilmente levanta el dedo acusador contra «los vándalos».
Ahora la indignación es contra el vandalismo y se desvincula el hecho de que las personas que protagonizan esos hechos, están expresando la rabia y frustración fruto de la exclusión y la ruptura del tejido social. En última instancia, hay una conexión entre los contenidos de las protestas y las formas que han ido asumiendo. Ambos hechos son fruto del modelo económico que propicia que unos pocos concentren groseras fortunas y muchísimas personas queden al margen de los derechos ciudadanos en distintos grados de exclusión. Ahí están los sectores medios «desclasados» y también las personas despojadas de la ciudadanía, del derecho a la educación, la salud, el trabajo, en fin, a esos componentes que permiten vivir una vida digna.
* Comunicador jubilado.