Tocando Madera en el Caribe Sur: Verdades Ocultas y Justicia Reparativa
Por María Suárez Toro y Maraya Jiménez Taysigüe
“Toco madera” dice el dicho popular que en antaño, para las culturas celtas europeas desde hace miles de años significaba reconocer que la madera de los árboles era la fiel expresión de la naturaleza pura y por tanto tocarla, trae la suerte porque atrae la “pura vida”. Los celtas abrazaban los árboles para atraer la suerte de la vida.
En nuestro Caribe, en sus mares, los hombres y mujeres de la pesca artesanal que se realiza desde botes de madera tocan el fondo con el remo o un palo para espantar la sardina, obligándola a salir de debajo del bote para capturarla para pescar. Otro ejemplo, en este caso marino, de tocar madera para la suerte “pura vida”.
Pero en este momento en el Caribe sur de Costa Rica, la juventud buceadora del Centro Comunitario de Buceo Embajadores y Embajadoras del Mar (CCBEM) está esperando los resultados de otra madera tocada para la suerte.
Madera de la estructura de una embarcación en el sitio de los Ladrillos, 2023.
Traerá la suerte de aportarle a sus comunidades, a sus clanes, a sus tribalidades, a su país y al mundo, SI LOS NAUFRAGIOS QUE HAY EN EL PARQUE NACIONAL CAHUITA SON LOS BARCOS ESCLAVISTAS daneses el Federicus IV y el Christianus V. de 1710 que llegaron allí por equivocación y producto de un amotinamiento, desembarcaron a unos 650 africanos y africanas en las costas.
De comprobarse la historia la juventud del Caribe estará haciendo historia.
Por un lado, la historia oficial no reconoce que hayan llegado esclavizados/as directamente por barco a nuestro país porque aquí no hubo puertos esclavistas. Como consecuencia, ningún esclavizado/a llegó directamente de África y todos fueron traídos por tierra procedentes de Nicaragua.
Por otro lado, aunque la cantidad exacta de personas esclavizadas que desembarcaron de esos barcos es incierta en un rango entre 136 (Andreas Bloch, Conferencia de Prensa, 2023) o 650 en fuentes escritas varias en archivos de Dinamarca, entre otras, lo cierto es que hay datos de apenas 105 de ellos en fuentes en los archivos nacionales de Costa Rica (ANCR) y del resto se sabe que muchos huyeron hacia las selvas. Posiblemente están en nuestro mestizaje de la época.
Tercero y muy importante: es la juventud local, afro, bribri, mestiza y cruzada las que ha guiado, conducido y buceado ese proceso de ocho años para encontrar la identidad de las embarcaciones de los naufragios. NO SON HISTORIADORES, PERO ESTÁN HACIENDO HISTORIA.
A fin de cuentas, la historia la hacen los pueblos, no la ciencia sola. Esa juventud ha aprendido desde el 2016 que para hacer historia se necesita ciencia también y por eso diseñó intergeneracionalmente un proyecto comunitario de ciencia ciudadana que combinara el método científico de la arqueología subacuática con sus conocimientos ancestrales del mar.
Estaba claro a la altura del 2016 que había que bucear sostenidamente para encontrar la identidad de las embarcaciones de esa historia.
Y se necesitaba hacerlo en un proyecto sostenido en el tiempo porque (1) había mucha información importante pero dispersa; porque (2) todo lo que había era documental y todo era (3) a partir de fuentes que se contradecían.
¿Por qué buceo en el fondo del mar?
Porque, aunque otros hubiesen dicho que los naufragios podían ser los barcos esclavistas de Dinamarca, todas sus afirmaciones estaban – hasta ahora – basadas en documentos de unos juicios referidos a la ilegalidad o no de lo ocurrido con los africanos y africanas que desembarcaron de los naufragios de dos barcos esclavistas daneses.
Hubo juicios de la Corona Española contra colonos en Costa Rica (ANCR), hubo juicios en Dinamarca y hasta hubo juicios en Panamá. Esos juicios fueron citados por estudiosos y estudiosas, escritores y escritoras como la escritora Tatiana Lobo y Mauricio Meléndez en “Negros y Blancos Todo Revuelto”, (1997) donde tiene fuentes y habla de 3 barcos esclavistas daneses cuyos naufragios están por Gandoca, según sus fuentes documentales. Otras fuentes como la historiadora Rina Cáceres en el Seminario 2016 UCR, nos sugirió debidamente que buscamos más cerca de Matina porque allí fueron capturados algunos africanos y africanas del desembarco, según fuentes documentales de los juicios estudiados por ella. Y otros, como el etnógrafo Russel Lohse en su libro “Africans Into Creoles: Slavery, Ethnicity, and Identity in Colonial Costa Rica“ (2014) escribió que los de Cahuita eran los barcos esclavistas daneses, pero no presentó evidencia sustentable.
Y desde entonces y hasta hoy, se sabe que en los juicios cada quien expone SU “verdad” para ganar SU caso, no necesariamente para escribir NUESTRA veraz historia.
Fueron juicios tan complejos que desde el 2016 cuando iniciamos nuestro proyecto, escuchamos con atención el planteamiento que nos hizo la historiadora Dra. Rina Cáceres (https://escuelabuceocaribesur.blogspot.com/2016/07/quince-duncan-evidencias-de-aportes-de.html= en el 1 er Seminario sobre el tema, cuando dijo que había que buscar en el fondo del mar, sosteniendo debidamente que dado que mucho del tráfico transatlántico de esclavizados y esclavizadas era ilegal y por eso no se podía saber todo siempre a ciencia cierta.
¡Buscar en el fondo del mar!
A eso nos dedicamos y podemos decir, después de ocho sostenidos años, que estamos tocando madera.
La madera en la investigación sobre la identidad
Encontrar madera de la estructura de las embarcaciones en los sitios de los naufragios era un imperante para la investigación de la identidad de los barcos por cuanto ya habíamos documentado o encontrado documentación científica de (1) la existencia de manillas o pulseras “esclavas” (Gluckman, 1985), (2) habíamos podido comprobar que al menos 3 de los ladrillos en los sitios eran procedentes de Dinamarca (Reporte del CCBEM a SINAC, 2022), habíamos encontrado un mapa en los archivos de Sevilla que mostraba geográficamente al contorno de Cahuita en los 1700 y habíamos probado en fotogrametría con el arqueólogo subacuático especializado en modelos tridimensionales de embarcaciones, Kotaro Yamafune (Reporte CCBEM a SINAC, 2019), que lo que definitivamente eran dos barcos en los dos sitios arqueológicos.
¡Pero no era suficiente! En arqueología subacuática, lo que se encuentra en un barco o alrededor de un barco constituye evidencia que acerca a la hipótesis pero no la demuestra.
¿Por qué? Porque en los barcos de carga de todo y de todos lados que viaja, y por eso su carga no es necesariamente una muestra de su identidad.
Se necesitaba madera de la estructura de la embarcación. Todo el acumulado era relevante pero no suficiente.
Solo la madera de la estructura nos permitiría hacer la prueba de dendrocronología que nos daba la fecha y lugar de procedencia de la madera con la que se construyó la embarcación.
La fotogrametría del Sitio de los Ladrillos con Kotaro Yamafune nos había mostrado que podía haber madera bajo los promontorios de ladrillos.
Eventualmente en la Expedición del 2022-2023 del CCBEM tocamos madera con nuestros arqueólogos subacuáticos invitados, procedentes del Museo Nacional de Dinamarca, David Gregory y del Museo Vikingo, Andreas Bloch y acompañados por el Museo Nacional de Costa Rica, la Comisión Arqueológica Nacional y el SINAC.
Y en una acto de “justicia reparativa” no formal, fue nuestro joven afro/bribri, fundador de la nueva directiva CCBEM y Dive Master, Pete Stephens Rodríguez, en su calidad de asistente técnico de los especialistas que condujeron la parte de excavación, el que subió la pieza estructural de madera que nos dará el resultado final.
¿Qué es eso de justicia reparativa?
Que una historia oculta en fondo el mar, que esconde un capítulo oculto y desconocido de la historia de la población afrodescendiente y sus raíces, está por ser DEVELADA por un trabajo tesonero de mucha gente y muchos expertos y muchas instituciones y del entidades de la co-gobernanza, PERO guiados por una juventud cuyos orígenes y raíces están en esa historia.
Y si esa juventud ha guiado ese proceso, que esa juventud sea la que sea destacada por todos y todas, como hacedora de su historia. Eso es tan relevante como la historia misma y ES la historia.
¡Toquemos madera por nuestra juventud!
Publicado en: https://escuelabuceocaribesur.blogspot.com/2025/03/tocando-madera-en-el-caribe-maria.html
Compartido con SURCOS por María Suárez Toro.
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