A las personas que dirigen el fútbol de Costa Rica

José Meléndez*

Parece mentira que les cueste tanto entender que, en las actuales circunstancias de emergencia humanitaria mundial por la pandemia del Covid—19 y en un momento clave en Costa Rica en el comportamiento del coronavirus, ustedes le sigan quitando tiempo a las autoridades costarricenses en el empobrecido debate sobre reanudar o no los campeonatos nacionales de fútbol.

El ministro de Salud de Costa Rica, don Daniel Salas, está muy ocupado en cuestiones de verdadera importancia nacional como para que ustedes salgan con sus ocurrencias. Si están suspendidos los cursos en educación primaria, secundaria y universitaria, y si están suspendidas, postergadas o cerradas—total o parcialmente—las actividades de las instituciones públicas y de la iniciativa privada—comercio, educación, turismo, finanzas, gastronomía, transporte, industrias y muchos importantísimos etcéteras—por favor NO NOS VENGAN a incomodar con que ya están pensando en reanudar los torneos (que, por cierto, son de muy baja o pobre calidad).

El desempleo golpeará con fuerza en todos esos rubros de la economía nacional. ¿Desempleo en el fútbol? Sin duda, pero ahora se verá con mayor crudeza que el hoyo en las relaciones de los clubes de fútbol con la Caja Costarricense de Seguro Social es muy profundo. Los jugadores son trabajadores y merecen el mismo respeto.

Todos somos iguales ante la ley, pero es evidente que muchos debieron reclamar a tiempo para aclarar y definir con seriedad su nexo laboral con sus patronos. Como trabajadores, los futbolistas deben hacer valer su derecho a la salud y advertir que reanudar los campeonatos pondría en riesgo su salud por el contacto con otras personas (otros jugadores) que, sin saberlo, son portadoras de la enfermedad.

La realidad también está demostrando que el fútbol debe pasar, ya y en el futuro inmediato, a un segundo o tercer plano en los asuntos de discusión nacional. No nos molesten con cuestiones intrascendentes. (No puede ser que, en algunos medios de prensa, dentro y fuera de Costa Rica, sea más importante el color del vestido de la esposa de un jugador famoso en el exterior que la lucha de los biomédicos, también dentro y fuera de Costa Rica, para derrotar una enfermedad. El desastre de infraestructura en algunas escuelas y colegios es un asunto que parece un cometa que aparece cada 75 años. Y esto no es de ahora por el Covid—19: es una práctica de hace muchos años y con énfasis variable).

Hoy a una mayoría de costarricenses solo nos interesa estar al tanto de las instrucciones de las personas especializadas en atacar la enfermedad por diversos flancos. Los VERDADEROS HÉROES son todas las personas (desde el policía en un barrio y el custodio en un hospital y el personal de socorro en Bomberos y Cruz Roja hasta la enfermera y el enfermero, el médico y la médica, y el personal científico y administrativo en instituciones de salud) que están en la primera línea de batalla en contra de la enfermedad. A esas personas son a las que hay que apoyar sin ninguna clase de distracción estúpida e incoherente como la de pensar en reanudar los torneos de futbol. A esas personas hay que expresarles toda la solidaridad y el aplauso, pero hoy más que ayer y mañana más que hoy.

Los verdaderos héroes NO SON un poco de personas que, también es cierto, se creen ídolos intocables, son unos engreídos y juegan de poderosos, porque tienen alguna esporádica actuación más o menos destacable en un estadio de fútbol.

¿Es bonito el fútbol? Por supuesto, me encanta y soy saprissista empedernido. Pero entendamos una cosa. En algún momento escuché decir que los cinco cargos más importantes en Costa Rica son, -en el orden que se quiera-, el de Presidente de la República, director técnico de la Selección Nacional, Presidente de la Asamblea Legislativa, Ministro de Seguridad Pública y Arzobispo de San José. Se le pueden quitar uno u otro, pero el de entrenador de la Selección Nacional parecía esencial.

Pues NO. Los cinco cargos más importantes siempre debieron ser, sin importar el nombre y el sexo de la persona en turno en ese puesto, los de las presidencias de la República y la Asamblea Legislativa, pero en ese rango ya deben instalarse las jerarquías del Ministerio de Salud y Caja Costarricense de Seguro Social y, sin la menor duda, todo el cuerpo médico y personal de salud e investigadores biomédicos y disciplinas afines.

Así que, por favor, la dirigencia del fútbol de Costa Rica tiene que entender que es preferible que adopten una actitud seria y dejen de molestar. Más de una abuela les hubiera reubicado con un manotazo o un pantuflazo para que, como ellas decían, “se porte con fundamento”.

No estoy interesado en caer bien o caer mal. Es mi criterio que expongo con total libertad.

*Periodista.

Imagen: UCR