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El impacto de la prensa deportiva en el fútbol: de la pasión a la violencia

Juan Arguedas Chaverri

Juan Arguedas Chaverri

La prensa deportiva en Costa Rica ha jugado un papel fundamental en el crecimiento y la popularización del fútbol, siendo un vehículo de información clave para miles de aficionados. Sin embargo, en lugar de contribuir a una cultura de respeto y competencia sana, muchos de los programas deportivos han promovido una narrativa que alimenta las rivalidades extremas, el fanatismo y, en ocasiones, la violencia en los estadios.

Recientemente, hemos sido testigos de varios incidentes violentos en estadios como el Ricardo Saprissa y el Alejandro Morera Soto, donde la pasión desbordada de algunos aficionados ha dado paso a enfrentamientos físicos y agresiones. Estos hechos no son un reflejo aislado de una afición «descontrolada», sino que son la consecuencia de una atmósfera tóxica creada en parte por la prensa deportiva.

Al enfocarse en el sensacionalismo, en lugar de en el análisis serio y profesional del deporte, la prensa deportiva ha alimentado durante años una cultura de polarización y confrontación. Los programas, más interesados en generar espectáculo que en fomentar el respeto, han incentivado una rivalidad destructiva, donde los aficionados se sienten llamados a apoyar a su equipo no solo con pasión, sino con hostilidad hacia el rival.

Lo más preocupante es que, tras estos episodios de violencia, la misma prensa que alimentó las tensiones se rasga las vestiduras condenando lo sucedido, sin hacer una autocrítica sobre su responsabilidad en la creación de este clima de odio y agresividad. La violencia nunca es justificable, pero es fundamental reconocer que, al igual que los aficionados tienen su parte de responsabilidad, los medios también deben asumir la suya.

¿Qué deben hacer los medios deportivos?

Es necesario un cambio de enfoque en la prensa deportiva. Si bien es innegable que el fútbol genera pasiones, los medios deben utilizar su influencia para promover una cultura de respeto, tanto entre los jugadores, juntas directivas, como entre los aficionados. A continuación, algunas recomendaciones clave para que los medios dejen de alimentar el fanatismo y contribuyan a una cultura deportiva más sana:

  1. Fomentar el profesionalismo y la objetividad

Los programas deportivos deben centrarse en el análisis serio del fútbol, dejando de lado los chismes y el sensacionalismo. Es importante ofrecer un periodismo que valore el rendimiento de los equipos, las estrategias y el talento de los jugadores, sin caer en la exageración de rivalidades.

  1. Promover el respeto y el juego limpio

El fútbol debe ser un espacio para la unidad, no para la división. Los medios deben centrarse en resaltar los valores del respeto, la deportividad y la convivencia entre equipos y aficiones. Las rivalidades son parte del espectáculo, pero nunca deben promoverse como un motivo de hostilidad y enfrentamiento.

  1. Educar sobre los peligros del fanatismo y la violencia

La prensa deportiva tiene la capacidad de educar a los aficionados sobre los efectos negativos del fanatismo y la violencia. En lugar de glorificar las tensiones entre hinchas, los medios deben utilizar su poder para promover el fútbol como una herramienta de convivencia y no como un campo de batalla.

  1. Involucrar a jugadores y expertos en la conversación

Los jugadores, entrenadores y expertos en fútbol son los principales referentes del deporte. Los medios deben darles un espacio para compartir su perspectiva sobre la importancia del comportamiento dentro y fuera del campo, transmitiendo un mensaje claro de respeto y juego limpio.

  1. Resaltar los aspectos positivos del fútbol

En lugar de centrarse solo en las rivalidades, los medios deben dedicar más tiempo a resaltar historias de unidad, cooperación y superación personal dentro del fútbol. Esto contribuirá a crear una visión más inclusiva del deporte y a alejarlo de la polarización.

  1. Evitar el sensacionalismo.

La búsqueda de audiencia no debe justificar la creación de un clima de confrontación. Los medios deben evitar caer en el sensacionalismo, que distorsiona la realidad y alimenta la agresividad. Un periodismo reflexivo y equilibrado puede tener un impacto mucho más positivo en los aficionados.

  1. Colaborar con autoridades y clubes para prevenir la violencia

La lucha contra la violencia en los estadios no puede ser solo tarea de las autoridades o los clubes. La prensa deportiva debe colaborar con ellos, difundiendo mensajes en contra de la violencia y promoviendo un comportamiento ejemplar entre los aficionados.

  1. Facilitar el debate respetuoso

Los programas deportivos deben ser un espacio donde los aficionados puedan discutir sobre fútbol de manera civilizada y constructiva. La crítica debe centrarse en el juego y la estrategia, evitando los ataques personales y la incitación a la violencia.

Conclusión: Es hora de un cambio en la prensa deportiva

El fútbol es, sin lugar a dudas, una de las mayores fuentes de emoción y pasión en Costa Rica. Sin embargo, esta pasión no debe traducirse en violencia ni en un ambiente hostil. Los medios deportivos tienen una responsabilidad enorme en la creación de la cultura futbolística en el país. Si bien es natural que existan rivalidades, estas deben mantenerse dentro de un marco de respeto y sana competencia.

Es hora de que la prensa deportiva asuma un papel más responsable, promoviendo el respeto, el juego limpio y la convivencia. Solo así el fútbol podrá recuperar su verdadero propósito: ser una fuente de unión y alegría para los costarricenses. Si los medios se comprometen a cambiar el enfoque y promover valores positivos, contribuirán a un fútbol nacional más saludable, donde la pasión por el deporte no se vea empañada por la violencia ni el fanatismo.

Tocar fondo

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

Una publicación de un querido amigo guatemalteco hacía la comparación del comportamiento del entorno en las finales de fútbol tanto en su país como en Costa Rica. Se refería a las celebraciones que sin violencia se desarrollaron en el estadio Mario Camposeco, sede del equipo Xelajú, flamante campeón con su sétima copa obtenida.

Mientras tanto, colocaba una imagen de los bochornosos actos ocurridos a gran escala en la final del fútbol costarricense recientemente desarrollada.

En respuesta a su post, algunos comentarios se apresuraron a recordar cuánto sentimiento de superioridad hemos mostrado los costarricenses a lo largo de la historia, tal vez por el desarrollo institucional que fuera fortaleza durante décadas, tal vez por la ausencia de ejército, tal vez por la construcción idílica y fantasiosa del eje democracia-paz-estabilidad.

Quisiera detenerme en el segundo de los enunciados.

Hasta hace poco, la narrativa de paz como emblema se sostenía. Y era sostenida e impulsada por los grupos hegemónicos a quienes les interesaba diseminar esa noción fantasiosa de la horizontalidad en las relaciones sociales, la ausencia de conflictos bélicos a la usanza centroamericana, la posibilidad de los pactos sociales y las transiciones políticas sin mucho desorden y con un alto control social.

Esta narrativa era diseminada sin problemas por los diferentes estratos y grupos sociales. Había un proyecto en el que La paz narrativa y La Paz en la práctica eran valores universales en una sociedad como la costarricense.

Esto ha cambiado porque las reglas del juego sociopolítico han cambiado. A los grupos hegemónicos no les interesa ya sostener esa premisa tan identitaria de un proyecto que fue asumido por el colectivo de una forma pasivo-agresiva.

Los intereses de esos grupos no están en el país. Y sus interlocutores ya no son los voceros de los partidos políticos.

Más de 112 grupos criminales operan en Costa Rica y son ellos los que controlan los territorios, las agencias individuales, las microeconomías familiares de quienes han sido excluidos por un sistema económico y político que por más de 40 años ha avasallado al ser humano y su esencia.

Las reglas del juego democrático son otras. Otra la interfaz que dibuja un escenario quebrantado, vulnerable, a punto de tocar fondo si no es que ya.

Quiero hacer aquí una precisión y una disculpa conceptual. Durante muchos años en mi ejercicio sociológico utilicé la expresión “Costa Rica se está centroamericanizando” para hacer referencia al aumento de la violencia y la desigualdad, dos ideas precursoras con las que alguna vez se construyó eso que llamábamos los académicos “la excepcionalidad costarricense”.

Es decir, en ausencia de violencia y siendo uno de los países con menos desigualdad a nivel regional, podríamos ver por encima de los hombros a nuestros vecinos. Y si, con tono de superioridad, racismo y burla.

Qué daño nos hizo la idea de la excepcionalidad. Porque si para afuera lo éramos, hacia adentro el germen de la violencia y la ruptura de la convivencia y la igualdad imaginada, empezaba a cristalizar un nuevo proyecto social basado en la competencia, el individualismo y la construcción de un enemigo social interno, que ha erosionado nuestras formas más básicas de coexistencia comunitaria.

Acabamos de pasar una semana de terror en esta materia. El bochorno sin comparación vivido en el Estadio Alejandro Morera Soto debe ser leído en una clave más amplia. Si la base material está quebrada, la dimensión sociocultural está aniquilada. Ya no sabemos cómo divertirnos ni a nivel subjetivo ni colectivo. No sabemos respetarnos. No sabemos convivir.

Si para pasarla bien debemos acudir a la violencia contra el otro; si para divertirnos debemos asistir a la muerte de dos caballos en un desfile de caballistas, es porque inexorablemente hemos tocado fondo.

Trato de encontrar una fecha significativa en la cual podamos colocar un diálogo nacional para revertir esto.

Se me ocurre 2025: el primer cuarto de siglo de una época absolutamente disruptiva. Aprovechar este momento porque del fondo no salimos si no apalabramos en la enfermedad social, económica y cultural en la que nos hemos convertido.

El efecto Yamal: MENTE NO EDAD ES EL LÍMITE

José Luis Valverde Morales.

José Luis Valverde Morales

* Selección de Costa Rica contagiada.

Lamine Yamal, a sus 16 años, es el jugador más joven de la selección española en la Eurocopa, recién cumplida esa edad debutó en el poderoso Barcelona, desde ahí es figura.

En las concentraciones, como cualquier estudiante de secundaria lleva los libros, en esas organizaciones, la formación académica es innegociable.

CONTAGIO.

Inimaginable Gustavo Alfaro, entrenador de la renovada selección de Costa Rica, no haya contagiado a sus noveles jugadores con el efecto Yamal.

Alfaro con sus seis décadas, experiencias mundialistas a cuestas, es un denominado “pico de oro”, de verbo fácil, conocedor a fondo de cómo conducirse ante los medios de comunicación.

Los jóvenes de la escuadra tica le plantaron cara en el debut en la Copa América a la poderosa selección de Brasil.

EN SECO.

Vinicius Junior, figura estelarísima del Real Madrid, posiblemente próximo Balón de Oro, perdió varias jugadas mano a mano con Jeyland Mitchell, jugador de la cantera de Liga Deportiva Alajuelense, debutado hace algunos meses, cuando no había de otra por las bajas en el primer equipo.

Patrick Sequeira, portero de proyección, actualmente en un conjunto de tercera división en España, declarado jugador más valioso del cotejo Costa Rica frente a Brasil, esto ante un elenco plagado de estrellas, no es poca cosa.

El efecto Yamal va a permear en la juventud de hoy, en los hogares, política, organizaciones, la mente, no la edad es el límite.

La vida no es de muchachos, muchachas, viejas o viejos, es de quien sienta que puede, más allá de pocos o muchos almanaques.

El fútbol es un fenómeno de masas, así como hace pocos años un virus mandó al encierro a la humanidad, ahora el contagio Yamal, nos lanza a perder el miedo.

La existencia está para driblarla con desparpajo, atrevimiento, alegría, no es cuestión de monedas, simplemente, es creérsela.

Gol cantado con alma de mujer

José Luis Valverde Morales.

José Luis Valverde Morales

Alicia Arévalo, le “arrebató” el micrófono a los varones, por primera vez, una voz femenina es parte de la narración de los partidos de fútbol en la Eurocopa.

Su descripción de los cotejos es aire fresco, un campo históricamente reservado a voces masculinas.

La joven irradia alegría, conocimiento, le da sabor de fiesta a las contiendas.

Como es natural (no debería serlo) en cada transmisión resiste las embestidas de los machos, celosos de un feudo sin dueño, pero apropiado por la decadente masculinidad, que ve romperse el anacrónico paradigma.

Maestros.

Costa Rica históricamente ha tenido excelentes narradores, desde el olvidado Joaquín García Soto, quien a mediados del siglo pasado usó cables de telégrafo, para reseñar los primeros encuentros internacionales.

De este querido personaje, a quien conocí, voz de documentales estadounidenses luego de la Segunda Guerra Mundial, cuenta la anécdota, el partido en El Salvador del cuadro patrio, en la artesanal transmisión, elogiaba las destrezas futbolísticas del jugador denominado “Garrobero”, para darse cuenta después, ni siquiera fue alineado.

Luis Cartín Paniagüa, José Luis “El Rápido” Ortíz, Mario McGregor, llenaron con magia las descripciones de partidos, para adobar la imaginación por medio de la radio.

En camino.

Costa Rica tiene ya buenas comentaristas deportivas, mujeres irrumpiendo con su talento, aderezo y humor en los partidos.

Más temprano que tarde, en Tiquicia, donde las féminas son reconocidas por derribar estereotipos, saldrá alguna voz femenina en la narración de los cotejos, está joven catalana abrió las puertas de par en par, nadie podrá cerrarlas.

Pan y Circo

Marlin Óscar Ávila
1 de junio, 2024
Honduras

Marlin Óscar Ávila.

Este sábado vimos en las pantallas al equipo Borussia Dormond jugando contra el Real Madrid.

90 mil personas llenaron el estadio. El Real Madrid ganó el «Champions League» por décimo quinta vez

Mientras tanto la industria de las armas para las guerras en medio Oriente y en Ucrania no se da abasto en satisfacer la demanda comercial, aun cuando es la juventud de varios países la convertida en carne de cañón por los políticos de Kiev, Washington, París, Londres, y Moscú, en actitud defensiva, con un occidente hartado de ruso/fobia.

Nosotros, gozamos del partido, comiendo pizza de la buena.

Es bueno saber que nuestra región, donde hubo guerras y mucha juventud muerta, en los ochenta, ahora podemos vivir en una relativa paz.

Nuestra población trabajadora, aun cuando obtiene raquíticos ingresos, pues no llegan al mínimo establecido para obtener los 30 productos de la canasta básica, la clase trabajadora tiene libertad de organizarse, sin embargo, no lo hace como debiera. Es evidente que está paralizada sin exigir que se cumpla con lo establecido en las leyes y convenios internacionales.

Un factor que puede ser neutralizante es la evidente alianza entre las sindicales y el partido político gobernante Libre. Lo cual parece positivo para lograr un buen gobierno. Sin embargo, puede ocurrir una desventaja para el pueblo trabajador, cuando y si este trabajador organizado da prioridad a su partido e ignora los intereses de clase social a la que representa.

Todo gobierno debe lograr el beneficio de los diversos sectores sociales y económicos. Así es casi imposible que Libre satisfaga a la patronal sin afectar al empleado y viceversa.

Por eso es por lo que, para lograr los balances exigidos, mucho está en la capacidad de diálogo y negociación.

Sobre la mesa, siempre debe considerarse que hay actores externos muy poderosos. Particularmente las corporaciones internacionales del empresariado. Lógicamente, están aliadas a grandes potencias mundiales donde el mercado es un actor de primer orden.

El sindicalismo actual tiene nuevas exigencias. Así que su actuar debe estar a la altura de las nuevas circunstancias.

Por ejemplo, ahora se debe insertar en el conocimiento y manejo de los medios electrónicos. Solamente referirse a las comunicaciones, esenciales para la información y análisis actualizado, debe manejar bastante de los medios electrónicos. Ahora le es imprescindible, el manejo de la inteligencia artificial y la robótica.

Si no lo hace, las organizaciones patronales van a jugar con los obreros y campesinos. No solamente se burlarán, pero agudizarán su explotación al trabajador. Esto se vuelve esencial ahora, aunque no lo fuera hace una década.

Desde luego, el descanso y la diversión, por ejemplo, viendo un partido de fútbol clásico, no solamente es un derecho humano, es una necesidad para su salud, pero sin dejar la movilización y la reivindicación socio económica.

Así es que abogamos por el desarrollo integral de la sociedad en un ambiente de paz y armonía, defendiendo y luchando por los derechos de cada sector.

Goleada 6 A 3: Cartago Campeón

José Luis Valverde Morales.

José Luis Valverde Morales

A la provincia de Cartago le cuesta levantar títulos, no se trata de muñecos enterrados. Pasaron muchas décadas para proclamarse campeones de fútbol, hasta los del equipo rival nos alegramos.

De nuevo. 

El júbilo regresa, al fin los cartagos tendrán el nuevo hospital.

El representativo estatal de los caprichos, berrinches, la sin razón, goleado 6 a 3 en la cancha de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social.

Los del “team” del gobierno, Marta Eugenia Esquivel Rodríguez, María Isabel Camareno Camareno y Jorge Porras López, derrotados.

El director técnico les instruyó  botar bolas, cometer faules, alargar el tiempo del partido, usar armas innobles, lejanas al juego limpio.

El entrenador llamó a los dueños de la ficha de los jugadores rivales, trató de pasarlos a su bando.

Mediante maromas reglamentarias, dejó fuera a los del conjunto de los trabajadores, los sacó de la cancha, metió forros, jugadores mañosos, a quienes les encargó anotar goles a favor de su equipo.

Martha Rodríguez González, José Luis Loría Chaves y Maritza Jiménez Aguilar, sacaron la casta, apelaron a las normas del cotejo.

Antes de finalizar el primer tiempo, se juntaron con los representantes patronales: Zeirith Rojas Cerna, Johnny Gómez Pana y Jorge Luis Araya Chaves, rearmaron el cuadro, cerraron filas. ¡Cartago campeón!

10 años.

Pasarán al menos 10 años para que los cartagos reciban el trofeo del nuevo hospital. Cuando celebren en la explanada de la basílica, el entrenador rival habrá dejado de jugar en las canchas federadas del país.

El director técnico estará sin equipo, de previo, por tratar de tocarla en demasía, lo habían sacado de terrenos de juego en el ámbito internacional.

En un par de lustros los cartagineses levantarán de nuevo la copa, todos la alzaremos con ellos.

¡Cartago campeón!

El grito en la cancha: ¡DISCULPE SEÑORA!

José Luis Valverde Morales. Periodista

Algunos entonan el Himno Nacional apenas moviendo los labios, otros ni siquiera musitan, hay quienes lo hacen en medio de dudas en cada estrofa, los héroes y heroínas lo cantan desde el alma.

Bryan Josué Oviedo Jiménez, arranca las notas desde las entrañas del sentimiento patriótico de peregrinar desde muy joven.

Bryan es posiblemente de los menos mediáticos de los futbolistas costarricenses, la prensa, muchos de los periodistas no le hemos hecho justicia a este guerrero.

SIEMPRE LISTO.

Cuando la patria lo llama a la selección nacional de fútbol, desde cualquier confín donde juega, simplemente se viene, dice: ¡Presente!

El campeonato mundial sub-20 en Egipto 2009, de la mano del técnico nacional Ronald González (Hoy esperando oportunidad de volver al banquillo) fue su primer vitrina.

La epopeya de los muchachos casi olvidados, algunos dejaron sus rutilantes carreras en el camino, a veces desplazados por foráneos segundones, ayer y hoy, usurpadores de oportunidades para los chicos.

GUANTE DE ORO.

Esteban Alvarado, obtuvo el Guante de Oro, el mejor, promisorio portero del torneo, físicamente dotado para compartir el sitial de los Courtois, Nuer, Lloris, Oblak, Becker, por supuesto del nacional Navas.

Hace poco escribí de la incipiente carrera de Manfred Ugalde, como en Europa no inflan paquetes, en el Viejo Continente, los grandes equipos contratan perlas para pulir.

Mencioné algunos apellidos: Ruiz, Wanchope, Bolaños, otros más, debo reconocerlo, fui imperdonablemente omiso con Díaz, Gamboa, Duarte, Oviedo, ni que decir de la enorme Shirley Cruz.

¿USTED CONOCE?

Entre los centenares de comentarios desatados en redes sociales al tocar temas atinentes al deporte, donde opinamos sabiendo y sin saber, uno particularmente llamó mi atención.

La pregunta concreta, la copio literalmente: “¿Eres periodista quisiera saber si conoces este Lateral izquierdo?”

Acompañando el cuestionamiento el video con una jugada de Bryan Josué Oviedo Jiménez, lo formuló Ana Lorena Jiménez Quesada, sí, precisamente su madre.

«¡Por supuesto lo conozco!”

Con amor, respeto, sentido orgullo de madre, dejo el comentario a mi respuesta.

«Si, pero siempre que mientan mejores jugadores él nunca está presente”.

La mujer abrió su corazón para plasmar el recóndito reclamo, no de protagonismo para su hijo, más el clamor materno: “Creo tal vez por no ser de la Meseta Central”.

“Él es nuestro gran orgullo de un pueblo pequeño, San Isidro de Peñas Blancas, San Ramón, cerca de La Fortuna, encontrará la cancha donde se inició.

Su papá, Olger Oviedo (QdDg) fue el primer entrenador…desde los 5 años se le veían la grandes virtudes…convencieron a sus padres de jugársela, apostar a él, apoyarlo, aunque las condiciones económicas eran limitadas.

Todo esfuerzo tiene su recompensa, Dios lo ha bendecido grandemente, se lo merece” comenta su progenitora, con el emoticono de las manos juntas a manera de plegaria.

POCOS.

Bryan se desempeña en uno de los puestos más requeridos en el mundo futbolístico, lateral izquierdo, justo el perfil de la pierna con la que fue dotado, el resto es historia.

Más de una década en Europa: Noruega, Dinamarca, Inglaterra, últimamente, jugador en la liga profesional de los Estados Unidos, en el Real Salt Lake City.

LESIÓN.

Cuando estaba listo para formar en la histórica selección representante de Costa Rica en Brasil 2014, seis meses antes, el infortunio de la grave lesión de tibia y peroné lo dejó fuera.

Los mundiales de Rusia y Catar fueron escenario del jugador, quien, a sus 31 años, con disciplina, siente las condiciones, el fuelle para llegar al próximo mundial, con sedes compartidas entre México, Estados Unidos y Canadá.

PASIÓN.

Doña Ana Lorena, posiblemente, desde lo más íntimo, siente, también ella pudo ser futbolista, a la distancia se percibe su pasión.

“Eso no termina aquí, hay 5 Sobrinos de él (Bryan) extraordinarios y una sobrina de 13 años jugando en Ligas menores de San Carlos”.

El intercambio con está, a todas luces extraordinaria mujer, lo cierra con otro botón de su legítimo orgullo, comparte el golazo en ligas menores de un muchacho. “Este es el hijo mayor de Bryan, también zurdo”.

Bryan de pocas palabras, las justas para denotar a la persona caballerosa, educada, humilde, respetuosa.

Vestido con el uniforme patrio canta el Himno Nacional, extrae desde lo más profundo del alma, la pasión, garra, coraje, de quien se sabe hijo de un pueblo valiente y viril.

A juzgar por los genes, la historia de esta familia futbolera continúa.

Selección sub-20 cuarto lugar, Mundial Egipto 2009

Porteros

Esteban Alvarado, Minor Álvarez, Danny Carvajal

Defensas

José Mena, Kenner Gutiérrez, Roy Smith, Derrick Johnson, Cristian Gamboa, Ricardo Blanco, Bryan Oviedo, Pedro Leal.

Volantes

David Guzmán, Daniel Varela, Carlos Hernández, Esteban Luna, Diego Estrada, Diego Madrigal, Allen Guevara.

Delanteros

Josué Martínez, Marco Ureña, Jorge Castro.

Entrenador: Ronald González.

Fotos: Bryan en los albores de su carrera, zapatos en honor a su madre (cortesía Ana Lorena Jiménez Quesada), selección sub20 Egipto 2009, entonación del Himno Nacional de Costa Rica. Internet.

Racismo y homofobia en el fútbol

Luis Paulino Vargas Solís

En los últimos meses ha habido dos casos que han levantado polémica en relación con el racismo en el fútbol. En el primero se vio involucrado Justin Campos, en aquel momento técnico del Saprissa. En el segundo está implicado un jugador de este mismo equipo.

El debate sobre el racismo en el futbol costarricense viene de años atrás. Y en buena hora que así sea. El tema es importante en sí mismo, y lo es adicionalmente en cuanto muchos muchachos negros participan en nuestro fútbol, incluso algunos que se cuentan entre los más destacados jugadores.

Por otra parte, pregunto: ¿cuándo se va a conversar acerca de la homofobia en el fútbol? Uno bien podría decir que es una cuestión tan profundamente arraigada, y a tal punto normalizada, que ni siquiera se la menciona.

Eso sí, conviene reconocer que no es un rasgo exclusivo del fútbol: está presente en prácticamente todos los deportes. Pero presente en la rama masculina, ya que, entre las mujeres, las cosas dichosamente funcionan de otra manera. En el futbol femenino hay muchas chicas lesbianas, que no necesitan, ni mucho menos, disimular lo que son. Otro ejemplo es el tenis: no sé de ningún jugador de élite -ni actual ni del pasado- que sea reconocido como gay. En cambio, entre las mujeres, incluso algunas de las más grandes tenistas de todos los tiempos, son abiertamente lesbianas.

En el futbol masculino de Europa hay por ahí algún jugador gay. Son tan poquititos, que se hace obligatorio reconocer que, incluso en Europa, el tema es muy espinoso.

Hace muchos años no voy a ningún estadio, pero tengo presente que los insultos homofóbicos eran pan de todos los días ¿Ha cambiado eso? La verdad, lo dudo. El chiste sobre “los princesos”, que tiempo atrás circulaba profusamente, tiene esa connotación, pero está a tal punto naturalizada, que ni siquiera se capta.

Es asimismo conocido que cuando un equipo tico -incluida “La Sele”- viaja a otros países centroamericanos, los “cariñitos” que reciben desde las graderías habitualmente tienen un subido tono homofóbico, lo cual refleja un estereotipo bien arraigado en los otros países del área en relación con los hombres costarricenses (también hay sus estereotipos sobre las mujeres).

Téngase presente que el talento está distribuido entre la población, de forma totalmente independiente de su orientación sexual. O sea: si aproximadamente un 5% de los hombres somos homosexuales, ¿no debería haber aproximadamente un 5% de futbolistas talentosos que también lo sean? Pero, curiosamente, no hay ni uno solo.

Cuando lo exótico nos es ajeno

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Hace unos días un programa de discusión futbolera costarricense debatía sobre la decisión de algunos futbolistas por salir como legionarios a destinos que llamaron “exóticos”.

La discusión, bien básica por cierto, buscaba reeditar para mi gusto aquel discurso sobre el nivel del fútbol tico, su supuesta superioridad con relación a otros países del área (esto realmente es de poca seriedad en un contexto en el que Panamá y Guatemala están hoy por hoy ubicados en un nivel futbolístico mucho mayor que el costarricense) y la pérdida de cierto estatus en algunos jugadores al preferir ligas de países como Letonia, India, Corea, solo por mencionar algunos. Esos que denominaron como “destino exótico”.

El concepto de destino exótico usado en este caso deviene de un principio de negación: ninguno de los escenarios citados, para el enfoque periodístico, son potencia en el mundo futbolístico y aparecen raros, extraños, distantes.

Si no me equivoco Costa Rica ha tenido dos excepciones en su historia con jugadores ubicados en la cima del fútbol mundial y distanciados por un siglo de diferencia: Alejandro Morera Soto y sus hazañas en el Barcelona español y Keylor Navas en su paso extraordinario por el también español Real Madrid.

Lo que intento decir es que cualquier experiencia que un jugador tenga en el extranjero debe ser valorada como altamente positiva. La denominación de lo exótico como algo extraño o no predominante en el mundo del fútbol, solo demuestra la continuación de un legado etnocentrista en las estructuras mentales locales.

En los años noventa un jugador procedente de Eslovaquia llamado Josef Miso recaló en tierras costarricenses. Sin saber mínima palabra en español y con un futuro incierto, se ganó el apoyo de los aficionados costarricenses a base de goles y buen juego.

Habría que preguntarle a Miso ahora por su concepto de exoticidad al arribar a un escenario absolutamente desconocido y donde hizo su vida futbolística.

En ocasiones es bueno dejar de vernos tanto el ombligo. Conviene levantar la cabeza.