Alto riesgo en Costa Rica
Marlin Oscar Ávila
Costa Rica entra en un alto riesgo de perder su democracia y el nivel de bienestar social, a partir de la segunda ronda electoral en dos meses. El fundamentalismo religioso la tiene acosada a sufrir de un acelerado deterioro económico, político y social. Las sectas religiosas que en toda américa latina penetran las poblaciones pobres y muy frágiles, están diciendo que se debe nombrar un gobierno dominado por su ideología religiosa, a través del Partido Restauración Nacional, y un pastor predicador, periodista y cantante, llamado Fabricio Alvarado, uno de los pastores neo pentecostales que acumulan riqueza sin pagar impuestos al Estado. Este señor y su partido no tienen programa político más que un simple discurso en favor de la familia, con todo el fervor de xenofobia, contra toda relación bisexual, homosexual, transexual, concluyendo en una actitud anti femenina. Es decir, retrocede un siglo los avances de filosofía y de derechos humanos.
Se acercan al radicalismo conservador de la derecha internacional, racista y nacionalista. Con un discurso cerrado y reducido al círculo familiar, su gobierno no pasaría de ser presa fácil de los organismos internacionales promotores del neo liberalismo. Este partido político nacido de religiosos fundamentalistas con ambiciones terrenales, no tiene programa alguno para resolver la problemática financiera, económica, de infraestructura, de salud y educación, menos una política de protección medio ambiental, sobre personas con discapacidad y adultos mayores, así como de relaciones internacionales. Como no es lo mismo ir al reino de los cielos como reinar en la tierra, no cuentan con un equipo profesional con las capacidades exigidas en el contexto nacional e internacional.
Esto llevaría a Costa Rica, país reconocido por su alto nivel educativo, a perder la calidad de los servicios públicos que hasta la fecha ha logrado mantener. Entregaría fácilmente sus recursos naturales y capacidades profesionales y técnicas a la iniciativa privada internacional, es decir, a las grandes transnacionales que acumulan la riqueza mundial en pocas familias. De allí a convertir al país en uno de los países pobres y miserables de América Latina, solamente restarían los cuatro próximos años. En otras palabras, la pobreza mental en la que se basa su partido, llevará a Costa Rica, a una pobreza en todos los aspectos de la vida humana.
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