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Derechos laborales e ideologías empresariales

Luis Paulino Vargas Solís

Derechos laborales e ideologías empresariales

En buena hora que haya debate sobre los derechos laborales en Costa Rica. De mi parte, he defendido públicamente tales derechos lo cual ha suscitado descalificaciones en mi contra (ya que no argumentos) que reinciden en decirme que soy “anti-empresarial”. Creo que la cuestión merece ser desgranada con cierto cuidado, pero dejando en claro que mi alegato tiene que ver con la situación que se presenta en el sector privado. Espero, pues, que no se quiera enredar la discusión haciendo referencia al sector público, cuya situación es lo suficientemente diferente como para ameritar un trato aparte.

Mi posición se resume en lo siguiente:

1) Objetiva y justificadamente puede sostenerse que en partes muy significativas del sector privado en Costa Rica ha habido –como tendencia general- un menoscabo en la aplicación efectiva de algunos derechos laborales, no obstante estar estipulados en las leyes y la Constitución de la república, así como en tratados internacionales suscritos por el país. Ello es contundentemente claro en relación con el derecho a la organización sindical independiente, de donde resulta una situación de suma vulnerabilidad para los trabajadores y las trabajadoras, quienes deben entonces negociar su contrato y condiciones laborales sobre una base puramente individual y, en consecuencia, en el contexto de una relación muy desigual.

2) Apoyo, pues, que se dé plena vigencia y efectividad a tales derechos, conforme lo establecen esos diversos instrumentos jurídicos vigentes.

3) Adicionalmente soy del parecer que el país debe proponerse seriamente continuar avanzando en materia de derechos laborales, en el entendido que ello es fundamental para garantizar una sociedad más democrática, una distribución del ingreso y la riqueza más justas y una convivencia más pacífica y digna.

¿Corresponde lo anterior a una ideología o toma de posición anti-empresarial? Ello sería válido solo si aceptamos que una presunta “ideología pro-empresarial” estaría basada en las siguientes premisas:

4) Se disimula –con silencio cómplice o actitud permisiva y complaciente- la realidad de efectivo menoscabo que actualmente se da en relación con algunos de los derechos laborales más importantes.

5) Se considera aceptable y se cohonesta el que derechos laborales formalmente vigentes con arreglo a las leyes, la Constitución y diversos tratados internacionales, sean desconocidos en la práctica laboral concreta. Ello supondría apoyar comportamientos ilegales, anti-constitucionales y violatorios de compromisos internacionales.

Obviamente, y dados los mencionados puntos 4) y 5), esta supuesta “ideología pro-empresarial” descartaría cualquier posibilidad de un avance ulterior hacia niveles más desarrollados de los derechos laborales, según lo que indiqué en el punto 3).

Derechos laborales e ideologías empresariales2

Tal “ideología pro-empresarial” conllevaría de forma implícita algunos supuestos muy preocupantes, tanto en relación con su visión de la sociedad y su concepción de la democracia, como incluso respecto del funcionamiento empresarial y las bases de su “competitividad”. Ello es así en virtud de lo siguiente:

6) Por el desconocimiento deliberado y la anulación práctica de normas jurídicas plenamente vigentes.

7) Por la negativa a reconocer el valor de los derechos laborales, como conquistas históricas y derechos humanos sustantivos, derivados de grandes e importantes luchas sociales.

8) Por la consecuente negativa a reconocer que esos derechos son parte esencial y uno de los componentes más valiosos dentro del legado democrático de las sociedades contemporáneas a nivel mundial.

9) Por la negativa a reconocer que estos principios son parte importantísima dentro del entramado institucional y de derechos, indispensable para garantizar sociedades más justas, equitativas y pacíficas.

Todo lo anterior -puntos 6) al 9)- atiende a los aspectos sociopolíticos de la cuestión y a las graves implicaciones que ello conlleva. Pero también hay un aspecto económico –atinente a la así llamada competitividad empresarial- sobre lo que esto plantea serias dudas. Lo explico enseguida:

10) Se ha puesto en evidencia una gran resistencia –incluso un indisimulado temor- en el sentido de que la organización independiente de los trabajadores y trabajadoras pueda generar presiones que dañarían la “competitividad empresarial”, en el tanto ello podría obligar a la parte patronal a negociar, sobre una base colectiva y no persona por persona, aspectos como los siguientes: condiciones salariales; procedimientos de contratación y despido; higiene y seguridad laboral; provisión de servicios; mecanismos de estímulo y reconocimiento.

11) Claramente se entiende que se preferiría que todo esto quede sujeto exclusivamente al arbitrio de la buena voluntad del respectivo patrono o patrona. Por supuesto los hay que son, sin la menor duda, personas muy bondadosas. Pero aquí no me refiero a las cualidades personales de quienes dirigen las empresas, sino a una cuestión –los contratos laborales- que no pueden quedar a merced de la mucha o poca generosidad que cada persona pueda tener. En cambio, debe entenderse que el trabajador y la trabajadora merecen y necesitan contar con una base sólida desde la cual poder defender sus legítimos derechos y dejar claramente establecidas sus responsabilidades.

Derechos laborales e ideologías empresariales3

¿Significa esto que la “competitividad” de las empresas costarricenses depende entonces de una fuerza de trabajo desorganizada, sujeta al arbitrio de la buena (o mala) voluntad del patrono correspondiente? De ser ese el caso, estaríamos en presencia de una competitividad asentada sobre bases espurias y muy endebles, con el agravante de que ello puede tener (ya está teniendo) perversas consecuencias sociales, políticas y económicas que perjudicarían seriamente (ya seguramente lo están haciendo) la competitividad empresarial.

¿Cuál es la mejor forma de sostener buenos salarios y condiciones laborales decentes, sin perder rentabilidad ni mercados? Simple: siendo mucho más productivas. Y ello supone mejor organización empresarial, mejores técnicas gerenciales, más incorporación de conocimiento, una fuerza de trabajo más calificada y motivada, tecnologías superiores, capacidad para innovar. Pero, también una serie de condiciones de contexto: desde apropiada infraestructura vial y buenos puertos y aeropuertos hasta excelentes sistemas educativos y de salud y un ambiente de paz social y seguridad ciudadana. Y ni hablar de la política económica, destacadamente en relación con dos cuestiones que hoy tienen un impacto negativo fundamental: el tipo de cambio y las tasas de interés.  Todo lo cual ilustra acerca de la falacia implícita en la idea que alguna gente sostiene según la cual el “éxito empresarial” depende tan solo del esfuerzo individual.

En realidad, la economía es un sistema complejo y articulado, dentro del cual cada empresa es solo un nodo y de ningún modo un nodo autónomo. De ahí que esa presunta “ideología pro-empresarial”, es en realidad una ideología anti-laboral que puede tener perniciosas consecuencias sociales y económicas, en menoscabo, incluso, de las empresas individuales y de su competitividad.

Impulsar el desarrollo de la productividad de la planta empresarial de Costa Rica requiere, pues, de amplios procesos de diálogo y concertación. Pero nada de ello será factible si el país continúa por el camino de ahondamiento de desigualdades y anulación de derechos por el que está siendo arrastrado. La exclusión inevitablemente genera resentimiento y furia y, por lo tanto, bloquea el diálogo y ahonda la polarización.

 

Información tomada del Blog Soñar con los pies en la Tierra de Luis Paulino Vargas. http://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/2014/12/derechos-laborales-e-ideologias.html

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Domingo dentro de la octava de navidad: Sagrada Familia

Jorge Arturo Chaves O

Lect.: Eclo 3,2-6.12.14; Col 3,12-21; Lc 2,22-40

En los templos cristianos, desde hace siglos, la celebración de las grandes fiestas se prolongaban toda una semana. Por eso se hablaba de la octava de Navidad o de la Octava de Resurrección, porque la alegría de esas Pascuas se continuaba celebrando toda la semana siguiente. Esto nos lleva a los cristianos a que no se nos acabe la Navidad el día 25 de diciembre sino que continuemos contemplando el mensaje navideño en este domingo y hasta el 1º de enero. Y por eso hoy nos detenemos en un detalle no tan pequeño de lo que significa creer en la encarnación del hijo de Dios.

Significa, entre otras cosas, creer que la manifestación de la vida divina en Jesús, se realizó también en su experiencia de una vida familiar dentro de un torno pobre y sencillo, y en una época y unas condiciones culturales no solo muy diferentes de la nuestras, sino muy imperfectas. Era una estructura familiar, como nos lo han recordado la 1ª y la 2ª lectura, de una sociedad machista, una estructura patriarcal, autoritativa y vertical, donde la mujer estaba por completo sometida al varón, donde los hijos tampoco gozaban de autonomía y respeto para crecer con identidad y valor propios. En ese ambiente, con esa concepción social y familiar ni posible ni deseable de imitar por nosotros, nace y crece Jesús quien, a pesar de todas las circunstancias adversas, encarna, es decir, hace real, hace tangible, lo que es una vida humana vivida por completo abierta a Dios.

Cuando hablamos de nuestra creencia en la encarnación de Dios en Jesús, lo que estamos afirmando entonces es nuestra convicción de que en la vida de amor, de servicio y de entrega de Jesús se hace tan real el ideal de vida humana creyente en Dios que, de esa manera, esa vida permite, se abre, para que Dios actúe a través suyo, sin obstáculos, continuando en él su obra creadora de vida y libertad.

No podemos ni debemos buscar recetas o fórmulas en los evangelios que nos digan cómo vivir nuestra vida familiar, o individual, nuestro compromiso social o político. No podemos ni debemos tratar de imitar formas de vida de una época y cultura superadas. Pero sí podemos y debemos sentirnos retados por ese Jesús que nos inspira, a crear hoy nuevas y diversas maneras de vivir la vida de familia, las relaciones sociales, la política y la economía, en las cuales, como el mismo Jesús, podamos hacer transparente la vida divina contagiados y contagiando del amor que es pura generosidad y desinterés, sin individualismos ni apegos egoístas.

Decía el Papa Francisco antier, a propósito de conmemorar al primer mártir, San Esteban, que la entrega y el sacrificio de cristianos como éste, despojan a la navidad del «falso revestimiento empalagoso que no le pertenece”. Creo que el ideal de familia cristiana sufre también de ese falso revestimiento empalagoso, cuando tratamos de proponer un modelo dulzón de familia de Belén, que no existió, y que no tiene nada que ver con las vicisitudes, los sufrimientos y alegrías de las actuales formas familiares, de madres solteras, de parejas divorciadas, de hijos de diversos matrimonios que conviven, de nuevas formas de pareja… Nuestro reto es sacar de nuestro interior, toda la fuerza y creatividad que nos da el Espíritu de Dios para construir, en una nueva época, nuevas formas familiares que se abran, sin obstáculos para que el amor de Dios se manifieste a través suyo.Ω

 

Tomado del Blog Los que queremos ser de Jorge Arturo Chaves O: http://losquequeremosser.blogspot.com/2014/12/domingo-dentro-de-la-octava-de-navidad.html

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Paz política y justicia social

Arnoldo Mora

Terrorismo planetario
Arnoldo Mora

Siguiendo el calendario litúrgico cristiano, se celebra en Diciembre el nacimiento de Jesucristo, mientras desde el cielo se entona el mensaje que anuncia el advenimiento de la era mesiánica: el canto de PAZ (shalom, eirene) por un coro de ángeles. Pero el don preciado de la paz solo se logra, según el profeta Isaías, practicando la justicia, es decir, el reconocimiento del derecho de los otros. Por desgracia, el año que termina ha estado cargado de violencia. La paz ha estado ausente, no solo en regiones tradicionalmente conflictivas como el Medio Oriente, sino también en Europa del Este (Ucrania) y en países vecinos como México. Por el contrario, en Colombia renace la esperanza de una paz tan añorada después de más de 60 años de espantosa guerra civil.

Mientras tanto, esperanzadoras noticias nos llegan tanto de nuestro país como del Norte, donde el Presidente Solís, en el primer caso y el Presidente Obama en el segundo, han tomado valientes y visionarias decisiones históricas. El levantamiento del veto por parte de Luis Guillermo e impuesto por su antecesora en una vergonzosa decisión, se inspira en la tradición política de nuestro pueblo de búsqueda de la justicia social, que consolida el Estado Social de Derecho, cimiento de nuestra estabilidad política. Con esa decisión de Luis Guillermo que le da estatura de estadista, Costa Rica se ha puesto al día con las normas internacionales en la materia establecidas por la OIT. Con ello también se ha salvado el honor internacional de nuestra Patria pero, sobre todo, se han reconstituido las bases legales para hacer realidad la justicia social, de modo que no sea mas un simple eslogan demagógico, como la han convertido los partidos de derecha encabezados por el Liberación actual que nada tiene que ver con el de D. Pepe y Oduber. ¿Cuándo tendrá de nuevo ese decadente partido estadistas de la talla de sus fundadores?

Mas allá de nuestras fronteras, la noticia sorpresiva y esperanzadora que está sacudiendo los pasadizos de las cancillerías y a la opinión pública del mundo entero es que el Presidente Obama ha anunciado el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba rompiendo medio siglo de estado de una guerra no declarada, reconociendo el hecho de que esa obcecada política solo ha servido para aislar a Washington ante el mundo entero. Como muestra de la sinceridad en sus propósitos, Obama ha ordenado la liberación de los tres cubanos antiterroristas considerados héroes en su patria. Por su parte el Presidente Raúl Castro ha respondido liberando a un espía norteamericano y proclamando su voluntad de iniciar un diálogo que conduzca al pleno restablecimiento de relaciones armoniosas en todos los campos, acabando con el bloqueo económico y financiero que viola el derecho internacional y ha infligido mucho daño a ambos países.

¿Milagros de la Navidad o simplemente realismo político? Lo importante para el futuro de la humanidad es que el eco del canto de la Cueva de Belén, tantas veces entonado por los hombres y mujeres de buena voluntad, resuena por fin con brío inusitado dando la pauta en las relaciones entre las naciones. Esperamos que esto sea el inicio de una nueva era. ¡FELIZ NAVIDAD!

Enviado a SURCOS Digital por el autor.

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Agosto de 1914 o la estupidez humana

Rogelio Cedeño Castro*

Rogelio Cedeño
Rogelio Cedeño Castro

 

El día 4 de agosto, recién pasado, se cumplieron cien años del inicio de la horrenda, absurda e injustificada matanza entre seres humanos protagonizada por los habitantes de la Europa de hace un siglo, conocida ahora como la Primera Guerra Mundial (1914-1918), un hecho histórico que se constituyó en una expresión  más de la inmensa barbarie presente entre aquellos que presumieron siempre de ser civilizados frente el mundo colonial asiático, americano y africano, al que dominaron y explotaron durante siglos, con particular ensañamiento y violencia, extrayendo grandes riquezas y esclavizando a sus habitantes, a quienes, actuando al igual que los árabes, vendieron como esclavos en otras tierras. Todas estas pretensiones de superioridad ante el universo colonizado, acompañaron siempre a las políticas coloniales de Inglaterra, Holanda, Francia, Bélgica, Alemania y Austria Hungría en detrimento de otros pueblos del planeta. Sus alegatos de cultura y civilización frente a la barbarie de los otros se tornaron fallidos ante estos y otros actos semejantes, durante los siglos anteriores, pues como bien nos muestra el acontecer histórico esta no fue la primera guerra de exterminio físico y cultural (limpiezas étnicas incluidas) en su larga historia, tan llena de violencia homicida, tal y como ha quedado demostrado, a partir del examen de la abrumadora información de que hoy se dispone.

Estos graves acontecimientos, de naturaleza bélica, cuyo inicio se conmemora en estos días, constituyen un acontecimiento histórico singular, el de la Gran Guerra Europea o Guerra Civil Europea como la calificó John Maynard Keynes, mientras que la Segunda Guerra Mundial(1939-1945)  fue en gran medida la continuación de un conflicto bélico nunca resuelto, a partir del armisticio  o cese del fuego, del día 11 de noviembre de 1918, cuando dio inicio al cese de hostilidades poniendo fin a más de cuatro años de enfrentamiento armado, pero dejando en los resultados de las negociaciones de Versalles todo preparado para su reanudación veinte años después, como bien lo indicó el propio Keynes, en su libro LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DE LA PAZ, publicado en 1920, al renunciar a su condición de negociador en nombre del gobierno inglés.

Todo aquel horror de la matanza y el hacinamiento en las trincheras, con los combates a la bayoneta unidos al incesante fuego de la artillería, la muerte o la inhabilitación de una generación entera de jóvenes no bastaron a aquella pléyade de gobernantes cínicos y criminales, para satisfacer sus ansias de poder: Desde la incompetencia y la mentira criminal del general Joseph Joffre, Jefe del estado mayor francés al comienzo de las operaciones efectivas de combate, en agosto de 1914, con su cinismo y el ocultamiento de información que condujeron a la pérdida de miles de vidas hasta el entusiasmo posterior de Georges Clemenceau, el tigre y padre de la victoria hacia el final de la guerra (quelle victoire!), todos aportaron lo suyo para conducir a la juventud a aquel absurdo sacrificio de sus vidas. Socialistas y burgueses, tanto franceses como alemanes, se embriagaron del patriotismo más ramplón para sacrificar millones de vidas,  sin que nadie les pidiera cuentas.

Los ministros o sacerdotes de todas las denominaciones religiosas fueron cómplices de aquella carnicería, no sólo bendijeron a aquellos hombres que iban a matar y a dejarse matar como corderos sin una causa valedera, como no fuera la del patriotismo burgués presente desde el tiempo de las guerras napoleónicas, sino que a diferencia de los soldados que  confraternizaron  en las trincheras, durante los años de 1914 y 1916, los pastores bendijeron a las tropas como capellanes, confortándolos para que pudieran seguir sumergidos en aquella locura colectiva. Al parecer los supuestos valores judeocristianos que decían profesar, unos y otros, no les ayudaron a asumir una actitud crítica frente a tan inhumanas  y crueles actuaciones para con otros seres humanos, presuntos hijos de Dios dentro de la retórica religiosa.

Semanario Universidad, edición n°2068, del 10 de diciembre de 2014 al 13 de enero de 2015, página 23.

 

*Catedrático UNA.

 

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El aguinaldo de Castro y Obama

Armando Vargas Araya*

Armando Vargas Araya2
Armando Vargas Araya

Una ola de alegría recorre las Américas y despierta esperanzas de tiempos mejores para la comprensión y la cooperación entre los pueblos del Nuevo Mundo. La reanudación de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington merece ser festejada como un avance sustantivo en la reconstrucción del equilibrio entre las naciones de Abraham Lincoln y Antonio Maceo, prohombres que encarnaron las virtudes de la justicia, la libertad, la solidaridad y las ansias de participación democrática.

El presidente Raúl Castro y el presidente Barack Obama han desafiado poderosas élites radicales al interior de sus respectivos sistemas políticos, al adoptar la valiente decisión de replantear los términos de interrelación entre ambas sociedades vecinas. Alentados por el papa Francisco y la mediación del premier canadiense Stephen Harper, Castro y Obama acordaron superar el inexcusable distanciamiento arrastrado desde la Guerra Fría. El derribamiento de los obstáculos que separan a las dos repúblicas –el bloqueo o embargo en primer lugar– llevará tiempo y trabajo, pero la travesía ha comenzado.

La realidad cambió desde que Cuba pretendía exportar la revolución armada y Estados Unidos intentaba sitiar la Isla hasta su consunción. La Unión Soviética implosionó. Washington normalizó relaciones con la China Popular y el Vietnam por lo que su obstinación ante La Habana resultaba más insensata cada día. El pragmatismo reemplazó al ideologismo en la conducción de la política internacional. Hasta la conservadora Costa Rica, al cabo de 48 años, llegó a restablecer relaciones diplomáticas en el 2009 con la mayor de las Antillas. Latinoamérica exigió unánime que Cuba asistiera por derecho propio a la próxima Cumbre de las Américas en Panamá. Y en esa coyuntura se insertó el influjo positivo del pontífice romano.

“La suya es una voz que el mundo debe escuchar”, comentó Obama en marzo último, luego de conversar con el papa Francisco en El Vaticano. El papa escribió a Castro y a Obama instándolos a entablar el diálogo constructivo y los lazos diplomáticos. Sigilosamente, reunió en Roma a delegaciones de La Habana y Washington, junto con el cardenal cubano Jaime Ortega, pláticas que prosiguieron en Canadá. Nadie se enteró de la exitosa gestión papal antes de que los mandatarios agradecieran, casi en simultáneo, sus buenos oficios. Es el mayor éxito diplomático logrado por la Santa Sede en muchas décadas.

La razón acaba por imponerse en el complejo proceso de reestructuración de los balances entre los pueblos de las Américas, por la correlación de las fuerzas que en ellos actúan. Aunque muchos costarricenses tengan dificultad en aceptarlo, la influencia del ALBA, CARICOM y UNASUR ha sido determinante en este reacomodo. Los primeros pasos de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC) constituyen factor esencial en la reconfiguración del equilibrio geopolítico. Como expresó el presidente Castro, “debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias”. Y el presidente Obama dijo: “Conversaremos de frente sobre nuestras diferencias. Promoveremos nuestros valores a través del intercambio sostenido”.

Si el contexto mundial y continental evidencia cambios profundos, ciertamente el rol de Castro y de Obama debe ser valorado en todo su significado. Gracias a las peculiaridades singulares de su carácter, los gobernantes pueden influir considerablemente en los destinos de la sociedad. La oportuna gestión del papa Francisco ha cristalizado condiciones reales y voluntades dispuestas. El talento de los tres actores, junto con el premier Harper, los ha enaltecido de políticos a estadistas, en bien del porvenir de las Américas. ¿No es esto lo que enseñaba Gueorgui V. Plejánov en “El papel del individuo en la historia”?

Es temprano aún para valorar las repercusiones prácticas engendradas por la restaurada relación de Cuba y Estados Unidos en el Espacio Circuncaribe y en Sudamérica. “Todos somos americanos”, dijo en español el presidente Obama. ¿Cómo será el reacomodo de los factores en esa reorganizada ecuación política?

Costa Rica, sin embargo, ha de replantear sus objetivos de política exterior con miras a una elevación cualitativa de sus vínculos con la Isla. Desde el desembarco de Cristóbal Colón nunca fueron mejores las relaciones diplomáticas entre ambos países. ¿Disminuirán los flujos turísticos norteamericanos aquí al reabrirse el mercado de la Perla de las Antillas? ¿Cabrá en la mentalidad de Comex la exploración del mercado cubano para la producción exportable del país?  ¿Recuperará el Estado las “quintas libertades” entregadas a compañías extranjeras para restablecer vuelos directos a La Habana? En fin, las oportunidades pueden ser abundantes si los buenos propósitos se logran traducir en acciones eficaces.

Hay un motivo más de celebración en las fiestas de este venturoso Fin de Año.

 

*Miembro correspondiente de la Academia de la Historia de Cuba

 

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¿Luisguilandia?

Luis Paulino Vargas Solís

Luisguilandia

Hace unos días, recién publicados los datos de algunas encuestas que estudian las percepciones de las personas consumidoras, y otras en relación con lo que llaman el “clima empresarial”, escuché las respuestas del Presidente Luis Guillermo Solís cuando la prensa lo interpelaba al respecto.

Valga recordar, primero que nada, que estos datos de reciente publicación, no aportan novedad alguna. Se tratan de tendencias consistentes fácilmente rastreables en las sucesivas encuestas que antecedieron a las que acaban de publicarse. Lo usual es que, una y otra vez, se expresen percepciones pesimistas, incluso sombrías. Las personas consumidoras se manifiestan cautas, reticentes y desconfiadas; el empresariado habla, en el mejor de los casos, de planes de contratación e inversión restrictivos y modestos, a menudo poniéndole al asunto un tono plañidero, rebosante de quejas y lamentaciones.

Esa es, en general, la atmósfera sicológica prevaleciente: nos muestra un colectivo humano que, al menos en lo económico (posiblemente también en otros ámbitos) expresa malestar frente al presente y mucho temor respecto del futuro.

El presidente Solís, por su parte, se manifestó en desacuerdo con esos datos, me parece que no dudando propiamente de la validez de las encuestas realizadas, pero sí cuestionando el fundamento de tales percepciones negativas.  Vale decir, el presidente considera que no hay razones que justifiquen tanto pesimismo, cuando, por el contrario, las cosas estarían evolucionando de una forma tal que permitiría alentar renovadas esperanzas. En apoyo de esto último, don Luis Guillermo invocaba diversas medidas de su gobierno, dando especial destaque (como se ha hecho usual en él) a sus personales esfuerzos en materia de atracción de inversión extranjera.

Si el presidente tuviese el chance de revisar algunos cuantos y muy básicos datos de nuestra realidad, y caso que estuviese dispuesto a hacerlo desde la mirada crítica de un académico independiente, o tan solo la de un costarricense objetivamente preocupado por su país, posiblemente reconocería que, en realidad, las percepciones negativas, con todo lo
limitadas que resultan en términos de su capacidad para representar de forma confiable la realidad, no andan en este caso nada descaminadas. Cuando, por otra parte, eso no debería resultar tan difícil para un presidente que fue electo favorecido por una imagen de cambio. Para un mandatario con tales características, poder señalar con cierta claridad y franqueza los problemas que toca enfrentar, debería ser entendido como paso necesario en la preparación de la ruta –seguramente escabrosa y empinada – que conduzca al anhelado cambio.

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El caso es que presidentes y presidentas –y no solo en Costa Rica-  son por lo general especímenes sociopolíticos escasamente dotados para admitir con franqueza y sin maquillajes, la realidad de los países y sociedades que les toca liderar. Me sospecho, sin embargo, que esa tendencia ha tendido a agudizarse en los últimos decenios, cuando el reinado neoliberal ha ido abriendo una brecha creciente entre las expectativas y demandas que plantean conglomerados ciudadanos cada vez más complejos y multicolores, frente a la cruda realidad que ofrecen las declinantes capacidades del Estado y el movimiento sostenido hacia economías fragmentadas y mucho más inestables, en las que escasean las oportunidades y se agravan la incertidumbre e inseguridad.

Quizá por ello ha tendido a proliferar –me parece que en mucho mayor grado que en el pasado- la tendencia a hacer de cada gobierno una especie de cuento de hadas o, en todo caso, un cierto ejercicio de esquizofrenia colectiva: por un lado va la realidad de la gente común y silvestre; por el otro, bien diferente, el mundo de ensueño y los castillos encantados de quienes gobiernan.

De ahí que, con justificada razón, podamos hablar de Lauralandia, Abelandia, Chemalandia, Miguelandia o Juniorlandia, aunque con seguridad ninguna tan volada como la Oscarlandia Reloaded (no olvidemos que también hubo una primera versión), con su TLC, sus 500 mil empleos, sus automóviles Mercedes Benz y sus motos BMW.

¿Vamos camino del Luisguilandia? Espero muy de corazón que no sea el caso, pero he de admitir que hay síntomas preocupantes. La forma como el presidente reaccionó ante la prensa a raíz de las malas percepciones que transmiten las encuestas a que hice referencia, apunta en ese sentido; ya ahí empieza a dibujarse un cierto desconecte entre lo que la gente ve y lo que el presidente mira. Pero nada tan llamativo como la reiterada evocación que don Luis Guillermo hace en relación con los objetivos de atracción de inversiones con que justifica sus viajes al extranjero.

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Es importante hacerlo –nos reitera una y otra vez- para así impulsar la economía y generar empleos. La realidad –la de por lo menos los últimos 16 años- no le concede mucho respaldo a tales dichos, lo cual no ha impedido que sea lugar común infaltable en los discursos presidenciales; los actuales –como bien lo estamos observando- pero también los de hace cinco, diez o quince años. Es algo así como las hadas: elemento infaltable en el cuento de ensueño presidencial con que intentan arrullarnos.

Y, sin embargo, la economía asemeja hoy día un carro cuya caja de marchas se averió por lo que solamente puede avanzar en primera; lento y pesado, atragantado en soplidos angustiosos. Todo lo cual se refleja en una situación del empleo que raya en la catástrofe, con salarios reales declinantes, pobreza al alza y desigualdad creciente. Y que tenga por seguro el señor presidente que eso no se arreglará ni con viajes de negocios patrocinados por CINDE ni con genuflexiones ante inversores extranjeros que muy poco interés tienen –y no tendrían por qué tener ninguno- en resolver nuestros problemas.

Don Luis Guillermo puede querer pintar la realidad con los colores que mejor le plazca. Al cabo, de ello dependerá el que sea, o no, un presidente con los pies bien puestos en el suelo y en capacidad de entenderse con la gente de la calle que tan masivamente le dio su apoyo electoral.

O acaso elija ofrecernos una nueva versión del viejo cuento de hadas: la Luisguilandia.

 

Tomado del Blog “Soñar con los pies en la tierra” de Luis Paulino Vargas Solís.

http://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/search?q=Luisguilandia

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La economía de Costa Rica en 2015: la recuperación que nunca llega

Luis Paulino Vargas Solís

La economía de Costa Rica en 2015- la recuperación que nunca llega

Al concluir 2014, la economía de Costa Rica acumula siete años consecutivos con un desempeño por debajo de sus estándares históricos. Aún si excluimos el bienio 2008-2009, en el que impactó la fase aguda de la crisis económica mundial, lo que observamos en el período subsiguiente (un quinquenio completo), es un desempeño mediocre que, con el paso del tiempo, tiende a deteriorarse de forma gradual. Ello se visibiliza en la evolución de diversos indicadores macroeconómicos, como el crecimiento del PIB o de las exportaciones. Pero salta a la vista, de modo mucho más dramático, al ver los datos sobre empleo, pobreza y desigualdad. En ese contexto el problema del déficit fiscal, como tantos otros en las actuales circunstancias, ha devenido crónico. Y es que, en efecto, si quisiéramos apelar a una metáfora médica, cabría entonces hablar de un complejo síndrome en el cual concurren simultáneamente una amplia gama de síntomas, todos los cuales empezaron a manifestarse en 2009 y, llegados a 2015, no dan signo alguno de mejoría cuando, en la mayoría de los casos, parecen deslizarse por una pendiente de gradual pero sostenido empeoramiento.

 

¿Una economía en depresión?

Tiene entonces sentido hablar de una situación de depresión de la economía costarricense, y ello desde dos perspectivas. Primero, porque, desde cualquier punto de vista que se le evalúe, el desempeño económico se sitúa claramente por debajo de sus tendencias históricas, incluso aquellas –más bien mediocres- del período neoliberal posterior a 1984. Segundo, porque, además, es una situación que tiende perpetuarse durante un dilatado período, el cual entra ya a su octavo año.

Pero si, además, ponemos atención al aspecto político de la cuestión, cabe entonces hablar de una nueva fase del Proyecto Histórico Neoliberal, la cual posiblemente arranca a las alturas de 2005-2006, pero cuyas consecuencias principales se hacen visibles en la etapa posterior a 2009 y hasta la actualidad. Esta nueva fase –a mi juicio la tercera en el devenir de ese proyecto histórico- está marcada por el predominio de los intereses del negocio financiero, lo cual a su vez se visibiliza en tres aspectos clave de la política económica: la política de objetivos de inflación por parte del Banco Central y, en relación con ésta, el manejo de las tasas de interés y del tipo de cambio del colón frente al dólar. Ahí se juega mucho de la suerte de la economía costarricense.

Dejemos claro esto último: tasas de interés y tipo de cambio son las dos herramientas que el Banco Central manipula para dar cumplimiento a sus metas inflacionarias. Y, a su vez, el logro de esos objetivos en materia de precios, como el comportamiento que en ese contexto adquieren las tasas de interés y el valor del dólar, claramente apuntan en un sentido: favorecer la rentabilidad del negocio financiero. Se facilita así que la banca obtenga recursos externos en dólares para alimentar los circuitos internos de crédito en moneda extranjera, como, más en general, se procura de esa forma mantener los flujos de capitales provenientes del exterior. A la vez que, con tasas de interés muy superiores al nivel de inflación, y con una diferencia sustancial entre tasas activas (las que se cobran sobre los créditos) y tasas pasivas (las que se pagan sobre los ahorros) se garantizan condiciones de elevada rentabilidad para las actividades financieras.

Todo ello, sin embargo, conlleva un costo muy alto, pues implica colgar al cuello de la economía real (no la puramente financiera) un ancla que la hace caminar a paso lento. De ahí, por otra parte, los gravísimos problemas del empleo, de los que resultan consecuencias ulteriores sobre la pobreza y la desigualdad, pero también sobre la situación fiscal, cuyo estado de crónico deterioro es principalmente reflejo de la debilidad subyacente de la economía. Aunque también es por entero razonable suponer que, de no ser por ese elevado déficit fiscal, el estancamiento económico se habría agudizado, incluso al extremo de la recesión.

La economía de Costa Rica en 2015- la recuperación que nunca llega

Año 2015 ¿Cambiará esta situación? ¿Se recuperará la economía?

Un factor podría jugar a favor: el relativo empuje que la economía estadounidense ha adquirido durante el segundo semestre de 2014, supuesto que se sostenga durante el año que empieza. Ese país todavía representa cerca del 40% del total de las exportaciones costarricenses, y parte también importante de la inversión extranjera y del turismo que se reciben. Y, sin embargo, acontece que el resto de los centros económicos principales –Europa y Japón- siguen atrapados en un estancamiento del que no hay perspectiva alguna de pronta recuperación. Por su parte, las llamadas economías emergentes –con China a la cabeza- han perdido tracción de forma más que notable, y difícilmente tendrán una mejoría significativa en 2015. Estas condiciones más bien turbias podrían debilitar, eventualmente dar al traste, con la recuperación de la economía estadounidense.

Este escenario ha incorporado en meses recientes un factor adicional de complejización: la caída del precio del petróleo. La interpretación optimista señala que esto podría incentivar el consumo y, por esa vía, la recuperación. Pero hay un riesgo efectivo que se agudiza: el de la deflación. Ese es un fantasma que atormenta a Japón y causa angustia en Europa y del cual no está libre la economía estadounidense. Si la baja del petróleo agudizara la presión deflacionista, las consecuencias podrían ser realmente perversas.

Queda pendiente de dilucidar, además, cómo evolucionará la política monetaria de la Reserva Federal estadounidense, particularmente respecto del momento en que empezarían a elevarse de nuevo las tasas de interés: quizá hacia el segundo semestre de 2015 o acaso hasta 2016. Sí es innegable que ello provoca tremenda inquietud ¿lo soportará la economía estadounidense?

En breve: la mejoría de la economía estadounidense podría transmitir algunos impulsos positivos que mejoren en algo el desempeño de la economía costarricense el año venidero, pero, dado el contexto mundial general, es poco probable que ello pueda representar ninguna mejora significativa.

Y, sin embargo, acontece que incluso en la improbable hipótesis de una coyuntura mundial especialmente favorable, ésta chocaría contra diques internos que aminorarían significativamente sus posibles efectos positivos. Ello es así en virtud del énfasis dominante de las actuales políticas económicas,  las cuales, lideradas desde el Banco Central, se enfocan, como he explicado, en objetivos inflacionarios lo que, en la práctica, repercute en tasas de interés reales (descontada la inflación) muy altas y un tipo de cambio ampliamente sobrevaluado. Y aunque esto favorece al negocio financiero, en cambio frena la inversión productiva y la generación de empleos. Si esas condiciones no se corrigen –y por ahora no se avizora cambio alguno en la política del Banco Central- se vuelve difícil lograr una recuperación vigorosa, ni siquiera en condiciones mundiales más propicias que las actuales.

Si suponemos –como es razonable imaginar- que el Banco Central no modificará sus políticas, queda por considerar la posibilidad de que en el año venidero tenga lugar algún ajuste fiscal de relativa envergadura, lo cual no es descabellado dada la fuerte presión que el poder económico, la mayoría de partidos de oposición y los oligopolios mediáticos ejercen sobre el gobierno del presidente Solís. Si tal cosa ocurriera –un ajuste fiscal del orden del 1% del PIB según la fórmula mágica que Ottón Solís se sacó de su chistera- ello agregaría severas presiones recesivas sobre una economía que, de todas formas, anda muy debilitada.

Algunos posibles escenarios para 2015

La economía de Costa Rica en 2015- la recuperación que nunca llega3

De tal forma, y para resumir, propongo tres posibles escenarios básicos:

a) La economía estadounidense se mantiene en curso de recuperación; Europa y Japón se salvan de la deflación; el desempeño de las “economías emergentes” no se deteriora adicionalmente; ni la política monetaria ni la política fiscal en Costa Rica sufren modificación significativa. En tal caso, la economía de Costa Rica crecería en los alrededores del 4-5% sin avance apreciable en materia de empleo y pobreza.

b) Manteniendo las mismas condiciones anteriores, pero adicionando un ajuste fiscal significativo al interior de la economía costarricense. Esta crecería entonces en los alrededores del 2-3% con un deterioro adicional en el empleo (crecimiento de 1-2 puntos en las tasas de desempleo) y la pobreza.

c) Condiciones menos favorable a nivel mundial –incluso cierta agudización de las tendencias deflacionistas- y el mismo ajuste fiscal interno. Ello podría llevar el crecimiento a cero o negativo, con agravamiento significativo de los problemas de empleo.

 

Tomado del Blog “Soñar con los pies en la tierra” de Luis Paulino Vargas Solís.

http://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/search?q=La+econom%C3%ADa+de+Costa+Rica+en+2015

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2º domingo de Adviento

Jorge Arturo Chaves O
Jorge Arturo Chaves O.

Un aporte a la reflexión de las lecturas bíblicas de cada domingo, a la luz de los retos de la vida diaria y como resultado de reflexiones comunitarias.

Lect: Is 40,1-5.9-11; Salmo 84; II Pedr 3,8-14; Mc 1,1-8

«Este es el origen de la Buena Noticia de Jesucristo, hijo de Dios.” Así empieza este libro del evangelista Marcos (1,1), en el texto que acabamos de escuchar. Sencillo y, a la vez, extraordinario, aunque su fuerza la podemos perder cuando olvidamos que eso es lo que significa la palabra “ evangelio», tan repetida y poco comprendida. ¿Qué pudo ver este autor, y otros muchos de sus coetáneos, en Jesús para poner al Bautista a hacer tan notable proclamación y, luego, para hacerse sus discípulos? ¿qué les impactó de la presencia de aquel galileo para ver en su cercanía, en su modo de vida, una Buena Noticia?  En primer lugar, vale la pena destacar lo que seguramente no fue su motivación. No hablan así de Jesús porque se hubieran matriculado en una nueva religión que les inculca una doctrina religiosa sobre Jesús, o porque se los enseñara una escuela teológica eclesiástica, como podría suceder a otros adeptos, siglos después. Tampoco lo proclaman porque vean que Jesús compita  en ritos con los sumos sacerdotes, ni porque sea más convincente que los escribas al presentar las enseñanzas de la ley.

Tal como puede deducirse de las palabras del Bautista en estos mismos párrafos, lo que ve Marcos en aquel Hijo de Hombre, que le lleva a interpretar su presencia, su acción y su vida como una Buena Noticia, es que ante la necesidad del pueblo de un consuelo para sus sufrimientos, y un alivio para sus pecados; ante la búsqueda del favor y la bendición de Dios, Jesús ofrece un camino distinto, renovador de la condición humana. Ya no ofrece ritos de purificación, ni prácticas de penitencia para ganarse la benevolencia de un Dios que mora en lo alto. Ya no necesitará ríos sagrados como el Jordán, ni Templos como el de Salomón para mostrar caminos de salvación, de liberación a los seres humanos.Lo que Jesús ofrece ahora es un modo de vida sumergida en la vida del Espíritu Santo. Es la vida que vive él, la que se le transparenta, la que resplandece en todas sus acciones y en su relación con los demás. Y es la vida en la que inicia, en la que sumerge, a todos los que se le unen en su camino. Esa es la novedad, lo que hace de Jesús una Buena Noticia. La experiencia interior de Dios, su Padre, es la misma experiencia que sus discípulos van a descubrir como fuente y raíz de la vida de cada uno y de las comunidades. Marcos lo expresa con palabras de Juan el Bautista, contrastando dos modos de vida, el del bautismo del agua, es decir, el de prácticas de creencias y ritos, de la religión; y el del bautismo del Espíritu, es decir, el de una espiritualidad viva que brota de la experiencia de Dios y alienta y transforma toda la vida humana.

En el tiempo de Adviento, de preparación a la Navidad, Isaías (1ª lectura) nos habla de la necesidad de consuelo que tiene el pueblo, la necesidad de que tanta cosa torcida en la sociedad en que vivimos, se enderece, y tantas desigualdades se allanen. Y Pedro, (2ª lectura) sueña con un cielo nuevo y una tierra nueva frente tantas formas de vida perecederas, frente un “mundo de apariencias” que tiene que pasar, como decía Pablo (I Cor 7,31). Esas expectativas, esa esperanza que también nosotros compartimos hoy, frente a la sociedad y la economía contemporáneas, bastante resquebrajadas por la injusticia y el egoísmo, son expectativas que nos empujan no a buscar una salvación externa, fuera de este mundo, sino a sumergirnos en la vida del Espíritu, cuya fuente brota de nuestro mismo corazón y salta hasta la vida del Eterno (Jn 4: 14).Ω

 

Tomado del Blog Los que queremos ser, de Jorge Arturo Chaves O.

http://losquequeremosser.blogspot.com/search?q=domingo+de+adviento

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La charlatanería de los recortes

Luis Paulino Vargas Solís

La charlatanería de los recortes
La charlatanería de los recortes

Repasemos algunos datos bien conocidos: desde 2009 –este año incluido- el gobierno de Costa Rica ha presentado un déficit fiscal de magnitud muy considerable  y tendencialmente creciente. Si quisiéramos observar enseguida los datos sobre inflación, constataríamos que durante ese mismo período ésta ha caído a mínimos no registrados desde hace más de cuarenta años.

Fijemos entonces nuestra atención en las tasas de interés. Al observar los datos en la página web del Banco Central se constata que durante estos años ha habido algunos episodios en que se incrementaron, lo cual, sin embargo, fue revertido en cuanto hubo voluntad política de hacerlo. En todo caso, dos detalles resultan claros: primero, en general las tasas de interés se mueven hacia donde quiere llevarlas el Banco Central (así ha ocurrido en meses recientes) y, segundo, hay una gran diferencia entre las tasas que los bancos cobran sobre sus créditos respecto de las tasas que pagan por lo depósitos que reciben. Esto segundo advierte sobre la ineficiencia del sistema financiero costarricense (público y privado) y su proclividad hacia la extracción de rentas. En resumen: tratándose de las tasas de interés, son otros factores –y no el déficit fiscal- los que más inciden en su comportamiento.

Esa es, a grandes rasgos, la realidad que tenemos. No coincide para nada con lo que afirman los economistas del establishment sobre catástrofes inflacionarias y grandes alzas de las tasas de interés presuntamente causadas por el déficit fiscal.

Pasemos a otra cosa: la palabra charlatán o charlatana, según el diccionario de la Real Academia española,  hace referencia a una persona “que habla mucho y sin sustancia”. Otros diccionarios en línea dicen: persona “que habla mucho y sin sentido”. Pues acontece que, tristemente, el tema del déficit fiscal alimenta con creces el refulgente estrellato mediático de un puñado de charlatanes. Pero, en especial, observamos que la discusión de las últimas semanas en torno al presupuesto del gobierno, ha dado ocasión a que la charlatanería alcance cimas inigualables de procacidad.

Lo que reseñé más arriba es un primer indicio en ese sentido: una cosa es la realidad-real; otro el cuento de fantasmas y aparecidos que estos payasos repiten en un ejercicio incontenible de locuacidad.

La charlatanería de los recortes2
La charlatanería de los recortes

Pero todo eso se queda corto –y resulta un asunto casi pudoroso y recatado- si se le compara con lo dicho por ciertos diputados en el marco de la polémica sobre el presupuesto. Sobran los ejemplos que lo ilustran. Mencionaré algunos. Primero, la irresponsabilidad de imponer recortes decididos en un despacho legislativo y desde la más completa ignorancia respecto de las complejas y heterogéneas realidades de la institucionalidad pública de Costa Rica. Segundo, la insultante pretensión de recortar indiscriminadamente el monto para alquileres, como si las oficinas y el personal pudieran ser reubicados en cualquier pocilga. Tercero, la idea retrógrada de restringir presupuestos destinados a la compra de equipo de cómputo. Cuarto, el absurdo de recortar viáticos para obligar a que personal cuyo trabajo exige desplazarse a diferentes lugares del país, permanezca amarrado a su escritorio y su oficina.

Y todavía uno más: la pretensión de que los recortes luego se podrían reponer vía presupuestos extraordinario, sujeto a determinadas condiciones. Esto pone en evidencia que, más que un asunto de austeridad, de lo que se trata es de torcerle el brazo al gobierno. Pero también se adivina una estrategia del tipo “zanahoria y garrote” (o bien: “con sangre la letra entra”), según la cual darle de fuetazos a las instituciones públicas y su personal es la forma de lograr “que aprendan”. Lo cual ratifica el prejuicio desde el que esto se formula, y su inquina contra las personas empleadas del sector público.

Es por completo fútil negar que en lo público hay mucho por mejorar. Hay problema de eficiencia organizativa y de calidad y oportunidad en los servicios. También hay diversos abusos –incluso algunos en los regímenes de estímulo laboral- los cuales ameritarían corrección. Pero es una completa irresponsabilidad la sola insinuación de que hay sobrante, cuando son tan frecuentes los reclamos populares pidiendo servicios necesarios pero inexistentes o demandando mejor atención. El recorte tiene sentido solo cuando algo está de más. Lo cierto es que, todo lo contrario, tratándose de la institucionalidad pública, se necesita más y, sobre todo, se necesita mejor.

Ese es el primer problema con esta desaforada charlatanería de los recortes: que impone una agenda negativa –es una “mística de la mutilación”- distrayendo la atención respecto de lo que sí es importante: el trabajo necesario para mejorar y depurar todo aquello que así lo requiere. Puesto que, por otra parte, confundir la mutilación con la mejoría es una versión extrema de esa ópera bufa de los recortes.

La charlatanería de los recortes3
La charlatanería de los recortes

Pero quizá lo peor de todo es que esto ha actuado como un poderosísimo distractor respecto de los asuntos realmente importantes. Decir –como sin cansancio lo repiten estos charlatanes- que el principal problema de Costa Rica es el fiscal claramente pone en evidencia un perverso sesgo ideológico: aquel que cree que un estado contable es más importante que la vida de la gente. Por el contrario, los problemas económicos más importantes son aquellos directa o indirectamente relacionados con el empleo, la pobreza y la desigualdad. Reactivación económica y generación de muchos empleos de buena calidad, deberían ser, por lo tanto, el punto prioritario de la agenda de políticas.

Y, sin embargo, acontece que la restricción presupuestaria y la austeridad fiscal que este ejército de charlatanes quiere imponer, no solo deterioraría aún más la de por sí decepcionante situación de la economía y el empleo, sino que, encima, agregaría razones para un deterioro fiscal aún más agudo. La dinamización de la economía y la creación de buenos empleos son necesarios para la reducción de la pobreza, como también para mejorar los ingresos del gobierno, reducir el déficit fiscal y bajar el peso de la deuda pública.

He ahí, con seguridad, el más grave problema que ha traído consigo toda esta charlatanería: en vez de ocuparnos en el diseño e impulso de una agenda activa que impulse la recuperación de la economía y del empleo, hemos quedado atrapados en una discusión absurda sobre colones más o colones menos en viáticos, computadoras o alquileres.

Alguien debería hacer que estos bufones paguen por todo el daño que han ocasionado.

 

Tomado del Blog “Soñar con los pies en la tierra” de Luis Paulino Vargas Solís

http://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/2014/11/la-charlataneria-de-los-recortes.html

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El Congreso de España y el reconocimiento de Palestina como Estado: balance y perspectivas

Nicolás Boeglin*

Nicolas Boeglin
Nicolás Boeglin

 

El pasado 18 de noviembre, el pleno del Congreso de España adoptó una resolución mediante la cual “insta” al Poder Ejecutivo a reconocer a Palestina como Estado. La votación logró, según reportes de prensa, el siguiente resultado: 319 votos a favor, una abstención y dos votos en contra.

Las casi dos horas de discusión previa a la adopción del texto están disponible en Youtube (ver enlace) y permiten dar una idea de las distintas versiones del texto que circularon así como del esfuerzo realizado por los partidos políticos españoles para consensuar una versión aceptable para todos. Cabe saludar la gran prudencia de varios congresistas así como las muestras de solidaridad externadas a civiles israelíes, al coincidir la discusión sobre este tema en Madrid con el asesinato de cinco personas en una sinagoga de Jerusalén pocas horas antes.

 

Un renovado dinamismo parlamentario

El Poder Legislativo de España se convierte así en el tercer parlamento en Europa, después del Parlamento del Reino Unido y el de Irlanda, en adoptar resoluciones de esta naturaleza en poco más de un mes. Se trata de un mecanismo inusitado para proceder al reconocimiento unilateral de un Estado, el cual usualmente es parte del margen de maniobra discrecional del que dispone el Poder Ejecutivo en el ejercicio de sus atribuciones.

Es posible que esta “innovación” de estos parlamentos nacionales guarde relación con la extraña sensación de incapacidad del Ejecutivo para liberarse de algún tipo de presión que le impida proceder a este reconocimiento. El reconocimiento de un Estado por otro Estado constituye un gesto relativamente simple de realizar, como todo acto jurídico unilateral de un Estado. Se plasma en una declaración oficial que no requiere mayor exigencia adicional que su publicidad. Los reconocimientos pueden ser objeto de una nota oficial elaborada como en el caso de Brasil en diciembre del 2010 (ver texto de comunicado oficial), o bien más escueta, como la de Uruguay de marzo del 2011  (ver texto de comunicado oficial)  o la de El Salvador de agosto del 2011 (ver texto del comunicado oficial) para citar algunos ejemplos. En el caso del reconocimiento de Palestina, presiones de unos, amenazas de otros, y temores de algunos otros basándose en una batería (ya conocida) de argumentos para posponerlo parecieran hacer a un lado el hecho que son ya, con Suecia, 134 Estados en todo el mundo los que han contado con la firme voluntad política de sus mandatarios para hacerlo. Es posible que los argumentos oídos por parte de Israel luego del gesto de Suecia de hace unas semanas recuerde los argumentos oídos en Costa Rica en febrero del 2008  (Nota 1) y en los numerosos Estados que se han inclinado por reconocer a Palestina en los últimos años.

A diferencia del caso irlandés en el que no hubo necesidad de recurrir a un voto, el caso británico y el caso español coinciden en algo: la inusitada contundencia del voto obtenido. La del Parlamento británico realizada el pasado 13 de octubre reunió  274 votos a favor y 12 en contra, mientras que la del Parlamento español 319 votos a favor, una abstención y dos votos en contra. Ambos ejercicios evidencian una señal muy clara que posiblemente tenga a las autoridades israelíes un tanto preocupadas: en particular en cuanto a la actitud a adoptar y el tono de voz a escoger. Se puede afirmar que, lejos de simples actos “simbólicos” (como lo titula por ejemplo el New York Times con relación al voto del Parlamento británico), la decisión prácticamente unánime de los parlamentarios tiene un alcance mucho mayor: políticamente, el mensaje es de una nitidez absoluta. Al parecer, ha iniciado una intensa discusión en círculos parlamentarios europeos de cara a sus electores, a las bases de su partido, y, en general, de cara a la opinión pública, con posibles efectos colaterales. Por ejemplo, Francia se apresta a un ejercicio muy similar en los próximos días y ya diputados de otros parlamentos han externado la posibilidad de acompañar al movimiento. En el caso de Francia, declaraciones hechas a inicios de octubre del 2014 desde el mismo Ejecutivo a través del vocero del Quai d´Orsay indicaban que París podría en algún futuro inclinarse en favor de Palestina (ver nota  de Le Matin). Más allá de las ambigüedades de la expresión “il faudrait bien à un moment reconnaître” usada por el vocero de la diplomacia francesa (la cual dio pié para una cobertura mediática inusual en Francia y fuera de ella), y de la posible maniobra de un Ejecutivo bajo presión como el francés, el debate sobre el reconocimiento de Palestina se ha intensificado en Francia en las últimas semanas y días.

 

El gesto de España:

El parlamento de Galicia en mayo pasado había puesto a prueba la sensibilidad de los representantes de Israel en España, al adoptar una modesta resolución en señal de solidaridad con el pueblo palestino: los diplomáticos de Israel no dudaron en  considerar oportuno denunciar el hecho como de extrema gravedad, señalando que ”Con esta exigencia, el Parlamento de Galicia se une a los peores y más extremistas enemigos de Israel» (ver nota de prensa).

Más allá del estridente tono de voz usado cada cierto tiempo por los diplomáticos israelíes, y al que nos hemos venido acostumbrando, la votación española acaecida el pasado 18 de noviembre no ha dado (aún) lugar a actitudes airadas de este tipo por parte de los representantes oficiales de Israel en España. Sobre la declaración del Congreso en sí, la embajada de Israel en España indicó  (ver enlace) que: “La declaración del Congreso de los Diputados de España aleja las posibilidades de alcanzar un acuerdo entre Israel y los palestinos, ya que anima a los palestinos a tomar posiciones extremistas”.  Algo muy similar a los escuchado en Costa Rica en febrero del 2008 y que evidencia (una vez más…) la ausencia de argumentos notoriamente distintos. Es de notar que esta acción del Congreso español tiene lugar pocas semanas después del reconocimiento hecho por Suecia a Palestina como Estado, el pasado 30 de octubre, y que tuvimos la oportunidad de analizar con mayor detalle (ver nota ). Se da de igual manera un mes después de la elección de España, como Miembro no Permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (realizada el 16 de octubre del 2014): este órgano discutirá, entre muchos otros asuntos, un proyecto de origen francés para reglamentar el uso del veto por parte de los Miembros Permanentes en caso de genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad (ver nota de Le Monde): como bien se sabe – y así lo analizamos en una nota anterior publicada en Derechoaldia –  el derecho penal internacional es un ámbito del derecho internacional que tiene profundamente preocupado a Israel y a su socio protector norteamericano. El depósito por Palestina el 21 de enero del 2009 de una declaración de aceptación de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI) fue considerada por el servicio jurídico del ejército israelí como una nueva forma de terrorismo desconocida para expertos en el tema: el «terrorismo legal» (Note 2).  La discusión en el Congreso de España se sitúa además a pocas semanas de la adopción (probable) de un proyecto de ley para conceder la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España  (ver texto del proyecto de ley).

A penas conocido el resultado de la votación, el gesto del Congreso español fue elogiado por las autoridades palestinas, indicando además el papel decisivo que podría jugar España en un futuro, tal como se puede apreciar en esta breve nota. La lectura de un articulo sobre la misma noticia publicado por El Pais (España) desmenuza por su parte los distintos cambios hechos al borrador inicial presentado por la oposición socialista española, incluyendo la supresión de un tercer párrafo que tenía, según parece, sumamente inquietas a las autoridades de Israel, tal como lo indica este medio español. Fue retirado a petición expresa del Palacio de la Moncloa (palacio en el que reside el Presidente del Gobierno español), según reporta el influyente matutino madrileño (un medio usualmente bien informado).

 

Posibles perspectivas:

Las declaraciones de altos funcionarios israelíes plasmadas en un sinfín de artículos que recoge la prensa internacional en estas últimas semanas apuntan todas a evidenciar el profundo temor de Israel con relación a las repercusiones que pueda tener el gesto de Suecia en los demás Estados miembros de la Unión Europea. Posiblemente asistamos ahora a una actitud similar (pero más discreta) con respecto a lo ocurrido en España, dada la dinámica muy peculiar que generan los círculos parlamentarios en Europa (con incluso posibles ramificaciones fuera del viejo continente).

A modo de reflexión sobre este delicado proceso que parece haber iniciado Suecia en el seno de la Unión Europea, nos permitimos citar de manera textual el planteamiento hecho por el ex canciller de Costa Rica, Bruno Stagno (2006-2010) expresado en una conferencia dictada en Montevideo durante una reunión auspiciada por las Naciones Unidas (texto disponible aquí). La solidez del argumento posiblemente haya inspirado a muchas cancillerías en América Latina y también fuera de ella: “En 1947, Costa Rica, al igual que otros 12 países de América Latina y el Caribe, apoyó la resolución 181 (II) de la Asamblea General sobre el Plan de Partición del Mandato Británico de Palestina. En esa ocasión formamos parte de los 33 países que reconocieron tempranamente que la coexistencia de dos Estados se imponía como la peor solución, con excepción de todas las demás. Desde entonces hemos visto pasar una tragedia tras otra, incluyendo guerras e intifadahs, asesinatos y atentados, afectando seriamente el derecho a vivir sin miedo de ambos pueblos. Paralelamente, y sin un claro calendario estacional, hemos visto germinar las promesas y esperanzas generadas por diversos procesos de paz, sin lograr aún la cosecha de los dividendos de paz. Ha sido tierra fértil para dobles raseros, para intereses ajenos, y para una triste reiteración de eventos que postergan el cumplimiento del mandato acordado en 1947”. El planteamiento podría tal vez también inspirar a parlamentarios en busca de argumentos: la resolución 181 (II) constituye, como bien se sabe, el título jurídico sobre el que se basa la existencia de Israel como Estado, desde la perspectiva del derecho internacional.

 

La reciente reacción de América Latina

Notemos que, a diferencia de la operación militar israelí en Gaza de diciembre del 2008 (con un saldo de 14 muertes israelíes y más de 1400 muertes palestinas), la reciente ofensiva en Gaza dio lugar a vigorosas y enérgicas condenas por parte de varios Estados de América Latina (con calificativos de sus mandatarios tales como « acto de locura », « genocidio », « masacre », objetos de una interesante sistematización  recientemente publicada por la Universidad Nacional – UNA – en Costa Rica); y que varios de estos mismos Estados, en señal de repudio, recurrieron a la técnica diplomática de la llamada a consulta a sus embajadores, finalizando el mes de julio del 2014. Poco más de un mes después, el saldo en vida humanas de esta ofensiva israelí realizado por la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas  (ver informe al 4 de septiembre del 2014) era de 71 muertes israelíes (que incluyen las de 4 civiles y 66 militares) y de 2131 muertes palestinas (de las cuales 1531 corresponden a civiles, entre los cuales 501 niños y 257 mujeres). A diferencia de otros continentes, América Latina pudo alzar la voz con mucha mayor vehemencia con ocasión de estos ataques tan desproporcionados como indiscriminados  del ejército de Israel contra la población civil palestina, y que están interesando a expertos de Naciones Unidas en crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. El Consejo de Derechos Humanos aprobó en julio la creación de una comisión de investigación que tuvimos la ocasión de analizar en Tribuglobal (ver nota). El reconocimiento de Palestina como Estado por parte de los Estados de América Latina no es ajeno al tono vehemente y a la actitud solidaria escuchada en el año 2014 por parte de estos.

 

Conclusión:

Tal y como lo recordábamos hace unos días en nuestro breve análisis antes mencionado, el reconocimiento de Palestina como Estado por parte de Costa Rica de febrero del 2008 (así como las razones políticas y jurídicas para fundamentarlo), dieron pié para que prácticamente toda América Latina procediera de la misma manera en los años subsiguientes. A la fecha únicamente se mantienen Colombia, México y Panamá en la región sin haberlo hecho, y es posible que en algunos de estos tres Estados, algunos de sus parlamentarios se inclinen por inspirarse en los logros recientes obtenidos por sus homólogos europeos.

El próximo 29 de noviembre se celebrará en todo el mundo el  Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino declarado como tal por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1977, precisamente en conmemoración del día en que se adoptó la antes mencionada resolución 181 (II) de 1947. Es muy probable que en Estocolmo, en Londres, en Madrid y en París ondeen más banderas palestinas que de costumbre. Así como en el resto de Europa y del mundo.

 

Notas

Nota 1: La reacción israelí al reconocimiento del Estado palestino por parte de Costa Rica de febrero del 2008 se lee así: “Establecer relaciones con Estado que no existe compromete el desarrollo de los acuerdos definidos entre israelitas y palestinos, va en contra de la Hoja de Ruta, actividades del Cuarteto y otros esfuerzos para la paz. Estos acontecimientos van en contra de los acuerdos, incluso, de la comunidad internacional y, podrían dañar los esfuerzos para alcanzar la paz entre ambas partes” » (La Prensa Libre -Costa Rica- del 28/02/2008, entrevista a Ehud Eitam, embajador de Israel en Costa Rica).

Nota 2: Véase FERNANDEZ J., La politique juridique extérieure des Etats- Unis à l´égard de la Cour Pénale Internationales, Paris, Pedone, 2010, p. 325. Declaraciones  del jefe de la delegación norteamericano David Scheffer después de la conferencia de Roma de julio de 1998 revisten desde esta perspectiva cierto interés, al reconocer que Estados Unidos « endosó» los temores de Israel: « En ce qui concerne Israël enfin, David Scheffer reconnut après Rome que la délégation américaine avait endossé la crainte d´Israël d´être victime d´accusations devant la future Cour en raison de sa politique dans les territoires occupés » (p. 172).

 

*Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR)

 

Información enviada a SURCOS Digital por autor.

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