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Compra-venta Chaves

Freddy Pacheco León

Siendo Chaves ministro de Hacienda (otro error de Carlos Alvarado), el economista agrícola, hizo algunos cálculos y puso precio a algunas instituciones públicas, a manera de ejercicio, según dijo.

En su lista incluyó al Banco Internacional de Costa Rica (BICSA), cuyo valor rondaría los $200 millones. También puso al Banco de Costa Rica (BCR), cuyo precio andaría entre $800 millones y $1.200 millones.

Agregó además la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE) con un monto de entre $350 millones y $1.000 millones, la Fábrica Nacional de Licores (FANAL) con $20 millones y sorpresivamente Kölbi (marca del ICE) por $1,2 millones». (Extra, 4.7.20).

Ahora que el ICE reafirma su buena calificación por Fitch Ratings (AA+) se activaron los troles de Zapote, «dando las gracias a Chaves» por ese logro permanente de nuestro ICE, ahora también golpeado por la «guerra comercial contra China», a la que sumisamente se ha sumado Chaves, por orden de la Casa Blanca.

La inseguridad y los asesinatos que padecemos debe combatirse con oportunidades de estudio y trabajo

José Luis Pacheco Murillo

Es muy lamentable observar que jóvenes y casi niños son parte de la red de sicariato y parte de los grupos que distribuyen drogas. Lo lamentable es que esos casi niños y jóvenes deberían estar estudiando o practicando algún deporte.

Es necesario que las autoridades gubernamentales y municipales hagan lo necesario para crear oportunidades para estos niños y jóvenes. Hay que estimularlos para que logren interesarse en el estudio o en los deportes.

Lógicamente que eso debe venir desde el hogar, pero también ahí es necesario intervenir dando las oportunidades necesarias de educación y de trabajo. Las becas son urgentes para ayudar a los hogares a salir adelante con la educación de sus hijos.

Crear fuentes de trabajo también es urgente para evitar que hombres y mujeres tengan que acudir a la venta de sus cuerpos o a entregarse a los narcotraficantes.

Si se lograran esos dos propósitos, estaríamos llenos en la dirección correcta para atacar la inseguridad y los asesinatos que padecemos hoy en día.

Dios quiera que haya políticas encaminadas a abrir esas oportunidades y se les permita a niños y jóvenes forjar a través de la educación, del arte, de la cultura y del Deporte un futuro más próspero del que ahora se vislumbra.

En el bicentenario del nacimiento del Dr. Karl Hoffmann

Tumba del Dr. Karl Hoffmann y su esposa, en un homenaje tributado en el sesquicentenario de la Campaña Nacional. Foto: Luko Hilje

Publicado originalmente en la revista digital europea MEER

Luko Hilje (luko@ice.co.cr)

Nacido el 7 de diciembre de 1823 en la ciudad de Stettin, en el reino de Prusia —hoy denominada Szczecin, y parte de Polonia—, de joven Karl Hoffmann Brehmer se debatía entre estudiar medicina o ciencias naturales, que incluyen disciplinas como la botánica, la zoología, la paleontología, la geografía, la geología y la vulcanología. No obstante, tan capaz y brillante era, que resolvió ese atormentador dilema mediante una especie de sincretismo, al optar por ambos campos científicos, uno por formación y el otro por afición.

En efecto, se matriculó en la muy prestigiosa Universidad de Berlín, de donde se graduó como médico a los 23 años de edad, en setiembre de 1846, junto con su amigo Alexander von Frantzius; dos años mayor que él, éste era oriundo de Danzig, hoy Gdansk, y perteneciente a Polonia, también. Por cierto, entre el elenco de sus profesores figuraba el patólogo humano Rudolf Virchow —que años después propondría la teoría celular, la más importante en la historia de las ciencias biológicas, junto con la de la selección natural, de Charles Darwin—, con quien además cultivó una cálida e imperecedera amistad.

Asimismo, de manera paralela a sus actividades de médico, efectuó recolecciones para el proyecto Flora Prusiana de Dietrich, concebido y liderado por el botánico Albert Gottfried Dietrich, lo que le permitió interactuar con especialistas del calibre de Carl Sigismund Kunth y Johann Friedrich Klotzsch en el Museo Botánico de Berlín. Además, por su interés en los animales, solía visitar el Museo Real de Zoología en Berlín, donde pudo alternar con los mastozoólogos Martin Heinrich Carl Lichtenstein y Wilhelm Peters, el ornitólogo Jean Louis Cabanis, el entomólogo Friedrich Klug y el malacólogo Carl Eduard von Martens.

La atracción del trópico

Un importante hecho a destacar es que algunos de estos taxónomos conocían las curiosas flora y fauna de los trópicos, por lo que en ambos museos Hoffmann tuvo la oportunidad de familiarizarse con esas maravillosas formas de vida. Asimismo, como el gran naturalista Alexander von Humboldt —el mayor explorador del trópico americano, desde fines del siglo XVIII— frecuentaba esos recintos científicos, sobre todo por su cercana relación con Kunth, quien le ayudó mucho en la descripción de numerosas plantas, es posible que Hoffmann lo conociera ahí. Esto explica que, en 1853, cuando él y su amigo von Frantzius decidieron venirse a vivir en Costa Rica, Humboldt escribiera una carta de recomendación para ambos, dirigida al presidente Juan Rafael (Juanito) Mora Porras.

Juan Rafael Mora Porras, Libertador y Héroe Nacional de Costa Rica. Cortesía: Carlos Ossenbach

Fue con ese rico bagaje, tanto de médico como de naturalista, que él se mudó a nuestro país, junto con von Frantzius y las esposas de ambos. En realidad, su expectativa no era ejercer como médicos, sino más bien convertirse en profesores de ciencias naturales en la Universidad de Santo Tomás y, de manera complementaria, explorar la flora, la fauna y los volcanes del país. Sin embargo, en dicho ente no había carreras de ciencias naturales, medicina o farmacia, por lo que debieron dedicarse de lleno al ejercicio de su profesión, y efectuar giras y recolecciones en su tiempo libre.

A pesar de algunos contratiempos iniciales, todo era auspicioso. Y tanto, que en 1855 pudo escalar los volcanes Irazú y Barva, tras lo cual escribió sendos relatos, amenos y pletóricos de detalladas observaciones científicas. Asimismo, pudo enviar unos 3300 especímenes a los museos de Berlín, entre los cuales había numerosas especies nuevas para la ciencia. De ellas, 38 portan su apellido, en honor a él; al respecto, por ejemplo, su colega Peters bautizó al perezoso de dos dedos (Choloepus hoffmanni), en tanto que Cabanis hizo lo propio con el pájaro carpintero Centurus hoffmannii, hoy llamado Melanerpes hoffmannii.

Perezoso de dos dedos (Choloepus hoffmanni), bautizado en honor de Hoffmann. Foto: Fabio Hidalgo

En realidad, Hoffmann estaba embelesado escudriñando nuestra naturaleza, cuando en el horizonte empezaron a cernirse oscuros nubarrones, que presagiaban dolor y tragedia. En efecto, aquel pequeño pero pujante país que era Costa Rica, pleno de naturaleza prístina y con una economía dinámica y robusta —favorecida por las continuas y altas exportaciones de café—, de súbito se veía gravemente amenazado por un ejército filibustero y mercenario, organizado y liderado por el abogado, médico y periodista William Walker.

Hacia el frente de batalla

El esclavista y jefe filibustero William Walker. Foto: Wikipedia

El espectro de la guerra empezó a perfilarse en noviembre de 1855, y ya para marzo era inminente una invasión desde Nicaragua, donde Walker se había instalado desde mediados de 1855. El riesgo era demasiado alto pues, bien respaldado y financiado por importantes personajes y sectores de los estados esclavistas sureños, Walker se proponía implantar la esclavitud en los cinco países centroamericanos, así como anexarlos a EE. UU., como parte de un proyecto denominado Federación Caribe.

Fue por eso por lo que había que responder sin dilación, y fue cuando se escuchó firme y tonante la voz del presidente Juan Rafael (Juanito) Mora, para expresar: «Compatriotas: ¡A las armas! Ha llegado el momento que os anuncié. / Marchemos a Nicaragua a destruir esa falange impía que la ha reducido a la más oprobiosa esclavitud. / Marchemos a combatir por la libertad de nuestros hermanos».

Esto ocurrió en la mañana del sábado 1° de marzo, ante una inmensa multitud congregada en la Plaza Principal —actual Parque Central—, convocada por su querido y valiente líder.

Sabedor de que sus huestes necesitarían un médico de primer nivel, ya desde la víspera don Juanito había nombrado a Hoffmann como Cirujano Mayor del Ejército Expedicionario. Es decir, depositó en las manos de un extranjero la integridad sanitaria de sus tropas, y lo hizo con absoluta confianza en él. Y Hoffmann no lo defraudaría.

Por el contrario, a partir de entonces, dio fehacientes muestras de su capacidad profesional. Por ejemplo, aunque no participó en la batalla del 20 de marzo en Santa Rosa, en Guanacaste —pues había permanecido en Liberia, con el grueso del ejército—, al día siguiente don Juanito lo envió allá, para que apoyara al Dr. Cruz Alvarado Velazco. Y ambos lo hicieron con tal éxito, que falleció apenas uno de los 32 heridos, pero de tétano; en la batalla habían fallecido 19 combatientes.

Por el contrario, en la muy cruenta batalla del 11 de abril en Rivas, Nicaragua, dadas las adversidades sufridas inicialmente por nuestras tropas, él debió multiplicarse. Fue así como en la mañana se le vio disparando el fusil con admirable puntería, que tan útil le había sido en la captura de aves y mamíferos para sus colecciones. Y, ya por la tarde, en medio del dolor de atestiguar la muerte de 136 soldados en pocas horas, empezó a desplegar sus dotes de excelente y compasivo médico. La mejor muestra de esto fue cómo se prodigó —junto con sus pocos colegas—, en la atención de unos 300 heridos, 270 de los cuales estuvieron en un hospital de campaña a cargo suyo, improvisado en una solariega casa de la ciudad. Ahí debió encarar tan descomunal labor, sin condiciones de higiene aptas ni suficientes medicinas, y aun así realizó ocho amputaciones, en lo cual era muy diestro.

Hoffmann frente al cólera

Sin embargo, lo peor estaba por venir. En efecto, bastaron pocos días para que se asomara un enemigo más serio que la pólvora, los sables y los cuchillos enemigos: el implacable cólera morbus o cólera asiático. Aunque nadie lo conocía, Hoffmann sí estaba familiarizado con sus síntomas, pues durante una epidemia de cólera que sufrió Alemania en 1848-1849, él trabajó en el Sanatorio de Cólera Nº 1, en Berlín, e incluso realizó experimentos, en búsqueda de sustancias que permitieran combatirlo.

El Dr. Karl Hoffmann, ya enfermo. Cortesía: Silvia Meléndez

Como en aquella época aún no se conocían los microorganismos, los médicos creían que las enfermedades infectocontagiosas eran causadas por miasmas, es decir, vapores o partículas invisibles emitidas por las aguas estancadas o putrefactas, así como por residuos vegetales en descomposición y cadáveres de animales.

Asimismo, se pensaba que el calor excesivo, como el de Rivas, irritaba el hígado, lo cual provocaba un aumento desmedido en la secreción de bilis y, con ello, el cólera. Esto último explica que se tomara la decisión de abandonar cuanto antes dicha ciudad y retornar a Costa Rica, lo cual fue un gran error, a la luz del conocimiento actual. Tanto se ignoraba, que habría que esperar 28 años para que, en 1884, el eminente microbiólogo alemán Robert Koch determinara que el agente causal de la enfermedad es la bacteria Vibrio cholerae.

En consecuencia, conforme los combatientes regresaban al interior del país, el contagio se acrecentaba, y las tropas diezmaban. Era una auténtica caravana de la muerte, no solo por los que sucumbían día a día, sino también porque muchos de los que sobrevivieron durante la travesía portaban consigo el bacilo y, por tanto, contagiaron al resto de la población. ¡Casi no hubo hogar que se librara de tan temible peste!

Sin embargo, en tan apremiantes días, de pavor y desesperanza, por la prensa emergió la voz de Hoffmann para llamar a la cordura y ofrecer acertadas recomendaciones. Entre ellas destacó un preparado suyo, que denominó “medicina anti-colérica”, “mixtura tónica” o “esencia tónica”, el cual consistía en 20-30 gotas amargas vertidas en coñac o vino fino. En efecto, hoy se sabe que tanto el alcohol como los ácidos matan al bacilo de manera casi instantánea, pero deben ser ingeridos antes de que éste alcance el intestino, ya que después se multiplica en forma masiva y libera una toxina que no es afectada por dichas sustancias. Por fortuna, su medicamento fue usado ampliamente, y es muy posible que permitiera salvar centenares de vidas, aunque este dato nunca fue contabilizado, y más bien quedó invisibilizado por el efecto devastador de la epidemia, que provocó la mortalidad del 10% de la población, en una época en que ésta rondaba los 100.000 habitantes.

Un angustioso y prematuro final

Durante y poco después de la epidemia, la vida de Hoffmann se empezó a llenar de sombras y de angustia. Fueron demasiado agobiantes el esfuerzo y el estrés de la guerra y el cólera, por lo que su organismo lo resintió de manera seria e irreversible.

Así, víctima de un padecimiento crónico y degenerativo relacionado con la médula ósea, se mostraba abotagado, débil, con la movilidad limitada y los dedos rígidos, lo cual le impedía atender a su clientela, lo que causó una merma en sus ingresos. Al respecto, es pertinente mencionar que él mismo había pagado de su bolsillo numerosos gastos de la Campaña Nacional, que ascendían a casi 2800 pesos —un verdadero capital entonces—, deuda que el gobierno tuvo dificultades para honrar. En todo caso, preocupado por su crítica situación, don Juanito tomó la iniciativa de otorgarle una pensión vitalicia, por 50 pesos mensuales, a partir del 1º de marzo de 1858.

Ante el empeoramiento de su salud, a inicios de febrero de 1859 los esposos Hoffmann se trasladaron a Puntarenas, esperanzados en que el clima caliente y seco permitiría mitigar la enfermedad de él. Sin embargo, con tan mala fortuna que en esos días había un brote de tifoidea, que pronto se convirtió en epidemia, debido a lo cual su esposa Emilia se contagió y murió pronto, el 12 de febrero. Viudo y crudamente solo, sin su principal bastión, Hoffmann entró en un estado de postración, que lo condujo a la muerte exactamente tres meses después, el 11 de mayo; para entonces tenía poco más de 35 años. Fue enterrado en el cementerio de Esparza sin ninguna pompa, pero al lado de su amada esposa, como él lo solicitó en su testamento.

Desde entonces, su tumba permaneció en el abandono y el olvido. No obstante, a raíz de la inauguración del monumento a su amigo don Juanito Mora, frente al edificio de Correos y Telégrafos, el 1º de mayo de 1929 —fecha conmemorativa de la rendición de Walker—, el gobierno del abogado e historiador Cleto González Víquez encomendó la localización de sus restos al naturalista Anastasio Alfaro, director del Museo Nacional. Hecho esto, se acordó exhumarlos y trasladarlos a la capital, donde se les enterró con honores de General de Brigada en medio de una gran apoteosis, el lunes 29 de abril.

Un merecido tributo

Desde que incursioné en el estudio de la vida y la obra de Hoffmann, hace 17 años, pensé que, aunque ese homenaje fue más que merecido, su figura no debería disociarse de la localidad de Esparza. Es decir, me parecía necesario que los visitantes al cementerio local sepan que una pequeña parcela de tierra en dicho camposanto albergó los restos de Hoffmann y su esposa nada menos que por 70 años. Es por eso por lo que siempre pensé que debería haber un hito en ese sentido, y por largo tiempo exploré varias opciones que, por fin, hoy están a punto de concretarse.

En efecto, aunque el sitio exacto en que ellos estuvieron enterrados actualmente está ocupado —no lo estuvo hasta hace poco tiempo—, desde hace varios años el administrador del cementerio me indicó que inmediatamente en su costado norte hay un área bien amplia, para colocar un monolito conmemorativo dedicado a ellos. Por tanto, entre seis ciudadanos que admiramos y valoramos los aportes de Hoffmann a nuestra patria hicimos una contribución para financiar la confección de una hermosa lápida, que ya está grabada y lista para ser instalada. Será develada el próximo jueves 7 de diciembre, día en que se conmemora el bicentenario del nacimiento del homenajeado.

Ello se efectuará en una sobria y emotiva ceremonia, gestada por cuatro entidades que, desde diferentes ámbitos, representan al pueblo costarricense: la Asociación Morista La Tertulia del 56, que se dedica al rescate de la memoria y el legado de los héroes de la Campaña Nacional; la Municipalidad de Esparza, expresión político-administrativa de la comunidad que acogió los restos de los esposos Hoffmann, así como tuteladora del cementerio local, que en 1992 fue declarado Monumento de Interés Histórico Arquitectónico; y la Universidad Técnica Nacional (UTN), auto-declarada Universidad Morista, y cuya Cátedra Juan Rafael Mora Porras funciona en su sede del Pacífico, en Puntarenas, lugar donde murieron don Juanito y los esposos Hoffmann.

Conviene destacar que a esta iniciativa se sumará la Editorial Tecnológica, del Instituto Tecnológico de Costa Rica, con la publicación del libro Karl Hoffmann, médico y héroe en la Campaña Nacional —escrito por el autor del presente artículo—, que será presentado ese mismo día en el campus de la UTN en Puntarenas, bautizado con el nombre Juan Rafael Mora Porras, Libertador y Héroe Nacional. En dicho libro se analiza de manera detallada el legado médico y humanitario de Hoffmann en aquellos tétricos meses de 1856 y 1857, en que Costa Rica estuvo en riesgo de perder su soberanía y su libertad.

Fue en esos tiempos, tan infaustos, que Hoffmann no dudó en dejar a un lado sus muy preciados intereses de naturalista —que fue el motivo de su arribo al país—, ante el llamado de su patria adoptiva, que demandaba con urgencia sus servicios y destrezas de médico. Las incontables vidas que salvó representan una deuda imposible de saldar, pero que hoy, como costarricenses agradecidos, tratamos de restituir al menos parcialmente con ese monolito conmemorativo y ese libro, para celebrar el bicentenario de su nacimiento.

Plan de Expansión de la Generación Eléctrica 2022-2040: nuevas (y viejas) amenazas sobre territorios, comunidades y el propio ICE

Alberto Gutiérrez Arguedas (Universidad de Costa Rica/Coalición en Defensa del Modelo Eléctrico Solidario)
Simon Granovsky-Larsen (Universidad de Regina, Canadá)

Recientemente el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) publicó un informe ejecutivo del Plan de Expansión de la Generación Eléctrica para el período 2022-2040, cuya versión completa está próxima a ser publicada, según se indica en dicho informe. Los Planes de Expansión del ICE son documentos institucionales oficiales, en donde se trazan las líneas estratégicas de política pública en relación con la expansión de infraestructura eléctrica a futuro. De manera preocupante, este nuevo plan recicla viejas amenazas a territorios, comunidades y el propio ICE, al mismo tiempo que coloca en el escenario la posibilidad de nuevos riesgos. El propósito de este artículo es advertir sobre algunas de estas amenazas, como un insumo para el debate público.

El nuevo plan de expansión contempla varias medidas para el aumento en la oferta eléctrica, entre estas: la remodelación de plantas eléctricas existentes, la construcción de nuevas plantas, así como la renovación de contratos de compra de electricidad a plantas privadas. Algunas de estas medidas se muestran sensatas y razonables para atender la demanda eléctrica, mientras que otras parecieran responder a intereses particulares sin una justificación adecuada. En el presente artículo haremos referencia a tres aspectos preocupantes en el nuevo plan de expansión: (i) la inclusión del proyecto hidroeléctrico Diquís, (ii) la compra de electricidad a generadores privados y (iii) la expansión intensiva de proyectos eólicos.

Un primer aspecto preocupante es ver en la lista de proyectos candidatos (p.21) al proyecto hidroeléctrico Diquís, un megaproyecto de 646 megavatios -MW- ubicado en la Zona Sur del país, el cual impactaría directamente el Territorio Indígena Térraba, habitado por el pueblo bröran. Hace más de una década este mismo proyecto provocó un enorme conflicto y enfrentó fuerte oposición de este pueblo, acuerpado por un conjunto de organizaciones sociales y ambientales de todo el país. A raíz de tan fuerte oposición, en 2018 el ICE anunció la suspensión indefinida (no definitiva) de este proyecto. Si se concreta este plan de reactivar el Diquís, es de esperarse un clima de crispación y conflicto socioambiental semejante. También aparecen otros cuatro proyectos hidroeléctricos, algunos de ellos de gran tamaño (como el proyecto RG-430, de 156 MW).

En segundo lugar, inquieta la insistencia en la compra de electricidad a generadores privados, la cual ha mostrado ser innecesaria y nociva, para el ICE y para la sociedad costarricense en general. Estos contratos representan una pesada carga sobre las finanzas del ICE, el cual tendría capacidad de generar dicha electricidad en sus propias plantas, a un costo menor. En numerosas ocasiones se ha denunciado sobre esta problemática, la cual ha sido reconocida por autoridades como la Contraloría General de la República. De hecho, con base en recomendaciones técnicas de la Contraloría (Informe DFOE-AE-IF-00009-2019), en 2020 el ICE decidió no renovar cinco de estos contratos, lo cual provocó una reacción virulenta de parte de los generadores privados. Por lo visto, la presión política ejercida por estos surtió efecto, pues el documento es explícito al indicar como una medida prioritaria la “conveniencia en recontratar las plantas de generación privada existentes cuyos contratos vencen en el corto y mediano plazo” (p.24).

El tercer aspecto preocupante es la planificación de “una altísima penetración de energía solar y eólica en todo el período” (p. 29). Se pretende instalar nuevos proyectos con capacidad de generar 1.495 MW de energía solar y eólica entre 2022 y 2035, una capacidad casi cuatro veces mayor a la actual (5.4 MW solar y 390 MW eólica). Hasta la fecha casi no ha habido discusión política y académica en Costa Rica en relación con los impactos de proyectos eólicos, sin embargo, con base en experiencias vividas en otros países, hemos visto cómo la expansión de este tipo de proyectos -sobre todo los que incluyen grandes inversiones de capital extranjero- está asociada con un conjunto de daños sociales y ambientales, sobre los cuales queremos advertir.

Nuestra propia investigación en Panamá nos mostró de primera mano la amenaza que puede representar un proyecto eólico. Los vecinos de un proyecto de 66 MW en la región central de ese país (que está aprobado para una expansión a 110 MW en fases futuras) han visto severamente restringidos tanto su acceso al agua como su libre movimiento por el territorio. De acuerdo con una abogada local que realizó una encuesta a los campesinos sobre sus contratos con la empresa eólica: “lo que pudimos concluir es que ellos fueron totalmente engañados.” Los campesinos no sabían que sus contratos, que inicialmente ofrecían US $400 al año en ganancias de alquiler a cambio de albergar un aerogenerador, también incluían cláusulas para ceder la totalidad de su terreno para uso futuro de la empresa, o que los contratos podían extenderse por 40 años sin el consentimiento de la persona que firmó el contrato.

Con la construcción en marcha, los vecinos también se sorprendieron al encontrar un perímetro resguardado por guardias de seguridad privados que impiden el acceso a los terrenos tradicionalmente utilizados por la comunidad; solamente la persona firmante del contrato puede tener acceso sin tener que pedir permiso a la empresa. Además de los cambios en el uso de la tierra, los residentes afirman que el suministro local de agua se ha reducido a la mitad debido a una combinación de cementación de torres, construcción de carreteras sobre nacimientos de agua y deforestación.

Los proyectos de energía eólica no necesariamente tienen que causar tales daños, pero relatos similares en México, Colombia, Brasil y España demuestran que el caso panameño no está aislado. Una gestión ambiental cuidadosa podría evitar impactos negativos en el suministro de agua, mientras que procesos transparentes de negociación de contratos podrían evitar escenarios de comunidades despojadas de derechos y acceso a la tierra.

Hasta el momento, los proyectos eólicos existentes en Costa Rica no han generado procesos de conflicto evidentes (como sí los ha habido, en gran cantidad, con proyectos hidroeléctricos). Sin embargo, si este plan de expansión se impone bajo los mismos mecanismos de expropiación engañosos que hemos visto en otros países, es de esperarse que estos conflictos comiencen a ocurrir. En aras de garantizar una gestión responsable de los proyectos de energía eólica, es vital contar con vigilancia ciudadana, transparencia empresarial y marcos regulatorios sólidos antes de adjudicar las concesiones. El momento de ser cautelosos es ahora, antes de que comience una rápida ola de contrataciones y construcciones de proyectos eólicos en Costa Rica.

Las amenazas del nuevo plan de expansión eléctrica que aquí exponemos están inscritas en un contexto más amplio de amenazas generalizadas al modelo eléctrico público, solidario y universal que ha tenido Costa Rica desde mediados del siglo pasado. En la coyuntura política actual se está impulsando un conjunto de proyectos de ley (expedientes No. 22.561, 22.701 y 23.414) que proponen una reestructuración integral del sector eléctrico, en dirección a una mayor privatización y liberalización del mismo. Ello resulta muy preocupante porque, al privatizar un bien y un servicio estratégico como lo es la energía eléctrica, esta deja de ser un derecho y se convierte en una mercancía, cuya prioridad ya no es la atención de las necesidades sociales sino el lucro privado.

La experiencia de los demás países centroamericanos -los cuales privatizaron sus industrias eléctricas en la década de 1990- debería servir de advertencia para Costa Rica. Luego de casi tres décadas, se puede verificar que las privatizaciones han traído grandes fortunas para las empresas privadas -nacionales y transnacionales- del sector, sin embargo, del punto de vista de la calidad del sistema eléctrico y el servicio a los usuarios, sus resultados han sido muy cuestionables. A ello debemos sumar los graves impactos socioambientales y violaciones a los derechos humanos asociados con la expansión de proyectos eléctricos, promovidos e impulsados bajo una lógica mercantil.

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INTERINOS/INTERINAS

Mario Valverde Montoya
Profesor jubilado UNED
San Rafael de Montes de Oca

Hoy en día nadie está sometido a esclavitud ni a servidumbre. Hombres y mujeres nacen libres y las cadenas de sumisión que llamó la atención Rousseau, desaparecieron. En nuestra constitución política lo establece con claridad desde el Titulo IV, DERECHOS Y GARANTÍAS INDIVIDUALES, art. 20. Toda persona es libre en la República. Y lo refuerza el art. 33, “Toda persona es igual ante la ley y no podrá practicarse discriminación alguna contraria a la dignidad humana”. Exactamente lo que ocurrió con los amos y esclavos en los sistemas que practicaron el esclavismo. Es decir, unos eran dueños de bienes incluyendo la fuerza de trabajo y como otro objeto, podían organizar sus vidas y sus actos. Por eso la esclavitud la ubican con el nacimiento de los avances agrícolas. Les quedó muy cómodo considerar que otros estaban obligados a trabajar a su servicio. Y luego justificaron en el nombre del soberano, rey o de Dios mismo que eso era así, como especie de ley natural y que nadie podía cambiarlo. El costo en vidas por esa liberación fue enorme. No sin antes por muchas generaciones vivir de la explotación hasta sangrar y secar sus pieles.

La figura del interino y la interina en las universidades públicas está muy lejos de las anteriores prácticas. Sin embargo, quedan resabios sin resolver. Un interino-a no es sujeto de derechos para elegir ni ser electo en los procesos internos (creo la U.N.A. ya superó ese tema con nombramientos a un año). Es decir, no hay mucha diferencia. En el siglo XIX en C.R. se les pedía a los ciudadanos para ejercer su voto, algún ingreso que les permitiera vivir, ser varón y no se les exigía que estuvieran alfabetizados. En el caso de los y las interinas de las universidades públicas los títulos ni investigaciones cuentan para elegir ni ser electos. Y se da el caso de funcionarios que entregaron todo su esfuerzo en vida como los esclavos su fuerza de trabajo, y nunca ejercieron el sagrado derecho de elegir al rector, director de escuela, decano, etc. Pero tampoco son sujetos de crédito en las mismas condiciones por su relación laboral donde les cortan su contrato a fin del semestre y pasan un mes o más sin salario. ¿Cómo pedir ayuda para conseguir un fiador en tales condiciones? O el caso de los profesores que deben aceptar un contrato en enero para poder jugar con su salario, con la condena de no tener vacaciones en todo el año. Es decir, poco a poco, esa relación de amo/esclavo, de dos miradas diferentes, de dos mundos, el de los seguros y el de los que de una u otra forma “deben portarse bien”, o “cumplir las órdenes, aunque se salga del tiempo del contrato” (lo conocí en la UNED, revisar exámenes fuera del tiempo de contrato), se manifiesta y queda pegado en el silencio de los muros universitarios. Yo siempre he creído que mínimo debe nombrarse por tiempo indefinido y después de un año de prueba pasar a propiedad. Muchos interinos.as investigaron, publicaron y se quedaron en un nivel del, no más allá, congelados en su carrera universitaria. Es decir, un poco la relación de amo/esclavo. Unos ascendían y ganaban más y los otros pegaban con la pared de las injusticias, en todo caso, ¿Qué tiene que ver tus cualidades y dones como investigador y la relación laboral?

Hoy en día en la UNIVERSIDADES PÚBLICAS, faro de las libertades, defensora de los derechos de otros, se vive situación, por no ponerle otro nombre, de trabajadores, que viven con el dolor de no encontrar la libertad, la igualdad y la equidad laboral. Entre los iguales no todos son iguales. Y más me duele por los que se fueron, se pensionaron, los que todo lo dieron y nunca les llegó la noticia de la propiedad.

La función política del lenguaje

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

“Te van a comer los perros” le habrían gritado desde la tribuna. En anteriores columnas nos habíamos referido a este hecho ocurrido recientemente en un estadio de fútbol costarricense. No es solo el grito xenofóbico lo que es posible escuchar: tras este insulto, se esconde la construcción de un lenguaje deshumanizante que utiliza calificativos despectivos, inferioriza, barbariza.

Recientemente un artículo publicado en la BBC en su sección de noticias mundiales, señalaba la función de ese tipo de lenguaje: “se encuentran en el lenguaje de los enfrentamientos en todo el mundo: viejas figuras literarias y calificativos despectivos que buscan retratar a grupos enteros de personas como si fueran de alguna manera menos que humanos”, mencionaba la reflexión a propósito del conflicto Israel-Hammas y de cómo los bandos en pugna no solo usan la tiranía de las armas sino que también el fusil de la palabra que hiere, agrede y mortifica.

En escenarios crispados, desiguales, tensos, lo que se dice de los otros y las otras es igual o más importante que un enfrentamiento físico. En ocasiones se devela frontal, como en el caso de los insultos en un estadio costarricense hacia un jugador nicaragüense. En otros momentos el ejercicio es más bien velado y se maquilla detrás del humor y, ahora, del meme en redes sociales.

Si bien la deshumanización del otro a través de la palabra resulta en una especie de “aniquilación simbólica”, una suerte de desaparición del sujeto, también debe recuperarse el carácter político, el orden del discurso desde la premisa foucaultiana, en el que estrategia y sentido resultan de primer orden.

En una reciente conversación con la poeta, actriz y activista guatemalteca radicada en Estados Unidos María Herrera, refería a la potencialidad del lenguaje cuando se utiliza para resistir al poder.

Contaba de su decisión de leer sus textos poéticos en español en una actividad organizada en Los Ángeles California. A contrapelo de los organizadores, insistió en su lectura en su idioma materno: “es que ya es bueno que el español sea defendido”, decía.

En un país con cerca de 60 millones de hispanos, el que el español sea visto como herramienta de resistencia habla claramente acerca del sentido político del lenguaje en un momento histórico como el presente.

Si bien las palabras hirientes impactan subjetividades, también su uso como herramienta de reivindicación nos muestra el camino hacia sociedades cada vez más inclusivas.

Gobernando con las patas

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

En declaraciones aparecidas hoy en el diario La NaziOn, al referirse a la posible construcción de una refinería en Moín, el presidente Rodrigo Chaves dijo que él y su gobierno “no habían quitado la pata del acelerador”, y yo creyendo que don Rodrigo y su equipo lo que tenían eran pies. Claro ahora comprendo lo que nos pasa y el grave trance que vive el país, se gobierna con…¡las patas!, y como dicen los abogados: a confesión de partes relevo de pruebas.

Qué grave es que el gobernante y su equipo tengan hundidas las patas en el lodazal de errores que han cometido y arremetido un día sí y otro también, contra nuestro sistema institucional. En ese “bate bate” embarrialado en que han convertido la responsabilidad de gobernar, arremeten contra todo y contra todos, especialmente porque “el equipo” son funcionarios que han dejado de ser altos jerarcas, para ser parte de la manada que gobierna con las mismas extremidades, y por lo tanto, son incapaces de tener criterios y autoridad propias para ayudar, como eficientes colaboradores, a que el presidente no meta las patas, como en la Junta de Protección Social, por ejemplo.

Ahora me explico el desmadre institucional, y para muestra dos ejemplos más: el SINART y su descredito total al extremo que urge de una intervención para salvarlo, o la gran “ideota” del “copago” en la CCSS para el cual, como por arte de magia, aparecieron 200.000 millones de colones que “no tenían destino específico”, en el presupuesto de una institución que hasta hace pocos días el Presidente de la República y su dócil compañera de gobierno, decían que estaba quebrada, ¡a otros con ese cuento!, Así podríamos enumerar permanentes y constantes “metidas de pata” en Educación, Cultura, AyA, el ICE o Seguridad y un amplísimo etcétera.

Algo grave es la cantidad de mentiras, para lo cual tienen hasta una profesora exclusiva, y las contradicciones en que cae y proclama el gobierno constantemente; no se sabe si como estrategia para ocultar sus “metidas de pata”, o por creer que con eso engaña a un pueblo que ya es hora que abandone su indiferencia irresponsable; o el temor a las bandas de troles presidenciales que, por cierto, espero no se molesten porque diga que “su jefecito” gobierna con las patas, pues fue él quien lo confesó.

Espero que don Rodrigo Chávez entienda que en este país hay personas que caminamos erguidas sobre dos pies y con una cabeza sobre los hombros, que nos gusta pensar, analizar y exponer lo que creemos y que nos preocupa se crea que, de verdad, nos pueden gobernar…con las patas.

Pavas, 11 de noviembre 2023

“Las certificadoras son una farsa”

Foto: Giorgio Trucchi

Con Vladimir de la Cruz

Académico historiador desnuda realidad de las empresas certificadoras

Giorgio Trucchi

Comercio justo, certificaciones, sellos de calidad, estrategias de mercadeo y violaciones de derechos laborales y sindicales son elementos estrechamente relacionados, y no pueden entenderse sin un análisis atento y crítica de lo que pasa dentro de las plantaciones de las grandes transnacionales fruteras y de grupos económicos de capital nacional.No podemos ocultar que estos sellos mágicos se han convertido en un negocio más para las grandes compañías que venden en Europa y Estados Unidos, así como para los supermercados.

Su función es lavarles la cara a empresas y empresarios, ocultando las tantas violaciones de derechos, las políticas antisindicales, las terribles condiciones de trabajo y de seguridad e higiene laboral.

En este video, Vladimir de la Cruz, historiador y catedrático costarricense, destacado y querido colaborador de la Rel UITA, habla de la farsa que constituyen las empresas certificadoras, así como del negocio que está detrás de todo este sector.

Fuente: https://www.rel-uita.org/costa-rica/las-certificadoras-son-una-farsa/

Venezuela y Costa Rica

Vladimir de la Cruz

Venezuela y Costa Rica, fueron hace muchos años, dos de los países que tenían consolidadas democracias. Era el período de la IV República, en Venezuela, 1958-1999, y era, en Costa Rica, el período, llamado de la Segunda República, surgido a partir de la Junta de Gobierno de 1948-1949, y de la restitución del proceso democrático electoral, a partir del ascenso del gobierno de Otilio Ulate Blanco, 1949-1953, hasta hoy.

En Venezuela hubo una reacción muy fuerte contra el bipartidismo existente en ese país, de los socialdemócratas, llamados Adecos, y de los socialcristianos, llamados Copeyanos. El malestar final contra ellos empezó con un intento de golpe de estado en 1992, que llevó a Hugo Chávez, junto con otros líderes de la insurrección, a la cárcel, por un breve período, en virtud de un indulto que les fue otorgado.

Hugo Chávez se convirtió en un líder popular visto como la alternativa al bipartidismo existente. Las elecciones de 1998 lo llevaron a la Presidencia. Alrededor suyo se unieron gran cantidad de sectores sociales y de fuerzas políticas desde la izquierda hasta la derecha, como de sectores empresariales. Todo ese torrente terminó reuniéndose en el Partido Socialista Unificado de Venezuela, PSUV, que sigue vigente en el gobierno.

En el año 2002 se le intentó dar un golpe de Estado, que fracasó. Miguel Ángel Rodríguez, entonces Presidente de Costa Rica, en cierta manera le salvó, invocando la Carta Democrática, que acababa de aprobarse por la Organización de Estados Americanos, que desconocía gobiernos surgidos de golpes y alzadas militares.

Hugo Chávez se consolidó en el poder y el gobierno, hasta su muerte en el 2013, con ventaja de altos precios internacionales del petróleo que le permitió impulsar una gran obra social por medio de casi una veintena de planes nacionales. Heredó su gobierno y el poder su Canciller, Nicolás Maduro, actual presidente de Venezuela.

En Costa Rica en cierta forma el bipartidismo había empezado a entrar en crisis en las elecciones de 1998. La campaña electoral de ese año, enfatizando en uno de sus lemas electorales, “déle un naranjazo al bipartidismo”, empezaba a echar raíces. La Asamblea Legislativa ya no fue la mayoría bipartidista tradicional.

A partir del 2002 hizo aguas el bipartidismo con motivo de escándalos importantes que afectaron principalmente a figuras políticas del liberacionismo y del socialcristianismo. El mismo gobierno de Abel Pacheco, 2002-2006, fue crítico desde su inicio sin uno de sus vicepresidentes, “echado” de la casa presidencial por el mismo Presidente.

La campaña electoral del 2006 la salvó, por un pelo, para el Partido Liberación Nacional, la candidatura de Oscar Arias Sánchez. El éxito percibido de su gobierno permitió la llegada de la liberacionista Laura Chinchilla Miranda, y su condición de candidata femenina, a la Presidencia del 2010 al 2014.

En este período, 2000 – 2007, dos grandes movimientos de protestas populares, la lucha contra el Combo del ICE y la lucha contra el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana, debilitaron más el bipartidismo tradicional, fragmentándose Liberación Nacional y casi desapareciendo la Unidad Social Cristiana; condiciones estas que llevaron al exliberacionista Luis Guillermo Solís Rivera a la Presidencia con el partido Acción Ciudadana, 2014-2018 y a repetir gobierno con Carlos Alvarado Quesada, 2018-2022. Ambos gobiernos de bajo perfil y con políticas neoliberales, especialmente el de Carlos Alvarado, que han contribuido a casi destruir y debilitar, profundamente, el Estado Social de Derecho, que se desarrolló desde el Gobierno del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, 1940-19444, que se fortaleció con la legislación de la Junta de Gobierno y los gobiernos que siguieron hasta 1978.

Desde 1980 con los Planes de Ajuste Estructural; y desde 1990 con los Tratados de Libre Comercio, se estructuraron las políticas económicas principales que marcaron a todos los gobiernos desde entonces, y las de debilitamiento del Estado Social de Derecho, que están en auge.

Ausente del mundo bipolar del período de la guerra fría, 1945-1991, desaparecidos los partidos comunistas, y casi inexistentes las fuerzas de izquierda, en todo el mundo, han aparecido movimientos políticos populistas, autoritarios, anti sistemas, anti partidos políticos, antipolíticos tradicionales, anti democracias como sistemas políticos, que han subido a gobiernos en Europa y en América Latina. Ha surgido un mundo hegemonizado por una sola potencia, hoy igualmente cuestionado por un multilateralismo. Han aparecido en gestación nuevos bloques comerciales, así como nuevos focos de guerra peligrosos, como antesala de conflictos globales, que podrían llevar al mundo a una tercera guerra mundial, de baja intensidad, pero con características nucleares.

En Venezuela el gobierno de Nicolás Maduro se mantiene a la fuerza, violentando toda la estructura de su Estado de Derecho, controlando toda la institucionalidad, política, legislativa y electoral, poniendo fuera de la ley a opositores y poniendo fuera de procesos electorales a partidos y candidatos, en medio de una crisis social y económica que tiene casi seis millones de venezolanos fuera de su patria. En este momento, ha intervenido las elecciones primarias, de la oposición política, sin haber él participado, sin ser parte interesada en ese proceso, más allá de que por la candidata ganadora de esas justas, María Corina Machado, principal líder opositora, votaran más de dos millones de venezolanos, con una simpatía electoral del 80% de la población venezolana, contra un 16% que tiene Maduro. Consecuentemente con esto el régimen ha procedido a invalidar su total participación, con la complacencia de organismos administrativos, políticos y electorales, que operan bajo control directo de la Casa Presidencial venezolana, el palacio de Miraflores. Allí el aparato institucional opera contra partidos y ciudadanos, contra la democracia política y electoral, al servicio absoluto de lo que se disponga en Miraflores.

En Costa Rica, mientras tanto, el inquilino de Zapote, impulsando uno de sus partidos políticos, para participar en las elecciones municipales, en los 84 cantones del país, se ha llevado un duro golpe. Siendo el tercer partido en cantidad de candidatos propuestos a estas elecciones, lo que le auguraba un cierto e importante resultado electoral, el Tribunal Supremo de Elecciones, un poder independiente, que el Presidente Chaves no controla, pero que quisiera someter a su dominio o influencia, ha decidido eliminarle prácticamente todas sus candidaturas por haber violado las leyes electorales relacionadas con la conformación de las mismas, en cuanto a paridad e igualdad de género.

En Venezuela el Presidente Maduro ha dicho a la oposición, aquí mando yo. En Costa Rica el Tribunal Supremo Electoral le ha dicho al partido del inquilino de Zapote, que en Costa Rica no manda Zapote. Que se somete a la ley y que juega como dispone el Tribunal de Elecciones.

Hay presiones y gestiones legales ante este Tribunal por parte de Zapote, directamente por parte de la figura de su transitorio presidente, como de sus voceros autorizados y enviados a negociar la participación efectiva de ese partido.

Lo resuelto por el TSE no tiene posibilidades para el partido “Aquí Costa Rica manda”. Si se produce un cambio en la decisión ya tomada de esas candidaturas entramos en un camino muy similar al de Venezuela, donde el poder electoral ha desaparecido como pilar de la democracia electoral nacional. Generaría una situación por la cual todos los partidos, que sufrieron igual castigo, por no cumplir la ley de la paridad e igualdad electoral, se beneficiarían automáticamente de lo que se le resuelva al partido del Presidente Chaves. Pero el sistema electoral y sus integrantes se vendrían al suelo…y la “pureza” electoral quedaría marchita.

En 1889, un 7 de noviembre, hace tres días, hace 134 años, defendiendo un proceso electoral, el pueblo movilizado, dio base para que a esa fecha se le declarara como el día de la fundación de la democracia nacional.

¿Se traerá al suelo el Tribunal Supremo de Elecciones, esta tradición y declaración, si le da la razón al partido del Presidente Chaves, que ya ha empezado a despotricar, restituyéndole sus candidaturas? Existe para la jurisprudencia nacional electoral el caso del candidato presidencial Álvaro Montero Mejía que, en las elecciones del 2006, le anularon todas las candidaturas propuestas, hasta las de sus dos vicepresidentes. De manera absurda le permitieron participar con solo su nombre, como si un ciudadano, inscribiera se pudiera inscribir de esa manera…

Confío en la integridad personal, profesional y jurídica del alto Tribunal electoral del Costa Rica, el que sí manda en asuntos electorales.