La conmemoración del Día del Niño de la Calle este 12 de abril pasado no sólo trajo como tema el hecho de que los menores de edad estén, bajo condiciones deplorables, teniendo una vida llena de inseguridad, incertidumbre y expuestos a todos los peligros que la calle y el ambiente de soledad y además la criminalidad que inunda el ambiente, sino que también, surgieron denuncias y manifestaciones sobre hechos que suceden todos los días a vista y paciencia de todos, incluidas autoridades.
Llevamos muchos meses de observar cómo muchos niños son expuestos a todo tipo de peligros. Todos hemos visto en esquinas en las vías públicas a muchos adultos, parejas, o solo hombres o solo mujeres con niños y niñas, solicitándonos dinero y desde luego la excusa “el gancho” y el llamar a la lastima es la exposición que se hace de niños y niñas, eso es absolutamente contrario a los derechos de los niños.
Independiente de la nacionalidad de quienes lo hagan e independientemente de las razones que puedan estar viviendo, lo cierto del caso es que los niños y niñas no son responsables de eso y no deben de exponerse a situaciones de peligro como ahora se hace. Incluso, hay manifestaciones sobre el hecho de que se “alquilan” niños y niñas para utilizarlos en esa pretensión de obtener ayudas económicas, moviendo a la lástima especialmente por la situación de eso niños y niñas.
El Patronato Nacional de la Infancia no debería permitir este tipo de actuaciones y deben de impedir que se utilicen a los niños, aunque sean hijos de quienes están en esas actividades, insistir en que ellos no son responsables para exponerse a esas situaciones.
Las autoridades del gobierno deben tomar acciones inmediatas y máxime con las situaciones que se han denunciado en contra de la niñez y la adolescencia en cuanto a violaciones y a abandonos de los menores. Las decisiones deben tomarse ya, para mañana será demasiado tarde y quienes no actúen serán responsables de lo que les suceda a esos menores.
Dios quiera que las autoridades responsables tomen acciones inmediatamente y logren sacar a esos menores de edad de esos ambientes y tomar acciones también contra quienes les exponen.
Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense
“En la era de la industria cultural, la conciencia existe en estado mítico, de ensoñación, estado contra el cual el conocimiento histórico es el único antídoto. Pero el tipo particular de conocimiento histórico que se requiere para liberar el presente del mito no se desvela fácilmente. Dejado de lado y olvidado, yace enterrado en cultura que sobrevive, siendo invisible justamente porque es de escasa utilidad para quienes están en el poder” (Susan Buck-Morss DIALÉCTICA DE LA MIRADA Walter Benjamin y el proyecto de los Pasajes La Balsa de la Medusa Segunda edición Madrid 2001 p. 14).
Las múltiples discusiones entre los historiadores contemporáneos, siempre tan celosos ante la irrupción de “extraños” dentro de lo que consideran, al parecer como su exclusivo ámbito de acción profesional, acerca del sentido que asume la consideración del tiempo histórico, visto en los términos de la larga duración (v.g.r. Ferdinand Braudel, Marc Bloch, Lucien Febvre entre otros impulsores de la Escuela Histórica Francesa de los Anales, con su perspectiva de la “longue durée”), resultan ser sin embargo un tema, también fascinante para el resto de nosotros los mortales, necesitados de incursionar en la naturaleza(o, más bien especificidad) de algunos acontecimientos y procesos históricos que continúan afectándonos, aunque no tengamos siempre conciencia de ello. Por eso es, que cuando hablamos de la conmemoración de un hecho complejo de cierta relevancia histórica, en este caso los mil días de la Unidad Popular Chilena que culminaron en un sangriento golpe militar, en el mes de septiembre de 1973, sólo comparable a los dramáticos eventos que 18 años atrás, culminaron con la caída del gobierno del general Juan Domingo Perón, en la República Argentina, durante el mes de septiembre de 1955, los que a semejanza del caso chileno dieron lugar a cruentos enfrentamientos armados o a masacres, como la resultante del bombardeo a civiles en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, durante el primer intento de acabar con el régimen peronista, en junio de 1955, por parte de unos pilotos de la aviación militar (una rama que entonces dependía de la marina) que llevaban como lema “Viva Cristo Rey” en sus aparatos, unos fanáticos que asesinaron a cerca de 500 personas, en su gran mayoría civiles o, como fue el desigual combate de la Moneda, en Santiago de Chile, aquel 11 de septiembre, un evento político militar mucho más profundo en sus nunca analizados, ni asumidos alcances históricos, tanto por parte de los militares golpistas como por parte de la mayoría de la izquierda chilena oficial y concertacionista (v.g.r la posdictadura de la concertación), que se niega todavía a valorar en su sentido más profundo el testimonio y la vivencia de sus combatientes, mientras que los militares como el general Javier Palacios, quien dirigió el ataque al Palacio de la Moneda, sobredimensionaron la mediocre actuación de sus subordinados. En cuanto a la derecha civil, en cambio no constituye algo esencial, y les resulta muy problemático todavía entrar en consideraciones específicas acerca del hecho en sí mismo, es mejor no hacer olas consideran.
Existe una necesidad imperiosa de romper con el papel legitimador de la historia como un acto político de la mayor importancia (Walter Benjamin), y en concreto con las visiones inmovilistas del tiempo histórico que se derivan de ese papel que se le ha impuesto, las que mantienen el pasado que se evoca en las conmemoraciones, como si fuera un presente mítico cuyas posibilidades de interpretación se reducen a las que expresan los intereses o visiones de las élites protagonistas de los conflictos sociales en el escenario histórico, a partir de algunas de sus exteriorizaciones en la interpretación canónica de los hechos político militares que se produjeron, no ha lugar a otras versiones, y mucho menos, a interpretaciones alternas de lo acontecido.
El extraordinario documental que acaba de publicarse en Chile, bajo el título de “LA ÚLTIMA ESCOLTA” (Realización de Isidro García y Fernando Galeas. Documental Formato HD/16:9), nos da un valioso testimonio que nos permite resignificar los hechos político-militares de aquel día funesto para los trabajadores, y los sectores más desfavorecidos de la sociedad chilena: El valioso y pormenorizado testimonio de Isidro García, a lo largo de ese documental que abarca otros elementos historiográficos, se torna esencial para dimensionar y valorar ese combate tan desigual desde una perspectiva más amplia, vista en términos del devenir histórico y de la larga duración, a partir de una narrativa en la que nos cuenta como con un pequeño grupo de compañeros del Partido Socialista de Chile, se atrincheró en el Ministerio de Obras Públicas, situado al otro lado de la Calle Morandé, un edificio casi paralelo al Palacio de la Moneda, desde donde resistió, durante muchas horas, a la asonada militar, poniendo en aprietos a los militares golpistas con apenas una ametralladora punto 30, y unos cuantos fusiles ametralladoras AK 47, enfrentando así a quienes, con tanques e infantería, atacaron el Palacio de la Moneda, en cuyo interior no habían más de treinta combatientes civiles, incluido el propio presidente Salvador Allende. Después del desenlace de aquel combate, como resultado del que fueron muertos, o más bien asesinados, el propio presidente y la mayoría de los combatientes del Grupo de Amigos Personales de éste, integrado por militantes del Partido Socialista, mientras que los soldados de infantería, contando con apoyo de los tanques, fueron incapaces de derrotar en primera instancia, al tan desigual pero decidido adversario, representado por los combatientes que se encontraban en La Moneda, y en las instalaciones del Ministerio de Obras Públicas, dentro del llamado barrio cívico de la capital chilena, razón por la que recurrieron a la aviación para bombardear el Palacio de la Moneda, el que dejaron en llamas y casi destruido para alcanzar sus objetivos político-militares, con lo que agrietaron y devaluaron para siempre su inmenso valor simbólico ante la mirada de los habitantes de la capital chilena, y de las gentes del mundo entero, algo que nunca ha podido ser restituido en una sociedad o estado-nación como Chile, dentro de la que esa grieta nunca ha podido ser soldada o sellada, a lo largo del medio siglo transcurrido desde entonces. Es por eso, que el conflicto en términos de legitimidad se vuelve recurrente, especialmente si lo vemos bajo la perspectiva de la larga duración histórica, pues ahora como nunca esa ruptura se ha hecho evidente: nos basta con mirar las imágenes de la lucha popular en Santiago, y otras ciudades de Chile frente a un aparato represivo, cada vez más violento y sanguinario, para constatarlo de manera irrefutable.
Valgan las reflexiones de Isidro García, un combatiente de aquel día en el Ministerio de Obras Públicas, quien en el documental nos cuenta también su vida desde niño, en medio de las mayores carencias como eran las que experimentaban las mayorías chilenas, en un país donde hasta los años sesenta los campesinos de la zona central de Chile, vivían aún en un régimen de servidumbre casi feudal, donde el hambre y la desnutrición castigaban a la niñez. Refiere con orgullo su permanencia hasta el final al lado de Salvador Allende, siempre fiel a esa memoria en términos de la larga duración histórica, nos dice “nos quitaron el partido, otros que dicen llamarse socialistas”, quienes por cierto prefieren hacer caso omiso de la memoria y el testimonio de aquellos combatientes, forjadores de esperanzas y utopías.
MBA Lic. Bach. Luis G Martínez Sandoval Académico Universitario Titular Carreras Comercio Exterior, Administración Aduanera
Sede Central UTN www.utn.ac.cr Ex Directivo Nacional Propietario JD ANEP – Representante Sector Académico-, Secretaría de Organización y Conflictos, Seccional Sindical Nacional ANEP-UTN Ex Funcionario Banco Mundial IFC Sede Ecuador, Centro América y, América Latina, Escritor, Científico Social
Costa Rica es el segundo país en la ruta centroamericana del tráfico de cocaína.
Nuestro país se encuentra posicionado estratégicamente dentro del continente americano, lo cual resulta muy proclive para algunos grupos criminales organizados nacionales como extranjeros manejar desde nuestro territorio toda la logística relacionada con el tema del narcotráfico, sea para efectos de recibir la droga de países productores de Suramérica, ocultarla y venderla en suelo costarricense, o trasladarla hacia países consumidores de Norteamérica y de Europa, entre otros.
Tenemos grupos de delincuencia organizada y violenciade nacionalidad costarricense en conexión con extranjeros dedicados al tráfico de drogas como cocaína, marihuana, drogas sintéticas y precursores químicos, flujos humanos, trata de personas, tráfico ilícito de migrantes y, existe violencia en zonas vulnerables. Y, siendo Estados Unidos el principal consumidor de cocaína del mundo nuestro país es un puente. La oferta crea su propia demanda. Sin consumidores no hay productos…
“Costa Rica surge como un punto estratégico para el tránsito de cocaína por tierra, aire y rutas marítimas, como zona de tránsito y almacenaje de la droga”
Somos un lugar para el almacenaje y tráfico de la droga liderado por redes criminales-comerciales de personas jóvenes de nacionalidad costarricense. No hay estructuras jerarquizadas. Repitámoslo son grupos de delincuencia organizada compuestos únicamente por nacionales que establecen relaciones de negocios con pesos pesados en este mundo:
Traficantes internacionales
Grupos de Apoyo logísticos y transportistas
Vendedores y distribuidores
La violencia es parte de su modo operativo. Plata o plomo como decía Pablo Escobar Gaviria es lo en nuestros días está sucediendo en distintos cantones de Costa Rica en el Siglo XXI. Tenemos sicariato, por supuesto que sí …pero ellos son individuos costarricenses que actúan como asesinos a sueldo. Han aprendido. No nos equivoquemos. Son criminales locales lamentablemente para las familias involucradas conformados por jóvenes en circunstancias socio-económicas vulnerables. La violencia es el medio de resolver conflictos entre los grupos criminales y la manera de saldar ajustes de cuentas por tumbes de drogas. Ese es el meollo del asunto. Es un hecho que existe vinculación con grupos extranjeros cuyo origen tienen raíces mexicanas y colombianas, pero eso es otro tema. Quienes dirigen lo que está sucediendo en Costa Rica con las drogas son personas jóvenes de nacionalidad costarricense.
San José, sigue siendo el lugar preferido de los consumidores de cocaína y por tanto allí llegan los oferentes nacionales. En Costa Rica, aún no están presentes los grupos depredadores (tumbadores) de droga que son grupos especializados en tumbar (robar) los cargamentos de droga a los transportistas e incluso a otros grupos traficantes…
“La participación de menores de edad en los delitos de tráfico de drogas cada vez es mayor: los traficantes encuentran en la población joven alguien de quien aprovecharse. Los grupos de crimen organizado reclutan a jóvenes como narcomenudistas sirviéndose de la tentación que supone la obtención de ganancias y bienes materiales. Además, los criminales también pueden convertir a los jóvenes en adictos para más tarde forzarles a vender la droga. Este fenómeno no es exclusivo de zonas marginales, sino que también ha sido identificado en centros de educación secundaria.” Y, cuando las estadísticas nos dicen que solo el 50% de los estudiantes que ingresan al colegio se gradúan el semillero esta para cultivo…
El consumo del crack nos está despedazando a todos, pero específicamente a las personas jóvenes que están entre 15 a 35 años. Principalmente en los cantones de San José – Escazú es mayor demandante de cocaína-, Alajuela, San Carlos, Desamparados, en el Distrito Hatillo, en la provincia de Limón y, Puntarenas.
Las drogas ingresan por tierra, mar y aire a nuestro país.
Nuestras zonas productoras agrícolas (banano, piña, cítricos, etc.) son usadas para ocultar la droga entre los productos de exportación hacia los distintos mercados. La zona atlántica como la pacifica son los puertos de ingreso. Y San José la zona de bodega. Tenemos hechos contundentes: La mayoría de los condenados por tráfico de drogas son ciudadanos costarricenses. ¿Quiénes son los traficantes? Bueno son ciudadanos costarricenses con conexiones en el exterior. El 85% de los condenados por tráfico de drogas son costarricenses. Como nos diría la tira cómica creada por el genial Walt Kelly, “Jefe, hemos encontrado al enemigo: ¡somos nosotros mismos!”.
La pregunta de fonde es: ¿Tenemos creada o está en proceso una mafia costarricense basada en distribución de drogas de cualquier tipo? Mi hipótesis es que se está gestando su creación. ¿Estamos a tiempo de frenar su nacimiento y gestación? Quizás no. Talvez sí. Debemos actuar e ir por la juventud de nuestro país esos casi 2 millones de estudiantes que están en escuelas y colegios de nuestros centros educativos. ¡Hay que actuar!
Las “mafias” – como se ha estudiado a fondo- conforman una macro criminalidad del reciclaje de dinero obtenido por venta de drogas que opera sin controles en todo el planeta y hace difícil la reconstrucción de los flujos financieros de dinero sucio.
La mafia es invisible, es asociación dirigida y explotada por personas autorizadas por edad, inteligencia, posición social, pruebas, expedientes judiciales, experiencia y pericia en el arte de delinquir impunemente. No existen estructuras organizacionales visibles… son sin rostro. ¿Quiénes conocen la Junta Directiva de la Mafia? ¡Nadie! Solo el “directorio” de los hombres de mayor confianza. La mafia es “una asociación ilícita, autentico sistema de poder criminal” que ubican a sus miembros al filo del Código Penal. Es complejidad organizativa y “mafia financiera”. Su estrategia es obtener el máximo prestigio y la máxima ganancia, el silencio y olvido, establecer relaciones e intereses con la política, obstaculizar las investigaciones, campañas de deslegitimación, de desprestigio, de agresiones contra fiscales y magistrados. La búsqueda de coberturas, asesinatos y masacres. El terror y miedo. Impedir el control de la legalidad de sus negocios. La impunidad, falsificación de datos, la santificación de imputados. Desgranar la justicia y la legalidad. Vínculos secretos. La mafia costarricense se está apenas gestando… ¡No existe!
Costa Rica, es una bodega y puente de las guerras de las drogas. Se movilizan anualmente 1.150 toneladas en ruta a México, Brasil, UE y EEUU –donde hay más de 50 millones de consumidores que gastan más de US$ 50.000 millones anuales de dólares para consumo de cocaína, heroína y marihuana proveniente de Irán y Afganistán, Myanmar, Laos, Tailandia, México, Perú, Bolivia y Colombia-. EE UU se pudre con la nueva droga zombie que carcome la piel y pone en alerta a EEUU… Se llama fentanilo y xilacina. No queremos eso para nuestros casi 2 millones de jóvenes costarricenses…
¿Cómo combatir la delincuencia criminal organizada y frenar el ascenso de una mafia costarricense?
Primero, estrategia de seguridad nacional y regional. Estamos inmersos en un área geopolítica, geoeconómica y militar en donde la seguridad nacional tiene un gran peso y cuya agenda tiene temas prioritarios, p.ej. el terrorismo, los grupos armados, los paramilitares, el narcotráfico, el tráfico de personas, las posibilidades de migraciones masivas, el lavado de dinero, los secuestros, las bandas como Mara Salvatrucha, los Zetas y el Populismo Radical. Debemos establecer una política exterior activa con Centroamérica para combatir el narcotráfico. Debemos articular esfuerzos con Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Panamá. Como estado-nación aislados no vamos a lograr ningún objetivo. Y dado que la guerra contra las drogas está perdida debemos hacer una solución regional.
Segundo, estrategia cantonal. Hay que nombrar 81 Comisionados Cantonales Antidrogas reportando a un (una) Comisionada Nacional Antidrogas. Uno por cantón para articular y coordinar esfuerzos con el Ministerio de Seguridad Publica y el Ministerio de Educación. Debemos salvar, rescatar, restaurar a nuestros casi 2 millones de jóvenes costarricenses que son el objetivo de grupos de delincuencia organizada y violenciade nacionalidad costarricense en conexión con extranjeros. Es conocido que el crimen organizado costarricense utiliza las tentaciones, las carencias y la provocación que genera la ostentación para atraer a los jóvenes.
Tercero, estrategia de premios e incentivos. Requerimos una política seria de incentivo de los arrepentimientos y colaboración con la justicia por parte de quien, por haber sido mafioso, puede revelar desde adentro esos secretos de la organización absolutamente necesarios de conocer. Hay que promulgar una legislación de “premio e incentivo” equilibrada e inclusive de impunidad total (100%) para el colaborador (res) que nos lleven a los peces gordos. Esta estrategia supera “el rastreo de llamadas”, “la prisión preventiva”, “la plataforma de información policial”, el “Centro Judicial de Intervención Policial”, “El secreto bancario” e incluye el perdón por el Poder Ejecutivo para los que colaboren.
Cuarto, estrategia de autonomía al Poder Judicial. Elección de magistrados por la Corte Suprema de Justicia y no por la actual Asamblea Legislativa.
Quinto, estrategia de comunicación pública. Hay que revisar el Plan “LODI” (Logic Distribution), en donde la solución pasa por una forma de legalización que no ha de ser libre, precisamente, sino que viene supeditada a una “distribución organizada y controlada de la droga – cualquier tipo-” que bien puede estar en manos de la Caja Costarricense del Seguro Social, los EBAIS, el Ministerio de Salud Pública, Ministerio de Seguridad Publica y, el Poder Judicial.
Sexto, fortalecimiento del Ministerio de Seguridad Publica.
Séptimo, la juventud costarricense (escuela, colegio, universitaria) requiere intervención estatal para que puedan enfrentar las disyuntivas de la vida. Nuestra juventud se mueve por incentivos. La recompensa es lo que los mueve. El Estado puede mejorar los resultados con la juventud costarricense – para que no ingrese al Club de Mafia- ¿Cómo? Si el mundo de las drogas les ofrece dinero y bienes corto plazo y muerte segura, el Estado bien puede ofrecerles apoyo vía educación para salir de la pobreza, construir un proyecto micro, pequeño o mediano que les genere satisfacción, acceso a crédito con tasas blandas y sin garantías hipotecarias, y un tipo de educación pública atractiva que no los lleve a la deserción ni la frustración y los aleje de las aulas. Darles herramientas para construir su propio destino. La criminalidad se combate con los aparatos ideológicos del Estado (Ministerio de Educación) y los aparatos represivos del Estado (Ministerio de Seguridad Publica)
A MODO DE CONCLUSION
Somos una bodega de almacenaje de drogas al igual que los demás países centroamericanos, hay conexión de nuestro grupos de criminales organizados costarricenses dada la filtración por el lado de demanda de drogas con los oferentes que son carteles mexicanos y colombianos, que están pagando con drogas sintéticas y crack y no con dinero por ayudar en el transporte; tenemos un mercado de consumidores nacionales y espiral de violencia por drogas, sabemos que la droga se transporta por vía marítima (78%), aérea y terrestre (22%).
Debemos actuar en cada distrito y cantón de lo contrario serán tomados por los grupos criminales organizados costarricenses y alianza estratégica con las verdaderas mafias que existen y están consolidadas como las mexicanas, colombianas, los yakuza, las trías chinas, la cosa nostra o la rusa. Aún estamos a tiempo… la mafia costarricense está en proceso de gestación aún no ha nacido.
Nicolas Boeglin, Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR). Contacto: nboeglin@gmail.com
El 6 de abril del 2023, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dió a conocer una segunda sentencia sobre excepciones preliminares, siendo una interpuesta por Venezuela a destiempo (en junio del 2022).
Es de recordar que la demanda presentada en su contra por Guyana lo fue en el mes de marzo del 2018 (véase texto oficial en francés e inglés).
La decisión de la CIJ en breve
La CIJ debía zanjar la siguiente cuestión jurídica: el saber si la excepción preliminar presentada tardíamente por Venezuela (7 de junio del 2022) era o no de recibo, y si lo fuera, si era admisible o si debía ser rechazada.
Este documento oficial de Venezuela enviado a la CIJ puede ser revisado en su versión en francés y en inglés: constituye en sí un cambio de la postura históricamente asumida por las autoridades de Venezuela ante la justicia internacional. Habíamos tenido la oportunidad de escribir una semanas después del 7 de junio del 2022 (Nota 1) que:
«Más allá del caso planteado por Guyana contra Venezuela, este cambio de actitud de Venezuela hacia la justicia internacional de La Haya rompe de forma notable con una sólida y firme posición histórica en todos los foros internacionales y ello desde 1959«.
Mapa de lo que en Venezuela se denomina la «Guayana Esequiba», extraído de nota de prensa de la BBC titulada «El Esequibo, el territorio que disputan Venezuela y Guyana desde hace más de 50 años», edición del 30/03/2018
Este y otros aspectos sobre la estrategia legal seguida por Venezuela, así como los aspectos históricos de esta antigua controversia territorial no requieren ser nuevamente esbozados. Remitimos a nuestros estimables lectores al texto de dos artículos nuestros, cuyos enlaces aparecen en la Nota 1 y Nota 2 que completan estas breves reflexiones.
En su sentencia del 6 de abril del 2023 (véase texto completo en francés y en inglés), la CIJ decide (párrafo 108) aceptar para su examen la excepción preliminar presentada por Venezuela para luego rechazarla, y concluye indicando que:
«Dit qu’elle peut statuer sur le fond des demandes de la République coopérative du Guyana, dans la mesure où celles-ci entrent dans le champ du point 1) du paragraphe 138 de l’arrêt du 18 décembre 2020 .» / «Finds that it can adjudicate upon the merits of the claims of the Co-operative Republic of Guyana, in so far as they fall within the scope of paragraph 138, subparagraph 1, of the Judgment of 18 December 2020«.
De manera a conocer mejor cuáles eran las solicitudes de Venezuela a los jueces de la CIJ, hay que remitir al lector a la última jornada de audiencias realizada el 21 de noviembre del 2022 (véase verbatim): sus solicitudes finales figuran en páginas 26-28. Las de Guyana figuran en el verbatim del día posterior (22 de noviembre), en páginas 23-26.
La lectura de las solicitudes finales de ambos Estados al juez internacional contrastada con la parte dispositiva de la sentencia de la CIJ en el párrafo 108 permite apreciar mucho mejor los cantos de sirena entonados desde la lectura del fallo del 6 de abril por parte de ambos aparatos diplomáticos: al respecto remitimos al comunicado oficial de Venezuela y al comunicado oficial de Guyana.
Habíamos tenido la oportunidad de analizar el fallo anterior de diciembre del 2020 de la misma CIJ sobre esta misma controversia, y mencionar de paso la peculiar manera que tuvo Venezuela de defenderse, al optar primero por»no comparecer» en las audiencias frente a los alegatos de Guyana (Nota 2). También referimos en esta misma nota al inminente riesgo que asumió Venezuela al optar por no comparecer, lo cual se dejó evidenciar en la sentencia de diciembre del 2020 (Nota 3).
En el hemisferio americano, cabe recordar que en el 2016 las autoridades de Colombia anunciaron que no comparecerían más ante las dos demandas presentadas por Nicaragua en su contra, luego de que la CIJ se declarara competente: esta postura provocó una rápida reacción de juristas colombianos haciendo ver lo riesgoso y errado de adoptar tal conducta, finalmente abandonada (véase artículo de prensa del 2016): Colombia amenazó con no comparecer pero nunca dejó de comparecer. En abril del 2022, Colombia fue condenada en el caso de la primera demanda (véase texto en francés y en inglés) y se espera la decisión de la CIJ en el caso de la segunda demanda, luego de celebrarse las audiencias orales en diciembre del 2022 (véanse el verbatim del 7 y el verbatim del 9 de diciembre del 2022).
Una demanda (2018) y dos decisiones (2020 y 2023) sobre el punto de saber si la CIJ es o no competente
La presentación a destiempo de una excepción preliminar por parte de Venezuela permitió a Venezuela ganar un poco de tiempo, y (salvor error de nuestra parte) es la primera vez en la historia de la CIJ que un solo y mismo caso da pie para dos sentencias sobre excepciones preliminares:
– una primera sentencia (diciembre del 2020) luego de un procedimiento en el que Venezuela optó por no comparecer (véase verbatim de la audiencia del 30 de junio del 2020 con la única presencia de la delegación oficial de Guyana); y
– una segunda (abril del 2023) en la que Venezuela sí acudió previamente a las audiencias convocadas por el juez internacional de La Haya (véase verbatim y lista del equipo de ambos Estados presentes en las audiencias que iniciaron el 17 de noviembre del 2022 que figura en las primeras páginas).
Es de notar que para estas audiencias realizadas en La Haya, Venezuela consideró oportuno enviar como jefe de delegación a su Vice Presidenta, mientras que Guyana optó por la figura del Agente: un funcionario subalterno que designan los Estados a la hora de litigar en La Haya, y que inicia y concluye los alegatos orales de su Estado durante las audiencias celebradas en el Peace Palace.
A modo de conclusión
Con esta decisión dada a conocer este 6 de abril, la CIJ entrará ahora a fijar plazos para examinar los alegatos de Guyana y de Venezuela sobre el fondo: se esperaría que esta vez, Venezuela proceda a presentar sus escritos en los tiempos según las regulaciones vigentes y sin mayores contratiempos.
Cabe precisar que el procedimiento contencioso de la CIJ permite que ambas partes presenten sus alegatos y cuestionen los alegatos de la otra parte mediante un procedimiento contradictorio de dos rondas (tanto en la etapa escrita como en la etapa oral durante las audiencias celebradas en La Haya): si el Estado demandado cuestiona la competencia de la CIJ, la etapa previa de excepciones preliminares le permite precisamente exponer las razones por las que considera la CIJ incompetente durante estas cuatro fases del procedimiento contradictorio. La CIJ decide sobre este primer punto, luego de haber escuchado los alegatos y contralegatos de ambos Estados. Privarse de usar las herramientas puestas a disposición de la CIJ, como lo hizo en un primer momento Venezuela, pudo haberle resultado poco beneficioso, y son varios los ejemplos de Estados «no comparecientes» que fueron condenados por la CIJ, siendo muy probablemente Rusia el próximo en ser condenado por la justicia internacional (Nota 4).
–Notas–
Nota 1: Véase BOEGLIN N., «La Corte Internacional de Justicia (CIJ) adoptó una nueva ordenanza sobre el conflicto territorial entre Guyana y Venezuela«, Portal de la Universidad de Costa Rica (UCR), 4 de julio del 2022. Texto disponible aquí.
Nota 2: Véase BOEGLIN N. «Guyana / Venezuela: a propósito de la reciente decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en la que se declara competente«, publicado el blog Derechointernacionalcr, 18 de diciembre del 2020. Texto disponible aquí.
Nota 4: Tuvimos la oportunidad de analizar la última no comparecencia registrada en La Haya, la de Rusia ante la demanda interpuesta en su contra por Ucrania en febrero del 2022: véase BOEGLIN N., «La fuerza del derecho ante el derecho a la fuerza (el caso de Ucrania y Rusia). A propósito de la no comparecencia de Rusia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ)«, Portal de la UCR, 23 de marzo del 2022. Texto disponible aquí.
Dr. José María Gutiérrez, galardonado con el Premio Nacional de Cultura Magón. Foto: Archivos Universidad de Costa Rica.
El merecido reconocimiento a una inveterada tradición científica en Costa Rica
Luko Hilje
Creado el 24 de noviembre de 1961, el Premio Magón correspondió a un galardón literario en sus inicios. Así consta en el libro Los premio Magón, del recordado amigo Elías Zeledón Cartín, publicado en 1992. De hecho, su denominación corresponde al pseudónimo o hipocorístico de Manuel González Zeledón (1864-1936), célebre escritor costarricense.
Y, como era de esperar, con él se honró a autores de gran fuste, a quienes poco a poco se sumaron otros artistas e intelectuales. En orden cronológico, los premiados fueron Moisés Vincenzi Pacheco, Julián Marchena Vallerriestra, Carlos Salazar Herrera, Carlos Luis Fallas Sibaja, Hernán Peralta Quirós, Carlos Luis Sáenz Elizondo, José Marín Cañas, Fabián Dobles Rodríguez, Luis Felipe González Flores, Francisco Amighetti Ruiz, Juan Rafael Chacón Solares, León Pacheco Solano, Francisco Zúñiga Chavarría, Teodorico Quirós Alvarado, Joaquín Gutiérrez Mangel y Alberto Cañas Escalante. De estos primeros dieciséis galardonados, así como de los que les siguieron, hasta 1991, Elías incluye en su libro muy valiosas reseñas biográficas, que permiten captar mejor los sólidos méritos de cada uno.
Me he detenido aquí de manera deliberada, pues en 1977 se rompió la tradición, al asignar el Magón a un científico: el Dr. Rafael Lucas Rodríguez Caballero. La verdad es que siempre pensé que a don Rafa le habían otorgado el Magón no solo por su labor científica, sino que también porque fue un excelso dibujante, sobre todo de sus amadas orquídeas. En realidad, la resolución del jurado, integrado por Carlos Salazar Herrera, Samuel Rovinski, Virginia Sandoval de Fonseca, Marco Retana y Joaquín Garro, indica que lo fue:
Por su intensa, seria y permanente labor de investigación en el campo de la botánica, con especialidad en las umbelíferas y las orquídeas, que se encuentra registrada en numerosas publicaciones nacionales y extranjeras, que dio origen a una escuela de investigación en esa especialidad. Su vida ejemplar en el campo de la investigación y de la docencia ha servido de inspiración para los jóvenes científicos, que hoy enriquecen la cultura de nuestro país.
Al respecto, es pertinente indicar que ya en 1971 se había modificado el nombre, para que se llamara Premio Nacional de Cultura Magón, y que sería:
Otorgado anualmente a un escritor, artista o científico costarricense, en reconocimiento a la obra que lleve realizada en el campo de la creación o la investigación hasta la fecha en que se conceda el premio.
Es decir, de manera explícita, esta vez se reconocía que la actividad científica es parte indisoluble de la cultura de una sociedad, sensu lato. Esto no solo es loable, sino que también lógico. De hecho, esa dimensión la recoge el Diccionario de la Real Academia Española, al definir la cultura —en su tercera acepción— como el «conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.».
Sin embargo, en realidad esto no ha calado suficientemente en algunas personas, sectores sociales y decisores políticos. Al respecto, recuerdo que hace exactamente 50 años, cuando se fundó la Universidad Nacional (UNA), tuvimos la cercana colaboración del Dr. Rodrigo Zeledón Araya, microbiólogo y parasitólogo de renombre mundial, así como sobresaliente profesor en la Universidad de Costa Rica (UCR), quien además fue uno de los integrantes de la Comisión ad hoc que le confirió visión, estructura y rumbo a la UNA. En 1975, con el fin de fortalecer los incipientes programas de investigación que deseábamos impulsar en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, una tarde-noche por semana nos quedábamos ahí para que nos ofreciera una especie de seminario, en el que se propiciaban muy ricas discusiones. Y me acuerdo de que, en una de sus presentaciones, de manera lapidaria expresó que «ser científico en Costa Rica es como ser torero en Nueva York».
Pero no lo decía con fatalismo ni desánimo, sino con la profunda convicción de que había que cambiar, y pronto, tan lamentable situación. Y tenía criterio y credenciales para decirlo. Intelectual de pensamiento claro, así como de acciones concretas, además de escribir al respecto por la prensa con frecuencia, para entonces ya había gestado su primera criatura, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT), nacido en 1972, y del cual fue su primer director. Y, para dar más amplias dimensiones a sus aspiraciones, después logró la hazaña de fundar el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MICIT) en 1990, e incluso convertirse en el primer ministro del ramo.
Creo que, sumados a su destacada carrera científica, estas realizaciones ameritan y justifican que a este egregio ciudadano —hoy con 93 años— se le otorgue el Premio Nacional de Cultura Magón, distinción que ha seguido alejada del mundo científico. De hecho, desde que se galardonó a don Rafael Lucas, debió transcurrir casi un cuarto de siglo para que se premiara a dos notables investigadores provenientes de los campos antropológico y arqueológico, la Dra. María Eugenia Bozzoli Vargas (2001) y don Carlos Aguilar Piedra (2004), respectivamente.
No obstante, de las disciplinas asociadas con las ciencias exactas y naturales, o con sus aplicaciones agrícolas o biomédicas, habría que esperar un decenio para que, en 2011, se honrara al Dr. Rodrigo Gámez Lobo —eso sí, compartido con Rogelio López, artista de la danza—, virólogo de fama mundial, fundador y director del Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (CIBCM) en la UCR, así como fundador y presidente del Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio). Un lustro después le correspondería el turno al médico Juan Jaramillo Antillón (2016), destacado académico de la UCR, exministro de Salud Pública y prolífico escritor, con casi 40 libros publicados, no solo en el campo de la salud pública, sino que también en las áreas de la historia y filosofía de la medicina y la ciencia.
Así, a grandes trazos, este es el panorama histórico en que hace apenas dos semanas recibimos con verdadero júbilo la noticia de que el Magón de 2022 le fue otorgado al microbiólogo José María Gutiérrez Gutiérrez.
Con Chema, como cariñosamente se le conoce en el ámbito universitario y científico del país, nos une una relación de amistad desde nuestra época de estudiantes. Dos años menor que yo, nos conocimos allá por 1973-1974, cuando el gobierno de turno se proponía entregar la prístina y paradisíaca isla del Caño a manos extranjeras, para instalar casinos y lupanares de lujo, con el fin de atraer turistas millonarios al país, ante lo cual varias asociaciones y partidos políticos estudiantiles de la UCR emprendimos una intensa lucha, que culminó con éxito.
Además, yo era amigo cercano de mis compañeros de estudios Rafael Quesada Vargas y Richard Taylor Rieger, interesados ambos en el estudio de serpientes venenosas, al punto de que Richard trabajaba con el Dr. Róger Bolaños Herrera, visionario fundador del Instituto Clodomiro Picado, uno de los pioneros en la producción de sueros antiofídicos en América Latina. Eso me acercó a Marco Gómez Leiva, bioquímico que coordinaba las actividades del serpentario de la Facultad de Medicina, así como a Luis Cerdas Fallas, quien trabajaba con don Róger, a la vez que ejercía la docencia en la Facultad de Microbiología. Como el edificio de esta colinda con el de la Escuela de Biología, en una que va y otra que viene nos topamos de nuevo con Chema, de quien todos ellos decían que era un verdadero portento.
Y tenían plena razón. Brillante, inquisitivo, analítico y metódico, Chema empezó a desplegar sus dotes de científico, primero como asistente de investigación y después como investigador titular en el Instituto Clodomiro Picado, al punto de obtener en 1980 el Premio Nacional de Ciencia y Tecnología por sus investigaciones acerca de la acción biológica de los venenos de serpientes. Posteriormente, con su formación acrecentada al obtener el doctorado académico en Ciencias Fisiológicas en 1984, en Oklahoma State University, su carrera científica escaló de manera realmente rutilante, como se capta al leer su extensa y rica hoja de vida.
Sin embargo, hay una dimensión más, que un lector desprevenido podría no captar, y es que Chema siempre ha realizado investigación de primer mundo, pero sin omitir su compromiso con la sociedad. De exquisito don de gentes, rebosante de sensibilidad social, y con ese silencio propio del hacedor de ciencia, en eso Chema ha sabido emular en bonhomía y estatura científica a sus dos mayores mentores, a quienes también ha honrado de varias maneras: Clodomiro (Clorito) Picado Twight (1887-1944) y Alfonso Trejos Willis (1921-1988).
Cuando, con apenas 21 años y becado con gran esfuerzo por el gobierno de Costa Rica, en 1908 Clorito partió hacia Francia, su aspiración era convertirse en un biólogo «puro», y así lo hizo, al obtener en 1913 el doctorado en la Universidad de París. Sin embargo, poco antes de graduarse —con una tesis acerca de la fauna asociada con plantas epífitas, o «piñuelas»—, al efectuar una pasantía en el Instituto Pasteur y el Instituto de Medicina Colonial de París, su mente dio un viraje radical. En efecto, para fortuna de Costa Rica, ahí percibió que podía serle más útil a nuestra patria en el campo de la salud pública. Por eso, en vez de visualizarse como investigador en el Museo Nacional o como eventual profesor universitario, eligió el Hospital San Juan de Dios para impulsar su obra científica. Y, al fundar ahí el Laboratorio de Análisis Clínicos, como en una especie de apostolado científico, hizo de este un centro de investigación en campos como la endocrinología, la hematología, la inmunología y los sueros antiofídicos, todo en beneficio de sus semejantes.
Fue a ese prodigioso recinto donde —llevado por su padre— llegó un día un mozalbete llamado Alfonso Trejos Willis, para que le ayudara durante las vacaciones colegiales de este. Sin embargo, aunque su primer encuentro fue algo áspero, como lo relato en el artículo «Dos anécdotas sobre Clorito» (Semanario Universidad, 9-VIII-02), el sabio supo captar y aquilatar el potencial de Trejos, y poco a poco lo estimuló, hasta convertirlo en un destacado investigador; y tanto, que en 1942 publicaban juntos el libro Biología hematológica elemental comparada, cuando Trejos frisaba los 21 años. No obstante, Clorito fue más allá, pues insufló en Trejos no solo el compromiso con su pueblo, sino que también la valentía y el vigor para denunciar por la prensa lo que no le parecía, no solamente en el ámbito propiamente científico, sino que también en otros planos de la sociedad.
Para quien desee conocer acerca de Trejos, he tenido la fortuna de coordinar dos dossiers dedicados a él: «Para recordar al Dr. Alfonso Trejos» (Esta Semana, 21-IV-89) y «En el centenario del Dr. Alfonso Trejos Willis» (La Revista, 3-XI-2021). En ambos tuve la colaboración de Chema, con los artículos «Semblanza del Dr. Alfonso Trejos Willis» y «El aporte del Dr. Trejos Willis a la investigación científica» en el primero de ellos, y «Alfonso Trejos Willis y el desarrollo de las ciencias biomédicas en Costa Rica» en el segundo. Debo decir que, a pesar de la distancia física, pues nunca he laborado en la UCR, sino primero en la UNA y después en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), hurgar en la vida y la obra de Clorito y don Alfonso ha sido un motivo de reencuentro con Chema a lo largo de los años.
En realidad, a su manera, Chema es el heredero, a la vez que el promotor, de una inveterada tradición científica en el campo de la salud pública, con ciencia de alto calibre, pero también con sentido social, iniciada en 1914 por Clorito —acerca de quien Chema ha escrito también de manera abundante y esclarecedora— y prolongada por Trejos Willis, mentor de Chema. Es decir, como en una carrera de relevos, Chema es el portador de una estafeta de gran significado humano y patriótico, al hacer ciencia de relieve mundial, pero con aplicaciones a la realidad particular de Costa Rica y de otros países del «tercer mundo», porque las labores del Instituto Clodomiro Picado en cuanto a salvar vidas humanas, sobre todo en zonas rurales, sobrepasaron nuestras fronteras desde hace muchos años.
Ahora bien, al igual que sus dos predecesores, Chema no se ha encerrado y aislado en su laboratorio. De ninguna manera. Porque, además de las actividades de acción social que realiza el Instituto Clodomiro Picado —que él dirigió por varios años— para prevenir envenenamientos, o para contrarrestarlos con los sueros antiofídicos que producen, él se ha proyectado con escritos acerca del quehacer y la relación del científico con el mundo en que está inmerso. De ello dan fe varios artículos periodísticos, y especialmente Reflexiones desde la academia. Universidad, ciencia y sociedad (2021), un reciente libro de ensayos en el que con excelente pluma y sobrada lucidez Chema nos alerta sobre las visiones, desafíos, riesgos y avatares de las universidades públicas —hoy víctimas de la miopía de los gobernantes de turno— como entidades ideales para que, con libertad plena y sin apremios financieros, florezca el conocimiento a través de la investigación y el diálogo académico, así como en relación con las necesidades más sentidas de nuestro pueblo.
Pienso que fue todo esto lo que el jurado del Magón valoró, aunque tal vez sin percatarse de que, al conceder el galardón a Chema, en realidad se honra una trayectoria que data de más de un siglo, vale decir, un tenue pero firme hilo conductor que enlaza a Clorito, don Alfonso y Chema, y que, por original, fecundo y prolongado, quizás sea único en América Latina.
El 11 de Abril, se conmemora la Batalla de Rivas (Nicaragua) de 1856, contra la Invasión Filibustera a Centroamérica, liderada por William Walker, victoria heroica costarricense contra el Expansionismo Norteamericano, y contra su Doctrina del «Destino Manifiesto». Ésta fue gran victoria táctica y también estratégica, pues comienza así la expulsión definitiva, –ya no del suelo costarricense–, sino del suelo centroamericano.
Ciertamente, fue la Primera Batalla en Rivas, para el Ejército Costarricense de Juan Rafael Mora Porras. Pero fue la Segunda Batalla, contra la Ocupación Filibustera Norteamericana de Rivas, pues en 1855, hubo otra gran Batalla de Patriotas Nicaragüenses (Bando Legitimista) contra los Filibusteros Norteamericanos y sus Aliados locales.
Al final podemos decir con certeza, que existieron tres grandes Batallas de Rivas, 1855, 1856 y 1857.
En la anterior Batalla del 29 de junio de 1855, peleada sólo por nicaragüenses, destaca el heroísmo del maestro nicaragüense Enmanuel Mongalo y Rubio, y del obrero nicaragüense Felipe Nero Fajardo, quienes queman el Mesón de don Máximo Espinoza (otro Mesón), refugio de Filibusteros atrincherados. El primero de estos héroes, no acepta la paga y pasa a la Historia, el segundo sí la acepta y no es reconocido.
La Tercera Batalla de Rivas (Segunda para las tropas costarricenses), es de 1857, ya cuando la terrible Peste del Cólera está desatada. Fue la Batalla decisiva y final de la Guerra, si le sumamos la de la Vía del Tránsito. Además, fue muchísimo más extensa.
Y en esta última, gran Tercera Batalla de Rivas, que duró 40 días (desde el 23 de marzo al 1 de mayo), el hermano del Presidente Don Juanito Mora, el General don José Joaquín Mora Porras, junto a su Cuñado el José María General Cañas Escamilla (salvadoreño), toma el mando de las tropas combinadas de toda Centroamérica, –antes divididas–, y que vienen en solidaridad contra la Invasión Norteamericana. Alrededor de 3600 tropas.
Pero destaquemos esto: Toda esta Gesta Nacional y Centroamericana de 1856- 1857, girará en torno a la visión inclusiva y patriótica de Patria, del Presidente Don Juan Rafael Mora Porras. Y esto es lo fundamental. Ahí se consolidan las bases de nuestro Estado Nacional.
Por eso hablamos de gesta histórica patriótica fundamental. Pero sustentada en un proyecto de una Patria incluyente, y no excluyente. No la del «Chauvinismo» y la de la xenofobia, la de la demagogia de turno, y la del «esencialismo» y su manipulación ideológica; por el contrario, la de una Patria que es «Matria», con vocación de Dignidad, de Libertad, de Igualdad, de Fraternidad y de Solidaridad.
Una Patria entonces por construir, plural, abierta, republicana; que es potencia y «Multitud», Poder Constituyente superador del Poder Constituido (Negri), y que, sobre todo, nos sigue inspirando como «Horizonte Regulador» (Kant) y como «Utopía-Concreta» (Ernst Bloch).
Destaca en la conmemorada Segunda Batalla de Rivas, –del 11 de Abril y que hoy se conmemora–, la heroica figura del soldado Juan Santamaría de Alajuela (tercero en intentar quemar el «Mesón de Guerra»), junto a la del nicaragüense Joaquín Rosales (fallecido y segundo en intentar quemar el Mesón), juntos a la del Teniente Luis Pacheco Bertora (primero en intentar quemar el «Mesón de Guerra» y quien cae con cuatro balazos pero, quien sobrevive, bajo los cuidados de «Pancha» Carrasco, y quien narra con detalles los hechos posteriormente); en esta Segunda Batalla se quema del otro «Mesón de Guerra».
Así como destaca acá, la heroica y aguerrida militar dirección del General Cañas, cuñado de Don Juanito Mora; acciones heroicas además sobran en esta Batalla de 1856. Muchas, –como señalaba ya el historiador costarricense Rafael Obregón Loría –, acosta del error militar táctico del pretendido rescate de un pequeño cañón tomado por el enemigo, y el «rescate del honor».
Destacan, para no hablar sólo de Juan Santamaría, las acciones del Teniente José María Rojas, quien detiene el avance de las tropas de León aliadas a Walker, tras disparar y abatir al jinete y líder aliado de los Filibusteros, Coronel Machado.
Deberemos hablar también de la llegada a Rivas, de la avanzada al mando del joven Coronel Salvador Mora, o de la decisiva llegada en la tarde a Rivas de tropas al mando del Coronel Juan Alfaro Ruiz (muerto por el Cólera en ese mismo 1856) y de Daniel Escalante (refuerzos de tropas desde La Virgen). O previamente de las acciones de contraofensiva del Coronel Manuel Argüello Arce o de Víctor Guardia Gutiérrez hermano mayor de Don Tomás Guardia Gutiérrez.
Así, el planificado ataque sorpresa de los Filibusteros, dio pie a un inmediato contraataque costarricense, dividiendo la ciudad en dos partes prácticamente.
Destacan también el papel los refuerzos dirigidos por el entonces, Mayor Máximo Blanco (tropas de refuerzo de San Juan del Sur), pues el joven Coronel Salvador Mora, ya se había adelantado; o las acciones decisivas del entonces Coronel Lorenzo Salazar (al comienzo del ataque sorpresa Filibustero); luego desgraciadamente traidores ambos, Salazar y Blanco –y hechos Generales por el Golpe de Estado precisamente contra Don Juanito–, líderes militares posteriores del derrocamiento y fusilamiento del Presidente Juan Rafael Mora Porras. Su dominio duró hasta que una Coalición de Militares y Civiles Liberales los derivará del poder militar junto a la Oligarquía.
Por supuesto, destacará el papel del Presbítero Francisco Calvo, Capellán General de Don Juanito y del Ejército Costarricense, una figura política e histórica extraordinaria, y un leal partidario del proyecto nacional del Morismo. Y quien, curiosamente trajo a la Masonería regular a Costa Rica y Centroamérica en 1865, así como quien fundó décadas después, junto a Félix Arcadio Montero, las primeras asociaciones de obreros y artesanos.
Sin embargo, volviendo a esta victoria heroica de la llamada, Segunda Batalla de Rivas, así en como de toda la Campaña de 1856-1857, el verdadero Héroe Nacional, el «Héroe Olvidado», el Héroe entre todos y todas los héroes y heroínas, el que encarna esa vocación popular colectiva, el personaje no reconocido con suficiencia, es sin duda, el mismo Presidente Juan Rafael Mora Porras; él mismo arriesgó su vida en combate arengando a las tropas, pero no sólo en Rivas.
Él y sus colaboradores, son los grandes estrategas de esta victoria política y militar del Pueblo Costarricense y de los Pueblos Centroamericanos sobre el Invasor.
Recordemos trágicamente, que el Presidente Mora Porras, fue derrocado en 1859, para ser exiliado junto a su familia y partidarios, para luego ser traicionado de nuevo, y fusilado en 1860, por una facción de la Oligarquía Golpista y de Militares traidores.
Su ejemplo histórico ha tratado de ser borrado sistemáticamente, de la nuestra memoria colectiva. Su ejemplo estorba y molesta a las Oligarquías de turno.
Recordemos finalmente, que esta heroica Campaña de 1856-1857, fue la primera derrota estratégica del Expansionismo Norteamericano en el Continente.
El ejemplo inclusivo y patriótico del Prócer Nacional, Don Juanito Mora y su protecto nacional, está más que vigente, y debe entenderse como parte de la lucha histórica por la Soberanía y la Dignidad de Costa Rica y Centroamérica.
Más de 10000 víctimas sólo costarricenses civiles, –de una población total de poco más de 100000 costarricenses–, como resultado de la «Peste del Cólera» causada directamente por el envenenamiento de los pozos de agua potable, por la Invasión Filibustera Norteamericana a Centroamérica, no pueden dejarnos olvidar este ejemplo colectivo heroico.
Así fue como se consolidó realmente, el Estado Nacional y la República de Costa Rica, y además, la Independencia de toda Centroamérica; región codiciada hasta la fecha, por sus recursos, posición geoestratégica, y por la famosa «Vía del Tránsito» del multimillonario norteamericano Cornelius Vanderbilt, en disputa para las potencias del momento.
¡Gloria Eterna al Presidente Juan Rafael Mora Porras, Libertador de la Patria!
El Día Internacional de los Niños de la Calle se celebra el 12 de abril de cada año como una manera de denunciar la situación de calle a la que se enfrentan millones de niños en todo el mundo y donde se vulneran sus derechos educativos, económicos, sociales y familiares.
Nuestra sociedad debería de preocuparse por hacer prevalecer el derecho a la igualdad para todos los niños y niñas en todo el mundo, sin embargo, la realidad es otra. Millones de niños tienen que vivir desprotegidos. Son las personas más vulnerables que tienen que transitar diariamente la dura situación de la calle y todos los riesgos que esto implica para su bienestar, físico, psicológico y espiritual.
Todos los niños y niñas a nivel mundial deben gozar de algunos derechos fundamentales como son: Derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo. Derecho a la educación. Derecho a la alimentación. Derecho a la protección. Derecho a la identidad. Derecho al juego. Derecho a la libre expresión y especialmente el Derecho a la familia.
Son millones los que carecen de esos derechos y además sufren otra serie de males como el frío y el hambre, la amenaza de violadores y de narcotraficantes que los hacen entrar a su disposición para que sean los burros, vendedores e incluso hasta sicarios.
Los niños y niñas están muy abandonados a su suerte. Y si bien es cierto que hoy se conmemora lo referente al Niño de la Calle, lo cierto es que muchos niños y niñas aún con la posibilidad de un techo son igualmente violentados por los que están cerca.
Es urgente que las políticas sociales de los gobiernos se preocupen por erradicar la existencia de niños en la calle, deben darse alianzas entre instituciones y hacer lo posible por que los niños y niñas puedan tener la posibilidad de techo, estudio y alimento.
Hay muchas necesidades que satisfacer a la niñez y es necesario que se deje la hipocresía a un lado y se tomen acciones reales y concretas en favor de la niñez.
Cuanto más se podría hacer si los corruptos no se robaran tantos millones.
Dios quiera que se tomen acciones para cuidar, defender y apoyar a los niños de la calle y ojalá se logre que no haya ni uno solo a expensas de todos los males que les ocurren diariamente.
Dr. Carlos Araya Leandro, Profesor Catedrático Miembro del Consejo Universitario, UCR
El día 12 de abril fue declarado, institucionalmente, como Día de la Autonomía Universitaria, con motivo de la transgresión a la autonomía consagrada en la Constitución Política que sufrió la Universidad de Costa Rica (UCR) en ese mismo día en 2010. Recordemos que en aquella oportunidad, ante un supuesto delito atribuido a un funcionario de esta institución, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), por orden del Ministerio Público, desplegó un operativo técnico-pericial en el campus de la Sede Rodrigo Facio para, en principio, recabar pruebas incriminatorias.
Lamentablemente, este ingreso al campus universitario constituyó un allanamiento ilegal y propició un abuso de autoridad con “[…] decenas de agentes armados del OIJ y de la Fuerza Pública, que ingresaron en la Universidad aún después de haberse cumplido con la detención y el retiro del sospechoso del campus”, según lo señala el acuerdo de Consejo Universitario en sesión extraordinaria número 5435 del 14 de abril de 2010. Lo grave de ese evento no fue el fondo de la acción penal, es decir, la persecución del aparente delito, que en un estado democrático y de derecho, como el nuestro, compete al Ministerio Público en todo el territorio nacional, sino la forma en cómo dicha acción fue llevada a cabo. En primer lugar, la acción se dio irrespetando los mecanismos ordinarios de coordinación para ese tipo de situaciones; en segundo lugar, todo sucedió en ejercicio desproporcionado e infundado del uso de la fuerza contra miembros de la Comunidad Universitaria.
El 12 de setiembre de 2018, la Fuerza Pública intervino contra un grupo de personas que se manifestaba contra la aprobación del proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas. Entonces, oficiales de la Fuerza Pública ingresaron en el campus universitario, en persecución del grupo que protestaba, con el lamentable saldo de un estudiante herido.
Si bien, afortunadamente, no han acaecido otros hechos similares, lo cierto es que sí han predominado decisiones de políticas públicas que han perpetuado un acecho constante hacia las Universidades Públicas. Así, por ejemplo, leyes emitidas en los últimos años como la Ley de Fortalecimiento de Finanzas Públicas o la Ley Marco de Empleo Público, o bien, proyectos de Ley como el que pretende regular el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) y la intención de reformar el artículo 85 de la Constitución Política de la República, expediente legislativo 20 852, archivado en 2020, han pretendido desconocer y, peor aún, socavar la autonomía constitucional de la que gozan las Universidades Públicas. Todo ello, se ha dado bajo la excusa de aplicar una serie de medidas de tipo presupuestario a un vasto sector público, sin detenerse a reflexionar de forma pausada y seria si, con ello, se violenta el Estado Social de Derecho y, por lo tanto, el orden constitucional que garantizan las libertades y promueven un desarrollo equitativo.
Ante estas agresiones solapadas, camufladas por las vías formales, no queda otra opción más que acudir, con sabiduría, al texto constitucional e insistir en su defensa. Allí es en donde la independencia o la autonomía de las Universidades Públicas hallan su punto de anclaje y de salvaguarda superiores.
A la luz de la Constitución Política, es claro que el Constituyente reconoció una extensa e importante autonomía a la Universidad Pública para protegerla de las injerencias del poder político; dicha autonomía es administrativa (funcional, formal y material), de gobierno, político-organizativa, presupuestaria (financiación estatal y hacienda propia) y contractual. En particular, se sobreentiende que la autonomía se trata de una garantía institucional diseñada para permitir una actividad con una misión en el largo plazo; es decir, no se limita a periodos político- electorales, donde los gobiernos nacionales se turnan por periodos efímeros.
Para que una nación próspera como la nuestra mantenga su senda de progreso, es vital una Universidad robusta, refugio del pensamiento libre, que además cuente con recursos suficientes. Gracias a la Universidad Pública, la ciudadanía costarricense cuenta con una autoridad intelectual que se expresa con una voz que no se somete a la voluntad del poder, sino que responde a los valores superiores que trascienden la dominación y los proyectos de moda.
La celebración del Día de la Autonomía Universitaria es un extraordinario momento para reiterar que, como comunidad universitaria y como institución de cultura superior, debemos levantarnos en defensa de la autonomía universitaria.
Para cumplir con este deber, es necesario que concibamos la esencia constitucional real del orden que nos ampara; es decir, comprender cuál es la función y el fin que nos delegó el Constituyente y así mejor defender la autonomía y posicionarla en el contexto nacional. Así, no basta con florecer en autonomía, antes debemos sembrar, irrigar, abonar, pero, sobre todo, proteger lo que se nos ha confiado la sociedad costarricense.
Hoy miércoles 12 de abril tendremos el programa: Seguridad Ciudadana: retos en democracia, con la participación Hazel Villalobos- FUNPADEM.
Esperamos su participación en nuestras redes sociales o por medio de llamada telefónica al 2234-3233. Miércoles 5:00 pm en Radio Universidad 96.7 FM y véanos a través del Facebook de Radio Universidad de Costa Rica.