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En la política democrática, las formas importan

Alejandro Guevara Arroyo

Recientemente apareció un texto interesante titulado “Milei y la cuestión de las formas”, publicado por Javier Franzé en La Vanguardia (órgano del Partido Socialista argentino)1. Ahí se evalúan las formas de las prácticas políticas del presidente argentino Javier Milei, aunque sus consideraciones pueden extenderse en buena medida a todas las principales figuras de la actual ola del populismo de ultraderecha que azota Occidente, con Chaves como nuestro ejemplo parroquial. Muchas de sus reflexiones alcanzan la discusión sobre la correcta práctica política en general, es decir, tanto de agentes políticos profesionales, como de militantes partidarios y de la ciudadanía en una democracia. Por ello, entiendo que vale la pena retomar nuevamente lo que ahí se plantea.

El autor propone al menos dos aspectos especialmente valiosos para la reflexión política. Primero, se refiere a las características fundamentales de nuestro accionar, o sea, de nuestra práctica, en tanto agentes morales. En segundo lugar, alude a la práctica política propia de una o un demócrata. Veamos.

El primer asunto interesante que aborda sensatamente este texto es la distinción, muy arraigada en nuestro sentido común, entre formas y contenido de la práctica política y, más en general, de nuestro accionar en tanto agentes. Así, se suele escuchar que al considerar la política, debemos distinguir tajantemente entre las formas (cómo se habla, cómo se trata a otras personas, con quién se discute) y el contenido (las propuestas que se presentan, los ideales que se persiguen con el accionar). En nuestros días, no es inusual que se entienda que ‘el contenido justifica cualesquiera formas’ o, incluso, que ciertas formas son estorbos para lograr lo clave, que se encuentra en el nivel del contenido (fines, ideas o propuestas) de la acción política.

Sobre esta distinción, el autor pone correctamente en duda los límites normativos de la separación entre forma y contenido. Y es que, desde un punto de vista más fundamental, no existe una distinción tajante éticamente entre ambos niveles. Por un lado, los contenidos intencionales de nuestra acción se construyen, comparten y afianzan por medio de ciertas prácticas que, en el caso de la política, son públicas en un sentido relevante. Las formas en que estas se expresan pueden moldear el contenido mismo de la acción política. Pero, además (y quizás de mayor importancia), hay contenido en las formas de nuestro accionar. O sea, las formas de nuestras prácticas en sí mismas tienen contenido: honran y difunden ciertos valores y desprecian otros.

Por ende, al considerar o realizar una práctica política, nunca podemos liberarnos de la consideración ética de su faceta formal. Ahí damos preponderancia a ciertos valores (¡ciertos contenidos!) sobre otros. “Las ‘formas’ tienen importancia por sus consecuencias, por el sentido que transmiten y la realidad que construyen. Otra vez, no son sólo formas, sino expresión de un contenido que, a su vez, contribuyen a crear”, dice correctamente Franzé.

El segundo aspecto interesante para la reflexión alude no ya a nuestra agencia en general, sino a la forma de nuestra correcta práctica política en tanto demócratas. Sobre esto el autor sostiene que ciertas formas son relevantes para la democracia por los valores que encarnan y que performativamente promueven. Prácticas políticas como las de Chaves, Milei o Trump, de irrespeto, insulto y ridiculización al que discrepa políticamente, no son meramente ‘feas’: son afrentas a los valores democráticos mismos; tienden al autoritarismo político. “Las malas formas de un presidente democrático no son importantes porque nos digan algo de su creencia o no en la democracia, sino que son significativas para la democracia misma como orden político”, para citar nuevamente al autor.

Ahora, ¿cuáles son esas formas que las prácticas democráticas han de sostener? Sintetizo algunas de las que se me ocurren: (a) la tolerancia práctica frente al desacuerdo político, entendiendo que este es constitutivo de la sociedad democrática; (b) la cordialidad básica entre quienes sólo median desacuerdos políticos, recordando que juntas y juntos conformamos un cuerpo más amplio, una comunidad política, una República; (c) la decencia y la coherencia pública, dando cuenta de que estamos guiados por ideales y principios, y no por el mero autointerés.

Cabe preguntarse, sin embargo, por qué aceptar esta visión sobre las correctas formas de la práctica política democrática. Al considerar la respuesta a este asunto, el autor se aproxima a uno de los grandes misterios de la vida democrática: ¿cómo se puede, coherentemente, desarrollar una práctica política fundada en cierta concepción que se estima correcta y, al mismo tiempo, admitir que hay otras concepciones y prácticas que en algún sentido también son aceptables? Desde mi punto de vista (y aquí me diferencio un poco del autor), para responder estas cuestiones, debemos poder integrar, bajo distintas máscaras, nuestra faceta en tanto agentes políticos y en tanto personas ciudadanas.

En tanto agentes políticos, defendemos, promovemos y afianzamos ciertas concepciones y propuestas políticas que entendemos como correctas y justas para nuestra sociedad. O sea, bajo esta máscara asumimos que hay posiciones sobre el orden social que son correctas, sin más. Para lograr que dichas posiciones se realicen, nuestra práctica se puede encauzar mediante todas las rutas de acción política constitucionalmente reconocidas.

Por su parte, en tanto personas ciudadanas, hemos de reconocer que existen otros integrantes de la comunidad política que se encuentran en una posición constitucional equivalente, pero que pueden sostener direcciones políticas alternativas. Y su posición es equivalente porque son personas con igual dignidad en tanto ciudadanas de la República y el hecho de su desacuerdo es expresión de su autonomía moral, presupuestos esenciales del profundo ideal democrático de comunidad política.

Honramos, respetamos y mostramos la defensa de dicho ideal (de dicho contenido) a través de ciertas formas en nuestras prácticas, en cada una de ellas, y, ciertamente, en nuestro accionar político. La máscara ciudadana subyace a la del agente político. He aquí la manera en la que se integran para la o el demócrata.

Es gracias a la máscara ciudadana que se distinguen las formas correctas de la vida democrática; es ella la que distancia a alguien que lleva una práctica política autoritaria, aunque se realice dentro de límites legales aceptables, de una práctica demócrata. Y, por supuesto, la persona que ocupa un puesto de autoridad (v.g. un presidente) ha de trasladar dichos valores a su propia práctica política, respetando desde su lugar las formas adecuadas para honrar el pluralismo político.

Al fin y al cabo, en la práctica política democrática, se cumple también aquello que agudamente apuntara Borges para toda nuestra vida: los actos son nuestros símbolos.

José, Pepe Mujica: El hombre que vivió como pensó

Alberto Salom Echeverría

Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.
Pero los hay que luchan toda la vida:
ESOS SON LOS IMPRESCINDIBLES.”

Bertolt Brecht

Es una cuestión de ética

Pepe Mujica es una de esas escasas personas que lucharon toda la vida por sus ideales. Las ideas de este hombre que, fue más filósofo que político, pregonaron en todas las diferentes y difíciles circunstancias por las que atravesó que, puede haber un mundo mejor, podemos construir sociedades más prósperas, justas y humanas. En otras palabras, vivió convencido de que un mundo más justo es posible, siempre que, luchemos por alcanzarlo. Deploró el capitalismo salvaje, ese modelo productivo de sociedad que es capaz de crear enorme cantidad de riqueza, para que se concentre, cada vez en menos manos. Así lo denunció Mujica.

El ser humano en general -pensaba “el Pepe”- no tiene por qué convertirse en un consumidor voraz, moldeado por las sociedades industriales de la época, en las cuales unos, la minoría, concentra la riqueza y colma sus apetitos materiales, aunque una mayoría, vivirá siendo apenas presa de un pensamiento perturbador, enajenado y enajenante –“vivir para comer”-; pero, un alto porcentaje también, solamente será víctima de esa aspiración, sin poder nunca saciar sus apetitos primarios, porque padecerá todas las enfermedades sociales del “industrialismo” y del capitalismo salvaje: la desigualdad, la miseria y la miseria extrema, la pobreza en todas sus manifestaciones, la falta de oportunidades para educarse y crecer. Mujica estaba seguro de que ese mundo es posible superarlo y luchó siempre por alcanzar su ideal, luchó por ello e intentó difundirlo entre sus congéneres, en todos los foros en los que habló, sin escatimar nunca ninguno, desde el más humilde podio en una calle cualquiera de Montevideo, o en las provincias más pobres como Artiga, Cerro Largo, Rivera, Salto, hasta los estrados más refinados, como el de las Naciones Unidas, desde donde predicó su filosofía de austeridad y humanidad a todas las naciones del mundo, profundizando además, en la urgencia de luchar contra el cambio climático que azota la Tierra.

Pepe Mujica, como se le conoció, estaba convencido de que, “quien no vive como piensa, acaba pensando como vive”. En otras palabras, el hombre y la mujer que no actúan de acuerdo con sus pensamientos, convicciones morales y valores, termina siendo devorado por la sociedad de consumo y hasta sus pensamientos serán moldeados por la forma en que vive. Esta manera de vivir -dijo una vez- conduce a una falta de integridad y una pérdida del sentido de la existencia. La coherencia formó parte del pensamiento de este hombre que, por eso mismo fue admirado por una gran parte de su pueblo, habiendo sido capaz de superar quince largos años de encarcelamiento, en las condiciones más adversas, en las que prevalecieron el maltrato, el hambre y el hacinamiento contra los presos, especialmente los de origen político. Gracias a su enorme fuerza espiritual y aferrado a sus convicciones, sobrevivió, luego fue excarcelado y, un tiempo después, fue llevado por una mayoría de votantes al solio presidencial de la República Oriental del Uruguay.

El presidente más pobre del mundo

Pepe Mujica, provino por el lado paterno, de la localidad vasca de Vizcaína de Múgica. En cambio, por línea Materna eran de ascendencia italiana, concretamente de la región de Fontanabuona, provincia de Génova. Mujica siempre dijo que sus ancestros italianos radicaron específicamente en Cantabria.

Al morir el 13 de mayo del año que corre, José Mujica Cordano había completado los 89 años, cuando lo atacó un cáncer de esófago que, se difundió por todo su organismo y, en muy poco tiempo, le ocasionó la muerte.

Pepe Mujica, como lo hemos expresado, hablaba de vivir en lo individual con austeridad y frugalidad, y desde ahí, desde esa atalaya impulsó para toda la sociedad la justicia social. Así lo vimos bregar por el mundo, ataviado con esa vestimenta que pocos líderes políticos suelen llevar consigo: la de la coherencia, la consecuencia, la honestidad, para con todo ello, vivir con dignidad. Por años y años, en todas las posiciones que ostentó Mujica fue el mismo hombre de verbo fluido y penetrante, de visión señera y profunda. Así fue dejando su impronta en cada una de las trincheras desde las que disparó sus ideas que surcaron como arados, las mentes de los jóvenes, de los hombres y mujeres que labran los campos y fábricas, de los ancianos ansiosos de un mensaje de esperanza, de las personas con discapacidad que buscan una sociedad sin barreras, no excluyente; de las mujeres que han procreado solas y a un tiempo deben arreglárselas para llevar el sustento al hogar. Mujica fue en breve un hacedor de futuro, un pregonero de utopías que, en numerosas ocasiones se convirtieron en realidades, en gran parte debido a su enorme autoridad moral para difundirlas.

El legado de Pepe Mujica

Como ninguno otro antes, Mujica fue, ya como guerrillero ante una sociedad que perdía la democracia a pasos agigantados, merced al crecimiento de la desigualdad y la explotación de los más humildes, ya como congresista, como senador, como presidente del senado y finalmente como presidente de su nación, este hombre, que iba construyendo su pensamiento creador basado en todas sus experiencias de lucha social fue, sin embargo, el mismo en cuanto a su humildad, su manera sencilla de ser y de sentir, su modo de relacionarse con los demás, deferente con todos, pero con preferencia por los más pobres y necesitados.

Por ello, siempre dio un ejemplo de su temple, de su humanidad, donando su salario a causas sociales; cuando fungió como presidente su salario mensual ascendió a 12.000 dólares estadounidenses; de dicho monto, Mujica donó cerca del 90% a organizaciones benéficas, por lo que se ganó la etiqueta de “el presidente más pobre del mundo.”

Su presidencia se desarrolla del 2010 al 2015. Mujica se muestra incómodo de que mucha gente le llame la atención porque siendo presidente use una vestimenta corriente, siga viviendo en una “chacra”, una granja sin mayores lujos, cuando accedió a la presidencia, y que, en lugar de un carro lujoso se movilice en su vehículo conocido como “el escarabajo”, un Volkswagen del año 87, conducido en muchas ocasiones por él mismo. A Mujica le parecía que maravillarse por eso, era sencillamente una locura de un mundo acostumbrado a vivir de las apariencias. De nuevo el hombre modesto se impone, revelándose frente a las costumbres y tradiciones “burguesas” que no le agregan al cargo, absolutamente nada.

Lejos de toda esa fruslería, Mujica ejerce su liderazgo, concentrado en un programa que, sin lanzarse en contra del mercado, orienta las políticas a redistribuir la riqueza. Fue así como durante su gobierno el salario mínimo de los trabajadores se multiplicó en un 250%. Impulsó a la par reformas sociales como la legalización del aborto, cuando está en riesgo la vida de la madre durante el embarazo, el matrimonio igualitario y la legalización de la marihuana, habiendo sido esta última quizás, la más controversial de estas reformas.

Su plataforma de gobierno se basó en cuatro ejes, educación, seguridad, ambiente y energía. Impulsó una reforma muy profunda de la administración pública basada en el modelo neozelandés. Se planteó eliminar la indigencia y bajar la pobreza en un 50%. El gasto social, aumentó desde un 60.9% hasta un 75.5%, contabilizado desde el 2004, pero sobre todo entre 2013 y el 2015. La tasa de desempleo bajó del 13% a un 7%. Uruguay se convirtió durante el período de ejercicio presidencial de Mujica en el país más desarrollado con respecto a los derechos fundamentales del trabajo. (Cfr. Ventura, Christophe. “El país de las conquistas sindicales” en es.wikipedia.org/wiki/Jose_Mujica).

Fue célebre su reforma en el campo de la vivienda, ya que para llevarla a cabo se movilizaron fuerzas de trabajo voluntario, tanto de parte de los beneficiarios, vecinos del lugar, así como de otros sectores sociales.

Como puede verse, aunque algunas de las reformas inquietaron a las tradicionales clases dominantes, su programa y estilo de gobierno en ningún momento puso en riesgo la economía de mercado, ni las bases del sistema capitalista. Aunque sí se convirtió en un acicate, para mejorar las condiciones de vida de las clases sociales menesterosas; ya que los incentivos otorgados a ellas vinieron por varios lados: el programa de vivienda, el aumento en los salarios, así como las nuevas oportunidades de trabajo. Fue célebre su programa ambiental, en el sentido que lo expresó el papa Francisco en su encíclica “Laudato Sí” (“Alabado Seas” en español): tanto en el esfuerzo empeñado para introducir tecnologías limpias, buscando la carbono neutralidad, como en diversos cambios en la modalidad de trabajo campesino en los cultivos, para hacer las formas de trabajo compatibles con la regeneración del bosque. En el ámbito internacional, fue insistente en la urgencia de basarse en tecnologías limpias, en lugar de continuar empleando las tecnologías sustentadas en los combustibles fósiles contaminantes. Su pronunciamiento en las Naciones Unidas tuvo un fuerte impacto en este campo.

Alguien usó la expresión para referirse a este hombre: “Mujica es único”; y, en efecto, ha dejado en los trabajadores, especialmente del Uruguay, una impronta, una huella muy profunda, que es, sobre todo, más de carácter espiritual. Pepe Mujica, “el único”, trascendió las fronteras de su propio país, renovando en todas partes, la confianza en que el anhelo de un mundo mejor es posible. Murió en su Chacra, en compañía de su esposa Lucía Topolansky y sus amigos más cercanos. Pero, el país les rindió a sus restos un célebre homenaje, como lo merecía este hombre que supo ser auténtico, pues, “vivió como pensaba”.

El Papado en el siglo XXI

Por Arnoldo Mora

La reciente desaparición del universalmente popular PAPA Francisco y la elección, como sucesor, del primer PAPA de origen estadounidense, y que ha escogido el nombre de León XIV, noticias que han acaparado la atención del mundo entero por varias semanas, ha puesto de manifiesto el nuevo rostro de la más antigua institución de Occidente, la Iglesia de Roma; ejemplo en que deberían inspirarse otras organizaciones e instituciones políticas y culturales, que pretendan sobrevivir ante los retos con que la vorágine de la época actual nos desafía. Con el inicio del tercer milenio de la era cristiana, que se caracteriza por una globalización que abarca todos los ámbitos del quehacer humano, el sujeto que constituye la vanguardia de los cambios cualitativos del devenir histórico ya no es ni una etnia ni una «raza», así sea el homo sapiens, ni una identidad cultural o políticamente articuladas, sino la humanidad en su conjunto. La humanidad toma conciencia cada vez más lúcidamente de su «singularidad». Ese sentimiento de unidad repercute en el ámbito de lo político, dramáticamente acentuada por la amenaza de una autodestrucción apocalíptica provocada, ya sea por una guerra termonuclear, o por una crisis terminal de origen ecológica que cause la destrucción de los recursos naturales.

La institución más antigua de Occidente como es el papado romano, heredero, tanto de las culturas antiguas del Mediterráneo, como del Medioevo y del Renacimiento que fueron la fragua de la modernidad, da muestras de una vitalidad que, luego de la Revolución Francesa y durante el siglo XIX, daba signos de decrepitud hasta el advenimiento de León XIII. Desde entonces, el Papado Romano no ha hecho sino crecer en influencia y presencia en la escena mundial. Ahora, con la llegada al papado de dos papas provenientes del continente americano, es decir, de la periferia de Occidente, una vez más en su dos veces milenaria historia, el papado adquiere un inusitado vigor. Por contraste, la crisis (¿terminal?) que afecta a la hegemonía multisecular de Occidente se hace cada día más evidente, como lo prueba la invasión en todas sus fronteras de multitudes provenientes de los pueblos hasta no hace mucho sojuzgados. Occidente vive el mayor proceso de mestizaje de su historia, que no es solo racial sino, ante todo, cultural. Y con ello, sus visiones de mundo se confrontan.

Esas visiones de mundo se han expresado y conservado a través del tiempo gracias al simbolismo religioso. Lo vivimos ahora, aunque de modo dramático, en las guerras del Medio Oriente, es decir, en el lugar donde surgieron las culturas que han configurado a Occidente. Las violentas confrontaciones, que han tenido como escenario la cuenca del Mediterráneo, han mostrado siempre una connotación religiosa, que remonta a inicios del milenio pasado con las Cruzadas. En ese mismo período histórico se dio la división entre las Iglesias de Oriente y Occidente. Siguió luego la división de la Iglesia Occidental con la Reforma protestante, iniciada con el grito de rebeldía de un fraile agustino alemán, Martín Lutero. El primer y trascendental paso para la superación de la división de la cristiandad al más alto nivel, se dio en el Concilio Vaticano II, que mostró un rostro ecuménico en la Iglesia Católica, la mayor y más antigua iglesia de inspiración cristiana.

Las guerras de religión, que han ensangrentado la historia, deben desaparecer; sus líderes deben ser los primeros en dar el ejemplo, sus divergencias se funden y confunden en un abrazo fraterno que borra siglos de distanciamiento. Los muros deben convertirse en peldaños, las fronteras en brazos que se extienden, las culturas en corazones que palpitan al unísono, las religiones en signos que señalan los nuevos senderos que ha de seguir una humanidad que ha entrado de lleno en el nuevo milenio, ese que —esperamos— hará por fin realidad la utopía de la fraternización de todos los pueblos que habitan el planeta.

De las mariposas y los jaguares

Juan Félix Castro Soto
San Ramón de Alajuela

Ha venido ganando aceptación la adopción del jaguar como símbolo de fuerza, autoritarismo e imposición, atributos que alguna mente, desde el Poder Ejecutivo, les confirió, para que la imagen del felino se asociara con la personalidad del mandatario.

Lo que viene luego es la fuerza y la consistencia del simbolismo para perdurar en el tiempo. La parafernalia de una imagen emblemática, como la del jaguar, desde la lógica en que fue pensada me parece muy atinada: la presencia del jaguar reúne dos elementos simbólicos muy importantes, uno es su singularidad como especie poco común y la otra, claro está, su condición de fuerza bruta, su habilidad de acecho y su poder de intimidación.

Dadas las características citadas, efectivamente nuestro presidente parece contenerlas. Pero una simiente de esta naturaleza debe contar con terreno fértil para que se eleve sobre lo que pretende. De nuevo, la tierra anegada y lista para la germinación de la semilla, es una subjetividad costarricense debilitada por los recurrentes fracasos y las consecuentes desilusiones.

Pero, como sugieren quienes se han refugiado en el carácter del jaguar a costa del suyo propio, no toda Costa Rica es territorio jaguar. Aún quedamos muchas mariposas. Un simbolismo que propongo a toda la población que se sienta incómoda con las atribuciones depositadas en ese animal mítico de los bosques primarios del país.

La mariposa es delicada, sutil, bella y perecedera. Pero posee una fuerza imprescindible, se trata del poder del asombro. Da la impresión de que su presencia es insignificante, pero el revoloteo de sus alas, su bailar frágil aparentemente desacertado, siempre provoca desasosiego y conduce a la reflexión. Y ahí no culmina su fascinación, viene de un ser muy diferente a ella, pues nace del cuerpo de la oruga. Por eso, la mariposa misma, en su dimensión corpórea, representa la diversidad.

Quizá la muerte no le importa, ni su corto período de vida, porque cuando vuela ya absorbió casi todo el sorbo de su vida, vital y palpitante. De modo, que el simbolismo de la mariposa funciona como un contra-poder: el poder de la insignificancia.

El jaguar moriría casi inmediatamente fuera de su selva, la civilización no es para él. En qué clase de selva el presidente quiere convertir el país. La mariposa, en cambio, puede sufrir en la ciudad, pero la acción civilizatoria la mejoraría, cultivando el jardín que ellas necesitan. Es decir, no se requieren jaguares en la ciudad, pero sí mariposas.

Una selva en la ciudad, donde los jaguares vivan alimentándose de los miedos y los odios no es lo que puede engrandecer este país, de lo que no disponemos como pueblo, es de una opción política que nos permita cultivar jardines donde lleguen las mariposas como banderas pequeñas, delicadas y coloridas, dejando ver destellos de esperanza.

Imagen ilustrativa, UCR.

Francia reconoce a bióloga costarricense por su labor

En el marco de las actividades relacionadas con las Semanas de América Latina en Francia, durante mayo del 2025, se contó con la participación de destacadas representantes de la comunidad costarricense en un encuentro internacional que reunió distintos liderazgos relacionados con la temática de los océanos y su protección. Durante el evento organizado por el Senado francés, se rindió homenaje a personas latinoamericanas por su contribución al fortalecimiento de lazos entre Francia y América Latina en un contexto global marcado por desafíos.

Entre las actividades, se realizó una conmemoración presentada por el presidente del senado francés, Gérard Larcher, donde se reconoció a diversas figuras latinoamericanas por su labor en favor de la cooperación y el compromiso con temas críticos como el cambio climático y la protección de los océanos. La actividad contó con la participación de la embajada de Costa Rica en Francia, la cual por medio de sus redes sociales enfatizó en la importancia de reconocer los esfuerzos de las y los profesionales costarricenses en el ámbito ambiental.

Además, la representación de Costa Rica contó con la participación de la bióloga Emelina Corrales, a la cual se le reconoció por su trayectoria y su contribución a la acción oceánica. En la actividad se le hizo entrega de la medalla del Senado como agradecimiento por su labor.

Emelina Corrales, quien estudió Biología en la Universidad Nacional de Costa Rica y obtuvo una especialización en Países Bajos, lo que le permitió consolidar su formación en temas medioambientales y de conservación. La profesional ha residido en Francia durante trece años, desarrollando proyectos relevantes en favor del ambiente y la protección de los océanos, una temática de gran relevancia para Costa Rica.

El homenaje subrayó la relevancia de la cooperación internacional en un mundo convulso, resaltando la contribución de Emelina Corrales a la acción oceánica y al fortalecimiento de los vínculos entre ambas regiones. La carrera profesional de Corrales abarca roles diversos, lo que incluye su formación y desempeño como capacitadora certificada, facilitadora, educadora y poeta, lo que evidencia un enfoque integral en su labor.

Además, es co-creadora de la “Política del Ser”, un paradigma de desarrollo basado en la integración de sabiduría, ciencia y una visión humanista del progreso, orientado a la evolución de las conciencias. Su labor se extiende a la conservación de especies y ecosistemas, destacándose en proyectos relacionados con la protección de tortugas marinas, la preservación de manglares y la realización de investigaciones en los océanos profundos.

A través de la consultora Green Synergies, que cofundó, Emelina Corrales ha trabajado en estrategias de financiamiento y en iniciativas de mitigación del cambio climático, acompañando a líderes y organizaciones en procesos de transformación cultural.

En la imagen se aprecia a Emelina Corrales al centro, junto a la embajadora Ana Elena Pinto y al presidente del Senado francés, Gérard Larcher.

Conversatorio: Radicalización de la derecha en América Latina

Ante los actuales desafíos políticos y sociales en América Latina, la Cátedra de Historia de la Psicología invita a un conversatorio titulado “Radicalización de la derecha en América Latina: abordajes críticos desde la Psicología”. La actividad es organizada por la Cátedra Historia de la Psicología, en el contexto del Proyecto de Educación Continua de la Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR).

La actividad contará con la participación de la Licda. Soledad Hernández Carrillo, el Dr. Mar Fournier Pereira y el Dr. Ángelo Argüello Castro.

El conversatorio se llevará a cabo el sábado 31 de mayo, de 1:00 p.m. a 4:00 p.m. en el auditorio del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR) ubicado en la Ciudad de la Investigación de la UCR.

La discusión se centra en el análisis sobre la radicalización de la derecha, un fenómeno que ha cobrado notoriedad en la región y exige un abordaje profundo desde diversas disciplinas, especialmente desde la psicología.

La organización resalta la importancia de promover los espacios de diálogo que acerquen el mundo académico y la sociedad en general a problemáticas contemporáneas, por lo que la actividad es abierta al público en general.

Para más información de la actividad puede contactar a jorge.prado@ucr.ac.cr

La jornada de 12 horas no se justifica, ni es necesaria

Vladimir de la Cruz

Cuando se invita a empresas y a empresarios extranjeros a invertir en Costa Rica, los organismos especializados en la atracción de capitales y de la llamada Inversión Extranjera Directa, les informan del entorno jurídico que van a tener, relacionada con impuestos, exoneración de impuestos, ventajas fiscales, seguridad jurídica existente en el país, capacidad intelectual nacional de personas preparadas para las nuevas tecnologías y ciencias informáticas, así como de otras ventajas nacionales para esas empresas y empresarios.

Una información valiosa que se les suministra es el cumplimiento de la legislación nacional de trabajo, el régimen jurídico que lo regula y las obligaciones que se tienen con los trabajadores, relacionadas con jornadas, salarios, libertades de asociación laboral.

Así operan, y están obligadas a hacerlo, la Asociación de empresas de Zonas Francas de Costa Rica, la Cámara de Comercio, la Cámara de Industrias, la Unión de cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial, la Cámara de Exportadores de Costa Rica, la Cámara de Comercio Exterior, y la Cámara de Comercio Norteamericana Costarricense.

Hace algunos años, cuando fui Embajador en Venezuela traje al país grupos empresariales venezolanos, en una ocasión 56 empresarios, que se reunieron con sectores empresariales nacionales con la intención de comprar productos nacionales y de realizar inversiones en el país. En todas las sesiones que pude participar de esos encuentros pude aquilatar y valorar el papel de los empresarios nacionales informándoles a los venezolanos de los aspectos legales que debían cumplir y someterse, entre ellos la legislación laboral y social. Siempre que he puesto ese ejemplo de relación he destacado la responsabilidad de los empresarios, en esas cámaras, de hacer valer esa legislación. La realidad puede ser otra, pero fui testigo de que se les informaba de sus obligaciones., especialmente en el campo laboral y social.

Desde principios del siglo XX se viene intentando introducir en el país la jornada de trabajo de 12 horas diarias, por cuatro días a la semana, lo que se ha llamado popularmente la ley de la jornada 4-3, que garantiza el cumplimiento de la jornada de 48 horas a la semana, que jurídicamente se establece en seis jornadas de ocho horas cada una.

Con el criterio de concentrar en cuatro días las 48 horas se trata de vender a los trabajadores actuales y futuros, una ventaja de darles tres días de descanso. Teóricamente así parece. La realidad se impondrá brutalmente sobre los trabajadores y las personas que así se contraten.

Las nuevas jornadas de 12 horas de trabajo serán devastadoras físicamente para los trabajadores, agotadoras, productoras de mayor estrés físico y mental, de tensión física y emocional, de mayor frustración, de estrés agudo y prolongado, de mayor desgaste nervioso y generador de furias y enojos, generador de dolores de cabeza, tensiones musculares, problemas digestivos, de alteración de los estados de sueño, de mayor irritabilidad y dificultad para concentrarse en el trabajo y en las relaciones familiares. La violencia doméstica y familiar probablemente se incremente.

Para empezar un trabajador o trabajadora, para incorporarse a una jornada de 12 horas, debe prepararse en su hogar por lo menos dos horas antes de desplazarse a su sitio de trabajo, para prepararse personalmente, desayunar y trasladarse al sitio de trabajo. Al finalizar las doce horas de trabajo, igualmente tendrá de disponer de otras dos horas para regresar al hogar, habiendo de esa manera dispuesto en el día, entre 14 y 16 horas fuera del hogar.

Con las actuales jornadas de ocho horas de trabajo se producen al año más de 110.000 (ciento diez mil accidentes de trabajo) atendidos por el Instituto Nacional de Seguros y el Hospital del Trauma, con altos porcentuales de muerte y de incapacidades parciales y totales. Con 12 horas de trabajo sin ninguna duda esta situación se va a incrementar.

A nivel familiar se realizará un desgaste de las relaciones de pareja, de los esposos, de los padres y madres con sus hijos. Se debilitará la relación de colaboración entre ellos.

No hay condiciones nacionales de cuido para los niños en edad preescolar, de primera infancia, y de la atención escolar que deben brindar los padres. El sistema educativo está totalmente debilitado en términos generales y sin capacidad alguna de proteger a la infancia nacional en las condiciones de trabajos de sus padres de 12 horas o más fuera de sus hogares.

Las empresas carecen de la condiciones de facilitarles cuido y educación a los niños, mientras sus padres trabajan en ellas. Ni siquiera, en el proyecto de ley de estas doce horas se contempla esta posibilidad, y la garantizar el transporte seguro y acorde al salario real del trabajador al centro de trabajo y de retorno a su casa.

Salarialmente va a producirse un impacto muy grande en los trabajadores. De conformidad a la legislación nacional cuando se trabajan más de ocho horas, lo que se permite, hay que pagar un sobre sueldo de un 50% por cada hora de trabajo adicional. Así, si un trabajador, por ejemplo, gana 100 colones por hora, en la hora extra debe ganar 150 colones, o si gana 1000 colones debe ganar 1500 colones. Este plus salarial se pierde. Todas las 12 horas se van a pagar con un salario común por hora, y las horas extras adicionales que deberían pagarse con el 50% de más, van a pagarse, en el salario integrado por menos del 15%.

Aquí, con esta jornada de trabajo de 12 horas, que es como las que se aplicaban en el siglo XIX y parte del siglo XX, de tipo esclavista, se va a producir una rebaja real del salario de los trabajadores, produciéndole una ganancia al empleador, al empresario o a la empresa.

De acuerdo con la legislación nacional todo incremento en el salario, tipo pago de horas extras, se reconoce en el pago de aguinaldo en el mes de diciembre. Con el régimen de jornadas de 12 horas no se va a pagar ningún incremento en el aguinaldo. Se recibirá un salario igual al que se ganará mensualmente, lo

De acuerdo con la legislación nacional todo incremento en el salario, también repercute en el reconocimiento final al momento de pensionarse una persona, que se le hace un recuento de todos sus ingresos, por más de 30 años de trabajo o por tener la edad de retiro legalmente establecida. Con ese recuento se le establece una pensión correspondiente a un porcentaje de los salarios ganados, que generalmente es un 40% menos del salario que se recibió. En este momento también hay un proyecto de ley que quiere aumentar la edad de retiro, a más de 65 años y hasta los 70 años de edad, debido a la longevidad de los costarricenses estimada en 82 años para las mujeres y 78 para los hombres.

Brutalmente, el ROP lo están reformando para que el ahorro “voluntario” de los trabajadores se le pueda pagar en tractos hasta la edad de 110 años, como si toda la gente de Costa Rica pudiera vivir como doña Marita Camacho de Orlich, nuestra Primera Dama que goza felizmente de esa edad.

En otro orden de cosas, en la discusión que ha tenido este Proyecto de Ley en la Asamblea Legislativa, los diputados defensores de los empresarios esclavistas, que quieren implantar la jornada de trabajo de 12, no han podido demostrar, que realmente sea una necesidad esa jornada para establecerla de manera nacional. No han podido señalar una sola empresa que pida esa jornada. No han podido demostrar que empresas que quieran instalarse en Costa Rica pidan o exijan esa jornada esclavista.

Las empresas extranjeras en general están obligadas a cumplir la leyes laborales, en las mismas condiciones que se cumplen en sus países de origen. Las empresas estadounidenses están obligadas en ese sentido a cumplir las jornadas de ley nacional y las de su país, que también son de 8 horas diarias.

En este momento asesores de Donald Trump están proponiendo establecer la jornada de 60 horas semanales, a razón de 12 horas diarias. Por ahora es solo una propuesta y un discurso. En Europa, al contrario, en países de la OCDE, organización a la cual pertenecemos, se está orientando la jornada semanal a 35 y 36 horas sin disminuir salarios, con jornadas diarias de seis horas. En algunos países que tienen la jornada de 48 horas semanales están proponiendo reducirla a 40 horas, y en algunos de estos países proponen jornadas de 10 horas diarias por cuatro días a la semana, que es otra cosa y otro aspecto laboral que también se discute.

El actual sistema productivo moderno, de alta tecnología especialmente, impone en algunos trabajos y empresas sistemas constantes de trabajo, de manera que las empresas o fábricas deben trabajar las 24 horas continuas, sin parar. Eso es normal que así suceda. Las empresas han adaptado sus sistemas de contratación laboral para realizar tres turnos de trabajo de ocho horas cada uno. Con esto mantienen en funcionamiento sus sistemas de producción, con tras grupos de trabajadores. Si se establece la jornada de 12 horas la realidad va a provocar que una parte de esos trabajadores se quede sin trabajo, un turno de trabajo puede desaparecer totalmente.

No es cierto que con las jornadas de 12 horas de trabajo vaya a aumentar el empleo. Los datos empleo y desempleo son claros en el sentido de que está disminuyendo el empleo. ¿Por qué va a aumentar con las jornadas de 12 horas? No hay nada que así demuestre. Ni hay en el país una sola empresa que pueda hacer esta demostración.

La esencia de todo el proyecto de ley de las jornadas esclavistas de 12 horas es reducir la mano de obra, reducir sus salarios reales e incrementar las ganancias de las empresas y sus empresarios.

El presidente de la República está empeñado en que se apruebe la jornada de trabajo de 12 horas diarias de la manera más rápida posible, ojalá sin discusión alguna. En su trabajo internacional en países de sistemas políticos no democráticos, o poco democráticos, se acostumbró a proyectos que le tocaba impulsar que imponían o se realizaban bajo esas condiciones de trabajo esclavista.

Este Proyecto de Ley debe detenerse en la Asamblea Legislativa. Los sindicatos, las universidades, las iglesias, las organizaciones no gubernamentales que velan por los derechos humanos, los padres de familia deben pronunciarse y movilizarse contra la ley esclavista. La Iglesia Católica ya ha llamado la atención en este asunto. Se ha opuesto a la jornada de trabajo de 12 horas, siguiendo la tradición de la Justicia Social Cristiana desarrollada desde 1891, a partir de la Encíclica Rerum Novarum.

Al menos debe producirse un gran debate nacional, en términos de un debate parlamentario que no se someta al llamado trámite rápido, que es la forma vulgar de imponer esta Ley.

Cuando se discutía el Contrato de la ALCOA a finales e 1969 e inicios de 1970, el entonces diputado Rodrigo Carazo Odio, opuesto con otros diputados a ese Proyecto de Ley, no decía a los dirigentes estudiantiles que estábamos en la lucha contra la ALCOA, que a los diputados a favor de ALCOA les habían pagado más de 100.000 dólares. Por eso había en las marchas letreros que preguntaban: “¿Diputados, how much?”. Estaremos en una situación como esta ante la ley esclavista de las jornadas de las 12 horas diarias. “¿Diputados, how much?”

Compartido con SURCOS por el autor.

La bola electoral está en el aire

Gerardo Hernández Naranjo

La bola está en el aire … ¡y bien alta!

A pocos meses de las elecciones del 2026, 87% de las personas no tiene simpatía partidaria y 71% no saben aún por quién votar (indecisas) según la última encuesta del CIEP de abril del 2025.

En intención de voto, un 13% indicaron que votarían en blanco o nulo y el partido con mayor voto potencial apenas logra un 7% (PLN). Con todo y la propaganda en redes, marchas y visibilidad pública, Laura Fernández, una de las posibles candidatas oficialistas, apenas alcanza un 2%.

El cuento de que el “arroz está cocinado”, que arrasarán en primera ronda y que lograrán 40 escaños en la Asamblea Legislativa, al día de hoy, no es más que un espejismo del chavismo. Ciertamente es un espejismo riesgoso porque esa ha sido su especialidad desde la campaña anterior y en lo que llevamos de este gobierno, generando una valoración positiva de la gestión de presidente por parte de la mitad de las personas encuestadas, según el mismo CIEP.

Pero valoración positiva del presidente y de la gestión son cosas distintas a intención de voto y comportamiento electoral. Es decir, aunque puede ser un factor favorable, la valoración de la gestión no se traduce automáticamente, ni mucho menos simétricamente, a caudal electoral del mismo partido oficialista ni a la candidatura correspondiente (cualesquiera que lleguen a ser).

Las elecciones todavía son una competencia. No una carrera en solitario del oficialismo, como parecieran soñar para un mediano plazo. De modo que el resultado final dependerá de las tácticas y estrategias de competición de todos los jugadores y sabemos ya que serán muchos.

Pero, sobre todo, dependerá del comportamiento de un electorado que, además de estar mayoritariamente indeciso al día de hoy, se ha venido mostrando sumamente volátil en los últimos procesos electorales hasta el propio día de las elecciones. Es decir, un electorado cambiante, difícil de predecir, que puede dar sorpresas y ojalá las de a favor de las verdades, no de los espejismos (como el de la carretera a San Carlos y tantos otros).

La bola está en al aire, no se repartan nada.

Reconfiguración de las derechas — Tendencias emergentes y debates políticos – panel hoy 28

Las derechas políticas están en transformación en América Latina y el mundo.

Este panel propone un análisis crítico de estas dinámicas desde una mirada sociológica e histórica.

Fecha: miércoles 28 de mayo, 2025

Hora: 5:30 p.m.

Lugar: Sala de Audiovisuales, Facultad de Ciencias Sociales (1er nivel), UCR

Modalidad: Virtual y presencial

Panelistas:

Dr. Roberto Ayala. Profesor catedrático de la Escuela de Sociología y exdirector de la Maestría Centroamericana en Sociología, UCR.

Dr. Randall Blanco Lizano. Profesor jubilado de la Escuela de Sociología. Exdirector de la Maestría Centroamericana en Sociología, UCR.

Presenta y modera:

Dra. Nancy Piedra Guillén. Directora del Programa de Posgrado en Sociología, UCR.

Transmisión en vivo por (detalles en el afiche):

Web TV Facultad de Ciencias Sociales

Maestría Centroamericana en Sociología

Colegio de Profesionales en Sociología Costa Rica

Asociación Centroamericana de Sociología (ACAS)

Posgrado en Sociología, Universidad Nacional de Honduras

La encrucijada del progresismo latinoamericano: Reflexiones de Álvaro García Linera

Reseña de Juan Carlos Cruz Barrientos

Álvaro García Linera es una figura clave en el pensamiento político de América Latina. Como teórico, militante y ex vicepresidente de Bolivia, su análisis sobre los modelos económicos en disputa y la evolución del progresismo en la región proporciona una mirada indispensable para entender los desafíos actuales.

El declive del globalismo neoliberal

García Linera plantea en una entrevista con Daniel Tognetti y Diego Sztulwark, que el mundo está atravesando una fase de transición. Desde los años 70, el globalismo neoliberal dominó el escenario económico y político, pero hoy se encuentra en crisis. En este contexto emergen modelos económicos que buscan definir la dirección de las próximas décadas:

  • El modelo chino, basado en la combinación de empresa estatal y privada, con un sistema político iliberal.

  • El modelo trumpista, que impulsa el proteccionismo en sectores estratégicos mientras mantiene políticas neoliberales internamente.

  • El modelo europeo liberal, que protege el mercado interno y regula la migración mientras promueve valores democráticos.

  • El modelo de Milei, que intenta revivir el liberalismo extremo de los años 90.

La competencia entre estos modelos determinará el nuevo paradigma de acumulación económica y poder político en el mundo.

América Latina en busca de un nuevo rumbo

Durante la primera ola progresista latinoamericana, los gobiernos apostaron por la redistribución de la riqueza y el fortalecimiento del mercado interno. Aunque lograron avances sociales significativos, García Linera advierte que la falta de una base productiva sólida hizo que estos modelos fueran vulnerables a la caída de los precios internacionales de los commodities.

Para el pensador boliviano, el progresismo solo podrá revitalizarse si logra trascender su enfoque redistributivo y apuesta por una estrategia de industrialización que garantice estabilidad y crecimiento económico. Sin esta transformación, América Latina corre el riesgo de quedar relegada en la disputa global entre los grandes bloques económicos.

El desgaste del progresismo y el avance de la extrema derecha

Uno de los temas centrales de la entrevista es el desgaste del progresismo en países como Argentina, donde la desilusión popular ha abierto espacio para el ascenso de la derecha extrema. García Linera señala que el progresismo no puede permitirse la moderación: debe continuar avanzando para mantener su legitimidad.

En su análisis, el fracaso de la izquierda no implica el retorno al centro político. Cuando el progresismo pierde legitimidad ante la ciudadanía—ya sea por desgaste, por crisis interna o por falta de transformación económica—no necesariamente se traduce en un regreso a posturas centristas o moderadas. En cambio, en muchos casos, el vacío dejado por la izquierda es ocupado por fuerzas políticas de extrema derecha, que canalizan el descontento social a través de discursos autoritarios, ultraconservadores y de oposición al Estado.

García Linera sostiene que los ciudadanos frustrados con la izquierda no buscan opciones intermedias, sino que, impulsados por el desencanto, pueden volcarse hacia propuestas más radicales que prometen soluciones inmediatas, aunque sean regresivas en términos democráticos. Esto explicaría el ascenso de figuras políticas con tendencias autoritarias que capitalizan el enojo social y lo transforman en apoyo electoral.

México: un modelo de estabilidad progresista

México representa una excepción en este panorama. Bajo el liderazgo de López Obrador y ahora con Claudia Sheinbaum, el país ha logrado mantener la estabilidad progresista sin fracturas internas destructivas. García Linera resalta que la transición del liderazgo ha sido ejemplar y podría ofrecer un modelo para otros gobiernos latinoamericanos.

Conclusión: Un progresismo productivo como única alternativa

Álvaro García Linera concluye que la única manera de revitalizar el progresismo en América Latina es a través de un programa audaz de reformas económicas de segunda generación. No basta con redistribuir riqueza; es imprescindible generar valor mediante una estrategia productiva estructurada.

Si el progresismo no recupera la iniciativa histórica, corre el riesgo de convertirse en una minoría nostálgica incapaz de confrontar las estructuras que perpetúan la desigualdad. Solo a través de la construcción de nuevas ideas y la formulación de un proyecto viable podrá recuperar su papel central en la transformación de la región.

Le invitamos a ver la entrevista completa conducida por Daniel Tognetti y Diego Sztulwark: