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Feminismos y diversidades sexuales y de género en las comunidades originarias, relatos de vida y lucha

El Centro de Investigación en Estudios de la Mujer de la UCR invita a la conferencia: «Feminismos y diversidades sexuales y de género en la comunidades originarias, relatos de vida y lucha«, a realizarse el próximo miércoles 20 de noviembre de 6 p.m. a 7:30 p.m. en la Sala #1 de Audiovisuales de la Biblioteca Carlos Monge Alfaro.

Enviado por Vania Solano Laclé.

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LA VISIÓN DE LOS VENCIDOS EN LA OBRA DE MIGUEL LEÓN PORTILLA

Sergio Rojas Ortiz, in memoriam

Rogelio Cedeño Castro, catedrático UNA

“Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:

¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?

No para siempre en la tierra:

Sólo un poco aquí.

Aunque sea de jade se quiebra,

Aunque sea de oro se rompe,

Aunque sea de plumaje de quetzal se desgarra.

No para siempre en la tierra:

Sólo un poco aquí.”   Cantares mexicanos, fol. 17 r.

Grandes figuras de la cultura latinoamericana que brillaron, en la segunda mitad del siglo anterior, nos han dejado en estos últimos años de la segunda década del nuevo siglo. Tal es el caso, el destacado maestro, antropólogo e historiador mexicano Miguel León-Portilla (1926-2019), quien falleció en la ciudad de México, el 1 de octubre recién pasado, a la edad de 93 años, este sabio o tlamatini en lengua náhuatl,  fue uno de los más grandes estudiosos de las culturas del México prehispánico, destacándose entre los  grandes cultivadores y protectores de la lengua náhuatl, una de las más importantes del ámbito cultural de Mesoamérica, sin que este hecho luctuoso alcanzara siquiera la condición de noticia o novedad relevante en nuestro medio social y cultural, habiendo sucedido que mientras en su tierra natal se le tributaron numerosos homenajes y reconocimientos, más que merecidos, en la Costa Rica contemporánea el silencio pareció ser la casi única respuesta ante del deceso de un hombre que brilló e hizo brillar el arte y el pensamiento de los pueblos mesoamericanos.

Se ha marchado un tlamatini (el que sabe) por excelencia, se ha ido en ese viaje sin regreso, quien fuera el estudioso infatigable que profundizó en la difusión y el conocimiento de la poesía y de la filosofía náhuatl, cuya existencia postuló desde sus primeros trabajos, en fechas tan tempranas como 1956, cuando defendió ese tema como tesis doctoral en la UNAM, la que una  vez publicada casi de inmediato, en numerosas y sucesivas ediciones en varias lenguas, desató una gran polémica en los medios políticos y académicos de un México que no concebía otra filosofía que la surgida con los presocráticos, allá en el Mediterráneo Oriental, hace un par de milenios.

Sin embargo su tarea más importante parece ser la de haber devuelto, o la de poner en primer plano, la voz y los sentimientos de los vencidos acerca de lo que significó para ellos la conquista y colonización ibérica, como algo que figura en un primerísimo plano dentro de los grandes  y múltiples aportes de León-Portilla, habiendo ahondado para ello en los alcances de la extensa obra de Fray Bernardino de Sahagún (1499-1590), quien escribió sus testimonios, relatos y resultados de su prolija investigación, tanto en castellano como en náhuatl durante el siglo XVI, después de haber contribuido decisivamente al registro escrito de esta última lengua, lo que  permitió que llegara hasta nosotros, con gran fluidez, esa voz de los vencidos, la historia que no debemos olvidar so pena de traicionarnos a nosotros mismos. Fue así, como investigando  en la obra de éste y otros autores de siglos pasados, estudiando los códices de las diversas culturas, los archivos de Indias, además de los testimonios escritos por los intelectuales mexicas, toltecas, tlaxcaltecas y de otras etnias, que Miguel León-Portilla dejó a nuestro alcance toda la belleza de la poesía náhuatl que logró recuperar, junto con la extraordinaria visión de mundo de estos pueblos, la que se pretendió sepultar en el olvido, por parte de los colonialistas ibéricos vencedores entonces.

Hoy México se duele de su partida, pero también se emociona ante el inmenso legado que nos dejó un hombre que consagró su vida a la investigación y a la divulgación de estos temas, en obras como VISIÓN DE LOS VENCIDOS, LA FILOSOFÍA NAHUATL, QUINCE POETAS DEL MUNDO NÁHUATL, LOS ANTIGUOS MEXICANOS, LOS CANTARES MEXICANOS, CULTURAS EN PELIGRO y otras no menos valiosas que fueron resultado de una larga fructífera existencia, dedicada a la recuperación de la rica herencia cultural de los pueblos mesoamericanos.

El hecho de su deceso pasó desapercibido en los medios de comunicación de Costa Rica, sin que se registrara mención alguna al respecto, cosa que no debería extrañarnos, sobre todo si tenemos en cuenta que en medio de la modorra intelectual y la decadencia política, además de cultural dentro de la que nos movemos, el tema no podía despertar interés alguno como tampoco lo suscita el impune asesinato del líder bribri Sergio Rojas Ortiz, ocurrido hace ya poco más de seis meses, en Salitre del cantón de Buenos Aires, de la provincia de Puntarenas, un crimen que ha sido recubierto por un espeso silencio. Todo esto como parte de la exteriorización del racismo de una sociedad que se sigue mirando en el espejo europeo (o estadounidense) que se fabricó el liberalismo decimonónico, reflejado en la obra de sus historiadores más importantes, como fue el caso de Ricardo Fernández Guardia, un cristal que nos impide mirar e incorporar como parte de nuestro ser o presunta identidad nacional, la presencia de la inmensa y rica cultura de los pueblos mesoamericanos, de la que el actual territorio de Costa Rica formó parte, especialmente dentro de lo que fue el área de la Gran Nicoya.

 

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Costa Rica: hacia el descalabro fiscal

Luis Paulino Vargas Solís

Economista/Director CICDE-UNED

Es difícil ver por dónde lograr que las finanzas del gobierno de Costa Rica se encaminen hacia una ruta de sostenibilidad. Que los numeritos “cuadren” se ve complicadísimo.

Supóngase que se logra una exitosa aplicación de la guillotina en los gastos del gobierno sin incluir el pago por intereses de la deuda. Supóngase, además, que la reforma tributaria aprobada (ley 9635) rinde más o menos los frutos deseados en términos de la generación de mayores ingresos.

Supóngase, entonces que, a partir de lo anterior, se logra que el déficit resultante –sin incluir pagos por intereses de la deuda– se reduce a cero. Pero esto, que se dice tan fácil, supone ya un reacomodo morrocotudo, puesto que ese déficit usualmente ha representado cifras que, como porcentaje de la producción nacional (o sea: el Producto Interno Bruto, PIB), oscila entre 2,5% y hasta más de 3%, lo que, en colones contantes y sonantes, significa entre ₡800 mil millones y un billón (un millón de millones) de colones.

O sea, habría que hacer un “ajuste” total por el orden de entre ₡800 mil millones y ₡1 billón, a fin de que el déficit sin incluir gastos por intereses (el llamado “déficit primario”), se reduzca a cero.

Eso sí que son palabras mayores, lo cual traería negativos efectos para la economía, los cuales impactarían por tres vías principalmente: primero, la reducción de las compras de bienes y servicios y de los gastos de inversión por parte del sector público; segundo, el recorte de los gastos de consumo de empleadas y empleados públicos, cuyos salarios entran en un ciclo de marcado deterioro; tercero, el recorte de los gastos de consumo por parte de las personas trabajadoras del sector privado, obligadas a pagar una mayor cuantía de impuestos, en un contexto de altísimo endeudamiento y sostenido estancamiento (por ya largos diez años) del poder adquisitivo de sus salarios.

Considérense ahora los gastos por intereses.

Para este 2019 hablamos de un disparate en el orden de ₡1,5 billones (más del 4% como porcentaje del PIB), los cuales necesariamente se suman al monto total de la deuda pública, ya que no hay otra forma de pagarlos sino es mediante deuda, o sea, mediante la colocación de bonos.

La existencia de este enorme déficit causado por el pago de intereses hace crecer la deuda pública de forma automática. Con un agravante: el crecimiento de la deuda ocasionado por el pago de intereses, es más rápido que el crecimiento de la economía (o sea, que el crecimiento del PIB).

Hoy día, el crecimiento del PIB en términos nominales o monetarios, o sea, sumando el aumento de los precios al aumento real de la producción, anda en el orden del 4% anual. Por su parte, las tasas de interés que se pagan sobre la deuda, son el doble de eso: 8%. O sea: las tasas de interés inducirán automáticamente, un crecimiento de la deuda al doble de la velocidad a la que la economía crece, lo cual significa que la proporción o porcentaje entre deuda y PIB también crece.

Supóngase, solo a manera de hipótesis ilustrativa, que esa situación que describo en el párrafo anterior se mantuviese sin cambios por los próximos años. Ello haría que el porcentaje “deuda/PIB”, que para este año andará en 57% o poco menos, podría llegar a más del 70% en 2025. Muy grave, a decir verdad.

Pero por favor no olvidemos lo que describí unos párrafos atrás: las medidas de ajuste fiscal necesarias para hacer que el déficit sin incluir intereses (el déficit primario) sea cero, serían muy severas e inevitablemente debilitarían una economía ya de por sí muy debilitada. Es que, si excluimos las zonas francas (que claramente son un mundo aparte, con apenas debilísimos nexos con la economía nacional), el resto de la economía costarricense, está hoy congelada, con crecimientos del cero por ciento. Y ese “resto de la economía”, no lo olvidemos, da empleo al 95% de las personas trabajadoras –por eso la llamo la “economía del 95%”– y de ahí mismo sale el pago de impuestos para el sostenimiento de las finanzas públicas.

El ajuste fiscal del que hablo podría hacer que esa “economía del 95%” caiga en territorio negativo: no que su crecimiento sea cero, sino negativo, o sea que se contraiga. En cuyo caso se debilitarán los ingresos por impuestos que el gobierno recibe, se hará prácticamente imposible la meta del “déficit primario igual a cero” y se agrandará la proporción o porcentaje “deuda/PIB”.

El camino por el que se ha optado nos lleva a un descalabro casi seguro. El error ha estado en privilegiar el aspecto contable del déficit fiscal –las sumas y las restas de gastos e ingresos– sin prestar atención a la faceta macroeconómica, o sea, el crecimiento de la economía y la generación de empleos. La exministra Rocío Aguilar ha sido quien mejor representa ese enfoque. Pero ella no ha estado sola, ni mucho menos: la misma tozudez y el mismo irresponsable simplismo encontramos en la clase política al pleno, las cámaras empresariales, la prensa y, por supuesto, el gremio de economistas.

 

Tomado del blog: https://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/

Enviado por el autor.

PENSIONES: UN TEMA PARA “LUCRAR” POLÍTICAMENTE Y ALGO MÁS

Álvaro Vega Sánchez,

Sociólogo

Unas cuantas pensiones con montos elevados, incluidas las de algunos funcionarios públicos y políticos que no habían cotizado lo suficiente para obtenerlas, se han festinado como propaganda por parte de diputados que ya se tiraron al ruedo electoral y algunos empresarios y medios de comunicación que aspiran a convertirse en el primer poder de la República, despotricando contra el sector público como “casta privilegiada”, mientras amasan capitales sobrexplotando a la masa de trabajadores privados, aprovechándose de la sobreoferta en el mercado laboral.

La alianza de estos sectores ha emprendido una campaña inquisitorial contra el Régimen de Pensiones del Magisterio Nacional, contando con el apoyo del Superintendente de Pensiones, pretendiendo conducirnos por el fracasado camino de la privatización, a la chilena.

Están apelando a la distracción, uno de los mecanismos de manipulación más efectivos (Noam Chomsky). Los “político-empresarios” para desviar la atención sobre la histórica evasión, elusión e injusticia tributaria –con amnistías de los intereses de voluminosas deudas para continuar con sus negocios millonarios– que tienen a este país con el agua al cuello. Por otra parte, a las mayorías endeudadas se les tiran las migajas con una política de salvamento que, como se ha destacado, busca salvar al sector financiero privado a costas del público, y cuya propuesta de refundición de deudas conduce a convertir a estas mayorías en eternamente endeudadas. Qué curioso, a los ricos se les premia y a los pobres se les castiga: medievalismo social en pleno siglo de las luces virtuales de las nuevas tecnologías y los grandes negocios.

También vuelven con la estrategia del miedo, anunciando tiempos “apocalípticos” de cara a las nuevas tendencias a “engordarse” de la pirámide poblacional. Con un inflado sensacionalismo señalan que una población envejecida sin una generación laboral activa de relevo que sostenga sus pensiones estará destinada a no tener pensión, si ahora no se dispone a aumentar sus cotizaciones y su edad de retiro; es decir, a limitar sustantivamente sus ingresos hoy para apenas sobrevivir mañana, cuando se pensione a la chilena.

El apriori de este discurso del miedo, que anuncia un futuro de pensionados miserables, es que el mercado es intocable. Claro, un Estado neoliberal complaciente y pusilánime solo puede conducirnos, como lo viene haciendo, al peor de los mundos: la sociedad de ricos y pordioseros.

Si se aspira a un régimen de pensiones justo y solidario en nuestro país, no hay que esperar a que “engorde” más la pirámide poblacional, sino marcar la cancha con una buena política económica que, como se dice, es la mejor política social. Y dejar de una vez por todas de proteger intereses de poderosos grupos empresarial-financieros y político-electorales cortoplacistas, que impiden proyectar políticas de Estado de largo aliento.

Apostemos por una economía para la vida digna y la sostenibilidad ecoambiental, encarando con seriedad los desafíos del cambio demográfico y las nuevas condiciones del mercado laboral, sin perder el norte del fortalecimiento del Estado Social de Derecho, garantía de una democracia solidaria.

Dejemos de ser el país de las diferencias abismales, imitando las fracasadas políticas chilenas, y convirtámonos en el país que hace la diferencia.

 

Enviado por el autor.

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Tres breves comentarios sobre el tema de APM-Terminals y Japdeva

Juan Carlos Duran Castro

Secretario de Seguridad Social CTRN

Noviembre 4, 2019

1.El video en que el ex candidato del otrora partido socialdemócrata Liberación Nacional, Antonio Álvarez Desanti, establece sus puntos de vista sobre Japdeva y lo vincula con APM Terminals, en la entrevista con Randall Rivera, director de Noticias Monumental, es para nuestro gusto aceptar una derrota política, pues los argumentos elementales del libre mercado y sus bondades se caen estrepitosamente, algo similar pero en una hiper menor escala, con el Chile de hoy, cuyo buque insignia del modelo exportable para América y el mundo, cual buque insignia se derrumba. Nos parece entonces que la tristemente célebre figura del ex candidato liberacionista-empresario, abanderado de los negocios debió posiblemente ensayar una enorme dosis de artes dramatúrgicas para aceptar públicamente lo que formulo.

2.En segundo plano (pero no por eso menos relevante), nos  llama poderosamente la atención es el “abordaje periodístico” del señor Rivera, ya que denota cómo nuestro periodismo es poco objetivo, se parcializa y al final termina posesionando una matriz informativa que sin salirse del formato solamente coloca en la mente colectiva el enfoque de que lo público es malo por excelencia, aunque tenga en frente un político-empresario con un severo problema existencial que reconoce a regañadientes el gigantesco error que encierra APM Terminals y diga que añoran los días de Japdeva.

Dicho esto, debe queda claro que Álvarez Desanti lo que realmente añora son los precios de Japdeva, que sin duda le generaban a su séquito de amigos exportadores mejores tasas de ganancia. Es así como se desnuda la clase de periodismo del odio (algunos le llamarían periodismo fascista), que se ejerce desde Radio Monumental en la persona de Randall Rivera, pues le cuesta aceptar que lo público puede ser menos oneroso y bastante eficiente, es decir, la ética y el profesionalismo periodístico pasan a un segundo plano o más allá, con tal de seguir acuñando una matriz informativa distorsionada que abona bastante a la acumulación de un estallido social que tarde o temprano explotará en razón de un periodismo bastante cuestionable.

3.Queda definido que el sindicato de Japdeva tuvo razón y que este planteamiento fue la parte oculta de la noticia en sus distintos momentos, ahora bien, en el hoy, las decisiones tácticas y estratégicas de parte del sindicato deben ser correctas e inteligentes, pues una oportunidad así debe servir para empezar a revertir la mirada de la gente hacia la institucionalidad portuaria en específico y en lo general aspirar a fortalecer la idea de que la institucionalidad del país se debe proteger a toda costa, pues esta encierra un enorme potencial para el bien común de las mayorías.

Enviado a SURCOS por el autor.

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Relato ante el féretro

Por Carlos Meneses Reyes

Alfredo Molano Bravo (1944-2019), pasa a la historia colombiana como un Sociólogo. Defensor de los Derechos Humanos. Critico. Cronista. Escritor. Fue un activista social en su vida, conservando una correspondencia lógica con los principios que profesaba. Fue consecuente con su concepción del mundo, aportando a la conciencia crítica del país. De estilo inconfundible en su comportamiento y presentación personal; nada fue ajeno a su naturaleza. Su obra, 20 libros publicados, innumerables escritos y ensayos, sacados de las entrañas de la vida nacional y de palpar a pie lo disímil de la Colombia agraria. Recorrió al país, aportando en la comprensión y la solución a sus problemas. Luchó en el marco del reconocimiento a los campesinos como víctimas del conflicto armado. Enmarca en la comprensión de la historia de Colombia, por lo ordenado del relato de sucesos y personajes del pasado, relacionándolos con palpitante actualidad, que le hacen un punto inevitable de consulta académica y política. Cual historiador que asimila y comprende el presente fue un incansable, sin pausa, para esclarecer lo sucedido durante el desarrollo del conflicto armado. Al fallecer era miembro de la Comisión de la Verdad.

Conocí a Alfredo Molano Bravo en los campus de la Universidad Nacional. Vestía como los de la “línea cafetería”: bluyín, suéter de manga larga, botas con suela gruesa de caucho y amarre de cordones hasta las canillas. Se supo que había viajado a la Universidad de Antioquia, ha contribuir con el desarrollo del movimiento estudiantil. No fue mi amigo y coincidimos en una Jornada Centroamericana sobre el narcotráfico. Compartiendo una Mesa Redonda con él en Costa Rica, expuso: que la base de la organización de los carteles de la droga en Colombia no se debió a la inteligencia desviada y malvada de Pablo Escobar, sino al uso -de su parte-de las estructuras existentes de los contrabandistas del café que persistían en redes útiles del contrabando. Allí centro su imperio. Lo cito como la visión estratégica de concentración y aplicación de conocimiento a fondo de todo cuanto abordaba como investigador.

La velación de Alfredo Molano Bravo se llevó acabo, desde el día jueves 28 de octubre, en la Funeraria Gaviria en Bogotá. DC. Por allí desfilaron los Notables de la Paz: los miembros del Sistema Integral de Justicia Reparación y No Repetición (SIJRNR), nombrados por la Comisión de Escogencia de carácter nacional e internacional. Los integrantes de la Comisión de la Verdad, sus compañeros de trabajo, que sienten dolor y pena y en alocución a su partida aceptan la realidad; pero le piden que se quede en sus sesiones. Pasaron cientos de estudiantes universitarios en esfuerzo notorio de significar a cuales de su alma mater representaban. Cruzaron el féretro grupos de mujeres llegadas de barrios populares y otros sectores residenciales, con un banderín blanco en sus manos, expresando el recado silencioso de su presencia y lamento por la perdida. Muchos dolientes acudieron enterados del suceso, que lo habían visto, oído hablar de él o tratado. Asistió lo más representativo de la intelectualidad bogotana. La innumerable cantidad de ramos y coronas que llegaron representaron un lío para la administración de la Funeraria.

Las Honras fúnebres se llevaron a cabo, el día sábado 02 de noviembre, en la Capilla de la Universidad Nacional de Colombia, convertida en panteón con la presencia de sus restos mortales. Sitial de la posición elevada, adquirida por Alfredo Molano Bravo, en el escenario nacional. Lleno total, hasta el atrio y áreas aledañas. Se congregó allí la Academia, para despedirlo. En un acto sencillo, sin lujos ni adornos, como fue la integración de Alfredo Molano Bravo, con las comunidades campesinas, afros e indígenas, transcurrió la celebración religiosa. La homilía expreso el sentir de su hijo, contándole a quienes quisieron a su padre el dolor y el reconocimiento porque “hasta el último día de su vida peleó con todas sus fuerzas”. Las palabras de su esposa y compañera bajo el emulo de la lealtad y acompañamiento en su trajinar militante. La evocación de su nieta, de escasos 9 años, indicando como su abuelo le enseñaba que al país había que conocerlo a pata. Con fluidez de lenguaje sencillo y natural expresó que quiso a su abuelo y alentó a las niñas de su edad, que ella iba a seguir su ejemplo. La intervención de Conjunto de música llanera, despidiendo al amigo. La soprano de la Coral de la Universidad, transportando el sentimiento dolido. La alusión de Francisco de Roux Rengifo, a que el día de la posesión como Miembros de la Comisión de la Verdad, en Salón decorado del Palacio de Nariño, llegaron trajeados con indumentaria de última moda y Alfredo Molano Bravo se presentó con zapatos tennis rojos, chaqueta usada y su mochila tejida arahuaca; lo cual le valió una caricatura de Osuna que reporto como la presencia en la Comisión de la Verdad de “un marxista-leninista-maoista”, generando un murmullo de rechazo entre los asistentes.

Alfredo Molano Bravo, fue un Hombre Nuevo, a la usanza de los impulsados por la Teología de la Liberación y fueron sus maestros Orlando Fals Borda, Eduardo Umaña Luna y el padre Camilo Torres Restrepo.

A la salida del féretro me encontré detrás de sus escasos familiares con una cámara de televisión enfocándome. Introducido en la carroza fúnebre esperó un cuarto de hora en tanto se diluía el público. En ese lapso un cincuentón en años, de acento extranjero, se me acercó y relató que hoy hicieron presencia los intelectuales y académicos de Colombia. Le pregunté a que se dedicaba y respondió que era israelí, constructor de edificios en Bogotá, con oficina en Nueva York. Que había conocido a Alfredo Molano Bravo en Barcelona, en una venta de libros, y que se acercó porque él estaba ojeando un libro editado en hebrero y le daba vueltas como si no lo entendiera. Que le aclaró: un libro en hebreo es escrito de atrás hacia adelante y dizque se lo enderezo. Eso me despertó malicia indígena: que un conocedor de libros como lo era Alfredo Molano Bravo no supiera ese detalle. Y más machiro– como dicen los campesinos catatumberos- al agregar que al día siguiente lo había vuelto a ver y conversando lo invitó a cenar a Las Ramplas. Ojeaba su presencia como estaba trajeado. Ni pista de ser un sénior ejecutivo. Oteaba cada detalle desde la presencia de la prensa internacional hasta cuando en movimiento la carroza fúnebre sin coronas y solo con la cinta morada con su nombre en la portezuela trasera, se alejaba lentamente llevando su cuerpo para ser inhumado en el Cementerio de Usaquén. Despidiéndose de mí el desconocido, seguí la carroza con los restos del irreparable luchador, conversándole mentalmente: Alfredo, hasta los del Mossad- Servicio de Inteligencia Israelí- vinieron a la Nacho a verificar, si en realidad te habíamos puesto bajo tierra.

03 de noviembre de 2019.

 

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Elementos para una reflexión sobre la coyuntura

El profesor Carlos E. Carranza V., coordinador del Programa Análisis de Coyuntura de la Sociedad Costarricense, de la Escuela de Sociología de la UNA, compartió con SURCOS una presentación en la cual ofrece una sistematización de elementos claves de la coyuntura costarricense.

Desde este enlace puede descargar el documento para generar espacios de reflexión en sus organizaciones o grupos:

 

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Presentación del libro «Nuevo Imperio Global u otra civilización emergente: Inteligencia Artificial y Guerra de Big Data»

El pasado 31 de octubre se presentó el libro «Nuevo Imperio Global u otra civilización emergente: Inteligencia Artificial y Guerra de Big Data», del que son coautores Walter Formento y Wim Dierckxsens.

La actividad se realizó en el Instituto de Investigaciones Sociales (ISS, UCR) donde acompañaron el panel Walter Formento, Paulo Nakatani, Sergio Villena, Wim Dierckxsens y Silvia Regina de Lima Silva, directora del DEI.

Puede adquirir el libro en el DEI, Sabanilla (llamar al 2253 0229 antes de pasar a comprarlo).

El DEI agradece al Instituto de Investigaciones Sociales UCR por la transmisión en vivo de la presentación del libro. El vídeo está disponible en https://www.facebook.com/IIS.UCR/videos/763857134110367/

 

Enviado por DEI Comunicación.

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“TIEMPOS RECIOS” QUE DIERON AL TRASTE CON LA DEMOCRACIA GUATEMALTECA

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor

El eterno e inevitable contrapunto entre la ficción y aquello otro que podríamos calificar como la realidad (la extensión real única de que hablaba el filósofo ruso-francés Georges Gurvitch) o la presunta verdad histórica, aquella constelación de hechos y circunstancias que efectivamente habrían tenido lugar en una determinada circunstancia o período histórico, resulta ser un tema o asunto que no tiene fin, ni tampoco pareciera poder tenerlo en ningún caso, con independencia de la filosofía de la historia que asumamos, o el manejo historiográfico que intentemos realizar. Siempre habrá una sinuosa, y a ratos intangible frontera, entre la primera de ellas y esa otredad de lo real, la engañosa selectividad de la memoria se encarga de dejarnos sumidos en la perplejidad, muy a nuestro pesar.

En este ejercicio de intentar acercarnos a la incierta historia o historias, recreadas constantemente dentro del imaginario colectivo, con el paso del tiempo y las sucesivas generaciones, la creación literaria juega un papel de primer orden, no para dilucidar los enigmas planteados sino para ofrecernos la posibilidad de nuevos alcances, y perspectivas sobre innumerables hechos que quedaron en el olvido, por muy diversas razones, y a los que sólo la creación literaria tiene la virtud de traer de nuevo a un primerísimo plano, destacando una gran variedad de aristas de ellos que jamás hubiéramos podido imaginar siquiera. Tal es el caso de la más reciente novela del escritor Mario Vargas Llosa TIEMPOS RECIOS (Primera edición, Barcelona 2019), en la que este destacado novelista, cuya producción ha venido en alzada, no sólo en cuanto a la cantidad sino también y esencialmente en cuanto a la excelencia de la narrativa, como en el caso de una sus anteriores novela, titulada EL SUEÑO DEL CELTA, de una calidad indiscutible por la amenidad, lo bien elaborado de la trama y la erudición del autor. Es así como Varguitas, como lo habían llamado algunos de sus amigos peruanos de sus primeros tiempos como “escribidor” (v.g.r. Mario Vargas Llosa LA TÍA JULIA Y EL ESCRIBIDOR), nos ha ofrecido una panorámica de lo que fue aquella primavera democrática de Guatemala, iniciada en 1944, y que no alcanzó a cumplir los diez años, al ser truncada por la acción de poderosas fuerzas externas e internas, durante el mes de julio de 1954, cuando el satanizado presidente guatemalteco Jacobo Árbenz Guzmán debió “renunciar” a su cargo para el que había sido electo, por un importante número de ciudadanos, durante el año de 1951, consumándose así un golpe de estado, con el apoyo de la CIA y en beneficio de los intereses de la United Fruit Company, que estaba ubicada en el centro de la trama, asegurándose su materialización.

Con una cuidadosa elaboración de los componentes de la trama, pero sobre todo de los personajes insertos en ella, vistos en todas sus miserias y presuntas grandezas, o más bien sueños desmesurados de poderío y riqueza que jamás se concretaron, como en el caso del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo, quien gobernó entre 1930 y 1961, habiendo aportado una importante ayuda económica y de logística militar a Carlos Castillo Armas, el oscuro personaje que se encargó de ejecutar el golpe militar y derrocar a Jacobo Árbenz: éste, una vez al frente del gobierno, ya como presidente de Guatemala se encargó de ignorar sus compromisos con el sátrapa dominicano, entre ellos el de invitarlo a participar en el desfile de la victoria y el de entregarle vivo al exilado dominicano, Miguel Ángel Ramírez, quien había jugado un papel decisivo en la guerra civil acontecida en Costa Rica, dentro de las fuerzas de José Figueres Ferrer, pocos años atrás, además de burlarse constantemente de él, de sus familiares y de algunos de sus allegados. La venganza, ejecutada a través de su agente John Abbes García, será el recurso empleado por Trujillo para cobrarse las afrentas que le infligiera el guatemalteco.

Lo más importante, sin embargo, son los hilos de la trama que va develando Vargas Llosa, a medida que da cuenta de cómo Mr. Sam Zemurray, el poderoso empresario bananero y cabeza de la United Fruit Company, acudió a los servicios del notorio publicista neoyorkino Edward L. Bernays, autor de una importante teoría sobre el uso de la publicidad para trastrocar el sentido mismo de la realidad: es así como la United Fruit Company logra mediante una astuta y calculada campaña publicitaria, divulgada a través de la prensa liberal estadounidense, convencer a la opinión pública de los Estados Unidos del peligro que implicaba una Guatemala “comunista” que jamás existió, mientras los líderes más importantes de la revolución guatemalteca de 1944, Juan José Arévalo con su “socialismo espiritual” y Jacobo Árbenz, el atildado y correcto militar que tomó conciencia de la realidad de su país, a través de la influencia de su esposa María Cristina Vilanova, aspiraban a implantar en su país lo que veían como el “modelo sociopolítico estadounidense”: una democracia en la que hubieran sindicatos obreros y en la que las grandes empresas pagaran sus impuestos, cosa que la United Fruit Company no estaba dispuesta a hacer, y que de hecho nunca lo llevó a cabo. Ese espejismo, hábilmente fabricado por el publicista mencionado, contando con el decido apoyo de la administración Eisenhower y la CIA, daría al traste con la naciente democracia guatemalteca y ese país entraría en el ciclo de las dictaduras militares y una interminable guerra civil. En esta novela se muestran, de manera transparente y amena, esos entretelones de una conspiración basada en un absoluto equívoco.

El ejército guatemalteco, convencido de la justeza de las reformas sociales de la primavera democrática de Guatemala, no estaba dispuesto a enfrentarse a la infantería de marina de los Estados Unidos, cuyo desembarco era una amenaza que recibían constantemente sus oficiales, a través del embajador estadounidense, John Emil Peurifoy, encargado de terminar con la “amenaza soviética” en la región, además un embargo de armas dispuesto por esa potencia los ponía en una situación todavía más difícil. En eso residió su tragedia, lo que condujo a un enfrentamiento de los cadetes de la Escuela Militar con los invasores o milicias “liberacionistas” de Carlos Castillo Armas, quien debió su eventual triunfo a una aviación contratada por los Estados Unidos, la que superaba en mucho a los cinco aviones de que disponían la aviación guatemalteca, a pesar de que habiendo invadido el país por varios puntos no fueron capaces de ganarle un solo combate a las fuerzas regulares.

Por otra parte, una insípida e inculta oligarquía guatemalteca dará su apoyo decisivo a la conspiración de la CIA, cegada por sus prejuicios raciales en contra de la mayoría “indígena” de la población, cuya suerte no les interesaba en absoluto, además de su “anticomunismo” de oficio, aunque no por ello dejaban de seguir mirando con desprecio al coronel Carlos Castillo Armas, un descolorido militar venido de las capas sociales bajas de la población, al que no quedaba más remedio que aceptar, aunque muchos –incluido el general Rafael Leonidas Trujillo y el propio embajador estadounidense, decidido impulsor del golpe de estado en marcha, durante la primera mitad de 1954- hubieran preferido al general Miguel Ydígoras Fuentes, quien más tarde llegará a ocupar la presidencia de Guatemala.

Es así como se infiere en el transcurso de la novela que, al frustrarse la revolución democrática de Guatemala se pierde una gran oportunidad de modernizar los países de la región, lo que hubiera evitado que los rebeldes cubanos del Movimiento 26 de julio, ante el ejemplo de Guatemala, terminaran alineándose con la Unión Soviética y dándole un rumbo estalinista al proceso revolucionario. Otros revolucionarios mucho más radicales que Árbenz matarán o se harán matar durante las siguientes décadas, algo que se nos plantea en el cierre de una novela, la que no pretende ni puede ser una transposición mecánica de la realidad, de lo que efectivamente pudo haber ocurrido.

Sin vacilación alguna recomendamos la lectura de las 350 páginas de una novela, que deja muy mal parados a los políticos de la región, durante la década de los cincuenta cuando la democracia no pasaba de ser una palabra vacía, todo ello en un escenario en el que se nos muestran una serie de personajes vistos en todas sus miserias y equívocos ante la vida misma, siempre situados entre la realidad y la ficción, donde muchos de ellos habiendo jugado el papel de victimarios, terminaron jugando el de víctimas, también a pesar suyo. Se trataba de tiempos muy rudos para jugar siquiera a la democracia, al estilo liberal estadounidense, y mucho menos hablar de justicia social, o peor aún intentarla, sin ser acusado de “comunista” y agente de los gobernantes del Kremlin moscovita.

 

Enviado por el autor.

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