Ir al contenido principal

En solidaridad con los pueblos que resisten al extractivismo

Esta es una producción del Observatorio de Bienes Comunes de la Universidad de Costa Rica (UCR), en solidaridad con quienes defienden la vida frente al extractivismo en la región.

La Primera Declaración de La Habana, en 1960, recordó que la dignidad no se negocia. Hoy, esa enseñanza sigue vigente: denunciar la violencia extractiva no es “injerencia”, sino la continuidad de una tradición emancipadora que atraviesa la historia de Nuestra América.

Mientras en Venezuela y otros países de América Latina se acusa de conspirar a voces críticas y organizaciones sociales, las grandes corporaciones —como Chevron, aliada de Israel y de sus guerras— continúan firmando contratos millonarios con gobiernos que se presentan como “antiimperialistas”.

El Observatorio de Bienes Comunes de la UCR invita a reflexionar sobre estas contradicciones y sobre lo que callan ciertos discursos políticos, cuando se trata de confrontar el poder del extractivismo y sus impactos en los pueblos.

Le invitamos a leer la nota completa en el sitio del Observatorio de Bienes Comunes UCR:

Nuestra América piensa y resiste: en solidaridad con quienes defienden la vida frente al extractivismo

Porque defender la vida y los pueblos no es traición: es verdadera soberanía.

Llamado urgente a la comunidad afrodescendiente: recuperemos el principio Ubuntu para un activismo genuino

El ciudadano afrodescendiente Marco Levy Virgo, se dirige a todas las personas, organizaciones, ONGs, asociaciones y movimientos que dicen representar a la comunidad afrodescendiente en Costa Rica y más allá. Desde su experiencia de lucha, se observa como ciertos liderazgos, tanto políticos como no políticos, han convertido la identidad, la historia y las luchas en un instrumento para su beneficio personal, alejándose de los valores que unen como pueblo.

El principio Ubuntu —“Soy porque nosotros somos”— recuerda el mandato ancestral de las culturas bantúes: la fuerza radica en la interconexión, la solidaridad, la cooperación y el respeto mutuo. Este principio enseña que no se existe como individuos aislados, sino que el bienestar depende del progreso colectivo, de la responsabilidad compartida y del compromiso genuino con las comunidades.

Es hora de recuperar el principio Ubuntu y transformar el activismo en un movimiento genuino, inclusivo y colectivo. Por ello, se proponen las siguientes acciones urgentes:

  1. Transparencia y rendición de cuentas: Las ONGs, asociaciones y líderes deben abrir sus estructuras, involucrar a las comunidades de base y rendir cuentas claras sobre los recursos que gestionan en nuestro nombre. La confianza se construye con hechos, no con promesas.

  2. Acción colectiva, no individualismo: Basta de cúpulas que priorizan agendas personales. Se necesita un activismo que una a las comunidades de Guápiles, Matina, Siquirres, Talamanca, Limón y Guácimo, trabajando codo a codo por soluciones concretas, como la actualización de planes reguladores costeros que protejan territorios y ecosistemas.

  3. Honrar herencia con hechos: Ubuntu llama a fortalecer la identidad afrodescendiente mediante acciones tangibles que promuevan la pesca artesanal, el turismo ecológico comunitario y la protección de manglares, arrecifes y bosques.

  4. Inclusión de todas las voces: Desde la juventud hasta los mayores, desde las mujeres hasta los pescadores, todos los sectores deben tener un lugar en la toma de decisiones. Esto está respaldado por el Convenio 169 de la OIT y por nuestro derecho ancestral reconocido en la Carta de Independencia de 1821.

No se puede seguir permitiendo que la lucha afrodescendiente sea utilizada como un medio para fines individuales. La exclusión histórica, como la Ley No. 31 de 1935, y las políticas actuales que ignoran los impactos del cambio climático en las costas son pruebas de que tanto el Estado como algunos de los propios líderes han fallado en saldar la deuda histórica con las comunidades. Es hora de que el activismo afrodescendiente adopte el Ubuntu como brújula, transformando el “Poder de Uno” en un movimiento colectivo que garantice justicia, resiliencia y sostenibilidad para todos.

Sesión municipal entre el interés ciudadano y el cálculo político

El Observatorio de Bienes Comunes de la Universidad de Costa Rica (UCR) presenta un análisis de lo sucedido en la sesión ordinaria del Concejo Municipal de Escazú del pasado 19 de agosto, en la que se esperaba debatir sobre el Plan Regulador.

No obstante, la agenda dio un giro inesperado: durante dos horas se expuso un informe sobre Vivienda Municipal y, de forma sorpresiva, se incluyó un nuevo punto para presentar los avances de la Oficina de Plan Regulador.

Lo que no se preparó fue el espacio para la ciudadanía. Afuera del edificio, cerca de cien vecinas y vecinos exigían una participación real en la construcción del Plan Regulador: incidir en las decisiones de zonificación, asegurar que el ordenamiento priorice zonas seguras y comunitarias y no solo negocios inmobiliarios, además de plantear medidas preventivas frente a la creciente presión urbanística.

A esto se suma la preocupación por la zona protectora de los Cerros de Escazú, vital para la recarga hídrica, la biodiversidad y la seguridad ante desastres. La disputa no es solo técnica, se trata de definir si el ordenamiento territorial garantizará condiciones de vida dignas y sostenibles para el cantón o si se impondrán intereses fragmentados y comerciales.

Mientras tanto, dentro de la sesión, la Municipalidad improvisaba con sillas y nunca resolvió los problemas de audio. Lo único asegurado fue la presencia de la Policía Municipal. Quienes asistieron denunciaron la falta de condiciones mínimas para la participación ciudadana y cuestionaron que las audiencias solicitadas iniciaran hasta pasadas las diez de la noche.

La administración, por su parte, defendió la labor de la Oficina de Plan Regulador con más de una hora de exposición, apelando a combatir la “desinformación” ciudadana. Pero lo que quedó en evidencia fue la ausencia de espacios efectivos de diálogo, el uso de advertencias sobre sanciones penales y una dinámica política marcada más por el cálculo que por la construcción de confianza.

El trasfondo revela que el Plan Regulador no es un asunto meramente técnico, en Escazú se entrecruzan tensiones entre agricultura, comercio y zonas residenciales. La presión inmobiliaria acorrala a las familias agricultoras y amenaza la zona protectora, mientras la falta de agua, las inundaciones recurrentes y la mezcla desordenada de usos de suelo son problemas que la ciudadanía identifica día a día.

La sesión se extendió hasta casi la medianoche, cuando finalmente se abrió un espacio para escuchar a la comunidad. Como resultado de la presión vecinal, se propuso convocar una sesión extraordinaria en el Centro Cívico, con condiciones adecuadas para un diálogo más abierto.

Acceda a la nota completa en la página del Observatorio de Bienes Comunes UCR: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/sesion-municipal-entre-el-interes-ciudadano-y-el-calculo-politico/

Conversatorio en Talamanca: Mecanismos de compensación de emisiones de carbono bajo la lupa comunitaria

Comunidades indígenas de Talamanca profundizan en el debate sobre los mecanismos de compensación de emisiones de carbono y sus impactos en la autonomía territorial. El Observatorio de Bienes Comunes de la Universidad de Costa Rica (UCR) ha publicado un artículo que recoge el conversatorio realizado a petición de la comunidad de Alto Cohen.

En el conversatorio se analizaron en colectivo el Plan Ambiental Forestal Territorial (PAFT) y el Contrato de Reducción de Emisiones Forestales (CREF), destacando los cuestionamientos sobre consulta previa, soberanía y las condiciones impuestas por estos instrumentos.

La actividad reunió a personas líderes, mayores y vecinas de Alto Cohen, Barrio Escalante y del territorio bribri, con el fin de desmenuzar de manera colectiva los aspectos técnicos, legales y culturales de estos instrumentos, así como sus impactos en la autonomía comunitaria.

El PAFT es un requisito para que los territorios indígenas accedan a fondos internacionales destinados a la conservación de bosques bajo la iniciativa REDD+. Una vez aprobado, abre la posibilidad de suscribir un CREF, que formaliza la venta de servicios ambientales como la captura de carbono a cambio de financiamiento.

En Costa Rica, el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO), adscrito al MINAE, administra estos contratos y canaliza los recursos. Sin embargo, las cláusulas del CREF establecen restricciones estrictas sobre los usos del bosque y obligan a las comunidades a vigilar y sancionar actividades contrarias a lo pactado.

Durante el conversatorio se cuestionó la validez de los procesos de consulta que dieron origen a estos instrumentos. Voces comunitarias señalaron que la participación fue limitada, sin acceso pleno a información clara ni condiciones de traducción y contextualización cultural.

Esto ha generado conflictos internos y tensiones con las asociaciones de desarrollo que firmaron los contratos, en detrimento del derecho a la consulta previa, libre e informada, establecido en el Convenio 169 de la OIT.

Las personas participantes coincidieron en que el financiamiento condicionado puede restringir usos tradicionales como la cacería, la agricultura y el aprovechamiento de madera, debilitando las formas históricas de gestión territorial de los pueblos bribríes y cabécares.

Para las comunidades, la conservación no puede desligarse de la soberanía sobre el territorio, ni reducir los bosques a meros “servicios ambientales” mercantilizados.

Otro punto de debate fue el rol de las asociaciones de desarrollo indígena, señaladas por tomar decisiones sin un mandato comunitario claro y por no garantizar transparencia en el manejo de los recursos. Se planteó la urgencia de democratizar la información y asegurar procesos amplios de socialización antes de suscribir cualquier acuerdo que afecte a los territorios.

Finalmente, se alertó sobre la incorporación de los PAFT y CREF en lo que se denomina falsas soluciones climáticas: mecanismos que permiten a empresas y países contaminantes comprar compensaciones, en lugar de reducir sus emisiones, mientras trasladan los costos y riesgos a las comunidades indígenas.

Para acceder a la información completa diríjase al siguiente enlace: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/conversatorio-en-talamanca-mecanismos-de-compensacion-de-emisiones-de-carbono-bajo-la-lupa-comunitaria/

Municipalidad de Escazú desconoce a la ciudadanía

SURCOS comparte la siguiente denuncia publicada por la socióloga Ciska Raventós en su espacio de Facebook:

«Estoy fuera de la sesión del concejo municipal de Escazú. Estamos acá alrededor de cien personas.

Vinimos a demandar que haya participación ciudadana en la elaboración de un nuevo plan regulador. Que incluya un nuevo estudio ambiental para que el ordenamiento territorial garantice que se construya en lugares seguros y prevenga desastres.

La respuesta de la alcaldía ha sido llenar buena parte de las barras del público con empleados municipales, y el alcalde presentó una moción de orden en la cual va a presentar durante una hora una «oficina técnica» que la administración se sacó de la manga para elaborar el plan a puerta cerrada dentro de la municipalidad, lejos de la ciudadanía. Seis regidurías la aprobaron.

Las audiencias que la ciudadanía solicitó con anticipación iniciaron después de las 11 de la noche.

¡Qué increíble irrespeto a la ciudadanía!«

Escazú: El Plan Regulador y los mensajes en redes sociales y otros espacios

En Escazú circulan mensajes que buscan desinformar sobre el Plan Regulador y el papel de la ciudadanía en su construcción. El Observatorio de Bienes Comunes de la Universidad de Costa Rica, busca aclarar estas versiones y defender la importancia de una participación ciudadana informada y activa.

Algunos de estos mensajes intentan reducir la participación vecinal a un trámite sin relevancia y desestiman el papel de la Comisión de Plan Regulador. Sin embargo, el manual del INVU señala de forma expresa que esta comisión es un espacio esencial para articular las voces de comunidades, autoridades locales y profesionales técnicos en la toma de decisiones.

También se han difundido afirmaciones que califican la oposición vecinal como “manipulada políticamente”, lo cual busca restar legitimidad a la voz ciudadana. Esto desconoce que la participación es un derecho fundamental y que la democracia local se construye escuchando y tomando en cuenta a la población en los procesos de planificación urbana.

En este sentido, se reafirma que fortalecer la democracia en Escazú requiere promover procesos abiertos, transparentes y respetuosos, donde la comunidad pueda expresar preocupaciones, señalar riesgos y reconocer beneficios, siempre en un marco de voluntariedad y con garantía de confidencialidad.

Le invitamos a leer el análisis completo en el siguiente enlace: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/cuando-un-post-intenta-silenciar-a-la-ciudadania-el-debate-por-el-plan-regulador-de-escazu/

Conversatorio “Decidir desde la comunidad: mecanismos para hacerle frente al desplazamiento e influir en el ordenamiento territorial

El Nodo de Gobernanza Territorial de la Vicerrectoría de Extensión y Vinculación Territorial de la UNED le invita al conversatorio “Decidir desde la comunidad: mecanismos para hacerle frente al desplazamiento e influir en el ordenamiento territorial”. La actividad sera el 21 de agosto de 2025 a las 5:00 p.m., transmisión por ONDA UNED / UNED Puerto Viejo.

Enlace de inscripción: https://forms.office.com/r/S1QWvNtvVg?origin=lprLink

Experiencias de gentrificación en las costas de Costa Rica

Alberto Salom Echeverría

Guanacaste, Limón y Puntarenas: Turismo, transformación y desplazamiento poblacional en las zonas costeras

Introito

La Asociación para el Desarrollo Sostenible y Sustentable Madre Tierra, que me honro en presidir realizó este martes 12 de agosto una actividad sobre las experiencias de Gentrificación en Costa Rica, en el Centro de Cultura de España.

Considero oportuno replicar esta actividad con base en datos fiables que hurgué sobre la Gentrificación, entresacados de fuentes del Banco Central de Costa Rica, en estadísticas de inversión extranjera directa de 2023; de igual manera se revisó información del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas de Costa Rica (CPCECR), en particular el artículo “Mercado Inmobiliario de zonas Turísticas”; también fue consultada la Revista de Ciencias Sociales de la UCR (2022), allí encontramos el artículo intitulado “Turismo y transformación Social en el Caribe costarricense”; además, fue consultado el informe del Estado de la Nación del (2023) en Desarrollo Humano Sostenible y finalmente, artículos varios de la prensa nacional y de revistas digitales.

El concepto

La Gentrificación es un proceso que se ha desarrollado en zonas urbanas, en particular de las regiones costeras de Costa Rica. Con frecuencia, este fenómeno se suele asociar con ciudades grandes, pero como queda expresado en Costa Rica se ha producido tanto en las ciudades urbanas como en las zonas costeras, en las que el turismo internacional, las inversiones privadas y la globalización inmobiliaria han venido alterando cada vez más la vida de las comunidades locales, en particular desplazando y desalojando la mano de obra local de pequeños y medianos productores costarricenses. En adelante se presentarán los datos y características compartidas y particulares en los planos social, cultural y económico en estas tres provincias costeras, las más deprimidas del país, como son Guanacaste, Limón y Puntarenas.

El auge turístico de Guanacaste y la exclusión social silenciosa

En la provincia guanacasteca se ha producido un cambio radical, merced al turismo de lujo que ha conllevado inversión extranjera directa, mediante la compra de tierras por parte de los foráneos y la construcción de infraestructura turística, fenómenos que, han propiciado el crecimiento exponencial del valor del suelo.

La documentación consultada, da cuenta de un significativo desplazamiento de familias guanacastecas de escasos recursos económicos que en su mayor parte eran detentadoras de parcelas de tierra de pequeño y mediano tamaño, hacia las márgenes del mercado inmobiliario, lo que, de un modo imperceptible pero real, ha dado lugar a la pérdida de identidad cultural por parte de estas poblaciones, lo mismo que a tensiones sociales crecientes.

La investigación reporta también que, los productores agrícolas que se dedicaban mayormente a la ganadería o la pesca no lograron, no obstante, engarzarse en el modelo turístico que se fue imponiendo, excepto cuando fueron contratados en trabajos informales y por ende labores no permanentes, de baja remuneración. En muchos casos los antiguos campesinos autóctonos no consiguieron sacar provecho de las nuevas tierras adquiridas en la marginalidad, ya que como se acaba de consignar muchos fueron contratados en trabajos turísticos como la construcción de obras de infraestructura. Concluida la faena, muchos otros perdieron la oportunidad de reiniciar sus labores en las propiedades recién adquiridas. Estamos aquí en presencia de un evidente proceso de exclusión social de los campesinos por parte de los poderosos inversionistas extranjeros. Estos procesos fueron patentes en zonas como Tamarindo, Nosara y Playa Grande.

La Gentrificación incipiente en Limón ha dado cuenta de tensiones históricas

El fenómeno de la Gentrificación en Limón lleva retraso con respecto a Guanacaste, pero ha comenzado con fuerza en lugares como Puerto Viejo de Talamanca y Cocles, donde precisamente el turismo internacional ha crecido en la última década.

El tipo de población que prevalece en Limón es muy diferente a la de Guanacaste y Puntarenas, puesto que la de Limón es una población afrodescendiente e indígena, pero que han presentado históricamente una fuerte resistencia hacia la exclusión de la que han sido víctimas desde la colonia en el caso de los indígenas. En Puerto Viejo, los extranjeros y en menor medida personas adineradas de Costa Rica han comprado propiedades, algunas para usufructo particular o para alquilar; además se han construido hoteles y comercios que están orientados principalmente a población turística europea y estadounidense. Estas actividades mercantiles han provocado un aumento de los precios de las tierras y los servicios.

De la literatura consultada entresacamos que las comunidades autóctonas han cedido el control sobre su entorno cultural y se han visto afectados en el plano económico, pese a la existencia de iniciativas menores de turismo comunitario, cuyo afán es aprovechar la iniciativa generada por los inversionistas extranjeros para desarrollar emprendimientos, si bien de mucho menor cuantía. La competencia en este sentido no tiene parangón entre la inversión extranjera y los esfuerzos de los emprendimientos locales que, evidentemente son de mucho menor rango. De ahí que -dice la investigación-, la gentrificación en Limón es hasta ahora más sutil, pero ha desplazado siempre emprendimientos autóctonos y está jalonada de otras complejidades étnicas, raciales y territoriales.

En algunas regiones como Gandoca-Manzanillo, como se ha visto recientemente los inversionistas privados, nacionales en este caso han comenzado a invadir inapropiadamente tierras del Estado, otorgadas de manera aparentemente fraudulenta por parte de la misma municipalidad, en convivencia con el SINAC y el Ministerio de Ambiente; estas actividades han afectado los humedales de un alto valor ecológico. La situación ha creado un clima de gran inquietud tanto entre moradores de la zona, así como por parte de organizaciones ambientalistas, todos los cuales luchan por la defensa de este patrimonio.

La Gentrificación en Puntarenas, apuntala el desarrollo desigual y ha producido además desplazamiento turístico

La característica principal en Puntarenas muestra un proceso de gentrificación que como reseña la literatura, es fragmentado y notoriamente desigual. Esta impronta ha sido patente en ciudades como Jacó, Montezuma y Santa Teresa, para citar algunas de las más connotadas.

En estos casos se han establecido comunidades extranjeras de alto poder adquisitivo, las cuales han transformado completamente el paisaje, la oferta comercial y los patrones de consumo.

El caso de Santa Teresa, reseña la investigación es paradigmático debido a la gentrificación acelerada que se ha producido en ella. Se señala literalmente que: “terrenos costeros han sido adquiridos por inversionistas extranjeros, las construcciones de lujo proliferan, y los precios de la vivienda han subido a niveles imposibles para los habitantes locales. -Y en adición se agrega- Como en Guanacaste, muchas familias puntarenenses han sido desplazadas a comunidades periféricas que carecen de servicios básicos. En contraste, otras partes de Puntarenas (como la ciudad de Puntarenas misma) han quedado marginadas del desarrollo turístico, profundizando la desigualdad regional.

Sinopsis comparativa de la gentrificación en las tres provincias

(Patrones comunes y diferencias)

Patrones comunes: Las tres provincias como se puede observar comparten algunos patrones comunes entre sí, derivados de las inversiones que se llevaron a cabo. En los tres casos operó una población que proviene del exterior y que posee recursos económicos en abundancia como para haber podido realizar obras de infraestructura de calidad con lo que, en lo medular, los emprendimientos nacionales no han podido competir. Por añadidura, los extranjeros que han llegado a invertir en la industria turística en el territorio costero costarricense son ajenos por completo a la cultura de las comunidades locales y sin interés alguno por compenetrarse con ella. Por eso mismo, se produjo la expulsión de población local de su zona originaria, sin contemplaciones de ninguna naturaleza, lo cual ha incidido en una mengua del nivel de vida que ostentaban, así como también se han visto afectados los valores y prácticas culturales ancestrales. En la mayor parte de los casos, cuando los nacionales no lograron organizarse para combatir hasta derrotar el atropello del que fueron objeto, ha sobrevenido la dispersión de aquellos sectores de la comunidad que fueron despojados de la tierra y con ello se trastornó su cosmovisión. En lo económico, en los tres casos se revalorizó el suelo y se encareció el costo de la vida, con grave perjuicio tanto para la población directamente despojada de sus pertenencias, como para la población pobre en general de todo el entorno. Por último, el espacio físico, el paisaje se ha desnaturalizado transformándose en un modelo que se asemeja a los patrones turísticos internacionales, ajeno por lo tanto al contexto nacional en particular aquel del que emergió la población autóctona. Muy poco, por no decir nada quedó de los nexos tradicionales que compartían con el resto de la población que allí se ubicaba.

Diferencias: En un estudio editado por FLACSO en el 2014, cuya coordinación estuvo a cargo del sociólogo Abelardo Morales Gamboa, se describe la explosión de la construcción de megaproyectos turísticos en las zonas costeras, con especial énfasis desde el 2005. Morales refiere concretamente la inversión en proyectos inmobiliarios, turísticos y de locales comerciales que requirieron la contratación de mano de obra tanto de la región como de afuera. En el 2005, apunta Morales las provincias de Guanacaste y Puntarenas absorbieron la mayor parte de la inversión en construcción de recursos inmobiliarios, 67% para Guanacaste y 23% para Puntarenas, desplazando a San José a una tercera posición con un 17%. O sea, las dos provincias costeras sometidas al auge del turismo inmobiliario desplazaron a la capital del país, respecto de la atracción de recursos para la construcción. (Ref. “Escenarios sociopolíticos de las Migraciones en Costa Rica y Colombia”. Morales Gamboa, Abelardo coord. 1era. ed. San José, Costa Rica. FLACSO, 2014). Más adelante Morales refiere que, “Las distintas expresiones de la migración de relevo pueden darse, inclusive, de manera simultánea, así como pueden primar unas sobre otras en distintos momentos. En la fase de la acumulación por despojo se produjo en Guanacaste una intensiva expulsión de fuerza de trabajo, mientras que el ciclo posterior, el de atracción, sustentado en la rotación de la mano de obra, se consolidó una etapa de abaratamiento de la mano de obra a partir del aprovechamiento de flujos de inmigración permanente o temporal de relevo, según las necesidades de demanda del mercado de trabajo. (Ref. Ibidem. pág. 19)

Guanacaste es la provincia como se desprende de varias de las investigaciones sobre el fenómeno de gentrificación, donde el proceso se ha dado con mayor intensidad. De las tres Limón es señalada como la que va a la saga, pero con una intensidad media incipiente. En lo concerniente a los actores clave del proceso también se presentan diferencias. En Guanacaste el proceso ha sido capitaneado por inversionistas extranjeros; en Limón, consigna la investigación los protagonistas son más bien residentes extranjeros, mientras que en Puntarenas se trata de inversionistas del sector turístico y del sector inmobiliario.

Por otra parte, cada provincia posee características únicas tales como: Guanacaste mantiene una alta presencia del sector turístico con una fuerte exclusión residencial. En Limón la característica más sobresaliente es una alta tensión cultural-racial, matizada por un turismo alternativo y comunitario. En Puntarenas se trata de una gentrificación marcada por la desigualdad, y por otra parte zonas aisladas frente a otras olvidadas.

¿Y si el río que siempre se ha usado para recreación se convirtiera en una zona de extracción?

Observatorio de Bienes Comunes UCR les invita a reflexionar sobre el valor de lo común y la importancia de participar en decisiones que afectan el entorno. Imagina que una concesión permita intervenir un tramo del río que tantas veces se ha disfrutado en familia… un lugar que no solo forma parte de la vida diaria, sino que también representa un atractivo turístico, la belleza y tranquilidad que comparten visitantes y comunidad.

Puede visitar la página para leer la nota completa en el siguiente enlace: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/hablemos-de-supuestos-y-si-un-rio-usado-para-recrearse-se-convirtiera-en-una-zona-de-extraccion/

Ante grave crisis climática las comunidades afectadas por las plantaciones de piña hacen un llamado a la comunidad financiera

Comunidades costarricenses afectadas por 40 años de producción industrial de piña comparten con inversionistas y aseguradoras internacionales un caso emblemático sobre la vulnerabilidad de la piña, aumentada por la crisis climática y del sector de los seguros.

Necesitamos un enfoque actuarial para afrontar, en lugar de negar o ignorar, los escenarios extremos en una de las principales industrias de Costa Rica. Hacemos un llamado a quienes comprenden lo vulnerable que se está volviendo la agricultura industrial en un mundo en el que el ciclo del agua está roto para poder contestar si debiéramos hacer una transición hacia una economía post- piña.

San José, Costa Rica—Ante la gravedad de la crisis climática y de seguros, cada vez más interconectadas y en rápida aceleración, que se hacen cada día más evidentes a través de las inundaciones, olas de calor y sequías que alteran trágicamente cada rincón del planeta, las comunidades afectadas por las plantaciones industriales de piña en Costa Rica hacen un llamado abierto a la comunidad financiera internacional, en particular a las aseguradoras.

Solicitamos ayuda para afrontar los escenarios extremos que se nos avecinan, a medida que la crisis de seguros se profundiza, dejándonos en mayor vulnerabilidad ecológica, social y económica.

Dada la rapidez con la que está cambiando el clima y cómo la industria aseguradora está respondiendo a la presión para dejar de asegurar a las industrias extractivas, nos preguntamos: ¿Cuán viable es la piña industrial, una industria extractiva de la que nuestras familias y amigos han dependido durante décadas? Necesitamos ayuda para responder a esta pregunta.

Conscientes del ejemplo de Hawái, marcado por sucesivas generaciones de una economía extractiva similar a la de Costa Rica (piña, caña de azúcar, ganadería, turismo a gran escala), el llamado a las aseguradoras surge en parte de comunidades que desean evitar lo peor de la experiencia de Hawái.

La carta documenta 40 años de daños ecológicos y económicos causados por la piña industrial, a la vez que reconoce que la mayoría de las comunidades donde se cultiva la piña la apoyan por el empleo que genera. Destaca el legado de ríos, acuíferos y humedales contaminados; el maltrato a los trabajadores y los efectos negativos en su salud (y en la de las comunidades aledañas); la influencia indebida de las empresas piñeras en las instituciones estatales; y la creciente presencia del narcotráfico en las zonas donde se cultiva piña.

También subraya los riesgos que implica permitir que las corporaciones expandan su influencia más allá de sus campos, convirtiéndose en líderes en la gestión de las cuencas donde operan. Esto concuerda con el modelo cada vez más extendido de gestión global del agua, tanto a nivel de cuenca como en influyentes foros mundiales sobre el agua, en los que el capital privado y la influencia (corporaciones, fundaciones conservadoras, gestores de activos y fondos de capital privado) están asumiendo roles que antes ocupaba el sector público en la financiación y el diseño de políticas hídricas.

En esencia, la historia de la piña industrial en Costa Rica se centra en cómo usamos el agua como sociedad y quién decide al respecto. El dominio de la industria a nivel de cuenca dificulta que cualquier actor que cuestione la viabilidad de la piña —y que impulse el debate sobre las necesidades futuras— participe plenamente en conversaciones dominadas por actores corporativos y aliados en el gobierno, agencias internacionales de ayuda y ONGs. Esta incapacidad para abordar una gama mucho más amplia de escenarios —incluida la necesidad de que los productores de piña abandonen las cuencas donde se ubican— es lo que se está volviendo alarmante en un mundo que se calienta rápidamente y se está volviendo inasegurable. Las mejores prácticas en la gestión del agua en un mundo en calentamiento requieren, ante todo, una participación significativa de los actores clave que permita afrontar la mayor variedad de escenarios.

Sobre todo, nos preguntamos: ¿Por qué el sector asegurador sigue asegurando una industria en la que cada vez es más difícil plantear preguntas difíciles sobre la captura corporativa de los suministros de agua y, por lo tanto, garantizar que los productores de piña tengan el agua que necesitan?