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8M Nuestras luchas

Macarena Barahona Riera

Teniendo por mejor en mis verdades consumir vanidades de la vida que consumir la vida en vanidades” Juana Inés de la Cruz

La huelga de trabajadoras de Nueva York en 1857 por mejores condiciones de trabajo, por disminuir la jornada laboral en la fábrica Cotton y donde mueren 129 mujeres, por un incendio provocado, del cual no pudieron escapar.

El tributo a ellas y la memoria de más de siglo y medio de luchas de las mujeres por mejorar la vida en toda sus dimensiones, fue el inicio levantado en su momento por Alexandra Kolontai en la Rusia revolucionaria, por Rosa Luxemburgo en la Internacional Socialista / víctima también de la violencia patriarcal fascista/, y es desde el año de 1975 que la Asamblea de las Naciones Unidas decide incluir esta fecha en las conmemoraciones mundiales.

Celebremos estos 50 años de Conmemoraciones del 8M, que ha ido creciendo en todo el mundo.

Revisemos su significado histórico y político, y a la vez, construyamos el reconocimiento mundial a las mujeres que pertenecen a la clase trabajadora, a las campesinas, las operarias, las burócratas, las de los diferentes gremios profesionales, técnicos, las asalariadas, a las mujeres migrantes que sobreviven a las guerras y a los desastres naturales y políticos.

Hace 168 años que estas mujeres, probablemente migrantes europeas (Nueva York es fundado por migrantes) pobres, valientes, como son las mujeres cuando emigran, ellas se organizan, ellas deciden luchar, se defienden de la voracidad del capitalismo, se reconocen portadoras y creadoras de riqueza, se dignifican ante nuestro presente donde las mujeres no se perciben a sí mismas como creadoras de capital, generadoras de la riqueza que nuestra clase oligarca guarda en paraísos fiscales, evadiendo los impuestos, para no compartir con la sociedad esa riqueza producto del trabajo de hombres y mujeres.

Empleo, salario, trabajo, producción, educación, arte, ciencia, de la mano de mujeres poderosas y débiles. De la mano de las trabajadoras que luchan por mejores condiciones de trabajo, de las maestras, de las docentes, de las trabajadoras del sector público que luchan por defender nuestro código de trabajo y garantías sociales de la voracidad de políticos y empresarios.

Reconocer y revalorar el trabajo de la campesina, de la obrera agrícola que corta la piña, empaca la yuca, lava el banano, planta las flores, ¿Tendrán todas seguro social?, ¿Tendrán salario mínimo? ¿Tendrán los meses de maternidad? ¿Tendrán sindicato?

¿Sabemos desde la academia y la cultura política, las condiciones de vida de la clase trabajadora, de las mujeres responsables de sus familias, cuidadoras del presente y el futuro, conocemos sus necesidades, sus esperanzas?

Los derechos humanos de las mujeres son el derecho a la educación, el derecho a la salud, el derecho al desarrollo, el derecho al trabajo, derecho a la participación política, derecho a una vida libre de violencia, derechos sexuales y derechos reproductivos.

Nuestro mayor reto es el derecho a la no violencia, a la paz en la sociedad y en cada familia costarricense para erradicar las muertes y agresiones.

Luchar en contra de la violencia, es defender la democracia, es luchar por La Paz, es construir desarrollo, es el futuro para que las mujeres puedan ser libres. Y en menor desigualdad en todos sus derechos.

Las luchas son también por un pensamiento feminista, que incorpore los aportes de las mujeres, que sea descolonizado, donde la sabiduría de los pueblos originarios y afrodescendientes sea conocimiento y ciencia, donde la naturaleza y el agua tenga derechos, donde las academias e instituciones de salud y de educación eliminen desigualdades.

Las mujeres debemos crear nuestro propio algoritmo, ser solidarias, sororarias, cocuidarnos, sabias de nosotras, Macarena Barahona Riera

8M luchas de las mujeres 50 años de Conmemoraciones del 8M Día Internacional de la Mujer mujeres derechos violencia coeducarnos y reconstruirnos democráticamente, horizontalmente en la libertad y el valor de las obreras de Nueva York de hace 168 años que recordamos cada 8M desde hace cincuenta años!

¡Ni una menos!

Imagen: Invitación al conversatorio acerca de los 50 años de reconocimiento del día por los derechos de las mujeres. Puede ver la nota aquí.

Trabajadoras de la salud afiliadas a UNDECA rechazamos violencia contra las mujeres que ejerce el presidente Rodrigo Chaves

Manifiesto feminista

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, este 8 de marzo, hacemos público nuestro rechazo expreso y solicitud para que cese de inmediato la violencia contra las mujeres que es latente y evidente en los discursos y actuar del presidente de la República Rodrigo Chaves.

Señor Rodrigo Alberto de Jesús Chaves Robles, presidente de la República Soberana y Democrática de Costa Rica, las mujeres trabajadoras de la Caja Costarricense de Seguro Social, miembros del Sindicato Unión de Empleados de la Caja Costarricense de Seguro Social (UNDECA), hacemos manifiesto nuestro rechazo absoluto a la violencia contra la mujer orquestada por su persona desde su narrativa misógina, que usted a naturalizado, normalizado, legitimado e institucionalizado en nuestro país, desde el ejercicio de su mandato presidencial, como jerarca del Poder Ejecutivo, amparado en su inmunidad política.

Hacemos una solicitud pública, para el cese inmediato de la violencia simbólica contra la mujer, que realiza cada miércoles, en las conferencias de prensa, donde se documenta públicamente, su retórica patriarcal.

Usted señor presidente es hijo de una mujer, está casado con una mujer y tiene dos hijas mujeres, el reconocimiento de la importancia de la mujer en su vida es el principal motivo para abandonar el mandato machista, del cual usted es la principal víctima.

El presidente de la república tiene la obligación primaria de dirigirse con respeto, utilizar el lenguaje adecuado y no violentar a la mujer “NI CON EL PÉTALO DE UNA ROSA”. Su comportamiento es contrario al que su embestidura le exige.

Costa Rica es un país donde se violentan cotidianamente los Derechos Humanos de las mujeres; tenemos la convicción irrenunciable, que el cambio nace, desde una construcción de un tejido social sano, donde se luche contra la desigualdad, se brinde las oportunidades de desarrollo humano, desde el conocimiento de la importancia de la mujer y su rol fundamental en la familia, el trabajo y la sociedad costarricense.

Este documento persigue realizar el primer paso; llamar las cosas por su nombre; usted es un ejemplo de violencia contra la mujer que es inaceptable, cumple con el mandato machista mediante un discurso de odio, que cosifica a la mujer como un ser subordinado a “perro faldero”.

Esta experiencia denominativa se convierte en la herramienta de visibilización, en evidencia ante el ojo público nacional e internacional, en un grito de protesta ¡BASTA YA!

Muchas mujeres nos sumamos a la lucha contra la violencia, la crueldad, el femicidio que se construye desde las palabras y se materializa en muertes de madres, hijas y esposas todos los días en Costa Rica.

Mujeres del Sindicato Unión de Empleados de la Caja Costarricense de Seguro Social

Conmemoración del 08 de marzo 2025, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER.

Bitácora de un sufragio

Alejandra Espinoza Arias

Comparto un trabajo hecho en honor a mi abuela, a todas las abuelas que defendieron el voto femenino y a todos los hombres y mujeres que han creído en utopías.

Hoy 8 de marzo solo deseo un día inclusivo donde hombres y mujeres caminemos juntos, de la mano, amando y respetando nuestras diferencias, siempre de cara al sol.

Le invitamos a ver y escuchar Bitácora de un sufragio.

Mujeres indígenas: Seguiremos en pie, somos semillas, descendientes de las abuelas que han luchado por más de 5 siglos

Nosotras las mujeres indígenas Malekus, Bribris, Brörán, Cabécares, Brunkajs, Chorotegas, Ngabes -Buglé y Huetares, seguiremos en pie, somos semillas, descendientes de las abuelas que han luchado por más de 5 siglos.

Este Día de la Mujer, “conmemorar” va más allá del discurso, es un llamado alzar la voz, seguir construyendo con amor en la sociedad sin discriminación, sin apartheid de género, en la política, en el hábito cultural y espiritual, honrar a las hermanas que no nos acompañan físicamente, pero que llevamos presente en esta lucha, en la lucha de cada una, en nuestros rezos y ceremonias, en nuestra vida diaria, en el fuego del fogón, en cada pensamiento y en cada palabra. Hoy 08 de marzo, levantamos la voz por nosotras, por las mujeres que aún no pueden levantar la voz, en espacios comunitarios; si hablamos: somos tratadas como locas, peleonas, histéricas. Vivimos bajo el yugo del neocolonialismo patriarcal y machista de la sociedad, abonado por el mismo Estado y sus instancias, que, en vez de brindar apoyo, nos oprimen, utilizan y discriminan.

Nosotras las mujeres indígenas, mujeres cuidadoras y portadoras de conocimientos ancestrales, portadoras de Clanes, de tejido espiritual, de cantos e historia sagradas, nos unimos a esta lucha común por nuestros derechos, para qué las empresas extractivistas dejen de llevarse nuestros recursos con falsas soluciones a nuestros Territorios ancestrales. Que el Estado todo, reconozca y cumpla su compromiso con nosotras, como actoras pensantes y sujetas de derechos, y no así como lo ha hecho históricamente, invisibilizándonos y cuando reclamamos nuestro derecho, nos persiguen y criminalizan.

Repudiamos el uso de nuestra imagen en revistas, en portadas de Informes de Derechos Humanos y Desarrollo, folclorizando nuestras raíces profundas y sagradas, que han resistido por más de 525 años, en este Estado costarricense.

Marchamos para denunciar las amenazas e inoperancia del Estado y sus Instituciones, su política represiva hacia las compañeras recuperadoras de Tierra – Territorio, criminalizadas por denunciar talas ilegales y contaminación de ríos, sólo por el hecho de ser mujeres luchadoras, pero aún más, por el hecho de ser mujeres indígenas, por tener un Clan, por vivir de la tierra, por usar vestidos al estilo ancestral, por exigir vida digna para nuestros Pueblos; Marchamos por nuestra autonomía, por el Buen Vivir, por cada decreto y proyecto que se nos impone, sin realizar la debida consulta libre, previa e informada en nuestros Territorios. Marchamos por las hermanas y familias de cada mujer asesinadas, desaparecidas y agredidas en este país, en Aby Ayala y el mundo, porque así como las mujeres son violentadas de muchas maneras, históricamente los pueblos indígenas también hemos sufrido asesinatos, desapariciones y exterminio.

Las mujeres Malekus, Bribris, Brörán, Cabécares, Brunkajs, Chorotegas, Ngabes -Buglé y Huetares, seguiremos en pie, como históricamente hemos resistido en este país; somos semillas somos descendientes de las abuelas que han luchado por más de 5 siglos.

08 de marzo 2025.

Mujeres del Frente Nacional de Pueblos Indígenas – FRENAPI.

No hay democracia sin las mujeres: Un Llamado a fortalecer la protección y la justicia para las Mujeres

Sábado 8 de marzo, 2025 Costa Rica.

Comunicado

Hoy 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, Costa Rica enfrenta una preocupante y creciente crisis de violencia contra las mujeres, evidenciada en un alarmante aumento de los femicidios. Solo en los dos primeros meses de este 2025, el país ha registrado un tercio de los femicidios ocurridos durante todo el año 2024.

Esta situación de emergencia nacional nos exige un compromiso colectivo de todas las instituciones, sociedad civil y actores clave para frenar esta violencia y proteger a las mujeres en todo el país, porque sin las mujeres no hay democracia y sin democracia no podemos fortalecer la justicia social en Costa Rica.

Es evidente el debilitamiento de las políticas públicas que ha dejado en desamparo a cientos de mujeres que hoy temen por su vida. Datos oficiales del INEC en su informe sobre femicidios (2024) muestran que la tasa pasó de 0.97 en 2022 a 1.00 en 2024, lo que significa un incremento del 69.49% de femicidios con una alarmante inacción estatal.

Según datos del Semanario Universidad (2023) las mujeres en el sector agroalimentario representan el 15.6% del sector, no obstante, el acceso a tierra para mujeres solo representa un 8.1%, si pensamos en el sector laboral, la reducción de derechos persiste, en el país la participación laboral de mujeres para el 2020 se redujo en un 46%. CEPAL (2020) y para el 2024 la brecha salarial en mujeres fue del 33% respecto los hombres.

Las cifras son claras hay un retroceso en materia de derechos humanos de las mujeres, el número de femicidios ha aumentado, y muchas mujeres aún viven bajo el temor constante de ser víctimas de violencia. La realidad nacional refleja la urgencia de fortalecer las políticas públicas existentes, garantizar que los recursos sean destinados de manera efectiva y crear nuevas estrategias de prevención que involucren a la sociedad en su totalidad.

Es esencial reforzar el trabajo de las instituciones encargadas de la protección de las mujeres, como el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), así como fortalecer la colaboración entre el sector público y privado, garantizando que las políticas de prevención, protección y sanción  estén bien implementadas y sean accesibles a todas las mujeres, en especial a aquellas en situaciones de vulnerabilidad, como las mujeres con discapacidad, mujeres indígenas, mujeres negras, mujeres trabajadoras del sector público y privado, mujeres del campo, mujeres en el trabajo informal y las mujeres trabajadoras remuneradas del hogar.

Por lo anterior, desde las organizaciones sociales, productivas, académicas, grupos de la sociedad civil y comunidades, hacemos un llamado a una acción conjunta, centrada en soluciones reales y sostenibles. Un llamado urgente para que el gobierno de Costa Rica garantice protección y justicia para las mujeres.

Es fundamental que se continúe promoviendo la educación sobre igualdad de género y el respeto a los derechos de las mujeres desde una edad temprana, y que los sistemas de justicia respondan de manera ágil y efectiva a los casos de violencia, asegurando que las víctimas reciban la protección, reparación y justicia, porque la violencia de género no solo es un problema de seguridad, sino también de justicia social.

Debemos seguir trabajando por una cultura de igualdad, que no solo prevenga la violencia, sino que también elimine las estructuras que perpetúan la discriminación y la desigualdad en nuestra sociedad debemos seguir trabajando por una cultura de igualdad, que no solo prevenga la violencia, sino que también elimine las estructuras que perpetúan la discriminación y la desigualdad en nuestra sociedad.

En Costa Rica la democracia no existe sin las mujeres, no podemos permitir que se normalice la violencia y que se retrocedan derechos humanos conquistados para las mujeres en su diversidad. Exigimos acciones concretas en que puedan salvar vidas y justicia para todas las víctimas de femicidio, con reparación integral para sus familias.

Nos sumamos a las demandas de los diferentes movimientos de mujeres en Costa Rica, a marchar en todo el país este 8 de marzo, por los derechos humanos de las mujeres, porque la lucha contra la violencia género, es una tarea de todos y todas.

Solo mediante acciones concretas y presencia real del Estado, desde un enfoque integral, que involucre a la familia, las instituciones, las organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía, podremos garantizar un Estado de bienestar, un país realmente democrático.

¡Por una Costa Rica sin violencia y con justicia para todas las mujeres!

Pronunciamiento Ecofeminista

El modelo extractivista que rige el desarrollo en Costa Rica se sostiene sobre una lógica de explotación que somete tanto a la naturaleza como a los cuerpos de las mujeres. La misma mentalidad que permite la destrucción de bosques, ríos, mares y territorios en nombre del «progreso» es la que reduce a las mujeres a meros recursos dentro de un sistema económico que invisibiliza sus aportes y precariza sus vidas. En este 8 de marzo, denunciamos que la devastación ambiental y la opresión de las mujeres son dos caras de un mismo sistema patriarcal y colonial que debe ser desmontado.

El derecho a un ambiente sano es un derecho humano fundamental, pero su acceso no es equitativo. Las mujeres, especialmente en comunidades rurales, costeras y las mujeres indígenas en las recuperaciones de tierra, enfrentan mayores obstáculos para acceder a recursos naturales, tierras, mares y agua potable, a pesar de que son ellas quienes sostienen las economías de cuidado y la producción de alimentos. La justicia ambiental no puede lograrse sin justicia de género; por ello, exigimos políticas públicas que garanticen la participación activa de las mujeres en la toma de decisiones ambientales y que reconozcan su rol esencial en la conservación de la biodiversidad y la protección de los bienes comunes.

Las mujeres en Costa Rica han estado al frente de innumerables luchas por la defensa del agua, los bosques, los mares y la soberanía de sus comunidades, enfrentándose a megaproyectos mineros, monocultivos y la expansión turística descontrolada. Sin embargo, muchas de ellas sufren amenazas, violencia y criminalización por resistir. Casos emblemáticos como el de María del Mar Cordero, asesinada en 1994 junto a otros ambientalistas de la Asociación Ecologista Costarricense (AECO), evidencian los riesgos que enfrentan las defensoras del medio ambiente en el país. De igual manera, la canadiense Kimberly Blackwell, reconocida por su trabajo en conservación, fue asesinada en su casa en Costa Rica en 2011.

La criminalización y las amenazas contra defensoras ambientales en Costa Rica son estrategias de intimidación utilizadas para silenciar la protesta y frenar la denuncia contra industrias extractivas. Casos como el de Sonia Torres, enjuiciada por la minera Posesiones Gran Galaxie S.A., o Marta Blanco, demandada por Ríos Minerales, evidencian esta realidad.

Las agresiones también incluyen ataques directos, como el sufrido por Erlinda Quesada, quien fue blanco de una bomba casera, después de una acción en la Ruta 32, tras denunciar el comercio ilegal de madera. Asimismo, activistas como Anacristina Rossi, Patricia Sánchez Lurueña, Marianela Fournier, Marta Castro Bolaños, y Kiana Waltraud, han recibido amenazas por su lucha en defensa del Refugio Gandoca-Manzanillo y la denuncia de proyectos destructivos.

Estos casos reflejan el riesgo que enfrentan las mujeres que defienden el medio ambiente y la urgencia de garantizar su seguridad y reconocimiento, y reflejan la impunidad que rodea la violencia contra defensoras ambientales y la urgencia de medidas de protección.

Este 8 de marzo, exigimos garantías para la seguridad de las defensoras ambientales, así como el reconocimiento de su labor como un pilar fundamental para la sostenibilidad del país. No puede haber justicia climática sin protección para quienes arriesgan sus vidas por el planeta.

El cambio climático no afecta a todas las personas por igual. En Costa Rica, las mujeres de comunidades costeras y rurales son de las más golpeadas por la erosión, la sequía y los desastres naturales que ponen en riesgo su seguridad alimentaria, su vivienda y su salud. Sin embargo, las estrategias gubernamentales siguen ignorando este impacto diferenciado, perpetuando la desigualdad de género en la crisis ecológica. Demandamos políticas climáticas con enfoque de género que atiendan las necesidades de las mujeres, fomenten su autonomía económica y garanticen su acceso a recursos esenciales.

Frente a la crisis ambiental y social, las mujeres han construido alternativas basadas en el cuidado de la vida, la agroecología y el manejo comunitario de los recursos naturales. Las redes de mujeres productoras, las guardianas de semillas y las defensoras de la soberanía alimentaria demuestran que es posible otro modelo de desarrollo, uno basado en la regeneración de la naturaleza y la equidad social. Apostamos por una economía feminista y ecológica que ponga en el centro la vida y no la acumulación de riqueza; una economía que valore el trabajo de las mujeres y su conocimiento ancestral para la protección de los ecosistemas.

Bloqueazul

Bloqueverde

Defensores de la Casa Común

Eco Bichotas

COVIRENA Caribe Sur

Costa Rica por el Océano

Grupo Organizado de Cabuya, Montezuma

Talamanca Siempre Verde

ProBae Cuencas Hidrológicas Ojo de Agua, Belén

Un día como hoy debemos comprometernos… Día Internacional de la Mujer

Por: Ph.D Álvaro Martín Parada Gómez
Académico-Universidad Nacional

El día Internacional de la Mujer nos convoca a denunciar las desigualdades en torno a los derechos de las mujeres persistentes aún hoy en nuestro país y en el mundo entero.

Las mujeres, que han sido las principales responsables de cuidar y reproducir la vida, han tenido que lidiar con el peso de un sistema político-económico construido desde su invisibilización, con una institucionalidad que legitima muchas veces la desigualdad.

En Costa Rica, tenemos largo camino por recorrer, las cuentas nacionales evidencian que el trabajo de cuidados no remunerado representa el 21,3% del PIB, y es realizado principalmente por mujeres. Ese trabajo, fundamental para el funcionamiento de nuestra sociedad, tiene consecuencias económicas, sociales, políticas y de salud para las mujeres, quienes por su causa presentan una mayor dependencia económica y junto a ello son sujetas de múltiples tipos de violencias que deben erradicarse.

Desde la Universidad Nacional, que ha sido además enriquecida y diversificada desde lo epistémico, cultural, administrativo, político y en el mantenimiento de sus espacios por miles de mujeres a lo largo de estas décadas, debemos continuar en la defensa y lucha por el cumplimiento efectivo de los derechos de cada una de las mujeres que integran nuestra institución, en este sentido, cada una de nuestras áreas sustantivas ha venido aportando y además desde el quehacer extensionista se ha logrado catapultar los hallazgos y experiencias hacia el trabajo conjunto con comunidades y localidades, donde se amplían las brechas de género.

Las mujeres que estudian, que colaboran en las gestiones administrativas y de limpieza, las investigadoras, las extensionistas y las que asumen nuestra mayor vocación que es la docencia, son imprescindibles en nuestra querida UNA y son merecedoras de entornos que respeten cada uno de sus derechos, al igual que todas las mujeres que habitan nuestro país.

Un día como hoy debemos sumarnos al cambio necesario para darle paso a una sociedad costarricense que respete y custodie la vida de las mujeres, y preocuparnos por la ola de feminicidios que nos azota. Un día como hoy, lejos de celebrar debemos comprometernos con el cambio necesario con la justicia y equidad de género.

Voces de fe contra la violencia de género

Denunciamos los femicidios, la violencia y la invisibilización de las mujeres en Costa Rica.

“No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (Hch 4,20).

Carta abierta a las Iglesias y comunidades de fe, en especial a las jerarquías de la Iglesia Católica, Iglesia Luterana, Iglesia Adventista, Federación de Alianza Evangélica, Iglesia Episcopal Costarricense, Comunidad Bahaí, Asociación Budista, Comunidad Musulmana, Comunidad Judía, Sociedad Bíblica de Costa Rica, Gedeones Internacionales, y a la comunidad costarricense en general.

Costa Rica vive una ola de violencia sin precedentes contra las mujeres. Los medios de comunicación han dado a conocer los recientes casos de femicidio, desaparición, maltrato y otras formas de violencia contra las mujeres. Aunque hay casos que permanecen ocultos, ya sea por las instituciones, las personas familiares o la vecindad, muchas veces por temor a represalias o de la exposición pública.

Esta realidad responde a una coyuntura que fortalece y promociona valores del sistema dominante, caracterizado por el autoritarismo, la verticalidad, la imposición, el machismo, el racismo, la xenofobia y la homofobia, todos rasgos de “la militarización de la sociedad”, violencia patriarcal que se proyecta en las relaciones de pareja, familiares, laborales, deportivas, político/económicas y por supuesto en lo religioso.

Esta violencia alcanza todos los estratos sociales, lugares geográficos, Instituciones del Estado, organizaciones, partidos y liderazgos; que conllevan a “un” pensamiento único que desprecia, discrimina, persigue y reprime lo diferente y diverso.

Esta promoción sistémica y sistemática, se une a la campaña solapada pero abierta con discursos de odio, hacia personas extranjeras y de preferencia sexual diversa, lo que promueve y justifica la violencia, el femicidio y el etnocidio. Lo más lamentable es que muchas de estas destructivas acciones provienen de personas ubicadas en las estructuras de gobierno, cúpulas político/religiosas, que envían una señal equivocada, con lo que alientan a los responsables de la violencia, incluso usando la falsa y criminal premisa de la inexistente e imaginaria “Agenda de Género”. De esta forma, impiden avanzar y fortalecer derechos, apadrinan y son cómplices – por acción y por omisión – de la violencia y la impunidad femicida.

Las acciones en favor de la violencia y el silencio cómplice, nos esclaviza la consciencia como sociedad y nos vuelve esclavistas y opresores de nuestras hermanas y hermanos más débiles.

Un clamor de liberación debe brotar de nuestras voces, por esto, como personas de fe, condenamos enérgicamente los femicidios y su escalada, en el país. Y al mismo tiempo expresamos nuestra preocupación ante los factores que se mantienen como catalizadores del silencio y la inacción sobre las siguientes acciones:

  • La persistencia de las estructuras de poder patriarcal presentes en las organizaciones religiosas, las iglesias, instituciones públicas y privadas, en las comunidades, las organizaciones y las familias.
  • La responsabilidad personal de cada creyente en no practicar los valores evangélicos que nos liberan de toda opresión y nos envía a liberar.
  • La responsabilidad institucional, social, familiar, es también de las cúpulas religiosas (mayoría masculinas) que, desde su silencio, se hacen cómplices.
  • La indiferencia como personas creyentes, cristianas o de fe, a prestar atención a la pregunta “¿Dónde está tu hermana, donde está tu hermano?” (Gn 4,9).

Convocamos e instamos a las iglesias y comunidades de fe, en particular, y a la sociedad en general, a formalizar acciones propositivas y concretas como parte de su agenda de evangelización, capaces de promover relaciones humanas y ecológicas respetuosas, horizontales, inclusivas, en especial en este momento crucial para las mujeres, quiénes además son mayoría en la sociedad costarricense.

Proponemos:

Referirse a esta realidad de violencia en los momentos de Asamblea, en los Cursos de Formación Pastoral, Escuelas Dominicales; Oraciones cotidianas y liturgias, entre otras.

Invitamos a aprovechar el tiempo litúrgico de la Cuaresma, para visibilizar esta ola femicida, de violencia contra las mujeres y otras personas, teniendo en cuenta que somos personas creadas y amadas por Dios. Por eso, nos resuena en estos tiempos el llamado a «ser embajadores de Cristo, lo cual es como si Dios mismo les rogara a ustedes por medio de nosotros» (2Cor 5,20), es decir, como si el mismo Dios nos rogara a las personas de fe, ser el clamor de las mujeres que sufren violencia. Dicho de otra manera, es preparar el corazón para abrirnos a la gracia de Dios Padre-Madre. Es poder “tocar siquiera el borde del manto de Jesús y conseguir sanación” (Mc 6,56). Porque una sociedad marcada por la violencia no está sana.

Nos unimos a las diversas voces y sentires de personas creyentes de Dios en una sociedad multicultural, en la cual solo la inclusión de estos valores puede garantizar una convivencia pacífica, justa y respetuosa hacia las mujeres.

Estamos convencidas y convencidos, de que con sus y nuestras actitudes, podemos optar y señalar un camino distinto a la violencia contra las mujeres, que promuevan espacios y acciones que contengan valores permanentes, inclusivos, amorosos, respetuosos y equitativos.

Nos alegra la existencia en muchas de nuestras Iglesias y Movimientos, de grupos de personas, que cada vez son más con la misma Esperanza, que coinciden con estos pensamientos y propuestas. Seguiremos acompañando estos procesos, nos colocamos al servicio de las comunidades de fe, a fin de apoyar las acciones concretas que nos liberen del pecado de la violencia contra las mujeres y contra toda injusticia y discriminación.

¡Ni una menos!

Suscriben

Equipo de trabajo:

Voces de Fe contra el femicidio en CR

Red Ecuménica de Lectura Popular de la Bíblica de Costa Rica

Foro de Educación Religiosa

Servicio de Paz y Justicia – Costa Rica

Coordinación de Comunidades Cristianas de Costa Rica – COCRIC.

Coordinación Oscar Romero de Centroamérica – Capítulo Costa Rica.

Universidad Bíblica Latinoamericana. UBL

Departamento Ecuménico de Investigaciones. DEI

Movimiento Reflexión en Acción

Colectiva Coexistir. Cartago

Iglesia Metodista Wesleyana Costarricense

La liberación de Palestina es una causa feminista urgente

Feministas por Palestina

Este sábado 8 de marzo nos haremos presente en la movilización por el Día Internacional de las Mujeres convocada en el Parque Central, a la 1:30 p.m. en la esquina frente al Parque Nacional, para exigir que el gobierno de Costa Rica rompa relaciones comerciales y diplomáticas con el régimen sionista de Israel.

La ocupación israelí en Gaza ha desplegado una política de aniquilamiento a todas las personas que viven en este territorio. Según informó la ONU «se ha cobrado la vida de más de 10.000 mujeres, entre ellas unas 6.000 madres, que dejan a 19.000 niñas y niños huérfanos.» Las mujeres que han sobrevivido a los bombardeos israelíes y a las operaciones militares sobre el territorio ancestral de Palestina se han quedado viudas, viven como desplazadas y se enfrentan a la hambruna y la enfermedad. Este impacto diferenciado de la guerra sobre las mujeres palestinas sigue haciendo de la guerra contra Gaza una guerra también contra las mujeres.

Hacemos un llamado a todos los sectores de la sociedad a tomar la palabra y acción contra este crimen contra la humanidad y a exigir a tomar acciones por las mujeres y las niñas palestinas en Gaza.

Llamamos a que nuestra lucha feminista nos movilice a tomar una postura firme contra el sionismo y el avance de los neofascismos en Costa Rica. Sabemos que terminar con la ocupación y el genocidio palestino es una tarea colectiva feminista urgente. Acompáñanos con tu carteles y fuerza feminista en solidaridad con Palestina.