Crucitas: Mejor un “SÍ, PERO…”, a un “NO”

MSc. Arnoldo Rudín, presidente del Colegio de Geólogos de Costa Rica

Dr. Sergio Mora Castro, presidente del Comité Costarricense de Ingeniería Geológica y del Ambiente

La demanda contra Costa Rica por el caso Crucitas en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) ha sido retirada, según ha informado la Casa Presidencial.

Concluye así un capítulo muy complicado de nuestra reciente historia minera. Aunque todavía están pendientes algunos detalles y pasos administrativos del procedimiento judicial, pareciera que la renuncia de la compañía a la demanda ha sido admitida.

Estamos esperando que sea publicada la sentencia definitiva del laudo, para conocer los detalles relevantes del caso y despejar todas las dudas.

Mientras tanto, es necesario reflexionar y prepararse para lo que sigue: Consultas acerca de la constitucionalidad de los procesos, propuestas y acciones legales ante la Asamblea Legislativa y, en concreto,tomar la decisión de qué hacer con ese valioso recurso natural nacional.

Uno de los mayores desastres ambientales de nuestra historia; la situación que ha causado todo este conflicto se originó, entre otros asuntos, en los cuestionamientos del contrato minero, procesos administrativos y beneficios netos que adquiriría Costa Rica, y de

las moratorias dictadas en su momento.

Aparte de ello, la cancelación de la concesión minera se fundamentó también en alegatos de procedimiento y argumentos supuestamente “ambientalistas”. Todo esto fue realizado de manera atropellada, poco planificada, irreflexiva, con un elevado contenido ideológico y sin una visión futura acerca del destino y seguridad del yacimiento. Esto, curiosamente, sigue siendo defendido por sus perpetradores.

Adicionalmente, la inexplicable inacción y pasividad de los gobiernos anteriores promovió la invasión de personas, muchas de ellas extranjeras, quienes aparte de extraer y robar el preciado mineral en las capas más someras del yacimiento, han causado uno de los desastres ambientales de mayor envergadura de la historia costarricense, debido al uso de sustancias restringidas y altamente contaminantes si su uso es indebido.

Los desafíos siguientes;ahora se abre una página nueva de esta historia y es necesario explorar y definir, pronto las opciones y soluciones que más beneficien a Costa Rica. Es crucial plantear el futuro de este y de otros recursos naturales del subsuelo nacional, pues representan una oportunidad única para sustentar nuestro desarrollo y el bienestar de las generaciones futuras. Es hora de cambiar de actitud. No debemos seguir aplicando el “NO” radical ante las opciones para el aprovechamiento de nuestros recursos naturales, bajo el argumento de que no hay manera de evitar el deterioro del ambiente. La tecnología, los procedimientos y los métodos modernos han reducido enorme-

mente esa posibilidad y, además, una vez finalizadas las actividades, se aplican estrategias de recuperación del territorio, de gran efectividad.

Esta será la forma de neutralizar las “alarmas” que esgrimen quienes se han opuesto, con sus acciones e ideología, al desarrollo nacional.La clave del éxito, en un caso como este u otros de índole minera, se encuentra en el nivel de exigencia y calidad ambiental de las propuestas técnicas y su control (e.g., aprovechamiento artesanal, a cielo abierto, subterráneo, escala de la actividad, etc.). Sin embargo, para garantizar la efectividad de los procedimientos de supervisión y fiscalización respectivos, es fundamental la participación de las instituciones a cargo de esos temas, como por ejemplo la Secretaría Técnica Nacional del Ambiente (SETENA) y la Dirección de Geología y Minas (DGM).

Para ello deben ser reforzadas y fortalecidas, pues en la actualidad carecen de los recursos necesarios para enfrentar el desafío. La protección y seguridad del yacimiento en Crucitas son ahora, factores urgentes, clave y prioritarios para evitar todavía más deterioro ambiental y extracción ilegal del oro.

Cambiar la actitud; debe detenerse el condicionamiento del desarrollo sostenible de Costa Rica mediante el “NO” crónico y aberrante, , y sustituirlo por el “SÍ, PERO…”. Para ello se necesita, por supuesto, un análisis detallado de los costos, pasivos, externalidades y del equilibrio con los beneficios esperables, desde las perspectivas ambientales y económicas.

Adicionalmente conviene, desde ya, pensar en cómo serán administradas las ganancias netas que se obtendrán, para que contribuyan efectivamente a sustentar nuestro desarrollo y no sean dilapidadas, como ha sucedido con otros recursos. Es claro además, que los desarrollos mineros, si se llegan a realizar de manera sostenible, conllevan un aporte económico y social paralelo a las comunidades donde se efectúan, y en general al país.

El Colegio de Geólogos de Costa Rica y el Comité Costarricense de Ingeniería Geológica y del Ambiente, una vez más, se ofrecen a colaborar en este proceso, a todas luces prometedor para nuestro bienestar futuro.