De subsidios

Óscar Madrigal

En los últimos días el país ha visto la aprobación de una serie de condonaciones o perdones de deudas; pretenden los diputados y el presidente que se perdonen las deudas de algunos patronos con la Caja, incluyendo a varios diputados morosos, deudas con las municipalidades, para los transportistas o el sector turismo. De igual manera pretenden disminuir las tasas e impuestos a las empresas. Estos perdones no son necesariamente malos siempre y cuando no sea para los grandes y poderosos empresarios y algunos sinvergüenzas que se intentarán colar, sino para los pequeños y medianos productores que lo necesiten.

De igual manera se “ayuda” a las empresas ubicadas en las zonas francas permitiéndoles que no paguen impuestos o lo hagan de manera muy disminuida.

Todas esas “ayudas” se han otorgado de manera prolífica en los últimos meses y durante años, lo cual se hace a cambio de que el fisco o las instituciones dejen de percibir esos ingresos. Lo que se les da a algunos, lo dejan de recibir otros en buenos servicios.

El Estado subvenciona a todos esos sectores por diferentes motivos. En otras palabras, SUBSIDIA a sectores, incluso a grandes compañías trasnacionales, como el caso de las zonas francas.

Los grandes medios de comunicación nunca se quejan de ello, sino que lo aprueban y apoyan.

Sin embargo, cuando se trata de apoyar o subsidiar a los frijoleros o campesinos del país, pegan el grito al cielo. Ese tipo de subsidios a los agricultores es brutalmente condenado por los promotores del statu quo. Así ha sido con los horticultores, los frijoleros y todos los productores del campo. A estos se les debe dejar a lo que ellos llaman la competencia abierta o el mercado.

El CNP paga a los frijoleros un precio por el quintal de frijol muy superior al que el mercado les pagaría, como se ha informado por la prensa. Sin ese apoyo ese grupo productor dejaría de existir.

A las zonas francas se les debe subsidiar, exonerándolos de impuestos, pero a los campesinos hay que dejarlos a la buena de Dios, sin apoyo gubernamental.

Esta es la lógica de este sistema: subsidio a las trasnacionales, pero NO a los campesinos.